Pasillo (Primera planta)

El apodo en sí parecía demasiado adecuado si tomaba en cuenta de donde veía su padre —Entonces...supongo que inicia mi recolección de puntos hasta ganármelo por completo —Le imitó aquel gesto de cabeza y de nuevo mostró el camino, dejando que ella fuera la que iniciara el caminar como le había prometido antes de seguirla con cierta distancia entre ambos —. Suena bastante bien a decir verdad, tendré que poner empeño en ganarlo del todo.

La pronta acción de "celebrar" que ambos eran hāfu lo tomó por sorpresa, haciendo que su misma respuesta pareciera algo torpe al haber tardado un poco más de la cuenta en lo que reaccionó y lo hizo con cierta vergüenza que con suerte nunca iba a notar por estar detrás de ella.

—¿Cómo se llama la canción? —Preguntó curioso al parecerle interesante la parte de la letra que le había dicho, y sintiendo que así participaba algo más natural en la conversación, buscando interesarse en lo que decía—, probablemente tenga que buscar una traducción para entenderla pero sería bueno escucharla. —Incluso aunque no sintiera que fuera a identificarse con su caso en particular por la forma en la que sus padres se conocieron meramente por la forma en la que se encontraron y como había terminado todo.

Y por aquella parte de la letra lo sentía con mucho más peso, algo más importante.

En ningún momento, incluso cuando ella se detuvo la rebasó o intentó seguir avanzando para apurarla, esperando paciente hasta que aquella interacción con el chico terminara, tratando lo mejor que podía de no escuchar al notar el visible conflicto que estaba teniendo con aquella chica, sintiéndose aliviado cuando finalmente se puso en marcha, alejándose finalmente de aquella pelea y no sentir que estaba entrometiéndose.

—Es bueno, creo yo... a veces podría ser algo más difícil sentir algo y por fuera no estar en sincronía con eso, creo que lo vuelve algo más complicado para ti mismo, así tan siquiera puedes hacer cosas que te hagan sentir mejor, descargar frustraciones. —Quizás lo veía así porque él era algo más visual para algunas cosas, y en lo personal, cuando solía sentirse de una forma pero tenía que estar visiblemente en un humor completamente distinto a eso, terminaba sintiéndose mucho peor por el esfuerzo extra o terminaba acoplándose a como tenía que lucir y cubría de forma superficial como se sentía, ocultándolo hasta que volviera a salir a la luz.

—Y... en cuanto a profundo, puedes tomarlo así si quieres —Aunque ahora temía que simplemente sonara presuntuoso o algo similar, pero aun así, siguió hablando —, no lo había visto de esa forma, si soy completamente honesto yo lo veía más bien como...no saber identificar que son las cosas que te están pasando en el día y terminas...perdido.

>> Pero sí... si no fuéramos tan complicados, todos tendrían más dias buenos, más momentos de sentirse tranquilos ~

 

Contenido oculto

Fui bajando la manos de manera lenta y suave, con la sonrisa socarrona a labios cerrados aún en mi rostro, el ceño fruncido también seguía presente y mis ojos no perdieron la silueta de Shiro en ningún momento, hasta que ya no vi que reaccionara más y tal. Había vuelto a mi postura bien erguida, con las manos cayendo a mis costado con elegancia y el mentón solo un poco alzado para mantener firmeza. Vamos, mi postura por naturaleza, básicamente.

Entonces, una vez apaciguada por completo toda emoción que me hubiera generado el encuentro con Liza, carraspé llevándome una mano empuñada frente a mis labios. Cuando volví a erguir la cabeza la seriedad absoluta estaba estampada en mi rostro, pues todo el teatro que nos montamos había llevado distintas miradas encima de nosotras y tal vez por eso Shiro-chan huyó apenas obtuvo su victoria; temía a toda esa presión, o puede que no, y simplemente tuviera algo de prisa por cosas que hacer.

Ya lo averiguaría con el tiempo. La cuestión era que, siendo la japonesa que era, debía volver a marcar el cerco de fuego a mi alrededor, dejarle claros a los desconocidos que no era ninguna enana con la que pudieran juguetear como quisieran. De tal forma, cuando el rubor en mis mejillas volvió a su coloración natural y tras una exhalación imperceptible por mi nariz, reactivé la marcha de mis pasos. Con ligereza y estoicismo, sin la gracia de una bailarina, para mí lastima.

De cualquier forma, mientras estaba atenta a como subía Liza las escaleras, vi también por los alrededores a Shawn con la mirada periférica digna de un basquetbolista. Por lo que mi paso firme y correcto fue el más rápido que pudiera crear, para no llegar a verme apurada ni nada y aún así poder alcanzarle.

Apenas estuve a un metro de distancia aproximadamente, volví a inhalar hondo y suspiré con mayor pesadez de la que esperaba.

Vamos, que podía mantener la cordura todo lo que quisiera, pero la conversación con Laila seguía influenciando de alguna u otra manera. Pero ya me lo había dicho a mí misma, quería conocer todas las piezas y depositar mi confianza en que Shawn no le estuviera haciendo sentir mal a posta o algo similar.

—Hey, estimado príncipe~ —llamé con voz cantarina y despreocupada, con la sonrisa juguetona de vuelta en mi boca; no estaba del todo segura, pero con todos los murmullos del lugar no había demorado en enterarme de que el "Príncipe de la academia" era un tipo peliblanco y, bueno, el lugar parecía estar repleto de especímenes raros, pero en una de esas y había dado de lleno en quién era Shawn dentro del lugar.

Vamos, igual y ser un príncipe no era nada fácil. No pude evitar pensarlo mientras me posicionaba frente de él, con una sonrisa suave y comprensiva, dejando las bromas de lado. Porque sabía lo difícil que era ser enaltecido, más aún cuando yo misma había pasado de pasar desapercibida a recibir demasiadas miradas encima; ganándome eso con sudor y esfuerzo, a pesar de no ser fan de todas las riquezas que brindaba el puesto.

Por ello nunca terminé por tener una amiga o algo, ni interesarme en parejas y tal. Todo parecía demasiado... complicado, exigente, y para eso ya tenía los deportes, los estudios y a mis hermanos pequeños. Por ahora no necesitaba más.

—¿Qué tal el inicio del día, Amery-senpai? —pregunté antes de cualquier respuesta mayor de su parte, ladeando ligeramente la cabeza en un gesto tierno. Mi sonrisita tan suave como mi mirada estaban para eso; para que no tuviera miedo o algo de su kohai.

Para ver si podía descubrir algo tras lo ocurrido con Laila.

Contenido oculto

Chale, Mao, me das miedo.

Hygge , ahí ta' la mini-loca soft uwu Toda suya, otra vez

 

La breve charla con Satoko me había devuelto parte del calor al cuerpo pero los pensamientos intrusivos volvieron a incidir en mi mente poco tiempo después de separarnos. Busqué a Laila de nuevo casi por reflejo, por pura necesidad a pesar de no haberle enviado un solo mensaje pero no hubo caso. No sé qué esperaba, de todas formas. En cambio pude notar la llegada de Yule y chasqueé la lengua, antes de dar media vuelta y empezar a subir las escaleras.

No sabía si los rumores se habían esparcido como la pólvora o si solo era impresión mía, pero sentir las miradas del resto de alumnos sobre mi persona ahora tenía el efecto contrario. De ansiar la atención y los focos como si mi vida dependiese de ello a detestarlos. Solo quería ser invisible por un día, pasar desapercibido. Desaparecer.

No quería ser la sensación de la academia.

No era ningún príncipe.

Ya basta.

Escuché las voces de los chicos del equipo llamarme pero les ignoré como mejor pude, alzando una mano en la distancia antes de seguir mi rumbo. Estaba acostumbrado a que me detuvieran y charlar por horas pero sencillamente no estaba de humor para hacerlo. Por eso la voz de Kobayashi llamándome y su sonrisa afable solo lograron tensarme más de lo que estaba.

Me detuve por mera educación, pero apenas le sostuve la mirada. Hacerlo me enviaba el parchón de la azotea el día anterior. La imagen de Laila. La culpabilidad y el remordimiento.

—Ah, Kobayashi-san. Buenos días —respondí, enterrando las manos en los bolsillos. Desvié la mirada hacia la ventana, tratando de hacer algo más suave la apatía en mi voz—. Digamos que bien. Apenas está empezando.

Dudé si permanecer allí un poco más. Si hacerle alguna pregunta rutinaria. Era lo que haría el Shawn de siempre, ¿no? Tan fácil como respirar. ¿Por qué se sentía tan complicado ahora? Palmeé el hombro de la menor al pasar por su lado, con la vista clavada al frente, y seguí mi camino sin más.

>>Nos vemos luego.

Lo siento.

Contenido oculto

Perdón, estos días aunque no lo parezca estoy super bloqueada asssdf. Puedes invadirlo en otro momento Mori, igual pega con el personaje mi excusa para llegar a tiempo al receso (?) Iba a responder con Hotaru too pero chale (??

 

Contenido oculto: Sin dolor

Mi instinto de hermana mayor, de madre prematura, de líder joven se había activdo; todas las alertas estaban encendidas, manteniendo un rostro de condecendencia y felicidad atemorizantemente genuinos.

Fue un intercambio corto y conciso; sus palabras me llegaron como sí hubiera puesto un muro impenetrable entre nosotros, era capaz de verlo con facilidad, tal vez demasiada. Es más, hasta cierto punto sentí una conexión... extraña, y tras el primer chispazo que brilló en mis ojos suaves y sonrientes, el resto de la información me llegó como quien descargó todo el manual, pero ya sabía su funcionamiento.

Amery Shawn, "El principe de la academia": Hermano mayor, tiene una amiga que también es su rival en el Club de Esgrima al cual pertenecen. Es el hermano mayor de un chico de entre 14 y 15 años. Reservado con sus problemas, pero genuino con sus emociones.

Vaya, casi me daban ganas de sonreír con eficiencia ante la nueva perspectiva encontrada, al encontrarme tan cara a cara a alguien de mi calaña; pero no podía, estaba en una sintonía distinta: Ni una amiga, ni una compañera; ni un padre, ni menos aún una madre.

Una simple chica de primero de preparatoria, que sí veía que podía ayudar a reparar algo a su alrededor, no dudaba demasiado en hacerlo.
Y a veces dolía tanto equivocarse en eso.

—Ohhh, entiendo —solté suave, con la expresión algo sorprendida ante sus palabras; le dirigí una sonrisa suave y enternecida; ni siendo un borde, perdía su optimismo—; entonces tendremos que conversar mejor en el almuerzo, senpai~

Seguí con mi tono juguetón, manos tras la espalda y un poco inclinada hacia adelante; sin mover los pies de mi lugar, pero buscando su rostro para que fuera capaz de ver mi sonrisa: Tranquila, orgullosa, suave... algo extraña.

>>Buena suerte en clases~ —dije con algo más de mi energía natural; casi infantil y pegando cerca de lo risueña.

Cuando comprobé que Amery no voltearía verme, desconecté el chip de "Buena gente", siendo yo la que alzaba los muros a mi alrededor:

Murallas impenetrables de hielo seco que nunca se deshacían.
Era hora de estudiar.
​

Sinceramente, agradecía que Amery Shawn siguiera siendo quién creía que era.

Contenido oculto: Scape The Future

Masuyo es la contra-pasional del Eneatipo 3; Conservación ("Yo")
Solo aviso(?)

 

Contenido oculto: El OP de Nagi

Cuando llegamos a destino ayer, osea, a mi casa junto a Kurosawa; me despedí algo más mimosa de lo normal, un intercambio de besos en la frente, aunque ella igual besó mi mejilla luego, y después un abrazo de esos que nos estábamos mandando últimamente: Apretados, cuerpo contra cuerpo, hundidas en lo que fuera posible, pero sin dejar de lado la delicadeza y, sobre todo, la calida suavidad. Su cuerpo era así, ¿no? Cálido y suave.

Hasta podría sentir envidia de Usui, jeje.

La cosa es que luego de separarnos y despedirnos me dediqué a dormitar y tomar agua, jugo, una crema de maní que trajo mamá del trabajo. Me permití olvidar cualquier responsabilidad y descansar de todos los malos ratos que había pasado. De tal forma, a pesar que igual trasnoche un poco, estaba mucho más repuesta y "viva" que hace ya mucho tiempo.

Había ido a buscar a Kurosawa a su salón, pero a falta de su presencia simple y llanamente le mandé un mensaje:

"Kurosawa-senpai, espero que se encuentre bien y haya podido descansar un poco mejor. Con cariño, Nagi"

Solté una risa baja, entre avergonzada y enternecida, ¿por qué diablos era tan formal? Supongo que era parte de mi forma de ser y ya nadie podría deshacerse de ella. Me encogí de brazos, revisando el chat grupal que tenía con las chicas, ignorando al completo todo el mundo a mi alrededor.

Vamos, que era una boba en su nube imaginaria, y pronto me devolverían de un tirón al suelo. Tal vez demasiado literalmente.

—Ahhhg —solté un quejido que rozaba el gruñido, por suerte había caído de espaldas y el trasero y los codos fueron los únicos en llevarse la peor parte. De todas formas el par de lágrimas se escaparon. Mientras enfocaba al segundo causante de tal problema, mi mano recorrió a tientas el suelo en busca del celular que había prácticamente caído tras la colisión.

Sorbeteé con la nariz mientras me limpiaba el par de lágrimas con el dorso de la mano. Vaya vergüenza, sí por poco y me ponía a llorar igual que Kazuki al caer. Me guardé el teléfono en el bolsillo tras comprobar que no le pasó nada grave, y recién ahí mis ojos cayeron con precaución en la mirada ajena, sin hacer ningún ademán por levantarme.

—¿Estás bien? —cuestioné, preocupada más por el bienestar ajeno que el propio, más que nada por que sentía que a mí gran cosa no me pasó. La voz no era acusadora ni mucho menos cínica, era genuina preocupación.

Contenido oculto

Kuno Vizard y Hitori , a esta última por que, a pesar de que parece que Shio no vendrá, Nagi le envió un mensaje uwu

 

Ayame Sabaku

Se despidió de la morena con el cabello atado en cola, ahora correspondía encontrar su salon. Casi le daba igual si le detenían ya casi estaba cerca de...


Pero choco...

—ah Mier...—cayo sentada producto del impacto, Ayame por un minuto casi vio estrellas sino planetas... O los hubiese visto si un gigante la hubiese atropellado.

Tallo su mirada y vio a la causante de su accidente, si, justo en ese momento tenía que ocurrir algo, el infortunio le acechaba como su sombra. Pobre de ella.

—¡Cielos eso fue brutal!—exclamo luego de levantarse de un único y enérgico salto, la chica acomodo su cabellera escarlata y posó su mirada felina en la castaña torpe.

—Estoy en una pieza si eso quieres saber—afirmo mientras flexiona sus piernas—¿Y tu? ¿Todo bien aquí?—inquirio la pelirroja sin ningún reparo a la hora de dar unos golpecitos en la cabeza de la niña, no le importaba invadir su espacio personal con tal de ver si no tenía huesos rotos ¿Altruismo? Tal vez pero lo último que ella querría era una demanda de una desconocida, justo en su tercer intento de "primer dia" en Sakura, faltaba más.

 

Entre todas las reacciones posible, conocidas y por conocer, la que obtuve de aquella chica me dejó anonadada; mi expresión de cejas extendidas y una "o" constante me delataban. ¿Sí me dolían las heridas? Con toda esa energía desbordante las heridas y el dolor era lo último en acaparar mi atención.

—Pfff...— Todo mi gesto se arrugó en una carcajada contenida, mofletes inflados, algo cabizbaja justo cuando ella tocó mi cabeza. Y no me aguanté, tapándome la boca con el dorso de mi mano derecha y tras alzar el mentón, en dirección a ella y a ojos cerrados, una risa melodiosa y fresca, tanto como suave, invadió el enviarte.

>>Jajajajaja... Ahhh... Jaja—. Tanto mi pecho como mis hombros temblaron ante esa risa incontenible, risueña y enérgica, pero que no dejaba de ser un arroyo tranquilo. Me fui calmado de a poco, para luego limpiar mis lágrimas con los dedos de mi mano derecha, mientras me levantaba de una buena vez por todas. Siempre con lentitud, como solía moverme cuando andaba calmada—. Creo... creo que sí estoy bien —solté mientras me acomodaba la falda y me limpiaba el polvo, algo inclinada, pero mirándola de reojo sin dejar de estar algo cohibida, pero la sonrisa era imborrable.

Solté otra risa corta una vez me erguí como correspondía, sonriente a ojos cerrados mientras con la mano izquierda me acomodaba el par de cabellos que aún estaban alborotados.

—Sí sonrió, supongo que estoy bien —concluí con suavidad, pero aún se mantenía cierta tensión por la amenaza de una risa contenida. Una que no pensaba soltar ahora.

Desinfle el pecho soltando el aire por la nariz, sinuosa, para luego hacer una reverencia que casi llegaba a los 90%, pero era más diagonal que otra cosa.

>>Watanabe Nagi, un gusto.

 

Ayame Sabaku

Cuando la chica al fin reaccionó Ayame enarco una ceja igual de sorprendida por ver la risotada de la castaña, había recibido un golpe y aún así reía sin reclamo o excusa aparente.

—perfecto Ayame ya safaste cada uno de los tornillos de la pobre—penso consumida en la preocupación, pero para su fortuna la reacción era algo natural en aquella estudiante, todo parecía estar en su lugar.

—Me diste un buen susto, creí que había lesionado tu cráneo, pero que va estás como nueva jajaja—respondio Ayame contagiada de la risa espontánea de la castaña.

—¿Watanabe? Me gusta como suena aunque Nagi es digno nombre de un peluche Tanuki...¡Cierto!—Ayame golpeó su pecho sin despegar la mirada de la desconocida—¡Sabaku Ayame! Aunque prefiero ser Aya para los amigos, así no soy responsable de su perdida de saliva. ¡Un gusto saludarte!— se presentó con una gran sonrisa y el signo de paz.

>>Uh y ¿Eres nueva aquí? ¡Porque yo recién llego el día de hoy!

 

Contenido oculto: Matsuri no yoru

Me estaba volviendo a erguir en cuanto recibí su respuesta, por fortuna la risa al final de su frase me devolvió la propia y tuve que volver a a taparme los labios con los dedos mientras, fracasada como era, intentaba contener la risa. ¡Vaya, esto si que se sentía bien! Tenía que haber rejuvenecido diez años o algo, ¿así de bonita fue la vida siempre?

Asentí en cuanto repitió mi apellido, pero la sorpresa volvió con calma a mis facciones cuando mencionó lo de un Tanuki, ¡jamás lo hubiera pensado! Por lo que negué con rapidez ante ese comentario, con las cejas arqueadas con pena, pero la sonrisa seguía siendo sincera; nerviosa como era.

—Me aterran los animales... —comenté suave, sin sobreponerme a su voz, que justo se estaba presentando—. Sabaku Ayame...— Murmuré otra vez con la cara de boba sorprendida— Ehhh~ —solté melodiosa, nunca alzando demasiado la voz, siempre como un arroyo sutil. Eso sí, ladeé un poco la cabeza, sonriendo aún con las cejas arqueadas, ese era otro gesto constante en mi rostro—. Es super bonito, Sabaku-san —alagué con tranquilidad, mis mejillas se colorearon por eso, pero no estaba en esencia nerviosa. Volví a erguirme como correspondía, mientras volteaba a ver mi bolsillo al momento en que saqué mi teléfono.

>>Y sí, soy nueva, pero creo que llevo más días que tú —hablé con una leve sonrisa, pero el resto de mis gestos mantenían una apacibilidad total; estaba buscando una cosa en el celular tras conectarle los cascos. Antes de hacer nada, alcé el rostro y le sonreí a ojos cerrados—. ¿Te gustan los animales, Sabaku-san? —pregunté, pero antes de siquiera esperar respuesta me saqué los cascos que reposaban en mis hombros para colocárselos con cuidado, sin perder mis cejas fruncidas con precaución, a pesar de que estaba sonriendo.

Pero en cuanto el objeto estuvo encajado en su cabeza, volví a tomar la distancia necesaria para que no se sintiera abrumada o qué sé yo.

—Creo que esta canción te puede gustar, se llama "Según el festival", es de Kokia, una cantante hermosa —expliqué a ojos cerrados y sonrisa apacible, por fin con mi frente y ceño relajados, dejando atrás la tención—. Y algo me dice que te gustará~

 

Ayame Sabaku

Ayame parecía haber conseguido a alguien amigable en la academia, aquello era mejor a sus expectativas sobre patear el trasero de algún bravucón, ocasionándole problemas apenas ella pisará un solo metro de la institución.

—Lo se lo se— asintió orgullosa por el cumplido de Watanabe a lo que ella indagó sobre su gusto por los animales. Al escuchar la palabra animales sus cabello erizarán ligeramente, pero más por emoción que pavor.

—¿Gustarme? Que dice...—pero antes de permitir una sola respuesta, la chica colocó unos cascos con una música algo desconocida para Sabaku, pero que al final era de su agrado.

—Pues solo te preguntaré ¿Que se siente ser la chica que recomendará los mejores playlist de música? Es genial Watanabe-chan...creo que estaré molestandote en el receso—Comento con una sonrisa pícara y un guiño.

—Y con respecto a animales soy una fiel amante de los peludos, sobre todo de los Tanuki—levanto de exabrupto el maletín decorado con pines y llaveros de perros, gatos y Tanuki— Y entre los mismos llaveros destaca este amiguito, es el Shukaku, un tanuki mitológico muy dormilón y ebrio.

Aunque la chica no parecía compartir sus gustos con los animales no le tembló el pulso a la hora de charlar...siempre gustaba de generar emociones, incluso si estas son de asco.

 

Vaya, solo tuvo que responder a mi alago para notar que el orgullo con la confianza le iban por las nubes, mientras que las modestias seguramente las ignoraran; eso provocó que mi sonrisa fuera tan tensa como nerviosa por un momento, pero se olvidó con rapidez mientras escuchaba la canción. Cerré los ojos, expectante, ni idea por qué; supongo que a la falta de cosas por las que ver. No debía tener una razón para cada cosa que hacía, ¿verdad?

La cosa es que la ligera sorpresa que se veían a mis acciones en cuanto empezó a alagarme sin demora avanzó a que mis ojos se abrieran como platos, mis labios se tensaran y un escalofrío subiera por mi espalda, al igual que mi hombros; encogida. Estaba roja como un tomate, ¿no? Había empezado a negar con la cabeza de manera tortuosamente lenta, solo por estar demasiado rígida. Inhalé hondo al abrir la boca, en principio quería intentar responderle algo, así con las cejas arqueadas con pena; pero ya se me había adelantado otra vez, por lo que la miré con mis ojos desconcertados y expresión extrañada, ladeando ahora la cabeza con confusión.

—¿Eh...? Oh...— Observé con un asombro ligero asombro el maletín, para después brindarle una sonrisa enternecida, aun con el celular entre mis manos—. Eso es muy adorable, Sabaku-san—. Y después solté una risilla a ojos cerrados sobre su especificación de Tanuki favorito—. ¡Bueno, no seré la mayor amante de los animales, pero siempre me han causado curiosidad las criaturas místicas o divinas! ¿No crees que es muy hermoso todo ese asunto?

Sinceré sin siquiera darme cuenta, vaya, que ni yo me percataba lo creyente que era.

 

Esperé un par de segundos por una respuesta, paciente como solía ser, y abrí los ojos al saber que no solo había aceptado, si no que parecía querer acompañarme a clase. Asentí con cierta emoción añadida y comencé a caminar a su lado, en dirección hacia las escaleras del primer piso.

—Diste en el clavo; soy de la 2-2 —respondí, dejando pasar a un par de alumnos antes de subir los escalones—. Juraría haber visto de refilón el aula multimedia en mi piso, pero no estoy muy segura. Supongo que ahora nos quitaremos la duda, ¿no?

Me fijé por primera vez en el detalle de que varios alumnos cargaban con un sobre idéntico al mío, tan desconcentrada como había estado al llegar a los casilleros que ni reparé en ese detalle, y me llevé la mano al bolsillo de la falda para sacar el propio, sosteniéndolo entre dos dedos. Enarqué las cejas, interesada y curiosa a partes iguales mientras le sostenía la mirada al chico.

>>¿Y bien? ¿También recibiste una de estas? Parece que está en boca de todos hoy~.





Desinflé un poco el pecho al recibir su sonrisa, algo aliviado de no haberla cagado tanto, y de nuevo tuve la necesidad de devolvérsela a pesar de no sonreír demasiado seguido. Asentí y me enderecé uno de los zapatos con el talón antes de seguirla hacia las escaleras del primer piso.

—Entonces... —carraspeé, haciendo un esfuerzo por retomar la conversación. Estaba claro que hablar de Shawn no le haría bien a nadie de momento. Apoyé el peso de la cartera en mi hombro, desviando la vista al frente—. Imaginemos que en el hipotético caso de que tú fueras a la fiesta, yo me presentase. ¿Se supone que hay que ir... arreglado y esas cosas?

A ver, eso no era muy difícil de conseguir. Shawn tenía muchos trajes de cuando aún no había dado el estirón, y no dudaba en que me los pasaría a mí. ¿Pero dónde conseguiría una máscara decente? ¿Y por qué estaba haciendo el esfuerzo siquiera? No era solo por el misterio, de eso estaba seguro.

Era demasiado bobo, por dios.

Me rasqué las raíces del cabello, con las mejillas ligeramente enrojecidas antes de mirarla de reojo.

>>Creo... creo que voy a necesitar algo de ayuda.

Contenido oculto

Yo aquí acaparando a los bebos de Hitori uwuw <3

btw aaaAA CINTITAS