The Velvet Room

Monjiro Kentaro


Cuando Tsukuyomi escucha la señal, rápido como un rayo, alza su antorcha, provocando la invocación de Eiha.

—¡すごい! —piensa Monjiro muy emocionado.

El hechizo golpea bruscamente al monstruo y éste, cae derrotado.

Monjiro nota como su poder adquirido se introduce en él, dejando su presencia materializada en el exterior, para quedarse en el interior.

—Ponte cómodo, pero te aburrirás un poco —avisa Monjiro mientras sonríe.

Un extraño ruido alerta a Monjiro, se da la vuelta rápidamente y observa la ubicación de una puerta.

—Ahora sí, ¿no? —dice Monjiro con tono sarcástico— Investigando 5 minutos y estaba ahí, jeje.

La puerta es de color azul, contrastando con una enorme mariposa naranja que se ubica en el centro. Monjiro cruza la puerta y… Está de regreso en Velvet Room…

—Oh, vaya, ¿me estaban esperando? —piensa Monjiro mientras cruza la puerta— ¿Acaso ellos también han pasado por una situación similar? —Se pregunta a así mismo.

Monjiro parece haberse perdido muchas cosas.

—Esto… Creo no haberme presentado… Soy Kentaro, Monjiro Kentaro. Si alguno tiene idea de qué está pasando, soy todo oídos.

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Pasaos por mi compartimento que creo que ha quedado guay >_<
Compartimento Negro

 

Hiroki Usui

La niña pareció calmarse y eso alivió el nudo que imperceptiblemente se había formado en su garganta. Parecía algo nerviosa aún pero Hiroki no sabía que más hacer. No tenía una maldita idea de cómo tratarla. ¡Desde hacía tres años solo trataba con pandilleros y perros! ¿Cómo carajos se hacía eso...?

Repentinamente la chica seria se acercó y le increpó por su comportamiento. Lo entendía, al menos en parte... pero no le gustaba nada que lo regañasen. Todo lo que hizo fue apoyar su zapatilla contra la pared y llevarse nuevamente las manos a los bolsillos, chasqueando la lengua con disgusto.

—Tsk.

Era culpa del tipo del sombrero por ser tan imbécil. No lamentaba haberlo golpeado, se lo merecía. Lo haría de nuevo incluso. Todo lo que lamentaba era haber asustado a la niña. Terminó apartando el rostro con indolencia. Como un adolescente al ser regañado por su madre que escucha sin escuchar, aburrido. Ansiando el momento de que finalmente cerrase la boca.

La siguiente en hablar fue la chica que babeaba por el deportista. Su voz sonó más vacilante y tímida que el tono seguro e impostado de la otra. Enarcó una ceja con curiosidad. ¿Hiroki-kun? ¿De dónde salían esas confianzas? Eran meros extraños metidos en el mismo marrón. Quizás lograrían llevarse bien con el tiempo... tal vez.

Prefirió no decir nada de todas formas.

Cuando Sanji se acercó, sin embargo, Hiroki arrugó la nariz al igual que lo haría un perro al gruñir a un adversario. No le agradaba. Era algo obvio.
Mencionó querer tratar de darle la mano pero Hiroki solo las hundió más en sus bolsillos y se apoyó indolentemente en la pared del vagón, mirándole con hostilidad desde arriba, con el mentón alzado.

Era alto e imponente, incluso en momentos así. Sus ojos dorados brillantes y sus labios apretados en esa mueca hosca y hostil no invitaban a socializaciones.

Tal vez de momento era mejor así.

Sanji se marchó—por suerte— y la voz suave y casi maternal de la joven de antes volvió a captar su atención. No la estaba mirando. Tenía la vista fija en el frente mientras la escuchaba hablar sin escucharla realmente, cuando sintió el tacto gentil de unos dedos en su brazo. La sensación leve cosquilleó y le erizó la piel. ¿Qué cojones? Fue un breve segundo, ínfimo, pero un leve rubor, casi imperceptible, se apoderó con celeridad de sus mejillas.

Ojalá supiera por qué exactamente. ¿Era por la situación? ¿Por la vergüenza y el sentimiento de culpa? ¿Porque era una situación y sensación extraña?

¿Qué mierda importaba? Había estado bien.

—¿Intento?—replicó y soltó una risa por la nariz. Suspiró con pesadez y su cuerpo pareció destensarse—. Nah. No intentaba nada. Eso es todo lo que sé hacer.

 

Igor pareció sonreír más que nunca una vez que Oreki ingresó de regreso al Velvet Room. Tanto Isander como Alice se encontraba a su lado, esperando con atención a que su amo se dignara a hablar. Y después de lo que pareció una eternidad... finalmente lo hizo.

—Vaya, vaya... así que todos sobrevivieron —comentó Igor con un dejo de algo similar al júbilo en su voz—. Ciertamente el destino ha escogido a los humanos indicados al parecer... debo felicitarlos sinceramente por haber logrado eliminar a sus propios demonios, y despertar el poder sagrado de Persona... son dignos de heredar el título de Tricksters...

>> Ahora, soy consciente de que hay múltiples preguntas para hacer... pero el tiempo siempre está acabándose, siempre avanzando, sin esperar a nadie... les permitiré tres preguntas... escojan con sabiduría...

Parecía ser que Igor respondería algunas incógnitas... quizás sus crípticas palabras podrían por fin arrojar un poco de luz a todo este embrollo. Pero sólo permitiría tres... ¿qué podían preguntarle?


>> ¿Qué es el Velvet Room?

>> ¿Qué son las Personas?

>> ¿Por qué... fuimos escogidos nosotros?

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Ya que Kuno Vizard terminó su combate, creo que podemos interpretar que ya llegó aquí... puesto que no hay otro lugar al que ir xD

 

Oreki Tojo

No se habia equivocado todo el mundo estaba aqui y vio que alguno estaban conociendose pero su atencion se centro en aquel extraño hombre, ofreciendo un cierto numero de preguntas a responder...tenia que saber algo sobre aquel genial dragon.

—yo...—levanto la mano cual buen estudiante—¿que son los persona?

El chico algo nervioso aguardo una respuesta del tipo extraño presnetia que algo muy interesante vendria al lado de sus nuevos amigos.

 

Monjiro Kentaro

Monjiro escucha la pregunta de Oroki, le vienen a la mente otras cuantas.
Se las replantea, llegando a la conclusión:

—Chicos, no hablo en nombre de todos, pero pensándolo un poco, estaría bien el saber "¿por qué fuimos elegidos?" y así tendremos más claro qué nos une y hacia dónde nos dirigimos.

 

Oreki resultó ser quien hizo la primera pregunta... y sin mirar a nadie en particular, Igor comenzó a hablar.

—Persona... es la manifestación del verdadero espíritu —explicó Igor—. Sólo quienes conquisten a sus propias sombras... podrán utilizarlas como armas. La cadena del pasado se convierte en la armadura del futuro.

>> En sus compartimentos... intuyo que allí se confrontaron cara a cara con su pasado, y con éste sus peores demonios... ¿me equivoco? Sus sombras surgieron... y al vencer al pasado, surge el poder de tomar el futuro...

>> Sólo quienes usen el poder de sus Personas pueden prevenir el desastre del futuro... si es ese su deseo, claro...

Igor hablaba con palabras misteriosas, como si le produciera placer no explicar todo con claridad... pero al menos sabían algunas cosas nuevas. Las Personas eran su poder, que se despertó tras enfrentarse con las partes más oscuras de su ser, sus miedos e inseguridades mayores... pero la forma en que lo había dicho, hacía parecer que Igor no había sido más que un mero espectador, en vez de la mente maestra detrás de eso...

Tan sólo quedaban dos preguntas...

 

Nagi Watanabe

La verdad es que se sorprendió un poco al escuchar tartamudear a Akiko, la había mirado de reojo en silencio, Nagi no había pensaba que ella fuera tan tímida, pero a pesar de eso fue capaz de decirle lo que pensaba a Hiroki. Todas las chicas habían sido muy valerosas, según el punto de vista de Watanabe, y eso hasta cierto punto le hizo sentir mal consigo mismo. Siempre resultaba así, terminaba dependiendo de otros cuando se asustaba, incapaz de afrontar sola los miedos que tenía.

Su senpai le sonrió, era una sonrisa suave, pero a la vez cálida como el sol, la hacían ver radiante.

Claro, no era tiempo de andar echándose para abajo tras haber superado el vagón, si fue capaz de hacer eso podría ser capaz de más, pero todo a su debido tiempo. Suspiró por una última vez, lista para afrontar lo que se avecinara... o por lo menos lo intentaría, y por último no estaban solos, pues como creyó oír una de las chicas lo mejor era estar juntos en esto, o eso había entendido.

Alzó la mirada y notó que había llegado un tipo de cabello rojizo, se presentó como Monjiro Kentaro, y bastante más rápido de lo que imaginó llegó otro chico, al cual no recordaba para nada, su cabellera rubia parecía destacar demasiado, y al parecer era el último que faltaba, pues el extraño ser del escritorio le dejo escoger entre tres preguntas.

Solo se podían escoger tres... Y ya habían gastado dos, aunque la de por qué fueron elegidos si que le daba curiosidad, a pesar de eso no creyó que fuera del todo correcto que las dijeran sin más, antes hubiera sido mejor consultarlo entre ellos, pues ella había entendido que las preguntas serían solo tres por todo el grupo, aunque tal vez se equivocaba por lo agotada que se encontraba a esas alturas.

Aparte, más allá de donde estaban, por qué ellos estaban ahí o que eran las Persona, lo que verdaderamente le preocupaba a Nagi era... ¿A que peligros enfrentarían?

Se conformaba con cualquier cosa que aclarara eso, independiente si era algo mínimo.

 

A continuación, fue Monjiro quien tomó la palabra, y demandó saber el motivo de su selección.

—Me temo que ha habido una confusión —dijo Igor, colocando su mentón sobre su mano—. Tengo la impresión de que ustedes asumieron que fui yo mismo quien los escogió por algún motivo... eso no puede estar más lejos de la verdad. No fui yo quien los escogió... podríamos decir que fue el destino quien tuvo su mira en ustedes desde el principio. Hasta se podría decir... que fue un capricho del destino.

>> Yo soy un simple sirviente de... de este lugar, podría decirse. Mi único deber es velar porque los Tricksters escogidos por el destino, sean guiados hacia ese destino. Si deciden aceptarlo o negarlo, si deciden ayudar o hacerse a un lado... decidir entre el bien y el mal... esa no es mi misión. Sólo los Tricksters pueden decidir su camino... yo simplemente se los señalaré. Dependerá de ustedes si lo recorren, y de qué manera lo hacen.

>> Ah, Tricksters... quizás esta palabra les suene extraña. ¿El embaucador? Pero es la palabra apropiada... ¿cuál será su truco? ¿Engañaran al destino? ¿O cumplirán con lo que fue predicho? Sólo ustedes podrán dar una respuesta a esa incógnita... sí, es un nombre de lo más apropiado...

Un único dedo de la mano de Igor se encontraba en el aire, y su sonrisa se volvió incluso más críptica. Sólo una pregunta restaba...

 

Akiko Brooks

Tras toda la escena de Hiroki y Sanji, Anna pareció alegrarse y propuso que todos nos presentásemos. Era una buena idea, pues no todos lo habíamos hecho con todos. No obstante, no pudo suceder esa bonita presentación, porque Monjiro y un chico rubio llegaron entonces, y, al estar los diez allí reunidos, fue Igor el que tomó la palabra.

Pobre Anna, debió quedarse con las palabras en la boca... bueno, en cualquier caso, Igor empezó a responder a las preguntas de los dos chicos que acababan de llegar. La primera era una respuesta que más o menos intuía: las Personas son una suerte de "alter ego" de cada uno, que solo podemos dominar con la aceptación del pasado y de los miedos. Por eso Kaguya surgió justo cuando estaba confrontando ese... pasado mío.

La segunda respuesta, sin embargo, me dejó algo confusa. ¿Tricksters? ¿Nosotros éramos los "Tricksters"? ¿Elegidos por el destino...? ¿Elegidos para qué? Ugh, todo era demasiado extraño.

Pero si había algo verdaderamente extraño en todo esto era una cosa. Y era este lugar, donde la gente aparece y desaparece, donde hay sombras y monstruos, donde... surgen las personas. ¿Qué era todo esto? ¿Dónde estábamos realmente?

—Uhm —alcé la mano, tratando de captar la atención de Igor. Ya que nadie más hacía la última pregunta... l-lo haría yo—. ¿P-Puedo preguntar qué se supone que es este lugar? ¿Qué es esta "Velvet Room"?

 

—El Velvet Room... si las Personas son manifestación de su pasado, podéis pensar en este lugar como una manifestación de su presente —replicó Igor en respuesta a la pregunta formulada por Akiko—. Consciente e inconsciente... este lugar se encuentra exactamente entre ambos... es por eso que pueden visitarlo tanto en sueños, como en el tiempo real...

>> Quizás es más adecuado decir... que es el lugar donde mejor pueden manifestarse sus poderes. En un futuro, quizás les sea recomendable pasar por este lugar... para perfeccionar sus habilidades... pero de eso no deberán preocuparse por el momento... aunque quizás...

>> Les otorgaré una parte de mi poder... estoy seguro de que les será útil en la prevención de la ruina que se avecina... podéis considerarlo un regalo de mi parte...

Y con eso, la última pregunta había sido utilizada. Igor sonrió... pero por siniestra que pareciera su sonrisa, no parecía haber malicia escondida detrás de ella. Aún había incógnitas acerca de este lugar, pero algo habían alcanzado a comprender con claridad. Igor... era un aliado. Parecía dispuestos a prestarles ayuda para alcanzar su máximo potencial. Aunque era débil, podían sentir una débil conexión con el misterioso amo del Velvet Room...

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"Tú eres yo... yo soy tú...
Tú has establecido un nuevo vínculo...

Se volverá las alas de la rebelión,
que romperá las cadenas del cautiverio.

Con el nacimiento de la Persona del Loco,
tú has obtenido una bendición que llevará a la libertad y nuevo poder..."

¡Todos obtienen la Arcana The Fool!
Sus fichas serán actualizadas para registrar este logro.

 

Igor sonrió al sentir como sus palabras habían tenido un impacto en todos los presentes. Movió una mano con elegancia y señaló al escritorio. Había diez cartas sobre la misma; las diez cartas vacías ahora estaban llenas, con diez nombres e ilustraciones distintas... ilustraciones con sus rostros, y debajo de ellos un título diferente en cada una.

The Fire. The Water. The Thunder. The Earth. The Wind. The Ice. The Nuclear. The Psychic. The Light. The Dark.

—Esta es tan sólo una parte del poder que otorgan las Arcanas —comentó Igor—. Encontraréis todo tipo de conexiones sociales en su mundo... es mi recomendación que fomenten estos vínculos sociales... si logran hacer que el poder de sus Arcanas brillen, estoy seguro de que encontrarán ese brillo altamente beneficioso...

>> Ah, pero parece que nuestro tiempo se está acabando... es momento de ir llegando a una conclusión. Alice. Confío en que serás capaz de supervisar su progreso a lo largo de estos días.

—¡¿Q-qué?! —exclamó Alice súbitamente—. ¡¿Tengo que seguir haciendo de niñera?!

—¿Oh? ¿No eres apta para la tarea? —cuestionó Isander a su lado, llevándose una mano al mentón, pensativo—. Uno creería que si el Amo te tiene tanta confianza, es por algo...

—E-el Amo... ¿confianza? —musitó Alice, con una expresión de desconcierto. Luego se recobró y miró a los diez estudiantes con una expresión altanera—. ¡Bien, ya escucharon! Estaré en contacto con ustedes para guiarlos... ¡no esperen que sea dulce o comprensiva con ustedes, bakas! El que no me sigue el paso se queda atrás, así que más le vale que den su mejor esfuerzo.

—Suficiente de eso, por ahora... eso es para los días que están por venir... —dijo Igor—. Por el día restante... quizás lo mejor es descansar y ahorrar energías... créanme, lo necesitarán... nos volveremos a ver, Tricksters...

Y tras decir eso, Igor tronó sus dedos. Todo se volvió oscuridad... y todos volvieron a despertar en el mundo real. Pero en lugar de la Azotea, estaban de vuelta en sus respectivos hogares. Ya era de noche, y todo lo ocurrido había causado un gran esfuerzo físico... a nadie le costó mucho quedarse dormido esa noche.

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Fin del Prólogo: El Despertar de Persona.

Los etiquetaré en la Secundaria en breve con el comienzo del Capitulo 1 de esta historia. Aguarden unos momentos :)

 

Todo era confusión. Se sentían mareados... como quien despierta desorientado después de dormir por un día entero. Así se sentía, como despertar... aunque no recordaban haberse quedado dormidos en ningún momento. En un instante se encontraban regresando a sus hogares desde su nueva escuela, y ahora...

Ahora las ruedas del ferrocarril los devolvieron a la realidad. Aunque... ¿podía llamarse a esto realidad? Era como abrir los ojos y encontrarse viviendo dentro de un sueño. Pero podían sentirlo; el frío de la luz azul pálida, el sonido de las vías bajo sus pies, su propia respiración agitada... esto era real, no podía haber dudas sobre ello.

—Bienvenidos al Velvet Room.

La voz que los recibió era imponente, fuerte... y a la vez contenía un dejo de picardía, como la leve diversión de una persona que está por comenzar la partida de un juego. Pertenecía a la otra persona en el lugar... si es que podía llamársele persona, claro, porque su aspecto era un tanto inquietante, desde su larga nariz hasta sus ojos que parecían inyectados de sangre. Sonreía ampliamente desde su asiento detrás de un escritorio enorme; no era una sonrisa malévola, pero tampoco podían decir que se trataba de una amable.

Los dos jóvenes se pusieron de pie. La chica, de corto cabello rosado, fue la primera en hacerlo, y el muchacho albino pronto hizo lo mismo, quitándose la suciedad de su uniforme escolar. ¿Cómo habían llegado aquí? ¿En qué momento habían pisado un portal a esta bizarra dimensión? ¿Y quién era este sujeto extraño? No tenía sentido... por más que intentaran, ninguno de los dos recordaba nada en absoluto.

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Amane Gigavehl

Podéis comenzar a rolear desde aquí a partir de ahora. Sí, irán por un proceso similar al que tuvieron que pasar los demás cuando comenzaron... así que, sin más, ¡bienvenidos al Velvet Room! ¡Bienvenidos a Persona! :D

 

—Que humanos tan desconfiados existen hoy en día... —interrumpió una segunda voz.

De entre las sombras salió un sujeto vestido de mayordomo. Sus ojos brillaban a la luz del siniestro candelabro, como un león cuando enfocaba su mirada en una deliciosa gacela. La sonrisa del hombre del escritorio se ensanchó aún más, cosa que no parecía posible, y levantó su mano izquierda como si indicara que se detuviera.

—¿Jugando? Quizás a los ojos de los niños, eso es lo que todo esto parece... un juego —comentó el hombre, posando su mano sobre la palma de su mano y observando a ambos detenidamente—. Mi nombre es Igor, maestro del Velvet Room, y este es mi asistente, Isander.

>> Las agujas del reloj ya comenzaron a girar. Siempre lo hicieron, el tiempo... el tiempo no puede volver hacia atrás. Un reloj avanza hacia el futuro... ¿qué haréis con ese futuro? ¿Se rebelarán contra el cruel destino para prevenir la ruina? ¿Tienen el poder para hacerlo... o perecerán en el intento?

Igor dirigió sus manos hacia el escritorio, y entonces notaron que había dos cartas sobre el mismo. ¿Cartas de tarot? El tipo no tenía pinta de adivino, pero había dos cartas sobre la mesa... curiosamente, eran totalmente blancas, como si se hubiesen robado su contenido. Coloco ambas más cerca de ellos, una en dirección de Nuvoir, y una en dirección de Riamu.

—Sólo la conquista del pasado puede determinar su supervivencia en el futuro —dijo Igor crípticamente—. Si queréis salir de este lugar, tendréis que juntar coraje y escoger una carta.

 

Riamu recogió su carta y... desapareció. No era "como por arte de magia". No había ni parpadeado. En el instante en que la chica de cabello rosado tomó su carta, hubo una ligera distorsión en el lugar y... no había más que aire en el lugar donde Riamu había estado para meros segundos atrás.

Igor sonrió macabramente en dirección a Nuvoir... como si le indicara que era su turno.