Azotea

Alisha Welsh

Que justo fuese Katrina la que apareció por la puerta de la Azotea me hizo hasta gracia, la verdad. No es que me muriese por verla pero al menos era de las pocas personas cuya presencia podía tolerar en ese momento, so that's that.

Le hice un gesto con la cabeza a modo de saludo y seguí fumando, de alguna manera logrando estabilizar mi pulso en cuanto fui consciente que no estaba sola. Podía estar en la mierda más absoluta pero no dejaría que se notase más de lo necesario, y ya había visto más de lo que me gustaría.

—¿No estás con tus nuevos amigos? —no hubo reproche, ni siquiera curiosidad, solo un tono monocorde algo bajo que solo pudo escucharse porque estábamos solas—. ¿O ya te los tiraste~?

Ni siquiera sabía por qué le estaba sacando conversación, quizás por pura costumbre o algo así. Si de todas formas sabía que, por lo menos en lo que respectaba a Daute, era bastante dudoso que eso hubiese pasado pero ya qué.

 

Podía haber intentado disimularlo hasta donde le fue posible, pero su tono de voz no correspondía con lo que conocía de Alisha Welsh. Como fuese su comentario le arrancó una risa sin gracia mientras liberaba el humo de la primera calada.

—Por sorprendente que suene, no. —Volvió a llevarse el cigarrillo a los labios—. Uno tiene cerebro de niño de tres años y el otro es la criatura más densa que pude conocer nunca. No tiene mucho futuro.

Alzó la vista al cielo un momento liberando el humo por la nariz. No iba a preguntar por Joey, incluso cuando el chico se había aparecido con aquella idea de las mascarada el día anterior, que seguro le comentó a ella.
Mientras regresaba la vista abajo escuchó la puerta abrirse, era una chiquilla en apariencia de primero aunque bueno eran casi de la misma estatura por cuestiones de la vida, pero tenía cara de ser más joven que ambas. La siguió con la vista por pura inercia, preguntándose qué hacía en territorio de tercero y de bestias para empezar, aunque pronto encontró respuesta.


Me había bebido casi media botella de tirón, no sé, tenía bastante sed de repente o quizás solo me servía de distracción. Estaba por dar otro trago cuando sentí el móvil vibrando en el bolsillo, lo saqué y suspiré cuando vi que era de Kobayashi, no recordé hasta ese momento lo que le había pedido cuando todavía estaba en mi centro.
No iba a dejarla plantada tampoco, yo no era así, de forma que cerré la botella y tomé mis cosas mientras me dirigía al ascensor, donde tipeé una respuesta.

Ya subo.
Tuve que acompañar a una amiga a la biblioteca.

Bajé del ascensor, crucé el pasillo sin detenerme a mirar a la gente que seguía allí, y seguí mi camino a la azotea. Al abrir la puerta a las que vi primero fueron a Welsh y Akaisa, fumando a su bola.

—Permiso —dije por educación, antes de ubicar a Kobayashi y acercarme a ella—. Perdona por tardar tanto.

Me senté a su lado entonces, con movimientos algo pesados, pero lo cierto es que aunque no lo sabía estaba corriendo por un cause muy similar al de Kurosawa. Estaba actuando con tal de sacar del campo a la gente que no tenía nada que ver con mi desastre, así que pude dedicarle a la chica una de las sonrisas de siempre, cálida.

 

Alisha Welsh

Solté una risa por la nariz al escucharla, con algo de genuina sorpresa que se me coló sin evitarlo. No le respondí al instante, sin embargo, con tal de darle otra calada al cigarro y al final el silencio se alargó cuando más personas aparecieron por la puerta.

Pero bueno, ¿desde cuando las niñas de uniforme pulcro subían a la zona prohibida que hacía la vez de mundo de sombras en la escuela? Encima aquel tic al distinguir que estábamos fumando, como si la azotea sirviese para algo más que no fuese eso. Eché el humo hacia ella, con una mueca de burla, pero tuvo la decencia de pasar lo suficientemente lejos para que no la alcanzase.

Al menos tanto ella como su amiga se fueron lo suficientemente lejos de nuestra posición como para no molestar. En realidad, lo único que me apetecía después de ver tanta gente ya ahí arriba era apagar el cigarro e irme a cualquier otro sitio en el que pudiese estar tranquila. Pero Katrina me había respondido y ya lo había dicho, ¿verdad? Toleraba bastante bien su compañía, lo que en realidad significaba que podía aprovecharla para no quedarme sola, tal y como había deseado.

Me levanté y di un par de pasos hacia su posición, tras haber tirado la colilla al suelo y apagarla, sentándome aun a una distancia prudencial sin embargo.

—¿Ah, sí~? —solté, en una especie de ronroneo bajo más o menos forzado—. ¿Te ha fallado el radar, Katty-chan? Qué impropio de ti, oye.

Eché la cabeza un poco hacia atrás, mirando hacia el cielo un par de segundos antes de dirigirle una nueva mirada de reojo.

>>Hold up. No me digas que tienes algo que ver con el hecho de que Sasha y Daute no hayan cruzado palabra en lo que llevamos de día, siendo que apenas ayer casi se comen delante de nosotros.

Es decir, al menos tenía que haberlo intentado y de ahí que supiese que no tenía razón de ser, ¿verdad?

 

Me coloqué el cigarrillo en los labios mientras tomaba asiento no muy lejos de ella, ¿qué más iba a hacer si no? Venga que no era que Alisha fuese así la amiga de mi vida ni nada, no la consideraba tal aunque tolerábamos la presencia de la otra, pero bueno allí no tenía mucho más que hacer y ganas de ir al club de arte no tenía realmente.

—Me indigna hacer un trabajo tan deplorable, no voy a mentir. Del niño de preescolar no me interesa nada ya, la verdad, me tocó los ovarios y luego el denso... Bueno, ya veremos.

¿No me jodía hablar de Aaron de esa manera? En realidad no, se me fundía con otra persona pero al menos cuando no lo tenía frente a mí podía hacer la separación de forma más clara y ser la perra que era siempre, ciertamente.
Enarqué una ceja al escuchar las palabras de la gringa y solté casi una carcajada.

—Surprise, darling —murmuré mientras liberaba otra cortina de humo—. This is the tea, babe. Daute es un imbécil y bueno de una u otra manera se enteró que yo tenía "secretos" con su amigo, Don Denso de quien te estaba hablando, en fin que se llegó en el almuerzo mientras estaba como Emily Hodges y otro chico de mi clase, pidiendo que le mostrara el secreto y siendo un puto pesado. En fin, que por la mañana le había sacado un beso a su bro y, para cerrarle la puta boca a Daute... I showed him our little secret.

Apenas había terminado de hablar cuando escuché la chica, a la enana de primero... Había empezado a cantar y lo quisiera admitir o no, lo hacía bien.

.
.

Contenido oculto

Oh God I'm so tired
of being afraid.
.
Fear won't go away
but I can keep it at bay
and these invisible walls
just might keep us safe.
with a vigilant heart,
I'll push into the dark
but I'll learn to breathe deep
and make peace with the stars.

Le regresé el saludo de buenos días y luego asentí con la cabeza, con algo de energía a pesar de todo. Podía estar pasando cualquier cosa, pero que la chica estuviese allí, dispuesta a cantar para mí aunque ni sabía si solía hacerlo frente a otros con frecuencia me lanzó una oleada de calidez por el cuerpo repentinamente helado a pesar del sol de mediodía.

Esperé a que se acomodara, sin ejercerle ningún tipo de presión, y cuando la escuché inhalar antes de comenzar a cantar atraje las rodillas a mi pecho, para poder apoyarme en ellas y cerrar los ojos. Tenía una voz de lo más bonita, algo grave pero no por ello tosca ni nada, era... de alguna manera, como un arrullo.
Sentí la brisa agitarme el cabello y empecé a prestarle atención a las palabras, al japonés que tanto me había costado aprender.

Algunas palabras se me enterraron en el corazón, de por si resquebrajado desde... Ya no tenía idea desde cuándo, si había sido culpa de Agnes, de Eris, de aquella jodida profesora de la otra escuela o si había estado roto desde siempre, pero había pretendido ignorarlo.

Quizás eran las palabras que me recordaban cosas que tenía o que no y que anhelaba.

No dejes que tu corazón solitario se oscurezca por la tristeza.​

Soledad.

Tristeza.​

Combinados habían creado el miedo que me consumió de pies a cabeza en esos días, que me había consumido hace cosa de dos años. Miedo, miedo, miedo y más miedo. Miedo a estar sola, miedo a ser usada, miedo a ser dejada de lado y absoluto terror de desaparecer como el fantasma que era, a pesar de saber que podía hacerlo.

Abracé mis rodillas con algo de fuerza tratando de ignorar las repentinas ganas de llorar que había sentido de nuevo, prácticamente de la nada, justo en ese momento en que Kobayashi estaba allí cantándome una canción que era realmente preciosa. Pero de repente quería hacerlo, llorar, romperme otra vez las veces que hiciera falta y, no sé, convertirme en polvo para luego poder hacer arcilla y convertirme en algo nuevo, lo que fuese.

Pero quería eso.

Romperme todo lo que tuviese que hacerlo de una vez, sin anestesia, porque ya no podía seguir así, sintiendo aparecer las grietas y dejando que el aire helado se colara por todas ellas. No podía, porque suficiente tenía con mi propio temor como para seguir sumando mierda.

Casi parece una propuesta de amistad.

Las palabras de la chica cuando terminó de cantar junto a su risa me trajeron de regreso, me anclaron a la azotea de nuevo y al mundo real, no al universo de sombras y miedo. Abrí los ojos despacio, había logrado bajarme el trago de lágrimas y alcancé a dedicarle una sonrisa, mientras soltaba mis piernas para aplaudirle sin hacer mucho alboroto.

—Pues muchas gracias por hacer que fuese la primera persona fuera de tu familia en escucharte así —dije sin borrarme la sonrisa del rostro—. Cantas muy bonito, de verdad.

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madre de dios casi LLORO

 

Tenía suerte, ¿no? De haber topado con esa chiquilla, de que se hubiese interesado en el club y hubiese buscado a Shawn, porque de no haber sido así no estaría allí disfrutando del privilegio de que me hubiese cantado, de que estuviese allí tratándome como una chiquilla aunque yo le sacara dos años.
Deseé con todavía más fuerza soltarme a llorar nada más, ya sin decir nada siquiera, como se lo había soltado todo a Yule el día anterior. Quería llorar nada más, esperando que me liberara, pero no iba a echarle a ella esa carga encima.

—Espero que me invites a verte cantar en el club un día —comenté sin quitarme la sonrisa del rostro, no sé ni cómo.

Kobayashi deshizo la suya pero en su rostro solo vi calma, ninguna otra emoción que me obligara a preocuparme o sentir miedo alguno. Cerré los ojos por reflejo cuando me pegó la botella a la mejilla y solté una risa floja mientras la tomaba de su mano.

—Suena a que tu mamá es, ya sabes, una buena mamá —añadí sin saber muy bien por qué. Tenía a mi madrastra que no era mi madre de sangre pero yo la sentía como tal y ese era mi referente para definir a una buena madre.

La verdad, si me ponía a pensarlo, no creía que mis padres ni Richard estuvieran muy contentos si me veían sufriendo como una tonta por mierdas de amores no correspondidos o tontos orgullosos que se hacían los idiotas, pero era lo que había, y por eso me lo guardaba para mí. La escuela era, si se quiere, el único lugar donde podía permitirme algo de libertad emocional, aunque ni siquiera le había contado nada a Jez porque se veía contenta y no quería arruinarle el rato.

 

Alisha Welsh

Venga, ¿era en serio eso? No es que me molestase que Katrina me estuviese contando aquello, todo lo contrario, pero la imagen de las dos sentadas ahí contándonos cotilleos me hizo bastante gracia y solté una risa por la nariz bastante genuina. Con la tontería, creo que pude entender porque de buenas a primeras más de uno decía que éramos amigas o algo así.

Quizás podíamos llegar a serlo, quien sabía, aunque nunca lo fuésemos a decir de buenas a primeras. Podía llegar a considerarla my partner in crime femenina, incluso, si se daba el caso. Eso podía llegar a ser muy divertido, ahora que lo pensaba.

Anyways.

La escuché con una atención casi impropia y volví a soltar una carcajada, aunque en ese momento fue más bien de incredulidad, porque mira que podía conocer como se movía Katrina y aun así a veces me sorprendía un poco.

La voz de aquella chica de primero comenzando a cantar nos alcanzó y pues, venga, que tampoco era tan hija de perra, así que simplemente me quedé en silencio mientras terminaba. Tenía una voz linda y aunque no logré distinguir la letra y todo llegó un poco lejano a mis oídos, tenía que admitir que hasta a mí logró removerme algo. No sabía muy bien qué, porque sinceramente pensé que poco o nada quedaba ahí dentro en ese instante, pero lo hizo... y era sinceramente estúpido.

Acabó de cantar y con eso mi buena acción del día o algo así, por lo que me giré un poco para poder encarar a Katrina y retomé la conversación como si nada.

—First of all, me quito el sombrero, Kat, you are a queen.

No tenía ningún sentido esconderlo y no me daba vergüenza alguna admitirlo, adoraba lo directa que podía ser en algunas situaciones. Ciertamente ninguno de los tres se preocupaba mucho por las consecuencias de sus actos y nos movíamos por impulsos, pero Katrina era sinceramente un poco más directa y era... divertido, cuanto menos.

>>Pues el estúpido se lo tuvo que ir a contar o ella os vio, no sé, porque esta mañana Sasha vino a hablarme y ni siquiera se miraron. Además de aceptó salir de fiesta conmigo y venga, en ningún otro contexto hubiese aceptado. Que yo encantada, vaya, 'cuz she's cute you know, pero mira que si además puedo joder a Daute con ello... win-win~

Que al pobre chiquillo no lo conocía más allá de la estúpida conversación que tuvimos en el receso el otro día pero es que ya había que ser estúpido para andarle buscando las cosquillas a Katrina, sobre todo siendo que cuando los dejamos en el aula parecía que iban a estar juntos y en su lugar había acabado ahí.

>>Well, Kitty-Kat, since we are gossiping... —volví a retomar el asunto después de unos segundos de silencio, levantando la mano para jugar con uno de sus mechones teñidos sin pensarlo demasiado—. Conoces a Natsu, ¿verdad? El chico tatuado de mi clase. El alemán me dijo que fuiste tú el que se lo encontró con aquella chica, así que asumo que sí. ¿A qué no adivinas a quién se folló el cabrón ayer?

Le dejé unos segundos, aunque en realidad no esperaba que respondiese nada en concreto antes de soltarle la bomba. Paré el movimiento del dedo durante esos mismos segundos también y mis ojos recorrieron su perfil, pasando por el cuello hasta parar en la zona del escote.

Mierda.

Suspiré y dejé ir finalmente su pelo, incorporándome como antes para mirar al frente. Si me desabrochaba otro botón, iba a acabar sin camisa, así que más me valía controlarme un poco.

>>A Konoe, en la jodida enfermería. Yo no sé que le habrá pasado por la cabeza, porque dice que no se arrepiente y que quiso hacerlo, pero ya me jodería tener que creerla. Anyhow, por si querías saber qué andaban haciendo el tipo, ahí lo tienes.

No tenía mucho motivo para decírselo a ella más que por el simple hecho de que... bueno, ya lo habían dicho, ¿no? Éramos Cerbero y tenía sentido que nos pasásemos la información entre nosotros, ¿quién lo haría si no? En otra situación se lo hubiese contado a Joey sin dudar también, y de hecho tuve el jodido impulso de hacerlo desde ayer.

Lo haría, sin embargo, solo que no aún.

Estaba segura de ello.

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Yo no sé que está pasando con estas dos but they are my queens so im enjoying this way too much (?)

 

Aplasté la colilla contra el suelo y lo cierto es que la risa de Alisha consiguió provocar la mía, solo guardamos silencio cuando la chiquilla empezó a cantar. Mira que éramos un desastre, pero algo de decencia nos quedaba para tampoco interrumpir a una kohai así por puro deporte, además aunque no me molesté en pensarlo, la canción había conseguido removernos cosas a ambas.

Cuando al rubia se giró hacia mí solté una risa nasal ante su comentario.

—I know, darling. I know.

Encendí un segundo cigarrillo pues ya que me había quedado allí, pues no era que tuviese mucho más que hacer, quiero decir además de cotillear con Alisha como las perras que éramos.

—Te digo, tiene cerebro de crío. Es probable que se lo haya dicho, sí, pero bueno nadie lo tiene de idiota metiendo las narices dónde no lo llaman y justo conmigo, por Dios. En fin, por tonto va a perder a una chica así de linda~ —Di una profunda calada antes de seguir prestándole atención. No me moví mientras jugaba con mi cabello, porque bueno la verdad me daba igual en ese momento y la risa sardónica, vacía, totalmente hueca que me salió del pecho fue una cosa digna de grabar—. ¿Me estás jodiendo, gringa? Pero qué puta broma, si deseché la posibilidad de intentar nada con el jodido solo con ver eso y va la otra y se lo folla.

Volví a llevarme el cigarro a los labios, negando con la cabeza como si no pudiese terminar de creerme esa mierda y volví a reír, porque de verdad parecía un jodido chiste de mal gusto.


La escuché hablar de sus padres en silencio, sin borrarme la sonrisa del rostro que ahora surgía de la pura ternura que me provocaba escucharla. Al menos eso tenía, las emociones que sentía gracias a otros, a veces no tenían la fuerza para aplacar las propias pero eran algo.

—Ah, pues qué honor~ —añadí mientras me acomodaba el cabello que había movido la brisa—. Unos volantes suenan bien, ¿no te parece? Para pegarlos por ahí y repartirlos.

Me sobresalté un poco al escuchar su propuesta sobre la piscina pero a pesar de todo logré asentir con la cabeza con algo de energía. La idea en sí sonaba muy bien, así que no veía por qué rechazarla, además igual no importaba cuándo fuese, quizás servía para animarme o algo, vete a saber. Si acaso le diría a Jez o hasta a Yule, vete a saber, porque lo cierto es que por los momentos no tenía mucho más y les tenía cariño a ambos.

—Claro, suena bien —afirmé.

Fue entonces que sentí el móvil vibrarme en el bolsillo de la falda, esperaba que fuese Jez o Richard, pero cuando vi la pantalla todos mis movimientos se congelaron.

Shawn.

Me quedé con los dedos congelados unos segundos, antes de empezar a escribir una respuesta. Escribí, borré, volví a escribir y a borrar, ni idea de cuántas veces repetí el ciclo ni qué escribí la mitad de las veces.

Sí, claro.
Nos vemos entonces.

Había sido bastante más seca que de costumbre y de hecho recordé algo de lo que escribí pero borré, como la tonta que era: Iría ahora mismo, pero estoy con Kobayashi.
Me regresé el aparato al bolsillo para no seguir poniendo mi atención en él porque era un poco irrespetuoso con la chica que tenía enfrente.

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Hygge when te etiqueto por dos líneas JAJAJAJ whoops

 

Alisha Welsh

—Es un cobarde y ella se merece algo mejor —solté, notando como algo parecido al desprecio se me colaba en el tono de voz.

No dije nada más al respecto y comencé a jugar con el borde de mi camisa, con aire distraído, mientras seguía escuchándola. Ni siquiera lo conocía tanto para juzgarlo, pero a decir verdad nunca me había importado demasiado juzgar a la gente sin conocerla. Si total, nunca pretendía hacer amistad con ninguno así que, ¿qué más daba lo que pensase de cualquier random de por ahí?

La risa de Katrina me sacó una sonrisa a mí, bastante divertida, y al final dejé de de jugar con la ropa para cruzarme de brazos y acomodarme un poco mejor en el sitio antes de responderle. Venga que la jodida estaba consiguiendo distraerme con aquella charla lo suficiente para recuperar un poco de mis expresiones más genuinas y hasta hablar algo más animada.

>>Ya me gustaría estar jodiéndote, cariño —mira que hasta doble sentidos le tiré—. Pero no, es todo cierto, palabrita de Jesús —negué con la cabeza ante mi propia estupidez—. Y pensar que yo también quería tirármelo y ahora no puedo ni ver su cara sin querer patearle los huevos. Encima va a mi clase.

Y encima a la chica ciega aquella le gustaba mucho, ¿verdad? Uh... no había caído en eso hasta entonces. Dudaba que ella lo supiese, ¿no? Que su querido Natsu estaba follándose a gente en la enfermería o arrastrando a chicas a los cuartillos de limpieza.

Solté el aire por la nariz en otra risa, porque mierda, me había vuelto a dar cuenta de algo.

>>It's funny, tho, isn't it? Nosotras somos las zorras de la Academia y hemos desechado la idea más que rápido; Konoe se supone que es la niña buena que pretendía, no sé, salvarnos de este mundo como si estuviésemos atrapadas contra nuestra voluntad y va y se lo tira sin más. Y encima va la tonta y me suelta "¿no es lo mismo que tú haces, Alisha-san? Cerbero toma lo que quiere de los demás en un pacto mutuo, no sé qué."

Y ahí seguía, imitándola con tono de burla como una jodida perra sin sentimientos. Cualquier otro hubiese pensado que estaba siendo especialmente cruel, quizás porque lo estaba siendo, sobre todo al saber que al final del día todo eso había pasado por mi incapacidad de haberle dicho que no al polvo. Pero era Katrina la que estaba ahí y no podía importarme menos.

Me llevé la mano a la sien, cerrando los ojos, sin poder esconder la sonrisa sardónica de mis labios.

>>It's so stupid.

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Ali y Kat in a nutshell:

 

¿Qué la otra se merecía algo mejor? Pues sí, no me jodas. Era una jodida muñequita japonesa amante de las reglas y de todo lo que es correcto, de hecho si me paraba a pensarlo Suzumiya era una versión potenciada al extremo de chicas como Vólkov o Kurosawa, la primera simplemente tenía un sentido del orden que hasta que daba gusto y la segunda deseaba control de una manera bien jodida, aunque había arrojado las reglas por la ventana con tal de aproximarse a otros digamos que hacía sus propias reglas y las seguía hasta el fin del mundo.

La otra las estaba rompiendo, incluso las propias, y estaba caminando al borde de un pozo del que no tenía ni la mínima idea de cómo salir una vez alcanzara el fondo. ¿Se había terminado de empujar sola? ¿La había empujado alguien más? Me faltaban detalles, ciertamente, pero no era nada mío y no iba a buscarlos.

Sonreí y negué con la cabeza tratando de contener la risa cuando soltó aquella mierda de joderme. Eso estaba bien, recordaba más a la Alisha de siempre que aquella sombra extraña que vi de ella apenas entrar en la azotea.

—La muñeca está vulnerable, ¿no? —Volví a alzar la mirada al cielo—. Podrá haberlo disfrutado y lo que quiera, pero es muy posible que en otras condiciones no se le hubiese pasado por la puta cabeza. Podemos llegar disfrutar folladas de mierda en ese estado, cualquiera de nosotras.

Y no estaba a discusión, una follada con un acosador era una follada de mierda.

Le di una profunda calada al cigarrillo y esta vez sí solté la risa que su comentario me arrancó.

—Dudo mucho que Suzumiya esté cerca siquiera de entender lo que hace Cerbero, es posible que no lo entienda al cien por ciento nunca, ni en el fondo del pozo. Entiende el principio, quizás, pero los cerebros de archivo no necesariamente entienden las implicaciones de lo que archivan como tal y a veces tampoco es que logren aplicarlo al mundo de forma eficiente... Es un proceso distinto. —Mira que ni idea en qué momento había entrado en modo Sonnen, pero allí estaba soltándole la pasta a la tonta de Alisha—. Es tu amiga, ¿no? O algo así, qué mierda voy a saber yo, pero debe ser frustrante que te cagas.

Peor que recibir una bofetada de la única estúpida que nunca se hizo a un lado a pesar del monstruo que era.

Vete a saber por qué mierdas lo hice, porque no tengo idea, pero me acerqué un poco a su espacio, estiré la mano y le revolví el cabello sin tacto alguno en realidad pero se entendía la intención del gesto.

—Suenas resfriada, estúpida, pero cuando te recuperes deberíamos salir a hacer de las nuestras.


No iba a mentir, un poco chusma sí que era y había parado la oreja para escuchar a Akaisa y Alisha, se me habían escapado varios detalles pero bueno tampoco era algo que me interesara realmente así que lo ignoré mucho después.

—Supongo que sábado está bien —respondí. Bueno luego de pensarlo mejor a Jez seguro le daba un colapso nervioso con la idea de tener que ir a una piscina y usar traje de baño, ¿no? Si la pobre se ponía tensa solo con el uniforme de gimnasia—. Es posible que le diga al hermano de Shawn, pero a saber si se anima, de todas formas no pierdo nada con decirle.

Una parte de mí seguía tensa por la idea de enfrentarme al albino, pero también de alguna forma el hecho de que hubiese tenido la iniciativa de tan siquiera decirme que habláramos calmaba un poco ya no la tristeza, sino la otra parte del desastre que llevaba encima, el jodido enojo que se me había atravesado en la boca del estómago y me había hecho decir un montón de cosas horribles el día anterior.

 

Alisha Welsh

Acabé por relajar la expresión después de unos segundos y bajé la mano, pero seguí con los ojos cerrados un buen rato mientras escuchaba a Katrina. De alguna extraña manera, lo cierto es que oír lo que yo pensaba de boca de otra persona consiguió aliviarme, y vaya que se me estaban empezando a acumular cosas que agradecerle a la chica.

Como sea, sabía que tenía razón por mucho que Konoe me hubiese dicho que no. Era simplemente estúpido comparar una fiebre con la vulnerabilidad que ella estaba sintiendo, y había que ser un cabrón para aprovecharse de ello. Porque venga, ¿no podría haber hecho yo lo mismo con Sasha? Vale que ni su vulnerabilidad fuese como la de Suzu ni mi fiebre como la Gotho, quizás, pero la situación podría extrapolarse y aparte del tonteo, ni se me había pasado pasado por la cabeza pasar ese límite.

Ni siquiera en ese estado de mierda en el que me encontraba podía haberme aprovechado de alguien así.

Qué estupidez.

Asentí solo ligeramente con la cabeza, con aire algo distraído aunque en realidad toda mi atención estuviese puesta en ella. ¿Disfrutas folladas de mierda solo por estar vulnerable? Tell me about it, sweetheart.

Acabé por abrir los ojos de nuevo cuando distinguí su carcajada y la miré de reojo, frunciendo ligeramente el ceño mientras soltaba todo aquello que... venga, tenía que darme unos segundos para procesarlo, ella sabía que yo no era tan lista. Creo logré entender a qué se refería, de todas formas, aunque aquello fuese un discurso más bien digno de Sonnen. Huh, quizás me había acabado adaptando a su forma de soltar la información después de todo y por eso lo entendí, ¿quién sabía ya?

Era, de todas formas, lo de siempre, ¿verdad? Konoe podía saber muchas cosas, podía estudiarse los libros de memoria y soltar la información como si nada pero a la hora de poner esos conocimientos en práctica... simplemente no era tan fácil. De igual manera podía intentar entender el mundo de sombras por el que nos movíamos, podía venir a una, dos o diez fiestas con nosotros y podía creer que se había fusionado con las mismas pero la realidad es que nunca lo haría, nunca lo entendería por completo... y eso era lo correcto, aunque se empeñase en no verlo.

Iba a abrir la boca para, no sé, decir algo más aunque poco quedaba ya por decir, cuando sentí la mano de Katrina sobre mi pelo y la voz se me quedó atorada en la garganta. Tuve que parpadear un par de veces, algo incrédula, para al final soltar una risilla antes de girar la cabeza para mirarla.

¿En serio, Katrina? ¿En serio eres tú la que me está devolviendo un poco del brillo de los ojos?

—Claro~ —respondí, cantarina, dedicándole una de aquellas sonrisas felinas después—. Es una promesa, Kitty-Kat, así que no vas a poder librarte de mí hasta cumplirla~

Le guiñé el ojo con una expresión divertida y levanté el brazo después, con la mano cerrada en un puño, extendiéndolo hacia ella esperando a que me lo chocase.

¿Qué tendría aquella azotea que nos hacía actuar como adolescentes normales de vez en cuando? Curioso.

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Wow, i'm just wow

 

Solo esperaba no haberle dejado la maldita neurona frita, la verdad, porque no sé por qué cojones le había soltado ese montón de mierda pero para mi sorpresa o se hizo la tonta o de verdad consiguió atrapar una parte del discursito, que ya me parecía todo un logro.
No iba a admitirlo nunca realmente, pero una parte de mí se preocupaba por la estúpida de Alisha porque sentía, quizás, de las tres cabezas de Cerbero ella era, quizás, la más genuina... La que tenía algo más de esperanza. Al menos lo sentía luego de haber visto a Wickham el otro día, lo sentí sabiendo el cauce por el que corría yo misma diariamente.

Ira.

Ira.​

Y más ira.​

Solté una nueva risa al escucharla y choqué su puño sin mayor complicación, porque vamos la verdad era que estaba bastante relajada no sé ni por qué.

¿No quieres esto? Ya sabes... ser una adolescente normal por un rato.
​

Venga que recordar las palabras de Sonnen ebrio como una cuba en la noche de la azotea ahora mismo era casi un chiste, ni sé por qué me saltaron a la cabeza, quizás porque estábamos allí, quizás porque faltaba una cabeza de Cerbero, tal vez porque solo había tenido razón el jodido alemán de mierda. No importaba demasiado.
Despegué la espalda de la reja, giré el cuerpo y me recosté en el regazo de Alisha pues porque pintaba. No me interesaba demasiado el tema de ir a resfriarme por acercarme más de la cuenta y quería confiar que la otra no era que me fuese a estornudar encima o que mi sistema inmune sirviera para algo. Le di la última calada al cigarro antes de aplastar la colilla contra el suelo.

—Ya verás la tremenda borrachera que nos vamos a pegar, gringa, digna de álbum.

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agarrame la gayness gabi

 

Alisha Welsh

Bajé el brazo en cuanto sentí que me correspondía el gesto y volví a echar la cabeza hacia atrás, con la vista hacia el cielo. Se estaba estúpidamente tranquilo allá arriba, a pesar de ser tantas personas, y lo cierto es que agradecí no responder al impulso de salir corriendo en cuanto comenzó a aglomerarse.

Sentí el peso sobre mi regazo y bajé la vista solo un poco, con los ojos entrecerrados, solo para comprobar que Katrina se había dejado caer sobre mis piernas como si nada. Ya ni siquiera me sorprendí, si acaso dejé que mis labios formasen otra sonrisa hasta diría enternecida y al final tuve que erguir la cabeza para mirarla mejor.

No lo pensé mucho tampoco, quizás como a ella le había pasado, pero volví a llevar mi mano a su cabello, solo que en aquella ocasión comencé a peinarle el flequillo en un gesto más bien cariñoso. ¿Era el pelo de Katrina negro y se había hecho las mechas o tendría otro color y todo era puro tinte? Nunca me lo había planteado, a decir verdad.

Pero su pelo estaba jodidamente suave.

—I'm so hyped already~ —murmuré, con un tono más suave de lo planeado—. Salir con una chica que me pueda seguir el ritmo promete~ Ah, pero no te enfades cuando te quite los ligues y me inviten a más copas que a ti, ¿eh?

Venga, ¿Akaisa Katrina preocupada por mí? Si pudiese verlo, ni siquiera Aiden tendría los santos cojones de decirme que aquel no era mi sitio, con aquel par de estúpidos disfuncionales que a pesar de todo el desastre sacaban cariño para alguien como yo y a los que, sin importar qué, de verdad quería.

Ladeé ligeramente la cabeza, sin apartar la vista del rostro de la chica, y empujada por un estúpido impulso después de aquella repentina realización, hice la figura de unos kanjis con la yema del dedo sobre su frente.

Gracias.

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Tú no lo sabes pero yo estoy llorando en mi cuarto

 

La verdad es que solo quería acostarme y el regazo de la rubia hacía las veces de buena almohada, no iba a negarlo, no esperaba que la otra volviera a acariciarme el cabello con un tinte distinto, más bien cariñoso pero tampoco la aparté.
El pensamiento me rasgó la mente de repente, si en realidad, en el fondo de nosotros, las tres cabezas de Cerbero podíamos llegar a tener la capacidad no solo de potenciar las llamas del otro, sino también de aplacar el desastre.

Centrarnos.

Controlarnos.

Apaciguar al ira que nos corría por el cuerpo.

Pero joder, nos faltaba tantísimo camino para siquiera rozar esa utopía.

Por eso Joey estaba atrincherado en el club.

Por eso Alisha había terminado en garras de Tolvaj.

Y por eso yo había recibido una bofetada de Shiori.
​

—Darling, si al final te ligo a ti y todos lo sabemos~ —canturreé con cierta diversión en la voz—, pero que nos conseguimos varias copas, nos las conseguimos.

Vete a saber por qué, pero cerré los ojos unos segundos, allí bajo las caricias de Alisha casi como si fuese un gato mimoso y es que quizás muy en el fondo lo era. Sentí su tacto, los trazos que formó con su dedo en mi frente, y se me escapó una risa que no fue burlona ni nada. Solo fue.

—Serás tonta, gringa.


Asentí para confirmar lo del sábado y le dediqué una sonrisa tranquila, que ni idea de dónde me sacaba, pero de alguna manera me alegra eso, poder sonreírle todavía.

—Va a tu año. Es algo tímido y retraído, pero es muy buen chico —comenté mientras jugaba con un mechón de cabello entre mis dedos—. Ojalá puedas conocerlo algún día.

No me lo pensé bien eso sí, que el hecho de mencionar a Yule implicaba por rebote traer a Shawn a colación y ponerlo sobre la mesa, dando la oportunidad de que Kobayashi hiciera cualquier clase de pregunta. Se tensó entonces cuando el apellido del albino salió de la boca de la menor, fue apenas perceptible eso sí, pero había estado allí.
Abrió la botella de agua que le había dado la chica desde hace rato ya y le di un trago algo tímido, para luego estirar la mano y realizar trazos aleatorios con el dedo en el suelo.

No podía mentirle, ¿cierto? No a Kobayashi.

—Supongo que sí le gustaría —murmuré y no me di cuenta que se me había formado una sonrisa algo resignada en el rostro—, pero los últimos días... Bueno, no nos hemos estado juntando mucho y tal vez un poco... Bastante en realidad, me he sentido algo abandonada. Por eso no pensé en él de primera entrada y sí pensé en su hermano menor, también en otra amiga de tercero pero es tímida con eso de llevar poca ropa aunque sea en una piscina.

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Laila gracias por no dejar a Mao en la ignorancia como está haciendo Shiori dios