Ciencia ficción La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Agus estresado, 1 Enero 2020.

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    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

    Acuario
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    Hola.

    Paso a comentar de inmediato, lo más destacado del capítulo de esta semana.

    Lo primero que hay que destacar es la forma tan seria en que se ha dirigido Wida a Lankir. Básicamente lo mandó a volar, sin oportunidad alguna de poder regresar con ella. La conversación que tuvieron me hizo sentir lástima por Lankir. Ahora con lo ocurrido, seguro Lankir se quedará en la tierra. Asumo que no querrá convivir con su Wida, y menos con Aurio, a quien creyó era su amigo, y que se ha aprovechado de la situación.

    La decisión de Lankir de entregarle su arma al general Orikrof, me resulta un tanto sospechosa. Entiendo que Lankir no quiera que Aurio le ponga las manos encima y se haga con su invento. Pero habérsela quitado da la impresión de que Lankir le desea la muerte. Tal vez estoy equivocado, pero esa es la impresión que me ha dado.

    Por otro lado, me alegra que Dustin y Ace hayan despertado, y estén fuera del control de esa extraña sustancia que usaba Tzorkun. Algo que me ha llamado mucho la atención, es el diálogo final de Wagner. A juzgar por lo que dice, pareciera que está interesado en Sharyn de algún modo. A lo mejor, verla en ese estado frágil, ha hecho que Wagner sienta algo.

    Antes de irme, te sugiero que revises el capítulo. Hay una parte donde se repite dos veces el nombre de Angustina; es una parte donde se mencionan los nombres de varios personajes.

    Por el momento, eso es todo por hoy. Quedo a la expectativa de lo que hará el Zenith, de ahora en adelante.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo, pensé que el capítulo continuaría con Black Meteor pero no ha sido así. No obstante, no es algo que me moleste XD de hecho, me ha gustado ver de nuevo al grupo del Zenith. Y obviamente me ha gustado el capítulo. Pasaré a comentar lo más llamativo para mi.

    Ya me lo has oído decir varias veces, pero lo diré una vez más: Aurio y Wida no me caen nada bien, y desde ya, pasan a formar parte de mi imaginaria lista de personajes que desprecio. Se lo han ganado a pulso simplemente por el hecho de ser tan duros y falsos con Lankir. Aurio ha sido una rata cobarde que desde el principio a jugado sus cartas para tener a Wida para él y ella ha esperado la mínima oportunidad para dejar a su novio en detrimento de su mejor amigo. Me sabe fatal por Lankir, él es el xaromitante que más me agrada y su inteligencia de seguro será esencial en el futuro, no me cabe duda. Respecto a Aurio y Wida, si les ocurre cualquier cosa, no me va a importar en absoluto. De hecho, se merecen un susto por esas personalidades que tienen.

    En el capítulo se avanza hasta una semana en varios tramos y vemos que Agustina, Orikrof y Plamo están mejor y que solo quedan Ace, Dustin y Sharyn por despertar, hasta que lo hacen. Pensé que aún seguirían bajo el control de Tzorkun y provocarían una pelea en la nave (cosa que habría sido interesante) pero me alegra que no haya sido así. Los tres están bien y es un alivio. Mención especial para Sharyn, a quién tengo ganas de conocer más a fondo (y al parecer Wagner también, porque se mostró muy pendiente de ella XD). Quizá son suposiciones mías, pero creo que Wagner y Sharyn pueden terminar siendo pareja. Puede sonar raro, pero han tenido un comienzo de relación amistosa prometedor... Wagner le asegura protección y ella de seguro se lo agradecerá.

    No tengo nada más que decir, esperaré el próximo capítulo con ganas. Hasta pronto.
     
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  3. Threadmarks: La jugada del general
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
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    Ciencia Ficción
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    Saludos a Zurel y a Resistance Es muy pronto, pero voy a publicar el siguiente capítulo de esta parte ahora porque voy a tener una semana complicada. Tengo que corregir y entregar un par de cosas para la universidad, y como no sé cuanto tiempo me va a llevar, no quiero dejar el capítulo correspondiente sin publicar. Espero que lo disfruten. El siguiente capítulo a este lo estaría publicando más o menos entre el 22 y el 24 de este mes. Saludos a ambos.




    La jugada del general:

    Wagner, Alicia y Michael llevaron a Sharyn hacia una habitación vacía de la nave, la cual ella utilizaría para descansar a partir de ese momento. Ya que los tres soldados se encontraban bien, y se habían liberado por completo del control de Tzorkun, no era necesario mantenerse en la sala médica, por lo que decidieron liberarla para poder limpiarla, ordenarla y prepararla para la próxima ocasión en que fuera a ser necesitada. Una vez que entraron, Sharyn estaba por irse a acostar.

    — Si necesitas algo, ya sabes que me lo puedes pedir — le decía Wagner, repitiendo sus palabras.

    — Entonces — Sharyn sentía un poco de vergüenza de continuar hablando.

    — ¿Qué tienes? — preguntó Wagner, sabiendo que ella quería pedir algo.

    — Tengo un poco de frío con solo este traje de protección — contestó la chica, un poco avergonzada — ¿Podrías traerme un cobertor más para mi cama?

    — Por supuesto, enseguida te lo traeré — Wagner salió para poder ir a buscarlo.

    Tras la salida del soldado de la habitación, Sharyn quedó sola junto a Michael y Alicia, momento que ella quería aprovechar para poder hablar con ambos acerca de lo ocurrido en el planeta Emiv.

    — Michael, Alicia, si no recuerdo mal, ustedes se llaman así, ¿verdad? — preguntó la chica un poco apenada.

    — Así es, ¿necesitas otra cosa? — preguntó Alicia, que estaba preocupada por Sharyn.

    — Sí, necesito disculparme por las cosas que dije y por mi comportamiento en el planeta — contestó Sharyn, cosa que los dos soldados comprendieron a la perfección — No me comporté de forma adecuada con ninguno de los dos. Nunca habría hecho eso en circunstancias normales, y me da mucha pena haberlo hecho. Espero que me puedan disculpar. Yo nunca intentaría meterme en la relación de dos personas.

    — No estabas actuando por tu propia cuenta — Michael quería hacerle saber que no era culpa suya — No es necesario que te disculpes. Alicia y yo entendemos por lo que pasaste.

    — No te guardo rencor por nada — Alicia quería tranquilizarla — Luego de que Michael me contara todo lo ocurrido, supe que tú no querías hacer nada de esto. Eres solo una víctima más del plan de Tzorkun, que pensaba usarnos a todos nosotros.

    — Aun así, siento que me tengo que disculpar — Sharyn necesitaba escucharlo de ellos — Que sepan que no me meteré entre ustedes dos, ni entre nadie más. Yo no soy así.

    Tanto Michael como Alicia estrecharon la mano de Sharyn en señal de aceptación de sus disculpas. La chica estaba muy tranquila luego de haber podido arreglar las cosas con sus compañeros, incluso aunque no fuera su intención hacer lo que hizo en primer lugar. Ella sentía mucha felicidad por tener compañeros tan empáticos y comprensivos, ya que necesitaría de su ayuda para superar lo que acababa de enfrentar.

    En ese momento, Wagner regresó con un cobertor extra para la cama de su compañera. Ella apreciaba mucho el gesto que su compañero había tenido con ella, y colocó el cobertor en su cama para poder dormir.

    — Gracias, Wagner — Sharyn le sonrió al soldado — Realmente gracias. Es un gusto saber que puedo contar contigo.

    — No lo agradezcas, es parte de mi responsabilidad — Wagner se sentía bien por poder ser de ayuda para otros — Descansa bien.

    Los tres soldados se despidieron de la chica, dejándola completamente sola en su nueva habitación. Sharyn aprovechó ese momento para comenzar a llorar nuevamente, esta vez sin ser vista por nadie más. No quería preocupar a sus compañeros por algo que estaba relacionado a la misión y que solo podría superar por su cuenta. El recordar a todos sus compañeros, y a su comandante le destrozaba el corazón. Ella los apreciaba a todos, y luego de la misión, se había convertido en la única sobreviviente del grupo, todo por culpa de un ser que no quería detenerse a escuchar y que creía que algo sería una amenaza por el simple hecho de provenir de un planeta distinto al suyo. El llanto duraría por mucho tiempo, puesto a que ella había perdido para siempre a varias personas maravillosas.

    Fuera de su habitación, los tres soldados que la habían acompañado decidieron dejarle un tiempo a solas. Ella necesitaría apoyo, pero para poder recibirlo, ella primero debería buscarlo y quererlo. Consideraban que ese era un momento que ella lo necesitaba para estar por su cuenta, así que respetaron eso.

    — Wagner, eres bastante dulce al ayudarla — Alicia le sonreía a Wagner, cosa que este notó — No cualquiera lo haría de la forma en la que tú lo haces.

    — Soy responsable por haber asesinado a Jason, y ella es una chica del Zenith que necesita de mi ayuda — Wagner intentaba no sonrojarse al ver la forma en que Alicia lo apreciaba — Estoy obligado a ayudarle. No solo como miembro del Zenith, sino como ser humano. Hasta que no esté recuperada, no podré estar tranquilo conmigo mismo.

    — Es bueno tenerte en el equipo — Michael también apreciaba las cosas que Wagner hacía — Realmente, me da gusto de que estés aquí. Eres un buen líder.

    — Gracias por la apreciación, chicos, realmente me gusta que se reconozca lo que hago — Wagner se sentía un poco incómodo por recibir halagos de Michael, pero no le molestaba demasiado — Ahora vayamos a ayudar a Dustin y a Ace a regresar a sus habitaciones.

    Los tres soldados regresaron a la sala médica, en donde encontraron a Agustina cuidando de sus dos compañeros, quienes estaban sentados en sus camas, preparados para ser llevados a sus habitaciones. Alicia y Michael ayudarían a Dustin, mientras que Wagner decidió ayudar a Agustina a llevar a Ace a su habitación. Wagner, tras recordar la pelea que tuvo en contra de Ace, y haber sido él quien lo dejó casi noqueado, sentía que lo tenía que acompañar, y así lo hizo. Wagner estaba atendiendo las obligaciones que creía que le pertenecían.

    En el camino, Agustina y Ace aprovecharon para hablar con su líder, principalmente el soldado.

    — Supongo que todo está decidido — Ace aceptó su derrota — Quien se convertirá en comandante serás tú. Mientras yo fui capturado por el enemigo, tú ayudaste a Agustina para que yo pudiera regresar al Zenith.

    — No lo tengas tan claro, Ace — contestó Wagner, que no daba por ganada la competencia — Agustina me contó la forma tan audaz con la que te enfrentaste al enemigo. Eso es algo que yo no creo haber hecho. Y si no me equivoco, fue en contra de esa especie que nos atacó el primer día.

    — Pero yo fui capturado y reclutado — le contestó Ace, quien se sorprendía por lo que decía Wagner y creía que estaba siendo modesto — Me derrotaron.

    — Sí, pero fuiste derrotado por un enemigo que mi padre apenas pudo vencer — las palabras de Wagner volvían a sorprender a Ace — Mi padre quedó casi sin fuerzas luego de su batalla contra él. Siendo el comandante más fuerte del Zenith, apenas consiguió superar en una pelea uno contra uno al enemigo. Eso significa que nadie más lo habría logrado, y eso me incluye a mí — Wagner sabía que eso solo podía significar que debían seguir entrenando — Además, tú estabas cansado por una pelea anterior. Mi padre tuvo una única pelea en todo el día, y no salió ileso de ella. Así que no des por descartadas tus posibilidades de ser comandante.

    — Pero, ¿qué método usará el comandante Zion para decidir? — preguntaba Agustina, que, al saber del asunto, tenía curiosidad.

    — No lo sé, eso es tarea de mi padre — le contestó Wagner, siendo sincero con los dos — Honestamente, creo que estamos empatados. Necesité de la ayuda de Agustina para poder vencerte, y casi no lo consigo.

    — ¿Crees qué tendremos que volver a pelear para poder definirlo? — Ace se iba a preparar apropiadamente para una pelea si ese era el caso.

    — Como te dije, eso lo decidirá mi padre en su momento — respondía Wagner.

    Los tres finalmente llegaron hasta la habitación que Ace y Agustina compartían. El soldado, sabiendo que Ace la tenía a ella para lo que pudiera necesitar, decidió que iría a ver a Dustin antes de irse a dormir, ya que consideraba que Ace estaría en buenas manos. La pareja entró en la habitación, y ambos se recostaron sobre la cama para poder dormir.

    — Me alegra tenerte de vuelta — Agustina se sentía muy feliz por recuperar a Ace — Escucha, Ace, te prometo que no volveré a dejar que esto ocurra. Ya han sido dos ocasiones en donde te manipulan para pelear por alguien por quien no te interesa pelear. Eso es inaceptable. A partir de ahora, a donde sea que vayas, yo iré contigo.

    — Y yo estoy feliz de que tú te preocupes tanto por mí — Ace le dio un abrazo a su novia — Yo creo que tengo que aprender a que no puedo derrotar a todos los enemigos por mi cuenta. Me quedé luchando contra Sieng porque creí que lo vencería, y que sería peligroso hacer que se acercara a ustedes. Pero a partir de ahora, voy a mantenerme cerca de ti en cualquier pelea. Nos ayudaremos mutuamente. Si no podemos ganar, no nos quedará otra opción más que huir, pero no me volveré a separar de ti ante una lucha contra el enemigo.

    — Si ellos no pelean por su cuenta, entonces nosotros tampoco tenemos que hacerlo — Agustina estaba totalmente de acuerdo con lo que decía su novio — A partir de hoy, tú y yo seremos inseparables. No quiero que vuelva a pasar nada de lo que ocurrió en el planeta Emiv — la chica no le quería contar sobre su encuentro cercano a la muerte antes de que Ace despertara — Tú y yo tenemos que permanecer con vida, y cuidarnos el uno al otro. Por nuestro sueño.

    — ¿Sabes? Yo no recuerdo haberte dicho esto, pero cuando estaba bajo el control de Tzorkun, me puse a pensar en lo que tu dijiste — le contestaba Ace, dejando un poco confundida a la chica — Y lo que más quería era lo mismo que tú me dijiste a mí. Deseo estar contigo siempre, y que formemos una familia juntos. Lo deseo aún más que encontrar las respuestas a la Catástrofe. Cuando entendí que Tzorkun no estaba interesado en eso, lo pude pensar bien, y decidí que eso es lo que quiero. Así que, tenemos que buscar una forma para finalmente encontrar las respuestas. Una vez que lo hagamos, nada nos impedirá vivir felices juntos.

    Agustina sentía una gran felicidad invadiéndola tras escuchar que el sueño de su novio era igual al suyo. Los dos compartían la misma visión para el futuro, y lo único que se entrometía entre la vida que ellos querían era la incógnita que envolvía el misterio de la Gran Catástrofe. Los dos sabían que, una vez que dichas respuestas fueran encontradas, no sería necesario seguir explorando el espacio exterior, y mucho menos luchar en contra de nadie, incluyendo a los soldados de Black Meteor. Era una sola cosa la que los mantenía alejados de la vida que querían, y ambos estaban dispuestos a quitarse ese peso de encima.

    Antes de irse a dormir, Wagner pasó por la habitación de Dustin para poder hablar con él, puesto a que era su mejor amigo entre sus compañeros. El soldado ya se encontraba solo, puesto a que Michael y Alicia lo habían acompañado a su habitación y se habían retirado luego de verificar si él necesitaba algo. Los dos estaban algo cansados, por lo que sería una charla rápida.

    — Hey, ¿estás bien? — Wagner quería asegurarse de que no le faltara nada, ya que consideraba que Dustin podría haber necesitado algo y no haberlo pedido a Michael y Alicia.

    — Michael y Alicia ya me preguntaron eso, yo por mi parte estoy bien — Dustin observó a su gran amigo — ¿Y qué hay de ti? ¿Estás bien? Tienes una cara algo rara en estos momentos. ¿Te preocupa algo?

    — Sí, me preocupa Sharyn — Wagner era sincero con su compañero — Realmente, espero que ella se encuentre bien para cuando lleguemos a la Tierra. Es mi responsabilidad ayudarla a eso, y espero poder hacerlo. Porque nosotros vinimos para rescatarla. Haberla traído a la nave es solo apartarla de las manos del enemigo, pero ella no se sentirá rescatada si no la ayudo a superar lo que vivió en ese planeta. Yo me siento nervioso de pensar en eso, y estuve ahí durante tres días. No me quiero imaginar lo que ella vivió.

    — Sé que debe ser difícil para ella — Dustin realmente no pudo considerar las cosas desde el punto de vista de Wagner — Yo tuve que vivir por pocas horas lo que ella sufrió por semanas. No fue nada agradable, pero sentía que no podía hacer nada al respecto. Tzorkun es un monstruo.

    — Ya que tú viviste algo similar a ella, aunque el tiempo no fuera el mismo, apreciaría mucho si pudieras ayudarme para que se mejore — Wagner sabía que su compañero le podría dar una mano — Eres la persona más confiable que puedo encontrar, y me gustaría que lo hicieras.

    — Eres un buen amigo, Wagner, tú me salvaste la vida hace tiempo — Dustin le recordaba su acción.

    — En realidad, solo retrasé lo que parecía ser inevitable — Wagner contestó creyendo que eso no era cierto — Quien te salvó la vida fue Michael.

    — Si no hubieras hecho tiempo para que él llegara, él no habría podido salvarme — le respondió Dustin, creyendo que Wagner no se daba crédito suficiente — Además, estoy seguro de que, si él no hubiera llegado, tú no habrías dejado que me mataran. Aunque no lo quieras aceptar, yo te debo la vida. Y eso es una deuda que no podré pagarte hasta que me toque salvarte a ti. Es por eso que, hasta que ese día llegue, toda la ayuda que necesites, la tendrás.

    — Gracias Dustin — Wagner le estrechó su mano a su compañero — Realmente puedo considerarte como mi mejor amigo.

    — Y yo desearía que pudiera ser algo más — Dustin iba a confesarle sus sentimientos a Wagner — Porque yo… eres especial para mí, Wagner. Tú sabes que siento algo por ti.

    Aunque Wagner estaba consciente de las elecciones de Dustin, él realmente nunca creyó que su compañero pudiera sentir algo así por él. No compartía el mismo sentimiento, y hasta le parecía sorpresiva esa confesión, pero a pesar de todo, lo apreciaba mucho.

    — En realidad, no lo sabía, esto me toma por sorpresa — Wagner no se sentía incómodo por lo que decía — Agradezco tu sinceridad, y que siempre me hayas respetado, a pesar de tus sentimientos. Pero, lo nuestro no puede ser más que una amistad, Dustin. Siempre seremos amigos, los mejores que puede haber, pero yo siento algo por alguien más.

    — Se trata de Alicia. ¿Estoy en lo cierto? — fue la pregunta de su compañero.

    Wagner no dio respuesta a la pregunta de su amigo, solamente se quedó callado. Hizo un gesto casi imperceptible con la cabeza, pero eso fue más que suficiente para que Dustin supiera que él había acertado en su teoría.

    — Wagner, Alicia está con Michael — le decía su compañero.

    — Eso ya lo sé — contestó Wagner, esperando una respuesta mejor de Dustin — Si tan solo yo la hubiera conocido antes que él. Quizá las cosas serían diferentes.

    — Mira, es difícil aceptar que alguien por quien te sientes atraído no te corresponde, pero deberías hacerlo — su amigo le daba un consejo — No puedes estar pensando en ella todo el tiempo. Eso no te hará ningún bien.

    — No es tan sencillo como parece, ¿tú acaso ya aceptaste que no siento nada por ti? — le preguntó Wagner, queriendo conocer su respuesta.

    — Me costará, pero lo aceptaré — contestó Dustin, queriendo ayudar a su compañero — Alicia es feliz con Michael, y si tú no aceptas eso, vas a estar un gran tiempo guardando rencor. Tal vez no contra Alicia o contra Michael, pero quizá contra ti mismo. Tú lo dijiste “si tan solo la hubiera conocido antes”. Debes aceptar que no fue así, y que las cosas son como son. Te hará bien, Wagner. Y como tu amigo, quiero lo mejor para ti.

    — Agradezco tus consejos, Dustin — Wagner realmente no creía que fuera tan sencillo como él decía — Pero es más fácil decirlo que hacerlo.

    — Pero debes hacerlo. No pases más tiempo pensando en ella. No te hará ningún bien, Wagner. No estoy diciendo esto como un mal amigo. Todo lo contrario. Puedo ver que no te estás haciendo bien con esto.

    — Lo intentaré, Dustin. Créeme que lo intentaré.

    Finalizada la conversación, el soldado dejó la habitación para que Dustin pudiera dormir, mientras se retiraba a descansar pensando en las palabras que había escuchado de él. Ciertamente, con todo lo ocurrido, tendría muchas cosas en que pensar antes de poder cerrar los ojos.

    […]

    Dos semanas después, la nave había llegado a la Tierra tras haber completado un largo viaje, el último que iban a realizar, de acuerdo a las cosas que el comandante Zion había dicho. La nave aterrizó en las cercanías de una de las bases del Zenith que se encontraba cerca del mar y de un puerto. En dicho lugar se encontraba Magnus, junto a varios soldados del Zenith; Terrior que iba en compañía de los xaromitantes, y también había algunos garak. Cerca de la base, había una nave garak de gran tamaño, muy similar a las del Zenith.

    Una vez que la nave aterrizó por completo, todos bajaron de la misma y pudieron ver con algo de sorpresa a varios garak en ese lugar. Esperaban ser recibidos por los líderes del Zenith y de los xaromitantes, pero no esperaban verlos allí. Plamo se preocupó, puesto a que creyó que algo grave habría ocurrido. Cuando se acercaron a su encuentro, él fue el primero en hablar.

    — ¿Pasó algo malo en el planeta Garak? — Plamo dejó ver su preocupación.

    — No tienes que preocuparte — contestó Magnus, hablando en lugar de ellos — Hubo un problema, pero no es muy grave. Se trata del satélite que comunica nuestros dos planetas. Sufrió una avería, y las comunicaciones están tardando más de dos días en llegar.

    — ¿Cómo se averió? — preguntó Agustina, sabiendo que era responsabilidad suya y de Ace reparar el satélite, puesto a que los técnicos del Zenith no podían dejar el país.

    — No lo sabemos, pero creemos que se trata de una falla pequeña — contestó Magnus quien no tenía todos los detalles — Las comunicaciones llegan. Tarde, pero llegan, lo que quiere decir que no necesita de una gran reparación. Igualmente, ese no es el motivo por el que vinieron los garak.

    — ¿Entonces cuál es? — Dustin realmente quería conocerlo.

    — En primer lugar, déjenme darles la bienvenida de regreso a la Tierra, algo que no pude hacer apenas llegaron — Magnus miró a Plamo, el responsable de que no hubiera podido darles una bienvenida apropiada — Ahora explicaré algo importante, y luego los haré pasar para que descansen tras la misión. Terrior, esto te involucra. Así que, creo que sería mejor que lo dijeras tú.

    — Luego de discutir un tiempo con Magnus — empezaba el líder de los xaromitantes — Creemos que lo mejor será que nosotros nos vayamos de la Tierra, y que vivamos junto a los garak en su planeta — las cosas que dijo Terrior sorprendieron a muchos — Magnus dice que estaremos más seguros en un planeta donde no haya conflictos ni divisiones, y yo estoy de acuerdo — tras terminar de hablar, miró a Plamo, siendo el único garak allí — Magnus me hizo hablar con tu líder, y él expresó que no tiene problemas. Es por eso que esperábamos que tú pudieras acompañarme a mí y a los míos hacia tú planeta.

    — No tengo problema en hacerlo — Plamo creía que era algo muy oportuno — Yo también quería viajar a mi planeta luego de que la misión terminara. Y si Asmir dijo que sí, entonces no soy quien para oponerme.

    — Me alegra que estés de acuerdo con hacerlo — Magnus se alegró de que no hubiera problemas — Imagino que están cansados por el viaje y por la misión en sí, así que, me gustaría que todos me acompañaran hacia adentro. Podrán sentarse y podremos hablar tranquilos.

    Dicho y hecho, Magnus, Terrior, algunos garak y todo el equipo del Zenith que acudió a la misión, caminó hacia el interior de la base militar. Allí dentro, todo el equipo tomó asiento cerca de una mesa con comida y bebida para que cada uno pudiera tomar lo que quisiera. Magnus, Terrior y los otros garak que estaban allí se quedaron de pie. Observaron cómo algunos de ellos tomaban algo de comida, y como otros decidían beber algo, por lo que esperaron a que finalizaran para dar comienzo a la charla. Una vez terminó, Magnus y Terrior iban a continuar con las noticias. Los dos líderes, quienes habían escuchado el reporte que Zion había mandado, ya conocían varios de los detalles de la misión. Los que habían muerto, lo que había pasado, y también, las máquinas que habían traído a la Tierra.

    — Lamento mucho las pérdidas que han sufrido — Magnus expresaba su tristeza por los que no habían vuelto — Domir, la tripulación de Roger, los xaromitantes que fueron con ustedes.

    — Wida, lo lamento mucho — Terrior sabía que ella sería quien más sufriera la muerte de Gan — No puedo creer que lo hayan asesinado. No me imagino como debes sentirte. Yo también me siento mal por haberlo perdido.

    — Plamo, antes de que te vayas, quiero que sepas que tienes mis condolencias, y que Asmir y todos los amigos y familiares de Domir en Garak las tienen — habló Magnus, mostrando empatía con el garak.

    — Gracias, Magnus. Usted es una persona muy amable — Wida apreciaba que Magnus y Terrior expresaran su pesar por la muerte de los caídos.

    — En verdad se lo agradezco mucho, aunque no sea la gran cosa, es importante para mí — Plamo apreciaba las palabras del líder del Zenith.

    — Como bien saben, los xaromitantes se irán al planeta Garak — Magnus quiso darles una noticia — Por lo tanto, si ustedes no quieren formar parte de la misión que sigue a continuación en el planeta Fientlig, son libres de marcharse junto a ellos.

    Todo el grupo centró su mirada en el general Orikrof, Wida, Aurio y Lankir, esperando a que uno de ellos expresara su deseo de apartarse de la misión por el momento y de esa forma, procedieran a retirarse al planeta Garak junto con Plamo, los garak que habían traído las naves, y también Terrior y el resto de los xaromitantes. En un principio, nadie levantaba la mano, y Magnus estaba por retomar sus palabras, pero Lankir sorprendió a todos al levantar la mano.

    — Si me lo permiten, yo no me siento preparado — comentó el xaromitante, cuya naturaleza no era cien por ciento la de un guerrero — Estuve entrenando, pero no me considero capacitado para pelear en contra de las bestias que habitan en ese planeta, por lo cual, yo me retiro — Lankir observó a Aurio y a Wida, y pudo notar como una sonrisa de alivio se formaba en el rostro de ambos — No abandonaré la misión para explorar el espacio. Pero me falta entrenamiento. Soy el primero en reconocerlo.

    — Entonces, supongo que tú y yo nos marcharemos juntos — Terrior se sentía aliviado de que su hijo se apartara de una misión tan peligrosa si no estaba preparado.

    — Eso no es todo — Magnus miró a Ace y Agustina — Ustedes tienen que ir con ellos y ayudar a reparar el satélite — los dos soldados se sorprendieron, ya que Magnus los estaba sacando de la misión en Fientlig — Asmir y los garak son aliados, y no podemos estar más tiempo con comunicaciones atrasadas. Quiero que Plamo, los garak, los xaromitantes y ustedes partan lo más pronto posible hacia Garak. Si están listos para partir ahora, entonces, los dejaré marchar.

    — Los xaromitantes están listos — Terrior hablaba en representación de su gente.

    — Yo no tengo nada que me esté frenando para irme ahora si lo requieren — Plamo estaba listo para poder marcharse — Solo restan ustedes.

    El grupo completo miró a Ace y Agustina, quienes tenían que decidir si necesitaban más tiempo antes de partir. Para los dos soldados fue una gran sorpresa esa notificación. No había pasado media hora desde que llegaron a la Tierra, y ya estaban por marcharse de nuevo. Técnicamente, nada les impedía marcharse en ese mismo momento, más que despedirse de sus compañeros.

    — Queremos despedirnos de ellos antes de partir si es posible — solicitó Agustina.

    El líder del Zenith solamente asintió con la cabeza, dándoles el permiso y el tiempo necesario para poder despedirse de ellos. Todos los soldados, incluida Sharyn, que era quien menos tiempo llevaba conociendo a la pareja, se puso de pie para despedirlos.

    — Tengan mucho cuidado en ese planeta — Agustina saludó a Gwyn y Alicia — Gwyn, tú ya sabes a lo que te vas a enfrentar. Pero Alicia no lo conoce.

    — Michael, no dejes que le pase nada — agregó Ace a lo dicho por su novia — Ni a ella, ni a ti, ni a nadie.

    — Nos cuidaremos muy bien entre nosotros — le contestó el soldado, estrechando la mano de Ace — Volveremos a vernos una vez que terminemos con esto.

    — Y cuando nos veamos, ya tendremos una pista más certera de a donde tenemos que apuntar la búsqueda de las respuestas a la Catástrofe — comentó Gwyn, abrazando a la pareja.

    — El tiempo dirá si podremos usar a las criaturas de Fientlig para nuestro bien o no — Thomas saludó a Ace — ¿Ustedes que opinan sobre todo esto?

    — Yo creo que es bastante peligroso — Agustina sentía un mal presentimiento por esa misión — Es por eso que quiero que se cuiden mucho y no se confíen. Recuerda lo que te pasó la última vez que estuviste en ese planeta.

    — Eso no volverá a ocurrir — Thomas quería tranquilizar a su amiga — No te preocupes. Estaremos bien. Una vez que hayamos terminado, les contaré sobre cómo llevamos a cabo la lucha en ese planeta.

    — Wagner, espero que no me saques mucha ventaja en esto — Ace estrechaba la mano de su amigo y rival — Cuando nos veamos de nuevo, quiero que volvamos a pelear.

    — Lo haremos, Ace, no tengas dudas de que así será — Wagner se sentía mal por no poder contar con Ace en una misión como la que iban a enfrentar.

    — En el caso de que ya no nos veamos más, te quiero desear suerte — Agustina habló con Sharyn, quien no había expresado si se quedaría en el equipo o no.

    — Lo mismo digo, pero sería bueno que nos volvamos a ver — Sharyn se despidió de su compañera.

    — Ace, Agustina, ojalá no se aburran mucho con ese satélite — Dustin quería romper un poco la frialdad de la conversación.

    — Y tú no te confíes mucho con esas criaturas, que no son más débiles que los enemigos a los que nos enfrentamos, a pesar de tener menos inteligencia — Ace daba una advertencia a su compañero.

    Las charlas terminaron, y los dos soldados habían terminado de despedirse de sus compañeros. Terrior observó con mucha curiosidad que su hijo Lankir se había puesto de pie y se había acercado a la salida. Era justamente él quien estaba más cerca de la misma, incluso Plamo había permanecido en su asiento mientras los humanos se despedían. Claramente, esa conducta le llamó bastante la atención a su padre, quien quiso remarcárselo.

    — Lankir, ¿tú no te despides? — Terrior no tenía idea del porqué de la actitud de su hijo.

    — Le deseo la mejor de las suertes, general, aunque sé que no la necesita porque le dará un buen uso a mi arma — Lankir lo decía en un tono bastante poco amigable.

    Luego de haber dicho eso, el xaromitante no volvió a decir otra palabra. A Terrior le llamó mucho más la atención que no se despidiera de Wida, que era su novia, ni de Aurio, que era su mejor amigo. Claramente, algo había ocurrido entre los tres en el planeta Emiv, algo que Terrior no había visto en el reporte, por lo que debería de hacerle esa pregunta a Lankir. Aunque una parte de él tenía miedo de que esa actitud estuviera relacionada a la muerte de Gan, quien era un gran amigo de Lankir. Más allá de eso, Lankir era su hijo, por lo que Terrior le haría esa pregunta para conocer lo ocurrido tarde o temprano.

    Las despedidas terminaron, y luego de que Plamo saludara al resto del equipo, los garak, los xaromitantes que se marchaban junto a Terrior y Lankir, y Agustina y Ace, se marcharon del lugar. Tal y como se había acordado, a partir de ese momento, los xaromitantes vivirían en el planeta Garak, puesto a que, como lo decían Magnus y Terrior, era lo mejor para ellos. Tendrían mucho más espacio para moverse con libertad en un planeta completo que en un pequeño país de la Tierra. Además, por lo que ellos recordaban, la llegada y estancia de los xaromitantes en el planeta no se hizo de público conocimiento, y lo que menos deseaban era que esa situación pudiera despertar algún malestar en el resto de países, aunque técnicamente, no les afectaba en nada de forma directa.

    Wida y Aurio miraron muy seriamente como Lankir se iba junto a su padre. La pareja de xaromitantes, que habían dado inicio a su relación, se sentían aliviados por la ausencia de Lankir en esa misión. Los dos se sonrieron para luego tomarse de las manos. Ese gesto fue notado solamente por Wagner, quien había llegado a formar una amistad mayor con Lankir que con los demás. Estando él en una situación parecida, él sabía lo que Lankir podría estar sintiendo en ese momento, solo que lo suyo era algo más grave, puesto a que la chica con la que estaba, lo había reemplazado por alguien más. El soldado del Zenith llegó a preguntarse si Lankir se retiró de la misión por eso, más allá de haber dicho que era por no sentirse preparado. Eso sería algo que preguntar cuando se volvieran a ver.

    Luego de que la gran mayoría se hubiera marchado, en la sala solo quedaban Magnus y los miembros que participarían en la misión del planeta Fientlig.

    — Esta misión en la que se embarcarán es bastante importante — les comentaba el líder del Zenith a todos los presentes — Incluso si el plan para controlar a las bestias de aquel planeta no da resultado, el viaje hacia allá habrá valido la pena si conseguimos obtener una muestra de gran tamaño de la radiación. Con eso, el escáner nos llevará directamente hasta el lugar de origen de la misma, que tiene que ser el mismo de donde provinieron los meteoritos. Y una vez allí, las respuestas serán nuestras.

    — ¿De qué forma vamos a proceder? — Zion estaba cansado de quedarse callado mientras los demás hablaban de cosas que a él no le importaban mucho.

    — En primer lugar, mientras nosotros estamos aquí, los soldados de esta base se están encargando de descargar las máquinas y las plantas que ustedes trajeron — la explicación de Magnus les hizo entender por qué varios soldados del Zenith se habían quedado fuera — Instalaremos las máquinas aquí, y será aquí mismo en donde llevaremos a cabo este experimento. Todos ustedes irán al planeta Fientlig mañana por la mañana, y ya saben lo que deben hacer. Tienen que capturar un mínimo de tres criaturas para que podamos experimentar de forma correcta, al mismo tiempo que deben traernos muestras de la radiación. En el orden en que las consigan no es importante, y el tiempo tampoco lo es.

    — Espere, antes de eso hay algo importante — Wagner recordó que Sharyn no había revelado si ella iría con ellos a Fientlig o no — Sharyn — la soldado miró a Wagner — ¿Recuerdas que te dije que podrías elegir si seguir la misión junto a nosotros o quedarte en el Zenith? No lo he olvidado, y tú no deberías quedarte callada en esto. ¿Qué es lo que vas a elegir? ¿Permanecerás junto a nosotros, o prefieres quedarte aquí en la Tierra para ayudar con el experimento?

    La chica realmente se sorprendió de que Wagner recordara lo que le había mencionado hace dos semanas en la nave. Ella creía que solamente lo decía para tranquilizarse, y como nadie se lo había preguntado, se sintió con la obligación de participar en esa misión. Pero ahora que Wagner le había confirmado que ella tenía la libertad de elegir lo que quería hacer, realmente se sentía motivada para realizar la misión junto a ellos. Su compañero no había mentido ni tampoco había olvidado su palabra. No solo eso, sino que, a lo largo del viaje de regreso a la Tierra, él se había mostrado atento a sus necesidades, todo desde el primer momento. Sharyn estaba muy agradecida con él, y por eso, su decisión fue sencilla.

    — Me eligieron para formar parte del equipo del comandante Roger Fields porque era de las mejores soldados en la academia — contestó Sharyn, recordando el día en que le notificaron que ella iría al espacio en busca de respuestas — Quedarme atrás sería una falta de respeto a mis compañeros caídos, y también a mí misma — se tomó una pausa antes de seguir — Iré con ustedes al planeta Fientlig. Y, de hecho, quiero que me den la oportunidad de seguir en este equipo una vez que la misión termine.

    — En ese caso, eres bienvenida a mi unidad — el comandante Zion estaba muy contento de contar con un soldado más para que luchara junto a ellos — Recuerda que debes tener un extremo cuidado en esta misión. Tú eres la única que sabe cómo funcionan estas máquinas, y vamos a necesitarte para que nos ayudes.

    — Si me necesitan para eso, puedo ayudar a los soldados a instalar las máquinas aquí mismo y explicarles cómo se realiza el procedimiento — la chica estaba decidida a dejarles varias notas que lo explicaran todo, en el caso de que algo pudiera llegar a ocurrirle, para que cualquiera pudiera llevar a cabo el experimento.

    — En realidad, considero que es algo que todos nosotros deberíamos aprender — Magnus pensaba que todos los presentes deberían estar en la sala en el momento de que Sharyn explicara todo — Llamaré a un grupo de científicos del país que se encargarán del experimento para que también puedan ver eso. Una vez que lleguen, todos iremos a la sala para que nos expliques todo sobre el método de Tzorkun para controlar a otros seres vivos.

    Magnus, el comandante Stones, Wagner, Dustin, Alicia, Michael, Thomas, Gwyn, el general Orikrof, Aurio y Wida sentían un genuino interés en conocer la forma en la que Tzorkun hacía funcionar la máquina. Algunos de ellos, creyendo que Sharyn se quedaría atrás en la Tierra mientras el resto acudía a la misión en el planeta Fientlig decidieron no decir nada sobre sus deseos de aprender el funcionamiento de la tecnología y procedimiento, para no parecer niños curiosos con un tema que a lo mejor no les concerniría. Pero viendo que Sharyn se iría con ellos y que su líder les daría la oportunidad para que lo aprendieran, decidieron que sería algo muy tonto de su parte el dejarla pasar. Después de todo, cabía la posibilidad de que, en el futuro, alguno de ellos tuviera que encargarse de manipular las máquinas para cumplir con ese propósito, por lo que sería prudente no perderse una explicación como esa.

    El general Orikrof era de todos ellos quien más interesado estaba por saberlo todo acerca del funcionamiento de dichas máquinas. Llevar a cabo el robo de las mismas a Tzorkun fue idea suya, y si lograban tener éxito en esa operación, ya no correrían el mismo peligro que habían atravesado en el planeta Emiv. La jugada para tomar el control de las bestias de Fientlig fue suya, por lo que tenía mucho interés en ver su plan convirtiéndose en una realidad y que además le fuera útil al equipo.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos, debo decir que éste capítulo ha bajado en cuanto a nivel de interés respecto a los anteriores, pero es comprensible puesto que se trata de un capítulo de transición. Realmente no me ha entusiasmado, pero ha estado bien. Pasaré a los detalles que más han llamado mi atención.

    No es que quiera que ocurra ni nada por el estilo, pero algo me dice que Wagner y Sharyn avanzan hacia una relación amorosa futura. El hijo del comandante se muestra especialmente atento con la soldado nueva, quizá demasiado, y se atribuye que simplemente quiere ayudarla cuando es la primera vez que le veo tan atento con un compañero. Quizá me equivoque, pero veo que él tiene cierto interés o que al menos, tiene curiosidad por conocerla más a fondo. Por parte de Sharyn, está claro que agradece y mucho los actos de Wagner, pero no la veo tan encima cómo a él. Eso sí, se nota que ella capta esos detalles de Wagner, que se muestra muy pendiente de sus necesidades. En definitiva: serían una pareja interesante, aunque de momento, quiero ver más a Sharyn para así conocerla.

    El capítulo ha estado bien pero en cuando a los diálogos de agradecimiento entre compañeros se me ha hecho un poco pesado. No digo que no me guste, simplemente se me hizo algo agotador ver que pasábamos de unos personajes a otros y en su mayoría se agradecían la ayuda recibida y recordaban que x les había salvado en su momento. Está bien que se agradezcan, por supuesto XD, pero creo que podría haberse explicado y ya. Por otro lado, Agustina le confiesa a Ace que quiere formar una familia con él y... siéndote sincero, no veo esa familia. Tú ya sabes cuál es mi postura respecto a parejas de Ace, pero va más allá de eso, y es que simplemente no veo que Agustina tenga mucho más recorrido en la historia. A mi juicio, su muerte debió producirse con la descarga del arma de Tzorkun, pero no fue así y me explicaste porqué. En fin, creo que Agustina no tiene mucha más historia en la historia (valga la redundancia).

    Luego tenemos un salto temporal de dos semanas (hiciste bien, ver varios capítulos más sobre el viaje se habría hecho monótono) en el que han llegado a la Tierra. Lo primero que me sorprende aquí es el hecho de que los xaromitantes deciden irse a vivir al planeta Garak. Si bien es lógico por todo lo que conlleva su presencia en la Tierra (otros países podrían poner problemas) se me hace extraño. Estas especies apenas han interactuado y de pronto van a vivir juntas en el planeta de una de ellas. No quita que sea lógico y sensato, pero opino que debería haber habido más interacción en general entre estas especies. Sería muy distinto que los xaromitantes enviasen a su gente a ayudar a los garak a pelear contra un enemigo en su planeta, o al menos así lo veo yo. Al margen de esto, estoy seguro de que ambas especies intercambiarán conocimientos para bien.

    Finalmente, parte del grupo se irá a Flientig para la misión de reclutar bestias. Y aquí llega la segunda sorpresa para mi. No entiendo que Ace y Agustina sean apartados de la misión solo para reparar un satélite de comunicaciones. A menos que eso les lleve a una subtrama interesante, no lo comprendo, especialmente por Ace, quién se juega ser comandante contra Wagner. Quitarle de la misión es darle ventaja al rival, salvo que esa misión no se tenga en cuenta para éste. No sé, se me hace raro que esos dos personajes sean quitados de la trama principal en estos momentos. Lo de Plamo lo entiendo, incluso lo de Lankir (respecto a él, debo añadir que en cada capítulo que pasa, les cojo más asco a Wida y Aurio... ¿sonriendo simplemente porque su compañero decide no ir en la misión al considerarse débil en combate? Que les jodan :v) y me alegra que Sharyn se una definitivamente al grupo y a la misión, cómo ya dije anteriormente, quiero ver cómo evoluciona su personaje.

    PD: Casi se me olvida. Respecto a Dustin, al parecer, aquí se confirma que es homosexual. Debo decir que es interesante que haya personajes con diferente sexualidad, pero ha sido completamente inesperado que alguien cómo Dustin que ya lleva cierto tiempo en la historia, de pronto se declare homosexual a su mejor amigo Wagner. Desde que apareció, no recuerdo que se mencione siquiera algún detalle que indique su sexualidad y ahora de repente cambia todo. No me desagrada en absoluto, todo lo contrario, pero creo que es algo que debería haberse abordado un poco antes. Por cierto, le deja bien claro a Wagner que se olvide de Alicia (gracias, Dustin, a ver si te hace caso XD).

    Creo no dejarme nada más por comentar, al menos nada que me haya llamado la atención. Hasta la próxima.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Hola amigo. Te agradezco por comentar. Responderé a varias cosas que me has resaltado empezando con esta. Es verdad, estos capítulos son más débiles a comparación de los anteriores, pero tal y como lo he dicho, el clímax ya ha ocurrido. Los capítulos que vienen serán muy parecidos a este que acabas de ver, quizá un poco mejores, pero no esperes algo que se le acerque a lo que has visto hace unos capítulos atrás.

    Bueno, quédate tranquilo, porque irás conociéndola más con el pasar de los capítulos.

    Creo que te comprendo, y tienes razón. Si no me equivoco, será el último capítulo que mostrará algo de esta forma. Al menos, no recuerdo haber escrito otro similar.

    Bueno, hubo una razón por la cual la dejé con vida. Créeme, que pude haberla matado ahí, incluso yo mismo reconozco que una muerte así cuando el enemigo ya estaba derrotado y cuando Ace estuvo bajo el control de este lo habría dejado destrozado y habría servido mucho para elevar aún más al personaje de Ace. Sin embargo, hubo una razón por la cual la dejé con vida. Pronto lo descubrirás, y te darás cuenta de que la necesitaba a ella para eso. Ya luego me dirás si crees que ha valido la pena o no.

    Bueno, aquí te doy la razón otra vez. Pero para ellos es más seguro estar en un planeta donde todos viven en paz que quedarse en un país solo donde hay otros países que podrían verse atraídos a un conflicto si se llegara a descubrir la verdad. Es por eso que los xaromitantes se han ido de la Tierra. Pero sí, verás un poco de la interacción entre ellos y los garak a su debido tiempo.

    Aquí diré la verdad. No es que los esté apartando de la trama (bueno, sí lo es, pero no es intencional XD) es solo que, para lo que tengo planeado en el futuro, Ace y Agustina no deben regresar a Fientlig. No puedo revelarte los detalles ahora, no es la gran cosa, y la explicación no hará que saltes de la silla, pero si te lo revelo sería un spoiler para las cosas que van a venir. Cuando planifiqué la historia, decidí que lo mejor sería que ellos dos no regresaran a Fientlig (sí, se que en ese planeta ambos se acercaron aún más, pero no es eso a lo que me refiero ahora) y necesitaba una excusa para que no viajaran allí. Por eso, lo más sencillo que se me ocurrió era hacerlos ir a reparar un satélite, el cual se rompió convenientemente para alejarlos de ese planeta. No es lo mejor del mundo, pero es lo único que encontré. Lo puedo justificar con algo simple: enviar una nave de Zenith hacia Garak, que reparen el satélite y luego que la nave regrese implica un costo grande y gasto de recursos. Por eso hice que enviaran a dos soldados a la reparación del satélite, para que, luego de terminada la misión, tuvieran que quedarse a la espera de sus compañeros. Como ves, es algo lógico. No por eso es bueno, pero creo que su lógica la tiene.

    Y no te preocupes por el asunto entre Wagner vs Ace por el puesto de comandante. La misión de Fientlig no influirá en la decisión para el puesto. Hacerlo sería poner a Wagner como comandante sin que él ganara, sino haciendo perder a Ace, lo cual no es justo. Por eso, las cosas se mantendrán iguales para ambos, al menos de momento.

    Bueno, eso no es del todo cierto. Hubo una insinuación pequeña (muy pequeña) de esto en la parte III:

    Y además, en varios capítulos has visto que Dustin se ha mantenido muy cerca de Wagner, de hecho, él es con quien más ha interactuado. Sé que eso no grita a los cuatro vientos que Dustin sea homosexual, pero tampoco es que haya sido algo que salió de la nada. Sé que lo de Zoey en la parte I es diferente porque ella ha tenido comentarios en voz alta que han descubierto su atracción hacia las mujeres, y que lo de Dustin ha sido más discreto (por lo que se ve, mucho más) pero tampoco quería que Dusitn fuera un personaje que esté repitiendo a cada rato su orientación sexual, o que demuestre atracción hacia Wagner en cada ocasión que pueda, ya que así no es su personalidad. Aquí Dustin acababa de despertar del control de Tzorkun, y mucho más importante, Wagner lo salvó de morir asesinado en el planeta Emiv por un malentendido, por eso elegí que el mejor momento para que él se le declare sea ahora y no más adelante.

    Ojalá los próximos capítulos te agraden más que este. Como dije antes, el clímax ya terminó y no habrá un segundo clímax en esta parte. Pero eso no quiere decir que los eventos vayan a ser tan aburridos. No puedo decir mucho, pero pronto lo verás.

    Saludos.
     
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  6.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

    Acuario
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    Hola. Es hora de comentar lo más destacado en el capítulo de esta semana.

    Lo primero que quiero destacar tiene que ver con Sharyn y Wagner. Desde que llegaron a la nave, se ha visto a un Wagner muy pendiente de su compañera, diría que demasiado, y se lo atribuye solo por querer ayudarla a superar lo que vivió en el planeta Emiv. Sharyn, en cambio, se ve que agradece la ayuda de Wagner y sus buenas intenciones. Habrá que esperar para ver si estos dos terminan juntos, o todo lo contrario.

    Me sorprende que los Xaromitantes se vayan a vivir al planeta de los Garak, sobretodo porque estos apenas y han interactuado, y resulta que ahora vivirán en un mismo planeta. No obstante, asumo que en el futuro se verá más interacción entre estas dos razas, y que ambos aprenderán a convivir juntas.

    Respecto a Wida y Aurio me da un mal sabor de boca y hasta repelús. Sonriendo mientras observan como Lankir decide apartarse de la misión, sólo por no tener una naturaleza guerra. Eso es muy grosero por parte de ambos, y más teniendo en cuenta que Wida era su novia y Aurio su mejor amigo. Espero que Lankir pueda conseguir su alma gemela, y la distancia le ayude a olvidar a Wida.

    Y para finalizar. Ace y Angustina se van a reparar un satélite. Esto viéndolo desde el lado económico es aceptable, ya que no se gastan recursos en casi nada, pero no me termina de convencer, a menos, de momento. No sé que piensas hacer dejando a estos dos de lado, pero espero que tengas una buena razón para hacerlo.

    Espero ver pronto a los chicos en acción en Flientig. Saludos y hasta la próxima.
     
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  7. Threadmarks: Entrando en tierra hostil
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Título:
    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    42
     
    Palabras:
    7915
    Saludos a los que sean lectores de esta historia, principalmente a Resistance y a Zurel que hacen el esfuerzo para leer y comentar semana a semana. Es triste, pero ya hemos entrado en la etapa final. Incluyendo este capítulo que estoy publicando hoy (lo iba a publicar el miércoles, pero hubo un cambio de planes cortesía de mis profesores XD) ya solo quedan 5 capítulos de esta parte.

    Sin más que decir para no interrumpirlos por la longitud del capítulo, los dejaré leer tranquilos. Ojalá lo disfruten.



    Entrando en tierra hostil:

    Una vez que la demostración de Sharyn acerca del funcionamiento de las máquinas hubiera terminado, todos ya tenían en su mente una idea general sobre cómo se iban a utilizar. Con esa información, lo que restaba era organizarlo todo para poder acudir al planeta Fientlig y llevar a cabo la captura de las bestias, junto con la toma de una muestra de la radiación para que el escáner de la nave pudiera determinar la zona de origen de la misma. Una vez tuvieran ambas, o, aunque sea la muestra de radiación, solo les quedaría acudir en esa dirección para poder llegar hasta el lugar de origen de la misma. Eso les sería de mucha ayuda para finalmente dar con las respuestas a la Catástrofe.

    Finalizada la demostración, el equipo veía como varios soldados de Zenith llevaban unas cadenas de gran tamaño a la nave, las cuales serían instaladas para que pudieran retener a las bestias del planeta Fientlig tras su captura. Estas cadenas serían instaladas en uno de los cuartos vacíos de la nave, que estaba cerca de la compuerta de entrada, de forma en que fuera sencillo retenerlas. Una vez que los soldados terminaron con la instalación de dichas cadenas en los cuartos, el grupo ya tuvo la autorización para abandonar el planeta. En ese momento era de noche, pero para acelerar las cosas, decidieron que no esperarían a que se hiciera de día para partir. El comandante Stones, el general Orikrof, dos xaromitantes y siete soldados del Zenith abordaron la nave y partieron desde la Tierra hasta el planeta Fientlig.

    Ya en la nave, al ser de noche, varios de los soldados estaban preparándose para ir a dormir. Sharyn estaba en una habitación para ella sola, acomodando su cama para acostarse cuando alguien llamó a su puerta.

    — Está abierto — contestó la chica.

    Fue así que Wagner entró a la habitación de la chica, mientras en sus manos llevaba un uniforme nuevo.

    — Magnus hizo que prepararan esto para ti — le decía el soldado entregándole en las manos el uniforme — Estaba en la sala principal, así que vine para traértelo.

    — Gracias, Wagner — contestó Sharyn, sonriéndole a su compañero — Supongo que debería cambiarme este uniforme viejo enseguida.

    La chica, sin importarle que Wagner estuviera en su habitación, se quitó el uniforme viejo que tenía. Debajo del mismo tenía una camisa y un pantalón corto que utilizaba como ropa para dormir. Wagner intentó apartar la vista hacia un costado para no mirarla mientras se cambiaba, por lo que no notó la ropa que ella tenía. Una vez que Sharyn había terminado de colocarse el nuevo uniforme, ella habló con su compañero.

    — ¿Qué tal me queda? — preguntó la chica, con una sonrisa en su rostro.

    — Te queda igual que a todos nosotros — Wagner contestó con seriedad — Es un uniforme del Zenith, no ropa para un concurso de belleza. Piensa en eso.

    — Lo siento, Wagner, no quise quitarle seriedad al uniforme — la chica estaba realmente sorprendida de mala manera, ya que esperaba otra respuesta — No quise incomodarte.

    — Tú y yo tenemos la misma edad, si no me equivoco — le contestó Wagner — Por lo que es imposible que hayamos recibido otro tipo de educación acerca de la vestimenta oficial del ejército. Intenta ser más respetuosa con estas cosas.

    — Lo haré, no te preocupes — Sharyn se sentía bastante triste de no haber podido hacer que Wagner la mirara o le dijera otra cosa — Supongo que me iré a dormir. Buenas noches.

    — Buenas noches — Wagner se despidió para luego salir.

    Sharyn había recibido mucha ayuda de parte de Wagner durante el viaje de regreso a la Tierra, y era por esas cosas que algo en su compañero había despertado el interés de la chica. Sin embargo, ella sentía que este solamente la atendía por obligación, y aunque apreciaba que uno de sus compañeros fuera tan atento, ella quería buscar una forma para que Wagner la mirara de otra manera. Lamentablemente, no lo había conseguido el día de hoy, pero ella no se quedaría de brazos cruzados.

    Wagner, por su parte, se fue a acostar creyendo que había sido algo duro con ella, y un poco hipócrita, puesto a que él mismo había tenido una charla sobre los uniformes con Dustin hace varios días atrás. Técnicamente, lo de Sharyn no era una falta de respeto, de ninguna forma, ni siquiera, aunque se forzara a creer que eso era así. Sentía que había sido bastante severo, y tras darse cuenta de su forma hipócrita de responderle, decidió regresar para disculparse. El soldado llegó hasta la puerta de la habitación de su compañera y tocó esperando que estuviera despierta.

    Sharyn escuchó el llamado, y se sentó en su cama. No iba a levantarse tras haberse acomodado, por lo que eso era lo más lejos que iba a llegar.

    — La puerta está abierta — contestó la chica.

    De esa forma, Wagner volvió a entrar a la habitación de la chica, cosa que la alegró. El soldado, para poder hablar mejor, se acercó y se sentó sobre la cama para poder mirar de cerca a su compañera. Ella no tenía idea de lo que estaba pasando, pero no le importaba en realidad.

    — Sharyn, vine a disculparme — le decía Wagner, algo apenado — No debí decirte que habías faltado el respeto a lo que representaba nuestro uniforme. Lo lamento — el soldado esperaba que su compañera pudiera disculparlo.

    — No pasa nada, Wagner, tú eres hijo del comandante y estoy segura de que las cosas que me dijiste son las cosas que tu padre te enseñó — Sharyn tomó la mano de su compañero, lo cual lo dejó algo confundido — No tienes que disculparte por nada. Después de la forma en la que me cuidaste desde que fui rescatada, no te puedo reprochar nada.

    Wagner notó como la chica no lo estaba soltando, y eso era algo que lo estaba llegando a incomodar un poco. Ante eso, el soldado decidió despedirse de ella. Este se acercó y le dio un beso en la frente, como si los dos tuvieran algún vínculo uniéndolos en ese momento.

    — Duerme bien — Wagner apartó el brazo de su compañera — Mañana quizá hable con Dustin para que entrenemos. Si quieres venir, serás bien recibida.

    — Iré sin falta — Sharyn estaba decidida a no perderse ese entrenamiento.

    Wagner se retiró nuevamente de la habitación de la chica, y esta vez, de forma definitiva. Sharyn, aunque las cosas no salieron como esperaba, estaba muy feliz por el gesto que Wagner había tenido con ella. Hubiera deseado que él se quedara más tiempo, pero con lo que había pasado, era suficiente, al menos lo sería por esa noche. La chica se recostó en su cama y estuvo un rato largo pensando en su compañero antes de poder irse a dormir.

    Por otra parte, Michael y Alicia estaban en la habitación compartida por ambos. Los dos soldados estaban muy cerca uno del otro, compartiendo abrazos y besos, con la intención de pasar a algo más esa misma noche.

    — Alicia, ¿realmente quieres hacerlo? — Michael sentía muchas ganas desde hace semanas, pero no quería apresurar las cosas con alguien a quien de verdad quería.

    — Michael, ya pasó un tiempo bastante considerable — la chica respondió mientras empezaba a quitarse el uniforme — Y no necesito esperar más. Yo ya sé que tú me amas, lo demostraste varias veces. Viniste por mí cada vez que yo estaba en peligro. Sé que nunca me dejarás atrás. Lo supe desde que me salvaste en el planeta Garak, y lo ocurrido en el planeta Emiv lo ha confirmado.

    — Te amo — Michael le dio un beso en la boca a su compañera, mientras procedía él también a quitarse el uniforme — Yo estaba bastante confundido sobre lo que quería hasta antes de conocerte. Tú me ayudaste a darme cuenta de que era lo que realmente quiero para mí. Pude notar la diferencia entre lo que creía que quería y lo que realmente quiero. Todo gracias a ti. Todo eso lo descubrí en el tiempo que pasé contigo después de encontrarte.

    Finalmente, la pareja había terminado de desvestirse, para así dar inicio a la primera vez en la que ambos se entregarían totalmente el uno al otro. Ambos se sentían muy felices de estar juntos, y no tenían ningún arrepentimiento por lo que había ocurrido desde que se habían conocido.

    Wagner tenía que pasar por delante de esa habitación para poder llegar hasta la que le pertenecía a él. No pudo evitar detenerse tras escuchar a sus compañeros manteniendo relaciones sexuales, cosa que lo hizo sentir bastante mal. Él se sentía atraído por Alicia, y en todos estos meses que estuvo junto a ella, no lo había dicho nunca. Creía que ya era tarde para revelarlo, puesto a que ahora Alicia no tendría interés en escuchar su opinión respecto a ese tema. Supo que ya no tenía nada que hacer al respecto, y que la chica que le interesaba no se fijaría en él teniendo a Michael. Wagner nuevamente se lamentó por no haber podido conocer a Alicia antes que su compañero, aunque no hubiera tenido nada que hacer al respecto. El soldado se marchó rápido para ir a dormir.

    Por último, Thomas y Gwyn habían comenzado a tener relaciones sexuales. La pareja finalmente se sentía con ánimos para poder hacerlo, y ciertamente, no quisieron desaprovechar el momento. Los dos se habían mantenido callados lo más que pudieron para no ser escuchados por los demás, teniendo en cuenta que habría mucho silencio a la hora de dormir. Una vez que terminaron, Gwyn y Thomas tenían pensado dormir abrazados el uno con el otro.

    — Gwyn, ¿te gustó? — Thomas tenía la necesidad de saber si había sido algo bueno.

    — Claro que sí — la chica realmente disfrutó del momento — Lo disfruté mucho, Thomas. Me gusta pasar el tiempo con alguien que de verdad me ama de esta forma. Y realmente, yo me siento de la misma forma contigo. Creí que lo amaba — Gwyn no quería nombrarlo en un momento que era solo para ellos — Pero solamente era un capricho de una niña. A ti realmente te amo, Thomas. Es por eso que he disfrutado mucho estar contigo.

    — No es necesario que traigas ese tema aquí — Thomas se sintió algo incómodo, puesto a que sentía que estaba siendo comparado — Por ahora, dejemos lo que haya pasado antes en el pasado, y centrémonos solamente en nosotros dos. Al menos, durante las noches.

    — Trato hecho — contestó la chica, para luego darle un beso a su novio.

    En otra de las habitaciones, Wida y Aurio se encontraban juntos en la misma cama, aunque a diferencia de los seres humanos, ellos no habían decidido pasar a algo más, y solo se encargarían de compartir el momento de tranquilidad entre ellos dos. Antes de dormirse, la pareja de xaromitantes decidió tener una pequeña conversación, sobre ellos y sobre Lankir.

    — Discúlpame si te soy muy sincero, pero me alegro de que Lankir no estuviera aquí — Aurio hablaba de su mejor amigo como si lo despreciara — No solamente para que no estorbe en la misión, sino también para que no pueda molestarnos.

    — Yo me siento un poco mal por él — Wida exageraba, incluso al decir que era solo un poco — Él no tiene la culpa de no ser un guerrero como nosotros.

    — Y nosotros tampoco tenemos la culpa de que él haya nacido así — Aurio no quería que Wida se sintiera culpable por algo que no la concernía — Él tomó la decisión correcta al irse con su padre. Tal vez así debió de haber sido desde un principio, solo que nunca tuvimos una misión para que nosotros o él nos diéramos cuenta.

    — De todas formas, eso no quita que no me sienta mal — Wida, a pesar de la exageración, realmente se sentía así — Él fue quien me salvó la vida en el planeta Xarom. Y yo…

    — Hiciste lo mejor para ti — Aurio no la dejó terminar — Él te salvó la vida. ¿Y qué tiene que ver eso con lo nuestro? Él no es tu dueño solamente porque te salvó de la muerte. Tú tienes que estar con alguien que te valore como lo hago yo, y que pueda protegerte de cualquier peligro, tal y como lo haré yo.

    — ¿Crees que Lankir no me valoraba? — Wida sabía cuál sería la respuesta, pero aun así preguntó.

    — Él te valoraba, pero no lo suficiente — Aurio contestó algo que Wida no esperaba — Él tiene naturaleza de guerrero, aunque no sea una naturaleza completa. Él podía volverse más fuerte entrenando, incluso yo se lo dije varias veces. Pero él creía que solo con su inteligencia podría resolver todos sus problemas. Subestimó sus capacidades, y es por eso que pasó lo que pasó.

    — Nunca lo había pensado así — Wida, nuevamente, cambió su punto de vista sobre Lankir — Si lo pienso bien, hubo muchas veces en las que Gan o incluso yo misma quise invitarlo a entrenar, y él solamente accedía muy pocas veces.

    — A él no le interesaba volverse más fuerte para protegerte a ti ni a tu hermano — Aurio hablaba de eso como si fuera algo poco grave — Por eso pasó lo que pasó. Debimos haber ido los tres juntos. Tú, yo y Gan. Y estoy seguro de que él seguiría vivo.

    — Lamentablemente, eso nunca lo podremos descubrir — Wida ya no quería seguir hablando sobre su hermano — Aurio, ¿puedo pedirte un favor?

    — Lo que sea, yo lo haré — el xaromitante quería probarle que siempre la protegería, aunque Wida no tenía eso en mente.

    — Me gustaría que ya no volviéramos a hablar sobre Gan — las palabras de Wida llamaron la atención en Aurio — Me duele mucho pensar en él. Incluso después de tanto tiempo, el dolor sigue estando. Así que, ¿podrías no volver a mencionarlo en lo que sea posible?

    — Lo lamento, no lo tenía en cuenta — Aurio no creía estar comportándose de forma correcta — No lo volveré a hacer, te lo prometo.

    Una vez que ese asunto estaba arreglado, los dos xaromitantes se separaron un poco, aunque permanecían juntos sobre la misma cama, y cerraron los ojos en un intento de conciliar el sueño.

    Con eso, los únicos que quedaban despiertos en ese momento eran el general Orikrof y el comandante Zion. Las dos figuras de autoridad se encontraban en la sala principal, debatiendo acerca de la misión, y sobre varias cosas más.

    — Te felicito por tu plan — el comandante Stones lo veía como un buen aporte — Con el cansancio que yo tenía, dudo mucho que se me hubiera ocurrido esa idea a mí. Al principio tenía mis dudas, pero eres un gran compañero para estas cosas.

    — Creo que es una ventaja que haya dos personas a cargo, en lugar de una — el general daba su punto de vista — Lo que uno no pueda hacer, puede ser cubierto por otro. Lo que me lleva a algo importante. Me pediste que fuera yo quien mantuviera observado a Wagner para que tú pudieras observar a Ace. Wagner ha tenido un buen desempeño en la misión en el planeta Emiv. ¿Le darás el puesto de comandante a él?

    — Quiero hacerlo, pero siento que no estoy del todo convencido — el comandante Stones dudaba sobre aquello — Ace también ha tenido un buen desempeño. Aunque fuera capturado, quien lo capturó fue el mismo tipo que casi me derrota a mí. Y luego, según las palabras de Wagner, él no fue capaz de vencerlo por su cuenta, y que necesitó ayuda de Agustina.

    — ¿Entonces? — Orikrof no recibió la respuesta que buscaba — ¿Qué es lo que vas a decidir? ¿Piensas darles el puesto a los dos?

    — Creo que, tras el rendimiento que ambos tuvieron, es la mejor opción — Zion realmente dejó muy contento a Orikrof con esa respuesta — En la misión no se han sacado ventaja. No sería justo hacerlos pelear para que se decida, porque un combate entre ambos solo determinará quién es el más fuerte, pero no el más capacitado para el puesto. No puedo usar esta misión para decidir, puesto que Ace no está, y dudo que tenga el tiempo suficiente para esperar otra. Si no decido rápido, puede que Magnus elija a otra persona, y es una oportunidad que no me gustaría dejar pasar.

    — ¿Cómo será el procedimiento una vez que se haya elegido al nuevo comandante? — le preguntó Orikrof, teniendo curiosidad por esa última parte — Independientemente de quien sea elegido.

    — Si elijo a Wagner o a Ace, o a ambos, ellos quedarán a cargo de este equipo — le comentó el comandante — Yo recibiré a nuevos soldados y tendré una nueva unidad. Magnus quiere que haya dos equipos explorando el espacio, pero antes, quiere que yo le lleve a un nuevo comandante.

    — Realmente debe ser difícil el haber perdido a dos comandantes en tan poco tiempo — comentó el general, sobre las muertes de los dos comandantes del Zenith — Asumo que no tienen demasiados soldados de donde elegir. Tal y como pasó con nosotros. Yo mantengo mi título de general, pero no tengo casi nadie a quien darle órdenes. Ahora mismo, Aurio y Wida son mis únicos guerreros. Y si Lankir se queda con Terrior en Garak, eso será todo. Ya me parecía una exageración mantenerlo cuando Gan y los otros dos xaromitantes que han muerto estaban con vida. Ahora, es un título que no vale nada.

    — Es todo como tú dices — el comandante Zion Stones le dio la razón a su colega — El Zenith ya es un país con una población bastante escasa, y menos del veinticinco por ciento son soldados. Sin mencionar que no podemos acelerar el proceso de aprendizaje de las academias, teniendo en cuenta que los soldados deben viajar al espacio a enfrentarse a cosas que la humanidad desconoce. Sinceramente, espero que darles el puesto a ambos sea una buena idea.

    Tras esa charla breve, el comandante tenía decidido hablar con Magnus al regresar al Zenith, y comunicarle su decisión acerca del puesto vacante de comandante. Aunque había algo que no consideraba, y era la muerte del comandante Roger. Había un puesto vacante tras la muerte del comandante Richard, pero eso era antes de que el comandante que fue asesinado en el planeta Emiv enviara el pedido de rescate. Eso cambiaba mucho las cosas, y el comandante del Zenith no se había dado cuenta de ello.

    […]

    El comandante Frans estaba reunido junto a Abel y varios de sus escoltas. El lugar de reunión era nada más y nada menos que la base principal de Black Meteor, la cual había emergido hacia la superficie del océano. No era necesario que se enviara un submarino, puesto a que el líder de Black Meteor solamente necesitaba de la presencia de dos personas. De esa forma, decidió ser él quien saliera al encuentro de las personas solicitadas.

    Los dos hombres se mantenían en silencio, puesto a que estaban esperando a alguien más. Tras una larga espera, el ingeniero que Frans había conocido hace días atrás, Nick, entró en la sala. Este saludó con respeto a su líder y al comandante militar, para luego tomar asiento. En ese entonces, Abel le dio la orden a su comandante para que comenzara a hablar.

    — Llámalo — ordenó con seriedad el líder del país.

    Frans tomó el dispositivo que utilizaba para comunicarse con el espía que tenían en el Zenith. Uno de los escoltas de Abel encendió una pantalla, la cual se sincronizó de forma automática con el dispositivo que el comandante tenía, y en dicha pantalla apareció la imagen de Lathan, quien podía ver desde su dispositivo al comandante, al líder y a varias personas más.

    — Lathan, más te vale que esto sea importante — el comandante Frans hablaba muy seriamente con él — Me hiciste venir a reunirme con Abel, e incluso solicitaste la presencia de un ingeniero para esto. Si nos hiciste gastar tiempo en vano…

    — Frans, guarda silencio — Abel calló a su comandante con autoridad — Niño, soy un hombre bastante ocupado como para hacer esto todos los días. Que sepas que no se repetirá, y mucho menos si lo que nos vas a decir no nos sirve de nada.

    — Es importante — Lathan sentía una gran presión por las palabras que iba a decir — Zenith está pidiendo asistentes voluntarios para poder trabajar en un proyecto importante. Habrá varios científicos involucrados en eso, por lo que pude averiguar. Pero este proyecto es confidencial. Estuve observando a los voluntarios que se presentaron, y no les han dado muchos detalles, incluso a aquellos que fueron aceptados.

    — ¿Y qué es lo que necesitas? — Nick hablaba con tranquilidad ante el soldado.

    — No podré conseguir información desde afuera, y sé que este proyecto es algo bastante importante si tienen tanta cautela con la gente que trabaja ahí — decía el espía.

    — No creí que un niño que no tuvo educación básica pudiera conocer una palabra como esa — uno de los escoltas de Abel molestaba a Lathan aprovechándose de su falta de educación.

    El espía se sentía mal por el insulto que había recibido, mientras que Abel miró con una cara poco amistosa a su escolta. Este entendió que había cometido un error al hablar de esa forma, y luego se disculpó con el muchacho. Este, algo molesto por la forma en la que todos lo trataban, decidió continuar.

    — Quiero entrar en ese proyecto — Lathan sorprendió a todos con sus palabras — No se necesita tener un título ni especialidad en ninguna área de trabajo, y con solo entrar, podría mantenerlos informados de muchas cosas. Desde afuera no podré hacerlo.

    — ¿Y necesitas algo especial para poder entrar? — Abel suponía lo que necesitaría, pero quería ver si su espía podía darse cuenta por sí mismo.

    — Solo necesito que me agreguen a la base de datos del Zenith y que me den una identificación falsa para que yo pueda entrar sin levantar sospechas — le respondió el chico mirando a Nick — Tú tienes que conocer como alterar la información de esa cosa, ¿no es así?

    — Ciertamente, pero me va a llevar tiempo — Nick accedió a realizar lo que Lathan pedía, siempre y cuando Abel diera el visto bueno.

    — Me gusta como pensaste en eso, niño — Frans estaba genuinamente asombrado por la decisión que Lathan había tomado, y por el razonamiento que hizo antes de la misma — Pero, tienes idea de lo que pasará si te descubren, ¿no es así?

    — Lo sé, pero vale la pena si me permite conseguirles más información — Lathan estaba decidido a correr ese riesgo — Además, si me uno a este proyecto, podré darles más información sobre el Zenith, al mismo tiempo que podría aprovechar esto para ver si puedo robarles comida a ellos, y no tener que depender de los suministros que ustedes me mandan.

    — Impresionante, Lathan — Abel sentía orgullo de los avances del joven — Acércate a la frontera esta noche para que podamos mandarte una identificación falsa y un par de cosas más para que no levantes sospechas. En cuanto Nick logre meterte en la base de datos de Zenith, preséntate como ayudante voluntario en ese instante.

    — Lo haré — Lathan estaba muy entusiasmado por el hecho de que su idea hubiera sido tomada en cuenta — Me dirigiré a la frontera de inmediato.

    Fue entonces que la comunicación del espía con todos los demás miembros de Black Meteor en esa sala se cortó. Abel, claramente no tenía ningún arrepentimiento por darle una segunda oportunidad a Lathan para que pudiera trabajar como un espía, puesto a que había sido de gran utilidad para poder mantener a raya al Zenith. Lo que más le importaba en ese momento a Abel era que sus enemigos no lograran alcanzar las respuestas de la Catástrofe antes que su país, puesto a que, de no lograrlo ellos primero, su nombre quedaría marcado en la historia por haber sido el primero junto a Magnus en haber iniciado un conflicto después de la Catástrofe. No solo eso, si Zenith lograba obtener esa información, el prestigio de Black Meteor no haría más que descender lentamente, cosa que no sería muy buena.

    — Frans, prepárate para poder llevarle a nuestro espía lo que necesita — ordenó el líder de Black Meteor, que luego centró su vista en Nick — Y tú, Nick, dime qué clase de equipo necesitas para poder vulnerar la seguridad de los sistemas informáticos del Zenith y yo te los conseguiré para que empieces a trabajar. Necesitamos meter a Lathan a ese proyecto antes de que otros voluntarios se presenten y llenen todos los cupos que Magnus haya puesto.

    — Necesitaré unas catorce horas como mínimo, y eso si logro trabajar con el mejor equipo que haya — Nick era sincero y realista con sus capacidades.

    — El mejor equipo del país está en esta base, así que haré que llamen a los mejores ingenieros computacionales del país — Abel no estaba dispuesto a escatimar en gastos — Te pagaré bien por esto, y por otro proyecto que está siendo concebido actualmente.

    Frans, teniendo la orden de llevarle a Lathan lo que requería, decidió dirigirse hacia la zona de entrada y salida de la base principal, para así tomar un bote o un submarino que lo pudiera dejar en la superficie. El comandante era de los primeros en manifestar sus dudas sobre la incorporación de Lathan al equipo de Black Meteor como un espía, sin embargo, el joven había demostrado que no fue ningún error el haber depositado la confianza en él. Con esas cosas en mente, estaba dispuesto a ayudarlo para que pudiera entrar en ese proyecto.

    — Creo que juzgué bastante mal a ese niño — pensaba el comandante, mientras se dirigía a la salida — Quizá deba aprender a no subestimar a las personas de la forma en la que lo estoy haciendo.

    […]

    Mientras tanto, en la base donde se encontraba el comandante Frans, los soldados de su unidad estaban llevando adelante un entrenamiento liderado por Xander. En ausencia del comandante, él era quien estaba a cargo, y el soldado disfrutaba bastante de poder dar las órdenes. Siendo sus compañeros un total de ocho personas, le era mucho más sencillo mantenerlos organizados, de manera en que podía coordinarlos para observarlos entrenar a todos ellos. Finalmente, el tiempo de entrenar de todos había terminado, y les dio la orden de detenerse.

    — Suficiente por hoy, al menos de mi parte — les decía el soldado a todos los que estaban en la base — Todo aquel que se quiera quedar a seguir ejercitando, es libre de hacerlo. Pero por hoy, creo que hicimos suficiente.

    De esa manera, el líder del equipo se retiró de la sala junto con su novia. Casey, Paul y Natasha lo siguieron de inmediato, quedando los cuatro nuevos reclutas del equipo solos en la sala. Gina se acercó a su hermano para decirle algo, mientras que este se preparaba para realizar ejercicios de levantamiento de pesas.

    — Yo ya me cansé por hoy — le explicó Gina a Zaid — Iré a ducharme. Creo que una vez que anochezca, podríamos hacer una escapada para ir a ver a mamá. Desde que estamos aquí que no hemos ido a visitarla.

    — Yo también tengo ganas de ir a verla — contestó Zaid, quien miró a su hermana para hacerle saber que iba a ir con ella — Apenas oscurezca, le pediremos permiso a Xander.

    Fue entonces que Gina empezó a salir de la sala. Isac, quien estaba escuchando la conversación entre los hermanos, se dio la vuelta y comenzó a mirarla sin preocupaciones, dado a que nadie lo estaba viendo. El soldado miró al costado y vio como Noak estaba realizando ejercicios para estirar sus músculos.

    — Noak, te estás perdiendo la caminata de la chica más sensual del equipo — decía Isac mientras no apartaba la vista de Gina — Ella dijo que iba a irse a las duchas, por lo que quizá quieras acompañarme a ese lugar. Puede que veamos algo más allí.

    Sin embargo, Noak no le respondió a su compañero, ni siquiera se dignó a darse la vuelta para mirarlo, sino que se mantenía centrado en sus propios ejercicios. Isac se molestó mucho al ver como su compañero lo había ignorado de esa forma.

    — Noak, ¿estás sordo? — Isac se lo preguntó bastante enojado.

    — Déjame en paz — Noak contestó sin mirarlo — No he terminado todavía. Pero si tú quieres ir a ver a Gina, haz como te plazca.

    — Hey, ¿por qué tan agresivo? — Isac se molestó por su respuesta — Te doy información sobre a donde va a ir la chica más buena del equipo y tú me respondes así… ¿Qué te pasa?

    — Que no he terminado de hacer mis ejercicios y me estás desconcentrando, eso me pasa — Noak respondió de la misma forma que antes — Si vas a hacer otra cosa, vete. Y no me distraigas más.

    — Mírame a la cara si me vas a hablar así, cobarde — Isac contestó desafiante.

    Esta respuesta molestó bastante a Noak, quien dejó de inmediato su ejercitación para levantarse y mirar a Isac desde su posición. Isac no estaba esperando que Noak reaccionara así, por lo que se asustó un poco, y hasta llegó a tranquilizarse al ver que este no se había acercado a él.

    — ¿Así te parece bien, o me quieres que esté más cerca? — Noak llegó a intimidar a Isac con sus palabras.

    — Imbécil, eso es lo que eres — Isac sabía que no iba a ser atacado — Quédate entrenando todo lo que quieras. No te volveré a hablar.

    Isac procedió a retirarse de la sala, dejando atrás a Noak. Este último, bastante molesto con las interrupciones que su compañero le había causado, decidió retomar sus ejercicios. El soldado miró a Zaid, quien parecía no haberse enterado del tema central de la conversación, puesto a que estaba levantando pesas en una de las máquinas.

    Isac, por su parte, se dirigió a las duchas, siguiendo a su compañera para ver si podía echarle un vistazo a su cuerpo. Sin embargo, no duró mucho tiempo allí, dado a que escuchó los pasos de alguien acercándose. Por miedo a ser descubierto, se apartó e hizo de cuenta que iba a buscar algo a su habitación. Al hacerlo, se cruzó con Natasha, quien era la que se estaba acercando.

    — ¿La ducha está ocupada? — preguntó la chica, esperando que su compañero le respondiera.

    — No lo sé, yo quería ir a buscar algo para comer antes de entrar — mintió rápido Isac.

    — Sí, seguro — Natasha no le creyó a su compañero, pero fingía que realmente lo hacía — El entrenamiento puede ser algo cansador. Pero si no vas a entrar, y no está ocupada, yo entraré.

    — Como gustes — Isac se marchó.

    El soldado se fue del lugar bastante frustrado, tanto con Noak como con Natasha. Con esos ánimos, no tenía deseos de cruzarse con nadie más durante todo el día, por lo que salteó el comedor para poder irse a su habitación. Cuando Natasha entró, pudo ver que había ropa colgada en las perchas, además de que se escuchaba el ruido del agua cayendo, lo que quería decir que realmente había alguien ahí dentro.

    — Ese imbécil quería espiar a alguien — pensó Natasha, queriendo saber quién estaba allí — ¿Quién las está usando ahora? — preguntó la chica.

    — ¿Natasha? — Gina creía haber escuchado su voz — Si eres tú, yo ya casi salgo.

    — Descuida, no estoy apurada — la chica entonces se dio cuenta de que Isac quería espiarla a ella mientras se duchaba — Pero quiero darte una advertencia. Isac estaba aquí, y quería entrar para espiarte.

    — ¿Qué? — la chica no podía creer lo que su compañera decía — ¿Tú lo viste? — luego de hablar, cerró la llave del agua.

    — Así es, pero hizo de cuenta de que solo estaba buscando algo — Natasha realmente se molestó con Isac por eso — Lo mejor será que te hagas cargo de él rápido. Si no lo haces, se pondrá pesado. Créeme, yo pasé por algo similar.

    — Gracias por decírmelo — la chica apreciaba que Natasha lo contara — Iré a hablar con él cuando termine de cambiarme.

    Natasha recordaba la forma en la que Shun se comportaba, y aunque él nunca tuvo un comportamiento como ese, realmente era bastante fastidioso para ella. Fue esa misma razón la que la llevó a contarle a Gina sobre las cosas que Isac intentaba hacer, con el propósito de que ella no tuviera que soportar a alguien que pudiera volverse pesado con el tiempo.

    Una vez Gina terminó, fue el turno de Natasha para poder entrar a ducharse tras el entrenamiento.

    […]

    Una semana había pasado desde el día en que el equipo del Zenith partió desde la Tierra hasta el planeta Fientlig. Los soldados habían decidido comer unas horas antes, de manera que no tuvieran problemas al descender a ese planeta, dado a que tres de los miembros del equipo conocían a la perfección lo temibles que podían ser las bestias nativas del lugar. Los preparativos habían terminado, por lo cual, una vez que Zion y Orikrof encontraran un buen lugar para aterrizar la nave xaromitante, estos iban a aterrizar. No iban a partir con las cápsulas, dado a que lo que necesitaban era meter a los seres de Fientlig a bordo de la nave, cosa que les costaría mucho trabajo usando las cápsulas.

    Aunque Michael, Thomas y Gwyn habían informado al comandante sobre el lugar donde ellos habían aterrizado la vez que estuvieron allí, esa información no era bastante útil, puesto que la nave xaromitante era mucho más grande y dudaban de que pudiera entrar en el mismo lugar donde había aterrizado la nave que ellos usaron. De esa forma, la nave estuvo recorriendo el planeta un largo tiempo tras haber cruzado la atmósfera, buscando un lugar en el cual pudieran aterrizar. Se necesitaron veinte minutos para poder encontrar un lugar como ese, pero finalmente habían llegado hasta allí.

    — Orikrof, aterriza la nave, yo iré a asegurarme de que el resto esté preparado — comentó el comandante Stones, saliendo de la sala para buscar al resto.

    — De acuerdo — Orikrof presionó los botones indicados para que la nave pudiera aterrizar a salvo en el planeta.

    Una vez el comandante había salido y que la nave ya estaba preparada para el aterrizaje, el general tomó el cañón de Lankir, el cual estaba apoyado sobre la mesa de la sala, y se lo colocó en el brazo. Nunca lo había usado antes, pero había visto a Lankir utilizarlo en prácticas y en el planeta Emiv. Estaba preparado para llevarlo, y sabía que tenía que tener cuidado de no perderlo, puesto a que se trataba de un arma muy valiosa.

    La nave aterrizó finalmente en el planeta Fientlig, por lo que, el general Orikrof decidió apagar los motores para luego dirigirse con el resto del grupo. El comandante estaba con ellos, y todos los soldados, exceptuando a Aurio se encontraban preparados para poder abrir la compuerta de entrada y así poder salir. Antes de que Orikrof llegara, fue Aurio quien llegó primero al lugar. Este cargaba en la espalda un dispositivo desconocido para el resto del grupo del Zenith, quienes asumieron que se trataría de lo que utilizarían para tomar las muestras de la radiación.

    — ¿Pesa mucho? — preguntó Dustin, queriendo saber si Aurio necesitaría ayuda para cargarlo.

    — No tanto, pero una vez que esté cargado con muestras, su peso se sentirá bastante — contestó Aurio informando al equipo sobre lo que debía hacer — Así que puede que haya que ir tomando turnos para poder llevarlo.

    — Solo avísanos cuando estés cansado y lo cargaremos — le respondió Thomas, creyendo que él tendría que hacer un esfuerzo para poder cargar ese artefacto.

    No pasó mucho tiempo y el general Orikrof finalmente había llegado hasta el lugar. Todo el equipo, conformado por ocho humanos y tres xaromitantes, ya estaba listo para entrar en territorio hostil. Fue así que la compuerta se abrió, y todos ellos tuvieron acceso al planeta.

    Un recuerdo nada agradable llegó a las mentes de Michael, Thomas y Gwyn, quienes ya habían estado en ese planeta antes, siendo el mismo el primero de los planetas que exploraron al salir al espacio. En cierta forma, los tres soldados sentían algo de envidia por Agustina y Ace, quienes pudieron evitar el tener que viajar a ese planeta para marcharse a Garak.

    — Andando — el comandante Zion fue el primero en avanzar — Intentemos buscar la cueva primero para tomar las muestras de la radiación. El experimento con las bestias puede fallar, pero no podemos irnos con las manos vacías respecto a eso.

    El grupo comenzó a seguir al comandante, quien sería la persona a cargo del liderazgo en esa misión. Poco a poco, todos cruzaron la compuerta de la nave, entrando en contacto por completo con el aire del planeta.

    Wagner se paró al lado de Sharyn, y apoyó su mano en el hombro de la chica para llamar su atención sin distraer al grupo.

    — No te separes de mí, este planeta puede ser peligroso — le decía Wagner a su compañera.

    — Descuida, me mantendré cerca de ti en todo momento — respondió Sharyn, quien sintió un leve sonrojo al ver como Wagner cuidaba de ella, y claramente, no se iba a apartar de su lado.

    Dustin miró la escena de los dos desde atrás de ellos. El soldado no pudo evitar sonreír luego de ver la forma en la que Wagner y Sharyn se llevaban. Él sabía que Wagner no sentía nada por Sharyn todavía, puesto a que él notó la diferencia entre la forma en la que su compañero miraba a Alicia, y era muy diferente a la forma en que miraba a Sharyn. Pero tenía la certeza de que, en algún momento, él se daría cuenta de que quizá lo mejor para él sería estar junto a su compañera.

    Al final de la fila avanzaban Aurio y Wida con el general Orikrof detrás de ellos para cubrir la retaguardia. El grupo había aterrizado en una zona despejada en el centro, teniendo una gran montaña a su izquierda y un bosque con árboles muy grandes a su derecha. Los dos guerreros creyeron que estar en ese planeta iba a ser algo más relajado que su estancia en el planeta Emiv, por el hecho de que los humanos ya sabían a lo que se enfrentaban en esa ocasión. Sin embargo, las cosas no fueron como ellos esperaban. Ciertamente, ahora que estaban en el planeta, se sentían con un ligero nerviosismo por lo que pudieran encontrar. El general los miraba desde atrás, y supo que ellos estaban asustados por estar en un planeta con una fama como la que tenía. Orikrof pensó con tristeza sobre un hecho bastante importante. Excluyéndolo a él, no había más xaromitantes con una naturaleza al cien por ciento de guerrero. Él tenía una misión a parte y permanente, que era protegerlos a ambos ante cualquier tipo de peligro que pudiera amenazar con quitarle la vida a sus guerreros.

    Detrás de Zion, los soldados Michael, Gwyn, Thomas y Alicia avanzaban en el frente del grupo. Habían aterrizado en un lugar muy diferente de la última vez, sin mencionar que había pasado mucho más de un año desde que los que conocían el planeta habían estado allí.

    — No recuerdo que la cueva tuviera una entrada desde este lado — contaba Michael a su comandante — Pero sí recuerdo que, al momento de encontrarla, teníamos a la montaña a nuestra derecha y había pocos árboles.

    — Bien, eso quiere decir que tenemos que rodear la montaña para encontrar la entrada a esa cueva — Zion sabía que no les tomaría pocos minutos llegar hasta allí, y que incluso podrían ser varias horas — Sé que esto puede ser mucho pedir, pero ¿creen que anochecerá pronto?

    — No, el cielo está bastante claro a comparación de cuando nosotros descendimos la primera vez — contó Gwyn, tranquilizando al comandante.

    — Eso son buenas noticias — contestó el comandante — Mantengamos este paso. Ir más lento nos demorará, e ir más rápido podría hacer que nos detecten por el ruido que haríamos.

    Tal y como el comandante lo ordenó, el grupo mantenía el mismo paso lento que al momento del aterrizaje al planeta. Michael, Thomas y Gwyn miraron como Alicia sacaba algo de uno de los compartimientos de su armadura, por lo que se acercaron para ver de qué se trataba.

    — ¿Qué es eso que tienes? — preguntó Thomas, sin poder distinguirlo a primera vista.

    — Es una de las dagas que usaban esos tipos — contestó la chica, recordando la forma en la que la había obtenido — Agustina la tenía, y cuando la llevé a la cápsula para sacarla del planeta Fientlig, la tomé. Luego de abandonar el planeta, la guardé en mi armadura y la olvidé por completo.

    — Esas dagas le pertenecían a Qaior y los inkor — Michael recordaba perfectamente dicha arma, y también a quien era el encargado de portarla — Sería de mucha utilidad si nos quedamos sin energía por disparar. Plamo dijo que una de esas dagas, con una estocada con gran impulso, pudo atravesar su armadura.

    — El problema es que solo tenemos una — Gwyn se lamentaba por eso — Habría sido muy bueno si nos hubiéramos podido llevar una para cada uno de nosotros. Tal vez incluso dos.

    — Te doy la razón en eso — Thomas recordó las heridas que recibió en la mano a causa de esas dagas — Tener algo así sería un buen apoyo para pelear cuerpo a cuerpo si la energía se nos llegara a terminar.

    — Como sea, esta daga fue obtenida por Agustina — decía Alicia mientras miraba atentamente el arma que portaba — Así que, cuando nos veamos de nuevo, se la voy a devolver.

    — Realmente no creo que ella la recuerde — Thomas pensó que era un asunto poco importante — No le des mucha importancia a eso.

    — Es un premio por haber obtenido la victoria, por decirlo de alguna forma — Michael se mostraba de acuerdo con su novia — Y ella lo obtuvo, así que lo mejor sería que se lo devolvieras. Incluso aunque ella no lo recuerde.

    El grupo avanzaba a paso moderado por el planeta. Pasaron un total de cuarenta minutos recorriendo los alrededores de la zona montañosa, buscando la que sería la entrada a dicha cueva que los tres soldados del escuadrón de Richard mencionaron.

    — Espero por el amor de todo lo bueno de este mundo que no haya ocurrido un derrumbe y que la entrada se encuentre descubierta — Gwyn expresaba su preocupación — No estuvimos ni un solo día en este planeta, no hay forma de saber si los terremotos son frecuentes aquí.

    — ¿Qué es lo que vamos a hacer si eso terminó pasando? — Aurio quería verificar que hubiera un plan de emergencia, algo que no habían discutido durante el viaje — Porque si no logramos obtener una muestra de radiación, tendremos que buscar otro planeta donde se pueda encontrar.

    — El planeta Xarom debe estar lleno de radiación — expresaba el general Orikrof mientras avanzaba — Solo que estamos muy lejos como para poder regresar allí y tomarla.

    — Si la entrada se encuentra tapada, le pediremos a Magnus que nos traiga una máquina perforadora y haremos una nueva entrada a la cueva — el comandante improvisó una solución a ese problema.

    — Hey, esperen — Alicia empezaba a sentir algo — Deténganse — ordenó tras ver que nadie se detuvo originalmente — Puedo sentir una vibración en el suelo.

    Wagner, quien tenía un mal presentimiento, se agachó y colocó la palma de su mano en el suelo, para verificar si lo que su compañera decía era cierto o no. El soldado la dejó ahí durante medio minuto, y luego una expresión de preocupación se formó en su rostro.

    — ¿Es muy fuerte? — preguntó Dustin, quien no podía sentir nada estando quieto.

    — Es un temblor ligero, pero realmente está temblando — contestó Wagner, preocupando a todo el equipo — Podría permanecer como una vibración pequeña, o terminar convirtiéndose en un terremoto.

    — Mierda, mierda, mierda — exclamó Thomas, algo asustado por la probabilidad de que eso genere un derrumbe — ¿Qué es lo que vamos a hacer ahora?

    — Apártense de la montaña lo más que puedan — ordenó el comandante a todo el grupo mientras señalaba a los bosques — Corramos rápido e intentemos llegar a una zona despejada.

    Sin embargo, antes de que el grupo pudiera empezar con su marcha, el temblor se hizo bastante más fuerte, al punto de que todos lo empezaban a sentir. No parecía ser el temblor de un terremoto, al menos no de uno que hubieran sentido antes, y pronto terminaron descubriendo por qué. Dicho temblor que se sentía era causado por una manada de bestias que habitaban en el planeta. Un enorme grupo conformado por una cantidad incontable de las mismas se podía empezar a ver a lo lejos, y todas ellas corriendo en la dirección del grupo. No fue hasta que se acercaron que todos los soldados se terminaron dando cuenta del gran tamaño de las mismas.

    El gran número de bestias que se empezaba a ver a lo lejos aterró por completo a todos ellos, quienes no se veían capacitados para poder sobrevivir a un encuentro con una manada completa de seres tan fuertes, los cuales se movían en dirección hacia ellos.

    — ¡Dijeron que no iban en manada! — Dustin gritó bastante asustado a Michael, Thomas y Gwyn.

    — ¡No lo hacían! — Gwyn estaba tan asustada como él al ver una escena como esa — ¡¿Por qué están corriendo en manada ahora?!

    — ¡Eso no importa! — Wida quería que se apartaran de ahí — ¡Vamos hasta los árboles a escondernos antes de que nos vean!

    — ¡Nos van a detectar con su olfato! — Thomas se preocupó por ese plan.

    — ¡Aun así, pelear con ellos entre los árboles será más fácil que hacerlo a campo abierto! — Zion se veía totalmente superado por esa situación — ¡A los árboles, ahora! ¡Quizá podamos pasar desapercibidos para ellos!

    Cada uno de los soldados del equipo corrió lo más rápido que pudo hasta que pudieron alcanzar la zona arbolada que tenían a su derecha. Para evitar ser vistos por alguna de esas bestias, todos tomaron un único árbol para esconderse, de forma en que no había un árbol que fuera usado como cobertura por más de una persona. Ellos creían que habían logrado moverse del camino de esa manada de bestias antes de que estas pudieran notar que se encontraban parados allí. Tras haber tomado dicha precaución, lo único que podían hacer era rezar para que que ninguno de ellos pudiera detectarlos, ya sea con su vista o con su olfato.

    A medida que todas esas bestias se acercaban, el temblor en el suelo se hacía más fuerte, al igual que el pánico que todos ellos sentían. El general Orikrof preparó su cañón, y el resto del equipo tomó los rifles en mano, preparados para acribillar a balazos a cualquier criatura que pudiera terminar acercándose a ellos. Aunque era una medida de precaución, realmente nadie sentía deseos de tener que enfrentar a una manada como esa.

    Llegó el momento en el que el grupo de bestias pasó por delante de la zona en donde se habían refugiado los soldados. Estos observaron bastante aterrados como las criaturas pasaban de largo desde el lugar en el que se encontraban, y tenían la esperanza de que se terminaran yendo lo más lejos posible de ellos. Tras diez segundos que parecieron eternos, apenas había pasado un octavo de la manada completa. Tanto los humanos como los xaromitantes comenzaban a temblar, mientras sentían que el tiempo comenzaba a transcurrir con más lentitud que nunca.
     
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  8.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

    Sagitario
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    Saludos amigo, éste capítulo, pese a no ser gran cosa o tener acción principalmente, ha sido mucho mejor que el anterior. Se han tratado pequeñas subtramas importantes para la historia y se ha profundizado brevemente en algunas relaciones personales, forjadas y recientes. Me ha gustado. Comentaré punto por punto.

    He de decir que el inicio ha sido un poco extraño debido a que no me esperaba ver como había dos parejas que mantenían relaciones sexuales (Michael y Alicia / Thomas y Gwyn) y se ha sentido un poco (muy poco) forzado, como para añadir escenas al capítulo. Descuida, no me desagradan las escenas de sexo ni ver a parejas disfrutar de su intimidad XD pero así lo he sentido. Al margen de eso, aquí se confirma que Sharyn comienza a sentirse atraída por Wagner debido a todo lo que éste ha hecho por ella en poco tiempo. Aunque él, debo decir, no me sorprende que esté solo con esa actitud tan seria :v. Es lógico mantener la compostura pero no tanto. Por suerte, Wagner se da cuenta de su pequeño error y acude a disculparse, dándole a Sharyn una muestra (un tanto rara con alguien que te interesa amorosamente) de cariño que la mujer acepta, extrañada, pero sin rendirse de cara a conquistar (supongo que es lo que quiere) a Wagner en algún momento.

    Sigo con la misma postura de hace unos pocos capítulos respecto a Aurio y Wida: me enfadan XD. No voy a entrar en más detalles porque ya me he expresado varias veces respecto a lo que pienso de ellos, solo diré que si mueren en Flientig, o al menos uno de los dos, me parecerá perfecto. Después están Zion y Orikrof conversando y sale el tema de quién será el nuevo comandante entre Ace y Wagner. Hasta aquí bien, pero lo que me ha sido inesperado y me ha sorprendido para bien es la posibilidad que plantea Stones de que sean los dos quiénes lideren al mismo equipo, tal y cómo sucede ahora con el humano y el xaromitante (aunque técnicamente, Zion manda más que Orikrof y supongo que así sería con Wagner y Ace, líder y sublíder XD). Sinceramente, lo vería perfecto. Aunque luego mencionas que Zion no cayó en que Roger está muerto y por ende hay DOS vacantes de comandante. Mejor me lo pones :v Ace con un grupo, Wagner con otro y Zion con el suyo. Todo en equilibrio y con mi dios Lakor en donde se merece :v (ok no XD).

    Luego viene Black Meteor. Frans se reune con Abel y el ingeniero Nick para comunicarse con Lathan. Al parecer, el tipo ha descubierto que Zenith trabaja en un proyecto secreto y que necesita voluntariado sin experiencia de ningún tipo (dime donde debo ir que me apunto yo también :v). Lathan propone unirse fingiendo ser ciudadano del país y he de decir que es una idea genial, principalmente del personaje. Después, idea genial por tu parte, que si no me equivoco, conseguirás con eso que Lathan se una al grupo del Zenith, viendo de nuevo a Ace y además siendo un infiltrado. ÉPICO. Luego vemos a los nuevos personajes (Gina, Zaid, Isak y Noak) mostrarse por primera vez desde su presentación y ya comienzo a ver roles en ellos. Gina y Zaid, hermanos, al parecer tienen a su madre viva y se pretenden escabullir para verla, cosa que entiendo y me parece bien, aunque no sé si se lo parecerá al comandante. También vemos que por la mirada de Isak hacia su compañera, Gina está tremenda XD. Isak es el baboso de turno, ocupando así el rol del gran Stuart (nótese la ironía) al que siguió por momentos Shun, Bastien y finalmente el nuevo. Por otro lado está Noak, un tipo sensato que está ejercitándose y manda a la mierda a semejante idiota llamado Isak. Éste va a espiar a Gina pero se cruza con Natasha, la cuál ya ha vivido algún episodio similar y advierte a su nueva compañera y potencial amiga. Nada más que añadir en esto, la conclusión que saco es que Isak se desmarca del resto de sus nuevos compañeros, que sí parecen ser personajes normales.

    Finalmente, el grupo de Zenith aterriza en Flientig (maldito planeta) y se dirigen primero a obtener las muestras de la radiación. Aquí vemos a Wagner (que debo admitir que debe dar una gran sensación de seguridad el tipo) decirle a Sharyn que no se aleje de él debido a los peligros del lugar, a lo que ella se sonroja. Dustin ve esto y piensa lo que, al menos, yo pienso respecto al tema Wagner-Alicia y la posibilidad de Wagner-Sharyn. En definitiva, el grupo se ve sorprendido (y de qué manera) por una manada de bestias que se dirigen a ellos. La escena se sintió terrorífica, así que te aplaudo por eso. El capítulo acaba con cliffhanger XD y estoy ansioso por ver que ocurre en el siguiente.

    Nos vemos en el próximo.
     
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  9.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

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    Hola.

    Paso a comentar el capítulo, como de costumbre.

    Puedo decir con toda libertad, que las cosas se están poniendo muy interesantes, pese a que estamos en la recta final de esta parte. Primero que nada, veo que Wagner y Sharyn avanzan bien en cuanto a su relación. Aunque no se ha formalizado, porque apenas se están conociendo. Lo que veo me indica que ambos terminaran juntos en un futuro. Eso es bueno, ya que así, Wagner se olvidará de Alicia y se hará a la idea de que no puede tenerla, por mucho que la quiera o desee a la joven.

    Por otra parte, Michael y Alicia han formalizado su relación aún más. Es bueno que ambos estén juntos (ya sabes XD), después de todo lo que han pasado desde que se conocieron. Gracias a esto, la relación de ambos no solo se formaliza aun más, sino que se fortalece y eso es bueno para los dos. Thomas y Gwyn están en las mismas, así que mi opinión es la misma que con Michael y Alicia. Wida y Aurio, no me agrada siquiera la idea que estén juntos. Sé que ambos forman parte de mi top, pero después de sus reaciones, al ver a Lankir marcharse del equipo, no es algo que me agrade. Su actitud les ha quitado un poco de popularidad, no obstante, no es suficiente para eliminarlos de mí top, al menos, de momento.

    Y llegamos a lo que más me ha gustado de todo el capítulo; el regreso a Fientlig. Lo que más me gustó, es imaginarme la innumerable cantidad de criaturas que se acercan al equipo del Zenith, y el movimiento que hacen en la tierra con solo correr sobre ella. Me hizo sentir miedo XD. Espero que todo el equipo salga ileso de esa oleada de bestias, y que sean capaces de capturar a algunas de ellas sin sufrir bajas.

    De momento, eso es todo por ahora. Nos vemos en la próxima oportunidad. Saludos.
     
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  10. Threadmarks: Batalla en tierra hostil
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
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    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    42
     
    Palabras:
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    Saludos a Resistance y a Zurel que han estado siguiendo la historia hasta hoy. Voy a publicar el capítulo siguiente aprovechando que tengo tiempo disponible XD. Así que, sin nada importante que decir/notificar, los dejaré con la lectura.




    Batalla en tierra hostil:

    Una nave de la especie garak se encontraba acercándose a la atmósfera del planeta habitado por estos últimos. No tardaría más de dos horas en llegar hasta ese lugar y aterrizar. Muchos de sus tripulantes habían aprovechado ese último tiempo en órbita para poder descansar, dado a que tendrían muchas cosas por hacer en el momento en que llegaran al planeta.

    En una de las habitaciones, se encontraban tanto Ace como Agustina. La pareja de soldados había disfrutado de un momento de intimidad, el cual ya casi había culminado. Ambos compartían la cama y estaban abrazados en todo momento, disfrutando de la compañía mutua, algo que hacían con frecuencia, pero no por eso les aburría. En un momento, Agustina dejó salir una pequeña risa, la cual llamó la atención de Ace.

    — ¿Qué ocurre? — Ace quería saber qué era lo que estaba ocurriendo.

    — Nada — su novia le sonrió — Es solo que, después de tantos combates cuesta creer que tus manos sean tan delicadas.

    — Quizá no es ese el caso — contestó Ace — Quizá lo que ocurra es que tus pechos son bastante suaves.

    Tras decir esas palabras, ambos se dieron un beso en la boca para celebrar que estuvieran juntos. El beso no duró demasiado, debido a que Agustina se separó de Ace.

    — Espera, yo no dije que dejaras de tocarme — le dijo mientras le sonreía.

    De inmediato, ambos reanudaron el beso y continuaron así por bastante tiempo. Los dos habían aprovechado ese momento a solas, aunque no estaban a solas por completo, sino alejados de sus compañeros, para reflexionar mucho más acerca de su relación. Ciertamente, en ese momento, ambos estaban más felices que nunca de estar uno con el otro, teniendo en cuenta las circunstancias que se vivieron en el planeta Emiv.

    Una vez que su momento íntimo había terminado, los dos soldados se levantaron de su cama, se vistieron por completo y decidieron salir para ir a la sala de control.

    — ¿Qué tanto recuerdas sobre la reparación de satélites? — preguntó Ace, haciendo referencia a su trabajo que deberían realizar próximamente.

    — No tanto, pero recuerdo lo más importante — le contestó Agustina tomando su dispositivo de comunicación para las misiones — Además, descargué las notas y los manuales a mi dispositivo. Tendré acceso cuando lo requiera.

    — Sigo pensando que es un desperdicio que dos soldados como nosotros sean enviados a este planeta a reparar un satélite — Ace se quejaba de su situación actual — Aunque supongo que es más barato enviarnos a nosotros y quedarnos esperando a que nuestros compañeros vengan a buscarnos para luego realizar la misión, que simplemente enviar a un técnico y tener que traerlo de vuelta.

    — ¿No te gusta esta tarea que nos asignaron? — le preguntó Agustina.

    — No digo que no sea útil, pero preferiría estar en el planeta Fientlig con todos nuestros compañeros — luego de decir esas palabras, Ace notó como Agustina tocó su pecho, colocando su mano justo en el lugar donde podía sentir los latidos de su corazón.

    Ace se conmovió por ese gesto. Estaba consciente de que su novia tenía malos recuerdos de aquel planeta, lo cual no era poca cosa, debido a que Zoey murió en contra de las bestias que vivían allí, y que tanto él como Thomas tuvieron suerte de no correr el mismo destino, aunque estuvieron cerca. Ace tomó la mano de su novia y luego la acercó hacia él.

    — Hey, no pasa nada — le decía con una sonrisa — Solamente me hubiera gustado estar allí para darles una ayuda. Pero esto también me gusta, es relajante en cierto aspecto. Es como una mini vacación para nosotros.

    — Ace, estar contigo me hace sentir más tranquila — le contestó la chica — Aunque tuviéramos que haber ido a ese horrible planeta, sé que no tendría nada de qué preocuparme. Es solo que, a pesar de lo mucho que lo quiero pensar, el mal recuerdo no se va. Igual que como ocurrió en el planeta Emiv.

    — Ese es un peor recuerdo para mí — Ace cambió por completo la expresión de su rostro — Cuando me dijeron lo que había ocurrido, casi no lo puedo creer. Tú estabas a punto de morir, mientras yo me encontraba luchando para el enemigo. Me sentí repugnante, débil y…

    — Ace, eso no fue culpa tuya — Agustina lo interrumpió antes de que pudiera seguir — Fuiste capturado por alguien que derrotó al comandante Zion. Nadie de nuestro grupo podría haber ganado una pelea contra él.

    — Eso no cambia las cosas — contestó su novio — Si tú hubieras muerto en ese momento, yo no me lo habría perdonado jamás. No importa quien pueda o quien no pueda vencer a los enemigos. Si ellos nos derrotan, se terminó. Si Sieng hubiera querido matarme, en lugar de capturarme con vida, yo habría muerto. Varios de nosotros pudimos haber muerto si no hubiéramos sido parte del plan de Tzorkun. Es algo que pensar para cuando entrenemos. Tenemos que asumir que sufrimos una derrota, y que seguimos con vida gracias a que nuestros enemigos nos querían vivos. Eso quiere decir que nunca hay que dejar de entrenar.

    — Y no lo haremos — fue la respuesta de Agustina — Tú y yo siempre entrenaremos. Siempre hay espacio para la mejora. Aprovecharemos el tiempo que tengamos libre desde que terminemos de reparar el satélite, y hasta que nuestros compañeros regresen a buscarnos.

    Tras haber dicho esas palabras, los dos soldados finalmente abandonaron su habitación privada y se fueron a la sala de mando, en donde había varios garak piloteando la nave.

    Mientras tanto, en una de las habitaciones, se encontraba Plamo, acompañado de otros dos garak. Ninguno de estos dos era un médico, y mucho menos sabía tratar una herida como la que Plamo tenía tanto en el ojo como en las otras partes de su cuerpo que resultaron quemadas tras la lucha contra Qaior. Los dos que lo estaban observando tenían cierto conocimiento en medicina, pero ese conocimiento era limitado. Asmir no envió médicos garaks a buscar a los xaromitantes, puesto a que nunca imaginó que ocurría algo como lo que terminó sufriendo uno de sus mejores guerreros.

    — ¿Cómo se encuentra mi piel? — Plamo quería saber si sus heridas volverían a cicatrizar — Sé que mi ojo ya no volverá. Pero quiero saber cómo se encuentra lo demás.

    — Te trataron bien en la nave xaromitante — contestó uno de los garak que lo observaba — No creo que puedas recibir algún tipo de infección mortal ni nada por el estilo. Sin embargo, una vez que te vean en el planeta, podrán darte un mejor veredicto.

    — Sigo sin poder creer que alguien pudiera haberte hecho esto — le decía el otro garak — A pesar de que lo hayas matado, esto es mucho para asimilar.

    — Yo creía que Orz era un monstruo — Plamo recordó su enfrentamiento en contra de los suyos en el pasado — Pero estos tipos no se quedan atrás. Y tuve suerte, porque el tipo que enfrenté no era el más fuerte de todos. De lo contrario, no la hubiera contado.

    El silencio se apoderó por un momento de esa pequeña sala, dado a que los tres garak no pudieron hacer otra cosa más que pensar en Domir, el compañero de Plamo, que no había tenido la suerte de lograr sobrevivir a la misión. Plamo recordaba que, por lo que le habían dicho, fue Qaior quien asesinó a su amigo. Estaba feliz de haber podido vengar su muerte, pero no se sentía mejor al respecto. Perdió a uno de sus más grandes compañeros, cuando hacía muy poco tiempo había perdido a Likar en un combate contra Orz. El silencio que reinaba la habitación fue cortado cuando uno de los garak habló.

    — Dime, Plamo, he querido preguntarte esto, pero nunca pude porque esos dos humanos siempre estaban cerca — le decía uno de los que lo estaba observando.

    — Esos dos humanos son aliados nuestros, deberías dejar de temerles — Plamo recordó el momento en el que Agustina le permitió a él y a Wagner marcharse junto a él a la nave para tratar sus heridas de la batalla.

    — No les temo, ni tampoco desconfío, es solo que es un asunto privado — contestó con seriedad uno de ellos — Se trata de Kila.

    — ¿La hermana de Likar? — Plamo llevaba mucho tiempo sin escuchar de ella, debido a que ambos estaban en planetas separados debido al conflicto que ellos y los berrod mantenían.

    — Exactamente, ella finalmente terminó su entrenamiento — le contestó — Dijo que hablaría con Asmir para que tuviera una charla con los humanos y que la dejen incorporarse al equipo. Considera que la Gran Catástrofe fue lo que causó la muerte de Likar, y ella quiere descubrir las respuestas para saber por qué perdió a su familia. Y, además, desea conocer al tipo que mató a su hermano después de haberle dado el control de su cuerpo a Orz.

    — Si te lo estás preguntando, no, Michael no viene con nosotros — contestó Plamo, sin saber si esa era la pregunta que le estaba por hacer su compañero — Pero luego vendrá y continuaremos la misión. ¿Ocurre algo importante? Ella no va a matar a Michael, ¿verdad?

    — No por lo que yo sé, pero sí sé que quiere tener una conversación con él.

    — Entonces eso no hará daño a nadie — le respondió Plamo, restándole importancia al asunto, a pesar de que no conocía muy bien a Kila — Mientras no pase a mayores, estará bien.

    La conversación entre Plamo y sus compañeros había terminado, y el garak decidió salir de la sala para dirigirse a la sala de comando. Él estaba consciente de que pronto llegarían al planeta, y quería ser de los primeros en salir para poder ir a revisar su herida en un lugar apropiado.

    Terrior, por su parte, se encontraba durmiendo en su habitación, cuando fue despertado al escuchar el sonido de su puerta abrirse rápidamente. El xaromitante tardó en ver de qué se trataba, y pudo ver que era su hijo quién había entrado. El líder de la raza se sorprendió de que él apareciera de esa forma en su cuarto, pero supo que debía tratarse de algo importante que querría hablar con él. Siendo su única familia, no se lo iba a negar.

    — Hijo — Terrior se encontraba algo cansado, por lo que no hablaba muy rápido — ¿Ocurre algo? ¿Tiene que ver con lo que conversamos?

    — Exactamente, no se trata de otra cosa — la expresión y el tono de voz de Lankir era bastante serio, y hasta parecía estar enojado, no con su padre, sino en general.

    — ¿Qué decidiste? — Terrior sentía curiosidad por su respuesta — ¿Te quedarás conmigo en Garak o te irás con los demás a la misión?

    — Todos los que van a bordo de esta nave son una mierda — Lankir se refería a su especie, no a los garak ni a los humanos — Los he estado escuchando a escondidas. Todos murmuran lo mismo sobre mí. Me consideran alguien débil y cobarde. Las cosas que escuché de ellos son peores que las que escuché de Wida y Aurio.

    — Hijo, tú no eres un guerrero completo, no es necesario que esto te agobie — le contestó su padre, intentando tranquilizarlo — Nunca se puede tener a todos contentos.

    — El problema es que nadie está contento conmigo, es más, todos deben estar deseando que me muera — Lankir estaba convencido de lo que decía — No van a decir eso en voz alta mientras tú estés aquí, pero eso es lo que piensan. Lo sé.

    — Como mi hijo, tú serás el líder una vez que yo ya no esté — Terrior le recordaba cómo se realizaban las cosas según las costumbres de su planeta — Ese día está muy lejano en el tiempo, por lo que aún tienes tiempo para ganarte la confianza de todos ellos.

    — Y es por eso que decidí ir a la misión con el general y el resto del equipo — contestó Lankir, tomando una decisión respecto a su futuro — Voy a ser yo quien encuentre las respuestas a la Gran Catástrofe. De esa forma, no solo me ganaré su respeto, sino que los haré callar. Es muy difícil para mí tener que escuchar cómo los últimos sobrevivientes de su especie me consideran un inútil. No queda nadie que me tenga en estima, y no puedo vivir con eso.

    — Respeto tu decisión, y no puedo detenerte, puesto a que tienes la edad necesaria para tomar tus propias decisiones — Terrior se levantó de su cama para poder acercarse a darle un abrazo a su hijo — Pero no dejes que esto te consuma por completo.

    — Papá, todos en mi especie o están muertos o me odian — Lankir lo dijo en un tono muy cortante — Esto ya me consumió por completo. No sabes lo que se siente porque todos los que están vivos te respetan y te ven como el salvador que los sacó de un planeta que iba a morir. Pero a mí nadie me ve así. Recuerdan quien soy, pero eso es más por ti que por mí. Y no lo puedo soportar. No puedo vivir en ningún lugar donde los únicos de mi especie que quedan vivos me odian. Y tengo que cambiar eso.

    — Si esa es la decisión que tomaste, entonces, que así sea — Terrior apoyó las manos sobre los hombros de su hijo — Pero recuerda esto. No todos los que están vivos te odian. Estoy yo. Tú eres mi hijo, mi único hijo y la única familia que me queda. Yo no te odio. Todo lo contrario. Yo te amo. Y estoy seguro de que si hay alguien que puede descubrir lo que ocasionó la Gran Catástrofe eres tú. Tu equipo valorará tenerte con ellos. Ya lo verás.

    Lankir, a pesar de que sentía un gran enojo por todos los comentarios que escuchó sobre él de parte de todos los demás miembros de su especie, se había tranquilizado un poco, e incluso logró formar una pequeña sonrisa en su rostro tras las palabras que su padre le había dicho. Sabía que eso no era ni siquiera un comienzo, pero no era importante. Tenía que seguir avanzando, y eso era lo único que tenía en mente en ese momento.

    […]

    De vuelta al planeta Fientlig, el equipo del Zenith, junto a los xaromitantes que los habían acompañado, se encontraban esperando escondidos tras los árboles a que la gran manada de bestias hostiles que habían aparecido se alejaran. Fue un momento de miedo que parecía no tener final. Varias bestias corriendo juntas en la misma dirección. Tenían un tamaño y una fuerza de avance tan fuertes que podrían aplastar cualquier cosa que se encontrara en su camino. Ninguno de ellos parecía mirar hacia los costados, ni siquiera de casualidad. Todos los que se encontraban en ese planeta rezaban porque la situación se mantuviera sin cambios, puesto a que no querían verse involucrados en un enfrentamiento contra tantas bestias. Los minutos transcurrieron, de una forma muy lenta para todos ellos, y finalmente, las bestias ya no pasaban por el lugar. Todas y cada una de ellas pasaron sin advertir la presencia de los soldados.

    A pesar de que las cosas parecían ser seguras, ninguno de ellos quería salir de ese lugar hasta que pasaran un par de minutos. Temían que estas pudieran regresar, incluso aunque una pequeña parte de esa manada regresara ya sería una situación muy grave. Todos estuvieron en silencio y sin mover ni un solo músculo. El miedo a realizar alguna acción que ocasionara que las bestias pudieran escucharlos y regresar los tenía a todos paralizados. Ciertamente, luego de haber escuchado la información que hablaba sobre las bestias, ninguno de ellos esperaba encontrarse con algo como eso.

    — No lo entiendo — Wagner quería sacarse un par de dudas — ¿Ustedes no vieron manadas cuando estuvieron aquí?

    — Vimos pequeños grupos, pero ni se acercaba a una manada — Thomas recordó lo que había vivido en ese planeta hace ya más de un año — El grupo más numeroso que nos encontramos fue de ocho.

    — ¿No crees que ocho es un número bastante alto como para ser considerado una manada? — Sharyn preguntó con una mezcla de miedo y enojo.

    — Pero esos ocho no iban en manada — Gwyn narraba las cosas por como las recordaba — Estar juntos en un mismo lugar por una única vez no los convierte en manada. Y, además, nunca vimos nada como eso.

    — ¿Creen que pueda deberse a que estén cambiando su comportamiento? — preguntó Orikor, teniendo una pequeña teoría — Quiero decir, no todos los seres que conviven en sociedad estuvieron siempre juntos. Es un proceso que lleva tiempo. Además, esa manada podría ser una manada nómada que viaja por todo el planeta.

    — Sea lo que sea, es algo de lo que nosotros no teníamos información — Michael se defendía y a sus compañeros — Pero déjenme recordarles que no estuvimos ni un solo día completo aquí. Tenemos información sobre el comportamiento de algunas de esas bestias, pero eso no quiere decir que se aplique a todas en general. Es un error nuestro haberlo tomado así.

    — Solo espero que esa manada no vuelva hacia atrás — Dustin rezaba por no tener que ver nunca más en su vida un grupo tan grande como ese — Y espero que, si encuentran la nave, la ignoren y la pasen por alto.

    — Creo que ya es bastante seguro para nosotros salir — Zion, que no se metió a esa conversación, observó los alrededores — Sin embargo, continuemos el camino por el bosque, solo para prevenir.

    Considerando que era una idea bastante buena, el equipo continuó avanzando por el medio de los árboles que rodeaban la cadena de montañas. Estos árboles no eran demasiado altos, y algunos de ellos tenían troncos muy delgados en comparación con otros. A pesar de estar bastante cerca, los árboles no pertenecían al mismo tipo. Esa era una diferencia muy grande entre el bosque de Fientlig y el bosque de Emiv, donde todos los árboles, o al menos la gran mayoría, eran bastante parecidos.

    El grupo avanzaba despacio y en grupos para poder mantenerse alerta. Orikrof y Dustin iban al final de la fila. Michael, Thomas, Gwyn y Alicia iban en la mitad trasera del grupo. Wagner, Sharyn, Wida y Aurio iban en la mitad delantera, mientras que el comandante Zion era quien lideraba al equipo marchando hacia adelante. Sharyn, en un momento, notó que Wagner se acercaba cada vez más a ella, cosa que lo agradó. De todos sus compañeros, Wagner era quien más le agradaba y tenía un cierto interés en él, lo que hizo que ella se acercara un poco. Sin embargo, tras haberlo hecho, Wagner se distanció un poco de ella. Sharyn lo interpretó como una señal de que se estaba acercando bastante, por lo que se alejó un poco ella también, sintiéndose mal por eso.

    Michael y Alicia caminaban juntos, de la misma forma que Thomas y Gwyn. Los cuatro sabían a lo que se enfrentaban, incluso Alicia, que no estuvo con ellos en la primera misión que tuvieron en este planeta. Sin embargo, el haber visto a todas esas criaturas, aunque hubiera sido desde lejos, la convenció de que enfrentaban un peligro bastante grande. Wida y Aurio, por su parte, también caminaban juntos. La pareja de xaromitantes cuidaba mutuamente entre ellos, y eso era claramente notado por el resto del grupo, aunque no todos le daban una importancia muy grande en un momento así.

    El avance del grupo fue cortado cuando el comandante les llamó la atención.

    — Deténganse ahora — les dijo en voz baja y haciendo un gesto con la mano — Puedo escuchar un ruido.

    Nada más al escucharlo, el grupo completo detuvo su avance. Tal y como el comandante les estaba diciendo, se podía oír una leve caminata cerca de su posición, la cual parecía provenir desde el frente. El grupo intentó tomar sus armas, puesto a que sabían que iban a tener una pelea, pero el general Orikrof decidió intentar llevar adelante la pelea de otra manera.

    — Esperen — el general susurró en un tono bajo, pero no tanto como para no poder ser escuchado — El ruido de las armas llamará la atención, yo digo que usen la energía para combatir contra la bestia.

    — La energía no es infinita — le contestó Gwyn, que entendía su idea, pero no veía que fuera viable — No podemos desperdiciar nada. Mucho menos si no es necesario usarla.

    — Fairin tiene razón — el comandante Zion le dio la razón a su soldado — Lucharemos con nuestras armas, aunque, si se trata de una bestia, lo ideal sería capturarla sin causarle heridas mortales.

    — Como deseen, yo hubiera preferido la cautela en esta ocasión — el general xaromitante decidió sacar sus armas para poder prepararse para pelear.

    Todo el grupo tomó las armas y prestó bastante atención al ruido, que cada vez se aproximaba más a ellos. Ciertamente, se trataba de habitantes del planeta Fientlig, y no era casualidad su aproximación. Los habían descubierto, y se acercaban silenciosamente en un intento de atacar por sorpresa. Sin embargo, esa estrategia no les dio fruto. Dos de las bestias que habitaban el planeta salieron de entre los árboles, mirando al grupo, y dándose cuenta, a pesar de no tener inteligencia, que habían sido descubiertos. El grupo, que los veía desde una distancia de veinte metros, temía que ellos lanzaran un rugido que pudiera atraer a varios más de ellos, sin embargo, no ocurrió dicha situación.

    — Deben ser un macho y una hembra — Wida creyó que sería lógico — Si tienen su nido, refugio, o lo que sea que tengan cerca de aquí, ciertamente no querrán hacer ruido y llamar la atención de los demás.

    — Perfecto para nosotros — Wagner se emocionaba por enfrentar a las bestias por primera vez, y la superioridad numérica le daba un exceso de confianza — Capturarlos será tarea sencilla. Solo procuren no causarles heridas mortales.

    El grupo no quería iniciar la pelea en el bosque que ellos no habitaban. La pareja de las criaturas habitaba ese lugar, y ciertamente conocerían mucho mejor el entorno para llevar a cabo un enfrentamiento. Con miedo a caer en una trampa, ellos decidieron que se quedarían atrás a la espera de que ellos ataquen primero. No obstante, eso no fue lo que ocurrió. Uno de los dos seres que estaba frente a ellos empezó a gruñir de forma muy leve, al punto que apenas se podía escuchar a la distancia a la que estaba el Zenith y los xaromitantes. Más allá de eso, las bestias no avanzaban hacia ellos. Se quedaban paradas sin hacer nada más.

    — ¿Qué están esperando? — Michael estaba muy confundido — ¿Por qué no atacan? — el soldado recordó su estadía en el planeta hace más de un año — Las otras eran bastante hostiles. Es justamente por eso que nombramos este planeta como Fientlig.

    — Quizá no estén interesados en luchar contra nosotros — contestó Dustin, mirándolos atentamente — Es probable que quieran que nos alejemos.

    — Sus hijos o crías o lo que sea deben estar detrás de ellos — Zion pudo entender esa conducta, la cual era bastante similar a la de varios animales de la Tierra — No lucharán si no es necesario, solo intentan ahuyentarnos.

    — ¿Qué hacemos? — Alicia, que nunca estuvo en ese planeta antes, sentía un poco de lástima por esos dos seres vivos — Ellos no son hostiles como el resto. Solo están defendiendo su hogar.

    — La misión es clara — el comandante no les dio importancia a las palabras de la soldado — Capturar a como mínimo tres ejemplares de ellos y llevárnoslos con nosotros.

    — Lo entiendo, pero podríamos buscar capturar a otros que no sean estos — Alicia no sentía deseos de pelear en contra de ellos.

    — Eso es sentimentalismo innecesario — Gwyn estaba en desacuerdo con ella — Ni siquiera sabemos si son un macho y una hembra o si tienen a sus crías cerca en caso de que lo sean. Puede ser que intenten tendernos una trampa. Conocen el bosque, viven en él. No hay que darles oportunidad para que ataquen.

    Alicia veía como todos en el grupo se preparaban para enfrentar a las criaturas. Si bien, estas no parecían ser amenazantes, tampoco daban señales de que se alejarían de allí pronto. La chica supo que debería luchar, puesto a que vio como el comandante se preparaba para provocar a las criaturas.

    — Comandante Stones — Alicia quiso intentar una última cosa — ¿Puede escucharme antes de atacar?

    — Un comandante siempre escucha a sus soldados — Zion dijo esas palabras, las cuales fueron memorizadas por Wagner — Habla, Noble. ¿Qué tienes para decir?

    — Luchemos contra estas bestias para capturarlas, pero antes de subirlas a la nave verifiquemos si tienen hijos o no. Si no tienen, llevémoslas. Pero si tienen, dejémoslas aquí. Nosotros no vinimos a interrumpir su ciclo de vida, solo vinimos a experimentar con ellos.

    — No me gusta mucho esa idea, pero supongo que da igual — el comandante Zion aceptó lo que decía Alicia, creyendo que sería lo mejor para mantenerla tranquila — Pero no pienso recorrer todo el bosque buscándolos. Que te quede bien claro.

    Gwyn y Thomas estaban muy en desacuerdo con lo que Alicia había dicho. Ellos dos, al haber enfrentado a criaturas así en el pasado, no tenían ni un poco de lástima o consideración por ellas, y no les importaba si tenían familia o no. Michael tampoco estaba de acuerdo, pero hacer lo que Alicia quería no provocaría la muerte de nadie.

    Mientras el grupo discutía y se movía, ninguna de las dos bestias atacó o siquiera amagó a realizar alguna especie de movimiento. Fue por eso que el comandante sería el encargado de empezarlo. Zion, que estaba más cerca, levantó su rifle y liberó unas cinco balas de calor que impactaron en el tronco de un árbol que estaba cerca de las dos bestias. Esto provocó que ambas liberaran un fuerte rugido y pasaran al ataque finalmente.

    Las dos bestias cargaron con todo contra el grupo, que, para derribarlas con más facilidad, apuntó a las piernas en un intento de ocasionar heridas que causara que perdieran el equilibrio. Dichas bestias se separaron y se ocultaron tras los árboles para evitar los disparos, como si fueran seres con inteligencia propia. Gracias al espesor de algunos de sus árboles, utilizarían dicha cobertura para atacar.

    — Son inteligentes — apreciaba Wagner.

    — Que no puedan hablar no las vuelve estúpidas precisamente — Aurio contestó, preparándose para un nuevo ataque.

    Una de las bestias salió desde los árboles y se acercó a la posición en la que estaban Thomas y Gwyn. La pareja de soldados se asustó un poco y ambos comenzaron a disparar sus armas en un intento para detenerlas. Varios impactos fallaron, mientras que otros que impactaron en el cuerpo de la bestia no fueron capaces de hacerle ninguna clase de daño.

    — ¡Thomas, Gwyn, muévanse! — Orikrof creyó que estarían en peligro si se quedaban ahí parados.

    La bestia dio un salto con un gran impulso utilizando sus piernas, cosa que asustó a Thomas y a Gwyn. Afortunadamente para ambos, no fue muy difícil esquivar el ataque. Con un movimiento rápido, ambos soldados fueron capaces de alejarse de esa criatura, que quedó en medio del grupo. El comandante Zion, que creyó que sus soldados harían un movimiento así, acumuló energía en su mano derecha, la cual, con un puñetazo muy fuerte, liberó en la cabeza de dicha criatura. El golpe le dolió, pero no la movió ni un centímetro. Fue entonces que el comandante cargó nuevamente energía en ambas manos y la liberó, primero con un golpe en la cabeza con su puño izquierdo, y luego con un golpe en el cuello con la mano derecha. Tras ese impacto, la criatura emitió un rugido de dolor que la obligó a retroceder unos pasos. Wagner, quien estaba más atrás, tomó algo de carrera y comenzó a correr hacia la bestia. Dio un salto hacia el suelo en barrida, y le pegó una patada en el tobillo con ambos pies. El golpe fue tan fuerte que provocó que la bestia perdiera el equilibrio, haciéndola caer al suelo boca abajo.

    Desde la distancia, Michael, Orikrof, Dustin y Gwyn dispararon un par de balas a la espalda de la criatura, impactos que ciertamente le causaron algo de daño. El comandante Zion se acercó a la criatura y le pegó un fuerte rodillazo en el cuello y en la nuca mientras se encontraba en el piso. El golpe fue tan fuerte que podría haber asesinado a cualquier humano con él, pero a una criatura tan fuerte como la que enfrentaban únicamente la dejó inconsciente.

    — ¡Sharyn, cuidado! — advirtió Wida a la soldado.

    Tras haberse distraído con la pelea de la primera bestia, Sharyn no notó que la segunda se estaba acercando por detrás de ella. Ella giró su cabeza para mirar atrás, y pudo ver como la bestia se acercaba a ella con un brazo en alto para intentar matarla. Sharyn logró reaccionar a tiempo cuando la bestia le arrojó su golpe. La chica saltó hacia el costado y cayó al piso, pero quedando muy cerca de la criatura. Sharyn creyó que moriría, pero pronto llegó la ayuda.

    Cuando la criatura se disponía a atacar nuevamente a la chica, Alicia, quien no se había opuesto a luchar, a diferencia de lo que el grupo pensaba, atacó con un fragmento de energía que disparó de su mano. El ataque le dio en la cabeza, causando que la criatura detuviera su ataque contra Sharyn. Esto le dio tiempo a Alicia de tomar la daga que Agustina obtuvo en el planeta Emiv y lanzar una pequeña estocada al costado del torso de la bestia, que lanzó un leve gruñido de dolor. Wagner, que vio a Sharyn en peligro, no dudó ni un segundo en aprovechar esa herida que Alicia había hecho, y se le acercó a la criatura para darle un rodillazo en el mismo lugar.

    El hijo del comandante Stones logró conectar su golpe en el lugar donde quería, pero no consiguió derribar a la criatura tal y como él creyó que haría. Esta, dolida por el golpe, pero sin intenciones de detenerse, golpeó a Wagner con su brazo, con un ataque que no causó daño mayor a su armadura, pero con una fuerza suficiente como para arrojarlo al suelo. Thomas, Sharyn y Alicia aprovecharon ese momento para atacar a la criatura. Sharyn se distanció un poco, arrastrándose del lugar, para después disparar energía con sus manos, mientras que Thomas y Alicia dispararon balas de calor de sus rifles. Los ataques dieron en las piernas de la criatura, buscando no dañar más la zona ya afectada para que no se desangrara. La bestia rugía al recibir los ataques, pero poco pudo hacer ante un equipo tan bien organizado como el Zenith. Eran un total de once soldados en contra de dos criaturas, y no tuvieron oportunidad de defenderse ante ellos. La criatura terminó cediendo al dolor ocasionado por los disparos y cayó al suelo. Zion se acercó a esta nueva bestia y le pisoteó la cabeza, buscando que quede inconsciente, sabiendo que no moriría de un fuerte golpe en la nuca.

    En menos de seis minutos, la pelea había terminado y las dos bestias habían caído al suelo. Con esta pequeña victoria, el grupo del Zenith ya había logrado capturar a dos de las tres bestias que necesitaba. Mientras Zion y Orikrof se acercaban para verificar que estuvieran totalmente fuera de combate, Wagner se acercó a Sharyn para ayudarla a levantarse.

    — ¿Estás bien? — le preguntó el soldado a su compañera mientras le tendía la mano.

    — Sí, lo estoy — contestó la chica, tomando la mano de Wagner — Gracias a todos. Wagner, Alicia, Thomas… me salvaron la vida.

    — Eres nuestra compañera — le contestó Thomas, apreciando el agradecimiento recibido — Protegernos mutuamente es nuestra tarea.

    — Somos un equipo Sharyn, y tú estás en él — Alicia se acercó a ella para estrechar su mano — No lo olvides. Mientras estés con nosotros, siempre habrá alguien para protegerte.

    — Gracias, a todos — Sharyn verdaderamente se sentía apreciada en ese momento — Supongo que esa es una de mis obligaciones como miembro del equipo.

    — No te preocupes por eso ahora — Michael quería acercarse para darle ánimos — Lo importante es que te encuentres bien.

    La chica comenzó a sentir una sensación bastante agradable recorriendo su cuerpo. Había pasado mucho tiempo desde que varios miembros de su equipo murieron asesinados en el planeta Emiv, y esa era la primera misión que realizaba con un grupo tan numeroso en poco tiempo. Ella estaba agradecida de haber sido rescatada y de que el grupo de Zenith le permitiera integrarse. En un principio, aceptó quedarse con ellos como parte de una obligación por ser miembro del ejército, pero tras lo que había vivido con ellos, sentía que estaba empezando a formar un sentimiento de pertenencia.

    — Están fuera de combate — el grupo entero vio al comandante Zion, quien se levantó y comenzó a mirar a Alicia — Tal y como tú dijiste, nos adentraremos en el bosque para ver si tienen alguna familia aquí. Si la tienen, los dejaremos aquí tirados. Si no la tienen, nos los llevaremos a la nave.

    — ¿Qué tanto nos adentraremos en el bosque a revisar? — preguntó Alicia, queriendo saber si se iban a quedar por mucho tiempo allí.

    — No será mucho — el comandante Zion tenía decidido hasta donde avanzar — Tú, Umcali, Lloyd y Burntforest me acompañarán a revisar. Solo avanzaremos un par de metros, daremos una vuelta en forma circular, y regresaremos. El resto, necesito que se queden aquí para vigilar que no venga nadie más, y que estas dos bestias no escapen. ¿Entendido? — Zion hizo esa pregunta con el objetivo de que alguien le dijera si estaba en contra del plan, y no para ver si lo habían entendido.

    Nadie pareció estar en contra del pedido del comandante, por lo que este se adentró al bosque junto a Alicia, Sharyn, Michael y Dustin, para poder verificar que esas dos bestias que capturaron no tuvieran crías. El general Orikrof, Aurio, Wida, Wagner, Thomas y Gwyn se quedaron custodiando las dos bestias. Tanto al general, como a la pareja de soldados les molestaba esto, pero no quisieron decir nada en el momento en el que el comandante lo preguntó para no retrasar aún más todo esto.

    — Me parece estúpido — Gwyn creía que Alicia estaba siendo muy blanda — Esto es solo un capricho que el comandante está cumpliendo para que Alicia se mantenga callada y no comprometa la misión.

    — Estoy de acuerdo contigo — el general Orikrof se ponía del lado de la humana — Creí que ustedes habían dicho que las bestias de este planeta eran hostiles. No sé por qué nos tomamos esta molestia.

    — Mi amiga fue devorada por estas mismas cosas — Thomas los miraba con desprecio, recordando la muerte de Zoey al haber aterrizado en dicho planeta hace tiempo — No merecen ninguna clase de compasión. Solo son depredadores que cazan para comer, igual que todos. No tienen nada de especial.

    — Alicia no vino aquí con ustedes — Wagner decidió defender a su compañera — Ella no vio como estas criaturas mataban a su amiga, es más, ni siquiera llegó a conocerlas.

    — ¿Y eso que tiene que ver? — a Aurio no le importaba en lo más mínimo lo que se hiciera o no con las criaturas, dado a que él simplemente había ido al planeta para capturar a tres de estas y llevarlas al Zenith para que realicen experimentos, y le daba igual si tenían o no familia.

    — Es probable que Alicia hubiera visto a estas cosas y los hubiera asociado con animales como los que hay en la Tierra — Wagner no quería hablar por su compañera sin saber si eso era lo que sentía — Yo no las conozco, y la única sensación que despertaron en mí fue interés para pelear. Puede que ese no sea el caso con Alicia.

    — Sea como sea, es una estupidez — Gwyn no quería seguir una discusión que ya no tenía sentido, simplemente quería ventilar su opinión — Esperemos a que el comandante regrese.

    El grupo de seis se quedó en el lugar, manteniéndose alerta a los alrededores en caso de que alguna otra bestia hubiera escuchado el ruido y se decidiera a acercarse a ellos. Orikrof, Gwyn y Thomas estaban bastante molestos por la decisión que el comandante había tomado, mientras que Wagner, Wida y Aurio no le daban mucha importancia.

    Estuvieron esperando en el lugar durante unos diez minutos hasta que finalmente regresaron, apareciendo desde el mismo lugar del que habían venido. Ninguno tenía una expresión fuera de lo normal en su rostro, cosa que los tranquilizó a todos.

    — ¿Y bien? — Gwyn preguntó para saber si su esfuerzo había sido en vano o no.

    — No encontramos ninguna otra criatura en los alrededores — contestó el comandante Zion — No exploramos todo el bosque, pero no tengo ninguna intención de hacerlo. Con lo que vimos es más que suficiente.

    — ¿Y qué es lo que vamos a hacer ahora? — preguntó Aurio, que parecía ser el único que se daba cuenta de un detalle importante — Nuestra nave está algo lejos del lugar como para llevar a bestias tan grandes a rastras. Sin mencionar que aún tenemos que buscar la cueva para extraer la radiación.

    — Aunque acordamos aterrizar la nave para ahorrar combustible, creo que lo mejor es traerla y simplemente dejarla suspendida en el aire — comentó el comandante Stones — Haremos un esfuerzo para meter a estas dos criaturas en una cápsula y las encadenaremos en una de las salas que preparamos para eso.

    — Pero eso nos obligaría a retroceder para buscar la nave — Wida sabía que eso les haría perder tiempo valioso para explorar.

    — Exactamente, pero el plan no salió como queríamos — fue la respuesta seca del comandante — Creí que nos darían la oportunidad de acercarnos a la cueva a extraer radiación, y que luego tendríamos tiempo para buscar a estas criaturas por el planeta y capturarlas después de que obtuviéramos lo que vinimos a buscar. Pero ya que hemos derrotado a dos, y que hemos verificado que no tienen familia — el comandante dijo esa frase mirando a Alicia — Debemos aprovechar el esfuerzo hecho e ir a buscar la nave.

    — ¿Un grupo irá a buscar la nave mientras el otro se queda aquí? — preguntó Wagner, suponiendo que así serían las cosas.

    — Es correcto, Stones — le contestó el comandante, felicitándolo por llegar a una conclusión, aunque no era tan difícil de lograr — Orikrof, te llevarás a Noble, a Umcali, a Delleo y a Fairin contigo a la nave. Suban, tráiganla hasta esta posición y bajen la cápsula para subir a estas bestias — el comandante Stones activó su armadura — Te enviaré un mensaje para que puedas usar el escáner y obtener nuestra ubicación.

    — Como usted ordene, comandante — Orikrof sabía que Zion había elegido a ese grupo para darle la oportunidad a Gwyn y a Thomas de hablar con Alicia sobre la consideración que había tenido con esas criaturas — Ya lo escucharon — el general se dirigió a los humanos — En marcha.
     
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  11.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Hola amigo, este capítulo también ha estado bien aunque me agradó más el anterior. No obstante, este estuvo genial. Comentaré lo más destacado.

    Ace y Agustina están de camino para reparar el satélite garak-zenith. Me agradó su momento íntimo y pienso lo mismo que Ace: serían más útiles en la misión de Flientig. Aunque eso ya lo comenté anteriormente, así que no entraré en el tema. Después vemos a Plamo conversar con un garak que le habla sobre la hermana del fallecido Likar, llamada Kila. Creo que ella será un personaje futuro para el Zenith y por lo que veo, quiere tener una charla con Michael por lo ocurrido en el pasado con Orz. Espero que no haya problemas entre ambos, aunque sería muy interesante y tendría sentido que los hubiese.

    Tras asegurarse de que la manada de bestias pasa de largo, el grupo decide acortar camino por el bosque y se encuentran con dos bestias (que a mi parecer, actuaron de forma extraña sin motivo aparente). Lo mejor del capítulo, para mí, es la pelea que se mantiene entre este dúo de bestias y el grupo. No solo porque haya acción, sino porque por primera vez en bastantes capítulos (si no recuerdo mal), hay un choque de ideas entre miembros. Alicia ve a esas bestias como animales, cosa lógica, pero el resto entiende que esos animales no deberían causar lástima, pues son salvajes y asesinas al fin y al cabo. Se plantea ese interesante dilema que me hace preguntarme si dará problemas a Alicia con el resto. Zion, de alguna manera, contenta a su soldado al acceder a buscar a los supuestos hijos de esa supuesta pareja de bestias.

    Finalmente, sin encontrar nada pero con dos bestias de tres capturadas, deciden separarse. Un grupo irá a traer la nave y el resto esperará con dichas bestias. Algo me dice que habrá problemas, cómo no XD.

    Sin más que decir, nos vemos para la próxima.
     
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  12.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

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    Hola.

    Comentaré de inmediato lo más destacado en el capítulo de esta semana.

    La situación que vive Lankir no es para nada agradable. Y se nota lo afectado que está por los rumores que dicen los demás. Lo peor de todo, es que los demás seres de la especie no están en el lugar de Lankir, como para venir a criticarlo, así nada más. Lankir no es un guerrero y no tiene la cupla de que la naturaleza, no lo haya dotado con esa cualidad. Me pregunto que hará Lankir para encontrar la respuestas a la gran catástrofe. Por lo que ha dicho, asumo que las buscará por su cuenta. Me intriga lo que tiene pensado hacer, si es que ha pensado en algo como tal.

    En cuanto a lo que ocurre en el planeta Fietling. Me soprende la actitud que mostró Alicia en este capítulo. ¿Sintiendo compasión por una bestia salvaje? Eso es nuevo. Supongo que habrá asociado el comportamiento de esas dos bestias con los animales de la tierra, pero no por eso debe sentir empatia por esas criaturas. Bien pueden morir, y sentir compasión por ellas, no les ayudará a sobrevivir en caso de que las bestias luchen con todo.

    Ahora el Zenith ya posee dos bestias, y solo les falta una más. Me pregunto si con solo tres bestias, será suficiente para que los científicos descubran la dosis correcta. Ya que hay menos probabilidades de que la descubran, teniedo tan pocos ejemplares. Supongo que si Tzorkun descubrió la dosis para los humanos, no creo que sea tan difícil que ellos la descubran para esas criaturas. Asumo que Tzorkun mató a muchos humanos en el proceso para descubrir la dosis. No sé cuántos eran, pero estoy seguro que Tzorkun no usó solo tres soldados. Espero que el Zenith tenga éxito, o sus esfuerzos será en vano.

    No encontré errores, así que eso es todo por ahora. Saludos y hasta la próxima.
     
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  13. Threadmarks: El rastro de la radiación
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    42
     
    Palabras:
    6228
    Saludos a Resistance y a Zurel que leen la historia semana a semana. Espero que les estén gustando los últimos capítulos de la parte IV, dado a que estamos próximos a ver el final. Luego de que lean el capítulo de esta semana, ya solamente nos quedarán 3 capítulos más (2 de esta historia y 1 de la historia especial) y luego, hasta el próximo año no habrá más capítulos. Si las cuentas no me fallan, el último capítulo será publicado en la última semana de noviembre. Sin más distracciones, los dejo a ambos con la lectura.



    El rastro de la radiación:

    Por el bosque del planeta Fientlig avanzaba el general Orikrof, acompañado por Thomas, Gwyn, Michael y Alicia. El general consideró que la mejor manera para llegar hasta la nave sería moverse a través del bosque, para evitar entrar en contacto con más bestias en caso de que alguna de las que cruzó en manada por el camino despejado hacía menos de una hora decidiera regresar sobre sus pasos.

    El grupo aprovechó ese momento para resolver un asunto pendiente.

    — Alicia — Gwyn se acercó seriamente hasta la chica, que no levantó la vista — Mírame a los ojos cuando te hable.

    Alicia, sabiendo que Gwyn le reprocharía por lo que dijo anteriormente, decidió hacerle caso a su pedido y mirarla a la cara. Fue ahí cuando las dos chicas cruzaron sus miradas. Thomas y Michael se acercaron, para asegurarse de que no intentaran agredirse, aunque no lo parecía.

    — Fue innecesario lo que dijiste — comentó Gwyn a su compañera — Las criaturas que viven en este planeta son bastante hostiles. No son racionales, pero eso no quita que no tengan un par de mañas para intentar cazar a sus presas. Tú misma lo acabas de observar.

    — Sí, lo he visto, no soy ciega — Alicia respondió de una manera algo seria — ¿Qué es lo que vas a decirme?

    — Tú no estuviste aquí cuando nosotros vinimos la última vez — reprochó Gwyn a su compañera — Zoey, una gran amiga mía, murió aquí devorada por esas criaturas. Thomas, mi novio, casi muere, al igual que Ace.

    — Thomas no era tu novio en el momento en el que estuvieron aquí — Alicia supo que Gwyn intentaba mentirle, y no se lo iba a permitir — Si vas a echarme algo en cara, asegúrate de decir la verdad.

    — Da igual si era o no mi novio en ese momento, ahora lo es — le contestó Gwyn, a quien no le gustó ese tono repentino de Alicia — Y estuvo a punto de morir tras luchar contra las bestias. Una amiga murió, y a dos amigos casi les pasa lo mismo. Todo por culpa de esta raza hostil. No se preocupan por nosotros, y me dio algo de asco el haber tenido consideración por una criatura que asesinó a una amiga mía en el pasado.

    — ¿Las dos bestias que atacamos fueron las que asesinaron a tu amiga? ¿Las reconociste? ¿Sabías que se trataban de ellas?

    — No, no lo sé, y no me interesa. Para mí, todas estas malditas bestias son iguales. Seres despreciables, que nos matarían si no fuéramos soldados fuertes. Tal y como lo acabas de presenciar.

    — Lo has dicho perfectamente. “Para ti son iguales”. Para mí no.

    — Honestamente, eso no me importa mucho ahora. Vinimos a este lugar porque el general Orikrof y el comandante las consideran como armas para la pelea. No vinimos aquí para ver quiénes son iguales y quiénes no. Y en todo caso, las dos bestias con las que luchamos eran iguales a las que mataron a Zoey.

    — No llegué a conocer a Zoey. No intentes faltarle el respeto a su nombre intentando hacer que yo piense en ella cuando no la conocí.

    — Y ahora es donde tu argumento cae sobre ti. Tú no conociste a Zoey, y yo sí. La conocí, la quería, y estas bestias me la arrebataron. Por eso no tengo pensado tenerles consideración a estas bestias la próxima vez que nos enfrentemos a alguna, porque todavía nos falta una por capturar. Si es o no madre de más de esas criaturas, a mí no me importará en lo más mínimo. ¿Lo entendiste?

    — Sí, lo entendí — Alicia comprendía lo que dicho su compañera — No voy a disculparme por lo que hice anteriormente. Tuve mis razones, y que no las hayas compartido no es asunto mío.

    — Suficiente — Orikrof, quien había estado escuchando toda la conversación supo que debía detenerlas antes de que la situación empeore — Todo esto fue mi idea, yo soy quien debería decidir a qué criatura nos llevamos y a cuál no. Excepto por la radiación y por eso, nada de lo que haya pasado, o vaya a pasar en este planeta me interesa en lo más mínimo.

    El grupo de cinco integrantes continuó su camino hasta la nave espacial. Llegó un momento en el que decidieron salir del bosque y empezar a caminar por campo abierto, para asegurarse de que no iban a terminar desviándose y dirigiéndose a un lugar al cual no querían ir. La situación estuvo un poco tensa en esos minutos, pero a medida que pasó el tiempo, el enojo entre Gwyn y Alicia por su reciente discusión se fue calmando. No desaparecería por un tiempo, pero al menos no olvidaban que eran parte del equipo. Thomas y Michael decidieron volverse hacia atrás y charlar entre ellos.

    — Tengo que admitir que Gwyn tiene razón — Michael no quería que Alicia lo escuchara — Aunque Alicia no se equivoca al comparar a esas bestias con nosotros en algunos aspectos, no son iguales. Son parecidos.

    — Michael, yo estoy molesto con Alicia por eso — las palabras de Thomas sorprendieron bastante al soldado — Yo sufrí un desmayo al irme de aquí. No puedo encontrar un motivo para tener consideración con ninguna de ellas.

    — ¿Por qué no te metiste a la discusión entonces? — Michael sentía curiosidad por eso.

    — Alicia parecía muy aferrada a su punto de vista, y no tiene sentido discutir por eso — la respuesta de Thomas le pareció algo interesante a Michael — Cuando dos posiciones opuestas se enfrentan, jamás estarán de acuerdo. Decidí ahorrarme una discusión. Después de las cosas que nos dijiste en la nave, tú, Alicia, Ace y Agustina son como hermanos ante mis ojos. Los quiero mucho, y no quiero pasar un mal momento solo por un desacuerdo. Pero no te confundas, lo decidí porque las acciones de Alicia no causaron la muerte de nadie. Si el caso fuera distinto, yo habría intervenido.

    — ¿Realmente sientes que tú y yo somos hermanos? — Michael se quedó con esa parte de lo que dijo Thomas.

    — No tengo un hermano de verdad, y muchos de mis compañeros de la escuela nunca fueron gente con la que me gustaría relacionarme fuera de la misma. Pero tú y el resto son distintos. Tú viniste con Alicia a buscarnos a mí y a Gwyn cuando necesitábamos acorralados en el planeta Emiv. Eso jamás lo olvidaré, tenlo por seguro.

    Michael se sentía muy feliz de haber escuchado esas palabras provenientes de Thomas. Él se sentía así respecto a él hace tiempo, por todo lo vivido, pero nunca creyó que podría lograr que él lo admitiera. Era algo que no estaba esperando en ese momento, y lo tomó por sorpresa ciertamente. Ni Alicia ni Gwyn pudieron escuchar esa conversación, ellas simplemente mantenían la mirada atenta al frente.

    […]

    El comandante Zion se encontraba junto a Wida, Aurio, Dustin, Wagner y Sharyn custodiando a las bestias que se encontraban inconscientes. El comandante y su hijo eran quienes las mantenían vigiladas, mientras los otros cuatro estaban atentos en busca de enemigos que pudieran estar corriendo dentro del bosque.

    Zion admiraba casi estupefacto a una de esas criaturas mientras esta respiraba sin poder levantarse. El golpe que le dio en la cabeza fue tan fuerte que pudo haber provocado una lesión mortal a cualquier ser humano, pero esa bestia no mostraba rasgos de haber recibido un daño grave. Solamente estaba inconsciente, pero respirando con normalidad. El comandante jamás las había visto hasta ese momento, solamente imaginaba como serían gracias a los reportes que el grupo que sí estuvo en el planeta le dejó luego de su excursión al mismo. Mirar una bestia así lo hizo pensar en nada más y nada menos que en Sieng, el rival al que enfrentó en el planeta Emiv. Zion comparaba la fuerza de ambos, y los creía bastante parecidos en ese aspecto. Lo que el comandante quería hacer en ese momento era terminar la misión para ponerse a entrenar como era debido. Su fuerza actual no era suficiente para anteponerse a cualquiera, y eso era una falla muy grave para él.

    Wagner, por su parte, solamente observaba a la criatura con algo de miedo. A pesar de saber que eran seis contra dos, y que la pelea no sería muy complicada, no podía evitar sentir miedo de tener que repetir una pelea en contra de una de esas cosas. Si podían llegar a controlar a esas criaturas, ningún enemigo sería capaz de complicarlos. Incluso serían seres que podrían sacrificar para no tener que perder a más compañeros.

    El momento de reflexión del soldado fue interrumpido cuando Sharyn se acercó a él.

    — ¿Te asustan? — preguntó la chica, queriendo buscar un tema de conversación con su amigo.

    — No diría que me asustan — Wagner no quería sonar como un cobarde — Pero me preocupan un poco.

    — Es comprensible — Sharyn se colocó al lado de él — A mí también me dan algo de miedo. Wagner…

    — Sharyn, ¿no deberías estar vigilando los alrededores? — preguntó el soldado, interrumpiendo lo que la chica iba a decir — Si te cansaste, puedo seguir yo.

    — No, no estoy cansada. Solamente te vi algo pensativo y quería asegurarme de que estuvieras bien.

    — Lo estoy, ¿tú lo estás? — Wagner no mostró mucho interés al hacer esa pregunta, haciéndolo más por obligación.

    — Sí. Yo estoy bien. Lo siento, no debí distraerme.

    Sin decir nada más, Sharyn se alejó de Wagner para poder continuar con su tarea de vigilancia. La chica estaba algo decepcionada por la forma en que resultó la conversación. Ella esperaba poder hablar con Wagner acerca de la misión, que era la primera que realizaba junto a él. Pero no había tenido suerte. Eso la llevó a entender que no debía intentarlo más, y que debía darle prioridad a la misión hasta que esta terminara. Dustin, quien no estaba cerca de ambos, solamente se quedó mirando esa escena en silencio.

    Wida y Aurio, por su parte, mantenían vigilados los lugares opuestos. A veces, ellos se intercambiaban de lugar, aprovechando ese breve momento para hablar entre ellos. Sin embargo, no era una conversación demasiado larga, debido al poco tiempo que tenían. Fue por eso que, a la tercera vez, decidieron detenerse hasta que la misión pudiera continuar.

    […]

    Una vez que el general y el equipo que fue con él logró llegar hasta la nave, conducirla hasta el campo abierto fue sencillo. El equipo tomó la cápsula y subió a las dos bestias al interior de la misma, para llevarlas a una sala, donde permanecerían encadenadas durante todo el trayecto de vuelta. Habiendo finalizado esa tarea, el grupo entero continuó su trayecto hasta la cueva de la cual extraerían muestras de la radiación.

    Llegó un momento en el que, tal y como Michael dijo, la cadena de montañas los llevó a dar un giro que terminó dejándolos del otro lado.

    — Ya no debe faltar demasiado hasta la cueva — advirtió el soldado a sus compañeros — Diría que unos pocos kilómetros más.

    — Es una pena que no tengamos ningún vehículo para usar — Thomas se quejaba de la situación — Podríamos recorrer este planeta en menos de una hora.

    — Si tan solo tuviéramos los recursos para eso, ten por seguro que lo haríamos — interrumpió el comandante Stones — Pero no hay caso. La humanidad no nos cederá nada a nosotros.

    — Quizá eso cambie cuando les llevemos las respuestas que ellos están esperando — expresó Dustin, quien compartía los deseos de Thomas por tener un vehículo en ese momento — Una vez que obtengamos estas muestras de radiación, estaremos más cerca — luego de eso, el soldado se adelantó para hablar con Wida y Aurio — ¿Cómo funciona su escáner exactamente?

    — Necesitará un par de horas para poder analizar la muestra y detectar su origen, habrá que tener algo de paciencia en ese aspecto — le contestó Wida, recordando cómo era el procedimiento — Pero una vez que esté listo, apuntará en la dirección correcta. Si la muestra que obtengamos aquí resulta ser lo bastante grande, nos llevará directamente al punto de origen de la radiación.

    — Y al origen de la Gran Catástrofe — exclamó Aurio, teniendo en mente el día que su planeta fue arrasado por los meteoritos — Finalmente descubriremos por qué nuestro planeta tuvo que ser devastado.

    — Lo más importante, una vez que esas respuestas sean nuestras, es evitar que eso vuelva a ocurrir — comentó Alicia, recordando todo lo sufrido a causa de dicho acontecimiento — Y que ya no sea necesario vivir con miedo.

    Todo el grupo estaba de acuerdo con las palabras de la chica. Aunque varios de ellos no tenían la edad suficiente para recordar el momento en el que ocurrió la catástrofe, el haber crecido en un mundo donde la población había sido reducida en un 75% de forma drástica fue una experiencia bastante dura. Todo eso fue lo que llevó a su intenso entrenamiento para poder partir al espacio en busca de las respuestas. Nunca tendrían tranquilidad hasta no tener dichas respuestas.

    El avance continuó bastante tranquilo y en silencio, cosa que llenaba de tranquilidad al grupo, que deseaba simplemente no ser interrumpidos por más bestias hasta poder obtener las muestras de radiación que ellos querían. Sin embargo, sus deseos no estaban cerca de cumplirse, dado a que pronto se cruzarían con algo que los sorprendería bastante.

    De repente, empezaban a escuchar un pequeño ruido que se iba intensificando cada vez más. No necesitaron de mucho tiempo para darse cuenta de que se trataba de los rugidos que eran característicos de esas criaturas, cosa que los molestó bastante. Sin embargo, cuando llegaron a la fuente de ese ruido, lo que vieron los dejó impactados.

    En el medio de un terreno sin árboles rodeándolo, tres bestias como las que habían enfrentado en el bosque estaban teniendo un enfrentamiento con otra de un tamaño mucho más grande, llegando a medir hasta unos tres metros de altura. Dicha bestia no solamente era bastante alta, sino que sus propios músculos eran de un tamaño que daba mucho miedo. Todos, al contemplarla, se quedaron boquiabiertos. Michael, Gwyn y Thomas más que ninguno, dado a que en su primer viaje a Fientlig no habían visto a una criatura como esa, y de no ser por haberla visto en ese momento, nunca creerían que existiría alguna así.

    — ¿Creen que esta es la causa del movimiento de dicha manada? — preguntó Wida, teniendo miedo de tener que enfrentar a una cosa tan monstruosa como esa.

    — Estoy seguro de que sí, y es bastante comprensible — Thomas sentía como sus piernas empezaban a temblar — Mira el tamaño de esa cosa.

    — Antes de que alguien lo sugiera, no, no vamos a llevárnosla con nosotros — Orikrof no creía que una bestia así pudiera entrar en la cápsula — La eliminaremos aquí.

    — Esperen un momento — Sharyn tuvo una idea que deseaba compartir con el resto del grupo — Miren bien la pelea, no parecen saber que estamos aquí. O por lo menos, no les importamos ahora mismo. Podríamos esperar a que el gigante mate a dos de las tres bestias que están aquí, y luego podemos matarlo y capturar a la restante.

    — Es una idea excelente, Lloyd — el comandante no se percató de esa posibilidad — Pero aun así deberíamos acercarnos y asegurarnos de que dos de estas bestias mueran. Si las tres bestias logran matar al gigante, será un problema para nosotros.

    Justo después de que el comandante Zion dijera esas palabras, una de las bestias más pequeñas se acercó al gigante, mordiéndole la pierna, dado a que era uno de los pocos lugares que podía alcanzar. La bestia de tres metros estiró su brazo hasta dicha bestia más pequeña, logró tomarla de su cabeza y levantarla varios metros, ante la vista de todos los que estaban presentes allí. En pocos segundos, la bestia levantó los brazos y luego los estrelló contra el suelo, causando que la bestia más pequeña muriera mientras su cuerpo se despedazaba en varias partes y todos sus órganos salpicaban líquido vital.

    — No creo que sea una preocupación para nosotros — contestó el general a lo que dijo el comandante — En su lugar, deberíamos actuar antes de que el gigante mate a los otros dos.

    Fue así como el grupo comenzó a correr en dirección hacia las tres bestias que estaban enfrentándose. Ninguno sabía si la bestia gigante estaba matando para defender su terreno, para alimentarse, o simplemente si su conducta era violenta por naturaleza. Pero era algo que no les importaba ni afectaba en lo más mínimo. Una bestia como esa debía contar con una gran fuerza, y si pudieran encontrar una forma para llevársela, tendrían un arma viva con un poder de destrucción muy alto. Sin embargo, era demasiado peligrosa siquiera para considerarlo.

    Mientras el grupo se le acercaba, la bestia gigante logró capturar a otro de sus enemigos, al cual no le aplicó el mismo ataque que al anterior. Solamente lo levantó y lo dejó caer al suelo, provocando un impacto fuerte que levantó una nube de polvo inmensa en dicho lugar. Una vez hecho eso, el gigante movió sus pies a una velocidad bastante ágil para una bestia de su tamaño, siendo capaz de pisar a la otra bestia restante, empezando a ejercer presión sobre su abdomen. Ese golpe no tardó en ser efectivo, y en tan solo cinco segundos, logró provocar que los huesos y los órganos de dicha criatura salieran disparados por la presión que había hecho.

    El grupo no se encontraba muy cerca del gigante, y no tenían la forma de saber si la segunda criatura, la cual había dejado caer, seguía con vida o no. Lo más desconcertante era el hecho de que la criatura había atacado de forma diferente, sin mostrar ninguna clase de patrón o comportamiento común en el proceso. El haber visto una carnicería como esa, donde la bestia gigante no pareció haber emitido ni un solo quejido por el dolor cuando recibió una mordida de una de las bestias más pequeñas dejó algo impactado al grupo. Todos ellos rogaban que la segunda criatura todavía estuviera viva, dado a que, de estarlo, el gigante les habría hecho un favor.

    — ¡General, dispare su cañón antes de que esa bestia siga moviéndose! — gritó Aurio, que veía como la bestia centró su mirada en la bestia que acababa de matar.

    — ¡De acuerdo, ustedes quédense atrás! — contestó el general, tomando la delantera del grupo.

    El general levantó su brazo para apuntar bien, aunque consideró que no tendría problemas en atinar un disparo a una bestia como esa. Una vez que lo tuvo a tiro, presionó el disparador del cañón y este disparó una esfera que avanzó rápidamente hacia el gigante. Este, logró escuchar un zumbido en el aire, y al mover la cabeza al frente pudo notar como algo se le acercaba. A pesar de su gran tamaño, su velocidad no se veía disminuida, y solo tuvo que dar un salto hacia el costado izquierdo para esquivar dicho ataque. Nadie en el grupo lo creía, ni siquiera tras haberlo visto.

    — ¡Imposible! — el general no daba crédito a lo que veía — ¡¿Cómo logró detectar el disparo?!

    El susto que el gigante ocasionó al equipo del Zenith y los xaromitantes fue en aumento cuando este comenzó a correr a gran velocidad hacia ellos. Tan solo ver como dicha criatura de tres metros avanzaba sobre sus dos patas traseras como si se tratara de un gigante de leyenda en persona hacia ellos, los llenó de terror.

    — ¡Mierda, Orikrof, dispara! — Zion sacó su rifle preparándose para disparar.

    El general, que no necesitaba otra motivación para hacerlo, volvió a accionar el cañón de Lankir, disparando una segunda esfera hacia su objetivo. Esta vez, el gigante lo vio venir con anticipación, por lo que decidió dejar caer su cuerpo al frente, para apoyar sus patas delanteras en el suelo. No solo logró esquivar el disparo del general, sino que no detuvo su avance en ningún momento. Seguía avanzando hasta el grupo sin haber cambiado su trayectoria ni perder velocidad, cosa que empezó a sembrar el pánico entre todo el escuadrón, al ver como se acercaba cada vez más.

    — ¡Todos saquen sus armas y prepárense para acribillarlo a balazos! — el comandante dio la orden a todo el equipo, excepto al general xaromitante — Orikrof, dispara cuando lo tengas cerca, para que no pueda esquivarlo. Y si, de alguna forma lo logra, nosotros intentaremos cegarlo.

    — Entendido — Orikrof no tenía mucho tiempo para hablar, dado a que la criatura ya estaba a menos de diez metros de ellos.

    Al acercarse unos pasos más, el general dio un disparo esperando que este fuera el que lograra acabar con la vida del gigante. Las cosas, nuevamente, no fueron como ellos esperaban. De una manera sorprendente e inesperada por ellos, el gigante se impulsó con sus patas para rodar hacia un costado, logrando esquivar así el disparo del arma de Orikrof. Aunque las cosas no terminaron ahí. Con una velocidad envidiable, la criatura rodó en el suelo, se puso de pie y con un impulso rápido dio un salto hacia donde se encontraba el grupo. No solo logró evadir un ataque mortal muy cercano, sino que se había lanzado por el aire sobre ellos.

    A pesar del miedo que sentían, todos lograron reaccionar a tiempo y dar un salto para alejarse del lugar donde cayó la criatura. Los reflejos que habían tenido les salvaron la vida, aunque la criatura había quedado muy cerca de ellos. Algunos cayeron boca arriba y podrían apuntarle, mientras que otros que cayeron boca abajo no lograrían reaccionar a tiempo.

    — ¡Mátenlo, como sea, ahora! — el comandante entró en una gran desesperación al enfrentarse a un rival tan rápido e imponente.

    Zion, Aurio, Gwyn, Sharyn, Wagner y Dustin fueron quienes lograron abrir fuego contra la criatura de gran tamaño. Estas balas eran más rápidas que los disparos del cañón, y estando el objetivo tan cerca y siendo tan grande, todas daban en el blanco. La bestia recibía los impactos de bala desde varias direcciones muy diferentes. Estos no causaban casi ningún daño en su cuerpo, pero en sus oídos, el ruido de las balas lo estaba confundiendo demasiado. Era demasiado ruido que, al provenir de varias direcciones, era imposible de distinguir. La criatura no lograba identificar a quien estaba más cerca de su posición actual con todo el ruido que resonaba en sus oídos. Esto provocó que se quedara quieto el tiempo suficiente.

    — Ahora eres mío — pensó Orikrof, decidido a eliminarlo de una buena vez.

    El general disparó el cuarto de los cinco disparos que podía lanzar con el cañón de Lankir, y para su fortuna, ese fue el disparo definitivo. La esfera que salió disparada impactó en la cabeza del gigante, provocando una explosión de un tamaño que le terminó arrancando y destruyendo la cabeza del cuerpo. Sin esta, como todo ser vivo, perdió la vida. Su cuerpo cedió rápidamente a la fuerza de gravedad, y terminó cayendo al suelo en un golpe seco. La amenaza que una criatura así representaba había terminado.

    Una vez muerto, el grupo logró suspirar aliviado. Supieron que esa victoria fue posible gracias al cañón de Lankir, dado a que los disparos del rifle no eran efectivos, y viendo la fuerza descomunal que mostró esa criatura, lo más probable era que terminarían muertos antes de que su energía lograra hacerle algo.

    — Se acabó — Sharyn se recostó en el suelo bastante aliviada tras haber visto morir a esa bestia — No duró ni un minuto, pero fue un momento muy aterrador.

    — Esta maldita cosa no moría con nada — Aurio le dio un vistazo a su arma — Miren esto — el xaromitante mostró su cargador — Me dejó sin balas en el rifle. Y no parecía sufrir demasiado.

    — Dios, solo mírenlo — Thomas se puso de pie y se acercó para verlo — Se ve mucho más grande de cerca.

    Tal y como el soldado lo decía, la bestia, que era bastante alta, contaba con una musculatura realmente impresionante. Haber recibido un golpe de un ser con unas características como esa habría significado una muerte inmediata.

    — Lankir nos salvó la vida — comentó el general, mirando como al cañón ya solo le quedaba un disparo — Nuestras armas eran inútiles, y el cañón le voló la cabeza de un tiro. Cuando lo veamos, tenemos que agradecerle por haber creado algo así.

    No había nadie que estuviera en desacuerdo con lo que dijo el general. Ni siquiera Wida y Aurio. Un arma como esa era lo único en su arsenal actual que podía y pudo matar a una bestia como esa. Sea como sea, con su muerte, el grupo logró respirar aliviado. Aunque Aurio ya no podría defenderse, dado a que su rifle se había quedado sin balas.

    — ¿Ahora qué? — preguntó el xaromitante, sin saber qué era lo que haría — No tengo balas para seguir peleando.

    — El cañón solo tiene un disparo restante — le comentó el general — De lo contrario, te daría mi arma y yo me quedaría con él.

    — Nuestra energía tiene límites, así que no podemos darte ninguna de nuestras armas — Michael no encontraba una solución al problema que enfrentaban.

    — En ese caso, lo mejor sería que te retires, Aurio — Wagner creyó que esa sería la mejor opción — Deberíamos enviar un grupo a la cápsula para abordar la nave, y tú deberías esperarnos allí arriba.

    — Eso nos obligaría a retroceder sobre nuestros pasos otra vez — Dustin supo que les restaría tiempo — ¿Existe la posibilidad de que nos separáramos para ahorrar tiempo?

    — Es imposible hacerlo con las circunstancias actuales — expresó el comandante Stones — El cañón de Orikrof solo tiene un disparo restante. Si otra de esas criaturas gigantes aparece, será nuestro final si no estamos juntos.

    — Pero mientras más tiempo nos quedemos en el planeta, más posibilidades hay de que más criaturas se acerquen aquí — Dustin defendía su punto — Si todos tenemos que regresar a la nave, seguiremos desperdiciando tiempo.

    — Entiendo tu punto, Dustin, pero ahora, no estamos en condiciones para separarnos — Alicia intentó hacerlo entrar en razón — Acabamos de descubrir que esas criaturas existen, y solo tenemos un medio para eliminarlos.

    — Pero entonces, ¿qué es lo que sugieren hacer? — Dustin no sabía a donde querían llegar los demás.

    — Propongo que vayamos a revisar si una de las criaturas más pequeñas que el gigante mató para nosotros está en condiciones para que nos lo llevemos — contestó el comandante Zion, proponiendo la única idea que se le ocurría — Y si lo está, la golpearemos para evitar que despierte, volveremos a la nave y la traeremos hasta aquí esperando que no se haya levantado. Después de todo, ya tenemos la confirmación de que la cueva está más adelante.

    […]

    El equipo procedió tal y como el comandante lo había ordenado. Todos se retiraron hasta la cápsula, la usaron para subir a la nave y luego condujeron la nave hasta la ubicación en donde se había librado la pelea contra la bestia gigante. La bestia que el gigante dejó caer al suelo antes de pasar al ataque en contra del grupo, para su fortuna, seguía con vida. El grupo logró capturarla, subirla a la cápsula y llevarla hasta la sala donde esperaban las otras dos criaturas. Con esa adquisición, las tres criaturas que usarían como sujetos de prueba ya habían sido capturadas. Eso era un objetivo menos para su misión. Solamente restaba entrar en la cueva y extraer las muestras de la radiación.

    Dado a que Aurio no podría seguir luchando por quedarse sin balas, este se quedaría en la nave. El grupo la condujo lo más cerca que pudo hasta el interior de la zona de montañas, y finalmente, la cápsula volvió a descender con el resto del grupo. Mientras Aurio se quedaba en la nave, ellos continuarían avanzando hacia la cueva.

    No les tomó mucho tiempo hasta que llegaron a la entrada. Michael, Thomas y Gwyn sintieron un ligero terror al ver ese lugar una vez más. Fue el lugar donde fueron perseguidos por las criaturas, y donde obtuvieron su poder para disparar energía de sus manos, poder que los ayudó a llegar tan lejos sin haber muerto.

    — Después de tanto tiempo, me da escalofríos — Thomas no tenía buenos recuerdos de ese lugar.

    — Tranquilo, Delleo, esta vez no será como la anterior — Zion tranquilizó a su soldado y comenzó a marchar al frente — Ahora somos más, y tenemos energía de sobra.

    — Démonos prisa, estamos a muy poco de finalizar — Orikrof alentó a que el equipo se moviera.

    Siguiendo las órdenes del general, todos ellos entraron en la cueva. Los tres soldados del Zenith que ya habían estado allí antes notaron que había un par de piedras y escombros en el interior, cosa que no recordaban haber visto la última vez.

    — No confirma que haya terremotos, pero hay algo que ocasiona derrumbes en este lugar — Gwyn comenzó a preocuparse al pensar que podrían terminar encerrados.

    — Aunque fuera por otro motivo, hicimos bien en dejar a Aurio fuera — pensó Sharyn — Si la entrada queda tapada, Aurio podría venir a ayudarnos. No encontramos bestias en el camino, así que no debería ser peligroso para él.

    — El problema será si las bestias se acercan hasta él antes de que consiga sacarnos — Wida no veía las cosas de una forma tan tranquila como Sharyn lo hacía — Si nos apresuramos, no tendremos que preocuparnos por quedar encerrados aquí. Pensemos en Aurio como en una ayuda que podemos usar, pero que deberíamos evitar de hacerlo.

    — Estás en lo cierto, lo siento si dije algo que no parecía apropiado — Sharyn se disculpó con la guerrera xaromitante.

    A medida que se adentraban cada vez más, el grupo veía como los escombros eran cada vez más grandes, e incluso llegaban a ver trozos de cadáveres de las criaturas que vivían en el planeta debajo de los mismos. La caída del techo de la cueva había sido la muerte y sepultura de varios de ellos, que no mostraban marcas de mordidas.

    — Está vacía — afirmó Thomas refiriéndose a la cueva — De lo contrario, alguna de estas criaturas ya se habría comido los restos que sobresalen.

    — Una preocupación menos para nosotros — agregó Gwyn a lo dicho por su novio — Siento que finalmente podemos relajarnos un poco.

    — ¿Qué hay del otro lado de la cueva donde aseguran que hay radiación? — Orikrof creía que se lo estaban tomando muy a la ligera.

    — Esa zona es una que las bestias evitan — contestó Michael, recordando lo que vieron cuando exploraron el planeta por primera vez junto al comandante Richard — Es probable que la radiación sea dañina para ellas y decidan no acercarse.

    — Hablando de eso, ¿cómo creen que pueda afectarnos la radiación cuando nos expongamos a ella por tercera vez? — Sharyn mencionó algo que no estaba siendo tenido en cuenta por ellos.

    Con el viaje de por medio, los nervios por enfrentar a las bestias del lugar, y el reciente enfrentamiento contra la bestia gigante, nadie se había puesto a pensar siquiera que iban a terminar expuestos por tercera vez a la radiación que provocó una evolución en sus cuerpos.

    — ¿Creen que pueda aumentar nuestros poderes? — Gwyn empezó a pensar en varias teorías.

    — ¿Y qué tal si en vez de eso los terminamos perdiendo? — Michael no se sentía muy seguro de querer averiguarlo.

    — Peor aún, ¿y si una tercera exposición nos termina matando? — Wagner empezó a temblar de solo pensarlo — Hubo varios seres humanos que no soportaron una primera exposición. No deberíamos tentar nuestra suerte arriesgándonos a una tercera.

    — Orikrof, Wida, sé que ustedes abandonaron el planeta antes de que los meteoritos impactaran — comentó el comandante a los dos xaromitantes presentes — Pero, ¿sufrieron algún cambio cuando se acercaron a buscar muestras de radiación para el escáner por primera vez?

    — No tenemos instrumentos médicos que puedan estudiar nuestros cuerpos a detalle, pero no recuerdo que nadie hubiera sufrido nada cuando eso ocurrió — fue la respuesta del general — ¿Quieren que nosotros dos entremos al otro lado de la cueva a recoger las muestras de radiación?

    — No quiero dejarles la tarea a ustedes, pero lo que dice Stones es verdad — el comandante realmente se veía preocupado al respecto — Varios humanos no sobrevivieron a una única exposición. Y no tengo ganas de arriesgar a que alguno de nosotros muera por descubrirlo cuando estamos muy cerca de finalizar esta misión sin bajas.

    — No hay problemas al respecto — contestó Wida, dispuesta a hacerse cargo de dicha tarea junto al general — Podemos manejarlo.

    — Gracias, es una ayuda con un gran valor — le respondió el comandante Zion a la guerrera xaromitante.

    Habiendo decidido cómo se llevaría a cabo el procedimiento, el grupo continuó su camino. Gracias a las palabras de Sharyn, el grupo llegó a considerar el peligro de exponerse por tercera vez a la radiación. Todo era posible. Desde la Gran Catástrofe aprendieron que cualquier cosa que involucrara a la radiación podía ser posible. Fue debido a dicha radiación que el cuerpo humano, al menos el de los soldados, evolucionó dos veces. Primero obteniendo mayor resistencia y una mejora en su sistema, y luego ganando la habilidad de lanzar energía. Una tercera evolución podría ser mejor que las dos anteriores, de la misma manera en que podría causar un daño irreparable o incluso la muerte a un cuerpo humano. Sin importar lo que pudiera pasar, decidieron que no correrían absolutamente ningún riesgo.

    Finalmente, tras una caminata breve, el grupo llegó hasta el hueco que daba entrada a una segunda zona de la cueva. Tal y como habían pactado, el general Orikrof entró junto a Wida y el dispositivo que almacenaría las muestras de la radiación que obtuvieran. Todos los demás en el grupo, los humanos, se quedarían en la entrada para vigilar que no se acercaran criaturas. Que la cueva estuviera vacía en ese momento no quería decir que eso durara por siempre.

    Cuando el general y Wida se encontraron del otro lado de la cueva, decidieron seguir las indicaciones que Michael, Thomas y Gwyn les habían otorgado.

    — Ellos tenían razón — Orikrof admiraba el paisaje — No hay ni un solo hueco en el techo por donde pueda entrar la luz de ninguna estrella, pero el lugar está bastante iluminado.

    — Según ellos, es el mismo meteorito el que desprende radiación el que ilumina la cueva — Wida también se maravillaba al ver algo así — Imagino que entró a la cueva, y luego una montaña sufrió un derrumbe, tapando la entrada de luz y evitando que la radiación se filtre a la salida.

    — En ese caso, extraeremos la muestra directamente desde el meteorito — comentó el general — Si sus indicaciones son correctas, no estará muy lejos.

    Los dos xaromitantes no necesitaron caminar mucho hasta que finalmente dieron con el objeto que estaban buscando, el meteorito. Al verlo, lograron reconocerlo de inmediato, a pesar de no haberlo visto nunca. Era exactamente igual a como los soldados del Zenith lo habían descrito. Sin embargo, imaginaban que su tamaño sería más pequeño.

    El general y la guerrera se acercaron hasta el lugar, cerca del cráter que formó en el suelo con el impacto. Tomaron el dispositivo que cargaban, lo colocaron en el meteorito y lo activaron. Fue de esa manera que la muestra de radiación que estaban buscando, y lo que necesitaban para poder obtener la pista final para poder dar con el lugar del cual provinieron tanto los meteoritos como la radiación que ocasionó tanto daño en varios planetas había sido encontrada. Una vez que el dispositivo estuviera lleno y contara con una muestra lo suficientemente grande para asegurarse de que ya no tendrían que detenerse otra vez en un planeta como ese a buscar muestras, lo único que restaba por hacer era colocar dicha muestra en la nave para que el escáner hiciera su trabajo.

    — Recuerda este momento con orgullo, Wida — le dijo el general a su guerrera — Porque cuando tengamos las respuestas a lo que ocasionó la Gran Catástrofe, tendrás el privilegio de decir que tú participaste en la obtención de la muestra que nos llevó hasta ellas. Los xaromitantes, garaks y humanos que vayan a nacer desde hoy hasta el final de los tiempos nos recordarán por siempre.

    Wida, quien fue sorprendida por esas palabras de aliento de su general, no encontró forma de responder ante eso. Cuando lo analizó en profundidad, las cosas que decían eran más que ciertas. Si bien el grupo del Zenith los había acompañado, los dos que se atrevieron a entrar al lugar a obtener la muestra que les hacía falta para poder continuar con la búsqueda eran nada más y nada menos que ellos dos. Eso llenó a la xaromitante de orgullo. Ser la única guerrera sobreviviente a la Gran Catástrofe era algo por lo que ciertamente sería recordada, pero no tendría relevancia fuera de su especie. En cambio, este acontecimiento del que estaba participando trascendería el tiempo entre todas las especies que vivieran para descubrir la verdad.

    — Ya está a un cuarto de su capacidad total — decía el general mientras observaba al aparato — En unos veinte minutos de tiempo humano nos encontraremos en la nave, y pondremos a trabajar al escáner para hallar el origen de la radiación.
     
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  14.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

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    Hola.

    Un poco tarde, pero paso a comentar el capítulo de esta semana.

    Es impresionante el tamaño de esa criatura. ¿Tres metros? Es tan grande que hasta da miedo, y sobretodo por su fuerza. Incluso Zion se sintió desesperado de lo imponente que ha sido, y eso es algo que no sucede todos los días. Estoy seguro que un humano habría muerto de inmediato, si esa bestia los hubiese atrapado o presionado con una de sus patas. Me pregunto, si esa criatura ya existía desde antes que el Zenith llegara la primera vez con el comandante Richard, o bien será una especie de evolución que sufrieron algunas de esas criaturas a lo largo del tiempo, tal vez por medios naturales, o incluso por la radiación del meteorito.

    Recuerdo que tiempo atrás las bestias evitaban adentrarse en la cueva, donde se encuentra el meteorito. Pero, eso no quita que alguna de esas criaturas, se haya acercado lo suficiente hasta el punto de sufrir algún tipo de metamorfosis, o evolución. Si los humanos fueron capaces de obtener la habilidad de lanzar energía con una segunda exposición, no es tan descabellado pensar que esas bestias se hayan vuelto más grandes, fuertes y salvajes.

    A pesar de lo imponente que ha sido esa bestia, me alegra que el equipo no haya sufrido bajas, y espero que continúe así hasta el final. Por fortuna, el equipo ya posee a las tres bestias que necesitan para el experimento. Además, Orikrof y Wida ya tienen gran parte de la muestra para usar el escáner. Lo que me preocupa ahora son esos veinte minutos, y su regreso a la nave. Teniendo en cuenta que están en un planeta "prohíbido", por llamarlo de una manera, temo lo que pueda pasarle al equipo.

    No he notado errores, así que eso es todo. De momento, me despido. Saludos y hasta la próxima.
     
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  15.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo, ha sido un gran capítulo que mantiene la línea de los últimos. Comentaré lo más destacado.

    No me esperaba que Gwyn fuese a confrontar a Alicia de esa manera tan brusca, aunque la entiendo. De hecho, entiendo la postura de ambas aunque creo que me posicionaría del lado de Gwyn. Thomas y Michael hicieron bien en no intervenir, al igual que el resto, hasta cierto punto. Espero que esto no haga que ambas estén enfrentadas durante mucho tiempo.

    Respecto a la breve conversación entre Thomas y Michael respecto a la discusión de sus novias... he de decir que ha sido un buen momento. Ambos se conocen desde el inicio, se consideran hermanos... es muy emotivo. Mención especial para Thomas, quién demuestra haber cambiado respecto a cómo era al principio, siendo ahora alguien más sensato, inteligente y preocupado con los suyos.

    Quiero destacar el gran combate contra la bestia de tres metros y enorme musculatura. No el combate en sí, sino la forma en la que ha sido narrado. Esa gran bestia vs tres más normales y ver cómo las reventaba con facilidad... Sinceramente, es una pena que finalmente dicha bestia fuese asesinada. Mostraba cierta inteligencia y agilidad que no son comunes en animales así. Podría haber sido digna de estudio. Por suerte, el cañón de Lankir logra matarla y evitar que ésta mate a alguien del grupo (sinceramente, pensé que aquí moría alguien).

    Finalmente, Orikrof y Wida sacan las muestras del meteorito radioactivo mientras el resto les espera para no volver a exponerse a la radiación (algo lógico). Las palabras del general xaromitante a su guerrera son tan ciertas cómo emotivas, el saber que entrarás en la historia ya no solo de tu especie sino de las que conozcas, por formar parte de ese icónico momento.

    En definitiva, el capítulo me ha gustado, pero ha habido mejores. Sé que la parte IV ya pasó su punto álgido, así que no hay reproche XD. Estoy seguro de que lo que queda (dos capítulos) serán más que interesantes.

    Hasta la próxima.
     
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  16. Threadmarks: El informe del espía
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Título:
    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    42
     
    Palabras:
    6570
    Saludos a todos, especialmente a Zurel y Resistance que han estado siguiendo la historia casi desde el principio. Ya casi estamos por llegar al final, siendo este el penúltimo capítulo de esta parte IV. No hay demasiado que decir. No hay noticias relevantes sobre la historia para contar, por lo que los dejaré el capítulo directamente. Espero lo disfruten.



    El informe del espía:

    — Has estado callado por un tiempo — le decía Abel a Lathan a través de una videoconferencia — ¿Qué es lo que tienes para nosotros?

    En el interior de la base principal de Black Meteor, la cual, en este momento no se encontraba sumergida en las profundidades sino en la superficie del océano, se encontraba el líder de dicho país junto a varios escoltas, el ingeniero Nick Mardh y un equipo de expertos en informática, el comandante Frans y su equipo conformado por nueve soldados, teniendo a Xander al frente, y algunas personas más.

    — Estoy bastante confundido y no sé cómo explicarles lo que vi — les comentaba el joven espía a través de la video llamada — Cuando el proyecto inició hace dos semanas, parecía ser un trabajo normal. Pero luego, desde el cuarto día, comenzó a ponerse bastante extraño. Luego fue que descubrí lo que estaba ocurriendo… Zenith estaba construyendo jaulas gigantes.

    Las palabras que dijo el espía dejaron muy sorprendidos y confundidos a todos los presentes en dicha sala, dado a que no parecía ser información verídica, e incluso podría parecer una broma.

    — ¿Jaulas gigantes? — Paul se encontraba bastante confundido con las cosas que le estaba diciendo Lathan — ¿Es en serio?

    — Mírenlo por ustedes mismos — Lathan compartió varias fotos que le hizo a dichas jaulas con ellos.

    Cuando todos los allí presentes vieron las fotos, realmente se quedaron anonadados. Era justo como Lathan lo estaba diciendo. Las jaulas tenían barrotes bastante gruesos, y un espacio muy corto de distancia entre uno y otro. No podían calcular la altura con una foto como esa, pero aparentaban tener una altura de dos metros o más. Ciertamente, nadie sabía qué era lo que Zenith había hecho, ni para qué.

    — No lo entiendo — Abel miraba las fotos intentando buscar algo que le diera algún indicio — ¿Qué demonios estás planeando, Magnus? ¿Qué diablos tienes pensado hacer?

    — Lathan, ¿las jaulas tienen una resistencia muy grande? — preguntó el comandante Frans, esperando la respuesta del chico — ¿Las probaron?

    — Solamente vi a uno de los ayudantes tomar una pistola pequeña y disparar un par de balas a los barrotes — contestó Lathan, que sabía bastante poco del asunto — Y lograron resistir.

    — Así que resisten el impacto de una bala — pensaba en voz alta el comandante Frans — Quiere decir que deben tener pensado algo importante si es que se tomaron tantas precauciones. Me gustaría averiguar qué es.

    — ¿Conseguiste algo más, Lathan? — preguntó uno de los escoltas de Abel, el mismo que hace unos días atrás se había burlado de él, dirigiéndose a él de forma un poco más respetuosa.

    — Sí, cuando el proyecto terminó, logré averiguar algo de información sobre el siguiente paso del Zenith — contestó el espía, ganándose la atención de todos — Ahora mismo, hay un equipo de soldados en la Tierra, que está a punto de partir al espacio exterior. No recuerdo si parten hoy o mañana por la noche, pero dentro de dos días ya estarán en el espacio.

    — ¿Quiénes son y cuantos son? — Abel estaba interesado en tener esa información lo más pronto posible.

    — Son un total de nueve soldados — Lathan tomó su dispositivo para ver sus notas — No puedo recordar sus nombres, pero los anoté. Se los comunicaré enseguida.

    Todos quedaron en silencio a la espera de que el joven espía de Black Meteor, cuyo trabajo parecía ser bastante eficiente, les revelara los nombres de los soldados que fueran a partir al espacio. El miembro de Black Meteor no tardó mucho en revelar dicha información.

    — Wagner Stones — mencionó el nombre del primer soldado.

    — ¿Alguno de ustedes lo recuerda? — Noak quería saber si ese era uno de los soldados a los que sus compañeros habían enfrentado antes en la primera misión que realizaron.

    — No, no lo conocemos — Paul no recordaba un nombre como ese.

    — Dustin Burntforest — continuó Lathan.

    — Ese chico tampoco me suena — Natasha logró recordar los nombres de los soldados del Zenith a los que habían enfrentado, y ese nombre no era uno de ellos — No, definitivamente él no estaba.

    — Sharyn Lloyd — el espía mencionó el tercer nombre.

    — No, a ella tampoco la recuerdo — Natasha sacó rápidamente esa conclusión.

    — Michael Umcali — ese fue el nombre más llamativo de los que Lathan había nombrado.

    — Michael Umcali… — Isac intentó recordar donde escuchó ese nombre antes — ¿No es ese el soldado que, según los reportes, estaba siendo controlado por alguien más?

    — Exactamente, se trata de él — Casey recordó algo asustada el momento en el que tuvieron el enfrentamiento con Michael — Estuve a punto de morir asesinada por él. Nunca podría olvidarlo.

    — ¿Y qué pasó entonces? — Gina recordó esos detalles tan pronto como Isac lo mencionó — El Zenith no puede haberlo dejado pasar, y con tantos meses, tuvieron que haberlo descubierto.

    — Hay dos opciones, o el Zenith logró controlarlo, o él logró controlar al Zenith — Abel solo podía pensar en esas posibilidades — Y este asunto de las jaulas gigantes me desconcierta un poco. No suena a algo que Magnus haría.

    — ¿Estás insinuando que el ser que controla a Michael se salió con la suya y ahora el Zenith está bajo su control? — Frans encontraba difícil de creer que ese fuera el caso — Puedo llegar a creer que un ser lograra controlar a Michael, dado a que todo es posible fuera de la Tierra. Pero, ¿cómo logró llegar hasta Magnus? Él no estaba en el espacio, y no sale de su base en las alturas.

    — Quizá tenga alguna habilidad que le permita transferirse de un cuerpo a otro, o hasta controlar a más de una persona a la vez — Abel creía que eso era demasiado — Dios mío, debería escucharme a mí mismo. Estoy diciendo una locura tras otra. Pero, ¿quién sabe? No hay imposibles en esta vida.

    — Thomas Delleo — Lathan continuó dado a que no quería quedarse esperando mientras ellos discutían de un tema que a él no le interesaba.

    — Él también estaba con Michael — Paul lo recordó muy bien — Recuerdo cuando luché junto a Shun en contra de ambos. Es un soldado fuerte, incluso en una ocasión derrotó a Brandon.

    — Parece que Zenith planea tirar toda la carne al asador con este equipo — expresaba Zaid, dando su impresión tras escuchar la lista de soldados.

    — Gwyn Fairin — Lathan continuaba diciendo los nombres que había obtenido.

    — Gwyn era una chica que estaba casi siempre cerca de Michael — Casey recordaba ese nombre por encima de otros más — Ella estaba muy apegada a Michael. Si Michael hubiera sido controlado por alguien más, ella se hubiera dado cuenta y lo habría notificado.

    — ¿Y eso qué tiene que ver? — preguntó Isac, que no entendía la relación entre una cosa y otra.

    — Que es imposible que alguien haya controlado solo a Michael sin que Gwyn se enterara y no lo notificara — Casey no respondió la pregunta de la forma que Isac esperaba — Por la conversación que Abel aseguró tener con Magnus, él parecía no saber lo que ocurría. Entonces, mi conclusión es que el ser que controló a Michael también controló a Gwyn. O bien, puede controlar a varios soldados, o había otros con él.

    — Lathan, te hago una pregunta — Paul tuvo una idea para zanjar esa cuestión — ¿En tu lista de soldados hay alguien llamado Devlin Umcali? Recuerdo que él era el hermano mellizo de Michael.

    — No, no hay nadie con ese nombre en la lista que obtuve.

    — Allí está la respuesta que buscábamos — Paul sacó su conclusión — Devlin no está en esa lista, lo que quiere decir que probablemente haya muerto. Debió descubrir lo que pasó con Michael, y el ser que lo controlaba debió haber acabado con su vida.

    La teoría de Paul era, dentro de todo, de las más coherentes que surgieron en ese momento. Aunque no muchos tenían conocimiento de la existencia de Michael y de Devlin, el pensar que se trataba de dos hermanos y que uno de ellos no estuviera con vida parecía ser la prueba más grande de que, tal y como se creía, una especie desconocida hubiera tomado el control de algunos soldados del Zenith. Esa era la única respuesta lógica que hallaban ante el misterio de las jaulas que Magnus había ordenado construir.

    — ¿Puedo continuar? — Lathan no disfrutaba de esa conversación, dado a que la idea de estar espiando a seres que podían controlar a otros lo estremecía y hacía tener algo de miedo.

    — Claro, Lathan, continúa — le ordenó Abel a su espía, que no podía dejar de pensar en la teoría de Paul.

    — Agustina Young — mencionó el soldado.

    — Definitivamente recuerdo haberla enfrentado a ella — Natasha supo que ese nombre le era familiar — Ella estaba en el equipo de Richard.

    — Alicia Noble — Lathan mencionó a la octava soldado de la lista.

    — Ese nombre no me suena — Casey no tenía en mente todos los nombres de los miembros del Zenith, pero podía apostar a que esa chica que Lathan nombró no era parte de su equipo — Ya solo queda uno. ¿Cuál es?

    — Ace Lakor — fue el último de los nombres que Lathan les comunicó.

    El haber escuchado ese nombre dejó a todos los presentes allí con una expresión de gran seriedad. Natasha, Paul y Casey no pudieron evitar en pensar en nadie más que en su antiguo compañero que los abandonó para aparecer luchando para el Zenith unos días después. Abel y Frans, quienes sabían la verdad del asunto ocurrido entre el comandante Morris y Ace intentaron ocultar su sorpresa ante los demás.

    Nick, los ingenieros que lo acompañaban, los escoltas de Abel, y los soldados de Frans estaban sorprendidos. Ninguno de ellos lo conoció ni a él ni a la verdad que estaba detrás de su pasado, pero sí habían sido informados de la traición de un soldado del grupo de Morris. Alguien que luchaba en Black Meteor y luego terminó abandonando al equipo cuando estaban muy cerca de ganar, e incluso saboteando la misión al haber cooperado con el Zenith en el rescate de una chica enemiga a la que lograron reclutar a su bando.

    — Ace… — Natasha quedó helada al escuchar su nombre — Es él. Tiene que ser él.

    — Al fin conocemos su apellido — Casey creía lo mismo que Natasha — Así que su apellido no era Grant, sino Lakor.

    — ¿Están seguros que se trata de él? — preguntó Zaid, uniéndose a la conversación — Podría tratarse de alguien más con su mismo nombre.

    — Pero piensa en esto — Noak intervino en la charla — ¿De cuanta es la probabilidad de que haya un soldado llamado Ace en el Zenith y que no sea el mismo Ace que nos traicionó? — a pesar de no haber estado en esa misión, Noak hablaba de la traición como un tema muy personal — ¿Realmente creen que en el Zenith hay otro soldado llamado Ace formando parte de un equipo que contiene a cuatro soldados a los que ya se han enfrentado antes? Ciertamente es él.

    — Bueno, nunca hemos confirmado su verdadero apellido — Paul quería cerrar ese asunto — Lo que Lathan dijo solo confirma que alguien llamado Ace Lakor está en su equipo, no que es el mismo al que nos enfrentamos. Podría ser alguien más, aunque la probabilidad sea baja.

    — No, no lo creo — Noak no se tragaba esa idea — Señores, ¿puedo preguntarles algo? — el mejor de la promoción actual de Black Meteor se dirigió tanto a Abel como a Frans — Morris Grant era un comandante muy experimentado en Black Meteor. Ustedes no pueden ignorar o incluso no conocer información relacionada a alguien como él. ¿Qué es lo que saben sobre su hijo?

    Todos estaban asombrados por la forma en la que Noak había preguntado eso a las dos personas con más autoridad que se encontraban en la sala. La forma en la que él hablaba sobre el tema parecía indicar que Noak hubiera tenido un problema personal con Ace.

    Abel y Frans, por su parte, permanecieron en silencio por unos segundos. Todos estaban a la expectativa de que alguno de los dos respondiera la pregunta que había hecho Noak, incluso Lathan, que antes no había mostrado interés en ninguno de los nombres que había obtenido para ellos. Finalmente, fue Abel el encargado de romper el silencio.

    — Ace no es hijo biológico del comandante Morris, a diferencia de lo que el comandante les hizo creer, pero ya lo sabían — la revelación que hizo el líder del país dejó boquiabiertos a algunos de los presentes en ese lugar, quienes ignoraban dicho aspecto — Ace fue adoptado por Morris, tiempo después de que ocurriera la Gran Catástrofe.

    — ¿Y por qué? — Natasha tenía deseos de saberlo todo detrás de la vida y la partida de Ace.

    — ¿Por qué a Ace precisamente? — Casey quería saber los motivos por los que el comandante Morris decidió hacer eso.

    — Morris fue uno de los pocos comandantes que se atrevió a formar una relación, incluso en tiempos de guerra, antes de la Gran Catástrofe — Frans habló en defensa de su fallecido compañero — La muerte de su pareja lo destrozó. Imagina el impacto que ocasionó en él ver como unos meteoritos hicieron trizas el planeta, y con ello, a su amada. Para nosotros fue un hecho muy fuerte, para él lo fue peor. Entró en una zona oscura de la que parecía que no iba a salir. Así que Abel le sugirió que adoptara a un niño para entrenarlo como un soldado.

    — Le dije a Morris que esa era una decisión que dejaba a todos contentos — Abel fue nuevamente el centro de las miradas — Morris lograría superar la pérdida al educar a un niño, un pobre niño que había perdido a su familia tendría un nuevo hogar, y Black Meteor ganaba un soldado entrenado nada más y nada menos que por un comandante en persona. Morris fue quien eligió adoptar a Ace. Lo adoptó y lo crio como si fuera su propio hijo. Y ese niño traumado creció creyendo que Morris era su verdadero padre.

    El relato de Abel causó un ligero impacto en los que lo escucharon. Todos en ese lugar, excluyendo a Lathan, tenían como mínimo a un familiar con vida. A pesar de la muerte ocasionada por la catástrofe, ellos conservaron y tuvieron a un ser querido apoyándolos durante su infancia. Pensar en lo que le ocurrió a Morris los hacía sentir algo de pena. En el momento en el que un suceso devastador terminó ocurriendo en el planeta, el comandante había quedado totalmente solo.

    — Ace, Morris… — Natasha era la que más tristeza sentía al recordar las conversaciones que había tenido con ambos.

    — Pero no saquen conclusiones tan apresuradas — Abel lo decía como si se tratara de una orden — Nunca supe el apellido del niño que Morris adoptó. El día en el que Morris me lo presentó, me miró y me dijo: “te presento a Ace Grant, el futuro mejor soldado de Black Meteor” — en esta ocasión, Abel fue totalmente sincero con su equipo — No tengo forma de saber si ese Ace Lakor es el mismo Ace que el comandante Morris adoptó. Así que no piensen en algo erróneo. Si quieren creer que son la misma persona, háganlo, pero no lo digan como si fuera la verdad absoluta.

    La seriedad con la que Abel dijo esas palabras forzaron un breve silencio en la sala. Todos los presentes o bien creían que Ace Lakor era el Ace Grant que traicionó a su país hacía ya más de un año, o bien no le daban importancia suficiente al asunto. Abel, que quería que ese tema desapareciera de las mentes de sus soldados, retomó la charla con Lathan.

    — Dime Lathan, ¿lograste obtener más información o eso es todo? — Abel deseaba saber mucho más sobre los movimientos del Zenith.

    — Lo lamento, pero eso es todo lo que pude conseguir — contestó el espía, un poco desanimado, dado a que él creyó que la información reunida era muy poca — Más allá de eso, no tengo nada más.

    — No pasa nada, niño, no te angusties — le dijo Abel, con una sonrisa en el rostro — Al darme la información de las jaulas, y los nombres de los soldados que irán al espacio, has hecho una contribución inmensa al país — todos prestaron atención a esas palabras de Abel, que no parecía estar exagerando, ya que sus palabras sonaban genuinas — Puedes descansar y continuar con el trabajo mañana.

    — Lo haré, señor Hartka — Lathan se dirigió con respeto a su líder, bastante alentado por las cosas que había escuchado de él — Mañana le traeré noticias nuevas.

    De esa manera, el espía cortó la video llamada y la comunicación entre los dispositivos. Abel y Frans miraron a su equipo con seriedad, listos para comunicarles el procedimiento que tendrían que realizar.

    — Abel, ¿qué es lo que sigue ahora? — Xander se dirigió a él como si fuera un amigo, y no un superior — Perdón por haber preguntado así — rectificó luego de la mirada que puso su líder.

    — Yo sigo sin poder creer que Magnus se haya dejado controlar por los seres que tomaron el control de Michael — contestó Abel, quien en breve explicaría su plan — Lo de las jaulas gigantes me desconcierta un poco, y yo mismo mencioné algunas teorías, pero cuando lo pienso mejor, son ideas que no se basan en nada concreto. Que un ser pueda controlar a más de una persona como si fueran robots, o incluso que puedan controlar a alguien a distancia es una idea que roza los límites de la fantasía. Sé que no debería ser tan cerrado a posibilidades teniendo en cuenta todo lo que trajo la Gran Catástrofe. Pero eso es ir demasiado lejos. Por eso, creo firmemente que Magnus ha logrado controlar o incluso revertir la situación de Michael.

    — ¿Y cuál será nuestra misión ahora? — preguntó Noak, bastante interesado en conocer la próxima tarea que ellos deberían realizar.

    — Acompáñenme hacia un lugar en particular — ordenó Abel mirando a Nick y a su equipo — Allí les explicaremos todo mejor.

    El ingeniero jefe del equipo que Abel formó supo a qué se refería su líder al decir eso, por lo que él procedió tal y como se esperaba. De esa manera, todos los que estaban en la sala salieron de la misma para dirigirse fuera de la base hacia el lugar que Abel quería mostrarles.

    Solo se necesitó de un viaje en vehículos de quince minutos para que pudieran llegar hasta allá. El lugar a donde Abel los quería llevar era nada más y nada menos que un hangar, donde entro se encontraba la nave que Frans y su equipo había usado para recorrer el espacio exterior antes del ataque que realizaron a una base en el Zenith. Dicha nave estaba en desuso desde que regresaron tras su encuentro en contra de los berrod en un planeta cercano a la Tierra.

    — Nick Mardh, nuestro mejor ingeniero, ha hecho varios ajustes a vuestra antigua nave — Abel hablaba de una forma que no se parecía a su manera natural de expresarse — Nick, ¿te molestaría explicarles a los soldados tu trabajo? No me gustaría quitarte el mérito de tu obra.

    — Estuve trabajando en la incorporación de un rastreador bastante potente a la nave — comentaba el ingeniero de Black Meteor — Este rastreador puede emitir una señal que llega bastante lejos, y a partir de esta señal puede detectar con una probabilidad de acierto del 97% la ubicación de cualquier nave que se encuentre en el espacio.

    — ¿Cómo fue posible que hicieran eso? — Gina se mostró escéptica ante esa afirmación — Esta nave lleva mucho tiempo sin ir al espacio, por lo que sé.

    — El radar rastreador que le incorporé envía una señal de ida y vuelta que barre todo lo que encuentra en su paso y devuelve frecuencias de otras señales — las palabras que Nick pronunciaba sonaban muy complejas para los soldados — Lo que hace es evaluar esas señales y compararlas con las señales que emite la misma nave. Cuando las señales tienen características parecidas y además detecta un movimiento de esa señal, el radar detecta que se trata justamente de una nave espacial. No existen en el espacio objetos inmóviles o no artificiales capaces de hacer algo como eso. Si se detecta una señal, claramente tiene que tratarse de una nave espacial.

    — ¿Y por qué hay una probabilidad de fallo del 3%? — fue la pregunta de Zaid — ¿Hay algo que pueda causar interferencia?

    — Los meteoros, planetas, estrellas y muchas otras cosas más que hay en el espacio ciertamente van a interferir en el proceso de captura de señales del radar — Nick aceptaba sus limitaciones en lugar de crear una excusa para ese número — Eso no se puede evitar, salvo que todos los objetos que hay en el espacio desaparezcan, cosa que no se ve muy posible. Pero un 97% de probabilidad de acierto es muy alto.

    — Imagino que el radar es algo que tendremos que utilizar en esta misión, ¿verdad? — Claire sabía que si Abel lo había hecho construir un radar así era por algún motivo en particular.

    — Precisamente, Claire — Abel contestó la pregunta de su soldado — Ahora que Lathan nos ha dado información sobre la salida del Zenith, ya solo nos queda saber con certeza cuando saldrán de la Tierra… Y cuando ellos salgan, ustedes los seguirán — esa era la misión que Abel les tenía preparada — Honestamente, y aunque no me guste aceptarlo, no puedo ver una manera en la que podamos encontrar las respuestas a la Gran Catástrofe sin la colaboración del Zenith. No por nada iba a proponerle un tratado de paz a Magnus.

    — Pensé que Magnus no quería saber nada más con nosotros luego de la misión donde atacamos una base de su país — Paul recordó las palabras que Abel les comunicó luego de la conferencia que tuvo con él.

    — Exactamente, Magnus nos desprecia — Abel confirmó las sospechas de Paul — Pero necesitamos de su ayuda, tanto de soldados como recursos para llevar a cabo esta misión. Y si no quiere ayudarnos por las buenas, será por las malas.

    — ¿Qué significa “las malas” exactamente? — Casey se estaba imaginando un conflicto, pero no podía imaginar de qué tipo.

    — Con el radar rastreador, ustedes podrán seguir la nave del Zenith a donde sea que vaya — informaba Abel, con palabras que hicieron que algunos soldados sacaran conclusiones de a dónde deberían ir — Cuando el equipo del Zenith aterrice en algún planeta por cualquier motivo, ustedes deben seguirlos, emboscarlos y tomarlos como rehenes. A todos, sin matar a ninguno de ellos. Solamente tienen permitido matar si no son capaces de capturarlos y hay riesgo de que escapen, y solo toleraré que maten a uno de ellos. En lo posible, no lo hagan. Una vez que los tengan, avísenme a mí. Yo enviaré un mensaje a Magnus para negociar la paz. Si él se niega, sus soldados pagarán el precio, y eso es algo que él no aceptará. No tendrá otra opción más que aceptar, y una vez que lo haga, Zenith y Black Meteor finalmente firmarán un tratado de paz que cerrará las bocas de aquellos imbéciles que nos critican desde otros países. Con una alianza entre ambos, las respuestas a la Gran Catástrofe serán nuestras finalmente, y el mundo tendrá lo que tanto quiere.

    Todos ellos estaban impresionados con la forma en la que Abel había tomado la decisión. Estaba claro que todo esto dio comienzo desde el momento en el que infiltró a Lathan en el Zenith para robarles información, una decisión que varios de ellos no compartieron, creyendo que se trataba de una decisión errada. Gracias a eso y a los esfuerzos de Nick, Abel tenía conocimiento de los movimientos que Zenith iba a realizar, y su equipo tendría la oportunidad de anticiparse a ellos y tomarlos por sorpresa, sin que ellos esperaran algo parecido. Varios de ellos se emocionaron por la tarea que debían realizar, dado a que, si lograban capturar a todos los soldados del Zenith y obligaban a Magnus a retractarse y aceptar la paz con ellos; sería un logro que podrían adjudicarse cuando las respuestas de la Gran Catástrofe pertenecieran a la humanidad.

    Ciertamente, no había ni un solo soldado en el equipo que pudiera esperar las ganas por ponerse a trabajar en esa nueva misión. Por lo que había dicho Lathan, el grupo del Zenith partiría al espacio esa misma noche o la noche siguiente, lo que quería decir que la espera les sería bastante breve a todos ellos.

    — Por fin llegó el momento de medirme en una misión de verdad — Isac, el segundo mejor de la promoción actual de Black Meteor sentía la emoción a flor de piel — Y me mediré contra nada más y nada menos que los mejores del Zenith. No podría haber pedido más.

    — Ace está vivo… — Natasha no podía evitar sentir una gran felicidad al pensar en él — Y mi misión es ir tras él. Una vez que el tratado de paz esté hecho, él y yo volveremos a formar parte del mismo equipo.

    — Al fin, siempre deseé una oportunidad para ir tras el traidor de Ace — Noak, a pesar de que Abel dijo que no lo dieran por sentado, sabía dentro suyo que Ace Lakor era el mismísimo Ace Grant que había traicionado a su equipo en el pasado — La lealtad al país es el principio más importante de todos, y tengo pensado hacer que pague por haberlo incumplido, más aun, con nuestros peores enemigos… — Noak pensó en una de las últimas cosas que mencionó Abel — Nos ha permitido matar a uno de ellos en caso de que la situación se torne más complicada de lo que aparenta. Si fuera necesario, ese traidor será mi elección.

    — Tengo tantas ganas de una revancha — Casey recordó a la perfección el último enfrentamiento que tuvo con los soldados del Zenith — Esa derrota que sufrimos en su base fue la que nos condenó a quedarnos muy atrás de ellos por tanto tiempo. Finalmente los hemos alcanzado, y con lo que Nick y Lathan hicieron por nosotros, los vamos a superar.

    Mientras todos ellos estaban sumidos en sus pensamientos, Frans fue quien decidió romper el silencio, dirigiéndose a su líder para hacerle una pregunta importante sobre la misión.

    — Abel, ¿las provisiones para el viaje ya están listas? — Frans tomó en cuenta ese aspecto antes de la misión — Porque si tenemos que seguir al Zenith hasta que se detengan en un planeta, necesitaremos una gran cantidad de provisiones para nosotros. De lo contrario, terminaremos haciendo una parada antes que ellos para reabastecernos, y eso solo retrasaría el plan.

    — Por precaución, ordené que cargaran varias provisiones en la nave, pero luego de saber que el Zenith puede partir hoy mismo, haré que carguen más — respondió Abel, que prestó atención a las palabras de Frans e iba a decir algo en relación a ellas — Pero tú no deberás preocuparte por eso Frans, dado a que tú no irás a esta misión.

    Una gran confusión se apoderó ahora de los soldados de Black Meteor, sobre todo del mismo comandante Frans, que no esperaba que lo dejaran fuera de una misión que, según palabras de Abel, era de las más importantes para garantizar el cumplimiento del objetivo principal del país.

    — Disculpe, señor, ¿acaso escuché bien? — Frans no creía lo que acababa de escuchar — ¿Ha dicho que yo no participaré de esta misión?

    — Efectivamente, Frans, tú te quedarás aquí — Abel contestó de una forma seria — Tenía pensado permitir que fueras, pero necesito que hagas algo por mí en la Tierra. Además, el Zenith va a enviar a un equipo de nueve soldados, y no hay un comandante conocido dentro de ellos. Esta es la oportunidad para que tu equipo, también conformado por nueve soldados, se los enfrente en igualdad de condiciones y consiga derrotarlos.

    — ¿Quieres decir que esto es solo una decisión basada en el orgullo? — si bien Zaid no había estado mucho tiempo bajo el cargo del comandante Frans, consideraba una locura que no lo enviaran a la misión.

    — No, como dije, tenía pensado enviar a Frans en esta misión, pero después de las cosas que Lathan nos dijo, he decidido cambiar de opinión — Abel contestó, aclarando un par de dudas a sus soldados.

    — Pero señor, si Frans ya no estará con nosotros, ¿quién será la persona a cargo de la misión? — preguntó Xander, queriendo saber a quién se le daría esa responsabilidad.

    — Tú mismo serás quien dirija la misión… — Abel hizo una pausa de dos segundos antes de continuar — Subcomandante Xander Hexed.

    El líder de Black Meteor aprovechó ese mismísimo momento para darle un ascenso a Xander, quien, desde que se graduó de la academia militar y se volvió parte del equipo de Frans, no había prosperado más allá de convertirse en el líder del equipo. El puesto de subcomandante no era muy usado dentro del ejército de Black Meteor, pero seguía siendo una posición de peso bastante importante. Ese nombramiento sorprendió a todos, pero sobre todo a Xander. Fue una sorpresa para bien, y muy agradable para el soldado.

    Nick y los demás ingenieros que continuaban en el lugar, comenzaron a aplaudir para felicitar al soldado por su reciente ascenso de rango en el ejército de Black Meteor. Sus compañeros y el mismísimo Abel imitaron esta acción, y Xander terminó recibiendo aplausos de todos los presentes en el lugar, excepto el comandante Frans. Esto avergonzó un poco al joven, quien se sonrojó un momento. Claire, su novia, observó eso y decidió darle un beso en la mejilla.

    — Felicitaciones, amor — susurró Claire al oído de su novio — Te lo mereces. Disfruta de este momento.

    — Gracias, Claire — Xander le dio un abrazo a su novia, como una muestra de afecto en respuesta al beso que ella le había dado — Te prometo a ti y a todos los demás que no los voy a defraudar.

    Gina, que miró en todo momento al comandante Frans, notó que este no había aplaudido en ningún momento, cosa que le parecía rara, dado a que Xander había sido uno de los primeros en unirse a su equipo.

    — ¿Usted no aplaude, comandante? — preguntó la chica, quien veía como Frans no parecía siquiera alegre del ascenso de Xander.

    — No me malinterpreten, me alegro por Xander, pero esta es una decisión repentina — el comandante de Black Meteor miró seriamente a su líder — No lo has discutido conmigo, Abel. No lo tomes a mal, pero Xander es mi pupilo, y que lo hayas ascendido sin haberme hablado de ello primero me hace sentir algo despreciado. Digo, no era la opinión de un tipo cualquiera, era la opinión de su comandante.

    — Tú mismo lo dijiste, comandante Badir — Abel, por primera vez en mucho tiempo, se refería a él por su apellido y no solo por su nombre — Tú eres su comandante, y Xander es tu pupilo. Después de todo este tiempo, él debe estar más que listo para asumir un rol tan importante como este. Además, tú mismo me has dicho en reiteradas ocasiones que lo habías visto entrenando muy duro y más que ningún otro de los soldados. Así que usted sí que me ha dado su opinión. Puede que no supiera que estaba contribuyendo a la toma de esta decisión, ni que tampoco supiera cuando sería, pero sí ha tenido participación en esta. ¿Lo ha comprendido? — esa pregunta la hizo en un tono bastante imperativo, y a pesar de ser una pregunta de libre respuesta, Abel sonaba como si solo fuera a aceptar una única respuesta como válida.

    — Sí, señor Hartka — Frans se disculpó por las cosas que había dicho anteriormente, aunque seguía sin estar del todo convencido — Usted es el líder del país, y a veces olvido que las preguntas de rutina tienen su grado de importancia en las decisiones que usted toma. Pero sigo creyendo que debió, aunque sea haberme consultado antes.

    — Es un pensamiento aceptable, Frans, y espero que puedas disculparme, pero luego de lo que Lathan nos ha traído, el tiempo es crucial — fue la contestación de Abel ante el mini sermón de Frans — Ahora, si me disculpan, creo que ya se habló de todo lo que se requería — Abel había concluido por sí mismo que el tiempo era crucial, y que necesitarían darse prisa — Nick, tú y tu equipo de ingenieros regresen a la base conmigo. Los necesitaré para otro trabajo.

    — Como usted ordene — Nick tenía una pequeña idea de lo que Abel le iba a pedir, pero no quiso asumir nada.

    — Frans, una vez que te hayas despedido de tus soldados, regresa a la base — fue la orden de Abel, que luego de eso le dio la espalda — Te explicaré tu misión cuando llegues hasta allá. El resto de los soldados deberá quedarse aquí y ayudar con la carga de suministros a la nave cuando lleguen.

    Fue entonces que tanto el líder de Black Meteor como Nick y el equipo de ingenieros emprendió el camino de regreso a la base principal de Black Meteor. El comandante Frans, el recién ascendido subcomandante Xander, y el resto del equipo miraron como estos se marchaban.

    Frans, quien había estado a cargo de ellos por un tiempo, aunque no hubiera sido el mismo para todos, supo que ahora sus soldados partirían a una misión que representaría un gran esfuerzo para ellos, dado a que irían en contra de los mejores soldados del Zenith. Fue por eso que quiso asegurarse de despedirse de su equipo de la forma adecuada. En esa ocasión, él no estaría allí para acompañarlos.

    — Esto ha sido bastante repentino — el comandante Frans no se encontraba conmovido por el asunto — Pero es lo que ha decidido Abel, y las decisiones que él toma se deben cumplir. Es por eso que quiero desearles lo mejor en esta misión. Yo sé que ustedes son soldados excepcionales, y que no necesitan de tener suerte para derrotar a los soldados del Zenith, aunque estos sean los mejores. Sin embargo, su oponente nunca debe ser subestimado. Ya sufrimos las consecuencias de haber hecho eso en el pasado. Sé que con su experiencia y habilidades no van a perder. Así que mi único deseo para ustedes es que regresen a salvo y que se cuiden mutuamente, como un equipo unido.

    — Ten por seguro que eso sucederá — le respondió Xander a su comandante — Con todo lo que aprendí de usted, no hay manera de que podamos perder. Será una lucha pareja de nueve soldados de Black Meteor contra nueve soldados del Zenith. Esta vez, no habrá forma en que regresemos con las manos vacías. Cumpliremos nuestro objetivo y en unos cuantos días más, es probable que usted esté comandando a un grupo de soldados del Zenith.

    — Eso es algo que no me imagino haciendo por más que lo intente — Frans estaba contento con la determinación que mostraba Xander — Pero tratándose de ustedes, es muy probable que termine ocurriendo. Así que voy a tener que hacerme esa idea. Casey, Paul, Natasha, Isac, Gina, Zaid, Noak, Claire… obedezcan al subcomandante Xander en todo momento — esas palabras avergonzaron al soldado, que no esperaba un halago como ese en momentos así — En mi ausencia, él es la figura de autoridad. Estaré esperando información sobre su misión. Asegúrense de reportar constantemente sobre el progreso de la misión, dado a que no quiero perderme ningún detalle. Y si lo requieren, podemos establecer una llamada para darles consejo. Pero sé que eso no será necesario, y ustedes lo demostrarán… — Frans se paró firme para despedirse de ellos — Hasta que nos volvamos a ver, mis queridos soldados.

    — Hasta que nos volvamos a ver, comandante Frans — fue la respuesta de todo el equipo de Black Meteor, que se puso firme justo como el comandante.

    Luego de esas palabras de aliento, el comandante estrechó las manos de cada uno de sus soldados, uno a uno se fue despidiendo de ellos, consciente de que el tiempo que pasaría hasta verlos otra vez tenía la posibilidad de ser bastante largo. Finalizada esa despedida, Frans emprendió el rumbo hacia la base de Black Meteor, en donde Abel tendría una misión especial para él. El comandante de Black Meteor no podía dejar de pensar en qué sería tan importante como para ser separado de su equipo de forma tan repentina.

    […]

    Lathan Gunner, el joven espía de Black Meteor, había logrado infiltrarse de nuevo en la zona de trabajo en donde se llevó a cabo el proyecto que él realizó. Dicho proyecto había terminado, pero estaba consciente de que esas jaulas que habían fabricado tendrían que tener alguna utilidad. El niño estuvo observando siempre las entradas y salidas del complejo en el que estaba, junto con las cámaras y hasta también prestó atención a las contraseñas. Una tarea más difícil para él fue el tener que memorizar los horarios de entrada y salida de las personas a cargo del complejo, pero luego de un par de días fue capaz de lograrlo. Con todo el conocimiento que había estado recolectando, eligió el momento para meterse en el complejo y acceder a la computadora de uno de los hombres que estaban en el lugar. Se colocó unos guantes especiales para que sus huellas no quedaran en el teclado, mouse ni en la pantalla del lugar.

    Usando las contraseñas de acceso que había estado memorizando cada día, dado a que no tenía oportunidad de anotarlas en ningún lado debido a la presencia de tantas personas en el lugar, el chico logró acceder a los archivos más importantes que residían en la computadora. Uno de esos archivos tenía el nombre de todas las personas que se habían ofrecido a trabajar en el proyecto de la creación de las jaulas. Mientras que otro archivo contenía el nombre de todos aquellos que estaban citados para el día de mañana a llevar a cabo otro proyecto. Dicho proyecto no estaba especificado allí, únicamente los datos de quienes iban a trabajar en él, pero eso fue más que suficiente para Lathan.

    El joven adoptado como ciudadano de Black Meteor anotó todos y cada uno de esos nombres, junto con toda la información importante que se encontraba contenida en dichos archivos. Una vez finalizó, cerró todos los archivos y apagó la computadora usada sin dejar rastro de lo que había hecho. Con el tiempo de entrada y salida de los guardias bien calculado, Lathan logró salir del complejo, con más información para entregar a Abel sobre los proyectos del Zenith.

    Lathan se alejó lo más que pudo de aquel complejo, tomó su dispositivo y, tras asegurarse de que nadie lo estaba observando, se comunicó directamente con Abel para poder compartir la información que había logrado recolectar.

    — Señor, soy yo, Lathan — decía el chico a través de una llamada — Ya he logrado obtener más información relacionada con el próximo proyecto del Zenith, donde creo que entrarán en juego las jaulas gigantes que le mostré en la llamada que hice más temprano. Conseguí obtener, entre otras cosas, los nombres de aquellos que van a participar en dicho proyecto. Una vez que me confirme que la información le llegó, intentaré obtener la ubicación de todos ellos para saber quién de todos los participantes vive más cerca de este lugar y tiene un acceso en menor tiempo al complejo.

    — Eso es maravilloso, Lathan — contestó Abel, que sonaba bastante animado con lo que su espía le estaba por contar — Justamente, el comandante Frans está aquí conmigo. Procede, chico, veamos qué es lo que tienes para nosotros.
     
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    Manuvalk

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    Saludos amigo, para ser un penúltimo capítulo de parte no ha estado nada mal, sino más bien muy interesante. Pasaré a comentarlo.

    Pese a haber sido un capítulo sin acción y centrado en un momento específico, ha tenido muchos detalles a destacar. Comenzando por el hecho de que ha sido exclusivo de Black Meteor, cosa que se agradece, ya que va siendo hora de verlos entrar en acción y parece que así será, al menos en la parte V. No me esperaba que Lathan tuviera los nombres de los integrantes del grupo del Zenith que fue al espacio y más me ha sorprendido aún que haya pasado por alto al comandante Zion Stones. Sin embargo, lo más llamativo para mí ha sido que ni siquiera se haya extrañado de que uno de ellos se llame Ace. Entiendo que pasaron muchos años desde que ambos vivían juntos en el orfanato, pero entre que se menciona que Morris lo adoptó (dato que Lathan ha oído) y que me resulta imposible pensar que ni siquiera se acuerde del nombre de Ace (y más cuando estuvo tanto tiempo esperándolo en el orfanato, cosa que indica que lo tuvo mucho tiempo presente en sus pensamientos) se me hace un poco raro y sin sentido el hecho de que Lathan ni se inmute. Porque si ni siquiera lo recuerda mínimamente, si se lo encuentra cara a cara a este paso ni le reconocerá. En fin, para mi es un detalle que no termina de encajar, pero nada que frustre la trama en absoluto.

    Al parecer ese tal Noak tiene un problema con Ace y ni siquiera lo conoce... Ya estoy viendo en él a un Shun 2.0 :v espero que termine cómo él entonces. Otra cosa que me sorprendió fue que el comandante Frans no vaya a la misión. Es algo que me desconcierta, más aún el hecho de ascender a Xander a subcomandante cuando es un personaje que no ha demostrado nada aún, simplemente se menciona que es un gran soldado y descuida, no tengo problema con eso, pero cuesta entender para el lector que un tipo que lleva conociendo desde hace cierto tiempo sea subcomandante de la noche a la mañana sin ver cómo se lo ha ganado. De todas formas, ahora con ese título, mis ojos estarán sobre él para ver su desempeño. Creo que en su lugar, uno de los personajes más antiguos tendrían que haber cogido el puesto. Quizá Paul y Casey aún estén verdes en cuanto a nivel pero creo que Natasha habría sido perfecta para el cargo (y no lo digo por mi favoritismo por ella). De todas formas, estoy intrigado con ver que tal lidera Xander.

    Nick y sus ingenieros han hecho un gran trabajo instalando semejante radar en la nave que usará el equipo. Mención especial al plan de Abel respecto a unir fuerzas con el Zenith, ya sea por las buenas o por las malas. Sabía que esto llegaría y es que no concibo la idea de que ambos archienemigos se unan para hallar las respuestas a la catástrofe. Me sorprendería (y jodería también, no te lo niego XD) que eso no ocurriera. Por suerte, esto da una pista de como iniciará la quinta parte de esta magnífica historia y no puedo esperar para que llegue.

    Nos vemos en el último capítulo de ésta parte. Un abrazo.
     
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  18.  
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Bueno amigo, agradezco mucho que te hayas pasado a leer el capítulo. Así que, como ha sido costumbre, comentaré un par de cosas que te inquietan.

    No tienes por qué temer eso. La parte V, a diferencia de lo ocurrido en las partes II, III y IV, tendrá a Black Meteor casi al mismo nivel de protagonismo de Zenith. De hecho, creo que detrás de la parte I (esa parte fueron 27 capítulos, mientras la V serán 36 por el momento), sería la parte en la que el protagonismo entre ambos esté más dividido. Sé que te gustará verlos de vuelta en acción. Sé que ha sido algo triste ver como personajes buenos (sé que te gustan mucho Natasha, Paul y Casey también en menor medida que ellos dos) se quedaran atrás mientras otros tomaran protagonismo. Créeme, si yo fuera lector de esta historia en lugar de ser escritor, lo habría señalado. Pero fueron momentos de la historia donde simplemente les tocó brillar a otros. Será diferente en la parte V, créeme.

    Bueno, la respuesta a eso llegará en el capítulo siguiente, dont worry XD.

    Bueno, Lathan ha compartido con Ace un tiempo considerable en el orfanato, ya que (si las cuentas no me fallaron) pasaron 11 meses juntos allí. Pero Lathan en ese momento era un niño de 4 años. Y no es como que él tuviera siempre presente el nombre de un adulto que vino a jugar una o dos horas con ellos. Según la historia, Lathan pasó unos 6 años esperando a que su amigo Ace regresara a jugar con él; y 8 años sin recordarlo. De hecho, una de las razones por las que elegí publicar el capítulo especial de Lathan antes de este capítulo fue esta escena:

    La vida del pequeño Lathan fue muy dura y solitaria, y teniendo 8 años por su cuenta en la calle, puedes estar seguro de que sus vivencias lo llevaron a olvidar a Ace. Yo sé que debes querer matarme por el hecho de plantear que ellos dos sean amigos de orfanato y que luego, al final de todo, Lathan no lo recuerde. Pero es la realidad. Lathan convivió con Ace durante 11 meses en los que tenía 4 años. Y luego, desde los 10 hasta los 18 estuvo robando en las calles. Creo que tiene más lógica que no lo recuerde a que simplemente lo recuerde. Sin embargo, Lathan aún no está muerto y Ace tampoco. No puedo garantizar nada, y mucho menos quiero hacer promesas, pero mientras haya vida hay esperanza... Mientras haya vida XD.

    Bueno, eso tiene sus motivos. No diré cuando se revelarán, pero la respuesta a eso llegará.

    Bueno, aquí te entiendo. En el capítulo 1 hice el planteo que alguien entre Wagner y Ace se convertiría en comandante, y mientras ellos 2 han estado activos en la parte actual, el primero en ascender es Xander. Es más, esa fue la razón por la que lo convertí en subcomandante. Necesitaba a alguien que tomara el liderazgo dado a que Frans no irá con ellos, pero convertir a Xander en comandante habría sido para ahorcarme. Sin embargo, él tiene sus logros. Tiene el mejor promedio en la academia superando a Ace incluso. Ha sido el mejor peleador de su equipo siempre, y nadie lo ha derrotado (recuerda el mini torneo que hicieron en la parte II). Ha participado en la misión de saqueo de recursos a un país en la parte II, la cual fue exitosa y sin bajas. Y también ha participado en la misión de ataque a una base de Zenith (en la parte III, antes de que Orz atacara). Xander tiene sus méritos, que obviamente quedan muy por detrás de las cosas que han vivido los soldados de Zenith, pero para lo que ha vivido Black Meteor en su propio contexto, creo que es coherente.

    Bueno, cierto es que Natasha derrotó a Paul y Casey en la pelea para determinar si ella se quedaba o no en el equipo, pero eso fue lo más destacable que hizo. De hecho, en la parte II y III ella ha estado por debajo de Shun. Sin embargo, no descartes la posibilidad de que alguno de estos 3 tenga un ascenso en el futuro.

    Descuida. Nada más de inicio la parte V lo verás.

    Un abrazo para ti tambien, amigo. Nos vemos la semana siguiente ♥♥♥
     
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  19.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

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    Hola.

    Es hora de comentar el capítulo de esta semana. Ciertamente, Lathan ha estado haciendo un buen trabajo, el niño sabe lo que hace. Ahora con toda la información que Lathan le ha otorgado a Abel, ya veo en acción su plan. Cosa, que veo bastante difícil y complicada. Primero, Abel compite contra el Zenith por los recursos, luego ataca el país vecino con la intención de obtener paz, y ahora quiere obligar a Magnus usando a sus soldados como rehenes para el mismo objetivo. ¿Hasta dónde llegará Abel? Me pregunto.

    No me esperaba una jugada así por parte del líder de BM. Pero, lo cierto es que Abel ya no tiene opciones. Lo bueno es que es cosciente que solo trabajando con el Zenith, así sea en términos medios, es la única forma de que puedan obtener las respuestas a la gran catástrofe.

    Respecto a Lethan, teniendo en cuenta lo mostrado aquí y en su especial, veo que nuestro ladrón se ha olvidado por completo de Ace, lateralmente, ya que ni siquiera se sorprendió, cuando hizo mención de su viejo amigo. Sé que dentro de poco, esta parte terminará, pero desde ya estoy ansioso por ver el reencuentro de Lathan y Ace.

    Algo que si me ha sorprendido bastante, es que Abel hiciera a un lado a Frans y nombrara a Xander subcomandante, eso si que me dejó K.O. Asumo que tendrá sus motivos, y que estos se revelarán, ya sea en el último capítulo, o bien en la parte V. La idea de que Xander sea subcomandante, ha llamado mi atención, y eso hará que no lo quite la ojos encima durante un buen tiempo. Quiero ver cómo empezará a dirigir al equipo, y si este hace un mejor, o mal trabajo que lo que hizo Ace en el pasado. Sé que Ace solo fue líder, pero de líder a subcomandante no hay mucha diferencia.

    Por el momento, eso es todo. No noté errores, así que me despido. Saludos, hasta la próxima.
     
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  20. Threadmarks: El hambre de un carnívoro
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Título:
    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    42
     
    Palabras:
    8583
    Saludos a Resistance y a Zurel que han estado leyendo la historia desde su comienzo prácticamente. Mi intención era publicar este capítulo el lunes feriado, pero por cuestiones que no vale la pena detallar por lo largo del capítulo, lo haré el día de hoy. De esa forma, este será el día de publicación del último capítulo de LGC en el año 2020. Con este, el año cierra con 57 capítulos, bastante más de los que hubo el año pasado, donde fueron solo 14.

    No tengo muchas noticias importantes. Al final del capítulo habrá una lista de preguntas que me gustaría que respondieran si es posible, para ayudarme a planificar o pensar mejor en ciertos aspectos futuros de LGC. Sobre la continuación, ya lo he dicho pero lo reiteraré, será en marzo. El primer viernes del tercer mes del año próximo estará el capítulo. Sin más que decir, los dejo leer en tranquilidad.




    El hambre de un carnívoro:

    Era de noche en el país del Zenith. La temperatura era bastante baja debido a una intensa lluvia que caía con todas sus fuerzas en el país. En el interior de un complejo científico se encontraba el comandante Zion junto a siete de sus soldados, en compañía del general Orikrof acompañado por dos xaromitantes. Habían regresado al planeta Tierra esa misma mañana, y nada más llegar, supieron que ese mismo día, al anochecer, tras el reabastecimiento de suministros para la nave, partirían hacia el planeta Garak.

    — El satélite que comunica la Tierra con Garak está funcionando bien desde hace seis días — informaba el comandante Zion Stones a su equipo — Lo han estado probando, y no presenta fallos. Eso quiere decir que el problema de comunicación está solucionado.

    — El escáner ya ha logrado calcular la zona de la cual provino la radiación — continuaba el general Orikrof — Los resultados nos llevarán hacia la zona correcta. La nave xaromitante irá en esa dirección, y el resto de naves la seguirán.

    — ¿Partiremos en cuanto cese la lluvia? — Wagner asumió que eso era lo único que los estaba reteniendo en ese momento.

    — Precisamente, cuando termine la lluvia, serán llevados a la nave y todos ustedes partirán — contestó el comandante Zion.

    A todo el grupo le llamó la atención esa frase que su comandante les había dicho. La partida estaba programada, pero el comandante no se incluyó entre los que iban a partir a la misión. Ciertamente, ellos estaban bastante confundidos. Después de todo lo que habían pasado hasta ese momento, no creyeron que el comandante los dejaría solos en la misión para explorar el espacio.

    — Espere, ¿usted nos está diciendo que no vendrá con nosotros? — Alicia quería asegurarse de haber escuchado correctamente.

    — Así es, Noble — contestó el comandante a su soldado — El general Orikrof y yo nos quedaremos aquí en la Tierra para supervisar el proyecto que realizarán con las bestias que trajimos del planeta Fientlig. El general propuso la idea y yo la acepté. Se gastó bastante presupuesto en esta misión, no solo en la partida a Fientlig, sino también en el proceso para tener jaulas para encerrar a las criaturas aquí. Si este proyecto no funciona, o funciona mal, será un gasto perdido para el Zenith. Y alguien tiene que hacerse responsable por él.

    — Papá… es decir, comandante Stones — Wagner no parecía estar muy feliz de que su padre decidiera quedarse — ¿Qué se supone que haremos si usted ya no está? ¿Quién es el comandante ahora? ¿Soy yo o es Ace?

    — No he podido tomar una decisión, y tristemente, se me ha agotado el tiempo — contestó Zion ante la pregunta de su hijo — He decidido ascenderte a ti, al igual que a Ace Lakor a comandantes provisionales. Ustedes dos han probado ser buenos competidores y aspirantes al puesto, por lo que he decidido que las decisiones las tomarán en conjunto hasta el día que nos volvamos a ver. Una vez que nos veamos de vuelta, yo encuestaré a todos los demás soldados, y en base a sus respuestas, tomaré una decisión definitiva. Por ahora, las cosas quedarán así.

    — ¿Entonces yo… — Wagner quería procesar lo ocurrido, pero fue interrumpido por alguien más.

    — Felicidades, Wagner — Sharyn se acercó a él para felicitarlo, colocando su mano en el hombro de su compañero.

    — Felicidades, amigo — Dustin fue el siguiente en felicitar a su gran amigo por dicho ascenso, aunque no fuera el que quería originalmente.

    — Felicitaciones, Wagner — los demás miembros del equipo decidieron felicitar también a su compañero.

    El general Orikrof, Wida, Aurio y algunos de los trabajadores del complejo aprovecharon su oportunidad y también saludaron a su compañero para felicitarlo por haber conseguido un puesto más alto dentro del ejército del Zenith, y para desearle lo mejor en dicha posición. Wagner, quien estaba inundado de alegría por recibir esas palabras alentadoras de los compañeros a los que tanto apreciaba, se quedó callado durante unos momentos, avergonzado de la atención que estaba recibiendo. Una vez que el momento terminó, decidió hacerle una pregunta más a su padre.

    — Comandante Stones, tengo una duda al respecto — expresó el soldado del Zenith — Si Ace Lakor y yo tenemos la misma autoridad, ¿qué pasará cuando tengamos una discrepancia en una decisión? ¿Cómo procederemos ante eso?

    — Ustedes dos son soldados excepcionales — Zion no respondió a la pregunta — Ciertamente, serán ustedes quienes sepan tomar consenso y saber qué es lo mejor para el grupo. Justamente, esa será una de las cosas que voy a preguntar cuando nos veamos de nuevo.

    — ¿Y cuándo será ese momento de vernos otra vez? — Michael quería saber por cuánto tiempo se quedarían alejados del comandante Stones.

    — Una vez que determinemos si el proyecto a seguir con las bestias de Fientlig es viable o no, Magnus Hotfire me dará un nuevo equipo de soldados y yo partiré al espacio — explicó el comandante del Zenith — Puede que vayamos acompañados por las bestias, o puede que estemos solos. Pero sea lo que sea que pase, nos aseguraremos de que sea la decisión correcta.

    — Entonces, ¿no sabe cuándo será el momento de nuestro reencuentro? — fue la pregunta de Thomas, quien estaba algo triste por saber que el comandante al que comenzaba a admirar se mantendría lejos de ellos.

    — Si ustedes logran encontrar las respuestas de la Catástrofe utilizando el escáner, puede que ni siquiera sea necesario encontrarnos en el espacio — Zion no sonaba muy convencido al decir esas palabras — Pero eso está por verse. Así que, ahora, llegó el momento de que ustedes se despidan de mí y del general Orikrof.

    Tal y como Zion lo había mencionado, él y el general xaromitante tenían la obligación de quedarse en la Tierra para hacerse cargo del proyecto de controlar a las bestias de Fientlig en caso de que algo saliera mal. Aunque hubiera sido lo ideal esperar a que este estuviera totalmente finalizado, la exploración espacial no podía detenerse por más tiempo. Antes de la llegada de los xaromitantes, el equipo del Zenith estuvo un largo tiempo sin pistas. La misión de rescate al grupo del comandante Roger Fields les había quitado tiempo, y fue tras haber encontrado y recolectado más muestras de la radiación en el planeta Fientlig que pudieron obtener una nueva pista. Una pista mayor, dado a que esta, según las palabras de los xaromitantes, los llevaría directamente hasta el lugar de donde provino la radiación que liberaron los meteoritos a la Tierra.

    El general se despidió rápidamente de los humanos, y el comandante Zion saludó rápidamente a los xaromitantes, para después poder tomarse un poco más de tiempo para despedirse de aquellos que pertenecieran a su misma especie.

    — Wida, Aurio, díganle a Terrior que esto fue necesario — el general estaba seguro de que su líder iba a pedir explicaciones — No he abandonado la misión, simplemente tengo que ocuparme de algo con gran importancia.

    — Lo comprendemos bien, general — Aurio le dio un abrazo a su general, que más que eso, después de todo el tiempo transcurrido, era su amigo — Le daremos la noticia cuando estemos en Garak.

    — General, estaremos ansiosos por su incorporación a nosotros en el futuro — Wida le dio un abrazo — Tal y como usted me dijo en esa cueva, fuimos nosotros dos los que obtuvimos la pista final que nos dirigirá a las respuestas. Sería adecuado que usted también estuviera al momento de encontrarlas.

    — Créeme, mi objetivo principal es encontrar esas respuestas, y ten por seguro que lo haré — Orikrof sonreía tras las palabras dichas por Wida — Espero que todos podamos estar reunidos en ese momento.

    La pareja de xaromitantes estaba muy feliz por las palabras que habían intercambiado con su general. Luego del exhaustivo viaje que tuvieron desde Xarom hasta la Tierra, y el sufrimiento y temor que atravesaron en su misión en el planeta Emiv, ninguno de los dos imaginaba no tener con ellos a la máxima figura de autoridad militar que tenía el ejército de su planeta con vida. Finalizada la despedida, Orikrof miró el cañón que Lankir y le había dado, recordando las palabras de Lankir al momento de entregárselo. El hijo del líder de su especie deseaba que su arma no fuera usada por Wida y Aurio, y no quería faltarle el respeto a ese deseo. Por lo que se quedó esperando hasta que Zion y los humanos terminaran de despedirse.

    — Adiós comandante Stones — Sharyn saludaba al comandante con una sonrisa natural de felicidad — Gracias por todos los esfuerzos que hizo para que el grupo pudiera salvarme. Creo que nunca le agradecí personalmente por eso, a pesar del tiempo que tuve para hacerlo.

    — No tienes por qué agradecer algo así — contestó el comandante — Todos en el Zenith somos una unidad. Si uno de nosotros está en riesgo, es obligación de todos los demás rescatarlo.

    — Espero que usted regrese pronto, comandante — Dustin expresaba su deseo de que la separación de su comandante durara lo menos posible — No desconfío de su hijo, todo lo contrario, sé que él hará un fantástico trabajo. Pero yo he estado desde el día uno en su unidad. Usted es como un segundo padre para mí.

    — En ese caso, tu hermano va a necesitar todo el apoyo que puedas darle — fue la respuesta de Zion a su soldado, haciendo referencia a la amistad que Wagner y Dustin llevaban — Asegúrate de estar ahí para él cuando lo necesite.

    — Siempre, es lo que hace un hermano — Dustin estrechó manos con su comandante como forma de mostrar amistad.

    Esas palabras de Dustin y el comandante Stones hicieron contacto con las emociones de Michael. El soldado del Zenith no pudo evitar recordar con dolor a sus dos familiares, Julie y Devlin, quienes habían sido asesinados en el cumplimiento de la misión. Devlin era su hermano mellizo, y había muerto enojado con él. Las acciones de los berrod provocaron que Devlin empezara a odiarlo, e impidieron que ambos tuvieran el tiempo que necesitaban para reconciliarse. Mientras tanto, Julie había muerto en manos de Black Meteor, cuando Michael ni siquiera se encontraba cerca para ayudarla. Esa era la situación tanto de su prima como de su hermano. Michael no estuvo para ellos al momento en que murieron, cosa que lo hizo sentir mal. Aunque no estuvo presente en el momento en el que ocurrió, Michael supo que Wagner evitó la muerte de Dustin cuando todos creyeron que era un traidor. A diferencia de él, Wagner sí estuvo para Dustin cuando su vida peligró. Pensar en sus compañeros fallecidos lo ponía melancólico, y el pensar en sus compañeros con vida lo hacía preocupar más.

    Alicia, quien estuvo junto a él en todo momento, se dio cuenta de que Michael no se encontraba del todo bien. Ella, sabiendo que necesitaba apoyo de alguien, se acercó a él, tomó su mano y colocó su cabeza sobre su hombro, para luego terminar unida a él en un abrazo. Michael apreciaba la forma en la que su novia lo trataba con todo ese cariño, por lo que se acomodó cerca de ella. Cuando Wagner se separó de su padre para permitirle a Thomas y a Gwyn tener su despedida, vio la escena que Michael y Alicia compartían. La sensación de tristeza que sentía al ver a Alicia junto a Michael estaba empezando a opacar la felicidad que sentía por su ascenso.

    Aunque sus pensamientos sobre dicho tema no duraron mucho, ya que el general Orikrof se acercó a él con el cañón de Lankir en sus manos. Wagner recordó las palabras de Lankir al momento en el que se lo entregó al general, y supo que el general se lo estaba por dar.

    — Wagner, necesito que me hagas un favor — el general le entregó el cañón directamente — Dáselo a Lankir, y explícale la razón por la que no he podido acompañarlos al planeta Garak y a la misión de explorar el universo. Sé que él no querrá que se lo dé a Wida o a Aurio, incluso dijo que prefería tirarlo al espacio. Lo mejor será no forzarlo a que haga algo así.

    — Sigo recordando ese momento en mi mente — le contestó el nuevo comandante provisional del Zenith — Puede confiar en mí para dárselo. Si él no quería que ellos lo usaran, entonces cumpliré su deseo.

    — Gracias, Wagner, te lo agradezco mucho — le contestó el general Orikrof, quien, a pesar de haberse despedido ya de él, lo volvió a saludar — Te deseo suerte en tu primera misión como comandante, aunque sea provisional.

    — Gracias, general, prometo hacer lo mejor — respondió el hijo de Zion.

    Ambos se distanciaron un poco, y en ese momento, Wagner empezó a mirar el cañón. Fue en ese momento, que notó que Lankir estaba viviendo lo mismo que él. Él estaba consciente de que Lankir y Wida eran pareja, y que Lankir se encontraba solo en Garak mientras que Wida y Aurio se encontraban juntos e incluso formando una relación. No pudo evitar comparar eso con lo que vivía él cada vez que veía a Michael y Alicia juntos. Cada vez que podía, Wagner siempre observaba a Alicia, y sentía una frustración leve al ver que ella y Michael estaban juntos. Aunque no vivió lo mismo que Lankir, dado a que él no tuvo oportunidad de estar con Alicia, podía comprenderlo. Eso llevó a que se comprometiera un poco más a entregar el cañón de Lankir a su amigo.

    — Wagner, deja de soñar despierto — le dijo Gwyn, llamando su atención — Ya es hora de partir.

    — Sí, lo siento — Wagner saludó a su padre, al general xaromitante y al resto de trabajadores del complejo levantando su mano, para posteriormente abandonar la sala y posteriormente el edificio con sus compañeros.

    Los siete soldados del Zenith y los dos soldados xaromitantes salieron del lugar, para darse cuenta de que la fuerte lluvia, motivo de su retraso en la salida a continuar con la misión, se había detenido, quedando solamente algunos charcos de agua en las calles. Tres vehículos se acercaron hasta el complejo, subiéndose tres soldados en cada uno de ellos, para poder partir hacia la nave espacial que partiría una vez todos ellos estuvieran a bordo.

    […]

    A la mañana del día siguiente, el general Orikrof y el comandante Zion Stones se encontraban frente a las jaulas gigantes que los voluntarios del Zenith habían construido. Dentro de esas jaulas se encontraban las tres bestias contra las que habían luchado en Fientlig. Para evitar problemas al momento en el que llegaran los científicos, se tomó como medida de precaución dormir a las bestias con sedantes y tranquilizantes. Dado a su tamaño y peso, se requirió una gran cantidad para poder dormirlas a las tres, lo que significaría que eso sería un gasto más que añadir a la cuenta en caso de que el proyecto fracasara.

    — Tú tienes suerte — le decía Zion a Orikrof en todo de broma — Lo máximo que te llevarás si esto sale mal será un reto de parte de Magnus Hotfire. En cambio, a mí me reducirán el sueldo hasta que logre cubrir todo lo que se gastó en esto. Puede que incluso me prohíban comer algo, aunque esté en las provisiones de la nave.

    — Tranquilo, comandante, tenemos la información que Sharyn obtuvo de Tzorkun — Orikrof se mostraba optimista con respecto al proyecto — Siempre y cuando los científicos que vengan a trabajar aquí no se dejen llevar por el miedo, todo saldrá bien.

    — Espero que valga la pena después de todas las molestias que nos ocasionó Tzorkun — el comandante Zion recordaba la pelea en contra de Sieng en ese momento — Si resulta, ya nadie volverá a acorralarnos así.

    — Supongo que eso se verá dentro de poco, o, mejor dicho, nosotros lo veremos — le comentó el general.

    La conversación entre ambos fue interrumpida cuando el encargado del complejo se acercó a ellos. Los dos lo miraron con seriedad, dado a que parecía que estaba por decir algo.

    — Los primeros tres llegaron y están listos para iniciar el trabajo — les informó el encargado — Los haré pasar. Manténganlos vigilados y protéjanlos en caso de que las bestias despierten y se descontrolen.

    Ni el general ni el comandante respondieron con palabras, y simplemente se limitaron a asentir con la cabeza. El encargado se fue para poder abrirle las puestas a los tres primeros científicos que se encargarían del proyecto. Orikrof y Zion los miraron a los tres. El comandante tomó una lista y les pidió que le dijeran sus nombres para confirmar su asistencia.

    — Identifíquense — ordenó el comandante en un tono severo.

    — Larry Gradius — dijo el primero de ellos, un científico de una gran estatura, portando una bata blanca, guantes y lentes con aumento para ver bien. El comandante anotó su nombre y luego miró al segundo.

    — Ernest Young — dijo el segundo de los científicos, cuyo nombre llamó la atención de Zion — Mi sobrina Agustina está en su equipo, comandante — el comandante pronto recordó que el científico y su soldado compartían apellido — ¿Qué tal está?

    — Ella tuvo que alejarse de la Tierra para una misión diferente a la nuestra, pero está bien, por lo que escuché — Zion marcó su nombre para luego mirar al tercero.

    — Yo soy Troy Emerald — comentó el último de los científicos, que agachó la mirada al suelo, en señal de timidez tras haberse presentado, aunque eso no evitó que Zion pudiera ver bien su rostro — Estoy agradecido por haber sido elegido para estar aquí.

    Una vez que el comandante Zion marcó a los tres científicos en la lista de los presentes, ya nada los retenía para comenzar con su trabajo. La máquina que ellos habían obtenido y las plantas que utilizarían para poder someter a las criaturas salvajes a su voluntad estaban colocadas cerca de una mesa dentro del complejo. Ellos podrían iniciar con el trabajo en lo que el resto de científicos llegara hasta el lugar.

    — Muy bien, es todo suyo ahora — Zion vio a Orikrof al decir esas palabras, y pudo notar que había algo en su mirada que no le agradaba — Pueden comenzar.

    Los tres científicos se acercaron hacia una de las jaulas, en la cual se encontraba reposando una de las bestias de Fientlig. Larry y Ernest se sentían un poco intimidados por el tamaño de esa criatura tan monstruosa, mientras que Troy no parecía verse sorprendido al verla. Cosa que llamó la atención de los otros dos.

    — ¿Tú no le tienes miedo? — Larry se asombraba por el valor de Troy, dado a que él estaba luchando por contener su miedo mientras que Troy no parecía temblar.

    — No son la gran cosa, créanme — Troy hablaba como si tuviera conocimiento de esas bestias.

    — Yo me estoy asustando bastante solo con verla — Ernest veía casi estupefacto a la criatura — Increíble que mi sobrina haya luchado en contra de estas cosas hace más de un año.

    — Ya fue suficiente llanto, ustedes sabían a lo que venían — Troy se empezó a molestar por las cosas que escuchaba de ellos — Dejen de perder el tiempo y ayúdenme a levantarla.

    Zion y Orikrof veían desde una distancia prudente como el primer trío de científicos trabajaba. El comandante Zion recordó la expresión tan seria que Orikrof había puesto hace tiempo, por lo que decidió llevárselo un poco lejos del lugar para preguntarle a qué se debía.

    — ¿Qué es lo que tienes? — le preguntó el comandante.

    — Ese tipo de ahí — decía mientras señalaba a Troy — No dejaba de mirarme hace unos minutos. Los otros dos tenían su vista fija en las criaturas, pero ese tipo no dejaba de verme a mí. Como si estuviera sorprendido de verme.

    — Te refieres a Troy — el comandante Zion lo miró atentamente, aunque no le podía ver el rostro ahora porque estaba de espaldas — Si te digo la verdad, hay algo con él que no me está cerrando del todo. No he conocido a nadie con ese nombre, pero tengo el presentimiento de que lo vi en algún momento, y en otro lugar.

    — ¿En dónde? — Orikrof tenía curiosidad por saber a qué se refería Zion con eso.

    — No lo sé, necesito ver su rostro por un tiempo más antes de acordarme de donde — eso era imposible en ese momento, dado a que Troy estaba de espaldas a ambos.

    — ¿Quieres que interrumpa la actividad? — Orikrof quería ser precavido — Si no nos da buena espina a ninguno de los dos, entonces debe ser por algo grave.

    — No, no quiero que se estresen más de lo que ya están — el comandante tuvo una idea mejor — Quédate aquí, y asegúrate de tenerlos vigilados. Iré a hablar con el encargado y le pediré que mande gente a que te acompañe.

    Fue entonces que el comandante Stones se retiró de la sala donde estaban contenidas las jaulas donde estaban siendo retenidas las bestias del planeta Fientlig. Orikrof sentía que algo andaba mal, pero no podía llegar a nada en concreto. Por su parte, Zion sí tenía una forma de hacerlo. El comandante fue hacia la oficina del encargado, donde este monitoreaba el lugar completo en compañía de dos guardias de seguridad. Al entrar, estos miraron a Zion bastante extrañado.

    — Comandante, ¿está pasando algo malo? — preguntó el encargado del sitio.

    — No, pero sí está pasando algo raro — contestó el comandante algo serio mientras miraba a uno de los guardias — Ve con Orikrof y obedece cualquier orden que fuera a darte. Tú muéstrame las grabaciones de seguridad de las cámaras, en lo posible donde pueda ver bien sus rostros.

    Si bien, el pedido del comandante fue muy extraño, el proyecto era responsabilidad de él, por más de que se llevara a cabo en dicho complejo. Uno de los guardias fue a hacerle compañía a Orikrof, mientras que el otro buscó en las grabaciones recientes de las cámaras. Estuvo un rato mirando las grabaciones hasta que pudo encontrar una imagen donde se vieran los rostros de los tres científicos que habían llegado al lugar.

    — Comandante, aquí están — el comandante se acercó tras escuchar eso — ¿Qué quiere ver exactamente?

    Zion miró atentamente esa imagen durante unos treinta segundos, centrando su atención en Troy, ignorando a los otros dos científicos. Fue ahí que llegó a una conclusión.

    — Lo sabía, yo conozco a ese tipo — Zion pudo reconocer el rostro de Troy Emerald al mirarlo por un tiempo — Lo que no puedo recordar es de dónde ni de qué. Pero sé que lo vi.

    — ¿No recuerda si hablaron en alguna reunión importante posterior a las primeras horas de la Catástrofe? — el encargado quería ayudar al comandante — En ese tiempo, los científicos y militares tuvieron varias reuniones.

    — No, no es de ese momento — Zion luchaba por hacer memoria — Muéstrame su ficha personal de identificación digital.

    — El encargado del lugar es quien tiene acceso a las fichas personales de identificación digitales — contestó el guardia — Si quiere que él la busque, ambos debemos salir de la sala para no ver sus credenciales.

    — No hay tiempo para perderlo en tonterías como esa — Zion regañó al guardia de seguridad, quien no se sintió bien con eso — Tú y yo nos daremos la vuelta para no ver sus credenciales y eso será más que suficiente.

    Tal y como el comandante dijo, el encargado, que debía asegurarse de proteger la seguridad de sus credenciales, las colocó en el momento en el que tanto el guardia como el comandante se dieron la vuelta. Como encargado del lugar, tenía la obligación de tener las fichas personales de identificación de todos aquellos que trabajaran allí, para saber qué tipo de inconvenientes podía llegar a presentar un trabajador y como solucionarlo. Aunque esa clase de emergencias se hicieron menos frecuentes luego de que la Gran Catástrofe mutara y mejorara el estado de los cuerpos de los habitantes que sobrevivieron, era una obligación formal.

    Una vez que encontró la ficha de Troy Emerald, el encargado la mostró a Zion y al guardia. Zion miraba tanto la ficha como la imagen que provenía desde la cámara de seguridad. Estaba seguro de que el rostro de Troy le era familiar, pero seguía sin poder recordarlo.

    — Comandante, ¿qué es lo que quiere lograr con esto? — preguntó el guardia de seguridad.

    — Troy agachó la mirada cuando me vio, como si quisiera ocultarse de mí, y su rostro se me hace familiar, aunque yo no recuerdo haberlo conocido antes — Zion explicaba ante los otros dos hombres — Eso es extraño. ¿Por qué se quiere ocultar de mí? ¿Qué motivo tendría para hacerlo?

    Zion observaba atentamente la ficha de Troy y la imagen de las cámaras de seguridad, dándose cuenta de que coincidían en todo. La imagen que aparecía en ambas era casi idéntica, variando únicamente la ropa que tenían puesta y nada más. Ese detalle fue el que le llamó la atención a Zion.

    — ¿No se supone que las fichas se actualizaron por última vez hace cinco años? — preguntó Zion a los dos que lo acompañaban — Entiendo que los adultos no envejezcamos tanto, pero este hombre se ve idéntico en ambas grabaciones. Muéstrame las fichas de Larry Gradius y Ernest Young.

    El encargado obedeció, y solamente tuvo que tipear sus nombres y apellidos para que dichas fichas se mostraran. Aunque las diferencias entre las fichas y la imagen captada por la cámara no eran muy significativas, sí se podía apreciar como en las grabaciones, tanto Larry como Ernest se veían un poco más viejos que en sus fichas, cosa lógica dado a que estas se actualizaban cada cinco años. Para Zion no era coincidencia que Troy, quien había agachado la mirada fuera el único que presentaba este caso.

    — Mierda, sé que te conozco, Troy Emerald, ¿pero de dónde? — tras esa pregunta retórica, Zion estuvo dos minutos más mirándolo, hasta que finalmente tuvo una corazonada — ¡Eso es! — gritó creyendo haber descubierto lo que buscaba — ¡¿Tenemos archivadas fotos o videos del evento donde los políticos del mundo se reunieron antes de la Catástrofe?! — el comandante se desesperó al hacer esa pregunta.

    — No aquí, pero la transmisión se vio en todo el mundo, y tiene que haber una copia subida a internet — el encargado ya no podía entender lo ocurrido — ¿Quieres que la busque?

    — Por favor, es importante.

    Se requirieron un total de veinte minutos hasta que finalmente dieron con un video completo de dicha conferencia. Por pedido del comandante, los tres lo comenzaron a mirar. Durante un total de quince minutos estuvieron contemplando dicho video hasta que Zion, que encontró lo que buscaba, decidió pedirle que lo pausara.

    — ¡Ahí está! — señaló la pantalla, donde se veía a tres soldados — ¡Ese soldado que está en el medio es Abel Hartka, antes de que ocurriera la Gran Catástrofe solamente era un simple general del ejército de Ascendency! ¡Esos dos hombres que están a su lado son comandantes de su ejército! — Zion necesitó de dos minutos más para poder darse cuenta de quienes eran — ¡Morris Grant es uno, y Frans Badir es el otro! ¡Recuerdo que hablamos antes de la reunión! ¡Ahora ya lo tengo! ¡Observen bien a Frans Badir y comparen su imagen en el video con las dos imágenes de Troy Emerald que tenemos disponibles!

    Tal y como él lo ordenó, el encargado del lugar y el guardia que lo acompañaban les dieron un vistazo a dichas imágenes, buscando hacer una comparación y ver si podían notar lo que Zion les decía. Fue entonces que se dieron cuenta de lo que Zion estaba mirando. Frans Badir y Troy Emerald tenían el mismo rostro, con la diferencia de que Troy se veía algunos años más viejo por todo el tiempo que transcurrió desde ese momento hasta hoy. A pesar de esos cambios, no cabía duda de que se trataba de la misma persona. El cabello de Troy era menos claro, y su rostro era más ancho y con más arrugas, pero tenía la misma forma y características que tenía Frans Badir en esa grabación.

    — Por eso su foto de ficha se ve idéntica a la grabación — Zion dejó helados a los otros dos hombres con sus palabras — Frans Badir está infiltrado en el Zenith y está suplantando la identidad de Troy Emerald.

    — ¡¿Pero cómo?! — el guardia de seguridad se veía superado por la situación — ¡¿Cómo supieron que Troy Emerald iba a trabajar en este proyecto, y cómo supo que sería justo aquí?!

    — Eso no lo sé, pero ese maldito no vino desde Black Meteor hasta aquí para algo bueno — Zion recordó la última vez que soldados de Black Meteor se infiltraron en el Zenith — Voy a ponerle un alto a esto. No den ninguna advertencia o Frans podría darse cuenta de que fue descubierto. Dejen que yo me encargue de él.

    Y fue así como el comandante del Zenith abandonó la sala, dejando solos a esos dos hombres. Cuando llegó de vuelta con el general Orikrof y el guardia de seguridad, pudo ver que Frans y los otros dos científicos continuaban su trabajo con normalidad.

    — ¿Y bien? — preguntó el general a su compañero.

    — Acompáñame, y tú también — dijo mirando a Orikrof y al guardia a su lado.

    Lentamente y sin llamar la atención de ninguno de los tres hombres que estaban trabajando con la primera de las tres bestias, Zion se acercó hacia los tres. De improviso, tomó al supuesto Troy del cuello con sus dos manos, lo lanzó hacia el suelo de forma brusca, y antes de que este pudiera defenderse, Zion comenzó a desencadenar una lluvia de patadas tanto en el pecho como en la cabeza de Troy. Orikrof, el guardia y los otros dos científicos no podían creer lo que estaban viendo, y luego de que el comandante Stones noqueara a Troy de esa forma tan repentina, estos se lo reprocharon.

    — ¡¿Comandante, qué mierda hizo?! — Ernest se sentía intimidado, pero con algo de coraje tras ver la paliza que Zion le propinó a Troy — ¡¿Se volvió loco?!

    — ¿Lo mató? — Larry veía que Troy no estaba moviéndose en el suelo, y esto lo asustaba un poco.

    — ¿Qué demonios te pasó, Zion? — Orikrof desconocía esa conducta de parte del comandante.

    — Escuchen, esto no es lo que parece — las palabras de Zion no aclaraban el asunto — Este tipo no es Troy Emerald, científico del Zenith. Este malnacido es Frans Badir, un comandante de Black Meteor que se infiltró en el país.

    Dicha noticia dejó totalmente en shock a los cuatro testigos de las acciones que acababan de ver. Realmente era increíble, o hasta incluso impensable el hecho de que un comandante de Black Meteor se infiltrara en su país, y mucho menos en el refugio militar. Orikrof, quien por su corta estancia en la Tierra no había podido conocer demasiado del territorio del Zenith, fue el más asombrado. Frans era el primer humano que no era parte del Zenith al que había visto, y le sorprendió el gran parecido entre los humanos de Zenith con los de Black Meteor. Si bien, le habían dicho que la mayoría de humanos se parecían, el general esperaba una diferencia algo significativa para gente que provenía de dos países distintos.

    — ¿Entonces este tipo es de Black Meteor? — preguntaba el general viendo a un inconsciente Frans en el suelo.

    — ¿Y dónde está Troy Emerald? — preguntó Ernest, recordando el nombre del tipo al que suplantó Frans.

    — Probablemente muerto — Zion era directo con el científico — Si este hijo de puta se infiltró en nuestro país tomando su nombre, lo más probable es que el verdadero Troy esté muerto.

    — ¿Y qué vamos a hacer, Zion? — Orikrof no tenía idea de cómo proceder a continuación.

    — Lo primero será revisar su ropa y las cosas que trajo para ver que no tenga micrófonos, cámaras o dispositivos que puedan resultar peligrosos — el comandante lo tenía decidido — Una vez hecho eso, yo me encargaré de esta escoria.

    — ¿El proyecto se detendrá? — Larry quería saber si ellos también serían revisados como parte de las medidas de seguridad propuestas por Zion.

    — No, ustedes continúen trabajando en esto — les ordenó de forma muy seria el comandante Stones — Yo tengo una idea para tratar con él — a continuación, volvió su vista hacia el guardia de seguridad — Tráeme unas esposas para retenerlo. Eso será suficiente ahora que está noqueado.

    […]

    Frans se encontraba en la sala de la base de Black Meteor, junto con Abel, sus escoltas, Nick y su grupo de ingenieros. El comandante acababa de llegar a la base luego de haber despedido a su equipo, cuyos integrantes pronto partirían al espacio, del cual debió separarse para poder realizar una misión diferente. El comandante se encontraba muy ansioso para poder conocer cuál sería su próxima asignación.

    ¿Qué es lo que tienes preparado para mí, Abel? — preguntó Frans, esperando por órdenes.

    Lathan sigue en el Zenith, y estoy seguro de que pronto nos traerá información sobre el proyecto en el que ellos usarán las jaulas gigantes que construyeron — le mencionaba Abel a su comandante — Como ya no requieren de voluntarios, Lathan ya no puede continuar como infiltrado en donde está. Y por eso quiero que seas tú quien se encargue de esto. Cuando él obtenga la información, Nick buscará la forma de reemplazar la foto de uno de los tipos designados para trabajar en ese proyecto por la tuya. Aprovecharás eso, te meterás al Zenith y nos mantendrás informado sobre lo que sea que estén haciendo en este momento.

    ¿Quiere que yo haga eso? — Frans lo preguntaba más para sí mismo que para Abel — ¿Y cuándo comenzaría eso?

    En el momento en el que Lathan se contacte con nosotros y nos de la información que nos hace falta — le contestó el líder del país a su comandante — Por eso te quedarás aquí, para que, apenas nos lleguen noticias de ese chico, puedas partir de inmediato.

    ¿Hay algún tipo de información que quiera en particular? — Frans supo que Abel no tenía en mente a nadie más que a él para hacer el trabajo, por lo que decidió que lo haría bien.

    Si es algo que tú no conoces o no sabes, toma nota en algún lado y luego infórmanoslo a nosotros — le encomendó el líder de Black Meteor — Pero ahora no pienses en eso. Tendrás todo el trayecto desde Black Meteor hasta el Zenith para pensar en eso. Por ahora, relájate, come y asegúrate de conseguir reservas de energía suficientes para infiltrarte en el Zenith. Si llegan a descubrirte, necesitarás un medio para escapar.

    De esa manera, Frans pasó un par de horas de la tarde conviviendo con el que era la máxima autoridad de Black Meteor. En esas horas que tuvieron, ambos recordaron sus viejos tiempos como soldados, tanto de antes de la Catástrofe como después de la misma. El recordar esos momentos llenó un poco de nostalgia a Frans, y en una medida aún menor, al mismísimo Abel Hartka.

    El tiempo pasó, más lento para Frans que para Abel, quien, dentro de todo, se encontraba haciendo su trabajo, mientras que el comandante simplemente se quedaba a verlo manejar las cosas y nada más. Finalmente, y en menos tiempo de lo esperado, los dos recibieron una llamada del joven espía infiltrado en el Zenith.

    Señor, soy yo, Lathan…

    Eso fue rápido — Abel supuso que Lathan perdería algo de tiempo explicando un par de cosas, por lo que decidió hablar por encima de él — Cada día estoy más satisfecho con este chico, y más orgulloso de la decisión que tomé.

    Conseguí obtener, entre otras cosas los nombres de aquellos que van a participar en dicho proyecto — fue en dicho momento que Abel y Frans prestaron atención a lo que decía Lathan — Una vez que me confirme que la información le llegó, intentaré obtener la ubicación de todos ellos para saber quién de todos los participantes vive más cerca de este lugar y tiene un acceso en menor tiempo al complejo.

    Eso es maravilloso, Lathan — contestó Abel, que sonaba bastante animado con lo que su espía le estaba por contar — Justamente, el comandante Frans está aquí conmigo. Procede, chico, veamos qué es lo que tienes para nosotros.

    […]

    Frans, quien fue noqueado de forma repentina y sin aviso por parte del comandante Zion, empezó a despertar del desmayo que le provocó su enemigo. Por alguna razón, su charla con Abel antes de infiltrarse en el Zenith fue lo primero que pudo recordar al momento de despertar.

    Dado a la fuerte paliza que recibió, el comandante estaba aturdido y permanecía mareado. La cabeza le daba vueltas, y en ese mismo momento, tenía miedo de cerrar los ojos y que eso le significara la muerte. Poco a poco, empezó a recobrar la conciencia, y con eso, sus otros sentidos. Y fue en ese momento donde sintió la peor de las sensaciones posibles.

    Sentía dolores indescriptibles en sus manos y en sus pies, un dolor que, a medida que se iba recuperando, se volvía más fuerte para él. En el momento en el que recobró la vista pudo entender el por qué. Frans notó que estaba recostado sobre un pedazo de madera, totalmente desnudo y con sus manos y pies clavados a dicho trozo de madera por varios clavos. Dicha escena fue muy impactante para él, que además de asustarse, sentía un dolor cada vez más intenso con cada segundo que vivía.

    — Al fin te despertaste — escuchó una voz detrás de él — Creí que no despertarías luego de estas tres horas que llevas inconsciente.

    El comandante giró el cuello como pudo y logró ver al comandante Zion Stones, que empezó a caminar hacia él con una expresión seria en su rostro, como si estuviera por realizar alguna atrocidad. El enemigo contaba con una armadura, y un revólver en una de sus manos, mientras él estaba desnudo e indefenso clavado a una gruesa tabla de madera.

    Con todas sus fuerzas, el comandante de Black Meteor trató de liberar energía en forma de calor para quemar los clavos o la madera, sin embargo, teniendo dichos clavos atravesándole la mano y uniéndolo a la madera que estaba en el suelo, no había forma de poder acumular ni, aunque sea, un fragmento minúsculo de energía que lo pudiera llevar a liberarse.

    — Es inútil, Frans, tu mano no puede soportar el daño y permitirte cargar energía para que escapes — Zion se dirigía a él con desprecio, cosa que causó algo de miedo en Frans.

    — Zion… — el comandante de Black Meteor seguía más aturdido de lo que creía, y le costaba poder hablar — ¿Qué mierda… fue lo… lo… que me hiciste? — se estaba recuperando lentamente.

    — Lo que estás viendo ahora — comentó el comandante del Zenith a su enemigo — ¿Acaso no puedes distinguirlo?

    Frans empezó a sentir un profundo odio por Zion, mucho más del que ya sentía por ser una persona del Zenith. Esto iba más allá del país. El comandante Badir sentía muchos deseos de levantarse, darle una paliza y luego escapar. Sin embargo, al ver que se encontraba en una sala poco iluminada, la cual probablemente estaría en un lugar distinto dentro del complejo en el que se infiltró, y que no podría escapar dado a que le era imposible concentrar ni una sola pizca de energía en sus manos, comenzó a resignarse. Aunque eso no hizo que el odio que sentía disminuyera.

    — Dime Frans, ¿por qué te infiltraste en Zenith? — el comandante sujetó con firmeza su arma de mano para intimidar un poco al enemigo — Ya sabemos todo. Unos guardias fueron a la casa de Troy Emerald y no lo encontraron allí. Apareció muerto en un callejón a pocos metros del lugar, aunque bien escondido para que fuera difícil de encontrar. Tú lo asesinaste y suplantaste su identidad para estar aquí. ¿Cómo mierda supiste que aquí se llevaba a cabo un proyecto tan importante, y por qué mierda viniste a husmear? ¿Quieres sabotear nuestro proyecto? ¿Quieres robarnos información? ¿O ambas cosas a la vez? Dímelo, y puede que haga más blando tu castigo.

    — Puedes… irte al cementerio, desenterrar a la puta de tu madre y meter todo tu cuerpo dentro del agujero de su culo — Frans decidió no responder la pregunta del comandante y contestarle con un insulto — Hazme lo que quieras, malparido. Yo no pienso decir…

    Pero antes de que pudiera continuar su charla, el comandante Stones le pisoteó la costilla derecha con su pie, para luego darle un golpe en la mandíbula con el cañón de su revolver. Los dos golpes recibidos causaron un daño inmenso en Frans, que no pudo gritar demasiado fuerte, dado a que todavía sufría de las consecuencias de haber recibido una paliza brutal del comandante. Un poco de sangre le empezó a brotar de la boca tras el golpe que Zion le propinó en la mandíbula, lo que hizo que escupiera.

    — Veo que contigo no se puede hablar, pedazo de escoria — Zion ya sentía un fuerte odio a Frans por lo que hizo, pero su contestación a la pregunta que le hizo le colmó la paciencia — Vas a lamentar lo que hiciste. Vas a lamentar haber matado a Troy, haberte metido aquí y haberme insultado así.

    — ¿Por qué mejor no cierras tu puta boca y me matas de una vez, Zion? — le preguntó Frans, sabiendo que, tras todo lo sufrido y las cosas que dijo e hizo, no iba a escapar de allí con vida — Ahórrame la molestia de tener que convivir mis últimos momentos de vida con un gusano mierdero como tú, puta basura podrida del Zenith.

    Tras esos dos insultos más que le lanzó el comandante Frans, Zion no veía una forma de tranquilizarse, por lo que se desquitó poniendo su mano alrededor del cuello del enemigo y ejerciendo un poco de presión. No la dejó allí por mucho tiempo, y cuando Frans empezó a toser, le soltó el cuello.

    — Estás en lo cierto cuando dices que vas a morir, Frans — a pesar de la furia, Zion no levantaba la voz — Pero antes, me vas a servir para verificar una cosa. ¡Tráiganlo!

    Al comandante Frans le confundió mucho ese grito que había soltado Zion, como si fuera una orden. Por lo que había visto, no parecía haber nadie en esa sala, pero luego se dio cuenta de que se equivocó al pensar en eso. Pudo ver como dos guardias acercaban, sobre una pequeña plataforma con ruedas, una jaula gigante, con una de las bestias hostiles del planeta Fientlig encerrada dentro. Dicha criatura estaba despierta y no dejaba de gruñir.

    — ¡¿Qué mierda tienes pensado hacer con esa cosa, Zion?! — Frans exclamó sintiendo un miedo total al ver a esa criatura despierta, cosa totalmente diferente a verlo dormido.

    — Entonces, tú sabías sobre el proyecto, pero no sabías de qué se trataba — Zion finalmente obtuvo la respuesta que quería — Y ya verás lo que voy a hacer — el comandante abrió un compartimiento de su armadura y sacó un control que tenía un botón grande en el centro — ¡Suéltenlo!

    — ¡Zion, ¿qué mierda pasa por tu mente? ¿No te das cuenta de que nos matará a todos?! ¡El arma que tienes, no lo matará! — Frans estaba totalmente asustado, y siendo él quién menos movilidad tenía, supo que sería el primero en morir, o el más probable a ser atacado por la criatura.

    Los dos guardias que acercaron la jaula decidieron actuar con cuidado. Uno de ellos se paró al costado, y con un rifle que sujetaba, golpeó los barrotes para llamar la atención de la criatura. Esta cayó en la distracción y se acercó a ese lado de la jaula, mientras que el otro guardia aprovechó para quitarle el seguro. Una vez estuvo todo listo, ambos guardias retrocedieron para ponerse detrás de la jaula. La criatura vio que la puerta que tenía en frente estaba abierta y empezó a salir.

    — ¿La micro bomba está colocada? — preguntó Zion, sujetando el control en su mano.

    — Así es, comandante. Si ve que se sale de control, solo pulse el botón y esta bestia se quedará sin cabeza — fue la respuesta de uno de los guardias, que no quería acercarse.

    Frans no entendía de qué estaban hablando y solamente vio como Zion se acercaba a la criatura. Estupefacto y confundido totalmente. Con el dolor de estar clavado al suelo, el miedo de haber sido descubierto en su infiltración y el ver a esa criatura en libertad, no podía pensar en otra cosa.

    Zion, por su parte, no parecía alterado. El comandante del Zenith se acercó a la criatura, la cual también se le acercó a él. Cuando estuvo a una distancia cercana, Stones pronunció unas palabras.

    — ¡Escúchame, maldita bestia! — se ganó la mirada de la criatura totalmente — ¡Mi nombre es Zion Stones, y a partir de ahora me obedeces a mí! ¡¿Entendiste, basura?!

    La criatura se acercó a él a paso lento. El comandante ya tenía el dedo sobre el botón del control, listo para activar el explosivo en el momento en el que la criatura se saliera de control, pero eso no fue necesario. La bestia de Fientlig acercó su cara a la del comandante, y comenzó a respirar cerca suyo. Zion sentía el aliento desagradable de la criatura, pero no observaba hostilidades.

    — ¡Retrocede, ahora! — el comandante le gritó furioso a la criatura, dándole una orden, cosa que sorprendió al comandante de Black Meteor.

    Para sorpresa de todos los presentes en el lugar, la criatura le obedeció al pie de la letra. Como si pudiera entender su idioma, la bestia dio un par de pasos hacia atrás, alejándose de Zion justo como le había ordenado. El comandante del Zenith tenía el control de la bestia, al menos, eso era lo que creía.

    — Parece que me entiendes bien — decía el comandante girando su cuerpo y apartándose del medio — ¡Míralo! — señaló al comandante Frans con el dedo, y la criatura miró en la dirección apuntada — ¡Él es tu comida! ¡Ve! ¡Acércate a él y devóralo por completo sin dejar nada, y si no lo haces, haré que te mueras de hambre!

    La criatura miró a Frans seriamente, acción que el comandante Frans imitó, con un gran miedo encima. La bestia se acercó a él, caminando despacio, pero de una forma intimidante. Todo lo que Frans sufrió hasta ese momento le causó terror, pero no se comparaba a lo que sus ojos estaban contemplando. Uno de los soldados del Zenith tenía el control total sobre una criatura. Fue entonces que, en medio de todo el miedo, supo cuál era el propósito de la construcción de las jaulas gigantes y la captura de las bestias del planeta Fientlig.

    — ¡Zion! — Frans gritó al comandante enemigo, casi como si fuera a suplicar piedad.

    — Hasta nunca, Frans — Zion no apartó la vista, pero decidió que esas serían las últimas palabras que le diría al comandante de Black Meteor.

    La bestia finalmente llegó hasta donde estaba el enemigo, y con sus garras afiladas, atravesó su abdomen y comenzó a rasgar tanto su piel como sus órganos, tomando varios trozos de carne y tejido en sus manos, para después llevárselos a la boca y empezar a comerse al comandante enemigo. Todo esto, acompañado de los gritos de dolor de Frans, que sufría constantemente cada vez que la criatura rasguñaba su cuerpo para quitarle carne. El desangrado que sufría, además del profundo dolor que estaba sintiendo en varias partes del cuerpo no le permitieron gritar por mucho tiempo, y, acompañado por el miedo, no duró más de un minuto consciente para luego desmayarse.

    Una vez que perdió el conocimiento, la criatura acercó su boca hacia su torso, y empezó a arrancar la carne del cuerpo del comandante con sus dientes, para luego comenzar a masticarla directamente. Los dos guardias contemplaron esa escena bastante impresionados, al igual que Zion, y una vez que supieron que estaban a salvo, se acercaron al comandante.

    — Comandante Stones — dijo uno de ellos, notando que el comandante no apartaba la mirada y seguía mirando como Frans era devorado por la bestia.

    — El proyecto fue todo un éxito — comentó el comandante, con una seriedad intimidante — Comuníquenle a Orikrof y a Magnus que todos los esfuerzos invertidos han valido la pena.

    — Entendido, comandante, como usted desee — el guardia no quería discutirle nada a su superior.

    — ¿Tienen alguna novedad? — preguntó Zion a los soldados — ¿Encontraron algún micrófono, cámara o dispositivo sospechoso en la ropa de Frans?

    — Si ocurrió, nosotros no lo sabemos — contestó el guardia — ¿Por qué pregunta eso?

    — Dudo que Frans haya venido aquí con la intención de observar y nada más — fue la apreciación de Zion ante lo ocurrido — Si tiene algo sospechoso, quiere decir que vino a robar información. Y si no tiene nada, quiere decir que vino a sabotearnos.

    — ¿Cómo cree que logró descubrir el lugar y el día en el que se realizaría el proyecto? — el guardia seguía impresionado — Más aun, a quienes iban a trabajar para saber a quién debía elegir como víctima a suplantar.

    — Eso no es algo difícil de razonar — Zion se asombró de que no pudieran deducirlo — Una persona de las que trabajó en la construcción de las jaulas gigantes filtró información. Nos ha traicionado, y para peor, nos vendió justo a nuestro peor enemigo.

    — ¿Qué es lo que tiene pensado hacer una vez que sea descubierto, suponiendo que se pueda? — el otro guardia tenía curiosidad por saberlo.

    — Lo mismo que hemos hecho con Frans — Zion volvió la vista hacia la criatura y notó como esta ya casi había terminado de devorar la parte superior del cuerpo del enemigo, quedando solo los huesos y algunos pedazos de carne pequeños y pegados a los mismos, lo cual podía ver desde el lugar donde estaba parado — Lo clavaremos a una tabla de madera y se lo daremos de comer a estas bestias. Después de todo, cualquier persona de Black Meteor o que esté asociada con ellos es escoria. No tienen absolutamente ninguna otra utilidad. Esto es para lo único que sirven.

    Los Últimos Viajeros ha concluido, pero La Gran Catástrofe continuará…



    Y habiendo terminado, les dejo la lista de preguntas.

    ¿Te gustó está parte en general?
    ¿Cuál fué el capítulo que más te gustó? Puedes nombrar más de uno.
    ¿Cuál fué el capítulo que menos te gustó? Puedes nombrar más de uno.
    De todas las partes de LGC hasta ahora, ¿cuál es tu favorita y por qué?
    ¿Te está gustando la historia (LGC en general) hasta el momento?
    ¿Qué es lo que más te ha sorprendido de la historia hasta ahora?
    A tu criterio, ¿qué personaje crees que tiene los mejores diálogos? Puedes nombrar más de uno.
    A tu criterio, ¿qué personaje consideras que es el más interesante? Puedes nombrar más de uno.
    Si tuvieras que denominar a algún personaje como "el personaje clave de LGC", ¿a quién elegirías? Aquí solo puedes nombrar uno.
    ¿Cuál ha sido el arco argumental (de todo LGC) que más te ha gustado de los que has visto hasta ahora?
    ¿Cómo está tu top de personajes actualmente?

    Será hasta la siguiente ocasión.
     
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