Azotea

Vio al inked boy acercarse a la chica y, mientras seguía comiendo lo que le quedaba y el onigiri agudizó el oído, lo suficiente para escuchar ya no las palabras de Gotho, sino las de la castaña. Contuvo el impulso de fruncir el ceño, para que tan siquiera no fuese tan evidente, aunque aún así Maze la atajó en el aire, sorprendentemente serio.

Era un puto mujeriego, era un raro de mierda, pero nunca había acosado chicas. Se llevaba los golpes de novios celosos, de pandilleros encabronados, pero no era nunca porque hubiese tocado a una chica que dijese que no, así se lo dijera en otro puto idioma o con señas.

—¿Estamos en el mismo canal, kitten? —murmuró inclinándose hacia Katrina, hablando casi en su oído. La chica se relamió los labios.

—Siempre, Maze —respondió ella, sacudiéndose las manos ahora que había terminado de comer.

En tanto Mason volvió a separarse de ella, atendió a la pregunta de Aaron.

>>En realidad casi nunca hay gente, además de algunos que vienen a fumar algún cigarrillo o los que no quieren pues que nadie los molesta, pero hoy me cerraron la boca y subió media Academia.

Todas las sirenas se le encendieron cuando el cabrón arrastró a la chica, todas y cada una de ellas, e iluminaron su cerebro como un maldito juego de luces del fin del mundo. Giró la cabeza con brusquedad hacia el idiota mientras dejaba la azotea y esta vez sí frunció el ceño, a la vez que soltó un audible bufido.

—Mira que arrastrar a una chica de esa manera en la puta escuela... —dijo David mientras se ponía de pie.

Bueno, ya que el jodido de Yume le había recordado a los Kurosawa no tenía caso, ¿cierto?

—Bueno, no es secreto para nadie —empezó mientras se incorporaba y le regresaba la caja del bento a Mason. Miró a Aaron de costado, con el ojo azul—. Me repugnan los tipos necios, los acosadores, vaya. Si no quieres recibir un potencial golpe, yo te aconsejaría no acompañarnos.

Era del tamaño de un puto tanuki pero estaba guiando todo el movimiento. Había que ver las cosas que hacía Katrina Akaisa para sacar a una chica de los dedos de un puto asqueroso. Podía estar muy bueno el cabrón, pero ahora deseaba castrarlo antes que cualquier cosa.

 

Habían probado suerte en el patio norte, pero con la cantidad de gente que había salido para aprovechar del buen clima... bueno, Morgan era un poco arisca a las concentraciones del estilo. Desde la biblioteca había dirigido la comitiva de forma natural, como cuando condujo a las nuevas estudiantes hasta el tercer piso.

—Mejor vamos a la azotea, ¿no? Aquí no cabe un alma.

No lo había formulado como una orden pero, en definitiva, es lo que era; no esperó respuesta de ninguna de las dos para girar sobre sus talones y dirigirse escaleras arriba.

El sol impactaba sobre el concreto con algo de fuerza, pero la brisa que corría era agradable. Morgan alzó el rostro al cielo y sonrió, relajándose.

Bien, no había un alma.

Se acercó hasta la valla metálica y se acomodó en el suelo, sacando sus cosas del almuerzo una a una.

Bleke, por su parte, no había abierto la boca y en cuanto la vio hacer, simplemente la imitó y empezó a comer.

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Amane holis

idk Morgan en la azotea se me hace tan accurate por todas las escenas de Mugi y Hanabi ahí JAJAJA

 

Kashya Thornton

La visita al patio fue bastante corta, pues rápidamente nos dimos cuenta de lo concurrido que estaba y bueno, no parecía haber queja general a la propuesta de ir a otro sitio.

Así que acabamos en la Azotea. Miré alrededor con atención mientras me acercaba a la posición de Morgan, observando la escena. Nunca había subido ahí, además de que solía estar ocupado por gente que fumaba y demás, pero entendía el por qué era un sitio que le gustaba a la gente en general. La ciudad se veía muy bonita desde ahí.

Me senté y saqué mi almuerzo, imitando a las chicas. Emily había estado haciendo un bento para Anna y no le había dado tiempo de hacer uno para mí así que tuve que prepararme algo yo misma. No me importaba no comer pero sabía que si ella se enteraba me iba a regañar y no quería preocuparla, realmente. La comida era mucho más simple que los días anteriores porque, ciertamente, había aprendido a hacer lo básico por pura necesidad.

Pero mientras fuese comestible, no importaba.

Me llevé algo de arroz a la boca y tras un par de bocados, miré a Morgan.

—¿Qué tal las clases?

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A ver Blee que te vayas y nos dejes liarnos dice (???

 

Al final había decidido regresar a la azotea porque era, ante todo, un oportunista y no había podido contenerse al ver pasar a aquel trío de señoritas. No había podido detallarlas demasiado, como sí logró hacer con disimulo al subir llegar de nuevo a la azotea.
No demostró la sorpresa que sintió cuando reparó en la albina de ojos violeta y la rubia, si es que eran putamente idénticas de no ser por el color de cabello.

¿Cómo era?

Doppelgänger.

Qué mal rollo, ¿la iban a palmar ese día?

Se recostó en la valla metálica a una distancia que no fuese tampoco invasiva pero al menos los suficientemente cerca para poder hablarles.

—Lamento importunar~ —empezó dedicándoles una sonrisa amistosa a las tres—. Woah, ustedes se parecen mucho, ¡como gemelas malvadas!

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belu tuvo esta maravillosa idea y mira yo estoy super in JAJAJA
hold my superstitious sectarian Maze for a fucking sec

 

Le dedicó una de sus sonrisas usuales a Kashya, esas que parecían regodearse dentro de bromas internas que sólo Morgan entendía.

—Bien, bien. Normales, a decir verdad. —Se llevó unas verduras a la boca y las masticó con suavidad y premura—. ¿Las tuyas, Ka-chan?

Nuevo apodo, ¿eh? Bueno, era lindo, lo suficientemente lindo para una linda chica como ella.

El sonido de la puerta no le había pasado inadvertido, y sus ojos siquiera se deslizaron de forma directa sobre la figura que se recostó sobre la valla; no lo necesitó para definir que se trataba de un muchacho.

Lo sabía, ¿verdad? Le sonaba apenas del pasillo. Las había seguido, así que era cuestión de tiempo a que les hablase.

Bingo.

Se permitió sonreírse un momento antes de, finalmente, alzar la vista hacia el chico. Eh~ No estaba nada, nada mal, y había algo en su suavidad y ligereza que... le resultaba similar.

—Es increíble, ¿verdad? —comentó con voz suave—. Y ha sido una absoluta coincidencia.

Ladeó apenas la cabeza, entornando los ojos, y el púrpura chispeó cargado de una intención sutil, armoniosa, casi inadvertida. Palmeó el suelo junto a ella con suavidad.

—¿Por qué no te sientas? Podemos hacerle lugar a un alma perdida~

 

Soltó una risa floja ante la respuesta de la morena y asintió con la cabeza.

—Deberían considerarse la excepción a la regla, ya que no la han palmado. —Lo soltó dando por sentado que no se habían conocido ese día, porque bueno saltaba un poco a la vista al menos para él. Prácticamente ronroneó para sí cuando notó la mirada de la chica mientras le indicaba que podía sentarse a su lado—. Permiso~

No iba a ser él quien le negara el capricho a una señorita hermosa, qué va.

>>Muy amable de su parte, my lady, por hacerle lugar a este pobre chico sin rumbo —bromeó mientras apoyaba los brazos algo más atrás de su cuerpo, para poder descansar la espalda.

 

Kashya Thornton

Asentí ligeramente con la cabeza al escucharla, aunque no pude evitar ladear la cabeza al oír el apodo. ¿Ka-chan? ¿En serio? Recordé de repente al chico albino de la biblioteca y un escalofrío, casi imperceptible, me recorrió la espalda.

—Bien también —acabé por responder, encogiéndome de hombros.

Me dispuse a seguir comiendo cuando escuché a alguien más entrar en la Azotea. Ciertamente, no tenía intenciones de prestarle atención a menos que nos molestase pero al escucharlo hablar, levanté la vista del almuerzo con algo de brusquedad.

Recorrí al chico con la vista y después miré a Bleke, con un claro mensaje de "te lo dije" en mis ojos. Miré después al chico, en cuanto se sentó al lado de Morgan.

>>Aún podríamos morir —sentencié, aunque después de mirar de nuevo a Morgan suspiré ligeramente—. Aunque supongo que aún podemos ser la excepción a la regla.

Y tras decir aquello, quizás con algo de resignación, volví a centrarme en el almuerzo.

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Blee, rodeada de estos pendejos, pobre(?)

 

La sentencia de la albina le sacó una risa genuinamente divertida. Mentira no era, todavía podían palmarla, pero tenía más pinta de que eran la excepción a la regla. ¿Sería porque no eran completamente idénticas, con esa diferencia en el color de cabello? Ah, la verdad le daba curiosidad.

—Ah, disculpen mis modales. Que les aproveche~ —volvió a recorrerlas con la vista, sin ninguna segunda intención aparente—. ¿Cuáles son sus nombres, señoritas?

¿Hmh? ¿Quizás podría hablar con la albina de todas esas cosas que otros consideraban raras? ¡Qué ganas! Sobre leyendas, espectros, invocaciones y todas esas mierdas que le llamaban poderosamente la atención, como una polilla atraída por una bombilla.
En todo caso no lo haría ya, a riesgo de espantar o enfadar a las otras dos.

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les juro que me estoy muriendo KABDJABEAS maze staph

 

Ugh.

Siempre se había considerado una persona serena y compuesta, pero toda la sátira comenzaba a colmarle la paciencia que, de por sí, ayer le habían agotado entre... bueno, todo.

El pobre idiota de su hermano, el evasivo de su padre, las provocaciones de Ophelia, los problemas de Jez, Violet. Por un momento, de camino a la azotea, se había llevado la mano al costado de la frente con disimulo. Comenzaba a sentir el pinchazo de una jaqueca.

El sol allá arriba rebotaba con bastante fuerza sobre todas esas superficies blancas, y el primer impacto le hizo algo mal a la vista. Entrecerró los ojos hasta acostumbrarse y se acomodó, empezando a comer. Lo ignoró todo. La conversación casual de Morgan y Kashya, la aparición de aquel pelirrojo. Todo.

Pero era una experta en modales, paciencia y compostura, y una parte de ella siempre la empujaría hacia esas mareas.

—Bleke Middel —respondió con voz suave a la pregunta del muchacho, sin alzar su vista del bento.

Morgan, por su parte, se había entretenido oyendo el intercambio entre Kashya y el chico. Pero bueno, ¿acaso la niña había encontrado un compi de profecías y magia negra?

—Morgan O'Connor —otorgó, sedosa, y apoyó la espalda sobre la valla metálica—. ¿Y tú, lad?

 

Kashya Thornton

—Kashya Thornton —respondí, segundos después de que Morgan terminase de hablar.

Seguí comiendo entonces, mirando al chico con cierta curiosidad. Ahora que me paraba a pensarlo, si había dicho aquello era porque conocía la leyenda de los doppelgänger. ¿Sería esa la única que conocía o quizás, como yo, tenía interés en leyendas populares y demás? No me importaría hablar con él de ese tipo de cosas si era el caso, ciertamente.

Volví a girarme hacia Bleke mientras el chico respondía la pregunta de Morgan y no pude evitar fruncir ligeramente el ceño, algo preocupada. Si bien Bleke también era callada, se le notaba algo diferente.

Me acerqué un poco más a su posición, hablando en un tono de voz algo más bajo para que solo ella me escuchase.

>>¿Te encuentras bien?

 

Bleke Middel.

Morgan O'Connor.

Kashya Thornton.

Más y más extranjeros en esa escuela. ¿Valdría la pena hacer algo de investigación al respecto? Quizás Sonnen tuviera un bonito mapeo de la situación en esa escuela o al menos podría trazarlo en cosa de minutos.
Como fuese, sacó a las otras dos chicas de la ecuación. Bleke, aunque educada, realmente no reflejaba mayor cosa, Kashya por su parte parecía ser... Kashya. Tenía una cara de póker legendaria, eso sí. Quizás no fuese quién para sus dobles intenciones, ¡pero quería ser amigo de esa chica y ver si de verdad podían hablar de lo que se les pusiera enfrente!

¿Lad? Interesante. Vio que la otra gemela deslizaba su atención a Middel así que, aprovechando el momento, se volcó por completo en O'Conor.

—David Mason, puedes llamarme Maze, darling~

 

Una extraña alegría, tranquila y cálida, le bañó el cuerpo al empezar a comer su almuerzo. Esa mañana se lo había preparado su hermanita, estaba aprendiendo a hacerlos y bueno, no podía ser más, más adorable. Era probable que defendiera ese estúpido bento con uñas y dientes.

Si había algo capaz de darle genuina felicidad a Morgan, esa era su hermana.

—¿Maze? —saboreó el apodo con suavidad y le concedió una sonrisa—. Vale, cariño, me lo anoto~ ¿Vas a tercero?

Bleke, por su parte, advirtió la cercanía de Kashya por el rabillo del ojo y logró tragarse el suspiro que le salió casi por impulso. No iba a ser una borde de mierda, y menos con la albina.

—Sí, no te preocupes —susurró, sonriéndole con bastante dulzura—. Sólo me duele un poco la cabeza, nada grave.

Había vuelto a su almuerzo y dudó unos segundos antes de mirarla y agregar:

—Gracias, de todos modos.

 

Kashya Thornton

Asentí después de escuchar la respuesta de Bleke, sin tener motivo alguno para desconfiar de sus palabras.

—Quizás deberías ir a la enfermería.

Fue lo último que añadí, sin querer realmente atosigarla con palabras por no acrecentar su dolor de cabeza, antes de volver a incorporarme en mi sitio. Miré a Morgan y David hablar con cierta curiosidad.

Ah, lo estaban haciendo, ¿verdad? La seducción de la que me habló Morgan el otro día en la biblioteca. No era difícil leer el ambiente sabiendo la teoría, pero tras la conversación de la otra vez ciertamente podía verlo con otros ojos.

Pero... ¿realmente no les importaba hacerlo ahí, delante de nosotras?

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El buen post de relleno just becuase i can and also hold this pure baby omg

 

Primero Alisha y ahora Morgan. Además de extranjeros esa escuela tenía cada joya, estaba seguro que iba a divertirse de lo lindo.
Asintió ante la pregunta de la chica.

—A la 3-2, querida. ¿Tú?

Alzó la vista hacia el cielo despejado un momento, cerrando los ojos al sentir la ligera brisa agitarle el cabello rojizo. Entendía de sobra que a Katrina le gustara ese lugar, porque no debía ser solo porque fuese donde pudiese fumarse un cigarrillo.
Regresó la mirada a la morena, dedicándole una nueva sonrisa, y entonces sintió la mirada de Kashya sobre ambos. Se volvió hacia ella sin borrarse la sonrisa de los labios.

—Kashya, ¿sabes de otras cosas además de los doppelgänger?

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chale me salió todo shitty el post. Se me quemó la neurona con los posts de Al seguro jsjs

 

Kashya Thornton

El chico pareció entonces notar mi vista sobre ambos y centró su atención en mí después de sonreírle a Morgan, haciéndome levantar ligeramente las cejas. No me esperaba aquella pregunta pero no iba a mentir en que me emocionaba un poco la misma.

—Sí.

Asentí con la cabeza tras responder. Me gustaba mucho todo lo que tuviese que ver con el folklore y las leyendas de ese estilo, siempre eran mis lecturas predilectas.

>>Si te interesa también, podemos hablar de ello en otro momento.

 

Con todo y que quisiera no pasar por raro frente a tanta gente la respuesta de la albina hizo que se le iluminara el rostro con una alegría casi infantil. Si quedaban dudas que de hubiese enterrado sus segundas intenciones hacia Kashya, allí quedó claro, solo quería una amiga con la que hablar sus tonterías.

—Claro, me gustaría~ —Le respondió con más calma de la que sentía realmente, solo porque estaban Bleke y Morgan allí.

Era probable que en cualquier otro momento pudiese ser el weirdo que era realmente sin tapujos frente a ambas, pero al menos no el primer día.

En eso estaba cuando notó una quinta presencia salir a la azotea. Alto, de aspecto tosco, tenía la pinta de los pandilleros que le habían soltado sus buenas hostias por meterse con sus chicas... No iba a ser él quien le tocara los cojones a uno de esos por gusto, en definitiva.

Unos pisos más abajo, Shiori sintió el móvil vibrar en el bolsillo de la falda y lo sacó, solo para leer el escueto mensaje de Hiroki.

Habilidades comunicativas: 0.

Hey. ¿Cómo estás?
14:01.

Siempre ella preguntando eso, aunque se hubiese roto en miles de fragmentos hace apenas unas horas.

Iba a subir pero al final cambié de opinión. Estoy en el pasillo de los de primero con Watanabe, digo, solo si quieres venir, si no pues te veo a la salida.
14:02.

Te preparé el almuerzo.
14:02.

Había escrito a una velocidad que hasta que daba miedo, ciertamente, pero no fue ni consciente hasta que guardó el móvil de regreso en el bolsillo.