Daichi Nishimura Ascendí las escaleras de bambú hacia donde debía estar la pequeña trampilla que nos devolvería hacia la superficie de Tsu. Golpée un par de veces esperando que el señor Taki abriera, pero no hubo respuesta, con calma empujé hacia arriba los maderos, mis ojos se cerraron de golpe por la luz repentina que llegaba a mis ojos. Salí del agujero, me voltee y extendí mi mano para ayudar al chico para tapar lo más pronto ese agujero. Me voltée y pude observar los ojos sorprendidos del señor Taki. Suspiré, aprovechando para recuperar todo el aire que había perdido luego del encuentro con la criatura. "—Vaya, no tardaron ¿Les ha dado tanto miedo?—" Lo miré confundido, entrecerré mis ojos ligeramente para intentar leer su expresión, pero parecía extrañamente normal. Cerré mi puño ligeramente.—¿Qué era eso, señor Taki? ¿Qué es esa criatura capaz de provocar ventiscas en un lugar tan pequeño?—cuestioné, preguntándome que tan loco podía sonar aquello que le estaba preguntando.
La mañana había transcurrido como siempre en Tsu, mucho movimiento en el mercado el cual comenzaba a aminorar ya que los clientes se dirigían a sitios dónde comer o descansar; Takano aproechó aquello para escapar de los comerciantes que buscaban venderle productos. Para otros su día no había terminado, se dirigirían al puerto y otros hacia el mercado del barrio viejo. Contenido oculto Kenzaburô Mao Natsu Kuroki Kohaku Misato Hideyoshi Suzume Heya Yuzuki Daichi La mitad del día a transcurrido; el anochecer se irá aproximando Casa abandonada (Takeda; Kuroki; Misato ) Takeda no pudo evitar reir ante el comentario de Kuroki —Bañarse allí fue una pésima idea — tuvo que contener su risa por el dolor que le causaban las heridas; pero no dejaba de sonreir —Cómo me gustaría poder relajarme en aguas termales y después dormir en un futón cálido y suave — miró a Misato,quien se veía muy fresca y descansada; ella había ido al Shukusha esa madrugada —Me parece una propuesta interesante— miró su kimono adicional, aquel que tenía bordado el emblema de su familia y siempre usaba sin cinturón; estaba agradecido de haberlo dejado pues en su combate se hubiera destruído. Takano entró nuevamente a la casa abandonada, cargaba varias cosas que colocó a un lado de la espada rota de Chikusa, una tablilla de madera con su incienso junto a unas piedras para poder encenderlo. A su vez un cubo lleno de agua helada. Takeda miró esto y sonrió ante el gesto amable de su amigo, el cual volvió a recargarse en la pared —Te lo agradezco Takano— dijo Takeda mientras encendía el incienso y colocaba sus manos sobre sus piernas cruzadas frente a su abdomen, su respiración era constante y su su semblante sereno. Así se mantuvo un tiempo prudente hasta que suspiró profundamente abriendo sus ojos; mojó su mano derecha y apagó lo que restaba del incienso con su dedo índice y pulgar, tomó el resto de la varilla y la pulverizó encima de su collar de cuentas de madera en su muñeca, dejando el aroma en el. Casa de Armamento (Matsuda; FujiNatsu) Mientras que Natsu escuchaba a la mujer hablar de su katana, dos clientes mas ingresaron en la armería, esta vez eran conocidos. Matsuda y Fuji entraron al negocio observando sus alrededores, miraron a Natsu y sonrieron mientras se colocaban a su lado la mujer les dió la bienvenida —...¿Desean algo en específico?— Fuji afirmo —Necesito un equipo de mantenimiento para armamento— dijo haciendo que la mujer se alejará del mostrador para deslizar la puerta detrás suyo, entrando a buscar lo que le habían ordenado. Fuji sacó su pequeña bolsa con monedas mientras Matsuda la sujetaba negando con la cabeza —Permíteme a mi— dijo logrando ruborizar a Fuji mientras el buscaba la bolsa de monedas entre sus ropajes, buscó y buscó pero jamás encontró nada —¿Es en serio? ¡Me robaron!— decía Matsuda mientras Fuji lo veía avergonzada volviéndo a sacar su bolsa con monedas. La mujer salió con lo requerido y locolocó frente de Fuji —¿Ocurre algo?— preguntó la mujer a lo que Fuji negó mientras Matsuda daba vueltas sobre sí mismo intentando encontrar su dinero, por fin encontró su bolsa dónde sólo quedaban seis monedas; Fuji volvió a sacar su bolsa con monedas pagándole a la mujer el resto. Misato Natsu Kuroki Kohaku Mao Kenzaburô Hideyoshi Heya Suzume Yuzuki Daichi PV= 60 PV= 38 PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 muy bien descansado +2 defensa Takeda Takano Ukita Matsuda Fuji PV= 55 Mal descansado (-5 en defensa) PV= 90 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 90 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 80 [Envenenado] Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa)
Kohaku Ishikawa Siguió a Daichi de cerca, atento a los alrededores y a no descuidar la luz de la antorcha. Cuando subieron al local, el hombre fue el primero en tomar la palabra. Kohaku le permitió hablar, en calma, y decidió permanecer durante el intercambio antes de salir en busca de Matsuda. —Luego de lo que ocurrió, aparecieron estas —agregó, mostrándole una escama al señor Taki—. Estaban incrustadas en el suelo, como si hubiesen caído a gran velocidad. Contenido oculto perdón el post horrible JAJAJAJA juro que no se me ocurre más nada
Suzume Estaba... atosigado, tenía mucho coraje por la Jovencita que no aceptaba su verdadero valor, pero su yin lo obligó a aceptar que sus razones tendría, se paseo como reina por las artesanías de madera buscando pedacitos decorados para quizá pegar la parte dañada de la caja musical, el No era artesano de esos artefactos, pero quizá con algo de recina, no se vería tan dañada. Miko era como un animal, herido, asustado pero sensible, Suzu nunca lograba entenderla, pero trataba de no hacerla sentir incómoda, era un pez fuera del agua, y el sentía que en cualquier momento ella ya no podría respirar más en el mundo actual... Suzu era sumamente egoísta, pero Miko no le generaba ese deseo arrogante de excluirla de su mundo. Quizo también comprar alguna tela bonita usada para poder hacer un obi de peonias para su espectáculo, a diferencia de reparar cosas, bordar, zurcir y crear ropa si que podía hacerlo. Contenido oculto: [USER=460]Amelie[/USER] Amelie puedo comprar algo usado que no me deje pobre?? La tarde se iba rápido, pero Suzu necesitaba relajarse y sentirse bien, como una deslumbrante mujer, no quería irse del Mercado sin haber provocado un bonito guiño de ojos o un piropo, deseaba que lo miraran como mujer, no tenía ninguna intención solo requería que alguien más admirara su trabajo artístico en sí mismo... ojalá pudiera encontrarlo ahí.
Catacumbas de Taki (Daichi; Kohaku ) Taki afirmó hacia Daichi —La cuerda tiene un límite por algo...—decía preocupado; pero sabía que no habrían podido ir tan lejos en la caverna pues habían ascendido muy rápido —Normalmente los turistas curiosos tardan todo el día explorando, y aquellos que se adentran mas allá de los límites de la cuerda no salen jamás— suspiró molesto —Seguramente salen por alguna otra salida —esto lo dijo hacia Daichi —Ese lugar no es pequeño; yo jamás lo he terminado de explorar y he vivido aquí por años— se rascó la nuca confundido —Los vientos fuertes aparecen adentrándose mucho en la caverna, creo que conectan hacia alguna montaña y seguramente hay una salida por allí, pero el viento jamás me deja avanzar demasiado a pesar de ir preparado; dicen que conecta con la Prefectura de Aichi— miró hacia Kohaku, observó esas escamas con curiosidad; después se acercó a su barra dónde pudieron notar que tenía escondida una daga, seguramente para defenderse de viajeros ebrios, junto a ella había dos bolsas, Taki tomó una de ellas y sacó su contenido en su mano izquierda, también eran escamas, iguales a las que Kohaku había encontrado, él tenía cinco de ellas. En esa luz pudieron ver los colores tornasoles que las adornaban —Los pescadores me dicen que son conchas de orejas de mar, muy lindas— las volvió a guardar —Esas son tuyas ahora, las puedes vender como joyería, no creo que tengan otro uso— Mercado Daruma (Takano Yuzuki;Suzume ) Suzume llegó uno de los negocios de artesanías preguntando por tela usada; el dueño negó con la cabeza —Este mercado es mas para los viajeros que buscan llevarse un recuerdo de nuestra gran ciudad, si buscas algo de segunda mano tendrás que ir al mercado del barrio antiguo; pero ten cuidado en ir de noche, siempre hay ladrones vigilando— soltó una risa —Bueno, ahora sé que también roban en las mañanas; dos clientes al parecer perdieron unas cuantas monedas este día, así que cuida esas monedas señorita, o un kamaitachi puede escurrirse sin ser visto y te despoje de lo que llevas contigo— dijo señalando a la mujer que pregonaba leyendas todo el día —Al menos eso dice ella— Contenido oculto Puedes probar en el mercado del barrio viejo :3 Misato Natsu Kuroki Kohaku Mao Kenzaburô Hideyoshi Heya Suzume Yuzuki Daichi PV= 60 PV= 60 PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 muy bien descansado +2 defensa Takeda Takano Ukita Matsuda Fuji PV= 55 Mal descansado (-5 en defensa) PV= 90 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 90 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 80 [Envenenado] Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa)
Kohaku Ishikawa Comercio de Taki — Herbolaria Escuchó las explicaciones del señor Taki con cierto escepticismo. ¿Turistas que jamás volvían? ¿Sería lo más prudente asumir que habían encontrado otra salida en medio de esas cavernas enormes y seguramente laberínticas? El asunto no terminaba de convencerlo, pero de cualquier forma había prioridades que le demandaban de su apuro. Decidió dejar el asunto quieto de momento. —Lamento mucho interrumpir, pero debo irme —anunció, inclinándose hacia Taki, primero, y Daichi después—. Muchas gracias por todo, quizá volvamos a vernos en un futuro. Con su permiso. Esperaba no haber sido grosero, aunque no debiera preocuparse por cosas así en ese momento. Con las escamas y sanguijuelas a buen resguardo, se apresuró para volver hasta la herbolaria donde había consultado primero, y donde se había encontrado a Matsuda y la señora Fuji. Pero no había rastro de ellos allí. —Disculpe, señor —le habló al boticario—, ¿sabe adónde se fueron el señor y la señora que estaban aquí hace un rato?
Herbolaria (Kohaku) El hombre levantó su vista, lo identificó inmediatamente —Hablaban de ir a la casa de armamento; querían comprar herramientas de mantenimiento de armas— aquel señor no solía decir lo que los demás hacían, pero sabía que ellos viajaban junto a él —Mencionaron que después de eso volverían a casa— Lo seguía mirando preocupado, estaba cubierto de fango seco y se veía que había estado corriendo —Espero encontraras las sanguijuelas — dijo volviendo a bajar su vista a su trabajo; no era nadie para detenerlo y hacerle preguntas de aquel lugar.
Kohaku Ishikawa Herbolaria — Casa de armamento Apenas había comenzado a recuperar el aliento cuando el hombre le brindó la información necesaria pare retomar su búsqueda. Se inclinó, muy agradecido, y abandonó la herbolaria en un pestañear. El sol comenzaba a ocultarse tras el horizonte y no quería que Matsuda acabara un día más con el veneno en su organismo. Gracias a las indicaciones de unos locales algo sorprendidos por sus pintas, Kohaku terminó llegando a la casa de armamentos. Realizó una inspección visual rápida del panorama, esperando encontrar a Matsuda o, al menos, a Fuji; aunque sospechaba en amplia medida que anduvieran juntos.
Casa de Armamento (Matsuda; Fuji; Natsu; Kohaku) Matsuda y Fuji se encontraban allí, a su lado se encontraba Natsu. Fuji se giró al notar que alguien mas entraba a la armería, te observó y corrió hacia ti —Kohaku, ¿estás bien? —dijo preocupada sacudiendo su ropa; mientras tanto Matsuda recogía una pequeña caja de bambú la cual sujetó mientras se acercaba también a Kohaku —Tu ropa se va a endurecer...— decía mientras también lo sacudía, tirando tierra en la armería —Tendrás que dejar la máscara bajo el sol si no quieres que se llene de humedad; nunca es bueno oler la humedad o el moho— decía Fuji mirando a Kohaku fijamente; Matsuda ya estaba disculpándose desde lejos con la mujer de la armería por ensuciar el lugar.
Tanaka Heya Fuera del Shukusha —Ohhh... Bueno... ¿A quienes te refieres con "Vienen"?- Respondió la chica mientras miraba al cielo, y posteriormente voltear a ver a quien le habia hablado. Heya dudó la respuesta mientras continuaba escuchando—"¿puedes ser más especifico y refrescarme la memoria?"—El tono de voz no era el mismo de la chiquilla que hace un rato estaba en el Shukusa. Heya no pudo evitar que se le escapara una leve sonrisa, de repente la conversación se habia convertido en un juego por saber que tanta información tenia el otro, lo que le reafirmaba que habia tocado un punto sensible. Caminó algunos pasos hacia atrás hasta estar a una distancia prudencial, relajó los brazos y respondió —Bueno... Tengo entendido que una mujer le estaba acompañando- mintió, esperando que el chisme de la señora Kagami no le hubiera llegado muy cambiado — por lo que asumi que serian compañeras de viaje— Hizo una leve reverencia, como pidiendo excusas por asumir cosas de la gente, sin llegar a verbalizarlo— En realidad...—Pensó en que tan conveniente seria revelar más información, mientras llevaba inconcientemente su mano izquierda al lóbulo de la oreja del mismo lado, intentando evadir la mirada inquisitiva que tenia al frente— En relidad estoy buscando a una persona que podria estar en las cercanias de esta ciudad—Terminó la frase con un tono de voz bastante más serio, mirando a la chica directamente a los ojos.
Mao Fuera del Shukusha. —Ahhh —exclamó acentuando la vocal, sin perder la mirada de quien tenía al frente, con una sonrisa ladina en su rostro. Quién duda cae primero—. ¿Hablas de la señorita Fuji? Era mi única acompañante... Digo, la llamo compañera por confianza; en realidad soy su escolta —sonrió con esa alegría infantil, soltando una leve carcajada—. Fue muy amable en confiar su vida en una enana como yo, ya sabes; cualquiera preferiría a alguien con más experiencia, o fornido. Aunque tal vez fue por qué cobro barato, demasiado —murmulló al final, casi haciendo un puchero con el ceño fruncido. Observó como el chico se tocaba el lóbulo de la oreja perifericamente, sin quitar la vista de los orbes ajenos. Su rostro se mantenía serio, escuchando con genuina atención. Al final, dejó escapar una chasquido divertida. Sumamente adorable, ¿acaso es un conejo? —¿Así que buscas a alguien? ¡Lo hubieras dicho antes, chico! —. Ahora se cruzaba de brazos, mientras recargaba todo su peso en una sola pierna, relajando toda su expresión. Si ni soporta mi mirada, no debe ser tan experto con la kantana juzgó—. Acabamos de llegar ayer con mi compañera. No se si ella conozca la ciudad, pero yo nunca en mi vida he pisado Tsu. Con suerte y habré visto el mar desde lo alto de un monte; no sé si conozca a quién buscas... Mao extendió su mano, con la palma hacia arriba, sonriendo casi como un zorro. >>Pero por diez monedas, te puedo ayudar a encontrarlo. O acompañarte, por si te da ansiedad caminar solito por la gran ciudad... —Volvió a cruzarse de brazos, sin siquiera esperar respuestas—. Aaaunque; tendrá que ser a la caída del sol. Ya quedé con el grandullón, para ir al puerto—. Nuevamente aquella sonrisa ladina—, soy alguien ocupada, ¿sabes?... ¡Aunque también podrías acompañarnos al puerto! —exclamó espontáneamente al final, soltando una carcajada melodiosa—. Gratis, claro; no te cobraré por seguirnos. Tal vez y encuentres a quien buscas ahí; en el puerto hay pescado, y el pescado siempre es amado.
Kohaku Ishikawa Casa de Armamento Kohaku encontró a quienes buscaba con rapidez; o quizá sería más preciso decir que ellos lo habían encontrado a él. Para cuando quiso acordar, Fuji estaba encima suyo sacudiéndole la ropa y la sangre le empezó a bombear dentro del pecho, nervioso, al notar que estaban ensuciando la estancia. —A-ah, señora Fuji, p-por favor, no es nada —balbuceó, agitando las manos sin saber muy bien qué hacer, pero fue inútil. Segundos después se le unió Matsuda y pudo sentir un violento calor reptando por su rostro. ¿Alcanzaría a notársele incluso con la máscara? Dioses, qué bochorno. —¡S-señor Matsuda! —Fue la primera vez que alzaba la voz—. Por favor, déjeme atenderlo. He traído lo que necesito para remover el veneno de su sistema. Ni siquiera se atrevería a mirar al dueño de aquel lugar a los ojos. Como mínimo le ofrecería limpiar lo que habían ensuciado. Soltó el aire por la nariz, intentando calmarse, pero las siguientes palabras de Fuji volvieron a tensarlo. ¿La máscara? ¿Quitársela? Eso... eso era... No. —Estoy bien —sentenció, comprimiendo los puños; su voz aún era suave, pero se la oía más determinada, incluso evasiva—. Luego me encargaré de mi ropa. Imposible.
Natsu Gotho ¿Nombrar la espada? Tenía algo en mente, pero sino era lo suficientemente valiosa pese a su pobre valor sentimental la tiraría luego de comprar una que si valiera el que la nombrara. Se ensimismó tanto en sus pensamientos que se percató de las dos personas cuando escuchó el alboroto del robo. Vaya hombre más distraído. Sujetó su espada de vuelta en silencio, acomodándola. Necesitaba más dinero para volver dónde esa mujer. De tal forma cargaría algo digno. Su atención se dispersó al ver a Kohaku entrar, parecía un pequeño vagabundo con el ropaje lleno de lodo. Lo miró con perspicacia. —Bastante lento para encontrar unas miseras sanguijuelas —comentó ácido, colocando su mano derecha sobre la cabeza del niño revolviendo levemente el pelo que parecía de la máscara—bien hecho—, murmuró apaciguando el tono de su voz mientras retiraba el tacto, comenzando a caminar hacia la salida del lugar. Está vez, dirigiéndose hacia el mercado Daruma.
Daichi Nishimura Me llevé mis manos a la barbilla, mientras absorbia e intentaba analizar lo que me estaba diciendo el señor Taki. El chico se despidió de manera abrupta, asentí ante sus palabras, pero no le dije nada, estaba demasiado absorto por la duda y la curiosidad que esas palabras habían generado en mi cabeza. "Peculiar... No ha dicho nada sobre la presencia que sentí, ¿un fallo de percepción?", me pregunté, pero no, mis recuerdos me decían que había algo.—Pues, lo que sentimos no fue solo viento, había algo allí abajo que nos miró y bufó, era enorme... Apareció con las ventiscas y desapareció con ella, ¿no tiene alguna idea de lo que pudo haber sido? —cuestioné, mire hacia el tejado por un momento, suspirando, cerré mis ojos y rasqué el lado lateral de mi cabeza, todo era demasiado confuso.—Señor Taki, ¿Hay alguien más, en este lugar, que haya llegado lejos en sus catacumbas?, además de usted, siento que sería interesante tener otro punto de vista.—dije mientras quitaba los amarres de la katana alrededor de mi cintura y la volví a colocar en mi espalda, ya no estaba en peligro, ya podía volver a simular ser alguien normal. Una parte de mi deseaba marchase y continuar con la recolección de información, el día se acabaría y solo estaría aquí metido jugando a ser un cazador de criaturas, pero... La curiosidad aparecía en mi mente y las preguntas que tenía no me dejarían dormir en la noche.
Catacumbas de Taki (Daichi; Kohaku ) Taki miró como el chico de la máscara salía corriendo, llevaba demasiada prisa y eso no le molestaba en lo más mínimo; por un momento creyó que el otro chico también saldría corriendo detrás de otro pero no fue así, esto lo incómodó. Daichi comenzó a cuestionarlo mientras Taki tomaba mas vasos y los secaba con un trapo, los vasos ya estaban secos—Yo jamás he visto una criatura de esas dimensiones allá abajo; seguramente el miedo logró mas en ustedes que la realidad— volteó a ver si había algún otro cliente; para su fortuna lo había, una mujer que los miraba con una sonrisa burlona —Buenas tardes señorita; ¿qué es lo que la trae por estos lugares?— la mujer rió —No se preocupe; puedo esperar a que le responda a ese muchacho; yo me sentaré en aquella mesa, avíseme cuando termine— dijo alejándose. Taki volvió a girarse hacia Daichi —La persona que te dije antes; él ha entrado a ese lugar constántemente— Casa de Armamento (Matsuda; Fuji; Natsu;Kohaku ) Natsu se fue de la armería; mientras que Matsuda y Fuji se miraban entre sí. Matsuda fue el primero en romper esa tensión y miró hacia Kohaku —Bien; volvamos a casa— dijo apenado, Fuji tomó la caja de bambú de manos de Matsuda mientras se dirigían a la salida. Caminaron hacia el barrio viejo nuevamente —¿Dónde encontraste las sanguijuelas? No recuerdo agua por estos lugares— Preguntaba Matsuda dirigiéndose a la casa abandonada. Mercado Daruma (Yuzuki; Suzume; Natsu ) Natsu caminó hacia el mercado principal y más vivo en Tsu; el lugar tenía diversos puestos pequeños. Había locales con artesanías de manera, algunas de inciensos con campanillas de viento; un hombre tocando la flauta de madera de una manera preciosa; y en el centro estaba ese gran Daruma de piedra, junto a él estaba el hombre de las flautas y una mujer pregonando leyendas urbanas —...aquellos que no conocen la diferencia entre las bolas de fuego pueden pagar precios altos, el onibi no es un espíritu amable; son espíritus vengativos con la capacidad de robar las almas de las personas; y acompañan a demonios de gran poder...— Misato Natsu Kuroki Kohaku Mao Kenzaburô Hideyoshi Heya Suzume Yuzuki Daichi PV= 60 PV= 60 PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 muy bien descansado +2 defensa Takeda Takano Ukita Matsuda Fuji PV= 55 Mal descansado (-5 en defensa) PV= 90 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 90 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 80 [Envenenado] Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa)
Kuroki Fusatada Musité preocupado ante las heridas de Takeda, aunque igual mantuve mi sonrisa ante él, no era mi intención hacerle daño pero, necesitaba decir esa pequeña broma para animarle. Poco después Takano entró y trajo varias cosas, y Takeda agradeció el gesto, por lo que los miré curioso, en especial cuando me giré hacia el kimono del clan. Luego seguí mirando a Takano y a Takeda, por lo que decidí quedarme parado y me recargué con cuidado en una pared, para mirar al exterior... Ahora que recordaba. ¿Cómo se hallará el resto?
Suzu Se resigno, con un suspiro fuerte y nada femenino, bufo al aceptar que quizá debía ir al viejo mercado plagado de fantasmas, espíritus y yokais... lo que hace uno por el arte... Agradeció con un guiño al hombre que cumplió su deseo de ser confundido, y se marchó a pasos elegantes y firmes. Sabia que el antiguo mercado podía ser peligroso, pero bajo aquel kimono grueso guardaba una katana fina,, nadie debía jamas de aprovecharse de una mejer; tanto si se pretendía lucir como una, o ser una real. Metió con discreción su mano dentro del furisode, y siguió con su grácil encanto hasta el mercado. Tenia miedo, indudablemente, Suzu sabía que era un cobarde, los fantasmas le daban pánico, pero los mortales que podía cortar y destazar, le producían pavor, el era arte, y el arte no debe ser lastimado.
Casa abandonada (Takeda; Takano; Kuroki; Misato ) Takeda limpió sus heridas con el agua que había traído Takano, dejando el agua enrojecida. El sangrado había parado a pesar de que las heridas seguían allí, al menos de esa manera se veía mas presentable —Creo que los demás han decidido pasear por Tsu, espero no llamen mucho la atención— dijo Takeda mirando hacia el techo. —Me parece extraño que Ukita aún no haya regresado, si está tardando es que hay mucha información en la Ciudad; pensaba que podríamos quedarnos en Tsu un par de días pero si Ukita trae malas noticias no tendremos mas que irnos esta noche— Dijo Takano asomándose mientras veía como el sol estaba en su cénit. —Lo que tenga que pasar, pasará— dijo Takeda sin preocupación alguna mientras Takano lo observaba —¿Qué es lo que pasó en el bosque? ¿Por qué destruiste la espada de Chikusa? —Preguntó Takano hacia Takeda el cual bajó la mirada del techo y observó a su amigo. —Alguien de algún modo puso el espíritu de Chikusa en mi contra, tuve que pelear con mi hermano; fue difícil— sonrió colocando su mano en la herida más profunda— Chikusa siempre fue el más fuerte; y la idea de que lo vuelvieran a utilizar de ese modo me preocupó— hizo una pausa para mirar la espada rota de Chikusa —Los amigos y la familia son tan valiosos que no se pueden reemplazar con nada. Al pelear contra Chikusa me hizo pensar en todos ustedes, recordé que para proteger a mi nueva familia, hay ocasiones en las que debes deshacerte de algo— Mercado barrio antiguo (Suzume ) A diferencia del mercado Daruma, el mercado del barrio viejo estaba casi vacío; al centro había un pozo de agua. Un comercio estaba abierto, servían alimentos que olían bastante bien; junto a ese comercio había un local abierto, vendía antiguedades. En el suelo de la plaza central, crecía vegetación salvaje demostrando el grado de descuido que tenía aquella zona; también podía verse la casa de armamento que compartía vista con el puerto. Misato Natsu Kuroki Kohaku Mao Kenzaburô Hideyoshi Heya Suzume Yuzuki Daichi PV= 60 PV= 60 PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 muy bien descansado +2 defensa Takeda Takano Ukita Matsuda Fuji PV= 55 Mal descansado (-5 en defensa) PV= 90 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 90 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 80 [Envenenado] Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa)
Tanaka Heya Fuera del Shukusha Escuchó con atención lo que tenían para contarle -Yo... Comprendo-Dijo antes de que la chica extendiera la mano, esperando unas monedas que probablemente no llegarían, para luego proponer ir al puerto. -Me temo que no podré acompañarlos- aunque si quisiera podría seguirlos, no tienen porqué enterarse pensó-pero agradecería si le pudieras preguntar a tu compañera, si es que conoce la ciudad me gustaría hablar con ella- Pensó durante unos instantes-Incluso el grandulón que mencionas podría saber algo-agregó-
Mao Fuera del Shukusha Enarcó una ceja, sin perder la sonrisa socarrona. —Vaya, entiendo. Con que tienes otras ocupaciones, aparte de buscar a tu personita —soltó una carcajada melódica, sin deformar su sonrisa—... Será... ¿qué le quieres comprar un ramo de flores? Bastante misterio con el individuo que buscas, ¿es tu amada prohibida o algo? —comentó bastante divertida, sin deshacer su constante posición de brazos cruzados—. Eso sería lo menos extraño —siseó al final, y sus ojos parecieron perder algo de brillo por un momento. >>De todas formas —prosiguió, cerrando los ojos y negando con su dedo indice—. Para hablar con cualquiera de mis dos compañeros, tendrás que ir conmigo, ¿sabes? —volvió a abrir los parpados, mirándote con repentina seriedad—. La primera, porque no puedo permitir que te encuentres a solas con ella, soy su escolta por algo; y sobre el segundo... —otra sonrisa ladina, aunque era más bien espeluznante—. Sobre el segundo; ni yo sé cuantos Hitodama carga su espalda, ¿entiendes? En ninguno de los dos casos te recomiendo acosarlos por información; no sin mí presente. Peligraría tu cuello—. Nunca dejó su sonrisa relajada, aunque la situación estaba lejos de ser cómica. Dio un suspiro pesado al final, algo aburrida de la conversación... Si le divertía dar amenazas vacías, pero ansiaba más irse de compras con su maestro. —Bueno, decídete; ¿vas conmigo y el grandullón, o dejamos de perder el tiempo acá parados?