Daichi Nishimura El chico estaba dispuesto a ir al centro del lago para conseguir las sanguijuelas. Me pidió que sostuviera la antorcha y no me negué, solo la sujeté mientras observaba como se adentraba cada vez más hacia el centro de aquel cuerpo de agua, hacia el lugar dónde había señalado. A los pocos minutos salió, despegando de sus piernas las ventosas de los animales oscuros que succionaban de su sangre, parecía contento. Yo iba a decir algo, pero el chico se me adelantó, se inclinó en señal de agradecimiento y varias oraciones salieron de su boca. Sonreí levemente y asentí con mi cabeza, mientras levantaba la antocha un poco más en el aire. "—...¿Hay algo que pueda hacer por usted, aquí, en Tsu? Lo que sea.—" Me quedé dubitativo por un segundo ante su pregunta. Podía notar el desespero en su voz, como si algo importante lo estuviera esperando. "Bueno, mencionó que iba a ayudar a su amigo...", recordé , "...Quizás hayan más como él.", negué dentro de mí, todavía estaba muy lejos del centro del archipielago, pero él también tenía una Katana. Los pies del chico estaban a punto de darse la vuelta y marchase, podría seguir la cuerda y salir sin problemas.—De nada joven, pero sí, joven, tengo algo que preguntar antes de que te vayas a ayudar a tú amigo...—pronuncié dubitativo.—¿Conoces donde puedo encontrar más personas que armas como las de nosotros?—pregunté intentando observar directo a sus ojos, ocultos detrás de la máscara y las tinieblas. En ese momento, la flama anaranjada que permanecía estática, ardiendo la pañoleta remojada por el señor Taki se apagó. Una fuerte brisa arropó la pequeña galería cavernosa, sumiendo todo en la más absoluta oscuridad. Mis ojos se giraron intentando con sorpresa intentando encontrar la fuente de aquel pequeño disturbio. "¡Enfócate...!", mi mente gritó, cerrando mis ojos por un momento y abriéndolo intentando que mis pupilas se dilataran, pero no vi nada... —Chico, no te muevas...—le dije casi en un susurro amplificado por el vacío. Desvainé mi katana, sintiendo el peso del mango entre mis manos, sin poder apreciar el brillo metálico de la hoja. Tragué saliva, me sentía igual de desprevenido que aquel día... Sentía miedo, las imágenes de muerte volvieron a mi mente, mi cicatriz volvió a doler, pero hoy no.... Hoy no habría muerte.
Kohaku Ishikawa Se quedó levemente estático ante su pregunta. ¿Personas portando armas? ¿Por qué... quería saber algo como eso? No logró evitar el escalofrío que le recorrió la espalda y tragó saliva; su garganta parecía haberse convertido en una piedra pómez. Pensar. Tenía que pensar. ¿Debería mentirle? ¿Al hombre que lo ayudó y esperó por él con tanta amabilidad? Dioses. —No estoy seguro —musitó, intentando disimular las dudas que reverberaban en su mente—. Llegué hace poco a esta ciudad y no he tenido oportunidad de recorrer mucho. Quizá... ¿quizás en la casa de armas? —Desvió la vista detrás de la máscara—. ¿Desea... protección? ¿O entrenar, tal vez? No era de su incumbencia, pero si... si era un aliado de la Capital Imperial buscándolos tendría que hacer lo posible por saberlo e informárselo a Takeda y los demás. Era su deber como miembro del clan. Su torrente frenético de pensamientos fue barrido con la intensidad del repentino viento que se levantó dentro de las cavernas. Kohaku se llevó los antebrazos frente al rostro por reflejo, y arrugó el ceño cuando la antorcha murió y quedaron en penumbras. Desenvainó la katana y se mantuvo en guardia, quieto, justo como el hombre había dicho. No habló, escuchó y aguardó. ¿Qué estaba pasando?
Natsu Gotho Sintió sus costillas retumbar. Probablemente aquel viejo sin ningún esfuerzo podía quebrar los huesos de su cuerpo con dos dedos, pero la adrenalina lo hizo sentir mejor de lo esperado, pensando por un instante el atacar el costado de sus riñones con una patada. Sería el último ataque, de ahí en adelante se retiraría, sería estúpido morir en una pelea desnivelada. Con gracilidad trató de llegar a su zona retroperitoneal. Un golpe acertado sería suficiente para sentirse satisfecho, de lo contrario volvería a visitarlo, en algún otro momento. Contenido oculto Ataque: 12 + 4 de Voluntad
Hideyoshi Soga 曽我秀吉 Los ojos de Toshiro miraban fijamente a Hideyoshi, quien pensaba rápidamente. "Entiendo, Toshiro es quien gobierna Tsu de facto, debo asumir que su padre no tendrá influencia en este asunto, esté vivo o muerto. Debo contextualizar bien la situación de Mie para entender la posición de Toshiro, y operar sobre su mente en razón de ello. Esta prefectura no está dominada por el clan Taira, pero sí las prefecturas contiguas al oeste, tanto Nara, Kioto como Shiga. Es entendible que si el clan Taira busca expandir su dominio político para asegurar la sucesión del trono imperial dentro de la órbita de su clan, entonces quiera dominar Mie que es la última prefectura limitante con Kioto que no está bajo el poder del clan", pensaba y reflexionaba, tratando de analizar la situación. "Toshiro conoce esta situación, pero aun no sabe con seguridad quien soy y sin embargo me ha contado todo esto, asumiendo que vengo de parte de Akishino. Eso significa que... claro, lo he estado pensando mal. Toshiro trata de congraciarse con el lider imperial, Akishino, cuya esposa es Taira, pero en ningún momento me ha hablado del clan Taira. Esto significa que Toshiro está jugando a lo seguro, debe pensar que mantener su neutralidad en todo este asunto entre los clanes mostrando obediencia y lealtad al trono imperial es la mejor forma de asegurar su posición, pero podría demostrarle que la neutralidad no sea su mejor carta. Puede que exista la posibilidad de hacer algo aquí..." Hideyoshi respiró profundo y miró a su alrededor, sonrió ante Toshiro quien aun miraba seriamente. "Lo bueno de Toshiro es que no me hará fingir con lo siguiente..." — Sin lugar a duda el sintoísmo es algo en decadencia. El culto budista es necesario en Japón, y ha hecho muy bien usted, tanto como su padre, en extirpar de raiz las creencias locales. No se preocupe, en Kioto saben muy bien de sus esfuerzos y lo valoran mucho, Akishino habla muy bien de esta casa feudal, y entienden a la perfección que aun persistan signos de rebeldía; los cambios son lentos, pero es su actitud lo que se valora con creces. Hideyoshi esperaba que sus palabras tuvieran buen impacto en el corazón de Toshiro, porque lo que venía era más polémico, pero necesitaba avanzar, y la situación lo ameritaba... — Pero de lo que quería hablarle era de otra cosa. Akishino quiere que usted tome partido en el conflicto que ahora mismo ha envuelto al clan Taira con el clan Minamoto. No sé si usted está enterado, pero de no ser así, se lo estoy informando. Como bien sabrá usted Akishino está casado con una miembro del clan Taira, pero el líder imperial es más inteligente que eso. Akishino no quiere que el clan de su esposa se haga con todo el poder. Akishino necesita mantener su posición, y solo puede hacerlo como árbitro de las disputas políticas entre los clanes. Los Taira quieren hacerse con el poder de Mie tomando la capital Tsu. Akishino confía en usted pero los Taira no. Lo que quiere Akishino es que usted tome partido por el clan Minamoto, de ese modo el líder imperial podrá hacer de árbitro en las disputas entre los clanes y así reafirmar su liderazgo, de ese modo usted estará sirviendo lealmente a Kioto, mientras que impedirá que el clan Taira se haga con el poder en Mie. Si usted toma partido por los Minamoto no deberá temer el destino que le espera con el clan Taira, que ya sabemos que han expandido su poder asesinando a señores menores y hostigando a clanes de menor status. En cambio los Minamoto siguen el cógido Bushido, jamás lo deshonrarían con ninguna forma de traición. Para usted serán todas ganancias, se congraciará con el líder imperial, evitará la penetración de los Taira en esta prefectura y tendrá una sólida alianza con un clan aún débil, es verdad, pero que tiene un futuro promisorio así como la necesidad de combatir al clan que quiere despojarlo de su poder. Hideyoshi sabía que estaba tomando muchos riesgos. Había asumido y anticipado cuál era el juego de Toshiro en todo esto. Lo único que esperaba era haber hecho bien sus cálculos. "Ahora solo queda esperar una respuesta positiva... esperemos"
Casa de Armamento (Natsu) Observó como Natsu volvía a intentar golpearlo; el viejo dejó que su puño se impactara en su abdomen, de esa manera entendería el nivel de trabajo que había pasado ese hombre para adquirir tal musculatura; el golpe acertó pero simplemente no le hizo nada de daño. El hombre confiado volvió a hacer el mismo movimiento, esta vez para dejarlo en el piso. Pero sus ojos se abrieron en admiración al ver como Natsu esquiaba su puño, esto lo hizo enfadar por unos segundos pues él quería rematar el encuentro. Se tranquilizó y volvió a sonreirle —Nunca uses la misma técnica dos veces en el mismo oponente; ley de oro que hoy ignoré— soltó una fuerte risa alarmando a la mujer que veía desde la entrada a la armería —Te considero buen guerrero; y es bueno que conocieras mi puño de primera mano...—dijo tronando los dedos de su mano derecha —Soy un mercenario; uno muy viejo. A los espadachines que mato, tomo sus armas y las vendo, sólo conservo las que mas me agradan, las de espadachines famosos o armas forjadas por herreros de renombre —tronó los dedos de su otra mano — Vi tu arma muchacho; temo decirte que no vale mucho; en cambio yo tengo armas increíbles — volvió a reir —Si puedes dañarme aunque sea un poco; te regalaré una —decía con confianza —No voy a moverme, no voy a atacar ni defenderme; eres tú en contra de mi propia musculatura tallada en todos estos años de entrenamiento— dijo exteniendo sus brazos, retando a Natsu a que lo atacara. Contenido oculto En pocas palabras: Es al menos obtener un 12 en tu dado de 15 (esto te daría un 16 ya con tu bonificación) al menos bajándo 1pv a tu enemigo. Tira todos tus dados incluyendo defensa :3 Catacumbas de Taki (Daichi; Kohaku ) Sintieron un fuerte frío; ambos estaban acostumbrados al clima invernal y a las fuertes corrientes de aire; pero esto se sentía completamente distinto, ¿Acaso esto era un castigo de Yuki-onna? no, era un frío helado pero no agresivo, no tenía la tempestad de un viento marítimo era mas un flujo ameno pero poderoso. Sintieron la brisa recorrerlos, después el sonido de un río. Esto los alarmó, la ráfaga de viento se intensificó acompañada de un aroma a humedad sintieron como algo o alguien los observaba; el choque del aire en sus katanas creaba un sonido singular el cual atraía a aquello que los observaba. Sintieron sus pasos cada vez mas cerca comprobando que el tamaño de aquello era enorme. Paró. Por unos instantes dejaron de sentir las ráfagas de aire; el sonido del agua volvía a ser el mismo, un goteo lejano; el aroma seguía siendo a una humedad intensa. Sobre sus cabezas sintieron un aire caliente que no tardó en recorrerlos por completo, si hubiera luz habrían notado como sus katanas se empañaban por aquel aire caliente y húmedo; ahora el calor los rodeaba. Esucharón un fuerte bufido sobre ustedes, alterando sus cabellos. ¿Qué era aquello? Las ráfagas de aire volvieron a inhundar la caverna y algo solido empezó a caer en ustedes mientras el aire caliente desaparecía por completo, dejando las ráfagas de aire helado disiparse lentamente. El aire volvía a la normalidad, a su vez, la antorcha volvió a avivar el fuego; como si aquella llama sólo se hubiera ocultado por miedo a lo que venía. Sus katanas resplandecieron al igual que el suelo fangoso, en él estaban incrustadas escamas. ¿Acaso el señor Taki podría decirles algo al respecto? Casa Feudal (Hideyoshi) Toshiro afirmó a todo lo primero que comenzó a decir Hideyoshi; después su mirada se abrió por completo al escucharlo. —¿El clan Minamoto?— dijo temeroso —¿No se supone que todos ellos habían muerto a manos de nuestro señor imperial? Entonces los rumores de Nara son ciertos, el clan Minamoto ha resurgido— la duda no pudo ocultarse en su rostro —Lo único que ganaría esta Prefectura uniéndose a un clan que no tiene líder, sería la vista de el clan Taira encima nuestro, el cual no se quedará con los brazos cruzados. Si esto es lo que quiere Akishino significa que somos el primer frente de ataque...—Se llevó su mano derecha a su frente, estaba preocupado—¿Por qué quiere iniciar una afrenta en Mie?—negó con la cabeza —¿Es por eso que envió a la señorita Kawa? —preguntó alterándose— Ella es integrante del clan Taira, eso sólo significa que la envió para que fuera asesinada por los Minamoto y así iniciar...—los pensamientos de Toshiro comenzaban a debrayar frente a Hideyoshi. Toshiro se levantó dando pasos hacia atrás, alertando a los guardias en el exterior —¡Akishino está planeando una guerra! ¿Pero con qué fin?— los guardias entraron pero Toshiro los detuvo, estaba alterado pero no con Hideyoshi —¿Usted sabe quien lidera el clan Minamoto? Creo que sería prudente tener una audiencia primeramente con este fantasma— dijo volviendo a sentarse, tratando de recobrar la calma. Misato Natsu Kuroki Kohaku Mao Kenzaburô Hideyoshi Heya Suzume Yuzuki Daichi PV= 60 PV= 38 PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 muy bien descansado +2 defensa Takeda Takano Ukita Matsuda Fuji PV= 55 Mal descansado (-5 en defensa) PV= 90 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 90 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 80 [Envenenado] Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa)
Kohaku Ishikawa Todo ocurrió tan rápido y de una forma tan extraña que Kohaku apenas fue capaz de procesarlo. Se encontró estático, siendo embatido por las corrientes de viento espontáneas, y sintió un escalofrío recorrerle la columna por completo cuando un aliento cálido y poderoso le acarició el cabello. Alzó la vista casi a cámara lenta, asustado, pero no lograba ver nada. Cuando el fenómeno pasó y todo reposó en calma, notó cuánto estaba sudando y su respiración irregular. Intentó calmarse, ahora que volvían a contar con luz, y se giró hacia su acompañante. —¿Está bien, señor? Llevó su mano al bolsillo en busca de Chiasa, pero la pequeña no quiso salir. Debía estar hecha un ovillo sobre sí misma y no podía culparla. La dejó estar, revisó los alrededores y arrugó el ceño al notar las escamas clavadas al suelo. —¿Qué es esto? —murmuró, intentando remover una, y una broma se le ocurrió de repente; sonrió sin gracia—. Bueno, al menos el señor Taki no nos estafó, se ve. Debía reconocer que, al menos por unos minutos, había olvidado por completo todo. Su misión allí, las prisas imperiosas que lo perseguían, el deber con el cual se había comprometido. —Creo que, de momento, deberíamos salir ambos de aquí. ¿Qué opina? Contenido oculto Kohaku intentó sacar una escama del suelo para llevársela y mostrársela a Taki. Luego chiflame si puede hacer eso o no, oh GM-sama uwu
Hideyoshi Soga 曽我秀吉 Estuvo a punto de largar una carcajada. Nunca había creído que le iba a ser tan difícil contener la risa. Pero se contuvo. La jugada de Hideyoshi había salido mejor de lo que esperaba y el mismo Toshiro estaba ofreciéndole los nuevos canales de diálogo que parecían más convenientes. "Es astuto, solo que no tanto. Pero lo más importante es que es ambicioso, y muy celoso de su status, si no olvido sus dos cualidades centrales no podré perder este juego", la idea de Hideyoshi era clara: llevarse a Toshiro para su lado, y para el de los Minamoto. Si todo continuaba como hasta ahora, el clan Minamoto estaría ganando un aliado útil y sobre todo uno muy estratégico a pocos kilometros de Kioto. — Lo de la señorita Kawa fue una idea de la mujer de Akishino— Hideyoshi sabía que si convencía a Toshiro con ideas que el mismo joven hijo del señor de Tsu había pensado, entonces sería más fácil establecer un acuerdo más sólido entre ellos, partiendo de la base que la confianza nace comúnmente entre dos personas que son capaces de llegar a las mismas conclusiones—. Shino quiso enviar a Kawa a Tsu. La idea era extender la influencia del clan. Akishino no pudo oponerse, y una de mis misiones además de informarle los deseos del líder imperial era espiar a Kawa— Hideyoshi tomó el atrevimiento de pararse y acercarse a Toshiro pero manteniendo aún una distancia prudencial, porque sabía que todavía estaba alterado—. Hace unos minutos usted mencionó que tuvo problemas con el culto a Mara. ¿Notó algo extraño en la señorita Kawa? ¿Alguna actitud hostil? ¿O por el contrario, excesiva y exagerada amistad y complacencia de parte de ella? Hideyoshi decidió hacer un corte de unos segundos antes de proseguir. "Creo que hasta aquí estará bien con lo de Kawa. Toshiro es bastante bueno ideando sus propias conspiraciones, solo necesito sembrar las semillas para que germinen. Es mejor ahora responder a su pregunta concreta", pensaba. — Por supuesto, contestaré su última pregunta. El clan Minamoto no es un clan sin líder y el yūrei al que se refiere está bien vivo, tuve oportunidad de conocerlo hace muchos años cuando aun era un niño en la ocasión en que Akishino intentó asesinarlo junto al resto de su familia. Son cuestiones políticas, ayer intentó erradicar al clan, y hoy Akishino los necesita más que nunca. Naturalmente, Akishino no puede reconocerlo aún abiertamente, por eso es que estoy vestido como estoy vestido, tenía que pasar desapercibido y no podía venir un cortesano imperial rodeado de espadachines para transmitir un mensaje. Esta clase de mensajes que son tan importantes siempre se hacen de este modo, y es obvio que Akishino negará estar preparándose para debilitar al clan de su esposa y fortalecer al clan que tanto odia a los Taira, es probable que lo niegue hasta en las cartas y misivas menos anunciadas. Imagine usted, buen Toshiro, que los Taira se enterasen de las ideas de Akishino... un clan sin honor ni respeto por los códigos y tradiciones de nuestra cultura... sería un horror lo que pasaría... y a usted seguramente le saplicaría todo este asunto por estar próximo a Kioto, así como por estar en la mira de los Taira que buscan hacerse con el poder de esta prefectura— él sabía que Toshiro jamás se permitiría ser un simple títere en su propia ciudad, su orgullo y su deseo de status impediría que se sometiera—. Takeda Minamoto es el líder del clan, y mi tercera misión consiste en encontrarlo por orden de Akishino, con la ayuda del señor de Tsu o de su hijo, y preparar a Takeda como al resto del clan para la guerra. Debemos ser inteligentes, y pensar nuestros movimientos. No le pido que declare hoy la guerra a los Taira, sería sentenciarlo, pero sí que nos apoye tanto como pueda en secreto. Primero... debemos encontrar a Takeda, y para eso necesitamos sus recursos... y dinero puede que también. Si al principio sentía que quizás había arriesgado demasiado, ahora sabía que pisaba en terreno seguro. Al pedirle que no era necesario declarar la guerra a los Taira abiertamente (todavía) Hideyoshi estaba tratando de relajar la presión sobre Toshiro, quien ya tenía suficientes estímulos por el día de hoy. Con un simple "sí" por parte de Toshiro sabía que habría ganado la primera prefectura para el clan Minamoto, pero para eso necesitaba encontrar a Takeda y poder comentarle sus planes para que luego se reuniera con Toshiro.
Natsu Gotho Relamió sus labios sintiendo el salado sabor del sudor, escapándosele aquella sonrisa malévola que solía dibujarse cuando sus venas experimentaban aquel calor de emoción por alguna situación entre la derrota, la muerte, la victoria, la vida, que claramente esta vez perdería, pero el hecho de lograr golpearlo lo hacía sentir mejor, como si fuese un "sí, estoy mejorando" resonando en sus tímpanos. Se echó para atrás y tomó impulso con la punta de los dedos de sus pies, provocando que el polvo bajo el césped se esparciera como un pequeño viento envuelto en tierra, dirigiendo un golpe con su rodilla izquierda hacia la región craneal de su oponente. Un golpe más y sería suficiente para llevarse un buen botín. Un poco ambicioso, quizá. Contenido oculto Ataque 9 + 4 de voluntad= 13 </3 Se va sin botín mi niño[/spoier]
Casa de Armamento (Natsu) El hombre recibió el impacto como dijo que lo haría, sin trampas hacia Natsu a pesar de que sus puños estuvieran apretados deseosos de poder golpearlo; el golpe de Natsu no lo afectó, ni siquiera lo movió un poco —Necesitas un maestro, uno que te ayude a mejorar tus habilidades, el retarlo te hará cada vez más fuerte; ven a retarme nuevamente cuando puedas vencer a tu maestro— dijo mientras volvía a tomar todas sus armas que había dejado recargadas en la entrada; se despidió de la mujer en la armería y salió de aquel negocio. La mujer se acercó a Natsu para ver si se encontraba bien, estaba un poco lastimado, pero nada que ameritara llevarlo a la clínica urgentemente. Casa Feudal (Hideyoshi) Toshiro se quedó unos momentos en silencio analizando toda esa información —Kawa no ha sido del todo amable... —dijo con preocupación —Takeda era el mas pequeño de los tres descendientes de Sogo —afirmó, confiando en tu información al comprobar veracidad en ella— si es que esto es cierto aun es muy joven; seguramente no tiene la preparación necesaria, ni política ni física ¿Por qué Akishino confiaría en alguien que no ha visto en años? —Toshiro parecía estar pensando demasiado, estaba hilando muchas teorías en su cabeza por lo que guardó silencio unos minutos —Si el último de los Minamoto ha permanecido oculto todos estos años ¿cómo podemos encontrarlo? —Aquella frase confirmaba lo que Hideyoshi deseaba, Toshiro estaba convencido con aquel plan— Muchas de nuestras riquezas fueron entregadas para demostrar nuestra unión hacia Akishino, verdadero líder imperial bendecido por Amaterasu; nuestra riqueza restante no puede ser otorgada simplemente a una causa fantasma— esto último lo dijo sin miedo; aquel hombre frente a Hideyoshi no quería abandonar el sintoísmo y tampoco a su pueblo—Decidiré si el sucesor de Sogo Minamoto es digno de nuestra alianza, pero para ello primero debemos dar con él —dijo con seriedad— Necesito una audiencia con mi mejor rastreadora; pero antes de que yo comience a mover las cuerdas dentro de mi ciudad; debes decirme tu nombre, informante— Dijo con seriedad —Pues tu nombre estará en mi misiva que te otorgaré para que permitan tu entrada al cuartel militar y así puedas traerla ante mi. Pues como podrás notar, mis sirvientes no están a mi alrededor y mis guardias no hacen esa clase de tareas— Contenido oculto Después de dar tu respuesta a Toshiro, podrás partir inmediatamente al cuartel militar Misato Natsu Kuroki Kohaku Mao Kenzaburô Hideyoshi Heya Suzume Yuzuki Daichi PV= 60 PV= 38 PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 muy bien descansado +2 defensa Takeda Takano Ukita Matsuda Fuji PV= 55 Mal descansado (-5 en defensa) PV= 90 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 90 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 80 [Envenenado] Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa)
Suzu Mori Suzu, ignoró por completo a todos los presentes, incluyendo las palabras de Hiko, su atención quedó estática en el jovencito que llevaba el tesoro de Miko, incluso su rostro no cambió de expresión cuando su Yurei humana salió a reclamar lo suyo y recompensó con un abrazo las acciones del “chico” Cuando Hiko los que invito a una noche de Kabuki, al fin se digno en hablar. -Lo ideal sería la dama de las peonias!!! Eso será en agradecimiento por el Susto a Miko y la caja rota- todo lo dijo con su voz dulce y femenina, con amabilidad pero cargado con un poco de resentimiento. No le gustaban las personas que creían que las palabras arreglan la Vida. Cuando el “chiquillo” salió de la casa lo siguió y se sentó tal cual una dama a su lado. -y tú, que pretendes? - su voz seguía siendo ligera y femenina- el tesoro que te ha designado Dios, sobre tu cuerpo, y el poder que todas las de tu clase poseen es increíble... y guardas la belleza de su poder en el disfraz de un vulgar hombre...- aquello último lo dijo con asco - yo soy conocedor del Verdadero arte, y créeme que lo que sea que busques, no lo conseguirás fingiéndote otro...-Suzume estaba enojado si voz ya no era femenina. El admiraba por sobre todas las cosas a las mujeres, las amaba, las adoraba, no podía ser una, pero imitaba su belleza, era su orgullo. ¿Como podía una criatura divina enlodarse y fingir contra su naturaleza?
MAO Fuera del Shukusha "¿Y tú que pretendes?" Su mano antes de pensarlo, ya estaba sobre el mango de su katana, y sus ojos fieros confrontando la mirada de quien tenía al lado. ¿Qué pretendía? —¿De qué diablos hablas? —espetó, interrumpiéndolo a la mitad. El susto que le ocasionó que llegara de la nada le impidió que se concentrara en lo que dijo, peor aún cuando su locutor cambió el tono de su voz. >>¿Fingir? —sonaba molesta, realmente molestaba, se podía sentir en el ambiente. Su voz, a pesar que ya no parecía la de un niño, seguía siendo grave; femeninamente grave. Cuatro segundos, tras eso cerró los ojos. Inspiró sin mover ningún musculo de su cuerpo, para exhalar por sus fosas con cuidado; de que no notara lo cabreada que estaba. Vaya, sacaba a Kenzaburo de un lío, ¿y ahora ella se metía en otro? No, no podía errar en lo mismo que su maestro. —Creo que no lo entiendes —empezó, sin fingir esa voz de niño, era natural... Suave, pero no concordaba con su apariencia de niña, el tono era bajo. Hablaba lento, pero sin tartamudear—. No estoy fingiendo nada, que parezca una farsa ya es problema tuyo—. Desvió la vista del tipo, juzgando que lo era por su voz cabreada, buscando la mirada de Kenzaburo. No le apetecía que el viejo se agarrara a katanazos o puñetazos, solo por que un cualquiera la andaba incordiando. Ya peores tipos le habían colmado la paciencia, sabía lidiar sola con estas cosas... a mí manera. >>Soy Ryouma, ese es mi nombre; y hablo como se me da la gana, ¿entendido? Y una mierda me importa que tan bello sea o no mi cuerpo. Mis prioridades son otras —dejó soltar todo el aire contenido en un solo bufido, como un toro... pero no iba a embestir a nadie, no por ahora—. Y, lamento si llego a incordiarte; pero me parece muy descortés de tu parte ir por ahí diciendo a un desconocido que está fingiendo, porque sonar como un crío no es lo único que se contradice con lo que soy, ¿quedó claro? Se estaba esforzando bastante en no alzar la voz, pero vaya que le quería gritar para después tan solo marcharse sin más... Pero no, no podía andar escapando ahora; no siendo parte del Clan Minamoto.
Suzu Con la elegancia de una dama, se levantó del piso y extendió su kimono desde su altura miró a la criatura. -Finges, lo sé y no necesito que mirar abajo del Disfraz, crecerás y entenderás que tu verdadero poder radica en tu realidad... y este “berrinche” de muchachito mal criado ni siquiera corresponde con lo que supones ser... Escucha un consejo niña- aquello lo dijo suave y paternal- si no te aceptas tal cual eres, solo serás la mentira, nada más ni nada menos, si quieres ser incluso una guerrera harías bien en recordar, que ya tuvimos una emperatriz Samurai, sedienta de sangre y fuerza, y que en la tierra de china vive la Más grande conquistadora del Mundo... sigue jugando a ser algo débil y te convertirás en eso. -Con aquello Suzu se retiró al Mercado para ver si podía comprar piezas nuevas para el tesoro de Miko, ya no le importaba aquella niña, le daba asco quien renegaba de su naturaleza, aunque quizá ella prefiriera ser hombre por qué encontraba más cómodas las relaciones femeninas, no la culpaba, Suzu no encontraría nada más perfecto en el mundo, que una mujer, fuertes, sagradas, decididas! Arte!
Mao Frunció aún más el ceño al escucharlo hablar, y sin interrumpirlo, pero no puedo evitar rodar los ojos con hastío en cuanto uso un tono paternal. Una voz paternal... Bueno, ¿qué importaba? El tipo se marchó tras decir lo que pensaba; parecía de los que transmiten, pero no reciben. Piedra, una jodida piedra que podía hablar y sonreír... actuar... ¿Y ese tipo andaba con Miko?, ¿tendría que toparselo si quería oír a la chica cantar? Gruñó bajo, realmente frustrada. Vaya fenómeno. Chasqueó la lengua con fuerza. Ciudades, pueblos... Bosques, los bosques eran los únicos lugares en los que en realidad se sentía a gusto. Rodeada de árboles y animales, junto a sus seres queridos; no alrededor de casas y bulliciosas personas. Berrinche, soltó una risa amarga. Vaya que era berrinchuda, en tan solo unos meses fue más descortés, quejica, malhumorada y tosca que en toda su infancia; no podía contradecirlo en eso. Casi nunca sentía ganas de golpear algo, pero en ese momento tenía la necesidad de estrellar sus puños contras lo que fuera. Un rostro, por ejemplo, aprovechando que te dañaban menos que una piedra, pero bueno; no sería capaz. —¡Dioooos, qué día! —exclamó al aire, cerrando los ojos—, solo falta que que llueva, truene, nieve y un navío se estrelle —terminó murmurando, volviendo a su rostro amargado de siempre. Con la mente más despejada, se calmó. Sep, el individuo le podía parecer un raro, pero... Todos lo somos al inicio. Qué desesperante entrometido.
Natsu Gotho Bufó mientras se acomodaba el kimono que se había arrugado por la ferviente pelea en la cual había dado bastante de sí. Faltaba mucho por recorrer, tal como le dijo el viejo que lo crió años atrás. Entrenar, más constante, más duro, hasta sentir el deseo de padecer. Debía ser más duro consigo mismo, de lo contrario la sensación de sentirse perdido lo embriagaría, como cuando fue un niño. Caminó adentrándose nuevamente a la casa de armamento, esquivando la mirada de la mujer al notar que buscaba encontrar su estado de salud. —Estoy bien —cortó sujetando su arma para entregársela a ella—. ¿Puedes analizarla? —el tono de su voz disminuyó al colocarse la boina en la cabeza, entregándole con suma parsimonia el mango de la espada—, hazlo rápido, mujer. Llevo algo de prisa —lo último salió en un hilillo de voz mientras dejaba que ella sujetara su katana. Al estar con las manos libres comenzó a curarse, con un trozo de algodón y unas gotas de alcohol, sintiendo el leve ardor en su piel.
Hideyoshi Soga 曽我秀吉 Las cosas habían salido bastante bien, pero Hideyoshi ya había presionado demasiado, era mejor que diera un paso atrás para que Toshiro no se ahogase o no sospechara demasiado. —No puedo conocer todos los pensamientos que pasan por la cabeza de Akishino. Al fin y al cabo no dejo de ser su informante y espía. Pero mi conjetura es que está haciendo una apuesta, solo los Minamoto tienen el odio suficiente como para enfrentar al clan Taira sin pensárselo dos veces, y Takeda Minamoto es el hombre natural para confiar una empresa de odio y venganza contra ellos, debido a su vínculo con Sogo. En cuanto a su paradero, la información que poseo es que debe estar en las cercanía de Tsu o en la ciudad misma, como mínimo en esta prefectura— Esta respuesta debería ser lo suficientemente prudente como satisfactoria, al menos eso creía Hideyoshi—. No se preocupe por el financiamiento, buen Toshiro, entendemos su situación y Akishino apreciará el apoyo político que pueda brindar, independientemente de lo económico— no podía presionar con este asunto porque Hideyoshi desconocía la situación económica del feudo y era mejor dejar de forzar a Toshiro en este apartado—. Mi nombre es Soga no Hideyoshi, he servido en las sombras a la investidura imperial durante muchísimos años como sucesor del tradicional clan Soga, y estoy a su servicio señor Toshiro. "Pues entonces tomaré esa misiva y partiré de inmediato, dejaré a Toshiro procesar todo esto en soledad. No dejo de sorprenderme por el extraño aspecto de esta casa feudal, sin sirvientes... tan poco ortodoxa en algunos aspectos... pero no es momento para preocuparme por los sirvientes" Contenido oculto: Movimiento Bueno entonces supongo que con esto ya me muevo de la Casa Feudal a al Cuartel Militar
Tanaka Heya No pudo evitar pensar en su hermano. La chica tendria una edad similar y Heya se distrajo pensando que habria sido de él. Perdido en sus pensamientos logró darse cuenta de que ella ya habia salido del Shukusha y estaba hablando con alguien más. Esperó un rato para luego aproximarse y preguntar: -Disculpe, esta mañana vi que usted y algunas otras personas estuvieron en el Shukusha. ¿Vienen de algún pueblo cercano o buscan algún lugar en especifico? -¿Ocurrio algo extraño durante el camino?- Heya no se podia dar el lujo de preguntar si habian visto militares del clan Taira. Sin embargo aguardó a la respuesta de la joven, aún podia obtener información útil.
Daichi Nishimura Mis ojos intentaron palpar la oscuridad. Moví mi cabeza frenético hacia todas direcciones, intenté localizarme de manera espacial en el lugar, las paredes, el lago, inclusive el techo y el suelo habían desaparecido. Las brisas llegaron haciendo que todo mi cabello se moviera hacia atrás, cerré los ojos por inercia, mientras aparecía un leve silbido del viento chocando con nuestras hojas. Podía sentir la respiración del chico que estaba detrás d emí, pero también, sentía como frente a nosotros una figura enorme aparecía moviéndose hacia nosotros. El sudor comenzó a inundar mi frente, mientras mis falanjes que sujetaban el mango de mi espada temblaban. "¡¿Qué es eso?!", me pregunté en mi mente. Mis labios no podían articular nada, me encontraba confundido. El aire frío se convirtió a uno caliente. Escuché un bufido que se amplificó por el aire haciendo que mis cabellos volvieran a volar. "Es una bestia enorme...", pensé asustado. El aire volvió a soplar igual, la mano que sujetaba la antorcha parecía entumecida, pero el fuego se volvió a avivar, pero lo ignoré, mi mirada se encontraba perdida en la oscuridad de aquella formación rocosa. Mi mente parecía incapaz de formar oraciones coherentes, era como si hubiera visto primigenio, ancestral, sentía un miedo primitivo incapaz de describir que ni siquiera el fuego podía calmar. "—¿Está bien, señor?... señor Taki no nos estafó, se ve.—" La voz del chico parecía lejana en aquel tunel oscuro. Mi mano siguió temblando por varios segundo más, parpadee, sintiendo como el alma me entraba de nuevo al cuerpo. Tragué saliva y asentí sin observarlo. Todavía perplejo, envainé mi katana con lentitud, me di cuenta que mi cabello exponía la cicatriz de mi rostro, así que volví a colocarlo como antes. Apreté mi puño para hacer que las puntas de mis dedos dejaran de temblar. Con la misma mano, removí el exceso de sudor de mi frente. Me voltee y observé como el chico se encontraba inspeccionando una... ¿Escama? Que había sido dejada por la bestia de la ventisca. "—...deberíamos salir ambos de aquí. ¿Qué opina?—" Dudé por un momento. Parpadee dos veces más y luego observé los ojos detrás de la máscara del chico. Asentí con mi cabeza, agarrando la cuerda que se encontraba en el suelo, no la necesitaba, solo quería estar seguro de que podría salir. —El señor Taki tendrá varias cosas que responder...—lo dije más como una afirmación de lo que sucedería posteriormente. Contenido oculto Gigi Blanche
Ryouma. Fuera del Shukusha Mao no volteó la cabeza para ver quien era la nueva persona que le hablaba. Estaba agotada tras actuar excesivamente amable y condescendiente en el shikusha, para después lidiar con un fenómeno de las mujeres; enarcó una ceja en cuanto sus ojos se cruzaron con... ¿Hiya, Heya... Heda? Bueno, el que miraba demás. Bastante osado, pensó Mao... Aunque eso significara que ella misma era un peligro. Información... Mao sonrió ladina; ¿era consciente el niñato de lo valiosa que era la información? Tanto recibirla como darla, a veces, te costaba el pellejo... la mano, la columna vertebral... O la vida, en el peor de los casos. Pensó en como actuar mientras lo escuchaba, por lo que solo lo hizo esperar un par de segundos para responder. —Ohhh —exclamó, soltando después una carcajada suave y jocosa. Se cruzó de brazos... el Kitsune dijo algo sobre arte y valor, ¿no? Si había visto a Fuji y Aoyama... ¿qué importara que supiera que "Ryouma", era el nombre de una enana de 14 años?— Bueno... —alargaba las letras haciéndose la pensativa, tocándose el mentón con el índice, mientras miraba el cielo azul. Lindo día—; ¿A quienes te refieres con "Vienen"? Ahora si se volteó para ver al chico frente a frente, poniéndose las manos en las cinturas, las piernas algo separadas; alzando levemente la cabeza, para ver con claridad el rostro ajeno... Era una mala posición si la decidían atacar por sorpresa, pero lo tenía en cuenta, así que solo le quedaba confiar en sus reflejos. >>Digo; ayer estaba agotadisima, y con el rollo de los otros forasteros... Olvidé casi todo a la mañana siguiente, ¿puedes ser más especifico y refrescarme la memoria? —Su voz... era distinta, la que solo usaba con una persona, la voz reservada para Kenzaburo; cuando bromeaba con él. No era soberbia; era más bien coqueta, pero no en exceso, y en este caso... Su voz mantenía tenía cierta vibra de siseo... Como una víbora. Pero ese chico no era Kenzaburo, y Mao no andaba jugueteando ni mucho menos bromeando. Básicamente; estaba preparándose mentalmente por si tenía que cortar una cabeza. Solo en el peor de los casos, claro.
Casa de Armamento (Natsu) La mujer lo miró muy de mala gana; después tomó la katana y al verla sabía perfetamente que tenía enfrente, aún así la desarmó con cuidado; dejando la tsuba a un lado para mostrar el nakago, el interior del sable —Ninguna katana es un trabajo malo, el simple hecho de que su creación tome tanto tiempo es de admirarse. La has cuidado muy bien; pero temo decirte que es una katana simple; no tiene los mejores materiales pero te defenderá siempre, a menos que te encuentres con alguien que sea capaz de destruir un sable; o seas descuidado con ella ¿Tiene algún nombre?— Preguntó —Es usual que los samurai nombren a sus katanas, si no tiene nombre es porque estás pensando en conseguir una mejor— Contenido oculto Herrero nivel 3 mejoran y forjan armas (máximo un dado de 10 caras) Tu katana no puede mejorarse; tendrás que conseguir una personalizada para poder mejorarla. Cuartel Militar (Ukita; Hideyoshi) Toshiro le entregó la misiva; el sello de su familia estaba en el pergamino. Al salir de la casa feudal te regresaron tu kodachi, con ella emprendió camino al cuartel militar; al llegar allí, Hideyoshi podía distinguir su arquitectura conocida como pagoda; un edificio que tenía cinco pisos y su techo era adornado con un pararrayos, las columnas altas y gruesas de madera sirven como elementos de soporte de cargas y como elementos estabilizadores de la estructura. Cada columna se asienta encima de una gran piedra, y su función es la de anclar el edificio. La edificación era una belleza que varias personas contemplaban al visitar Tsu, pero su acceso no era público. Los guardias miraron a Hideyoshi sin agresión, pudo acercarse sin problema para extender la misiva, ellos distinguieron inmediatamente el sello, se la regresaron a Hiseyoshi con una reverencia mientras abrían sus puertas para él. Dentro lo esperaba un hombre con un kimono ligeramente formal de tres kamons, el cual hizo una reverencia al verlo. Aquellos kamons eran el emblema de la casa feudad: Hachi; representaba el amanecer en el mar. El hombre t guió hasta el tercer piso; allí caminaron un largo pasillo ataviado de vasijas y armas antiguas, podías notar que sólo eran para exhibición ya que no tenían filo; ese pequeño recorrido que habías tenido te hizo entender en dónde se encontraban las riquezas en Tsu. El hombre se detuvo en una puerta, la cual deslizó para abrirla con delicadeza. En su interior estaba un hombre que portaba una katana, junto a una mujer que usaba la clásica naginata de los guardias; ambos sentados alrededor de una mesa. La mujer miró con severidad al guía de Hideyoshi —Estoy atendiendo una reunión muy importante— dijo la mujer mientras el guía apuntaba a Hideyoshi quien sostenía la misiva, la mujer reconoció inmediatamente el sello y afirmó al guía para que este se retirara, dejando entrar a Hideyoshi en la habitación, cerrando la puerta detrás suyo. —Es raro que el Señor Feudal me envíe a un mensajero— dijo extendiendo su mano para que Hideyoshi le entregara la misiva; al hacerlo la leyó con sumo cuidado, al parecer regresaba la vista de vez en cuando para cerciorarse de lo que estaba leyendo; al terminar de leer la misiva la dejó en la mesa y la extendió al hombre frente a ella. Quién también comenzó a leer, al terminar de hacerlo el hombre clavó su mirada severa en Hideyoshi —¿Por qué Hachi no Toshiro lo está buscando? Dime quien eres Soga no Hideyoshi—esto lo dijo colocando su mano en el mango de su katana; la mujer miró al hombre frente a ella —Calma Ukita, estoy segura que este no es el informante...—dijo la mujer mirando a Hideyoshi con una sonrisa calmada —No porta la indumentaria clásica, y mis contactos me informaron que llegaría esta noche o mañana al amanecer; no mandarían a alguien tan importante a plena luz del día— aquel hombre que respondía por el nombre de Ukita parecía haberse calmado, aún así su mirada no se despegaba del rostro de Hideyoshi —Pero Kana, si no es el informante ¿Por qué Toshiro lo ha enviado?— preguntó Ukita mientras la mujer respondía con tranquilidad, su nombre era Kana —Eso nos lo tiene que decir él; ¿no es así Hideyoshi? — Catacumbas de Taki (Daichi; Kohaku ) La flama de la antorcha danzaba y su luz rebotaba en los alrededores; en el suelo no parecían haber mas huellas que las de ustedes dos; Kohaku recogió las escamas que pudo de entre el fango mientras que Daichi se sujetaba a la cuerda para regresar por dónde habían venido. Los sonidos de la cueva seguían siendo los mismos, el goteo lejano, el eco de sus pasos; pero no había mas viento, no había vaho de alguna criatura. No tardaron en llegar nuevamente a la escalera de bambú; allí notaron como había una nueva antorcha preparada con piedras para encenderla, como si Taki no esperara que le devolvieran lo usado en su exploración subterránea; al mirar hacia arriba pudieron notar que la puerta estaba cerrada, no veían la luz del comercio de Taki. Daichi fue el primero en comenzar a subir la escalera, seguido de Kohaku quien avanzaba satisfecho por su botín. Daichi golpeó la puerta, leantándola con un poco de dificultad, logrando salir de las famosas catacumbas de Taki. Taki se giró a verlos, su rostro era de sorpresa —Vaya, no tardaron ¿Les ha dado tanto miedo? — Mercado Daruma (Takano Yuzuki;Suzume ) Suzume caminó hacia el mercado; parecía que cada segundo una persona nueva ingresaba a aquel lugar, al tener a un Daruma gigante de piedra al centro hacía difícil ver quien estaba dando la vuelta. Takano seguía escuchando la plática de la mujer que vendía artesanías de madera, trataba de irse pero al parecer no lo podría hacer hasta que le comprara algo; mientras Yuzuki admiraba el sonido de la flauta que hacía aquel muchacho. Suzume tenía varias opciones, pasear por los pequeños puestos de artesanias de madera; ver el negocio con inciensos y fuurin; ver al músico al centro junto al Daruma; un chico tocando la flauta. También ir al comercio local por algo de comida. Escuchar a la mujer predicando fuertemente. O simplemente pasear. Misato Natsu Kuroki Kohaku Mao Kenzaburô Hideyoshi Heya Suzume Yuzuki Daichi PV= 60 PV= 60 PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 muy bien descansado +2 defensa Takeda Takano Ukita Matsuda Fuji PV= 55 Mal descansado (-5 en defensa) PV= 90 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 90 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 80 [Envenenado] Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa)
Kuroki Fusatada Me quedé incrédulo ante la escena de Takeda, no comprendía nada. Pero, era evidente que tenía que ver con esa pequeña flama de su hombro, algo sin dudas pasó, algo crudo, pero... Liberador. —¿Porqué no vamos a algún sitio donde se pueda dormir mejor? Takeda, llevas días sin dormir bien, sé que estas mejor espiritualmente, pero... maestro. Merece usted mejor que nadie descansar en una cama—. Dije preocupado, aunque sin dudas al fin empezaba a calmarme al verlo tan... firme, como siempre, cosa que me sacó una sonrisa, por fin. >>A la próxima deberíamos caminar más para ir a un sitio donde bañarse mejor—. Bromeé relacionado a la noche anterior, noche que sin duda alguna fue, extraño. —Aún así, respetaré cualquier decisión que tome, maestro. Si gusta quedarse aquí, al menos, de mi parte. Me quedaré aquí—volví a sonreír.