Suzu Era ya medio día, los fantasmas de la noche anterior, le hicieron perder preciosas horas de sueño, sabía que su rostro sería igual al del Daruma del Mercado. Enjuago su cara, con agua fría en la pequeña pileta destinada a eso; observó que Miko dormía en un ovillo frágil y pequeño, lo dejó pasar quizá más tarde le subiría un poco de arroz y té. Molesto de que “sus” dos músicos no estuvieran ahí para los ensayos, Suzume empezó a aplicar una cantidad generosa de polvo de arroz en su rostro, está mañana se sentía poco motivado para hacer todo el shiro-nuri (maquillaje tradicional Geisha o Kabuki), puso un punto rojo en su labio inferior y en sus despobladas cejas dibujos los dos puntos negros que eran la moda para las mujeres de la época. Su apariencia era su sello más personal, un simple baño no bastaba para el y mientras masticaba la pasta negra que oscurecería sus dientes cepillaba con disciplina su brillante melena, necesitaba esa capa lustrosa de negro para sentirse mejor, colocó a lo alto su preciosa cuenta rubí y para el su estado artístico estaba hecho. Logrado el efecto deseado, se puso el kimono del diario, sencillo pero elegante y mientras aún bajaba escaleras gritó: -¡Hikoooo Samaaaa!- A estás alturas seguramente que ya no había nadie a quien molestar- El día empezó y muero, de hambre, además los fantasmas de tu casa no me dejaron dormir- Dijo haciendo un mohín.-¿cual historia vas a querré ver hoy?- si algo le emocionaba a Suzu, era su trabajo.
Kenzaburô Salió de la casa y rebuscó entre sus ropas; la cajita musical la tenía en su poder y la extendió en la palma de la mano ante Mao. Estaba rota por la caída pero aún podía transmitir la música. Kenzaburô miró a su pupila. —¿En qué momento te has dotado con el arte de la oratoria?— sonrió levemente; la chiquilla tenía más carisma que él, sin duda, y las palabras le sacarían de más problemas que el desenvainar una espada —volveremos y se la entregarás. No quiero que me vea, no es mi intención ponerla nerviosa nuevamente— pensó bien sus palabras —Cinco minutos y nos vamos. Me acompañarás al puerto; la informaciónque necesito me la proporcionará otra persona— Contenido oculto rapu me dejó su post. Lo dejo aprovechando que puedo
Ryouma En Casa Abandonada "Kahia Aitoko" Repasó Mao en su cabeza, que a pesar de estar afuera, escuchó las palabras de Ukita. También le respondió con un leve inclinamiento de cabeza. —Cuídese —dijo sin más, viendo como se marchaba... Y después dejó soltar un gruñido, molesta por mostrar amabilidad, últimamente se estaba dejando llevar mucho por sus emociones. Casi al instante, llegó Kenzaburo, que le extendió ante ella la cajita musical. Intercaló su mirar entre el objeto y el rostro serio de su maestro, para luego sonreír con suavidad. —Gracias —comentó respecto al gesto, mientras tomaba la caja y la escondía entre algún dobles de su prenda, junto al pequeño frasco con agua. >>¿Eh? —exclamó mirándolo confundida— ¡Bu-bueno! Aprendí un par de cosas cuando nos separamos —. Frunció el ceño, tratando de volver a su fachada, pero apenas le duró. Volvió a relajar su expresión escuchando el plan de Kenzo. Le alegraba que quisiera evitar más problemas con la chica, y le entusiasmó que prefiriera ir al puerto con ella, bien pudiendo ir solo. —¡Vamos ya, entonces! —exclamó, con más alegría de lo normal, reflejada en su sonrisa—. Nos espera un largo día. Mao Camino al Shukusha El barrio antiguo estaba desolado, Mao dejó su entusiasmo de lado para estar atenta de su alrededor. A pesar de que era de día, que estuviera abandonado ya aumentaba las probabilidades de que gente peligrosa merodeara por los alrededores. —Bueno... —habló tiempo después, relajándose tras minutos sin inconvenientes, aun así sostenía el mango de su katana—. En realidad... Puede que haya mejorado en la oratoria al contar cuentos —. A diferencia de los primeros meses que estuvieron juntos, Mao se veía mucho más dispuesta a conversar—. Se... Se los suelo inventar a los niños, a los que encuentro por ahí, en los pueblos que llegué a visitar. Recitar en voz alta... o cantar, me ayudó a pasar el tiempo cuando viajé sola. Después volteó a ver a Kenzo, sonriendo alegre. >>¡Es un buen método para desahogarse! —. Volvió a dirigir su vista al frente—. Podrías intentarlo —finalizó, algo burlona. Aunque si le daba curiosidad que tan mal, o bien, cantaba su maestro... ¿podría comprobarlo con un par de sakes? Ryouma. En el Shukusha. Prosiguieron el camino sin comentar mucho más. En un momento Kenzaburo dejó de seguirla, como bien habían acordado, él la esperaría afuera... ¿Hiko-sama?, ¿fantasmas? Ignoró la voz que logró escuchar desde afuera, aunque pudo distinguir que estaba bastante entrenada, pues era tan sonora como limpia. Admirable, definitivamente. Apenas generó sonido al entrar en el Shikusha, aprovechando de observar con rapidez a los presentes, para luego encaminarse hasta la recepción. Ninguno de sus pasos hizo ruido, y a pesar de que el desaliñado cabello y las ojeras la hacían ver agotada, su postura estaba lejos de ser la de un vago. Volvió a observar el lugar una segunda vez, intentando suavizar sus expresiones, no logrando encontrar al chico que la atendió ayer. —Perdonen —comentó con educación, con esa infantil voz de chiquillo pequeño, volteándose hacia los presentes—, ¿dónde está el recepcionista?
Shukusha (Hideyoshi; Heya; Suzume; Yuzuki; Mao y Kenzaburô) Se giró para ver a Heya—Creo que no, por la historia que me contó hace unos instantes mi hijo; y espero no sea así porque significaría que la mujer amable y aquel hombre con apariencia peligrosa....— decía hacia Heya negando con la cabeza—Mejor eviten gente peligrosa o extraña— justo en ese instante apareció Suzume quejándose de la noche que había pasado, y lo peor es que lo hacía frente a sus huéspedes, Heya y Yuzuki —No me vengas a levantar rumores de que hay espíritus y esas tonterías en mi Shukusha; a los demás en esta ciudad les gusta decir eso en sus negocios simplemente por atraer turistas supersticiosos. Pero en mi negocio no pasan los espectros, claro que no; primero tendrían que matarme antes de que yo permita que mi negocio sea embrujado. Ahora, con respecto a la historia de hoy por la tarde, sólo evita historias de fantasmas; los espectáculos de kabuki son muy especiales— esto último lo dijo hacia Yuzuki y Heya —Suzume hace espectáculos muy buenos junto a la voz tan linda en canto de Miko; es de las pocas veces que la oirán. Y este tipo de entretenimiento no lo not encontrarán en ningún otro lado — dijo guiñando un ojo. Después de aquellas palabras ingresó una pequeña niña, preguntó por Seneatsu, Hiko sonrió — MI hijo se ha vuelto famoso de la noche a la mañana— decía con un dejo de orgullo —¡SENEATSU!— gritó la mujer para luego girarse a Mao y dedicarle una sonrisa. El pobre hombre bajaba arrastrando los pies y antes de que pudiera quejarse su madre habló —Esta pequeña te está buscando— Seneatsu miró a Mao y cambió su expresión —Señorita, ¿olvidó algo en los baños hace unas horas? — preguntó el recepcionista. A su vez saludó a Heya quien estaba allí en el chisme diario de su madre. Comercio Puerto (Daichi) El camino de Daichi hacia el puerto fue placentero; caminó por el barrio moderno, escuchando conversaciones de confusión hacia la nueva sacerdotiza del Santuario, que al parecer a nadie le estaba gustando aquel cambio, pero nada se podía hacer si eso lo permitía el Señor Feudal. Al llegar al puerto pudiste distinguir un par de botes, no habían grandes navios. El comercio estaba ubicado a un lado de varios puestos dónde acomodaban el pescado obtenido por lo que el aroma no era muy grato. Aún así Daichi entró a aquel lugar. El dueño, Taki lo miró confundido, él abría temprano siempre; pero normalmente sólo entraban algunos pescadores por un poco de agua antes de irse a pescar —¡Muy buenos días viajero! ¿Qué se le ofrece esta fresca mañana?— Santuario Barrio Moderno (Natsu) Natsu se dirigió a la sacerdotiza; el hombre a su lado no reaccionó, sólo te miraba. —Pues me refiero a los kamis, claro está; pero en mi culto sólo respondo por Mara—aquella mujer no se veía decepcionada a pesar de que su prédica no surtió efecto, se le veía bastante complacida—el único que puede imponer el último de los castigos; la muerte—dijo dándole palmaditas a la cabeza del hombre que la acompañada— ¿Crees que me equivoco? — La mujer se alejó caminando hacia el santuario — Si tienes mas preguntas vuelve al anochecer; para entonces tendré respuestas para ti. Ahora debo ponerme a trabajar, alguien pretende desafisr a Mara— Herbolaria (Matsuda; Fuji; Kohaku) El hombre fue borrando la duda de su rostro al oír a Kohaku. Y aún mas cuando escuchó hablar con respeto frente aquellas personas; los miró detenidamente, eran una pareja y seguramente aquel era un guerrero contratado como guardaespaldas, sólo él traía katana. El hombre suspiró al escuchar el ingrediente que buscaban—No hay pantanos cerca; pero pueden encontrar algo en la caverna— dijo indicándoles que se acercaran—Vayan al puerto, al comercio de Taki; no prometo que encuentren los ingredientes necesarios allí, pero es lo mas cercano a encontrar agua encharcada por la zona— dejó las plantas y volvió a mirarte —¿Qué es lo que quiere Casa abandonada ( Takano; Kuroki; Misato) Tanto Takeda como Mao y Kenzaburô se habían marchado, sólo estaba Takano; Misato y Kuroki en esa casa. Bosque cercanías de Tsu (Takeda) Misato Natsu Kuroki Kohaku Mao Kenzaburô Hideyoshi Heya Suzume Yuzuki Daichi PV= 60 PV= 60 PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 muy bien descansado +2 defensa Takeda Takano Ukita Matsuda Fuji PV= 100 [Maldecido] Mal descansado (-5 en defensa) PV= 90 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 90 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 80 [Envenenado] Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa)
Kohaku Ishikawa Herbolaria — Comercio del puerto Una sonrisa de genuina alegría, aunque fuera pequeña, decoró su rostro y se inclinó hacia el boticario en señal de agradecimiento. Luego, se volvió hacia Matsuda y Fuji. —Iré al puerto, como este buen hombre tuvo la cortesía de indicarme, en busca de los ingredientes. Señor Matsuda, le recomiendo que descanse y no se esfuerce demasiado. Con su permiso, me retiro. Cierto era que sería beneficioso reducir al mínimo los movimientos de Matsuda, pero ya llevaba tanto tiempo con el veneno fluyendo en su cuerpo que probablemente lo hubiera recorrido por completo. No comprendía del todo los efectos y funcionamiento de esa sustancia, tan sólo esperaba lograr erradicarlo con eficacia gracias a sus conocimientos. Así pues, con Chiasa al hombro, Kohaku siguió los destellos dorados que se perfilaban sobre el horizonte, bajo el sol. El océano. Poco a poco comenzó a oír los graznidos de las gaviotas, olisqueó la sal en el aire y percibió el bullicio de la zona portuaria en aquellas horas de la mañana. Era refrescante. Se detuvo un momento, viendo en todas direcciones, y le preguntó a unos locales sobre el comercio de Taki. —Buen día, señor —saludó, con una sonrisa floja en el rostro; allí había otro cliente antes que él, por lo cual se mantuvo a un lado a la espera—. Buenos días para usted también, señor. Se inclinó apenas, reparando en los ropajes que aquel hombre llevaba. Parecían de calidad. ¿Sería un noble de la ciudad? ¿Quizá un viajero acaudalado?
Bosque cercanías de Tsu (Takeda) Contenido oculto: datos sobre lo sucedido A todos los que fueron al santuario del barrio viejo les podía haber pasado esto; rapuma y gigi la libraron safándose del dado, dejándolo a la suerte de Giga y mia; y obviamente la mia fue la peor, causando todo esto. El fantasma es la muerte mas reciente e importante para el personaje; la mayoría de ustedes hubieran enfrentado a algún personaje de su pasado. Pero como de nuevo, la suerte me odia jajajaja el último fue Chikusa, que era nivel 5 y en los atributos de repartición de puntos tiene muuuucha mas fuerza x'D Préndale su veladora a Takeda xD
Natsu Gotho ♤ Herbolaria La vio perderse al caminar lejos de él, quedando ahí de pie pensativo. Volvería en la noche, quizá obtendría algo más interesante que fanáticos por lo inexistente. Se dio vuelta bajando los escalones de piedra, en los cuales notó algunas semillas, levantándolas del suelo y examinándolas en el transcurso de su nuevo destino, podrían servir en caso de venir de aquella planta arborescente denominada ricino, la cual solía ser común en aquellas tierras, mirando a lo lejos aquel letrero. Herbolaria. Se adentró inhalando el delicioso aroma que solía tener la herbolaría de Nara, aunque este en particular era un poco más mentolado, sacando de sus ropajes algunas monedas. —¿Cuánto por el uso de sus instrumentos? —cuestionó en un suave susurro, pasando de las presencias ajenas al estar centrado en preparar lo que tenía desde la ciudad pasada.
Daichi Nishimura Anteriormente, había sido capaz de observar el mar desde mi habitación en el Oyaji, pero esta vez me encontraba tan cerca que podía sentir la brisa. Caminé por las callejuelas de la ciudad de Tsu, observando con detenimiento a las personas que empezaban a salir de sus casas. No había bullicio y tampoco un enorme tránsito de personas, por lo cuál, podía escuchar las conversaciones de las personas. Escuchaba y ponía atención en los tonos de las personas, algunas sonaban escandalizadas o ofendidas por las decisiones administrativas del Santuario al elegir a un nuevo líder religioso. —Interesante...—susurré para mi. Coloqué mi mano sobre mi barbilla para pensar. Sentí la brisa del mar chocar con mi cara, moviendo mi cabello de mi rostro dejando ver la parte más gruesa de la cicatriz que recorría mi rostro. Me lo volví a acomodar, tapándola de nuevo. Decidí ignorar ligeramente el descontento de las personas, no parecía algo muy serio o que fuese determinante para mi camino, "¿Realmente podrá comunicarse y entender los mensajes de los dioses?", me pregunté ligeramente. "¿Jugarán a los dados con nuestros destinos?", volví a cuestionar, pero cualquier análisis quedó postergado porque había llegado a los muelles. Miré alrededor, solo un par de pequeños botes de pesca.—Los más grandes quizás hayan zarpado...—miré en la lejanía del mar, pero no podía distinguir nada. Las aguas estaban serenas, las frecuencias del movimiento ondulatorio de las olas era casi inexistente, el sol seguía escalando en el cielo y las nubes parecían alejarse de tierra. Respiré hondo, aspirando el olor a salinidad y cuando cerré mis ojos, el olor a pescado se intensificó. Resoplé ligeramente, moviendo mi cabeza de lado a lado, no había sido un olor que había extrañado en lo absoluto. Miré mis manos, buscando las leves marcas blancas de heridas cicatrizadas, hacia mucho tiempo que... No se embarcaba en mitad del mar. Me dirigí a la única estructura que parecía estar abierta, además de los puestos de pescados. Un señor me miró y rápidamente me lanzó una pregunta. "—¡Muy buenos días viajero! ¿Qué se le ofrece esta fresca mañana?—" Saludé con una pequeña reverencia entrando.—¿Señor Taki?—pregunté ligeramente, observando alrededor del comercio, los distintos productos para poder capturar distintos tipos de animales marinos.—He venido aquí, porque requiero de información...—me detuve un momento.—Tengo entendido que usted es el dueño de este comercio, ¿no?—volví a detenerme para mirar un momento alrededor y suspirar ligeramente.—Y por consiguiente los pescadores vienen con todas sus historias y quejas sobre las aguas, sus vidas o... ¿De personas extrañas que solo van de paso? —en ese momento, pude escuchar la voz de alguien que había entrado. Asentí con mi cabeza ligeramente antes su lado, pero lo ignoré por un momento, mirando su figura por mi periferie, "¿Porque tiene ese máscara?", me giré levemente y pude estudiarlo. Lo observé de pies a cabeza y mi mirada se quedó estacionada en el arma que portaba, "Mal momento y mal lugar...", me cuestioné. Llevando mi mano instintivamente a la correa que cruzaba mi pecho, me volví a girar para mirar al dueño del lugar, pero mi periferie se mantuvo alerta ante la presencia del nuevo personaje del lugar. Una gota de sudor frío recorrió mi espalda, no sabía si estaba en una buena o mala posición.
Misato Aoyama —Ese Hitodama... Mi corazonada sobre algun suceso extraño en mi ausencia no eran meras suposiciones, apenas habia puesto el pie en la casa salude cortésmente al resto pero apenas pose la mirada en Takeda di con la sorpresa de ver aquella llama azul sobre su hombro, era un verdadero hitodama...senti que debia disculparme con mi hermana Kaede por no creerle...( aunque estaba muy ocupada en mis lecciones de baile) en mi vida habia visto algo semejante mad que en pergaminos e historias de viajeros...mis hermanas menos disciplinadas siempre lograban colarse en viejos templos y cementerios. Pero más importante, aquella hitodama no favorecia a Takeda en ningun sentido. Condicion que le llevo a ir solo hasta un punto del bosque, en solitario queria resover un asunto pendiente con plena paz mental. —Mucha suerte señor—le desee amablemente apenas daba la espalda a la espera de la próxima orden luego de atender su diligencia, solo pude observar su aspecto abatido y soltar un pesado suspiro. Desconocia lo que su estado podria ocasionarle. —Espero que éste bien—dije acercandome a Kuroki—creo que tuvieron una...larga noche ¿verdad?—añadi sin alejar la vista del suelo...no esperaba su respuesta tal parece que su primera noche en Tsu no fue la mejor.
Hideyoshi Soga 曽我秀吉 "Espíritus..." Hideyoshi ya se había deleitado con el sabor del té por la mañana, pero ahora no podía dejar de padecer un mal sabor de boca cuando escuchaba ese tipo de cosas, así oyera simplemente a posaderos ignorantes o a unos campesinos supersticiosos. No se trataba de que él fuera un ateo, era difícil encontrar algo así en esos tiempos, pero eso no significaba que cualquier clase de esoterismo o forma de creencia pudiera ser asimilada por cualquiera en cualquier contexto o bajo cualquier supuesto. "Esta posada emana un aroma a Shintō que empieza a repugnarme"
Shukusha (Hideyoshi; Heya; Suzume ; Yuzuki; Mao y Kenzaburô) Seneatsu se quedó esperando a Mao quien parecía querer preguntarle algo. Mientras tanto Hiko estaba alegre de ver a tantos huéspedes reunidos, así que aprovechó a contar los rumores mañaneros —Uno de los empleados aquí en el Shukusha me contó que Nara ha tenido problemas, no sé bien cuales, aquel sitio siempre me ha parecido muy aburrido por ser tan formal; pero no por eso digo que Tsu sea perfecto, la política local deja mucho que desear pues deja entrar a cualquiera para que se apodere de negocios abandonados; pero yo nunca voy a abandonar este; por mas que me digan que la ciudad está maldita— decía mientras prendía un incienso en la recepción —Disfruten la ciudad; las artesanías del mercado frente al daruma son maravillosas, para los amantes de la arquitectura recomiendo visitar los exteriores de cuartel militar; a los osados pueden preguntar por las catacumbas de Taki en el Puerto, es un sitio turístico muy entretenido—rió mientras le daba unas palmadas en la espalda a su hijo —Es perfecto para llevar una cita, jamás soltará tu brazo de lo tenebroso que es allá abajo. Y no vayan a ninguno de los santuarios; en uno no hay nadie y en otro hay gente loca— Comercio Puerto (Daichi; Kohaku ) Taki sonrió recargando su antebrazo en la barra, dejando a un lado el vaso que limpiaba mientras escuchaba a Daichi; después entró Kohaku saludando a ambos, este era un gran inicio del día para Taki, aunque no solía recibir viajeros tan temprano —Ese soy yo, Taki; dueño de este pintoresco lugar— el sitio olía a humedad; sal marina y alcohol —Ambos son viajeros, eso me queda claro; posiblemente son lo mas extraño que ha pasado en semanas; además de los yokai y yurei que rondan en la Ciudad; y aquella nueva sacerdotiza encomendada por el señor feudal, cree en el Dios de la muerte, seguramente creyó que eso quedaría perfecto con el folclore local; pero lo dudo, nosotros adoramos las historias de fantasmas y esas cosas; pero no nos metemos con los Dioses, eso ya es de orar y ponerse de rodillas, nosotros los fieles locales sabemos convivir con los que ya no están en cuerpo presente, esos asustan cuando los ves...—rió un poco— pero no hacen año, pues los respetamos. En cambio si te metes en oraciones y demás a no sé que cosas divinas, podrías enfurecer espíritus, romper su descanso eterno y esas cosas crueles— dijo con tristeza quedándose unos momentos en silencio. Los miró, reparó en el aspecto pulcro de Daichi a quien jaló del brazo para que sólo este escuchara; siendo un poco descortés con Kohaku que estaba a un lado —Pero quien soy yo para juzgarlos; ustedes se ven como grandes aventureros, ¿Acaso vienen a comprobar lo que digo de mi comercio? creanme que es cierto; este lugar se construyó debajo de viejas catacumbas; abajo hay cavernas con ríos vírgenes que alimentan la Ciudad, se dice que conecta con las montañas que separan Mie de Aichi, yo nunca he querido explorar más allá— detrás de él levantó del suelo unas maderas descubriendo un hueco de piedra —He ahí la mejor atracción para los aventureros ¡Las catacumbas de Taki! —gritó emocionado —Para entrar son quince monedas, y lo que encuentren abajo es suyo— Herbolaria (Natsu) El hombre lo miró con duda; el dueño del local era un hombre bastante desconfiado —Son diez monedas — dijo sin mas; cuando un herborista preguntaba por el precio de sus intalaciones era evidente que sabía lo que hacía —Por favor mantenga la limpieza adecuada del lugar — dijo con mala gana; se notaba que siempre le dejaban esa tarea a él. Casa abandonada ( Takano; Kuroki; Misato ) Takano observó a Misato quien hablaba con Kuroki —Este sitio fue mala idea; debimos haber ido directamente a Kamakura evitando esta maldita Ciudad. A veces el liderazgo es cegado por sentimientos, y ahora estamos pagando esas consecuencias— dijo observando la katana de Chikusa; parecía estar hablando con ella en lugar de Misato y Kuroki. Bosque cercanías de Tsu (Takeda) Misato Natsu Kuroki Kohaku Mao Kenzaburô Hideyoshi Heya Suzume Yuzuki Daichi PV= 60 PV= 60 PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 muy bien descansado +2 defensa Takeda Takano Ukita Matsuda Fuji PV= 100 [Maldecido] Mal descansado (-5 en defensa) PV= 90 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 90 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 80 [Envenenado] Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa)
Kohaku Ishikawa Comercio del Puerto Aquel Taki ciertamente era una persona parlanchina. En menos de cinco minutos los puso al corriente de la situación en Tsu como pocos locales lo habrían logrado. Kohaku lo oyó con atención, aunque no le brindó particular relevancia exceptuando la última porción de su discurso. ¿Unas catacumbas? ¿Ríos subterráneos? Podía haber aguas estancadas, y si había aguas estancadas... podía encontrar sanguijuelas. Ojalá tuviera mejores opciones, pero no parecía haberlas. Tendría que arriesgarse. Su expresión se contrajo en una fugaz y casi imperceptible mueca de disgusto mientras rebuscaba las monedas dentro de su abrigo y las depositaba en la palma abierta del pescador. Aunque fuera dinero robado era bastante receloso de él una vez llegaba a su bolsillo, y ciertamente le desagradaba invertir en empresas inciertas. Pero era por Matsuda. Se había comprometido a elaborar un antídoto, y su honor se lo demandaba. —Iré, señor —anunció, tranquilo, y descendió sin más por el pozo que Taki había destapado. Contenido oculto esto se ve sospechoso kOHAKU QUÉ HACES
Yuzuki Minami Shukusha No pregunté nada más, permanecí allí, como quien no hace nada más que eso, pasar el rato en la recepción y darle un vistazo al exterior a través de la puerta. Apareció una jovencita de ojos ámbar, preguntó por Kagami y pronto esta se puso en acción, hablando más de la cuenta. ¿Problemas en Nara? Pero bueno, ¿de qué clase de problemas hablaba? No iba a preguntar allí, con otras personas presentes. El mercado y las catacumbas. Sonaban como lugares interesantes por los cuales empezar. —¿Cuánto dinero recomiendas llevar para darse una vuelta por el mercado o el puerto, Kagami? —pregunté con suavidad. No era que tuviera dinero, pero siempre podía sacarle unas moneda a alguien en el camino. Contenido oculto aquí estoy, poniéndome al día (?)
Natsu Gotho ♤ Herbolaria Dejó el par de monedas sobre el mostrador, encaminándose hacia las mesas pulcras de madera, sacando de su kimono los ingredientes necesarios para deslizar con maestría sus largos dedos por el gotero, extrayendo de aquella fruta el centro mientras la cáscara la acomodaba sobre un duro recipiente de piedra, machacando con un pequeño mortero, esparciendo seguido algunas gotas de alcohol que decoloraron el vivo rojo a uno más transparentoso. Esperó por unos segundos y vertió el resultado sobre un pequeño frasco que guardó dentro de su manga, reposándolo en una de las mallas internas. Seguido, abrió la llave y dejó lo utilizado en agua por unos minutos, esperando que se borrara todo rastro de su preparación, limpiándolo después con uno de los trozos de algodón que había en el sitio, dejando todo acomodado perfectamente. Sujetó la espada que había colocado en una esquina hace un rato, mirando por un momento al dueño del lugar como si le dijera las gracias sin habla, saliendo del sitio. Al estar fuera comenzó a caminar hacia el cuartel militar. Mientras esperaba el anochecer... buscaría información en otro sitio.
Daichi Nishimura El señor Taki, el dueño del establecimiento, comenzó a hablar sobre la nueva creencia impuesta por la sacerdotiza. Me encontraba meditando sus palabras, llevé mi mano a mi barbilla pensativo mientras lo observaba. Estaba a punto de dar mi opinión sobre el nuevo asunto, pero el hombre me jaló del brazo cortando la distancia entre ambos, mis manos fueron de manera institiva hacia arriba. Segunda vez en el día que debía disimular mi acción rascándome detrás de mi cabezaal escuchar la voz del hombre diciéndome una oración entre susurros. Sonreí levemente y asentí. "Deberé esperar...", pensé para mi. Y mi mente disipó la opinión que tenía sobre la nueva creencia del lugar, no era importante, al menos, no lo parecía de primera. Sin embargo, mi curiosidad eventualmente me haría aventurarme a ese lugar, acaso: "¿Alguna vez he escuchado a alguien santificar de manera liberar a la muerte?", pense, pero las palabras de mi padre nublaron por un momento mi visión: "-Daichi, la muerte es un precio digno a pagar en el camino del Samurai... Mirarás a tú enemigo a los ojos, hijo, y si mueres será de manera honorable...-", tragué saliva ante la viva imagen de mi padre en mi cabeza. "-...Es preferible a una vida deshonrosa...". Bufé levemente para mi: "¿Y adónde nos ha llevado eso?", pensé mordiendo ligeramente mi labio inferior. Sí, iría a visitar más tarde a la sacerdotisa, tendría que encontrar las respuestas para la luchaba que se libraba en su interior entre su vida anterior y la actual... Entre la senda del samurai y la del cobarde, entre vivir como su padre o como él. "—¡Las catacumbas de Taki! —". Nuevamente, mi mente puso atención en lo que decía el hombre. Parecía muy entusiasmado en sus palabras. Parecía que era un nuevo método de estafa. Escuché todas sus promesas con cautela, y luego lo miré. Volví a percatarme que estabamos acompañados cuando el chico le entregó las quinces monedas al hombre antes de empezar a descender. Observé como aquel agujero oscuro engullía al joven de la katana, no debía ser mayor a mí. Miré al señor Taki y suspiré. Intenté negar con mi cabeza ante la ingenua idea de adentrarme en aquel lugar, tenía cosas más importantes que hacer, debía preguntar, recolectar información, intentar encontrar algún grupo de coalición que estuviera dispuesta a terminar con la guerra... pero mi curiosidad me mataba. Volví a suspirar, desajusté la correa que sujetaba mi pecho y la coloqué alrededor de mi cintura como debía portarse. Le lancé las quince monedas al comerciante. -Espero que esto valga el costo, señor...-dije sin más comenzando a adentrarme en aquel agujero del suelo. Sabría que mañana me cuestionaría esta decisión.
Shukusha (Hideyoshi; Heya; Suzume; Yuzuki; Mao y Kenzaburô) Kagami miró a Yuzuki con una sonrisa —Para el mercado con el Daruma yo llevaría al menos unas cincuenta; el mercado de este barrio mejor evítalo, suele haber ladrones que se aprovechan de la confusión de los viajeros; para el puerto no necesitas dinero a menos que quieras ir al comercio de Taki; ese hombre no cierra la boca, y aprovecha el folclore local para sacar ganancias, eso es muy bajo. Por entrar a ese horrible lugar pide quince monedas, es sólo un agujero con piedras y agua, no gastes tu dinero en esa estafa; el sake que vende es fatal; lo único bueno que tiene es el pescado; y eso es debido a que consigue siempre el más fresco— aquellas palabras dejaban ver la envidia en su rostro, a la vez de un enojo moderado. Comercio Puerto (Daichi; Kohaku ) —Una decisión de la cual no te arrepentirás— decía Taki mientras aceptaba las monedas de Kohaku; cuando se giró para hacerle las advertencias necesarias el chico ya había descendido; Taki rió ante tal valentía; así que gritó desde arriba — ¡Junto a la escalera hay una antorcha ya previamente empapada en aceite; allí encontrarás las piedras para encenderla; ten cuidado con resbalarte; y aleja esa máscara tuya del fuego, o tú te convertirás en la antorcha! — sin que este terminara, Daichi le lanzaba las monedas las cual atrapó, una rodó por el piso y tuvo que perseguirla, volvió a asomarse —¡En la escalera hay una cuerda amarrada; recomiendo que la tomen, es bastante larga y podrán explorar por allí; pero como les dije, yo no he explorado toda la caverna; recomiendo no seguir si la cuerda se tensa, podrían perderse allá abajo! Sólo hay una cuerda así que mejor compartan, a menos que sean hábiles rastreadores!— Contenido oculto: mapa El círculo es dónde ustedes bajan Las rayas color rojo indican hasta dónde llega la cuerda guía; básicamente ustedes pueden pasar de esta línea pero son áreas no exploradas Los círculos azules son pantanos Las líneas azules representan ríos No pierdan la antorcha :3 No hagan mucho caso a los número; esos son para mi; si les sirven de referencia para moverse pueden hacerlo :3 Cuartel Militar (Ukita; Natsu) Aquella edificación era sumamente hermosa; torres altas, tejados de madera con barandales tallados; unas puertas amplias cerradas con gran seguridad; algunos guardias se movían entre sus pisos vigilando Tsu desde las alturas, armados con lanzas que al contacto con la luz solar, hacían rebotar luz a los transeuntes debajo de la edificación. La entrada principal se parecía a los arcos de los Santuarios, la diferencia era que sus puertas estaban cerradas y vigiladas por cuatro guardias; dos en el exterior y dos en el interior. Era normal que los viajeros se detuvieran a observar aquella arquitectura, por ello los guardias no preguntaban demasiado sobre las acciones de las personas; aun así se mantenían antentos. Casa abandonada ( Takano; Kuroki; Misato) Los tres permanecían en silencio. A pesar de eso, Takano estaba inquieto; sentía que algo no estaba bien. Bosque cercanías de Tsu (Takeda) Misato Natsu Kuroki Kohaku Mao Kenzaburô Hideyoshi Heya Suzume Yuzuki Daichi PV= 60 PV= 60 PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 muy bien descansado +2 defensa Takeda Takano Ukita Matsuda Fuji PV= 100 [Maldecido] Mal descansado (-5 en defensa) PV= 90 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 90 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 80 [Envenenado] Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa)
Tanaka Heya Escuchó con atención lo que le dijo la señora Kagami sobre los huespedes. Agradeció por la información y el hospedaje, justo cuando llegó una niña llegó a la habitación —Perdonen, ¿dónde está el recepcionista?-Preguntó la chica. Heya pudo identificarla como una de los viajeros de esa noche. Dudó un momento si preguntarle directamente sobre las rutas disponibles y de donde venian, pues llamaria la atención de los presentes si lo hacia. En su lugar, devolvío el saludo a Seneatsu, y salió del shukusha, esperaria a que saliera para rastrearla y con suerte encontrarse con los viajeros que la acompaaban.
Kohaku Ishikawa Chiasa chilló suavemente cuando los pies de Kohaku hicieron contacto con el suelo de la caverna, y el sonido se replicó hasta profundidades desconocidas en medio del impertubable silencio. Las indicaciones de Taki resonaron por igual, como traídas de un mundo diferente, y Kohaku aguardó por que su vista se ajustara a las penumbras para hacerse con las piedras y friccionarlas hasta conseguir la chispa deseada. El lino de la antorcha embebido en aceite rápidamente cobró vida y la sujetó por el mango, girándose en redondo para inspeccionar el panorama. Había unos cuantos charchos de agua estancada aquí y allá, y un dejo de alegría decoró su expresión antes de enfocarse en su tarea. No quería ser imprudente, sin embargo, y debía salir de allí lo antes posible, por lo que decidió aguardar por el otro hombre que había pagado la curiosa excursión. —Señor —se dirigió hacia él con suma educación—, mi labor aquí será rápida y sencilla: sólo debo buscar algo en las aguas estancadas de la caverna. Como hay una sola cuerda, ¿podría acompañarme hasta aquel gran pantano de allí adelante? Luego no pediré nada más de usted, se lo aseguro. Contenido oculto Hablo de este: No identifico bien los números, sorry (?
Hideyoshi Soga 曽我秀吉 "No tiene sentido seguir esperando aquí, tengo que buscar información del paradero de Takeda" Si se trataba de buscar información, Hideyoshi debía poder conseguirlo. La cuestión sería por dónde empezar a buscar, pero la respuesta se hacía inmediatamente obvia para un miembro del clan Soga. —Disculpe señorita— se aproximó a una joven que parecía eternizarse en el Shukusha—, necesito ver al señor feudal, pero no conozco la prefectura a fondo, ¿me haría el favor de orientarme? La joven le dio un par de indicaciones al veterano diplomático y espadachín, que fueron bien apreciadas por él. "Con que la casa del Señor Feudal no recibe audiencias normalmente, veremos qué tal me va..." Contenido oculto: Movimiento Del Shukusha a la Casa Feudal
Bosque cercanías de Tsu (Takeda) Takeda salió de la casa abandonada hacia el bosque por dónde habían ingresado a Tsu; algo no lo hacía sentir seguro en la Ciudad, no junto aquel Hitodama. Las palabras de Kenzaburô resonaban en su cabeza, ¿Y si este espíritu se estaba alimentando de aquellos sentimientos negativos? Debía expulsarlos para que no lo dominaran de aquel modo. Se sentó en flor del loto y cerró sus ojos sosteniendo el collar de cuentas de madera —No insistas en el pasado, concentra tu mente en el momento presente — dijo Takeda preparándose para orar. Sintió una fuerte energía en su espalda; algo que lo hizo reacciónar con rapidez casi inhumana. Takeda estaba sumamente cansado y aun así esquivó un ataque que logró cortar un árbol de un tajo ¿Pero quién lo había ejecutado? Takeda no podía ver a nadie pero aquella energía era real; colocó su mano en su katana, listo para desenfundarla. "¿Cuáles habrán sido sus pensamientos en aquel momento?...." una voz se escuchaba en la mente de Takeda mientras este desenfundaba su katana buscando al enemigo "... Eso has pensado todo este tiempo. En cómo murió, qué patético mortal" la voz se burlaba de él. "Cómo me hubiera diertido si el ataque no hubiera fallado; así sabrías en carne propia lo que sintió esta alma el día de su muerte, atacado en su momento mas vulnerable. He de admitir que me ha sorprendido que tú si reaccionaras, eres fuerte aun con mi maldición encima. ¿Cuánto tiempo llevas sin dormir pensando en su muerte?" Takeda respiraba con tranquilidad mientras buscaba a su objetivo "Nunca hubiera imaginado que esta alma fuera tan poderosa, mas fuerte que tú" Takeda seguía mirando a todos lados mientras escuchaba como la voz reía ante tal escena "Es momento de que enfrentes a la muerte, el juicio ha iniciado; abre tus ojos y contempla tu penitencia" Lentamente Takeda pudo ver una silueta que comenzaba a tomar forma, el Hitodama se transformaba abandonando aquella forma, tomando una humana; cargaba una katana negra y su rostro permanecía oculto bajo una tela delgada. Aquello era un espíritu; pero lo estaba dañando. "Sin darte cuenta has estado avanzando hacia el deseo de morir..." dijo la voz haciendo que Takeda se sobresaltara "Es tu pensamiento mas profundo, y un shinigami podrá concederte aquel anhelo" La silueta tomó forma por completo, su rostro estaba oculto; pero aquel estilo de pelea y fuerza eran únicos, muy pocos podían causarle aquel daño a Takeda; aquel espíritu que era controlado por aquella entidad era Chikusa. Takeda permaneció observándolo, tratando de contener todos sus sentimientos, manteniendo una mente fría y concentrada. Pero sería difícil pues pelearía con quien consideró su hermano; Chikusa Nagasuke, aquel que fue considerado el más fuerte del clan. —Su alma debió renacer; no ser sometida....— decía Takeda mirando a aquel fantasma. Takeda Chikusa PV= 100 [Maldecido] Mal descansado (-5 en defensa) PV= 100 Takeda respiró profundamente mientras observaba como Chikusa preparaba su posición; la conocía perfectamente; Chikusa realizaría su ataque especial. Si Takeda se distraía eso podría significar perder la vida, así que él también atacaría con su mejor técnica. Por unos instantes permanecieron inmóviles, cada quien oncentrado en su oponente, aquel a quien alguna vez llamaron "hermano" Chikusa en estos momentos era un títere que parecía ser corporeo ¿Pero cómo podía ser eso posible? Su cuerpo fue incinerado justamente para que su alma tuviera la despedida adecuada dentro del budismo ¿Qué estaba pasando? Chikusa atacó a Takeda sin emociones, desplegando su técnica especial pero con una katana que no era suya, su velocidad fue impresionante, Takeda conocía perfectamente la técnica; la había logrado detener antes un par de veces; pero siempre en entrenamiento con espadas de madera; jamás con un sable real. Si no lo detenía o esquivaba equivaldría a morir, eso hizo que en la mente de Takeda no quedara duda de que aquel no podía ser su Chikusa; al menos no consciente. Takeda observó aquello que no pudo durar mas de unos segundos; esquivándolo por completo, haciendo que Chikusa terminara cortando cinco árboles de un tajo. Esa era la verdadera del mas fuerte en el clan Minamoto, a quien le habían arrebatado la oportunidad de pelear contra los Taira. Takeda no podía quedarse mirando; así que desempeñó su propia técnica, un ataque con dos direcciones el cual era casi imposible de esquivar; causando considerable daño a su enemigo aún así no fue suficiente, ambos se alejaron para colocarse en defensa, observando el siguiente movimiento de su rival. —Recuerdo aquel día que pasamos en la clínica; habíamos peleado un día antes pues creías que venía a matarte. Ese día te dije: jamás me gustaría tener que pelear contigo hermano, no tienes idea de cuan afortunado soy de saber que estás de mi lado— decía Takeda observando la defensa de Chikusa, esperando ver en él una reacción por recobrar sus capacidades; sus manos sostenían firmemente aquella katana que no era la suya, el cuerpo aún portaba el collar de cuentas de madera —Chikusa; si es que estás ahí escucha con atención — dijo guardando su katana para preparar el siguiente ataque —Fallé a mi promesa contigo; pero pelearé aquí y ahora por enmendarlo— Takeda aún seguía sin un rasguño encima, seguramente era porque aquel cuerpo peleaba sin espíritu de combate. Esta vez Chikusa no espero a la defensa y realizó un ataque directo el cual le fue imposible a Takeda de esquivar; la katana hizo un corte en el pecho mientras Takeda cortaba hacia el cuello, eludiendo la cabeza; sus sentimientos por su amigo lo estaban deteniendo de un golpe final. Takeda Chikusa PV= 80 [Maldecido] Mal descansado (-5 en defensa) PV= 14 Takeda de nuevo escuchaba la voz en su cabeza "¿En serio creíste que tus palabras cruzarían mis talismanes? Nada de lo que digas o hagas lo detendrá; esto acaba aquí y ahora" quien fuera esa persona estaba enojada de que aquello no estuviera saliendo como deseaba. Chikusa atacaba erráticamente, aún así aquel último ataque parecía haber estado casi en igualdad de condiciones; por suerte para Takeda las heridas fueron superficiales. Esto logró desatar el cabello de Takeda, perdiendo un poco en el corte con la katana de su enemigo. Takeda trataba de concentrarse lo mejor posible; parecía no querer dar el golpe final, sostuvo con firmeza su katana y esta vez atacó directamente hacia la cabeza; dió el golpe perfectamente mientras cortaba aquel talismán en el rostro de Chikusa, develando su rostro. Takeda Chikusa PV= 55 [Maldecido] Mal descansado (-5 en defensa) PV= 0 —¡Maldita sea!— gritó Takeda observando el rostro en llanto de su "hermano" tenía la esperanza que la persona debajo de aquel talismán sólo fuera un imitador; pero no fue así. El espectro lo miró mientras este parecía desvanecerse. —Takeda, debes destruir a Kyōdai ai— decía Chikusa hacia Takeda —Es el único vínculo material que me ata a este mundo— —Espera, Chikusa... yo...— —Lo sé; no tienes por qué disculparte, esta vez no estoy solo— sonrió entre lágrimas hacia Takeda— Nos encontraremos en otra vida; hermano— El espíritu de Chikusa se desvaneció por completo "Resultaste ser mas fuerte de lo que hubiera imaginado... " dijo la voz en la mente de Takeda sonaba lejana pues el vínculo se había roto "Nos volveremos a encontrar"