Ubicado en: Segundo Piso Una sala no demasiado grande... pero realmente no necesitaba serlo, puesto que tampoco había demasiados profesores en la secundaria. Cuenta con varios escritorios, ventanas que dan al exterior, y un archivero donde se guardan todos los expedientes de los alumnos. Los profesores suelen encontrarse aquí en sus ratos libres y a la hora del almuerzo, pero el área generalmente está cerrada durante las horas de clase. Contenido oculto
Nagi Watanabe Si tenía algo de suerte lo más probable es que los profesores se encontraran retirando sus cosas para marcharse ¿Sería capaz de encontrar al encargado de su aula? Esperaba que sí... La verdad es que recién caía en cuenta que estaba siendo una entrometida, cosa que le hizo sentir un poco más mal de lo que ya estaba, pero es que ya habían pasado como cuatro días desde que no compartían en la azotea, y no es que a Watanabe le desagradará pasarse los recreos leyendo el manga de los que había conseguido antes de mudarse desde Tokyo, pero la chica siendo distante con, al parecer, todos le preocupaba. Así que cuando ya estaba frente a la entrada del lugar tocó despacio sin llegar a titubear demasiado, casi nada. —Pe-permiso... ¿Hay alguien? —empezó a girar la manilla, en realidad deseaba que estuviera abierto.
—¿Watanabe-san? —preguntó la voz de un hombre al verla ingresar. Se trataba de Fukushima-sensei, el profesor encargado de la Clase 1-2. Se encontraba sentado y charlando con Hayasaka-sensei. Ambos maestros parecían ser los únicos que quedaban en aquel lugar. —¿Puedo ayudarte en algo, joven? —le preguntó el profesor a su alumna con una sonrisa gentil. >> Me siento enferma. >> ¿Sabe dónde puedo encontrar a Yuki-chan? >> Me confundí de salón, perdón.
Nagi Watanabe. La señorita Watanabe terminó de ingresar por completo al salón, cerrando la puerta tras de sí, y mirando a los profesores con algo de nerviosismo por lo entrometida que estaba siendo. —Di-disculpen por molestar —dijo con una leve reverencia, para luego mirar a todos lados, como si tuviera algo de miedo que alguien le escuchara preguntar por su compañera—. ¿Sa-sabe alguno de ustedes donde puedo encontrar a Takagawa-san? — Su voz cada vez se tornaba más y más nerviosa—. ¡Ha estado yéndose inmediatamente después de clases! Y creo que algo le preocupa... Me gustaría poder hablar con ella. — Nuevamente la mirada al piso —. Pero dudo si ella desea eso —murmuró más para ella que para los profesores. Si no conseguía información ahí ya no tendría nada más que hacer respecto a su amiga.
Los profesores intercambiaron una mirada... y finalmente Fukushima sonrió. Pareció darle a entender que era algo simple; una amiga preocupándose por otra, simplemente eso. Con amabilidad, el profesor de Nagi le respondió. —No puedo asegurarlo con certeza... pero creo haber escuchado que suele ir al Río Hanazawa —replicó Fukushima—. No sé exactamente en que parte, por supuesto... pero bueno, es mejor que nada, ¿no? —Espero encuentres a tu amiga, Watanabe-san —añadió Hayasaka—. Y si hay algún problema en el que podamos ayudar, no dudes en decirnoslo.
