Crossover 7Days! [Día 3]

Clevert

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he aqui Clevert o "Conejo" para la duquesa Allen(?

A medida que avanze me di cuenta que el lugar se prestaba para un culto o quien sabe que, avance lentamente y fui a dar a las cercanias de un monumento.
Me detuve un momento pues mi llamada inicial si tuvo respuesta...la voz parecia la de una chica joven, pasaban los segundos y dudaba si querer mostrarme, la chica parecia algo nerviosa, si doy un paso en falso podria toparme con alguien peligroso sin embargo...quedarme quieto solo empeoraria las cosas...debia presentarme...

—Eh Hola perdon c-creo que solo encontre este lugar—aclare mi garganta y di unos pasos al frente y en efecto alguien más se encontraba frente a mi, una chica de cabellos negros y tez blanca como un par de años mayor o menor...por lo que parecia ella tampoco se fia, era normal pero esperaba que todo resultara bien al final.

—Si lo se no es forma de presentarme emm me llamo Clevert es un placer —Salude con una pequeña reverencia—y supongo que usted también tiene una misión de Charon ¿a que si?

 

Steven

3/3 Post Cerro

— Ya estoy aquí.— Murmuré parado justo en la sima del cerro.

El vientos era frío y la oscuridad era abrazadora, sin embargo ahora tenía una mejor visión de mi entorno. Cuando sol saliera, si es que salía en este lugar, sería un buen lugar de observación. Mire hacía el cielo tratando de ver si el sol tenía intenciones de salir, pero aún había estrellas y la luna seguía ahí.

 

Clevert


Respondi señalando con la mirada el punto de mi inicio, en direccion aquel lugar donde operaba aquel viejo mirador.

—Bianca ¿eh? Es buen nombre...encontre este sitio gracias a un mirador en aquel raro parque—explicaba mientras nuevamente centraba mi mirada en ella— Vi que rondabas esta zona y decidí venir...tal vez encontrase algo de ayuda—dije con una sonrisa timida aunque parecia estar a la defensiva no aparentaba mailicia alguna.

—Supongo que despertaste aqui, entiendo tu sentir...tuve que cruzar la oscuridad para llegar aqui...al puro riesgo de permitir que alguna cosa me pillaria por la espalda.

 

Al acercarse mejor, con algo de recelo... Sean pudo respirar tranquilo al notar que se trataban de simples árboles de formas comunes, que en la absoluta oscuridad dibujaban contornos tétricos en la distancia. Eran, de hecho, árboles llenos de frutos, cada árbol sosteniendo unos distintos al resto. Había ocho árboles en total... ¿Se acercaría a alguno de ellos a recoger una fruta?

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Si quieres ocupar tu inventario con alguna fruta escoge un número, dependiendo del número obtendrás un resultado u otro

Después del ascenso hasta llegar hacia la cima del cerro, Steven notó sus energías descender considerablemente. Sin embargo, las vistas que obtuvo desde aquel lugar fueron suficientes como para que mereciese la pena. Quizás sería buena idea descansar, no vaya a ser que se desmayase por el camino de vuelta.

Obtienes información de vista panorámica.

Cuando Morgan le alcanzó la vela a Katrina y esta prendió la llama, la sala entera adquirió finalmente una forma concreta y real. De un simple vistazo pudieron ver que se encontraban en una casa rústica, hecha en su mayoría de madera y piedra, materiales que parecían haber sufrido la dureza del tiempo considerablemente. Era pequeña, pero servía de refugio: parecía consistir en una planta baja con una diminuta sala de estar, formada por una pequeña mesa de madera con un periódico polvoriento descansado sobre la misma. La alfombra deshilachada se había llenado de algunos fragmentos del jarrón destrozado, y sobre el sillón parecía reposar una cartera de cuero.

También parecía haber una diminuta cocina al fondo, la entrada del hogar en la dirección contraria, y unas escaleras de madera que llevaban al ático de donde había venido Katrina.

Sí, todo parecía mucho más sencillo con algo de luz.

Bianca se acercó al cuenco de fruta que servía de ofrenda para el altar, notando que sobre la misma reposaban tres naranjas en buen estado, como si acabasen de ser colocadas recientemente. ¿Alguien... cuidaba asiduamente de aquel lugar? Qué curioso.

 

Reual Nathan Onyrian

Despiertas cuidadosamente tumbado sobre el suelo rocoso, en mitad de la noche. Parece que te encuentras en medio de la nada, pues a pesar de tener algo de luz contigo, no logras percibir ningún rastro de vida en los alrededores, más que una serie de caminos cerca de tu posición que puedes seguir, en caso de querer alejarte de la edificación a tus espaldas.

Quizás... era momento de empezar la investigación, una vez más.

 

Clevert

La chica parecia no incomodarse con mi presencia, vi como el lugar tenia un aire extraño y algo llamativo.

Bianca habia explorado la zona y no sabia si habia conseguido algo util...algo filoso, pintura o una pluma, no lo sabría hasta preguntarle pero siento que deberia hacerlo con algo de tacto pues ¿no será esto una competencia en donde revelar mi objeto le beneficie? Solo queria que me prestase algo que dejase marca pero no se si esto me cueste caro.

—Esta bien...—observe el lugar de nuevo—Sentia que esto de la muerte seria algo...diferente, no recordar nada y ni idea sobre a quienes dejaste atras y cosas asi aunque...—saque entonces aquella extraña baraja—estos objetos de alguna forma dan cierto sentimiento de familiaridad, probablemente tengas uno y sientas lo mismo ¿no?

Presenti que mi suerte no me otorgaria lo que buscaba sin embargo no paraba de examinar el entorno, siendo algo llamativo aquel monumento y el altar...uh para mi sorpresa aquel sujeto parecia haber sido ¿caricaturizado?

De veras aquel purgatorio abarcaba un escenario donde la palabra "extraño" se quedaba corta.

"Espero no perder de vista lo que busco"

 

Sean Reece

Suspiró, parecía estar solo realmente, tan solo acompañado de árboles en cuestión. Frunció su nariz, considerando si debía ir o no, pero considerando que podía no presentarse esa oportunidad de nuevo, decidió acercarse para tomar algo como suministro.

—Veamos... ¿Qué se me antoja sel menú de hoy?

 

Steven

Un último vistazo al paisaje me hizo suspirar profundamente tratando de apaciguar mi ritmo cardíaco, había sudo agotador subir escalando. No podía darme el lujo de desfallecer por cansancio ahora, todavía tenía una misión que cumplir en este lugar y volver...

Volver...

Lentamente deje que mi cuerpo cayera pesadamente contra el suelo, mientras que mis brazos se extendían hacia los lados y mi rostro se mantenía fijo en el cielo.

— ¿De verdad habrá algún sentido en volver?

Debía descubrirlo, pero de momento solo me dedicaría a Descansar.

 

Andrea Dalcorvo

Me froté la sien, mientras levantaba el torso del suelo. Contemplé el objeto que tenía en mis manos. El mero hecho de sentir su tacto en mi piel fue suficiente para enviar una cantidad de información a mi cerebro que no hizo más que noquearme por unos segundos. Algo estaba allí luchando por salir, pero no sabría decir que. Me latía la frente, y por alguna razón, quería un cigarrillo a toda costa. ¿De verdad en mi vida anterior había sido tan adicto a ellos? Teniendo en cuenta las cosas raras que parecía que me ocurrían, no sería raro haber caído en un vicio así.

Contemplé el panorama a mi alrededor. Vacío. No había un alma. Tan solo caminos, sombras, y ruidos. Bufé, algo molesto. Bien podrían haberme puesto en algún lugar donde hubiera más gente. Aunque con lo huraño que me estaba comportando, dudaba que eso sería una buena idea. Así que sin decir más, me levanté del suelo, di media vuelta, y me dirigí al enorme edificio que tenía detrás. Tal vez valiera la pena explorarlo.

 

Morgan iluminó el periódico lo suficiente como para poder leer su contenido. Grande fue su sorpresa, no obstante, al notar que la primera página no tenía portada, si no que estaba completamente llena de esquelas con decenas, quizás cientos de nombres tachados. Algunos de ellos, los que no estaban tachados, tenían un círculo rojo a su alrededor, pero el número en comparación era muy pequeño. Pasó las páginas, pero... el resultado fue el mismo. En todas y cada una de ellas. El periódico no estaba completo, sin embargo, pero al llegar a la última página... se sorprendió al leer su nombre junto al de otras seis personas allí.

Sin tachones. Sin círculos rojos. Solo estaba.


El ático parecía haber adquirido al fin una forma concreta, y no parecía realmente tan grande como se sintió en un principio. Formada únicamente por una cama polvorienta y desordenada, con un baúl de madera con candado a los pies de la misma. En la mesita de noche descansaba una botella vacía, y una pequeña manta olvidada en una esquina. Quizás, con un poco de suerte, encontrasen algo más.

Varias sillas rotas decoraban el resto de la sala, junto a un armario olvidado en una esquina, y una pequeña ventana descansaba al fondo de la estancia. No obstante, al fijarse mejor en el suelo y en las paredes al acercarse con la vela... notaron cortes sobre la misma. Cortes, superficiales en algunas zonas, profundas en otras, símbolo de que allí había sucedido un posible forcejeo.

Sin embargo, al intentar adentrarse al recinto, pudo percatarse de que la puerta se encontraba cerrada a cal y canto. Y, tras una vuelta alrededor, supo que aquella era la única entrada, y la única salida posible. Parecía ser necesaria una llave para entrar... o quizás algo lo suficientemente fuerte como para echar la puerta abajo.

Parecía que, de momento, aquella zona quedaría restringida.

Las figuras del altar a las que Bianca no les había prestado tanta atención seguían el mismo estilo caricaturesco que la de Charon: se trataba de siete figuras en total, cuatro chicos y tres chicas. Todos parecían compartir cierta similitud en algo: la juventud. No parecían rondar más de la veintena de edad, pero lo más extraño era encontrar esa figura que parecía un calco de Bianca.

Y ahora que se fijaba mejor... Uno de los chicos era idéntico a Clevert.

¿Qué demonios era todo eso?

Al acercarse a uno de los árboles, Sean logró alcanzar uno de sus frutos con éxito. Grande fue su sorpresa al ver que ante sus ojos, el resto de frutos desapareció.. Como si solo le fuese permitido tomar uno... al menos, de momento.

Obtienes mandarina podrida.

 

Sean Reece

Ugh.

¿Eso era en serio? ¿Mandarina podrida?

Terminó guardándola, alejándose de esos árboles mejor para ya no molestarse demasiado y de una vez intentar saltar la valla que lo separaba del lugar donde estaba que por alguna razón le había llamado la atención, sentía cómo si hubiera conocido a alguien que tuviera relación con aquello pero claro, eso era bastante obvio teniendo en cuenta su edad.