Iguales pero diferentes

Iguales pero diferentes

Hola (:!

Esta historia la hice para el concurso "Los 7 pecados capitales" donde me tocó envidia e intenté plasmarlo a mi manera.
No es de mis mejores escritos ni nada pero hice un intento de hacer algo un poco diferente (que no me resulto).
Y de todas formas necesito sus comentarios para saber qué hice bien/mal y si me quieren decir que escribo del asco haganlo pero con palabras más bonitas u_u


Iguales pero diferentes

Yo no la odio, no en realidad; es un sentimiento extraño porque parte de mi corazón me dice (grita y reclama) que debo estar feliz por su existencia: porque a pesar de que ella es la que lo hace sonreír, la que puede abrazarlo todo el tiempo y la que se la vive pegada a esos labios que yo tanto amo. Ella lo hace feliz, totalmente contrario al dolor que yo siento día tras día, aquel que sulfura cada herida que se ha abierto desde hace un par de meses.
La otra mitad de él, que parece estar más vinculada con mi cerebro y suele ser más racional, me incita a buscar alguna manera de alejarlos, de separarla del amor de mi vida… y mejor antes de que yo termine muriendo por dentro.

Yo sólo soy una más. Aunque seamos tan parecidas.

Ella sonríe, siempre está atenta a los sentimientos de los demás, sobre todo a los de él. No entiendo cómo lo hace, pero no parece dificultársele mucho, es parte de ella.
También suele acompañar a todos sus amigos cuando una sombra de tristeza aparece en sus ojos, apoyándolos y ayudándolos en todo lo posible; como un ángel de la amistad o algo parecido. Hasta lo ha intentado conmigo sin saber que ella es el problema.
Al contrario de ella: yo no soy muy buena relacionándome con la gente, suelo asustarlos sin pensarlo, sin quererlo, porque ésa es (y será) mi naturaleza. Cómicamente, él es el único que me ha aceptado, de mala manera y con sentimientos encontrados, pero aceptado al fin y al cabo.
Resulta frustrante saberlo y aún así tener que aceptarlo de buena gana; porque mi corazón me reclama por hacerlo. Porque él me incitaba a luchar por él, por lograr estar a su lado. Porque mi corazón sabe que yo soy mejor novia que ella.

Y es que ella y yo somos tan diferentes…

Yo debo de ser masoquista o algo parecido. Me acerco al lugar todas las noches, aquel donde se ven, en aquél parque cerca de la casa de él, buscando un poco de privacidad (y bendito Dios, cuando necesitan algo más se largan a otro lugar); usualmente me encuentro ahí antes de pensarlo, es como un acto reflejo y algo difícil de evitar.
Suelo sentir cada abrazo como si fuera mío, o cada beso sobre mis labios. Una deliciosa pero insufrible tortura a la que me he acostumbrado sin pensarlo siquiera, sin saber el porqué.
Algunas noches recuerdo aquellos momentos y los transformo en mis memorias; como una locura que me rodea en mi soledad y crea imágenes que yo quiero ver a fuerza de más agujeros en mi corazón. Momento donde él me dice algo más que palabras inteligibles.

Porque al final la única que se quedará con él soy yo.

Es como un acto reflejo el, también, notar todas las imperfecciones que ella tiene: su mirada es fácil de adivinar, nunca podrá ocultar nada porque le resultaría imposible. Ni siquiera cuando siente una absoluta tristeza que le invita a estar sola. Aquellos ojos color chocolate la delatan completa e irremediable ante cualquier intento de mentir.
Tampoco es buena en no llorar, si algo le molesta suelen llenarse sus ojos de lágrimas y derramarlas incluso inconscientemente. Eso es una reacción para nada digna de la chica que debe estar con él; porque aunque él intente ser tierno, en ocasiones no puede evitar decir entre dientes algo demasiado duro para ella.
Porque está en su naturaleza ser así, por eso yo, siendo más fuerte que ella en mis sentimientos, sería mejor para estar a su lado.

Porque yo soy fuerte por él.

Todas las mañanas cuando abro mis ojos me encuentro con una cama vacía que deseo que no esté así. Un día espero encontrarlo ahí, observándome con aquella mirada que sé que sólo le dedica a ella. Y un poco de ternura cuando comience a besarme lentamente, subiéndose sobre mí… como estoy segura que lo hace con ella.
Despacio y tierno, cadencioso y suave. Lleno de palabras tiernas al oído. Sin ser demasiado brusco en aquellas caricias que debe de depositar por cada parte de su cuerpo desnudo ya por él.
Río histéricamente al saberme desnuda ante sus ojos, porque él ya me conoce totalmente. Con o sin ropa, enojada, triste, llorando o con aquella mirada soñadora que ponemos las chicas enamoradas. Por eso mismo deseo que él un día me vea y se dé cuenta que yo lo amo más que ella; a pesar de las irrealidades y el saber que nunca lo hará.

Pero simplemente no puedo evitar imaginarlo.

Yo envidio cada detalle que él considera diferente entre nosotras. Como sus sonrisas cálidas, o su delicada voz. Aquellos pequeños pechos que tiene, coronados por dos puntos rosados. También, puedo asegurarlo, la manera en cómo le decimos te quiero.
Ella debe de decirlo suavemente y en momentos inesperados, yo cuando sé que me está escuchando y tal vez logre algo más que aquellas miradas pérdidas.
Porque yo, a diferencia de esa chica, soy diabólica y me aprovecho de lo poco que puedo obtener de aquellos ojos, de aquella boca, de aquellas caricias inesperadas que le doy aunque jamás nota.

Después de todo, estoy loca por él.

Y es que lo que más odio es saber que ella y yo somos tan diferentes, pero tan similares, es que para él jamás seremos tan parecidas como para confundirnos y saber en qué lugar estamos cada una de nosotras.
Ella en su corazón y yo en aquellas reuniones inesperadas que tenemos cuando aparezco en la entrada de la casa por las tardes y los encuentro en la sala conversando distraídos totalmente de mi presencia, o que noto el cerrojo puesto en mi habitación y sé que tendré que esperar a entrar. Aquel cuarto que compartimos ella y yo, porque siempre habíamos estado juntas, desde mamá, hasta que él apareció.

Porque al final no únicamente el amor que sentimos por él es lo que nos une.
Él ama todas las imperfecciones que ella tiene, convirtiéndolas en una montaña de perfecciones que yo no puedo derribar… aunque físicamente sean las mismas.

 

Re: Iguales pero diferentes

Me gustó el toque final, lo del parentezco! Le da algo más de OMG envidiezco al escrito :D. Por otro lado, no me gustó mucho la última frase, siento que... no va allí o que no cumple una tarea importante de concluir xD.
Pero Pami! Te ha quedado muy bien el escrito, me imaginé cada cosilla de los besos, los abrazos... y pues los sentimientos se y la historia están bien reflejados.

 

Re: Iguales pero diferentes

Como siempre es impecable el estilo, la redacción y ortografía, pero el tema no es original y sí muy telenovelesco pues la premisa: dos hermanas, con altas probabilidad de ser gemelas, que quieren al mismo chico, ha sido tan vista que ya es un paradigma establecido (o sea, cliché) que las hermanas que siempre quieren lo que la otra tiene y, para acabarla, (que ya no viene al cuento, pero buéh...) seguro que no tienen más de 17 años porque a esa edad se la viven comparándose con otras. Qué más da eso, es la edad del apareamiento y las hormonas, hay que ser la mejor candidata checando con qué dispone la de al lado xD

Estoy de acuerdo con Dave sobre la última parte, porque parecía que ésta estaba introduciendo a una nueva serie de comparaciones físicas más que concluyendo y por eso el escrito se siente un tanto incompleto.

Esta vez lo leo muy de tu estilo sin ese "cambio" que dijiste tratar de hacer.

Pami, sabes que te aprecio y admiro y aunque te va bien, también creo que sería divertido e ilustrativo cambiar la novela romántica por cualquier otro género porque automáticamente veo que has publicado y pienso en parejas lovey dovey (y ya chale).