de Inuyasha - Irreparable

Irreparable

¡Wow! tantisimo tiempo sin venir. talves demasiado?

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Un pie delante del otro, en línea recta.
Y luego avanza.
La joven mantenía los brazos a los lados para no perder el equilibrio, avanzando lento sobre su línea.
No, no importaban los gritos desesperados de su mama, pisos abajo.
No importaba que fuera la madrugada.
No importaba el reflector apuntado a ella.
No importaba que la corta bata de hospital se sacudiera con el viento.
Por fin, alzo la mirada de azul hielo, directo hacia esa presencia. ¿Había llamado ya su atención? ¿Había notado a la adolescente caminando por el borde de un edificio de 50 pisos?

Irreparable​

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Algo roto ​

Cita de las 7:30. Kagome Higourashi.
El doctor alzo ojos a quienes entraban al despacho. Son puntuales. Es mala noticia.
Se concentro en quien era obviamente su paciente, y no pudo evitar una ligera sonrisa. Alrededor de 16, ella era su nuevo reto.
Entró como un zombi, como un maniquí sin vida. Pero lo que no tenía era voluntad. Clásicos signos de demencia, cabello sin mucho decoro, sus ojos abiertos aun más de lo que ya eran; esa indiferencia a todo lo normal, más la constante ansiedad de algo.
Aun así, la joven que se acercaba no parecía…normal. Usaba con gloria el pijama de hospital. Había adherido una torera de casimir blanco, y su postura decía que se creía mucho más de lo que mostraba. Descalza, ella estaba en su casa.
“Buenas noches doctor” Empezó tímidamente la madre. El solo hizo gesto de que se sentaran, pero la madre se negó. “Estaré fuera cuando termine la consulta. Si hay una complicación, haga lo que crea pertinente.” Ahí el discurso acabo y la señora abandonó apresuradamente la sala, ignorando como su hija intento abrazarla, o la desesperación con la que se despedía. ¿Retraso mental, tal vez?
Espero a que regresara su atención, pero cuando la chica se volteo, su expresión era completamente contraria.
“Ella me odia” dijo sin interés, la malicia y seguridad que emanaba solo ayudo.
Definitivamente un reto. Le dedico dos ojos dorados, completamente atentos y estudiantes. “¿porque es eso?”
“oh, tu también me odiaras” dijo con otra extraña sonrisa. Dio un giro en su lugar, como si fuera una reverencia o algo. “todos lo hacen. Es porque pienso diferente” concluyo, por fin sentándose frente a él.
Su mirada se quedo en ella por otro rato, esperando a que dijera mas. Mucho más de hecho.
“¿esperas algo, Ino no Taisho?”