Terrorismo

Tema en 'Relatos' iniciado por Zabie, 1 Diciembre 2008.

  1.  
    Zabie

    Zabie Guest

    Título:
    Terrorismo
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1682
    Terrorismo

    Dedicado a todas las victimas del terrorismo. Por que su dolor, es el dolor de todos.

    --------------------------------

    Todo empezó este ultimo jueves, era una noche tormentosa, una fuerte lluvia inundaba las calles de la ciudad, los rayos caían cada dos por tres...

    No conozco los detalles, pero por lo visto, esa oscura y terrible noche, un grupo de terroristas tomaron un edificio muy cercano al mío. Debido a dicha con la zona de conflicto, se nos prohibió salir de nuestros hogares a no ser que fuese por un asunto de máxima urgencia. Este altercado apareció en las noticias del día siguiente, la presentadora narro la noticia con las siguientes palabras.

    -Un grupo de terroristas a tomado un edificio en el barrio de Zaramaga, en Vitoria. Según los informes policiales, se trata de un grupo de jóvenes que se oponen al actual gobierno y exigen la independencia con el estado Español, en caso de que sus demandas no fueran escuchadas, asesinarían uno a uno a los residentes del inmueble. Los terroristas, todos fichados por la policía autonómica Vasca por delitos de enaltecimiento del terrorismo y pertenencia a banda armada. En estos momentos la policía autonómica esta asentada en la entrada del edificio, ya que al parecer, varios francotiradores del grupo terrorista bloquean cualquier tipo de acceso al edificio.-

    ¿Exigir la independencia? ¡Que estupidez! Los actos violentos no os hacen dignos de que se cumplan vuestros deseos. ¡Merecéis que os maten! ¡Todos y cada uno de vosotros, malditos bastardos, deberíais morir!

    Marta...Por favor, que no te pase nada...Tu no mereces que unos mal nacidos te hagan daño. Por favor, se fuerte...

    Dos días han pasado desde el comienzo del ataque. Un grupo de GEO llego a la zona. Los del grupo de logística empezaron a preguntarnos a todos los residentes si teníamos algún conocido en el edificio o sobre los terroristas. Me mostraron las fotos de los asaltantes, no conocía el rostro de ninguno, todos ellos eran desconocidos, y la idea de que unas personas a las que no había visto jamás me arruinasen la vida era algo que me provocaba rabia e impotencia. ¿Por qué tuvieron que atacar precisamente el edificio donde vive Marta? ¿Por qué tuvieron que venir precisamente aquí? No es justo...

    El oficial, al ver mis lagrimas de desesperación cuando me mostró la foto de Marta puso su mano sobre mi hombro y dijo-Tranquilo, salvaremos a tu amiga.-

    ¿Lo haréis? No estoy seguro. Posiblemente ya sea demasiado tarde, el simple hecho de que Marta este muerta me quita las ganas de vivir.

    Esa noche se decidió todo. Dos GEO se asentaron en dos balcones distintos, uno de ellos, en mi balcón, el grupo principal, compuesto por cuatro hombres, estaban escondidos cerca de la entrada del edificio. A las doce de la noche...

    ¡Pum!

    Los francotiradores empezaron a disparar a los terroristas que estaban asentados en los balcones, derribándolos al momento. Tal como era de esperarse de unas fuerzas de seguridad de elite. Luego de que los balcones estuvieran despejados el grupo principal entro inmediatamente en el edificio y busco llegar lo mas rápido posible al tejado, antes de que los terroristas restantes entrasen en cualquier vivienda a cumplir su amenaza. La ejecución de los GEO fue impecable, tal como era de esperarse.

    No obstante, una ejecución impecable no es equivalente a unos resultados impecables.

    Y es que los terroristas nunca tuvieron la intención de liberar a los rehenes, cuando los GEO empezaron a entrar en las viviendas en busca de posibles supervivientes se encontraron con la tragedia. Todo el mundo había muerto, hombres, mujeres, niños, todos fallecidos en charcos de sangre. Nadie sobrevivió. A la mañana siguiente, estos eran los titulares.

    -Trágico desenlace en el atentado de Zaramaga, a pesar de la rápida y eficaz intervención de los GEO, el panorama con el que se encontraron fue desolador, todos los habitantes del inmueble fueron ejecutados por los terroristas, se presume que todos ellos fallecieron en el momento del ataque terrorista y que estos en ningún momento tuvieron intención de liberar a los rehenes.

    Todos muertos, ningún superviviente, Marta...

    Luego de tres días sin poder salir de casa, decidí ir a la zona de los eventos, no podía dar crédito a lo que decían, no es posible que Marta haya muerto...Me niego a aceptarlo.

    Al cruzar la calle y llegar a la entrada del edificio pude ver el desolador panorama, una larga hilera de cadáveres tapados con mantas blancas, los servicios de urgencias atendiendo a los conocidos de los fallecidos que se acercaban a la zona...

    El oficial de logística que ayer vino a mi hogar a preguntarme por si tenia algún conocido me reconoció entre la multitud y me pidió que fuese con el para identificar el cadáver. Un tramité doloroso, pero necesario, Pude identificar los cuerpos sin vida de los padres de Marta, y el de su hermano pequeño, quien hace poco cumplió los diez años, sin embargo...

    ¿Y Marta? Entre los cadáveres no se encontraba el de Marta. El oficial me pregunto extrañado si estaba seguro de ello, yo reafirme mi postura, es imposible que no reconociese a Marta en el momento en el que la viese.

    -Qué raro...-Se dijo a si mismo el oficial. Y si, es muy raro que si han investigado el edificio de arriba abajo no la hayan encontrado. A no ser que...

    Salí disparado hacia el interior del edificio, al ver mi sorpresiva reacción, el GEO me persiguió dentro ordenándome que me detuviese, la gente de que estaba presenciando la escena vio aterrada como entraba en el edificio, temiendo que fuese un terrorista, mi madre, asustada, gritó y se dispuso a perseguirme, pero las fuerzas de seguridad se lo impidieron.

    Subí lo mas rápido que pude hasta la tercera planta con el GEO pegado a mis espaldas, la puerta al edificio de Marta estaba abierta, fui corriendo a su habitación, donde había dos Forenses, presuntamente buscando huellas o algo similar que pudiese ayudarles a saber lo sucedido. Al entrar en su habitación abrí el armario de la ropa de Marta, en ese momento fui retenido por el GEO y por los oficiales forenses
    -¡Marta!- Grité con todas mis fuerzas una y otra vez, los policías, extrañados por mi comportamiento, me preguntaron que me sucedía. -¡Marta! ¡Marta esta...!- El GEO pareció entender que me sucedía, pues inmediatamente ordeno a los oficiales Forenses que me soltasen, el hizo lo propio. Al momento en el que tuve libres mis brazos, abrí el doble fondo del armario de Marta, y ahí estaba ella, pálida, con una respiración débil, moribunda...

    Al ver a Marta, y antes de tener tiempo a reaccionar, el GEO me aparto del armario y cogió a Marta el brazos para llevársela corriendo al exterior, yo lo seguí.

    Al llegar a la calle, la gente de los alrededores contemplo sorprendida el ver que había un superviviente en el edificio, los médicos corrieron a asistirla y se la llevaron en ambulancia, gracias al permiso del GEO, me permitieron ir con ella.

    En todo el trayecto no le solté la mano mientras la unidad de primeros auxilios hacia lo imposible por estabilizar su pulso. Luego de tres días sin comer, y encerrada en un espacio tan pequeño, consumiendo tan poco oxigeno y tanto dióxido de carbono, su estado era grave, muy grave, podría fallecer en cualquier momento.

    Llegados al hospital se la llevaron en camilla al pabellón de urgencias, donde, obviamente, no podía acceder, de modo que tuve que permanecer en la sala de espera.

    El paso del tiempo se me hacia lento, la preocupación no se iba de mi cabeza, solo paso una hora cuando llego mi madre para intentar animarme, una hora que para mi fueron diez.

    Tratando de tranquilizarme, de darme ánimos, abrazándome, mi madre estuvo allí en todo momento, ella sabia cuan importante era Marta para mi.

    Finalmente, y al cabo de seis horas, uno de los médicos que viajo conmigo en la ambulancia vino a buscarme en la sala de espera, me llevo hasta la habitación de Marta.

    Y ahí estaba ella, tumbada en una camilla, con un aparato de respiración asistida y con una especie de suero pinchado en su brazo.

    -Su estado es estable, a ingerido mucho dióxido de carbono, pero se recuperara, solo necesita descansar.-

    Al verla, empecé a llorar, Marta estaba viva...

    Me acerque a su cama, me senté en un taburete y la volví a sujetar de la mano.

    -Ha tenido suerte, si hubiese llegado diez minutos mas tarde, posiblemente no habría sobrevivido-

    Diez minutos, si hubiese tardado solo diez minutos más en recordarlo...

    Marta le tiene pánico a los rayos, siempre que hay una tormenta busca algún lugar donde esconderse, cuando esta en su casa, siempre se esconde en el doble fondo de su armario, es un lugar extraño, pues a nadie se le ocurriría poner un doble fondo precisamente ahí, posiblemente, solo yo y su familia lo sabíamos.

    Diez minutos, diez minutos la separaron entre la vida y la muerte.
    Una tormenta, una tormenta fue la que provoco que se escondiese y no fuese encontrada por los terroristas.

    A pesar de todas las muertes, me sentía afortunado, afortunado de ver a Marta sana y salva, y es que, si bien no pude hacer nada por todos los fallecidos de aquella trágica noche. Una vida siempre es importante.

    Ahora es mi deber ayudarla a reconstruir su vida, no será fácil, pero lo conseguiré.

    Pienso dedicar mi vida a su felicidad.
     

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso