Yu-Gi-Oh! Misterio en Ciudad Dominó (oneshot)

Misterio en Ciudad Dominó (Especial de Halloween/Día de muertos)

Misterio en Ciudad Dominó​

Especial de Día de Muertos​

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A las afueras de una ciudad iluminada por la gran Luna llena a lo alto del cielo, un carruaje se acerca por la obscuridad.

-Aquí encontraré varias víctimas para probar mi superioridad-se oyó la voz de un joven encapuchado que miraba la ciudad desde la venta del carruaje.



Los rayos del sol iluminaban la Ciudad de Dominó y los lugareños comenzaban a adoptar sus papeles dentro de este.
Un chico rubio entra a la posada de la ciudad, este, hecha un vistazo a las mesas donde los clientes desayunan, pero hay uno en especial que le llama la atención. Un chico encapuchado acompañado de un pequeño niño, quién se deja ver un poco más que el otro. Además, vienen acompañados de una niña, aparentemente de la misma edad que el anterior; ella viene cubierta de la misma forma.
Los tres individuos se encontraban sentados alejados de todos, justo en uno de los rincones del lugar.

-Buenos días-saludó el muchacho a la amable tendera de la posada-¿Ya está listo Yugi?

-Buenos días Jonouchi-saludó la mujer con una sonrisa-No tarda en bajar.

-Disculpe-llamó el joven rubio de forma discreta a la mujer castaña-¿Quiénes son?-cuestionó mirando a los que habían llamado su atención.

-El mayor se registró como Seto Kaiba-contestó la mujer-Y parece ser que los niños que lo acompañan son sus hermanos. Llegaron ayer por la noche.

-Ya veo-no dejó de mirar a los extraños quienes se percataron de la vigilancia del primero.

-Buenos días madre-interrumpió un chico de grandes ojos violetas-¡Oh! Jonouchi, ya llegaste.

-Si, ¿Nos vamos?-

-Regreso por la tarde-anuncio Yugi, quién salía por una puertesilla hacia donde su amigo después de haberle dado un beso en la mejilla a la mujer.

-Con mucho cuidado muchachos-se despidió la mujer notando el almuerzo de ambos que había sido olvidado en la mesa del mostrador.



Ya en una montaña, Yugi y Jonouchi van buscando un buen lugar para que las ovejas que los acompañan, pasten un rato.

-¡Que bueno que tu madre te dio permiso para acompañarme!-exclamó el joven rubio.

-¡Si! Como aún no es tiempo de turismo, no hay mucho que hacer en la posada-siguió el chico-¿Qué te parece aquí?

-Si, ese árbol nos dará buena sombra-sonrió Jonouchi y su estómago comenzó a sonar de hambre-¿Te parece si de una vez almorzamos?

-Mmm, no lo sé, aún no tengo hambre-siguió Yugi sentándose bajo el árbol-Si quieres almuerza tú, pero procura dejarme algo.

-Esta bien-se sentó el chico-¿Podrías darme el almuerzo?

-Yo no lo traigo, pensé que tú lo tenías-

-Lo olvidé en la mesa-dijo recordando-¿Ahora que comeré?-decía casi llorando.

-¡Hermano!-se oyó una voz femenina que se acercaba velozmente-¡Hermano!

-¡Serenity!-exclamó sorprendido el hambriento-¿Qué haces aquí? No deberías estar sola por ahí…

-Olvidaron el almuerzo-sonrió la pelirroja mostrando el bulto con la comida.

-Gracias hermanita-agradecía con entusiasmo Jonouchi tomando el bulto.

-Muchas gracias Serenity-siguió Yugi con una sonrisa.

-Será mejor que vuelva-dijo la chica de ojos cenizos dando media vuelta.

-Mejor quédate-pidió Yugi-Recuerda que no es muy seguro que andes por ahí tu sola.

-Si, regresarás con nosotros-apoyó Jonouchi metiéndose un trozo de pan a la boca-No quiero que te pase nada malo.



-Disculpe-llamaba un chico encapuchado a la tendera de la posada-¿Sabe donde puedo adquirir una casa?-preguntó en voz baja.

-Puede ir al ayuntamiento para que le informen si hay casas disponibles-contestó la señora Moutto con amabilidad-Pero me temo que la única residencia en venta, es el castillo al fondo de la calle. El problema es que nadie tiene suficiente dinero para comprarla y mantenerla.

El castaño sonrió con malicia y salió del lugar seguido de sus dos pequeños acompañantes.

-Pensé que solo estarían de paso-se oyó la voz de un hombre mayor que bajaba las escaleras y colocándose junto a la mujer.

-Si-contestó ella mirando el trayecto del joven-Pero creo que tendremos nuevos vecinos.

Ya cuando daba el medio día, Yugi, Jonouchi y Serenity se disponían a regresar al pueblo, pero un destello llamó la atención de la pelirroja.

-Mira hermano ¿Qué es eso?-preguntó señalando el destello ubicado en lo más alto de la montaña.

-No lo sé-contestó el rubio-Pero vamos a averiguarlo-dijo con una sonrisa y echando a andar.

-Espera Jonouchi-detenía el oji-violeta-Es peligroso andar por los bosques y no podemos dejar a las ovejas solas.

-No se escaparan-decía el chico muy confiado-Además estarán conmigo, no tienen de que temer.

Jonouchi caminó e dirección con el destello y aún en contra, Yugi y Serenity decidieron seguirlo para evitar que se metiera en problemas.
Al llegar cerca del origen del destello, ya no lo vieron, pero Jonouchi estaba decidido a averiguar lo que era y comenzó a buscar entre las rocas.

-Será mejor que regresemos, ya es tarde-decía Yugi después de un rato de ayudar a buscar el destello.

-Si hermano-continuó la joven-Además tengo que llegar a hacer la comida.

-¿Comida? Está bien-cedió el rubio saliendo de una grieta en un árbol.-Regresemos.

Ya iban de regreso, pero Yugi estuvo a punto de tropezar con algo, cuando volvió la vista hacia el objeto, descubrió que era el que causaba aquel destello.

-Miren lo que encontré-anunció el chico recogiendo una especia de pirámide con un ojo que lo adornaba-El causante del brillo.

-¿Qué es eso?-preguntó Jonouchi tomando la pirámide-No parece ser de aquí-lo observó como si fuera un bicho raro-Parece ser que está hecho de oro-se lo devuelve a su amigo-Que buena suerte Yugi-sonrió-Tal vez puedas comprar con esto el castillo de Dominó.

-No lo creo-siguió el chico-Además, creo que es un amuleto.

-¿Crees que sea de alguna bruja?-preguntaba con temor la chica tomando el brazo de su hermano.

-No lo sé-siguió Yugi-Pero tengo la impresión de que es un amuleto para la buena suerte-se lo colgó en el cuello.

-Bueno, mejor regresemos-dijo Jonouchi-Ahora si, ¿Qué decías de la comida hermanita?

Los tres chicos regresaron a la ciudad, justo en la plaza del lugar, un chico castaño hacía un anuncio.

-Mi nombre es Seto Kaiba-decía el joven castaño-He comprado el castillo de la ciudad-anunciaba haciendo que todo el lugar quedara impresionado-Todo aquel que sepa jugar al Duelo de Monstruos, está invitado al castillo esta noche para un pequeño torneo. El premio será la misma cantidad por la que pagué por la casa. El tornero dará inicio al ocultarse el sol.

El anuncio dio mucho de que hablar en la ciudad, estaban sorprendidos por que nadie tenía tanto dinero como para organizar algo de esa magnitud.

-Wow-expresaba Jonouchi que se encontraba caso hasta atrás de la multitud-¡Yo participaré y ganaré ese torneo!

-Buena suerte-deseaba su amigo llamando la atención del primero.

-¿No piensas participar?-cuestionaba extrañado.

-No-contestó el oji-violeta-No me interesa algo como eso.

-Pero Yugi, eres un buen jugador-decía el chico impresionado-Además, si lo que traes en el cuello es un amuleto de la suerte, seguro ganarás.

-Tal vez, pero recuerda que el Duelo de Monstruos es mal visto por que se dice que solo los hechiceros pueden manipularlo-contestó el chico-Por eso casi nadie lo juega aquí en la ciudad.

-Es verdad-bajó la cabeza el rubio-Pero quiero participar.

-No lo hagas hermano-pedía la voz de la pelirroja-Sabes que suelen quemar a algunos de los duelistas por brujería.

-Pero no todos los que juegan hacen…-

-Por favor-insistía-No lo hagas, eres lo único que me queda.

-Si Jonouchi, mejor no vayas-

-Está bien-contestó no muy convencido Jonouchi.

Los tres chicos pasaron a la posada para dejar a Yugi ahí, mientras que los hermanos regresaron a su casa.

-¡Ya llegué!-exclamó Yugi entrando por la puertesilla al mostrador.

-Llegas tarde-regañó un hombre-¿Qué es lo que traes ahí?

-¡Ah! Míralo abuelito-decía el chico quitándose el artefacto del cuello-Me lo he encontrado… Pienso que es algún amuleto para la buena suerte.

-Ya veo-el hombre lo observaba cuidadosamente-Creo que lo he visto en algún otro lado-se lo regresa a su nieto-Será mejor que tengas cuidado, no sabemos lo que pueda ser.

-No te preocupes abuelito, se que no pasará nada-contestó el chico colocándoselo nuevamente en el cuello.

-¿Ya sabes lo que ese tal Seto Kaiba acaba de hacer?-preguntó el anciano que comenzaba a limpiar el mostrador.

-Si-contestó Yugi quién tomaba una escoba y empezando a barrer el lugar.

-¿Planeas…?-

-No-contestó-Además, podría ser una trampa para los hechiceros y aunque es bien sabido que no todos los jugadores poseen magia, seguro capturaran a todos.

-Buenas tardes-se oyó una voz femenina al otro lado del mostrador-Olvidé una maleta y vengo por ella.

-Si, ¿Puedes decirme cuál era tu habitación?-se volteó Yugi para atender a la clienta y vio a una chica rubia peinada de dos colitas acompañada de un niño de cabellos negros.

-Era la habitación número 1-contestó el chico que se retiraba la capucha.

-Acompáñenme-pidió el chico que dejó la escoba para dirigirse a un pasillo lleno de puertas, seguido de los dos chicos.

-No te había visto por aquí-dijo la chica con una sonrisa y tomándose del brazo de Yugi-¿Eres nuevo?

-Rebecca-llamaba la atención su acompañante.

-No-contestaba el cuestionado tratando inútilmente de safarse de la rubia-Es solo que ustedes llegaron en la noche y yo estaba dormido-abría la puerta con dificultad-Puede buscar la maleta.

-¿Puedes buscarla por mí Mokuba?-preguntaba la que mantenía cautivo a Yugi.

-Está bien-contestó el joven acompañante mirando a la chica de reojo-Yo la busco.

-Se quedaran a vivir ¿No es así?-preguntaba el oji-violeta a los chicos con una sonrisa nerviosa y sin dejar de tratar de safarse de la chica.

-Así es-contestó muy sonriente la rubia-Por lo menos hasta que nuestro hermano termine con…

-Rebecca-se oyó la llamada de atención del chico quién sacaba una gran maleta del armario-Vámonos, ya encontré tu maleta-ella sacó la lengua de forma juguetona y miró al chico a su lado.

-Creo que ya me tengo que ir-dijo un poco decepcionada-Pero ¿Podrías acompañarme hasta la salida?

-Claro-contestó Yugi por amabilidad.

-Hermana ¿Por qué trajiste tantas cosas?-cuestionaba Mokuba quién apenas podía con la maleta-Seto te dijo que no trajeras mucho.

-Lo siento-se disculpaba la nombrada.

-Te ayudo-dijo Yugi por fin soltándose de ella y tomando la maleta de un lado.

-¿Tu eres un duelista?-preguntó la chica emocionada-Así podrías ir a la mansión y te la mostraría.

-No-contestó Yugi que ayudaba a subir la maleta al carruaje que se encontraba estacionado fuera de la posada-Me temo que no iré.

-Que lástima-decía la chica-Pero seguro que luego podré invitarte al castillo.

-Ya tenemos que irnos-la detuvo Mokuba-Tenemos que ayudar a Seto con el evento.

-¡Es verdad!-exclamó la chica-Bueno, creo que ya tengo que irme, pero luego vendré a visitarte-decía la chica quién se acercó y le dio un beso en la mejilla a Yugi y luego se subió al carruaje.

-Gracias por la ayuda-dijo Mokuba haciendo una seña para que el cochero arrancara.

-Adiós-se despedía Rebecca desde la ventana del chico sonrojado que tocaba su mejilla.

Ya habían pasado algunas horas desde que el torneo había dado inicio y Yugi se dirigía a dormir. Había tenido un día con muchas sorpresas.
A la mañana siguiente, Yugi fue despertado por unos gritos que lo sacaron de inmediato de la cama para salir a informarse en la plaza.

-Yugi-llamó Jonouchi quién lo vio entre la multitud-Por aquí.

-¿Qué sucedió?-cuestionó a su amigo-¿Por qué tanto alboroto?

-Encontraron algunos cadáveres en las calles-contestó el rubio.

-¿Cadáveres? ¿Pero como es posible eso?-decía el chico sorprendido-¿Cómo fue?

-Nadie sabe-contestó mirando el centro de la plaza-No he visto quienes son, pero dicen que no tienen nada de sangre y que tienen 2 pequeños agujeros en el cuello.

-¿Vampiros?-

-Eso parece-

-Pero aquí hay mucho sol durante el día para que alguien así pueda vivir en la ciudad-decía pensando en alguna explicación-Y en la noche… Solo que venga de otro pueblo.

-No se tú, pero yo sospecho de ese tal Kaiba-decía mirando fijamente el castillo que se ubica al final de la calle-Desde un principio no me dan buena espina.

-Es posible-decía Yugi-Después de todo, apenas llegaron y sucede esto. Aunque…-pensaba en Rebecca-No lo sé.

Ambos chicos dieron media vuelta y se toparon con un chico de su edad de cabellera blanca y ojos marrón quién los detuvo en su caminar.

-Tú-dijo señalando a Yugi-Eres uno de nosotros-sonrió ligeramente.

-¿Quién eres tú?-cuestionó Jonouchi en posición de pelea-Contesta.

-¿Yo?-lo miró-Mi nombre es Bakura-se presentó-Y creo que yo sé más que ustedes de eso-señaló el artefacto que colgaba del cuello de Yugi-Qué ustedes.

-¿Es tuyo?-preguntó el oji-violeta alzando el artefacto.

-El Rompecabezas llegó a ti, es tuyo, pero claro que me gustaría poseerlo-decía con una sonrisa de malicia.

-¿Rompecabezas?-se preguntaban ambos chicos mirando al joven alvino.

-¿Me vas a decir que lo encontraste armado?-cuestionaba Bakura acercándose más a Yugi.

-Si-contestó bajando el artefacto de la misma forma en que bajó la sonrisa del alvino.

-Lo que traes ahí es el Rompecabezas del Milenio-explicaba el chico de ojos marrones-Viene de unas tierras lejanas. De Egipto. Pero será mejor que no te diga más-dio media vuelta y comenzó a caminar.

-¡Espera!-detuvo el poseedor del Rompecabezas haciendo que en la boca del extraño se dibujara una sonrisa que no fue vista por los otros dos chicos-Por favor dime más.

-Solo te puedo decir que aquellos que poseen Artículos del Milenio pertenecen a una gran élite de Duelistas-decía mostrando un objeto que colgaba de su cuello. Tenía el mismo símbolo del ojo que el Rompecabezas e hizo que los chicos que lo miraban quedaran sorprendidos-Si quieres saber más, te recomiendo que entres al próximo torneo que se organizará en aquel castillo-lo señaló-En el siguiente torneo vendrá gente de otras partes, entre ellas, el resto de los que poseemos artículos como estos.

El chico comenzó a caminar y desapareció entre la multitud.

-Te lo dije Yugi, el culpable es ese tal Kaiba-decía Jonouchi.

-No lo sé, pero planeo entrar al torneo-dijo el chico que miraba fijamente al frente-Quiero saber más y tal vez descubra quién es el culpable.

-Pero tú mismo me dijiste que podría ser una trampa-trataba de convencer su amigo-Los que murieron eran duelistas aunque se desconoce si fueron los que asistieron al torneo.

-Lo siento Jonouchi, pero planeo ir-decía Yugi muy decidido.

-Está bien, yo te acompañaré-continuó el joven.

Tal y como dijo el chico alvino, Kaiba anunció un nuevo torneo una semana después, pero durante la semana, siguieron apareciendo duelistas muertos con las mismas características que los primeros.
El día del torneo había comenzado, muchos sospechaban de la familia Kaiba, pero no hacían nada ya sea por miedo o agradecimiento por eliminar a los duelistas, que se creían malvados.

-Es momento de entrar-dijo Yugi portando su mazo enfrente de la puerta del castillo acompañado de su amigo quién también preparaba su deck.

Sin más que decir, entraron al castillo, encontrándose con un lujoso salón, a las orillas, varias mesas con bocadillos que Jonouchi no pudo dejar pasar y distribuidos en el salón, se encontraban varios invitados extranjeros con elegantes ropas.

-Vaya, que impresionante-decía sorprendido Jonouchi.

-Si, pero debemos estar alertas-decía Yugi mientras buscaba con la mirada a Bakura-Pero hoy mismo descubriremos quién ha hecho esos asesinatos y por que.

-¡Yugi!-exclamó una chica quién se lanzó de inmediato a Yugi-¿Has venido a verme?

-¿Cómo sabes mi nombre?-preguntaba extrañado el prisionero de esta-No recuerdo haberlo dicho.

-Tengo mis medios-decía la chica riendo-Pero dime ¿Viniste a ver…?-detuvo su pregunta al ver el mazo del chico en las manos-Pensé que no eras duelista.

-Pues… mentí-dijo con una sonrisa nerviosa.

-¿Quién es ella?-preguntó un chico rubio molesto por que parecía ser ignorado.

-Soy Rebecca Kaiba-se presentaba la chica-Hermana de Seto y Mokuba.

-¿Rebecca?-llegaba una chica castaña donde los 3 chicos-¿Por qué me dejaste?

-Lo siento Anzu, de él es del que te estaba hablando-decía la chica aplicando más fuerza en el brazo del oji-violeta-Ella es una amiga mía, Anzu Mazaki-presentaba-Es una de las competidoras.

-Oye Anzu, ¿A que hora comenzará el torneo?-Preguntaba un castaño que se acercaba al grupo.

-El Honda, hermano de Anzu-decía Rebecca.

-Mucho gusto-saludaba el recién llegado-¿Sabes?

-No-contestaba-¿Tú lo sabes Rebecca?

-No, a Seto le gusta hacer las cosas cuando se le viene en gana, así que no tengo ni idea-contestaba la chica que no dejaba de mirar a Yugi.

-Mira Yugi-murmuraba Jonouchi a su amigo procurando que Rebecca no oyera-Hay sujetos que tienen objetos con ese extraño ojo.

-Ese Bakura tenía razón-dijo Yugi mirando a varias personas.

-¿De que tanto hablan?-preguntaba la pequeña.

-Buenas noches-se oyó la voz de un joven quién llamaba la atención de todos los presentes-Todo aquel que sea un debilucho no merece estar aquí, así que es momento de que los cobardes abandonen el lugar. Mientras los que resten, deberán aceptar los riesgos de sus derrotas-el chico dio un paso hacia atrás con los brazos cruzados y uno de los servidores del primero se acercó al frente del escenario donde estaban.

-Todos los duelistas pasen a recoger un número al azar que tomaran de aquí-señaló una vasija de porcelana-Así se decidirá con quién pelearan.

Cada participante tomó su número y los duelos comenzaron de inmediato. Uno a uno fueron siendo eliminados hasta que solo quedaron 4: Bakura vs. Yugi y Jonouchi vs. Kaiba. Aquellos que poseían los artículos del milenio, al perder, quedaron inmóviles, parecían estatuas.

Es momento de empezar con las finales, anunció con entusiasmo Kaiba y preparando la arena para Bakura y Jonouchi, quiénes empezarían.
El duelo comenzó de inmediato, con ventaja en Jonouchi desde el inicio.

-Es extraño lo que les sucedió a esas personas-las veía de reojo con sus ojos violetas.

-Si-soltaba ligeramente el brazo del primero-Pero mi hermano no quiere hacer nada hasta acabar con el torneo.

-Al menos yo tengo esos objetos, no me habría gustado quedarme así-decía Anzu-Mira, Jonouchi casi acaba con su oponente.

El marcador era de 100 vs. 2500.

-A mí no me importaría quedarme como estatua si estoy así con Yugi-decía tomando con más fuerza al chico-Pero tengo miedo, están pasando cosas muy extrañas-decía casi lanzándose encima del oji-violeta quién parecía estar “disfrutándolo”.

-¿Qué?-preguntó Jonouchi con coraje-¿Cómo pude perder?

-Eres un pequeño novato-se burlaba Bakura-caíste en mi trampa desde el principio.

En ese momento, las luces se apagaron, todo estaba obscuro y ni una sombra podía ser vista.

-¿Qué está sucediendo?-preguntó molesto el dueño del castillo-¡Enciendan esas velas ahora mismo!

-Si señor-se oían las voces de los sirvientes al tiempo de sus apresurados pasos.

-¿Dónde está Yugi?-se oyó la voz de Rebecca quién buscaba el brazo del mencionado.

Unos gritos invadieron el salón y cuando la luz fue repuesta, en el campo se encontraban frente a frente Kaiba y Yugi. Alrededor de ellos solo se encontraban, las estatuas, Bakura como espectador y el resto de los invitados tirados sin sangre.

-¿Qué ha sucedido?-llegó uno de los sirvientes del castillo mirando la escena.

-Será mejor que comiencen el duelo-se oyó la voz del alvino-Tengo hambre.

Yugi dio el primer movimiento dejando al Gran Escudo Garna en modo de defensa-Yo también tengo hambre-dijo este.

-¿Qué ha sucedido?-cuestionó el oji-azul-¿Qué ha pasado contigo? Te vez más seguro.

Yugi había cambiado, su mirada era diferente, su voz era más gruesa, su pose más imponente e inclusive su estatura era más alta.

-Será mejor que juegues-pronunció el oji-violeta-Todavía tengo un duelo por ganar-dijo con una sonrisa dejando notar un par de colmillos.

-Tú mataste a esas personas-acusaba el castaño-Pero… ¿Cómo un vampiro…?

-Si, debo agradecerte por juntar a todos esos duelistas-decía con ironía-¿Cómo? Estos artefactos-levantando su rompecabezas-Nos permiten ocultarnos en cuerpos de otras personas para protegernos de la luz del sol. Todos los que ves ahí congelados…

-También son Vampiros-completaba el alvino-Al perder, quedaron paralizados, pero no será por mucho tiempo, por que cuando de este torneo haya un ganador, ellos deberán entregar sus artículos al que salga victorioso.

-No dejarán de ser vampiros, pero deberán ocultarse de la luz del sol-seguía el oji-violeta-Pero ya basta de charlas.

-No me ganarás-decía con imponencia Kaiba-Coloco al Buey de Batalla en modo de ataque y dos cartas boca abajo.

-Esto será rápido-decía el poseedor del Rompecabezas-Coloco a Gacela en modo de ataque.

El duelo fue reñido, pero finalmente, Yugi salió victorioso.

-No puede ser-decía Kaiba-Yo no puedo ser derrotado yo…-miraba con temeroso sus manos.

-Lo siento mucho-decía Yugi lanzándose a Kaiba y a pesar de que puso resistencia, no pudo contra la fuerza del vampiro quién lo dejó sin una sola gota de sangre-Perdiste.

-¿Ya acabaste?-preguntó Bakura quién tomaba su posición en la arena-Tenemos cuentas pendientes.

-Listo-dijo soltando el cuerpo inerte del castaño y colocándose enfrente del alvino-Después de esto…

-Se decidirá quién es el Rey de los Vampiros-completó Bakura.

-¡Duelo!-dijeron en coro los duelistas empezando su partida.

El duelo comenzó, horas pasaron dentro del castillo, pero las doce campanadas del reloj sonaron y un gritó las acompañó. A la mañana siguiente, los duelistas comenzaron a salir del castillo, empezando por los que habían sido comidos; seguidos de los dueños del castillo; atrás los poseedores, con excepción de uno y hasta atrás, un chico de ojos violetas, quién salía de entre la obscuridad del palacio.

-¡Mi nombre es Atem, Rey de los Vampiros!-

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Fin.​

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Notas de autor:

Como MANA_DMG y yo nos quedamos sin Internet, no pude dejar las bases del concurso en el club de Yugi Moutto, así que en compensación, les dejo esta historia “corta”

En sí, la idea, más no la historia, la había sacado de otro FF, no se si recuerden a Moraine, quién empezó con una historia de Vampiros, pero que no acabó. De ahí me inspiré.

Hay un poco de OoC pero creo que no es mucho.

Espero que les haya gustado el final, ya que se supone que los vampiros son guapos y… pues creo que tengo el apoyo de muchas :P. Además de que aproveché la “doble personalidad” de Yugi.

Los poseedores de los artículos son los mismos que en la serie.

No puse bien todos los duelos por que como se habrán dado cuenta, me pasé para que fuera un One-Shot y no quise alargarlo más (además de que no me acuerdo de todos los decks :P)

Pues creo que es todo y cualquier duda con respecto a la historia me la dejan para que se las responda.
Se que el Hallowen y el día de muertos ya pasó pero más vale tarde que nunca. Espero que estén bien y que les haya gustado.