Goma de mascar -Inu-

Goma de mascar -Inu-

-Inu&Kag-
Uno de los primeros acercamientos de Inuyasha en Kagome antes de ser novios. "Moverse. Tenía que moverse. Ahí estaba la única opción en que podía pensar entre el mareo, la temperatura en ascenso y la sensación de temblor.
Escapar."



Jeje! I´m back!
Todo esta tan nuevo en CZ!! Creo que estuve desconectada mucho tiempo, perdón!!
Bueno, hace bastante que no escribo...sobre todo de Inuyasha. Pero bueno, a penas termine de leer el ultimo tomo del manga dije ´tengo que escribir algo para celebrar´ y bue, empecé a escribir esta historia y despues medio que la deje olvidado, y hoy la encontré y la terminé -después de bastante tiempo, pero bueno-.
Asi que aca mi pequeño oneshot, que estaria ubicado en los principios del noviazgo de Inuyasha y Kagome ;)

Goma de mascar​

Las miradas pasaron a primer plano en aquel silencio sepulcral. Solo quedaban él y ella. La presa y el depredador. Los ojos café de ella contra los ambar de él. Ella se tiró hacía atrás con la mirada relampagueante, advirtiendo ‘peligro’ si él se atrevía a acercarse más de lo necesario, aunque hubiera sido una amenaza mucho más realista si no fuera por el detalle de que masticaba frenéticamente su goma de mascar dejando en claro su nerviosismo. Y aquella mirada dorada que le devolvía el reflejo era tan increíblemente hipnotizante que amenazaba con hacer sucumbir sus defensas con un simple movimiento.
-No-sentenció ella apuntándolo amenazadoramente.
-Lo prometiste-dijo él casi en una melodía
-Yo no prometí nada, fue-…-intentó decir ella pero fue interrumpida por una mujer de cabello corto qued entró en la habitación rebuscando algo en su bolso.
-Chicos, voy a hacer las compras, pórtense bien mientras no estoy-dijo la mujer sin dejar de sonreír. Siempre estaba feliz cuando su hija estaba en casa.
-Mamá, no tenemos 5 años-le recordó con pesadez la joven
-Cuanto desearía que así fuera…-suspiró la mujer
-Mamá no empieces-pidió la chica
-Oh no empieces tú, Kagome-respondió-bueno, ya me voy. Si tienen hambre hay cereal y creo que sobró torta del cumpleaños del abuelo
¡Plop!, resonó interrumpiendo a la mujer.
-¡Kagome!-la reprendió la madre por el inapropiado sonido-¿Que te he dicho sobre los globos con goma de mascar?
-Que es de poca educación y queda mal ante invitados-recitó la reprendida
-Entonces compórtate
-Mamá, Inuyasha no es un invitado. Lleva instalado aquí desde que llegué.
-Tonterías, él tiempo no quita títulos. Ahora me tengo que ir antes de que me cierre el mercado, van a cenar aquí antes de irse nuevamente verdad?
Ni les dio tiempo a responder antes de desaparecer tras la puerta, siempre hacía lo mismo cuando estaba apurada, preguntaba y no esperaba respuesta, las suponía. El silenció invadió nuevamente, y las miradas, inevitablemente, chocaron.
-Bien, ya no hay nadie en tu casa, no tienes excusa-habló el de ojos ambares
-Cállate. No lo haré-murmuró entre dientes Kagome
-¿Sigues enojada?
-Si.
-Pero enojada o no, hiciste una apuesta. Y tienes que cumplir
-Voy a cumplir mi apuesta, pero no así.
-Yo tengo que elegir de que manera, no tú.
-No me importa.
-Kagome, hicimos el trato. Apostamos un favor.
-¡Un favor! ¡No un beso!
-¿Y qué, quieres que te lo pida por favor? Bien. Siendo que yo gane la apuesta, me darías un beso por favor.
-¡Eso no se pide!-gritó entre el nerviosismo.
-Buen punto-coincidió él sonriendo con los colmillos, pero ella frustró todas sus intenciones al taparse la boca con ambas manos
-¡Aléjate de mi!
-Oh, vamos, ahora no te hagas la inocente! Ya no hay nadie más en la casa, no tienes excusas.
-¡Cállate! ¡Tú no sabes nada!
-Típico
-¿Perdón?
-Nada.
-Si, dijiste algo.
-Yo no dije nada.
-¡Dime!
-¡Deja de gritar por todo! ¿O quieres que te calle yo?
-¡Ni se te ocurra!
-¡NO GRITES!
-Bueno, ya, no me grites-pidió ella. La mirada asesina de Inuyasha lo dijo todo-Deja de mirarme así…sabes que me pones nerviosa…
-Luego no me vengas con tus discursitos de que hay que mantener las promesas y que una apuesta es una apuesta y todo eso
-Oh, vamos, ahora vas a decirme que te has ofendido?
-Hicimos una apuesta, yo gane pero aun así no obtuve nada de premio. Hasta te lo pedí por favor, pero no. A ti simplemente no te importó.-contestó él manteniendo su postura
-Ah claro, aquí tú solo eres una víctima, no? Sabes, si sigues así, algún día alguien te demandará por falso, mentiroso, engreído y…y abusador de favores!-acusó la de ojos cafés apuntándolo amenazadoramente
-Sabes que terminarás cumpliendo con la apuesta aunque intentes cambiar de tema.-afirmó el joven
-Ja, sigue soñando, cielo, esta vez he dicho que no
-Seguro que besas mal y por eso te opones tanto. Estas asustada.
-Tsk, puedes poner eso en apuesta si quieres, cariño. Sabes que no vas a lograr hundirme.
-Je, llamémoslo una contraapuesta
Entonces, todo fue demasiado rápido para Kagome, pero a la vez lento y calculado para Inuyasha. La respiración de la muchacha empezó a ausentarse, mientras su corazón se mecía entre la taquicardia y la amenaza de detenerse junto con su lógica. Parecía que el respaldo del sillón tras ella era su único soporte, sus neuronas estaban demasiado ocupadas en intentar de analizar la situación como para ocuparse de sus necesidades motrices. Moverse. Tenía que moverse. Tenía que salir de ahí. Ahí estaba la solución. Ahí estaba la única opción en que podía pensar entre el mareo, la temperatura en ascenso y la sensación de temblor.
Escapar. Correr. Desaparecer.
Simplemente, estaban demasiado cerca.
.
.
Silencio.
El silencio tomó el control. Un silencio totalmente ajeno a lo que estaba pasando en aquella habitación. Un silencio que fue único testigo. Y un silencio que no interrumpió aquel encuentro. Un encuentro maravilloso, que dejó a intemperie sentimientos que querían ser negados.
.
Hasta que unos tacones lo desarmaron todo. Al silencio, y al encuentro. La puerta se abrió y los tacones destructores hicieron aparición en la escena del crimen. Sobre ellos, la mamá de Kagome rebuscaba algo en su bolso.
-Yo sabía que algo me olvidaba-musitó la mujer-¿Han visto mi monedero?
-Está en la cocina mamá-respondió Kagome tomando una distancia considerable de Inuyasha mientras buscaba recuperar el aliento disimuladamente.
-Cierto, lo puse en la mesa justamente para no olvidarme, que despistada soy.-fue diciendo la mujer mientras tomaba el objeto en cuestión
Los dos muchachos intercambiaron miradas, casi los atrapaban. Salvados por el aviso de los tacones destructores.
-Oh, Inuyasha-empezó a decir la mujer mirando detenidamente al joven, notando que tenía algo en la boca-no sabía que a ti también te gustaba la goma de mascar. Espero que mi hija no te haya pegado sus vicios
-¿Insinúas algo, mamá?-preguntó cínicamente
-Oh, no, claro que no, amor. Bueno, ya me voy, antes de que se me haga muy tarde.-se despidió
El silencio retomó su dominio. Inuyasha solo sonrió mientras se revolvía el pelo.
-Eres un tonto-rió ella golpeándolo suavemente.
-Bueno. Ya has cumplido con tu favor, ahora me toca a mí. Espero tus instrucciones-le dijo él.
-¿Instrucciones?
-Si, apostamos, lo notaste? Apostamos a que besabas mal. Bueno, en esta me ganaste. No besas tan mal, como pensaba.-a Kagome le tomó unos momentos para entender.
-Ahh, con que jugamos así, eh? Bien. Mi favor es…a ver…Oh, ya sé!-exclamó la joven con una sonrisa picara-Quiero mi goma de mascar devuelta.
Y otra vez, el silencio invadió, aunque la acción no se detuvo en ningún momento. El encuentro también se volvió a dar. Pero esta vez no solo fueron sus labios. Esta vez, sus bocas se encontraron. Y todos sabemos cuál es la diferencia entre uno otro.


Fin

Gracias a todos y espero que me reciban de vuelta con muchos muchos comentarios =)


Pd: El titulo se puso mal! Tenía que decir -Inu&Kag-, no -Inu-!

 

Re: Goma de mascar -Inu-

Jeje bueno, si, está algo desprolijo, pero bueno, hacía mucho que no me ponía a escribir xD, gomen!
Gracias a todos!