La Perdición

La Perdición

Bueno, soy nueva aquí pero me registré porque una amiga me comentó que me pasara. Así que no sé... Os dejo aquí una historia a ver si gusta y tal ^^. Yo creo que esta bien para entretenerse un ratillo... Así que ala, espero que os guste y besitos!!!.

Capítulo 1

“Fue la mejor noticia que me dieron en toda mi mísera vida. Por fin estaba viviendo de algo que realmente me gustaba hacer y eso me hacía sentir vivo, además de que parecía que estaba funcionando bien. Aquella noche yo y los chicos bebimos sin ponernos un límite, al día siguiente llevaríamos mala cara en el viaje pero lo importante era disfrutar del momento y no pensar en un mañana. Llegar a pensar que, si aquel día fuera el último de nuestras vidas, lo pasaríamos bien, estando entre copas”

Las maletas ya estaban sobre la cama. Mi hermano las miró una última vez certificando que todas estaban cerradas, la mayoría a presión. Había puesto tanta ropa que parecían querer explotar en cuanto nos diéramos la vuelta, él parecía orgulloso de eso. Le encantaba ir de compras y hacer colección de pantalones en su armario. A mi también me gustaba comprar pero no llegaba a sus extremos, incluso solía guardarse las etiquetas de lo que tenía para recordar donde lo encontró y cuanto dinero se gastó, lo suyo era enfermizo.
Después de echarle un nuevo vistazo a las 3 maletas de color rojo que se llevaría a Roma, Paul me abrazó por los hombros y me estrujó durante unos minutos. Sentí su pelo castaño rozándome la nariz, cerré los ojos mientras lo hacía intentando que se diera cuenta de que no me gustaba que hiciera eso, parecía no enterarse o no querer entenderlo.
- ¿No te parece increíble? ¡Creí que ya nunca me volvería a tocar otro viaje, y mira!
- Eres el único ser humano en el mundo al que le pueden tocar dos concursos en un mismo mes – Dije mientras negaba con la cabeza – ¿Porque no se llevará eso en los genes?
Mi hermano rió y luego sacó los pasajes de avión de su bolsillo, los cuales puso delante de mi rostro varias veces intentando darme un poco más de envidia.
- Lo que se consigue con enviar diez códigos de barras de una marca de café, ¿Eh? – Había dicho esa frase por lo menos cien veces durante esa última semana.
- Cinco de las cuales te las di yo, en cierta manera parte del premio es gracias a mí, ¿Captas la indirecta?
Paul cabeceó para luego seguir hablando
- Pero tú no quieres que mi novia se enfade conmigo, ¿Verdad Sam? Tengo que llevarla a Roma. Si tuvieras novio lo entenderías, y como son sólo dos viajes…
- Si fueran tres tampoco me llevarías, seguramente se lo darías a mamá. ¿Crees que no sé cómo eres?
- No te enfades Samantha, te prometo que cuando vuelva te recompensaré por haberme ayudado con las maletas.
Me imaginé la posible recompensa, una camiseta con ROMA escrito en mayúsculas, la misma que me trajo cuando hacía apenas dos semanas le tocó un viaje a Las Vegas promocionado por Coca-Cola, sólo que la palabra Roma era substituida por las Vegas y un dibujo de una máquina tragaperras.
- Bueno, voy a ver a un amigo. Nos vemos más tarde, dile a mamá que volveré justo para ir al aeropuerto
Me dio una palmadita de afecto en la espalda y se fue. Cuando escuché la puerta de casa cerrarse me senté sobre su cama y suspiré. Mientras él se iba a Roma una semana de vacaciones yo tendría que quedarme en casa. Las vacaciones de verano no me ilusionaban demasiado si la idea de ellas era quedarse encerrada y no viajar a ningún sitio, aunque entendía la idea de que la economía no estaba demasiado bien para poder hacerlo. Tenía la carrera a medio acabar y después de estar el resto del año estudiando, en esos momentos quería olvidarme de todo, un deseo bastante difícil de conseguir, por lo visto.

 

Re: La Perdición

Hummm.. no se ve mucho pero esta muy interesante tu fic, pónte la url de esta pagina en tu firma y más gente se pasará cuando empieces acomentar en otras historias.

Ya estoy ansiosa de ver el siguiente capitulo!!!

Escribes de primera, you know? =)

See you!

 

Re: La Perdición

Gracias!!! Oki, tomaré nota de tu consejo

 

Re: La Perdición

Ahora que lo pienso... saldrá Bastian -epa... Sííííííííííí!!! Sí! Sí!!

Oh dios, cuánta euforia me inspira ése hombre!!

Por dios, ya estas poniendo el siguiente capitulo porque no puedo esperar a verlo d enuevo xD

 

Re: La Perdición

Salí de la habitación de mi hermano cerrando la puerta y dejando las maletas tal como estaban, tiradas sobre la cama. En la puerta esperaba Dobbie, el perro de la familia. Era un pastor alemán que debía pasar su vida en el jardín pero siempre acababa dentro junto a nosotros sin que nadie se enterase de cómo lo hacía para entrar. Me siguió los pasos hasta mi habitación, donde cerré la puerta. Me volví a tumbar sobre la cama y miré hacía el techo, donde vi fotografías con algunas amigas. Me fijé en que en todas ponía la misma cara de sonrisa forzada intentando no sonreír demasiado, no me gustaban mis dientes y siempre solía esconderlos al reír. De hecho, los dientes eran sólo el principio de las cosas que no me gustaban de mi cuerpo; No me gustaba mi altura, ni mi cuerpo; delgado y blandengue, pero si había algo que realmente odiaba era mi poco pecho, aunque aprendí a aceptar con el tiempo que yo no iba a cambiar, con ese cuerpo nací y con ese moriría. Además, también tenía cosas buenas; Mi pelo me gustaba, era largo y de color castaño claro, se quedaba ondulado si no lo peinaba pero en realidad era liso. Mis labios, algo gruesos, también me gustaban y además, sabía que poseía unos ojos bonitos. Eran de color verde almendrado y era la única de la familia que los tenía así, por parte de mi abuelo paterno. Mi hermano los tenía marrones, como mamá y papá, y tener los ojos de ese color diferente era mi única arma para dar envidia a Paul. Él tenía otra arma también bastante poderosa; podía presumir de tener más conquistas que yo con menos años. A sus dieciocho años ya había tenido cinco novias y tres rollos esporádicos, yo a mis veinte contaba con la espeluznante cifra de cero rollos esporádicos y dos novios que apenas duraron más de tres meses. Mi vida amorosa daba pena y parecía no tener intención de cambiar.

Escuché la puerta de mi habitación abrirse y apareció mi madre en el umbral, me metí tanto en mis pensamientos que no la escuché llegar a casa. Aquel día llevaba una falda larga vaporosa y una camiseta de tirantes que me hizo pensar en la idea de que fuera haría calor. Reí mientras la miraba, era peculiar verla vestir así a su edad, aunque ella siempre había sido muy hippie y le encantaba esa ropa, sin importarle lo que opinaran los demás de ella. Le gustaba llevar el pelo corto, pero desde hacía unos meses se lo estaba dejando crecer, tanto que ya llegaba a poder hacerse una pequeña cola por detrás con todos sus mechones.

- ¿Samantha, Donde se ha metido tu hermano? ¡Nos quedan un montón de cosas por hacer!- Gritó ella
- Si te refieres a las maletas le ayudé a hacerlas hace poco. Me dijo que se iba con un amigo y que volverá cuando vayamos al aeropuerto
- Este niño nunca cambiará. Siempre está haciendo lo mismo, tendríamos que…
No escuché lo que siguió diciendo ya que cerró la puerta y siguió refunfuñando por el pasillo. Pensé en la idea de dar una cabezadita en la cama hasta que mi hermano volviera y pudiéramos llevarle al aeropuerto pero sabía que me costaba lo mío dormirme de noche y que cerrar los ojos y simplemente, dormir, me sería imposible de día. Busqué en la estantería algún disco que pudiera distraerme, y cuando lo encontré dejé que la voz del cantante penetrara en mis oídos y me hiciera imaginar lugares donde nunca había estado y donde probablemente tampoco iba a poder estar.

 

Re: La Perdición

Bueno, esta conti me sabe a poca cosa, quiero decir, que es muy corta hija mía ya te vale XD además, en este mini capitulo no pasa nada interesante ¬¬ eres una mala persona ¬¬ y bueno, a saber qué estará haciendo su hermano cn aquél "amigo" -epa XD en fin, cuidate y espero que el siguiente capítulo tenga sustancia!!


See you!

 

Re: La Perdición

Después de escuchar el CD entero dos veces mi hermano volvió justo para como él ya dijo, ir al aeropuerto. Me enteré de su llegada porque entró en mi habitación sacándome del estado de ensoñación donde había entrado pero sin llegar a dormirme. Llevaba una sonrisa inmensa pintada en los labios y fue él mismo quien paró el discman y me quitó los cascos de las orejas para que le escuchara.
- ¿Recuerdas eso que te dije? ¿Que te agradecería lo de las maletas?
- ¿Vas a dejar a Judith tirada? – Pregunté realmente sorprendida
- No, mi novia sigue viniendo a Roma, pero tengo la recompensa perfecta por haberme ayudado. Te encantará la idea
Arqueé las cejas esperando que dijera de que se tratara, pero él permaneció callado
- ¡No me dejes con la intriga! Dime ¿Qué pasa?
- Primero se lo tengo que comentar a mamá – Comenzó diciéndole él – Y si ella acepta la idea, entonces te lo diré a ti

Dijo eso y salió de mi habitación como alma que lleva el diablo. Quise levantarme de la cama y ponerme a escuchar desde el pasillo lo que tenía que decirle a mamá, pero permanecí en la cama por el cansancio que notaba en mi cuerpo de haber estado tumbada durante bastante tiempo. La curiosidad me mataba; si fuera un regalo no tendría que comentarle nada a nuestra madre. Si fuera un viaje, tampoco tendría que pedir ningún permiso ya que podía tomar mis propias decisiones. Cuando estuve apunto de salir de la habitación para saber de que estaban hablando fue mi hermano quien entró dentro de nuevo. Esta vez me abrazó. Volví a cerrar los ojos, esta vez por lo fuerte que lo estaba haciendo.
- Bien, te cuento. Ese amigo con el que he estado forma parte de la producción musical del grupo The Ruin. Son bastante conocidos
Cabeceé. Había escuchado alguna canción de ellos por la radio, era en ese momento cuando comenzaban a hacerse famosos y a ser conocidos en todo el mundo. Creí recordar que tenían un estilo parecido al rock alternativo. No pude opinar sobre sus componentes pues nunca los había visto hasta ese entonces.
- Déjame adivinar, la sorpresa es que te han regalado entradas para un concierto de ellos
Mi hermano rió y yo creí haber acertado, pero negó con la cabeza. Me alivié en cierta manera, ya que hubiera sido algo bastante decepcionante. No conocía ninguna canción de aquel grupo además de la que había escuchado en la radio y me sentiría cohibida entre tanta gente que si sabía sus canciones y que además, había pagado por entrar.
- ¿Entonces? - Pregunté
- Como te decía antes de que me interrumpieras… - Paul me hizo una mueca – Mi amigo tiene contactos con esa banda, y me contó que hace unos días se quedaron sin el suplente del guitarrista, que además era el que preparaba los micros, el sonido, los instrumentos y todo necesario para salir a escena
- ¿Que le pasó al suplente? – Preguntó curiosa
- ¡Y a ti que más te da! – Me contestó mi hermano, parecía cansado de que le interrumpiera – Bueno, el caso es que yo le comenté que tenía una hermana que sabía algo del tema
Di un suspiro cuando dijo eso, en realidad no es que supiera demasiado de ese tema, pero mi hermano tenía una banda con unos amigos de su instituto y él, que era muy aficionado a la música, me fue enseñando algunos trucos de afinación y de sonidos con los que prácticamente pudiera haber llegado a ser técnica de sonido sin tener que saber nada más que eso.
- Ajá – Ratifiqué
- Y no vas a creer lo que me ha propuesto para ti
Hice rodar los ojos adivinando por donde iría la cosa.
- Que sea su suplente durante unos días ¿No?
- No, ¡Durante todo el verano!
- Paul, yo no se tocar la guitarra, ¡Sólo sabría preparar los instrumentos!
- Me dijo que mientras supieras eso ya valdría, que ya se buscarían por su cuenta a algún substituto, ¿¡No es fantástico!?
Parecía muy emocionado por esa noticia, en cambio yo, permanecí callada mientras Paul casi daba saltos sobre la cama después de pronunciar esas palabras. Me volvió a abrazar, como si fuera una felicitación por algo que hubiera conseguido. Cuando notó el poco entusiasmo que le ponía al asunto me miró extrañado y con arrugas en la frente.
- ¿Pero no te hace ilusión, Sam?
- ¿Ser la suplente de un grupo de pacotilla que no conoce nadie y seguramente no saldrá de Fresno? ¡Oh Por dios! ¡Me muero de ganas de comenzar mañana mismo! – Dije con ironía

Fresno era nuestra ciudad, esta situada en California; y en esos momentos tenía ganas de perderla de vista para siempre y no volver jamás. Paul entrecerró los ojos aún con el signo de duda en su rostro.
- Samantha, The Ruin es un grupo muy conocido. ¡Tiene fans por todo el mundo! Y no estoy hablando de 4 gatos, estoy hablando de miles de personas que están esperando verles en concierto
- ¿Enserio? Pues yo ni siquiera les había escuchado – Mentí
- Como no los vas a escuchar, si están en el número uno de todas las listas de éxitos
- No exageres
- No exagero, están llegando a esas cifras, créeme
- Paul, ha sido un buen intento enserio, pero yo no quiero ir de gira por California con ese grupo. Tengo ganas de irme lejos… A Roma, como tú. De visitar mundo, de olvidarme de los estudios y de este lugar por un tiempo, de…
- Entonces perfecto, porque mañana mismo se van de concierto a Italia
Abrí los ojos de repente, como si se hubiera saltado una parte importante de la explicación
- ¿Como? – Pregunté
- Te dije que son muy conocidos. No sólo saldrán de Fresno, si no que van a hacer gira mundial durante este verano. ¡Por eso le pedí permiso a mamá antes de comentártelo idiota! ¡Porque vas a estar viajando durante estos tres meses que te quedan de libertad!

Fue entonces cuando estallé en júbilo y abracé a mi hermano con fuerza. Si eso era verdad no me iba a negar a viajar a donde fuera si la idea implicaba salir de California. Serían unos meses diferentes, fuera de mi país, de mi casa y de mi rutina. Conociendo gente nueva que seguramente me traería nuevas experiencias. Realmente Paul si me había recompensado, había traído algo de emoción a mi tranquila vida y me propuse desde aquel mismo momento recompensarle por ello. Cuando nos separamos de aquel abrazo, mi hermano me hizo levantar de la cama y abrió el armario, buscando unas maletas que sabía que tenía guardadas allí dentro, luego, las dejó sobre la cama.
- Vamos, ha llegado la hora de hacer tus maletas. Bastian – Así se llamaba su amigo - también va a viajar en mi vuelo para llegar a Italia y tú vendrás con nosotros. Me ha comentado que te conseguiría un hueco en ese avión si aceptabas, y luego a partir de allí viajarás sola con el grupo. ¡¿Que te parece?!
Por primera vez en mi vida estuve apunto de tirarme de nuevo a los brazos de mi hermano y de repetirle una y otra vez lo mucho que le quería.

 

Re: La Perdición

Hasta ahí el primer capítulo xD

 

Re: La Perdición

Bueh, ahora que ha aparecido Bastian... MAS TE VALE SUBIR EL PROXIMO CAPITULO A LA DE ¡YA!

XDD you understand me **