Gemelos en las canchas

Tema en 'Prince of Tennis' iniciado por Hikaruu Love, 12 Junio 2008.

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¿Cual es tu tenista favorito? OwO

Poll closed 19 Septiembre 2008.
  1. Ryoma x3

    36.8%
  2. Eiji

    36.8%
  3. Tezuka

    5.3%
  4. Momoshiro

    0 voto(s)
    0.0%
  5. Fuji

    15.8%
  6. Kawamura

    0 voto(s)
    0.0%
  7. Oishi

    0 voto(s)
    0.0%
  8. Kaoru

    5.3%
  9. Inui

    0 voto(s)
    0.0%
  1.  
    Hikaruu Love

    Hikaruu Love Guest

    Título:
    Gemelos en las canchas
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    14
     
    Palabras:
    4270
    Gemelos en las canchas

    Aquii Hittomii-chan reporttandose... Les traiigo un nuevoo fiic... La hermana gemela de Ryoma vuelve a Japon luego de estar "Soportando" a Ryoga en EE.UU. Ahora ira a Seigaku con Ryoma y conocera un monton de problemas nuevos, ¿que pasaria si ella conociera a algun titular del equipo masculino de teniis? ¿y si ella organizara toda una cita para juntar a Ryoma y Sakuno? ^^... espero qe les gustte



    17/12
    Suaves rayos de luz empezaban a filtrarse por las ventanas de la habitación seguidas por la fresca brisa de la mañana.
    En aquel cuarto se podía apreciar unas cuantas maletas justo al frente de la puerta, una mochila sobre la peinadora que estaba cerca de la puerta del baño, y unas cuantas ropas bien acomodadas sobre una silla. Entre las suaves sabanas de un color rosa pastel, que se iban cayendo por un lado de la cama, se encontraba una joven de aproximadamente unos 14 años de edad, de cabellos largos de un color negros con reflejos verdosos.
    Fue abriendo sus ojos ambarinos al percibir aquella brisa, se fue sentando perezosamente en la orilla de su amplia cama, empezó a frotarse los ojos y vio al causante de que la ventana este abierta. Un chico de aproximadamente 18 años de edad, con cabellos y ojos de la misma tonalidad de la joven recostada. Estaba recostado al lado de la ventana, al fijarse que la joven ya estaba despierta, se pudo divisar una sonrisa en su rostro...


    - hoy es el gran día, Hitomi-neechan – decir mientras empezaba a caminar hacia la puerta

    -------------------------------------
    Capitulo 1° “¡Por fin en casa!”
    -------------------------------------


    - ¿ya estas lista? en una hora tenemos que estar en el aeropuerto – gritaba el joven llamado Ryoga recostado al lado de la puerta de la habitación de la joven, solamente que estaba en el pasillo ya que ella se estaba vistiendo.

    Estaba vestido con unos pantalones largos color negro, una remera azul oscuro y en la mano una campera negra con mangas rojas. El cabello totalmente desordenado y los ojos adormecidos por la temprana hora que era.

    - Espera un momento, Ryoga-oniisan – gritaba la joven chica llamada Hitomi desde su habitación, estaba recogiéndose el cabello en sus habituales dos coletas, su cabello le llega al medio muslo cuando esta suelto, claro que muy pocas personas la han visto con el cabello suelto, siempre lo lleva en dos coletas, lo cual mientras lo tiene así le llega un poco mas arriba que la cintura, y todo eso lo completa con un flequillo rebajado. Tiene el cuerpo bien formado a pesar apenas va a cumplir sus preciados 14 años, también tiene un estilo medio infantil. - Ya estoy... oniisan- decía mientras salía de su habitación,

    Llevaba puesto una remera mangas largas de color rosa pálido con algunos detalles en negro y unos pantalones que le hacían juego con la remera, tenía una campera fucsia en el brazo, y un detalle mas, llevaba puesto una cadena con una pequeña medalla, la cual tenia la cara de un osito muy tierno.

    Ese era un gran día en la cuidad Kennedy de EE.UU. ya que la mayoría de los ciudadanos se irían de vacaciones a distintas partes del mundo a festejar con sus parientes la gran fiesta de navidad, pero en especial lo seria para Ryoga y Hitomi, ya que después de tantos años volverían a su tierra natal, Japón.

    Todo listo, ya no había mas nada en aquel departamento, bajaron por el ascensor del edificio con dos maletas y una mochila cada uno. Una animada Hitomi salio corriendo hacia la calle en busca de un taxi desocupado mientras que un adormilado Ryoga fue encargado de llevar una maleta más.

    /////////////////////// Siete Horas después... Tokio - Japón /////////////////////////

    - ¿de que estas hablando? – decía con tono despreocupado, un joven de entre 13 y 14 años de edad – ¿por que tengo que pagar todo yo?

    De cabellos desordenados color negro con algunos reflejos verdosos y ojos gatunos. Si, definitivamente es Ryoma Echizen. Aun cuando esta a punto de cumplir sus 14 años no había cambiado en nada su actitud. Va en 3 de la secundaria y aun sigue en el club de tenis. Estuvo muy cerca de convertirse en el sub.-capitán del equipo de tenis, pero gracias a su corta edad no pudo.

    - ¡Oh, vamos Echizen!, hoy es tu turno de pagar las hamburguesas, ¿o es que acaso no lo recuerdas?- Decía un chico de cabellos negros y unos distintivos ojos violesaseos, le llevaba una cabeza y media a Ryoma

    - Es cierto Ryoma, ayer las pague yo... ¡ahora es tu turno de quedar en sin dinero! – apoyaba un pelirrojo de ojos azules un poco entusiasmado.

    Así es amigos, Momoshiro y Eiji, y junto con Ryoma y Syusuke son el cuarteto de chicos mas deseados de casi todo Japón. Momoshiro esta en 4 de la secundaria, en la clase 6 y lastimosamente junto con Kaoru, y Eiji en 5, en la clase 4, Syusuke Fuji, quien también esta en 5 solamente que esta en la clase 2, ahora es el capitán de tenis de Seigaku.
    Ryoma, Momo, Eiji, Kaoru, Fuji e Inui (5 de la secundaria, clase 6) son los que se quedaron en el club de tenis. Tezuka, Oishi y Kawamura fueron graduados el año pasado pero aun así siguen presentándose en las canchas del club.

    <<<<< Celular de Ryoma >>>>>>>

    -Ola... –atendiendo al llamado- ... ¿que sucede, Nanako?... –entrecerraba sus ojos para poder concentrarse mas en su llamado que en las caras de sus amigos- ...hmp... esta bien, voy a ir...- colgando el teléfono- supongo que... estoy salvado... tengo que irme –decía dibujando una sonrisa y dando media vuelta, iba desapareciendo lentamente entre la gente-

    - ¡¡eeeh!!... – haciendo pucheros mientras miraba como Ryoma se alejaba- ... bien, Echizen... esta vez te salvaste pero ahora nos debes la comida de dos días me entendiste Echizen –gritando – ¡DOS DIAS!

    - cálmate, Momo... – intentaba tranquilizar el pelirrojo a su amigo

    ///////////////////// Residencia Echizen //////////////////////

    - así que esos dos van a llegar hoy... – decía un hombre de edad media que estaba recostado leyendo un diario o eso aparentaba

    Nanjiro Echizen, padre de Ryoma y el legendario Samurai del Tenis, ahora es un monje que cuida el templo que está justo al lado de su casa. Se pasa el día viendo revistas de mujeres en bañadores o cosas parecidas y siempre es amenazado por su esposa. Él es el encargado de molestar continuamente a Ryoma.

    - Así es, es mejor tener preparado algo para ellos – respondía una mujer desde la cocina con una gran sonrisa

    Rinko Echizen, es la madre de Ryoma, muy dulce y amable. Se encarga de todo en la casa, principalmente de la comida, ella siempre esta al tanto de lo que le sucede a su hijo.

    - bien... – colgando la llamada – Tía, Ryoma dice que va a venir – decía a su tía, Nanako, quien estaba sentándose en la mesa de la cocina, en frente de su tía.

    Nanako, es la sobrina de Nanjiro y Rinko, y la prima de Ryoma. Tiene 18 años y vive con sus tíos. Ella es muy alegre y discreta por lo cual Ryoma puede confiar en ella antes que en sus padres...bueno, en realidad, confía en su madre pero sabe que ella le dirá a Nanjiro y este ultimo estará intentado de molestarle con cualquier cosa. Se había convertido en toda una dama, haciendo que cada amigo de Ryoma que viniera en la casa se quedara babeando.

    - Ya llegue – decía el joven de mirada ámbar mientras saludaba a sus progenitores y a su prima.- bien, díganme para que me llamaron –decía con su habitual tono frió y su mirada seria hacia su prima que lo esquivó con una tierna sonrisa

    - Hitomi y Ryoga esta por llegar dentro de media hora

    - quiero que tu acompañes a Nanako al aeroparque, ya que ella todavía no los conoce, además de seguramente tu sabrás que dirección tomar, ¿verdad? – Decía mientras le daba la espalda para revisar una olla que estaba en el fuego.-

    - no tengo otra opción ¿verdad? – decía resignado, pues sabia que con su madre no podía discutir, ya que si lo hacia era capaz de amenazarlo tal como lo hace con su padre, solo que claro, cambiando las revistas por el tenis- iré a cambiarme... – decía con tono frió mientras subía las escaleras hasta su habitación

    ///////////////////// Vuelo 3749 con destino a Tokio, Japón //////////////////////

    - vamos, ¡despiértate! – Gritaba con gran entusiasmo una joven de ojos ambarinos a su hermano-

    - Hitomi.... ¿es que acaso nunca duermes? – Decía entre bostezos y se volvió a acurrucar en el asiento entrando en un profundo pero muy corto sueño -

    - si duermo... – susurraba hitomi – pero es que... ya esta empezando a nevar –decía mientras miraba por la ventana – “dentro de muy poco voy a llegar a casa” – pensaba entusiasmada.

    Faltaba un poco menos de 15 minutos para llegar a su destino, lo cual puso de muy buen humor a Hitomi.
    Empezaba a hacer frió dentro del avión, empezó a buscar su bolso de mano que había llevado, ya que ahí estaban las camperas de ella y de su hermano.

    Al abrir el gran bolso se podía ver claramente las dos camperas, por la cual sacó la suya y se abrigo rápidamente, ya que la temperatura caía muy rápidamente. Al sacar su abrigo, quedo a la vista todos los refrigerios que quedaron del viaje, también se podía ver algunos documentos, lo cual llamó mucho la atención de Hitomi.

    Agarro un par de papeles que había, parecían documentos de la clínica a la cual ella había ido desde que tenia memoria. Empezó a leer cuidadosamente...

    -Esto es... –murmuraba para si misma mientras se dibujaba una sonrisa en el rostro

    ///////////////////// Aeropuerto de Tokio, Japón //////////////////////

    - El vuelo 3749 proveniente del Kennedy, EE.UU. Esta arribando en la puerta número 8°. – anunciaba –

    - Ryoma, vamos, ya llegaron – decía Nanako mientras movía a Ryoma por el hombro de un lado a otro –

    - hmp

    <<<<< Celular de Ryoma >>>>>>>

    - hmp...

    - Ryoma, oye, ¿ya te enteraste? – Se escuchaba la voz de Momo del otro lado.- mas te vale venir esta tarde al entrenamiento si no quieres morir luego.

    - ¿de que hablas Momo? – preguntaba Ryoma con un poco de intriga.

    - de que Inui hoy esta de muy mal humor -continuaba el ojivioleta – trajo cinco jarras enormes de zumo, y dice que si alguien llega a faltar a la práctica se tomara dos jarras enormes.

    Al escuchar eso ultimo de su amigo se le erizo toda la piel, con tan solo pensar en los nuevos zumos de Inui era terrible... ya que ahora se podría decir que tenia todos los ingredientes del mundo. Inui aun seguía siendo su entrenador, pero ahora que no estaba tezuka, hacia que todos trabajaran el doble, o hasta el triple en menos de 5 minutos.

    - Ryoma-niichan!! –una voz femenina lo saco de sus pensamientos- ¿como has estado, oniichan? –Preguntaba abalanzándose hacia él- te dije, Ryoga-niisan –dirigiéndose al mayor de los tres- mi gran sentido auditivo siempre podrá encontrar a Ryoma-

    -hmp... hitomi... mada mada dane (aun te falta mucho) –decía mientras intentaba sacársela de enzima- Momo...- decía retomando la llamada – voy a ir, 1 hora y voy a estar de nuevo en Seigaku– en eso la voz de la locutora diciendo el arribo de otro avión delato el lugar en donde estaba Ryoma –

    -bien... luego hablamos – finalizaba Momo

    - vaya no pensé que ya tendrías novia... O’chibi – entraba en la conversación Ryoga

    - hmp.

    - bueno, será mejor que nos vayamos, de seguro estarán muy cansados del viaje – entraba nanako, la cual apareció de la nada...-

    - oye.... tu eres Nanako, ¿verdad? –decía entusiasmada –

    - Nanako, has crecido bastante desde la última vez que te vi

    - gracias, Ryoga... bueno, ¿vamos? – dándose la vuelta y empezaba a caminar hacia la salida mas cercana a ellos.

    ///////////////////// Escuela superior Seishun Gakuen (Seigaku) //////////////////////

    Uno de los institutos más privilegiados de todo Tokio, grandes campos, edificaciones increíblemente perfectas desde cualquier ángulo que lo mires, piletas de natación, canchas de fútbol, básquet, voley y por supuesto de tenis.
    Atrás de las instalaciones había un parque, cubierto por una mato blanco en el que se podía ver a dos jóvenes con unas camperas de titulares del club de tenis, sentados sobre una de las bancas que había en el lugar.

    - ¿ese O’chibi... en el aeropuerto? No estarás pensando en que... –gritaba un pelirrojo muy preocupado

    - no lo creo – respondía con aires despreocupados su amigo de cabellos azabaches mientras se recostaba en el asiento- es imposible que se valla sin avisar... además... todavía le queda un detalle sin terminar.... – comentaba con tono pícaro a su amigo pelirrojo

    - ¿algo sin terminar?...- emitía intrigado el de ojos azules... mientras veía su reloj...- ¡oh, rayos! –Empezaba a gritar- ¡momoshiro, vamos a llegar tarde al entrenamiento!

    - ¿¡Que!? – tomando la muñeca de Eiji en donde se situaba el reloj para confirmar si lo que el de ojos celestes tenia razón, al contrario... el reloj de Eiji marcaba la 12:30 del medio día, faltaban mas de una hora para que comenzara - ¡mentirosoo! - gritaba mientras le pegaba en la cabeza-

    - ¡Auch!... aun así, no puedo creer que hayas creído en eso, faltan 3 horas para que comience el entrenamiento, y eso que acabas de hacérselo recordar a Ryoma- masajeándose la parte en la que Momo le había pegado

    ///////////////////// Residencia Echizen //////////////////////

    La Residencia Echizen estaba conformada por la casa, la cual era de dos plantas, en la que en la parte inferior estaba la cocina, el comedor y la sala de estar, en la parte superior de la casa se encontraban varias habitaciones bastante cómodas. El resto de la propiedad era un templo.
    A un costado de la casa, se encontraba un gran espacio, como las dimensiones de una cancha de tenis, que en uno de los lados descansaba una gran campana algo vieja.
    Todo esto era protegido por unos enormes muros de cemento, que en la parte central tenían una puerta al estilo japonés.

    - ¡vaya! No ah cambiado nada desde la última vez - comentaba, muy entusiasmada, Hitomi mientras salía del taxi - ¿no es cierto, Ryoga-niisan?

    - Por fin hemos llegado... – suspiraba el mayor de los hermanos mientras salía y miraba la Residencia desde afuera, luego de un rato de estar mirando se fue a ayudar a Ryoma con las valijas- Déjame ayudarte – agarro la maleta que Ryoma tenia en su mano derecha, y con la izquierda la de Hitomi.

    Mientras tanto, Hitomi se había quedado paralizada viendo la gran puerta que separaba la calle de la Residencia que estaba frente a ella. Una lluvia de emociones que había intentado retener a lo largo de todo el viaje estaban empezando a florecer. Desde que había quedado en Kennedy con su hermano soñaba con el día en que por fin se mudaría con sus padres y su hermano.

    - ¿¡eehhh!?-emitía Ryoga asombrado- Hitomi esta totalmente callada... – al contener Hitomi en la frase, Ryoma no pudo contener y la miro como para percatarse de lo que decía Ryoga era cierto-

    - umm...- despertando de su sueño y mirando hacia donde se encontraban sus hermanos.

    Nanako, que se encontraba ajena a todo eso, ya le había pagado al conductor, y se estaba dirigiendo hacia la puerta con la llave en la mano. Ryoga y Ryoma ya habían sacado todas sus pertenencias del coche, por lo tanto el auto ya había arrancado y partido hacia otra parada, desapareciendo entre las calles.
    Nanako introduzco la llave en la cerradura y abrió la puerta, dejando ver la hermosa casa que estaba escondida detrás de aquel muro.

    - esto no ha cambiando nada desde la ultima vez- le recordaba Ryoga a Hitomi, haciendo que ella suspirara y volviera todo el valor que había perdido hace unos segundos

    Continuara...

    Próximo Cáp.:

    -¡¡Hola a todos!! Mi nombre es Hitomi Echizen.
    ¡Por fin he llegado a casa! Ahora no seré la única que tenga que soportar a Ryoga, solamente que ahora esto le tengo que agregar a mi pervertido padre, Nanjiro, a la lista de personas que me molestan.
    Bueno, en el próximo capitulo tendré que ir con Ryoma a acompañarlo a su entrenamiento en el colegio Seigaku, en la entrada conoceré a tres chicas, la alborotada Tomoka, la tímida Sakuno, y la madre de las dos, Ann. Ellas me mostraran el colegio entero mientras que Ryoma estará sufriendo en su entrenamiento.
    A la salida del colegio me encontraré con un antiguo amigo mío... ¿quien será? ¿Quieren Averiguarlo? ¡Entonces esperen al próximo capitulo!
    Matta Ne!
     
  2.  
    Ayumi

    Ayumi Entusiasta

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    Re: Gemelos en las canchas

    P
    R
    I
    M
    E
    R
    A

    acabo de leer tu fic...
    y esta decidido
    sere tu fan numero uno
    me encanto
    y ademas tendra RyoSaku
    espero ¬¬

    ESPERARE CONTI AQUI SENTADA

    hare un poco de propaganda con mis nee's


     
  3.  
    Kranneli

    Kranneli Guest

    Título:
    Gemelos en las canchas
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    14
     
    Palabras:
    91
    Re: Gemelos en las canchas

    T
    E
    R
    C
    E
    R
    A

    Me encantó¡!
    No es que me guste el Ryo/Saku demo...
    últimamente me han echo cambiar de opinión xD
    Espero seguir leyéndote ^^
    Bye¡!*-
     
  4.  
    Hikaruu Love

    Hikaruu Love Guest

    Título:
    Gemelos en las canchas
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    14
     
    Palabras:
    6080
    Re: Gemelos en las canchas

    Hola! muchas gracias por sus comentarios, i por supuesto que tendra RyoxSaku... solo que despues... mas o menos en el cuarto capitulo -.-' ....x3 .... no se desesperen.... aqui les traiigo el siguiente capiitulo... xD


    A penas entraron, dejaron las maletas en la entrada y se dispusieron a cambiarse de calzado para estar entre casa. Nanako, empezó a caminar por el pasillo que había y doblo a la derecha, hacia una puerta que daba al comedor. Ryoma se dispuso a subir las escaleras hacia su habitación.

    ------------------------
    Capitulo 2° “Lluvia de emociones”
    -------------------------

    - ¡Tía, ya llegamos! – anunciaba al entrar a la cocina.

    - vamos nii-san – susurraba muy emocionada agarrando la mano de Ryoga y lo arrastraba hacia donde estaba Nanako. Pero al ver la sala de estar los dos se quedaron en transe

    Apenas pasaron al lado de la sala de estar, la cual estaba decorada especialmente por la llegada de Hitomi y Ryoga, había un cartel grande colgado de las esquinas del cuarto, el cartel decía claramente “Bienvenidos a Casa: Ryoga y Hitomi” en letras grandes, estaba decorado en distintos colores.

    - Bienvenida a casa – saludaba Rinko desde el comedor. Haciendo que los hermanos salgan del transe.

    - ¿okaasan? (madre) – decía Hitomi entrando al comedor seguida por Ryoga donde estaba Nanako y Rinko.

    Al entrar, la mesa estaba toda hecha, cubierta con un mantel de color blanco, con algunos bordados en color rojo al igual que los bordes. Los platos eran de color blanco y los cubiertos eran rojos, haciendo que todo combinara

    - Hitomi, Ryoga... – murmuraba emocionada- por fin han vuelto, ¡chicos! – tirándose a abrazarlos.

    - Okaasan... – susurraba correspondiendo el abrazo.

    Ryoga, quien permaneció callado solo correspondió al abrazo de su madre y empezó a ver detalladamente cada detalle del lugar, hasta que se dio cuenta de que faltaba alguien en esa bienvenida.

    Busco un poco mas a ver si por lo menos la sombra del ser que buscaba, pero fue en vano, ya que no había rastro de la única persona que faltaba encontrarse con ellos.

    - madre - decía mientras se separaban del abrazo- ¿donde esta aquel viejo holgazán? – empezando a caminar por la sala, viendo cada detalle.

    Hitomi, por su parte, se quedo viendo a su hermano, y buscando a su otro hermano que había desaparecido.

    Al recordar que había subido por las escaleras, le dio la idea de que se había ido a su habitación, así que empezó a caminar hacia donde se había ido su hermano.

    Subiendo las escaleras, hacia las habitaciones, que daba a un amplio pasillo, con varias puertas, mas o menos 7 puertas. Una en especial había llamado la atención de la menor de la casa, una puerta con varias rasguñaduras en la parte inferior izquierda.

    Y no solo por eso, si no que también se podía escuchar perfectamente que había alguien dentro de aquel cuarto.
    Un suspiro de resignación salio de la boca de Hitomi.


    - nunca cambiaras hermano – pensaba mientras ponía una de sus manos en su cintura y la otra tocaba la puerta.

    /////////////////////// Ryoma /////////////////////////


    Ryoma, quien estaba del otro lado de la puerta y tirado en la cama con una pelota de tenis en la mano, estaba mirando el techo, como si fuera que algo asombroso estuviera pegado allí.

    Llevó el brazo hacia su frente para que no le diera toda la luz en la cara y miro detenidamente a aquel minino que había subido a su cama en un habilidoso salto, digno de un felino como él.

    <<<<< Tocan la Puerta >>>>>>>

    - Adelante – contesto fríamente, con solo saber de la nueva visita que tenían, ya tenia idea de quien era.

    Se abrió la puerta y se dejo ver a una Hitomi entrando a la habitación, con solo dar un paso Kurupin saltó y se dirigió hacia ella, como dándole la bienvenida. Una cara de sorpresa invadió la cara de Hitomi al ver al enorme minino que se acercaba hacia ella.

    - ¡Kurupin! – Decía mientras se agachaba y levanta al gato Himalaya- has crecido mucho – recibiendo una caricia de parte del felino

    Por su parte, Ryoma se encontraba sentado en la orilla de la cama viendo la escena de su gemela y su “fiel” minino. Oculto su rostro tras la gorra para no seguir viendo esa escena.

    - si empiezas a mimarlo así, el pobre se va a ir dentro de una semana – decía con su tono orgulloso

    -¿Celoso, niisan? – interrogaba cerrando la puerta, sentándose al lado de Ryoma y dejando a Kurupin en el piso.

    Ryoma solo observaba a aquella intrusa de su privacidad, y por que no también decir, la del minino, la cual, al ver que tenían la vista en ella, solo esbozo una sonrisa calida, expresando varios sentimientos de los cuales Ryoma no conocía aun, o si conocía nunca los había demostrado.

    - oye – cortando aquel silencio que había en la habitación- ¿me prestas una raqueta? – decía levantándose y acercándose hacia el bolso que contenía las raquetas que estaba recostado en la pared.

    - ¿hmmp? – Haciendo un gesto de duda – ¿para que las necesitas?

    - pues ya lo veras... – volviendo a mirarlo – entonces... ¿me prestas?

    - no se para que oponerme si igual vas a agarrarla

    - ¡gracias, niisan! – decía mientras sacaba una de las raquetas con una pelota.

    Salio caminando de la habitación, con la raqueta apoyada en el hombro, un Ryoma observaba dudoso a su hermana alejándose de su habitación, hasta que vio como Kurupin la seguía, lo cual, por instinto se levanto y metió sus manos en las bolsillos de su pantalón y bajo por las escaleras suponiendo hacia donde se dirigía su gemela.

    Al bajar las escaleras, fue por un pasillo que se dirigía hacia el patio, al salir al patio pudo ver a su hermana, apoyada en una de sus típicas poses que hace cuando esta molesta, estaba viendo a su padre, que estaba recostado debajo de la campana, leyendo sus “famosas” revistas.

    Sin hacer ningún ruido, Ryoma y Kurupin se sentaron en el piso mirando fijamente a Hitomi.

    Hitomi, después de pensarlo un rato, hizo un saque, el cual la pelota se dirigió directamente al centro de la campana, haciendo que Nanjiro diera un salto en el lugar por el ruido y luego de un par de golpes mas de parte de la pelota, esta cayó justo en la cabeza de Nanjiro, haciendo que el “pobre” ahogara un grito de dolor.

    - ¿pero que demonios...?– se quejaba masajeándose la parte adolorida.

    - eso te pasa por ni siquiera darnos la bienvenida – contestaba la menor con cierto enfado.

    Ryoga y los demás, al escuchar aquel alboroto salieron corriendo al patio a ver que estaba pasando, pero en vez de ayudar a aquel hombre, se detuvieron y miraron entretenidos el resto del espectáculo. Ryoma, quien intentaba ahogar sus ganas de echarse a reír, solo esbozo una media sonrisa con bastante diversión ante aquella escena.

    - mada mada dane (aun les falta mucho) – susurraba para si mismo al tiempo en el que bajaba la cabeza y ocultaba sus obres ámbares tras su gorra.

    La única que escucho ese comentario fue Hitomi, quien esbozo una media sonrisa. Nanjiro, después de un rato, viendo claramente aquellas dos siluetas que habían invadido el territorio, se dio cuenta de que...

    - ¡me olvide! – Decía con una mueca extraña...- ¡Hitomi! ¡Ryoga!, lo lamento mucho, es que me olvide –

    - no tienes remedio, oyaji –suspiraba el mayor de los hermanos

    Nanjiro dio un salto y se puso en frente de Hitomi, con su usual pose de manos cruzadas inclinándose un poco hacia enfrente. Y miro con detenimiento a aquella figura femenina que tenia en frente.

    Por su parte, Hitomi, estaba estática, mirando fijamente hacia los ojos de Nanjiro, la mirada seria envida por la menor era exactamente igual a la de Ryoma, haciendo que Nanjiro retrocediera un paso hacia atrás.

    - nunca vas a camibar, oyaji – decía volviendo a su expresión amable

    - si, y tu tampoco – murmuraba entre dientes – la verdad extrañaba esos golpes

    - mmmm... ¿bien, que les parece si comemos? – interrumpía Rinko

    - es cierto, deben estar cansados por el viaje, comamos un poco para recuperar las energías – apoyaba Nanako

    - ¡que bien, comida! – decía un Ryoga muy animado

    - no sé... es que, sigo siendo de no comer mucho, okaasan – comentaba la menor.

    Ryoga, ante el comentario de Hitomi, cambio rápidamente su cara y se puso tras ella, apoyando sus manos en ambos hombros de la chica, haciendo que esta lo viera un poco dudosa.

    - vamos – empezando a empujar el delicado cuerpo de la chica – si tú misma sabes que apenas ves la comida te devoras hasta el plato

    - R-Ryoga, no digas estupideces

    - bien, vamos – decía la peli negra dando media vuelta con una amplia sonrisa en su rostro.

    /////////////////////// En otra parte /////////////////////////

    Las calles de Tokio son asombrosas, mires por donde mires, carteles de un tamaño formidable se lucen sus colores llamativos y letras de gran inmensidad, tiendas lujosas y enormes, y también pequeñas y confortables. A esa hora del día, los restaurantes estaban llenos, con filas de gente esperando su turno para comprar su comida.

    Un joven de pelo castaño claro buscaba con la mirada por todo el local de hamburguesas a sus respectivos objetivos. Al pasar la mirada por entre la multitud, encontró a un par de jóvenes, comiendo una exagerada cantidad de comida, lo cual provoco que una sonrisa se formara en su refinado rostro.

    A paso lento, atravesando la multitud, fue dirigiéndose hacia sus presas con extremo sigilo hasta quedar justo atrás de ellos. Posó su mano sobre los hombros de ambos muchachos, acto que provoco que un escalofrió recorriera la medula de los jóvenes.

    - los estaba buscando, chicos – anuncio el joven de cabello castaño

    Sus “presas” dieron un salto del sus provocado por el de ojos claros. Al volver a sus posturas, dieron vuelta la cabeza, reconociendo al instante al provocante del susto.

    - ¡ah! Fuji, ¡no vuelvas a asustarnos así! – rezongaba un pelirrojo exaltado

    - no es justo que solo por ser el capitán te de más derecho a asustarnos – apoyaba el ojivioleta

    - lo siento chicos, es que no me contuve

    Platos de comida iban y venían, al igual que los chismes. Chismes de chicas, de otros titulares, de los nuevos novatos, de los otros clubes de tenis, de la graduación, y de cosas sin mucha importancia...

    - ¿ya has decidido los integrantes de los bloques? – preguntaba un pelinegro comiendo su 79° hamburguesa.

    - si, y esta vez van a ser selecciones muy interesantes.

    - por alguna razón esto me asusta.

    La selección de nuevos titulares, aunque los actuales son realmente asombrosos, en especial las técnicas de estos, desde que Tezuka se graduó, los partidos de estas selecciones son el espectáculo de muchos. La mayoría ha perdido la titularidad gracias a los partidos organizados por Fuji, ha excepción de Ryoma y del capitán (Entiéndase por Fuji).

    /////////////////////// Residencia Echizen /////////////////////////

    Luego del almuerzo y de una charla infinita dirigida los recién llegados, fue donde Ryoma salio de aquella conversación familiar, dirigiéndose a su recamara con bastante rapidez, haciendo que nadie pudiera detenerlo ante aquella acción, dejando perpleja a la menor por su actitud.

    - mocoso mal educado – mirando las escaleras.

    - oyaji, - susurraba Hitomi solo para su padre con una pizca de timidez en sus palabras- ¿desde cuando Ryoma se ha estado comportando así?

    Nanjiro miro detenidamente la expresión de la menor, quien estaba cabizbaja, luego se tomo unos minutos para recordar y formar la interrogativa de la joven. Estuvo así, toda la sala en silencio, esperando la respuesta de Nanjiro.

    - bien.... – comenzó – desde que se separaron hace dos años ha estado con el orgullo por sobre todo.

    Algo en esa respuesta provoco que la receptora del mensaje se sorprendiera, una sonrisa afloro en su rostro y sus ojos brillaron como el de un niño al recibir un regalo.
    Salio corriendo hacia la habitación de su hermano, al llegar a la puerta tocó un par de veces, con lo cual fue respondido con un “adelante”. Entró y se encontró a su hermano con una vestimenta totalmente diferente a lo que usaba antes


    -¿Qué sucede?

    -¿Vas a alguna parte?

    - si, tengo practicas de tenis – parando en seco al terminar la frase – genial, ahora me preguntara si puede venir con migo a las practicas

    - niichan...

    - ahí viene

    - ¿puedo ir contigo a las practicas? – interrogaba la menor con las manos juntas como rezando

    - que más da... – suspiraba

    - ¡genial! – gritaba saltando de alegría

    Ryoma no podía negar a su hermana, su cara de niña pequeña e inocente era traicionera para él haciendo que acepte a cualquier petición que ella pidiera, además le daba preferencia a ella, por entenderlo en la mayoría de sus problemas.

    Ryoma ordenaba las raquetas que llevaba y juntaba un par de pelotas que había esparcidas por toda la habitación, al terminar de revisar todo por segunda vez, cerro el bolso, llamando la atención de la menor que estaba jugando con Kurupin, haciendo que ella se levantara, dejando al minino a un costado de la cama.

    Bajaron a la planta baja de la casa, yendo directamente hacia la entrada, pero un brazo detuvo a Ryoma antes de llegar a la puerta.

    - ¿se puede saber a donde van? – interrogaba Ryoga con un tono pícaro, seguido por su padre.

    - voy a entrenar

    - y yo voy a acompañarlo... – anunciaba alegre

    Ambos receptores de aquel mensaje quedaron boquiabiertos ante la respuesta. Y pensar que Ryoma era frió y muy orgulloso.... cuando estaba cerca de Hitomi cambiaba totalmente, volviéndose un hombre mas compasivo y amable. Una sola, solo una razón en especial hay para explicar esa actitud de Ryoma cerca de su hermana... solo... una promesa...

    - regresen temprano, ¿entendido?

    - no queremos sorpresas...

    Ryoga y Nanjiro gritaban desde la puerta de la casa a ambos gemelos que se alejaban. Apenas se alejaron como para no ver la casa, dieron un suspiro de alivio, el cual era entendido por ambos al saber que no tendrían que aguantar más a aquellos dos “demonios”.

    - ya no lo aguantaba más – suspiraba Hitomi.

    - hmp.

    - veo que aun sigues recordando “aquello”

    - si... pero mas te vale no decir nada de que somos hermanos.... – haciendo que Hitomi caiga en shock por esa frase – hmp... –viendo la cara de Hitomi – sigues igual de sentimental que antes.... por lo menos por ahora...

    - ¿por qué?

    - se va a armar una gran discusión por eso –intentando salir del tema

    - pero... de seguro se darán cuenta por el parecido que tenemos, niichan

    - si lo sé, pero igual, deja que ellos mismos se den cuenta

    - bien... – suspirando, resignada.

    Siguieron caminando un par de cuadras mas, dentro de una atmósfera sin sonido alguno, cosa que molesto bastante a Hitomi, quien empezó a pensar en un tema para hablar con Ryoma, sin darse cuenta, estaba caminando unos pasos mas atrás que él.

    Luego de un rato llegaron a las puertas de un enorme instituto de varios pisos de altura, inmenso, el edificio tenia un aura de varios años de antigüedad, pero la limpieza y los detalles de cuidado decía todo lo contrario, bellísimo, se notaba la cercanía de la primavera al ver los cerezos con pequeños brotes en sus ramas y con las hojas mostrando su brillo, hacían pequeños pasajes entre los árboles, haciendo que el que pase por ellos tenga un aura campestre pero con los toques de la cuidad de Tokio.

    Chicas comenzaron a salir de entre los pequeños caminos que daban los cerezos, la mayoría miraba hacia donde se encontraba Ryoma, pero en vez de tener una cara de nerviosismo al tener cerca al joven, un gesto de enfado se formo en las caras de las jóvenes que se acercaban a la salida.

    - dime, quien eres y por que estas con Ryoma – se acerco una chica bien proporcionada, detrás de ella el resto de chicas apoyándola.

    - pueden irse... me están estorbando - decía con frialdad

    El grupo de chicas, ante el mensaje “destructivo” de Ryoma, hicieron paso, dejando que este pasara, Hitomi, en cambio se quedo quieta, sus piernas no respondían...

    - Hitomi, apúrate... – llamaba Ryoma a unos metros de ella

    - ¡ah! Si... – reaccionando y corriendo.

    Salio disparada hacia donde estaba Ryoma, al quedar cerca de él, se disculpo un millón y medio por su actitud, diciendo que era la primera vez que le pasaba algo parecido.
    Al terminar esa “escena” las jóvenes se dispusieron a dirigirse hacia sus respectivas casas con la gran duda. Aunque... tres jóvenes, que no se habían enterado de lo sucedido, se quedaron plasmadas viendo la silueta del “príncipe” con la joven.

    //////////////////////////////////////////////

    - es... enorme – mirando todo el lugar.

    - es mas grande de lo que te imaginas. Podrías perderte si andas sola sin compañía.

    -frió... no me acostumbrare a eso

    - hmmp

    Hitomi se calló, la “nueva” actitud de su hermano era como hielo en los pies. Muy pocas veces actuaba de esa manera frente a ella, solo en ocasiones que mas necesitaba se convertía en ese ser distante y sin vida.

    Pasos, se escuchaban pasos seguirlos desde atrás, o por lo menos Hitomi los escuchaba, tres personas, por la manera de sus pisadas eran jóvenes. Se acercaban rápidamente hacia ellos, cosa que percató inmediatamente.

    - Ryom.... –siendo callada por unas manos femeninas- ¿Qué demonios?

    Se estaban llevando a Hitomi, dos jovencitas con el uniforme del colegio, otra estaba escondida detrás de un árbol, cosa que le llamó bastante la atención...

    - ¿hmmp? – dándose vuelta – ustedes... ¿que se supone que hacen? –llamando la intención de las “raptoras”.

    Soltaron a Hitomi, haciendo que esta perdiera por unos segundos el equilibrio, dos de las jóvenes se dieron vuelta rápidamente, las cuales una poseía el cabello de color marrón atado en dos coletas y ojos de color chocolates, con un lunar en el ojo izquierdo, y la otra lo tenia en color castaño pasando a rubio, mas o menos por los codos, ojos de color celestes bastantes llamativos.

    - príncipe Ryoma... –decía la de dos coletas con una mano en la cabeza - ¿ya van a empezar los entrenamiento?

    - si, pero no cambies el tema... – percatándose de la presencia de cierta oji carmesí – ¿Qué le intentan hacer?

    - solo... bueno.... nosotras...

    - Ryusaki, tu también estas en esto ¿verdad? –captando la atención de la joven escondida

    - b-bueno... yo – tartamudeaba mientras salía de su escondite. Poseía unos ojos carmesí bastantes bonitos, una joya preciada para cualquier pirata, tenia el pelo de color rojizo atado en dos trenzas bastante largas, de la misma medida de Hitomi.

    - veo que las conoces... – comentaba Hitomi.

    - larga historia... ¿podrán encargarse de ella? –dirigiéndose a las jóvenes.

    - ¿ehhhhh? –emitieron Hitomi y la joven de cabello medio rubio

    - no podré encargarme de ti en dos horas, es mejor que estés acompañada... antes de perderte, ¿no? Además, ellas son de confianza...

    - confianza... Ryoma-sama dice que soy de confianza... claro que nos encargaremos de ella...

    -¿EEHHHHH? – emitieron otra vez...

    - Tomoka... ¿estas segura? – le susurraba la de pelo rubio

    - ¿acaso no escuchaste lo que nos acaba de decir Ryoma-sama?, dijo que somos de su confianza –explicaba muy entusiasmada – ¡hay que mantener esa confianza en él!

    - Ryoma... – acercándose a él- niisan, ¿estas seguro de esto?

    - tu solo haz amigas... – dándose vuelta y empezando a caminar hacia las canchas – ellas estarán en nuestra clase.

    Susurro un insulto, mientras veía alejarse a Ryoma, hubiera seguido estando quieta en ese lugar, de no haber sido por los gritos de cierta persona...

    - bien dime, - llamando la atención de Hitomi – ¿que hacías con mi príncipe Ryoma? –acercándose acusadoramente hacia la de ojos ambarinos.

    - ¿príncipe... Ryoma? – intentando en vano contener la risa.

    - ¿de que te ríes?

    - Ann...

    - ¿tu también te has dado cuenta, sakuno?

    - bien, respondiendo a tu pregunta... querida amiga de dos coletas...

    - mi nombre es Tomoka Osakada – procurando no enfadarse

    - bien, Osakada-san –continuando – Ryoma me había propuesto enseñarme el colegio, ya que mañana empezaré a estudiar aquí – hablando con un tono de superioridad

    - hmmp... d-disculpa... – comenzaba a hablar la joven de ojos carmesí – t-tu no eres de por aquí... ¿verdad?

    - ¿tan notorio es mi acento? ¡Ah! Que maleducada que soy, mi nombre es Hitomi... recuerda no decir tu apellido... – se replicaba en su mente.

    - Mi nombre es Ann Tachibana – respondía la joven de cabello medio rubio

    - y yo soy Sakuno Ryusaki.

    - encantada de conocerlas

    - ahora responde... ya tienes dos preguntas... ¿de donde eres? ¿Eres algo de Ryoma? Espera un minuto... –paraba en seco en sus palabras – no nos has dicho tu apellido...

    - la v-verdad no es necesario... es mejor que me llamen por el nombre, estoy mas acostumbrada. Y de paso te responderé a las otras preguntas... soy de Kennedy...

    - ¿De EE.UU.? Vaya... ya me parecía familiar tu acento... – comentaba Ann

    - así es... y lo de mi relación con Ryoma... >mas te vale no decir nada de que somos hermanos....<...

    - vamos... ¿que eres? -interrogaba impaciente

    - cálmate Tomoka – esa era Ann pegando a Tomoka...

    Bombarderos de preguntas, acercándose por todas partes, y el único blanco que tenían era Hitomi, que por mas preguntas que les lanzaran tenia que responderlas antes de que mas bombas llenas volvieran a atacarla.

    Después de responder a la pregunta se dispusieron a enseñarle el colegio entero a Hitomi, que por más que se llame colegio, parecía un laberinto. Era un colegio de nivel primario y secundario, los cuales serian en total 12 niveles, de los cuales estaban divididos en 6 salones cada nivel, por lo cual serian como 72 salones, y eso no era todo, también estaban los salones de biología, química, computación, etc.

    Todo eso en un edificio, pero fuera del él estaban todas las canchas de los deportes conocidos por el hombre, y otros inventados por la institución. Hitomi al recorrer todo eso y con cada indicación dada por las tres acompañantes eran enormes cálculos en su cabeza.

    - Ryoma-niisan tenia razón... este lugar es enorme, podría perderme en un santiamén

    -bien, luego esta el parque que esta atrás de todas las instalaciones.

    - increíble – decía sorprendida.

    - ahora si, ¿alguna pregunta? – decía Ann

    - si, una... de todos los deportes, supongo que ustedes juegan alguno... ¿no?

    - Ann y yo jugamos tenis – comentaba Sakuno

    - yo soy la manager del equipo femenino...

    - lindos papeles – viendo por segunda vez su futuro asiento

    - hablando de tenis... dentro de media hora termina el entrenamiento del equipo masculino

    - tan rápido se pasa el tiempo aquí...

    - Hitomi-san... – llamaba al oji carmín – ¿sabes jugar tenis?

    - bien... jugar... se podria decir que sé jugar...

    - pero de seguro que no tan bien como mi príncipe Ryoma- comentaba con orgullo en sus palabras.

    - ¡Tomo-chan!

    - Tomoka. –Pegándola nuevamente- ¿Qué te sucede? Desde ayer no has pensado en la gravedad de tus palabras


    - perdon - emitío Tomoka

    <<<<<<< Celular de Ann >>>>>>>>

    - Moshi moshi... –atendiendo a la llamada - ... ¿era hoy?.... si p-pero... Momoshiro todavía no salio de las prácticas...

    - ¿momoshiro? – repetía Hitomi

    - es el mejor amigo de Ryoma-kun... y el novio de Ann

    - genial...- expreso con sarcasmo- supongo que soy la única sin uno.

    - vamos... no es para tanto, Sakuno te acompañara en eso – mirando a la de ojos carmines, la cual se apenó ante el comentario.

    - ... bien, voy saliendo – finalizaba la llamada

    - ¿sucede algo, Ann? – preguntaba curiosa Sakuno

    - tengo que irme, mi hermano quiere que le haga un mandado – explicaba, mientras se ponía de pie y empezaba a caminar hacia la salida – luego se los cuento con más detalles, díganle a Momo que me disculpe por no poder esperarlo – desapareciendo rápidamente por la puerta que separaba el salón del pasillo

    - deben ser uno de esos encargos para la Fudomine – aclaraba Sakuno

    - Es el instituto en el que asistía Ann antes de mudarse a este colegio el año pasado, - explicaba Osakada – también es uno de los mejores equipos de tenis de la región, claro... después de la Seigaku – con un notorio orgullo en las ultimas palabras.

    - creo que ya entendí

    - ¡ah!... la practicas de tenis van a terminar –comentaba Ryusaki.

    - bajemos y esperemos a los titulares... –gritaba entusiasmada.

    Salieron del salón 3-2 y fueron disparadas hacia las escaleras corriendo a toda velocidad, Hitomi a la delantera, dejando atrás a Tomoka y Sakuno.

    - ¿Tomo-chan... has visto el parecido que tiene...

    - con Ryoma-sama, no? Es demasiado parecida, no creo que sea una coincidencia – susurraba a su amiga de dos tensas

    Hitomi, haciendo caso omiso a esos murmullos, los cuales escucho con perfecta claridad, siguió bajando, solo faltaba 1 piso para llegar a la salida. Llegando a la puerta del colegio, se recostó en el marco, viendo desde el lugar la calle, esperando a que sus nuevas amigas bajaran, cosa que no duro mucho.

    Haciendo signos de presencia a cada paso y respiración agitada, la de coletas y la de trenzas, llegaban agitadas hasta al lado de la joven de ojos ámbares, la cual las mira entre divertida y feliz, llamando la atención de las jóvenes.

    - se... puede saber... de que... sonríes – preguntaba entre cortada la joven de ojos chocolates.

    - hmmp... de nada...

    Recuperaron poco a poco el aliento, haber bajado 3 pisos en menos de un minuto era tan fácil que digamos, pero para Hitomi, quien estaba totalmente relajada, como si no hubiera movido un dedo en horas, solo mandaba miradas interrogativas a sus amigas, los cuales solo respondían con simples murmuros.

    Tomoka empezó a caminar fuera del edificio, seguida por la de ojos carmines y la de cabello verdoso, las cuales permanecían calladas, esperando a que sean las 5 para por salir de aquel edificio.

    Un grupo de sonidos se empezaron a acercar, por el mismo lugar que horas atrás las jóvenes se habían encontrado, haciendo que estas se dieran vuelta y miraran con ansias a que aparecieran los chicos.

    Un chico se asomaba corriendo con la respiración bastante agitada y con los ojos entrecerrados, dejando ver muy poco unos ojos violetas. De cabello negro azabache, musculoso y una cabeza más que Hitomi, vestía una camiseta blanca y unos pantalones negros, llevaba una campera negra y el bolso de tenis en el hombro.

    - ¡hay, no doy más! –murmuraba, entre gemidos de cansancio, apoyándose en las rodillas, con la cabeza baja, sin ver a las chicas- disculpen la tardanza, chicas. – Decía levantando la cabeza, cosa que tubo que parpadear un par de veces para asimilar lo que estaban captando sus ojos - ¡hay! – un grito de sorpresa se escucho en todo el lugar, cosa que el mismo se calló del impacto, con una cara de asustado...

    - m-momoshiro-san...

    - no es para tanto... – decía Tomoka mientras movía las manos de un lado a otro.

    - ¿q-q-quien, e-es... e-ella....? – interrogaba tartamudeando, mientras llevaba el dedo índice a apuntar a la joven de mirada ámbar.

    - ella es... – comenzaba Tomoka.

    - me llamo Hitomi – interrumpía la presentación.

    - Eres idéntica a Echizen – comentaba.

    - ¡Momoshiro! ¿Qué sucede? – preguntaba un ser, ya conocido por todos los presentes, acercándose despreocupadamente, pero dando a entender todo lo contrario en sus palabras. – Ah... eras tu... – decía ya en la escena, mirando a Hitomi como si ella fuera el delincuente y él, el detective que resuelve el crimen.

    - E-echizen... – suspiraba momoshiro, todavía en el suelo.

    - levántate o vas a estar ahí todo el día... – ordenaba al joven de pelo azabache, el cual obedeció como perro a su amo.

    - presumido – murmuro Hitomi.

    Las jóvenes presentes permanecieron calladas, e impactadas por el trato de Ryoma a su mayor, claro que era muy bueno en tenis, pero esa no era forma de tratar a alguien más... más.... bueno, un año mayor que él.

    - R-ryoma, ¿la conoces? – preguntando sobre la joven.

    - si, ¿algún problema? – respondía más cortante que de costumbre.

    Más voces se acercaban, por las cuales Ryoma sintió la necesidad de partir enseguida de ese lugar y terminar por el día de hoy las actividades, empezó a caminar hacia la salida, pasando a Momoshiro, y yéndose en dirección a las jóvenes.

    - Hitomi, vamos – ordenó nuevamente, hacia la joven, al estar justo al lado de esta.

    - presumido – volvió a murmurar lo bastante audible para él, hizo caso a la orden y empezó a seguirlo por el mismo lugar de donde vinieron.

    Comenzaron a caminar por la acera de la calle, ya el sol estaba por desaparecer del horizonte, marcando a las nubes cercanas a este de un tono anaranjado. Una voz los detuvo, o mas bien, la detuvo dando la vuelta y mirando el lugar de donde provenía aquel sonido

    - ¡Momo-chan! ¿Que te sucedió?...hace unos momentos te escuchamos gritar – comentaba preocupado hacia su amigo.

    - E-echizen... se... – pero no pudo terminar.

    - ¿O’chibi?, ¡¿Le paso algo?! – gritaba, aun con mas preocupación.

    -esa voz... –susurraba hitomi al escuchar las voces provenientes del instituto, aun en la calle.

    -¡EH!... ¡O’CHIBI! –gritaba eufóricamente mientras empezaba a correr hacia la salida. Salio del intitulo, y al ver a Ryoma un aura de tranquilidad lo invadió, pero al ver a la acompañante, un sentimiento melancólico floreció en su pecho.

    Hitomi, al ver a aquel chico, de cabellos rojizos y ojos azulados, un sentimiento de tristeza la invadió, dejando marcados sus ojos lo que estaba sintiendo, las pupilas se le contrajeron, dejando ver solo un punto ambarino en su rostro que se volvió blanco, lo cual resaltaba mucho.

    Memorias pasaron por sus mentes, memorias que habían guardado en una caja con llave la cual ambos tenían la del otro, esa llave, mostró el hermoso tesoro que guardaba la caja desde ya varios años. Tesoros, tesoros que ambos volvieron a vivir con solo una mirada.

    - E-eiji-kun... – suspiraba la oji ámbar al recobrar el conocimiento

    Continuara...

    Próximo Capitulo:

    - Hola, aquí Ryoma... Hitomi eres una verdadera molestia desde que te conozco, pero debo admitir que esto de salir corriendo me sorprendió. ¡Tu! Kikumaru-sempai... ¿que demonios le has hecho? Espera... ¿ya la conocías?...
    En el próximo capitulo "miradas acusadoras"

    KIKUMARU-SEMPAI.... ¡NO TE PASES! ¿DÓNDE TE LA LLEBAS?
     
  5.  
    Ayumi

    Ayumi Entusiasta

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    Re: Gemelos en las canchas

    TE DIJE QUE YA TE HABIAS GANADO UN FAN

    ESTA GENIAL LA CONTI
    ALGO LARGA SI
    Y CASI LA LEO DE NUEVO
    ¿QUE PASO?
    ¿POR QUE ESTA DOS VECES?
    DE AHI ME RESPONDES

    ME DIO MUCHA RISA COMO
    DESPERTO HITOMI A NANJIROH
    TODAVIA ME RIO xD

    ESPERO CONTI

    Y TAMBIEN TE PIDO QUE TE PASES POR MI FIC
    SE LLAMA LOS PROBLEMAS DE NUESTRO AMOR
    POR QUE DE QUE ME ACUERDO SI YA PASASTE
    NO ME ACUERDO JEJE

    BYE-BYE

     
  6.  
    Hikaruu Love

    Hikaruu Love Guest

    Re: Gemelos en las canchas

    Hay.... tienes razon...
    o.oU...
    no me dì cuenta de que habia puesto dos veces x3...
    bueh...
    soy demaciado despistada...
    muchas gracias cony-san por comentar y
    me alegra mucho que te guste el fic...
    hasta la proxima!!
    Matta ne! ~
     
  7.  
    Sakura_112

    Sakura_112 Usuario popular

    Sagitario
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    Re: Gemelos en las canchas

    Hitomi conoce a Eiji????????????
    De donde lo conocerá, bueno espero que eso pronto se sepa.
    Estaré esperando la conti ok Bye..............
     
  8.  
    pazitaa

    pazitaa Iniciado

    Tauro
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    Re: Gemelos en las canchas

    me encanto este capitulo :) jijiji me emocione cuando vi dos capitulos pero despues vi que eran los mismos xd :) bueno mata ne!
     
  9.  
    Hikaruu Love

    Hikaruu Love Guest

    Título:
    Gemelos en las canchas
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    14
     
    Palabras:
    7086
    Re: Gemelos en las canchas

    jaja... cony-san,,, lamento dejarte con la intriga... =3...
    es que queria terminar el cuarto capitulo antes de poner el tersero..
    pero creoo que me hiciistte adelantarlo... aquii loo dejoo...

    - Oye... Ryoma... – pasando su mano por frente de él

    - EII... CHIBISUKE – gritaba por novena vez, haciendo reaccionar a Ryoma, quien estaba dando un mordisco a su comida. – Por fin reaccionas, chibisuke.

    ------------------------------
    Capitulo 3° “Miradas Acusadoras”
    ------------------------------

    Luego de aquel “reencuentro” por parte de Hitomi y de Eiji, el cual no pensó que terminaría de esa manera, ya que luego de haberse reconocido, a la distancia que todavía tenían, Hitomi se hecho a correr a todo lo que sus piernas daban, lo cual, en un segundo ya estaba en la puerta de su “nueva casa”, dejándolo con la cara mas triste del mundo.

    •○•○•○•○• Flash Back •○•○•○•○•

    - E-eiji-kun... – suspiraba la oji ámbar al recobrar el conocimiento

    - ¿H-hitomi? - murmuraba como un suspiro, dejando que se lo llevara el viento.

    Fueron como días, meses, o hasta años, el tiempo que ellos pensaron que se quedaron ahí como estatuas, en medio de la calle, pero, realenté solo pasaron 2 segundos viéndose directamente a los ojos, hasta que una voz se hizo presente, interrumpiendo y haciendo volver a la realidad a ambos jóvenes.

    - kikumaru-san... ¿conoces a Hitomi? – preguntaba incrédula la poseedora de ojos carmines.

    Aun con los ojos clavados, intentado buscar respuestas, clamar su preocupación era algo imposible con las miradas que se daban. Mostraban tristeza, nostalgia, angustia, dolor.... mucho dolor, de un fruto de antes. Al recordar que seguían frente a varias personas, Hitomi empezó a hacer movimiento negativos con la cabeza, negándole a la realidad.

    Empezando a dar algunos pasos, tomando un poco más de control en su cuerpo, comenzó a correr en dirección a su casa, dejando con la gran duda a todos los expectantes de aquel “acto” que duro solo segundo.

    - ¡Ah!... ¿sucedió algo? ¿Eiji-sempai, por que estas tan serio? – hacia la aparición un personaje de cabello castaño rojizo, con un detalle bastante peculiar.... tenia una sola ceja.

    - Horio... no preguntes, aquí... nadie sabe realmente la respuesta – miraba intrigada hacia donde estaba “su” príncipe, el cual salio corriendo para seguir a Hitomi.

    - ¿ehh? – emitían confusos los dos acompañantes del chico llamado Horio.

    •○•○•○•○• Fin de Flash Back •○•○•○•○•

    Luego de todo el alboroto que se armo esa tarde, Ryoma se dispuso a cenar, lo cual ya estaba todo preparado, la mesa ordenada finamente con deliciosos platos típicos japoneses, vajilla fina, especial para festividades o visitas, como era ese caso, deslumbrantes para cualquier persona, pero había una persona faltando a aquella comida.

    Hitomi, quien luego de todo eso, fue directamente a cual se suponía que era su cuarto, decorado con paredes en color rosa pastel, con un placar apoyado en la pared de la derecha, al lado de este un pequeño escritorio, bastante ordenado. Al otro lado de la habitación estaba la cama, la cual estaba cubierta por un acolchado de color fucsia, haciendo que llamara la atención del lugar. Una puerta al lado de la cama, era la que dirigía al baño de esa habitación, todo ordenado, salvo por la maletas que estaban al lado del placar, justo debajo del ventanal que daba la hermosa vista del barrio.

    La joven de miraba ámbar, ubicada en la ducha del baño, tomaba un baño “relajador” para los tensos músculos y su difusa mente que todavía no había captado todo lo vivido en ese día. Buscaba tranquilidad, en cada gota que limpiaba su espalda. Levanto la cabeza, haciendo que todo el pelo suelto sea mojado con un poco más de intensidad y que su frente sea humedecida, haciéndole sentir el calor de cada gota que se pasaba por su rostro.

    - soy una tonta... – se recriminaba en un murmuro.- todo por lo que pasó hace 6 años.

    Pequeñas imágenes se le vinieron a la mente, recuerdos de cuando estaba en EE.UU., cuando empezó a practicar acrobacias. Momentos bastante distantes a estas alturas de la vida, ya que, no podía cambiar lo que pasó aquella vez. Aquel accidente que mató su infancia y la mantuvo sujeta a una cadena que era controlada por clínicas de todo el estado, todo por...

    -... las malditas defensas... – murmuraba en un suspiro apoyando su espalda a la pared de la ducha, viendo al techo con mirada de la niña que alguna vez fue. – todo por aquella enfermedad...

    •○•○•○•○• Flash Back •○•○•○•○•

    /○/Narradora...Hitomi/○/


    Todavía recuerdo, cuando era pequeña, de unos...3 o 4 años... tengo vagos recuerdos, pero los tengo, cuando vivíamos en EE.UU., recuerdo como yo dormía silenciosamente todo el día, mientras que Ryoma intentaba salvarse de las molestias de mi padre, Nanjiro, al cual, cuando estábamos juntos, llamábamos demonio numero dos... el demonio numero uno era Ryoga.

    Por lo menos era feliz en ese entonces, Ryoga y Nanjiro intentando mejorar las técnicas de mi hermano, mientras que yo estaba enterrada en un montón de libros, haciendo mi mayor esfuerzo para aprender a leer y a escribir antes que los otros chicos de mi edad. Luego de eso, una de las tantas noches de insomnio...

    - hmmp... tonta leche –decía una niña, de pequeña estatura, cabello medio castaño, pasando a negro y ojos ámbares, estaba intentando alcanzar una pequeña botella de leche que había en uno de los estantes mas altos del refrigerador – maldita estatura... – volvía a insultar...

    Era de noche, más o menos las 23:45 bastante tarde, pero la poseedora de los ojos ámbares estaba acostumbrada a rondar por aquellas altas horas de la noche.

    Un brazo apareció por arriba de su cabeza, alcanzando con bastante facilidad la botella que minutos antes quería alcanzar la pequeña niña, haciendo que esta se enfadara y diera media vuelta, mirando con aquellos ojos, intentando intimidar al adversario que le había ganado.

    - Ryoga... tonto, devuélveme eso...- intentaba robárselo moviendo sus brazos cerca de la botella pero este con una mano en frete de la niña detuvo el acercamiento, haciendo que este pueda disfrutar del liquido blanco de aquel contenedor – idiota, no te lo tomes... – soltando pequeñas lagrimas – ese era mió, yo lo vi primera.

    - hmmp... – degustando el ultimo sorbo del liquido – estaba riquísima – pasando su lengua por los labios... – hay... lo siento, es que no te había visto...

    - ¡ba-ka! – insultaba la joven, rompiendo en llanto...

    - ¡oh! Vamos, Hitomi... pero si hay tenías dos botellas llenas... – indicándole con el dedo índice un par de botellas que estaban ubicados en los estantes más bajos del refrigerador- ¿Por qué no agarraste esos?

    Al instante de verlos, la pequeña Hitomi agarro los dos botellones y se marcho con una mirada de superioridad, con la cabeza en alto. Fue directamente al patio, en donde pudo sentarse tranquilamente... por... unos segundos.

    -¡ahh! – Suspiraba Ryoga – ¿otra vez despierta a estas horas? – un gesto de afirmación le respondió, haciendo que este mirara el cielo despejado, lleno de estrellas que iluminaban todo el firmamento, más una era la que más llamaba la atención de la joven. Ryoga se sentó al lado de la niña, con una rodilla flexionada, un brazo apoyado en esta y el otro brazo sujetando el peso el resto del cuerpo.

    - Ryoga-niisan – llamaba. - ¿otra vez sin dormir?... – interrogaba con el mismo tono de vos con en que su hermano habia usado minutos antes. Aun seguia con la vista en aquel enorme astro del firmamento. El joven hizo un gesto de afirmación que fue captado por la joven, haciéndola esbozar una media sonrisa.

    Pasaron varios minutos así, viendo el enorme firmamento en un silencio no tan incomodo que algunos otros, hasta que llegó la hora de que uno cerrara el momento. Hitomi se levanto de su lugar, haciendo llamar la atención de Ryoga, que miraba atentamente cada paso que daba la joven. Antes de desaparecer dio la excusa que en unos minutos volvía,

    - solo voy a tirar esto – decía de espaldas, señalando los botellones que tenia en la mano. Luego de eso desapareció en la oscuridad de la casa

    Pasó media hora desde entonces, Ryoga ya había notado que eso ya no parecía ser una broma, ella no era de hacer bromas, ella... solo las inventaba para su hermano, Ryoma, quien era bueno para ponerlas en marcha. Fue entones que decidió ir a su búsqueda, se levantó y fue hacia la cocina, donde supuestamente había ido Hitomi a tirar los botellones.

    La sorpresa de este al encontrar los botellones y una silla tirados en el piso, y no solo eso, Hitomi estaba en medio del salón, tirada en el piso, con una cara de sufrimiento extremo, haciendo que Ryoga se exaltara y reaccionara, haciendo que se arrodille para sujetar a Hitomi entre los brazos, y darla vuelta para que se le viera mejor la cara, mayor fue su preocupación al saber que apenas podía respirar, tenia el pulso bajo, y no solo eso, estaba tan pálida que se podría decir que estaba muerta, de no ser por las altas temperaturas que presentaba.

    - Hitomi, hitomi – moviendo su cabeza, para ver si reaccionaba – reacciona, Hitomi... ¡¡HITOMII!! –gritaba, haciendo que todos en la casa se despertaran

    Luego de eso... ya no recuerdo mucho, solo que desde entonces estuve internada en una clínica cerca de casa

    •○•○•○•○• Fin de Flash Back •○•○•○•○•

    - maldigo aquella enfermedad –decía bajando la cabeza, ocultando su mirada tras su flequillo.

    -Hitomi, baja, cariño, - le decía la dulce voz de Rinko detrás de la puerta de la habitación – vamos a comer...

    - ya bajo, madre – decía mientras cerraba el grifo de la ducha.

    Salio de la ducha, mojando todo el piso, por lo cual no tardo en colocarse un calzado, una bata que había desempacado, la cual le llegaba a la mitad del muslo, un poco más bajo que el largo de su cabello, era de color blanco con algunos bordados de flores en distintos colores, y una toalla de color crema en el cabello, haciendo que este dejara de mojar todo el piso de la habitación, salio del baño y se dirigió a una de sus maletas, la abrió y dejó salir el montón de ropa que tenia, busco entre las pilas de ropas alguna para esa hora. Al final se coloco una pollera color índigo y una polera violeta oscuro, se recogió en cabello en sus habituales coletas, dejándola con la misma cara infantil de siempre. Al verse por última vez en el espejo de la puerta de la habitación, vio como algo resaltaba y le llamaba inconscientemente la atención en la maleta que había abierto minutos atrás. Se acerco cuidadosamente, percatándose de lo que era, una caja negra, la agarro y con la otra mano la abrió, dejando ver un colgante con un dije, el cual tenia de un lado la pequeña cara de un oso y del otro tenia una frase grabada.

    - Eiji... –suspiro al recordar quien era el emisor de aquel detalle.

    La pequeña, pero importante frase que había al reverso de la imagen decía claramente con una letra muy fina “I love you”

    /////////////////////////////////////////////////

    18/12

    En una habitación desordenada, con cajas llenas de fotos y otras cosas en el piso, varias imágenes esparcidas por el lugar, también había un peluche medio acostado por ahí. Todo desordenado, pero aquel pelirrojo no se rendía, buscaba por todas partes alguna evidencia que delatara aquella fémina que vio esa tarde.

    - Eiji, cariño... esta era la caja que me pediste – Una mujer se asomaba cuidadosamente por la puerta de la habitación, con una caja que decía “Eiji in USA”

    - ¿hoi?... –seccionándose de lo que decía la caja – ¡si, si... es esa, nya! – gritaba emocionado mientras agarraba la caja que la mujer le daba.

    Se sentó en el borde de la cama con la caja frente a él, la abrió cuidadosamente y vio el pilón de cosas que había, la mayoría fotos, pero una le llamo la atención, sacó el montón de cosas que tenia enzima y sostuvo un objeto envuelto en un par de hojas de diario. Empezó a sacar con cautela aquellos papeles que envolvían aquel objeto.

    - ¿sucede algo? – preguntaba la mujer, la cual todavía seguía parada en medio de la habitación.

    -.. n-no... no sucede nada, nya – poniendo una sonrisa en el rostro para darle a entender a la mujer que estaba bien, volvió a su rostro serio al fijar su vista en el objeto que tenia en su regazo, la cual en un segundo tiro aquel papel como un asesino tirando del gatillo del arma.

    Al abrir los ojos se sorprendió al ver un retrato de cuando tenía 12 años de edad, tenía un marco muy bonito de una imitación de mármol que remarcaba muy bien aquella foto. Había varias personas, más de 20, detrás de la imagen se podía ver la silueta de una carpa de circo. Cada persona que revisaba detalladamente con la mirada tenía en su rostro un aura de alegría, cosa que le hizo recordar millones de cosas.
    Pasando la mirada de arriba hacia abajo, toda la gente tenía un rasgo divertido en su rostro o en su figura, pero al ver a las últimas personas puedo ver claramente a él cuando era pequeño, con su típica cinta en el rostro. Una sonrisa se dibujo al verse en aquella foto.

    - ¡ah!... –suspiraba llamando la atención del oji azul - ¿recuerdas a aquella jovencita? – Decía señalando a la persona que estaba al lado de Eiji en la foto.

    Este miro a donde su madre le apuntaba, acto seguido se dejo ver un rostro de sorpresa. Una jovencita, un poco más pequeña que él, estaba medio abrazada del brazo de Eiji, y el otro brazo lo extendía hasta la cámara, con una sonrisa muy conmovedora para los ojos azules de Eiji, los cuales reconocieron esa silueta al momento de ver los ojos de la joven.

    - Hitomi... – susurro para él.

    - esa jovencita era muy tierna contigo – comentaba con un tono pícaro.- recuerdas que todo el tiempo andaba tras de ti – haciendo sonrojar al pelirrojo por el comentario.

    - ¡madre! – Decía en un grito – es cierto...nya... – murmuro lo bastante audible para su madre, haciendo que este bajara la cabeza.

    - esa muchacha... – decía con tono dudoso – ¿... no se llamaba Hitomi Echizen?

    - ¿Echizen, nya?

    - bien, Eiji... ¿solo te despertaste por eso? – sacaba de los pensamientos al pelirrojo.

    - ¿hoi?

    - apúrate o vas a llegar tarde al instituto.

    El poseedor de los ojos azules miro el reloj que estaba en su escritorio, percatándose que faltaba 15 minutos para llegar tarde a Seigaku, cosa que al procesar mejor la información, con unos reflejos agarro su mochila y esquivando todo el desastre de la habitación bajo corriendo hacia la puerta, para lo único que se detuvo fue para ponerse los zapatos, luego de eso salio disparado de la casa.

    /////////////////////////////////////////////////

    -valla... ese Echizen si que tarda... – murmuraba un oji violeta enzima de una bicicleta de color azul.

    Un nuevo día, despejado con algunas nueves, y una temperatura muy calida como para recibir a la esperada estación del romance, o por lo menos eso escucharon en la radio. Esta era la ultima semana de clases del año, y del invierno, dentro de una semana abrían un montón de festividades para celebrar, regalos para abrir y momentos para disfrutar. Una de esas grandes festividades eran los cumpleaños de los gemelos Ryoma y Hitomi, el cual era festejado un día antes de navidad y el mismo día de la noche buena.

    Desde la semana siguiente no habría más estudios, o por lo menos por dos semanas, lo suficiente como para descansar un rato, pero alguien no estaba de acuerdo en eso...

    - vamos, Ryoma-niisan... o llegaremos tarde – se escuchaba una voz femenina del otro lado de la gran puerta que separaba las calles de la residencia de los Echizen.

    - por fin - retrocediendo un poco - esperen un momento... ¿¿¡¡Ryoma-niisan!!?? – gritaba en sus pensamientos.

    La puerta se abrió tan fuerte que al pobre Momoshiro no le dio tiempo para reaccionar y fue derrumbado por su propia bicicleta. Gracias al gran escándalo producido por la caída de estos, una joven de cabellos verdosos, que había salido hace instantes de la residencia, reacciono ante la presencia de este cerca de ella.

    - ¡hay!... ¡gomen! – haciendo una leve reverencia.

    - n-no hay problema... – decía con una mano en la cabeza – ¡tu!... – grito al reconocer a la joven.

    Mirada ámbar, cabello verdoso, era la misma chica que había visto la tarde anterior, solo que ahora con el uniforme femenino del instituto. Una falda corta, un poco más arriba que el medio muslo que dejaba ver sus finas piernas, la camisa blanca y verde, y arriba un pequeño buzo verde con el típico laso rojo claro, todo el uniforme era lo normal... solo había una cosa extraña en ella según el joven Momoshiro, el parecido con su mejor amigo y tenista de todo el mundo, Ryoma Echizen.

    - momoshiro-san – reconociendo esta también al poseedor de los ojos violetas.

    Takeshi quedo con una expresión de duda al ver que esta lo reconoció con facilidad, al recordad que no había dicho su nombre el día anterior. Quedo unos minutos, intentando mover su cuerpo, que había sido petrificado como cemento al ver a aquella joven de ojos ambarinos frente a él.

    - ¿ya podemos irnos? – aparecía Ryoma azotando con exceso de fuerza la puerta, haciendo que esta golpeara la cara del oji violeta, quien salio disparado junto con su bici.

    Un grito de dolor provino de detrás de la puerta recién azotada por el joven de mirada ámbar, acto por el cual este miro con un signo de interrogación en el rostro al lugar proveniente del grito. Hitomi, quien dio un saltó para atrás por la sorpresa de Ryoma al tirar así la puerta, lo recrimino pos los hechos mandándole una mirada preocupada y de berrinche, ocultando a su fiel sentimiento de la diversión.

    - ¡Ryoma! – Llamando la atención de este. Infló los cachetes para no reír ante la cara de su hermano- ¿Qué haces?... acabas de golpear a Momoshiro-san

    - ¿Qué?... – dándose vuelta y cerrando la puerta para ver si lo que decía la menor era cierto. Vio una bicicleta en el piso y al lado de esta al joven de cabellos negros medio inconciente por aquella golpiza. – Momo-sempai... – dijo en un susurro.

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    - sabes... se están tardando mucho... – repetía por centésima vez la joven de lunar apoyada en el marco de la ventana, frente a ella estaba una poseedora de ojos celestes.

    -si pero sabes, no eres la única preocupada – intentando cerrar con esa conversación que parecía estar grabada en un disco rayado – es extraño que Sakuno llegue tarde.

    Frente a las puertas del salón 3-2, los ventanales mostraban lentamente la salida del enorme astro en el horizonte, iluminando aquel pasillo amontonado de jóvenes esperando a que suene la campana para empezar las clases del día. Todavía faltaban 10 minutos, de los cuales dos jóvenes, cerca de aquellas enormes ventanas, aprovechaban para esperar a la otra integrante del grupo, acción que no se hizo esperar.
    A lo lejos del pasillo se venían escuchando repetidos “permiso” y “perdón” acto que no pasó por desapercibido ante los oídos de las jóvenes que se encontraban frente a uno de los tantos salones. Así hizo su aparición un joven de ojos carmines entre la multitud, en el momento en el que iba a saludar a las jóvenes el timbre sonó haciendo que la avalancha de alumnos sacudiera todo el piso. Tomoka sin nada que decir, tomo el “tren” hacia su salón, siendo arrastrada por la gente.
    Mientras que Ann y Sakuno intentaban entrar en su salón, acto que por suerte pudieron hacer. Al entrar al salón vieron bastante gente amontonada cerca del banco de la representante del curso, Soraki Renne, una joven de mirada presumida y una pizca de amabilidad, ocultado por unos obres color gris claro, un cabello de color rojizo, largo y recogido la mitad por una pequeña hebilla color plateado. Alaridos y gritos provenían de aquel banco, haciendo que la curiosidad se les acrecentara. Solo la frase “alumna nueva”, que se escapó de la discusión, pudo hacerlas descifrar el interrogatorio que estaban haciendo sus compañeros, no era muy común que una alumna llegue a esas alturas del año.

    - bien, supongo que estarán un buen rato preguntándole a Renne-san sobre Hitomi – comentaba Ann.

    - Ann... Ryoma-kun no ha llegado todavía – comentaba con una notoria preocupación en sus palabras, mientras veía el asiento que ocupaba el joven tenista.

    Al poco rato el profesor de turno entro al salón, haciendo que todos se acomodaran en los asientos correspondientes. Profesor de matemáticas, Kaechi Mitsuhiro, entro con su típico traje de color marrón oscuro, su camisa blanca y corbata rayada, al entrar al salón miró por todo el salón, intentando encontrar algo entre el montón de personas que habían. Apoyo su maletín sobre el escritorio y abrió un cuaderno, que aceptaba el papel de registro, y empezó a tomar lista.

    -... supongo que Echizen llegara tarde como es de costumbre... prosig... –sin poder terminar la frase.

    La puerta se abrió lentamente, y se dejo ver a un poseedor de ojos ambarinos entrando al salón, la expresión de cansancio, el cabello revuelto y sus constantes bostezos mostraron al profesor la respuesta de su retraso, o por lo menos eso querían imaginar todos.

    - profesor... – decía acercándose al escritorio de este – tome – entregándole un pequeño papel en el que decía claramente “pase de retraso.” Seguido de esto estaba una firma, junto con un sello, distintivo del director.

    - bien, supongo que no tengo otro remedio más que aceptar esto – emitía resignado – y... ¿Qué haces allí? – interrogo a aquella sombra, ubicada cerca de la puerta del salón.

    - es nueva, profesor – emitía con desgano mientras se retiraba hacia su asiento.

    El docente fue acercándose a la salida de salón, provocando que un nerviosismo recorriera todo el cuerpo de aquella joven que esperaba ansiosamente que la presentaran. Kaechi quedo frente a la chica, haciendo que un escalofrió viajara por la medula espinal del docente, al ver el parecido, acción que reconoció al instante la segunda poseedora de ojos ambarinos, por lo cual mostró una calida sonrisa al profesor.

    - así que tu eres Echizen Ryoka... ¿verdad? – emitía saliendo de su transe.

    - si, pero... ¿podría llamarme como Echizen Hitomi? – Emitía con nerviosismo – es que no me gusta mucho mi primer nombre...

    - Entiendo, vamos... entremos – mostrando una sonrisa amable hacia la joven.

    Se dio vuelta para abrir la puerta, y cual fue su expresión al ver el escándalo por parte se sus alumnos. Esa era una típica clase, apenas salen los docentes se arman peleas, los grupos de chicas se juntan y empiezan a hablar sobre sus asuntos. Lo típico en una clase, pero tampoco esperaban que todo el mundo se quedara en sus asientos quietos como ángeles.... todavía falta mucho para que eso ocurra, mucho...

    - chicos, por favor, siéntense – llamaba la atención de estos mientras entraba seguido por Hitomi.

    Al ver a la seguidora de este, todo el salón quedo en silencio inundado con una atmósfera de asombro, claro, a excepción de Tachibana, Ryusaki y Ryoma, quienes se habían quedado viendo la mueca de sus compañeros.

    - chicos, quiero presentarles a la nueva alumna de este curso – iniciaba la presentación.

    - mi nombre es Echizen Hitomi, mucho gusto en conocerlos – emitía dando una calida sonrisa al grupo frente a ella.

    El salón volvió a quedar en un silencio, solo que esta ves las mirada iban dirigidas a Ryoma, como si fuera el causante de un desastre. Sin embargo, él desvió su mirada y apoyo su cabeza en su mano izquierda, la cual estaba apoyada en el banco.

    - ¿¿¿¡¡¡EEHHH!!!??? – se levanto gritando el mismo chico de la tarde anterior, el cual únicamente tenia una sola ceja - ¿¿¿¡¡¡ECHIZEN!!!??? - señalando a la joven.

    - Satoshi, siéntate y cálmate – ordenaba el profesor – bien veamos... – inspeccionando el salón – te sentaras justo delante de Kouchi – mostrando a un joven de cabello castaño.

    Exactamente como le había dicho Ann el día anterior, era el único haciendo disponible de la clase. Fue a paso rápido y al pasar por el banco de Sakuno, la miro y le guiño el ojo de forma simpática, haciendo que esta le devuelva con una sonrisa calida. Fue al banco asignado por el profesor, ubico su mochila a un lado del banco y puso atención a la clase, que empezó al acomodarse ella.

    //////////////////////////////////////////////

    Luego de eso, la mañana pasó rápida y tranquilamente para los estudiantes de Seigaku. Una voz hizo que todo el instituto cayera en pánico, al saber que había una joven con el mismísimo apellido Echizen, al asimilar la situación mejor, el colegio solo emitía vagos murmullos sobre el asunto.
    Era medio día, el sol estaba en su punto más alto y eso hacia presencia a las calurosas temperaturas, unas pocas nubes asomadas en el horizonte hacían del cielo una obra de arte. Cuatro jóvenes corrían apresuradamente por las afueras del edificio, se escuchaba claramente su respiración entre cortada y su cansancio hacia su presentación claramente, o por lo menos en tres de ellas.

    - ¡llegaremos tarde! – gritaba angustiada.

    - tomo-chan... no es para tanto, de seguro todavía podrás sacar las fotos.

    - ¿fotos? – preguntaba la peliverde a Ann quienes estaban un poco más adelantadas.

    - Tomoka siempre le saca fotos a Ryoma-kun para la portada de la revista del “club de fans” – explicaba intentando calmar su respiración- dice que su deber es estar total mente informada de cada paso que dé.

    - vaya trabajo...

    La joven de mirada ámbar dio vuelta su cabeza mirando a Tomoka y a Sakuno, quienes estaban discutiendo sobre la importancia de aquellas imágenes y sobre todo lo referido al querido príncipe Ryoma. Hitomi suspiro para si mientras volvía a dirigir su mirada hacia delante pudiendo observar las amplias canchas de tenis y a un grupo de personas en movimiento dentro de estas.

    - todo solamente por Ryoma-niisan... – murmuraba para si misma...viendo la silueta de Ryoma entre el montón de personas.

    - ¿¿¿¡¡¡RYOMA-NIISAN???!!! –gritaron las tres al mismo tiempo haciéndose escuchar por todo el lugar....

    El lugar entero se estremeció por aquel grito, los jóvenes que estaban cerca de las cachas dieron un salto y dirigieron su mirada hacia las causantes de aquel grito, una expresión de confundimiento se hizo presente al notar la presencia de la poseedora de ojos ambarinos, la cual solo se limito a sonrojarse y recordar bien lo que hace pocos segundos había dicho.

    - sabia que eras pariente de Ryoma-sama... pero justamente hermana.... – acusaba Tomoka.

    - p-pero... de veras no quise decir eso...

    - ... ¡sabia que eran hermanos! –seguía gritando

    Era una escena entre divertida y extraña. Divertida por ver las caras de las jóvenes quienes estaban haciendo el show, pero por otro lado, extraño por haber una poseedora de ojos ambarinos y cabello negro verdoso entre ellas. Las mirada ahora iban dirigidas a Ryoma, quien solamente miraba desinteresado el espectáculo, al sentir las miradas posarse sobre él, tapó su mirada con su gorra y se dirigió hacia una de las canchas más cercanas a él.

    - mira Echizen... –llamando la atención de este -... tu querida hermanita esta llamando la atención más que tu.

    - pues mándale felicitaciones...

    - ¿hermana? – decían dos personas mirando conmocionados a la joven, la cual seguía insistiendo en contra de sus amigas.

    - vaya, así que tu eres la hija de Nanjiro... – una voz, ubicada a unos pocos metros de donde las jóvenes se encontraban, acercándose lentamente pero haciendo presencia de la misma – realmente eres idéntica a Ryoma.

    - hmmp... –emitía la joven de ojos ámbar al mirar hacia donde provenía aquella voz

    Una mujer de edad avanzada estaba situada detrás de las chicas, estaba de brazos cruzados, dando la típica pose de autoridad y miedo que le puede causar a cualquier persona. Llevaba puesto un equipo deportivo de color rosa ceniza y su cabello, de color marrón claro, bastante descuidado, estaba atado en una sola coleta, remarcando las arrugas del rostro.

    -abuela... –mencionó Sakuno.

    La aludida solo hizo un gesto con la cabeza y encogió los hombros dando a entender aquella afirmación indirecta hacia las chicas.

    - Ryoka Echizen... ¿verdad? –emitía con despreocupación, haciendo que la aludida diera un salto de nerviosismo y mirara acusadoramente a aquella anciana.

    - ¡¡no me llame Ryoka!! – emitía en un tono con bastante fastidio- odio ese nombre – comentaba ya calmada mientras se cruzaba de brazos.

    - bien, bien... perdóname... –intentado enfriar la situación – no sabia que no te gustaba ese nombre... vaya... se nota que eres hija de Nanjiro...

    - creo que esta empeorando mi situación...- emitía dejando ver unos obres ámbares llenos de ira, asustando a todo ser que fijara que la mirara.

    - bien, perdóname nuevamente...me presento... Soy Ryusaki Sumire, la entrenadora de los equipos masculinos y femeninos de tenis – dando una pausa – bien, ¿que te párese si te enseño las canchas?

    -¡genial! así podré poder fotografiar a Ryoma-sama – emitía con un brillo especial en sus ojos.

    - bien supongo que si... – caminando detrás de Sumire, la cual ya se estaba dirigiendo hacia las canchas.

    Caminando lentamente dirigidas por Sumire, fueron hasta las canchas, quedando justo enfrente de ellas. Un bonito paisaje inundaba el lugar, cerezos a medio florecer, el pasto verde vida y el calor emanado por el astro de la luz daba la sensación tan especial de aquella estación. Los chicos comenzaron su entrenamiento, trotando alrededor de las canchas, poco a poco se iban viendo los efectos de aquel trote, varios de los aspirantes quedaron resignados en la cuarta vuelta. Un joven esperaba a los chicos que se iban rindiendo con unos vasos transparentes, contenedoras de un líquido de varios colores, dejándole un aspecto terrible.

    Sumire quedo justo frente a él, haciendo que este notara su presencia, era de cabello azul oscuro casi negro, tapando sus ojos detrás de unos extravagantes anteojos, tomando el aspecto de alguien al que se le tenia que tener mucho cuidado, tenia en manos un cuaderno verde oscuro bastante maltratado. Dejando de lado su actividad, presto atención a cada palabra dictada por Sumire. Mientras que las jóvenes que estaban un poco más alejadas seguían discutiendo, Tomoka había sacado una cámara digital de uno de sus bolsillos, de modo que quedo sacando fotos todo el rato.

    - entonces eres la hermana de Ryoma... ¿no?

    - ¿por que no nos dijiste nada al respecto, Hitomi-san? – cuestionaba la oji carmín.

    - pues... por que Ryoma me había dicho que no les digiera nada... o por lo menos no hasta que se dieran cuenta ustedes mismas – explicaba al momento que se sentó en un banco cerca de las canchas de tenis.

    - Ryoma-sama es muy malo con nosotras – comentaba sacando varias fotos - y yo que pensé que le éramos de confianza.

    Osakada empezó a bufar por lo bajo, murmurando alguna que otra palabra ilegible para los oídos de otras personas, haciendo que la oji carmín se entristeciera al captar aquel comentario que segundos antes había salido de la boca de Tomoka, quedó varios minutos con la cabeza gacha, en dirección a donde estaba Tomoka, preguntándose una y otra vez en la mente “¿realmente somos de confianza para Ryoma-kun?”. Ann solo se quedo con los brazos a ambos lados de la cintura y con su típica pose de cansancio que había mostrado toda la mañana de este día. Mientras que la situación iba cambiando, una sonrisa picara se formo en el rostro de Hitomi al mirar atentamente a Sakuno quien seguía estando cabís baja emanando el sentimiento se tristeza y confusión alrededor suyo, como queriéndose librar de esos pensamientos y preguntas que aturdían su inocente mente. La joven de mirada ámbar se acerco a su amiga y la tomo por los hombros, haciéndola volver a la realidad, Tomoka y Ann vieron aquel acto y esbozaron una tierna sonrisa hacia su desentendida amiga, la cual miraba a todas partes buscando respuestas de lo que sucedía.

    - eres demasiado obvia, Sakuno-san – expresaba Hitomi.

    - ¿demasiado... obvia? –repita.

    Tomoka y Ann rieron por lo bajo disimuladamente, haciendo que sakuno captara y entendida a lo que se refería la joven de mirada ámbar. Un calor provenía de las mejillas de la oji carmín, su sangre había ido completamente a su cara, haciéndola irradiar como una lámpara en medio de la oscuridad. Movieron sus miradas hacia el entrenamiento masculino, esta ves, en ves de encontrare con la enorme cantidad chicos trotando y charlando de lo más tranquilamente, esta ves se encontraban solamente siete aspirantes corriendo a todo lo que le daban las piernas a un ser normal. Ann rió despreocupadamente, y Sakuno y Tomoka solo esbozaron una sonrisa divertida al verlo ante tal situación, Hitomi solo se había quedado hipnotizada nuevamente, como el día anterior, por la misma cabellera pelirroja y aquellos mismos ojos azules, estabas se mostraban un poco más opacados.

    Eiji había quedado atrapado en sus pensamientos, la mayoría de las personas cercanas a él ya lo habían notado, más cuando le habían dado aquella noticia, la noticia del momento, sus obres apenas mostraban un pequeño brillo, los cuales pedían a gritos que se fueran llenando de esperanza, como a un niño preguntando si realmente papá Noel existe. A mitad del tramo fue parando lentamente, dejándose rendir, no era que sus piernas no tuvieran fuerzas, era por que se había sentido amenazado desde que, antes de empezar la práctica, haber escuchado ese grito afirmando que aquella chica realmente era quien suponía ser.


    - si realmente se llama Echizen... no hay dudas, tiene que ser ella...

    - Kikumaru – llamaban.

    - ¿nya?- dándose vuelta, encontrándose con la temible cara del diablo, convertida en aquel sujeto de gafas, el cual tenia en su mano un pequeño vaso de plástico, contenedor de un liquido negro con pequeños toques de marron –I-I-Inui.... – tartamudeaba asustado echándose para atrás

    - has dejado de correr... bebe esto – decía extendiendo el baso – te ara sentir mejor y más fuerte, es mi versión mejorada de Shibaku no Kazuko.

    Un grito ahogado recorrió todo el lugar, un poco más fuerte que el grito de hace unos minutos, luego de eso, aquel pelirrojo corrió lo más que pudo hacia las canillas del lugar, dejando a todos sorprendidos, en realidad... a Hitomi...

    - vaya, esta vez si corrió rápido – comentaba Ann

    - le dije que le haría sentir mejor – emitía Inui a lo lejos – pero... apenas y bebió un sorbo – expresaba mientras se acercaba al baso que estaba en el piso – no, solo bebió un 1.78% del contenido del baso.

    - se ha pasado –comentaba Tomoka con una gota en la cabeza.

    - opino lo mismo – apoyaban Ryusaki y Tachibana.

    - oigan – mirando por todos lados - ¿Dónde se metió Hitomi?

    - ¡eh!... pero si hace un ratito estaba justo detrás mió.

    - tranquilícense, chicas – expresaba Ann con su típico toque maternal – creo saber donde se fue, y debo admitir que es muy rápida.

    - ¿nani? –expresaban las dos al mismo tiempo.

    //////////////////////////////////////////////////////

    - ¡Es un asco! – gritaba por segunda vez un joven, sobre uno de los bebederos.

    Asqueroso, sinceramente asqueroso, esas palabras no describían para nada a los nuevos Zumos de Inui, los cuales llevaban el sabor de algún insecto muerto, o peor aun.... vivo. Volvió a vomitar en la rejilla de bebedero, ya era una costumbre concurrir allí los días de entrenamiento, tanto para él como para todos los demás. Lavó su cara cuidadosamente, intentado sacarse aquel horrible sabor de la boca, aunque sabia que era en vano, un sonido proveniente de detrás de un árbol cercano lo saco de sus pensamientos.

    - mmmh... debe ser un pájaro – pensó y volvió su mirar hacia las canillas no sin antes distinguir la presencia de alguien cerca suyo.

    - tan lento como siempre... Eiji-kun – emitía esta con diversión en su rostro, haciendo que Eiji se asustara.

    - H-H-H-Hitomi-chan – tartamudeaba intentando no caerse

    - además sigues siendo así de simpático... – comentaba abriendo los ojos cuidadosamente analizando la situación de espanto de Eiji- ¿acaso te asustaste? – intentando no tartamudear.

    Una hazaña difícil tener que fingir seguridad después de lo pasado el día anterior, aquella situación de escándalo únicamente solucionado con aquella escapada de la escena, fue lo que causó la impresión en ambos, especialmente Hitomi, quien se estuvo reprimiendo todo el día por aquella estúpida huida, sin dejar palabras. La mirada asombrada de Eiji era la misma del día anterior, solamente que esta expresaba un poco más de brillo en los ojos, los cuales habían sido opacados desgarradoramente este día.

    - hace un rato te veías triste... Eiji-kun... – expresaba inocentemente.

    - ¡Hitomi-chan! – Tirándose para abrazarla – ¡has crecido mucho!

    - supongo que debo decir “y tu también” - contestaba sarcásticamente, con un leve rubor en sus mejillas, mientras correspondía al abrazo del pelirrojo.

    -¡tanto tiempo, nya!... – conteniendo algunas lagrimas.

    - Eiji-kun... me asfixias –

    - perdón... – decía, soltándola y mirándola detenidamente de pies a cabeza –te ves mucho más bonita con ese uniforme... – decía con una mano en la barbilla y con un tono pícaro, haciendo que la joven de mirada ámbar se sonrojara – ¡aja! Te hice ruborizar.... eso no se consigue todos los días...

    - hmmp... pues creo que puedo hacer lo mismo... –decía mientras media la mano entre la camisa buscando algo... – mira... – sacando una pequeña cadena al cual Eiji la reconoció al instante, logrando el cometido de Hitomi, haciéndolo sonrojar al igual que él lo hizo con ella.

    - ¿todavía tienes eso?

    - ¿como?... claro que lo sigo teniendo... si fue el regalo que tu me diste el ultimo día que nos vimos...

    -Que miraditas... – decía una voz apartada a ellos, lo bastante para que no los escucharan – ya tenia la impresión de que se conocían.

    - las miradas que mandan son realmente interesantes... hay un gran estimulo por parte de Eiji – comentaba Inui

    - hmmp... también Hitomi... nunca actúa tan alegre con alguien... de seguro ya se conocen

    - Echizen... ¿dices que no conoces realmente a tu hermana?

    - solo digo que hace tiempo que no nos vemos,

    - bueno, se podría decir que hay amor en el aire... ¿no es cierto, Ryoma-sama? –interrumpía Osakada quien apareció de repente.

    - tomo-chan...

    - hagan silencio – decía Momo, quien se volteo nuevamente para ver aquella escena

    Pasó así el tiempo entre ellos, una pareja charlando sobre lo vivido hace tiempo, y el resto de la banda siguiéndolos a cada paso que daban. La mirada de Eiji se había envuelto en un brillo mucho más grande de lo común, mientras que para Hitomi, solo seguía pensando si todo aquello era solo coincidencia o solo el destino, la típica frase de Nanjiro le vino a la mente, buscar su gran sueño... aquel monje de ves en cuando tiene razón... ¿y si ese era su gran sueño, encontrar a aquella persona que realmente la entienda a parte de Ryoma? Preguntas sin sentido, y sin respuestas aparentes aparecían en la mente de Hitomi.

    - gran sueño... absurdo... esto es la realidad y es mejor de lo que me esperaba – pensaba animadamente.

    Continuara...

    Próximo Capitulo...

    - Hoi Hoi! Aquí Kikumaru!... ne... Hitomi... ¡por fin nos vemos!... no voy a arruinar este momento... vamos a tomar un helado después de las practicas, ¿que te parece?... ¡¡¿¿EHHH??!!... el O’chibi también tiene una cita.... wow... eso no me lo esperaba, ¡vamos a seguirlo!... El próximo capitulo se titulara “Buscando tu piel”...

    ¡¡¡¿¿¿ O’CHIBI ESTA POR BESARLA!!!???


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  10.  
    Ayumi

    Ayumi Entusiasta

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    Re: Gemelos en las canchas

    ¡¡¡¡¡AAAAAAAHHHHHHHHH!!!!!!!!!!

    Me re encanto la conti
    me encanta como escribes cada detalle
    realmente me encanta tu fic ;)

    y eso que dice en la cadena de osito
    "I love you"
    que significara :eek:

    Que emocion

    quiero conti ya!!!!!!

    bueno en realidad
    no te sientas precionada
    tomate algo de tiempo :P

    Y eso... Bye
     
  11.  
    Sakura_112

    Sakura_112 Usuario popular

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    Re: Gemelos en las canchas

    La conti ha estado buena, y la cadenita para Hitomi creo que debe tener mucho significado.
    Solo espero que la puedas continuar pronto hasta la próxima ok bYE................. ;)
     
  12.  
    ~Gris Ootori Fuji~

    ~Gris Ootori Fuji~ Usuario popular

    Acuario
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    Re: Gemelos en las canchas

    Saludos!!! voy a leer tu fic, pero no
    subas conti hasta que te postee porfa
    jejexD ... para no perderme los capítulos
    bueee es todo
    ...
    Bueno, bueno,Nos vemos!!!!!!
    Portece mallllll;)
    Gambatte ne!!!!
    y obviamente espero el siguiente capítulo^^

    *¡Sayonara minna ~~!*
     
  13.  
    Hikaruu Love

    Hikaruu Love Guest

    Título:
    Gemelos en las canchas
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    14
     
    Palabras:
    5826
    Re: Gemelos en las canchas

    Holaa!!!, me alegraa musshooo aver regreesadooo!!... ii noo se imagiinan cuuantoo al ver tooodas sus respuestas.
    Tengoo unas cosaas... para infoormaar... desde ahora, los capitulos seran narrados por distiintos personajes, ii desde ahora tendra, mas o menos, dos partes... asi pondre una parte los miercoles ii otra el fin de semana (( sabadoo o domiingo, no estoy segura, cualquier cosa avisaree)),,
    esperoo que no se molesten
    loos quieroo mushoo.. aquii les va la priimera parte de estee capii







    - ¿después de tus practicas? – interrogaba a unos cuantos pasos mas adelante

    - ¡claro! – Grité, ya se estaba alejando – y más te vale no defraudarme

    -----------------------------------
    Capitulo 4° “Buscando tu piel” ~ Primera parte
    -----------------------------------

    Empezó a correr lo más rápido que sus piernas le permitían hacia las canchas que había visto antes. No me esperaba mi cambio de actitud de un día al otro, el día anterior había estado totalmente deprimida desde que llegue a casa, mis rostro demandaba una de aquellas sonrisas que todo el tiempo tenia, lamentablemente no podía complacer esa petición que mi conciencia mandaba, mi corazón se sentía en parte dolido en ese momento. Pero por otra parte, hoy realmente tuve que contener muchas fuerzas para poder usarlas en aquella charla que hace minutos estuve realizando, pensé que recordaría aquel problema que sucedió el ultimo día que nos vimos en Estados Unidos... creía que estaría totalmente enojado conmigo, que nunca más me dirigiría la palabra, ya que perdió esa oportunidad de su vida, y todo por mi culpa... Pero toda mi preocupación desapareció, me había hablado, no, mejor aun, permanecimos en una conversación de casi unos 10 minutos seguidos, era como si hubiera olvidado lo que ocurrió hace como unos seis años. Sentí como mi corazón latía rápido, pero con una sensación de soledad, diciéndome que lo siguiera, que no lo dejara irse nuevamente.

    Pero no me moví, no era bueno dejar a aquellos intrusos que nos habían estado espiando desde que fui a buscarlo. ¡Era imposible no escucharlos!... podía escuchar claramente que eran bastantes personas, entre ellos estaba mi hermano, Ryoma... – en casa lo arreglaremos – solté un murmuro intencional, intentando contener unos cuantos insultos al saber que ahora todo el instituto diría que Eiji y yo nos tenemos “algo”... ¡Si tenemos algo!... nos conocemos desde hace casi ocho años, se podría decir que nos conocemos bastante... claro... a excepción de los seis años que pasamos separados.

    Dí la vuelta y miré aquel lugar de donde había escuchado salir aquellos “murmullos”, ya no había nadie, seguramente ya se fueron a las canchas para aparentar que seguían su rutina diaria, suspiré resignada. Ahora que lo pienso, gracias a todo el nerviosismo ocasionado por lo de hablar con Eiji no le dije ninguna excusa de mi ausencia a las chicas, seguramente ellas ya saben que estuve hablando con él, o también esta la posibilidad de que hayan estado en el grupo de personas que minutos antes nos estaban espiando.
    Me dirigí hacia las canchas a paso lento, intentando perder el tiempo que sea necesario, aunque, ni siquiera estoy segura de querer perder el este tiempo, mis pensamiento volvieron a vivir, y mis energías alegres, que antes había reprimido, afloraron, dejando a la vista esa sonrisa que me caracteriza. Me dí la vuelta por detrás de las canchas, para regresar por el lado opuesto al que me había ido, mi mente quería tiempo, yo... ni siquiera sabía lo que mi corazón realmente pedía.

    - ¡Hitomi! – gritaba la ruidosa voz de Osakada.

    Eso solo me decía que ya estaba cerca, levanté la mirada y me encontré con las chicas enviándome miradas picaras, claro, a excepción de Sakuno quien tenia un pequeño sonrojo y la mirada baja. Levante mi mano en forma de saludo, y esboce una sonrisa, empecé a correr hacia ellas, como para notar que mis ánimos ya estaban elevados, cosa que cualquiera puede notarlo al verme en ese tan estado alegre en el que me encontraba, no, alegre es poco para describir lo que siento en estos momentos.

    - linda charla la que tuviste con Kikumaru-san – comento con tono pícaro con aquella voz tan fuerte, característica suya.

    -¿Hitomi-kun, conoces a Kikumaru-san? – interrogó Sakuno.

    - etto... supongo que si

    Me sonroje sin que me diera cuenta, en un intento de desviar mi mirada, para ver si ellas intentaban cambiar el tema, creo que eso empeoro la situación, mi vista se hallaba clavada en las canchas, en un partido en especial, el de Eiji. Mi sonrojó aumentó más de lo debido, pero no hacia nada, solo seguía mirando hacia ese punto, las chicas captaron lo que yo estaba mirando y se echaron a reír, despertándome de aquel transe que tenia, haciendo que clavara mi mirada en el suelo, un tanto apenada, el primer día de clases y se podría decir que ya estaba muerta por un chico.

    - Tomo-chan, Ann-chan – Sakuno vino en mi rescate, haciendo que ellas pararan de reír.

    - será mejor que vayamos a los vestidores – sugería Ann - , dentro de unos minutos empezará las practicas.

    - tienes razón, vámonos – apoyaba Tomoka – o, ¿será que acaso te querrás quedar, Hitomi? – preguntó enviándome una mirada picara.

    - ¡hay, no digas esas cosas y vayámonos de una buena vez! – le gritaba bastante sonrojada.

    La agarre de la espalda y la empecé a empujar para irnos, se podría decir que casi estaba corriendo del nerviosismo provocado por esas palabras. Llegamos a unos vestidores femeninos, había unos cuantos casilleros en los cuales había raquetas, camperas y uno que otro bolso, también había un banco y al lado de este estaba un pequeño pizarrón. Tomoka me había dicho, en uno de los recesos, que un casillero ya estaba a mi nombre, realmente lo estaba, cuando llegue a ese lugar, en aquel receso, tenia una pequeña etiqueta que mostraba el nombre “Echizen”, en ese momento había dejado mi raqueta y el pequeño bolso que había traído para cambiarme, obviamente no iba a jugar con el uniforme.

    - por aquel lugar podrás cambiarte – señalando una de las esquinas de la pequeña habitación.

    En esa esquina, escondida por la oscuridad, había una puerta, cuando llegue a esta, un pequeño letrero me mostraba que era un baño, toque un par de veces, tratando de saber si había alguien adentro, al no recibir respuesta abrí la puerta, encontrándome con un simple baño, deje el bolso en el piso y empecé a cambiarme. Una remera blanca con mangas cortas color fucsia, una pollera blanca y debajo de esta un pantalón corto, ajustado, que llegaba un poco mas arriba de las rodillas, de color petróleo, y unas zapatillas blancas, todo eso formaba mi equipo para tenis, salí del lugar y me encontré con Ann y con Sakuno ya vestidas, con unas polleras blancas y unas remeras blancas con mangas azules, las cuales tenían el logo del instituto en el lado superior derecho.

    Salimos de vestuario, con nuestros respectivos raqueteros en los hombros, en ese momento, una sensación extraña sacudió todo mi cuerpo, temblé un poco, pero lo logré superar, ¿estaba nerviosa? Eso es imposible, no era la misma sensación, era más diferente. Levanté la mirada, y enfrente nuestro estaba Sumire-sensei, con una sonrisa de satisfacción, con su típica pose de brazos cruzados, por un extraño minuto pensé que nos iba a sermonear, pero luego pensé “¿Por qué nos iba a sermonear, si, llegamos temprano, y creo que no hicimos nada malo?” ah.... creo que yo si hice algo, supuestamente malo... el haberme quedado charlando con Eiji-kun por casi quince minutos, y no le avise a nadie, creo que ya le habrán retado por aquella actitud... ahora me toca a mi.

    - Echizen-san – empezó Sumire-sensei

    - ¿h-hai?

    - vamos, te presentaré al resto del equipo.

    ¿Presentar? Ufff... me salvé, supongo que tendría que haber pensado eso como la segunda opción, después del sermón. La seguimos hasta las puertas de las canchas, la mayoría de las chicas que estaban en el lugar estaban estirando, y la minoría, solamente charlaba, a Sumire-sensei solo le bastó con un grito para que todas las chicas se formaran en unas cuantas hileras justo en frente de nosotras, bueno, al darme cuenta, estaba yo sola, al lado de la profesora, Sakuno y Ann estaban formadas en la primera fila con otras seis chicas que tenían el mismo vestuario que ellas, que se suponían ser las titulares, un gran numero de chicas estaba detrás de estas ocho, con un detalle diferente, su remera era completamente azul, luego, a la izquierda, unas dos filas mas, también con un detalle que las separaba del grupo, su remera era completamente blanca con unos detalles en el cuello de color marrón, y no solo eso, se notaba que eran menores que el resto.

    - Bien chicas, quiero anunciarles... – comenzó, haciéndome despertar -... desde hoy, tendrán mas compañía en el club de tenis – puso una mano en mi cabeza, haciendo que la mayoría me mirara fijamente – ella es Echizen Hitomi, y estará en el club desde ahora.

    - por favor, sean amables conmigo – esas palabras salieron de mi boca acompañado por una sonrisa realmente amable.

    Un montón de murmullos comenzaron a hacerse aparecer enseguida, al escuchar mi nombre, algunos me miraban “disimuladamente” intentando ver si realmente lo que veían era lo que estaba frente a sus ojos en esos momentos. Ryoma-niisan, Ryoga-niisan, ¿el sentimiento que estoy sintiendo es lo mismo que ustedes sintieron cuando entraron en el club de tenis? Me sorprenden, llevar a cuestas con un sentimiento tan lleno de alegría y ganas de sorprender a todos, ¿será esto el sentimiento que los motiva a seguir? Bien, supongo que yo seré la que los sorprenda ahora, creo que este sentimiento me ayudara muchísimo en el momento de jugar.

    - bien, sigan con su calentamiento.

    - ¡Hitomi-san! – Llamaba la escandalosa voz de Tomoka detrás de las rejas de la cancha – ¡date vuelta y posa para la foto!

    - ¡¿ehh?! – Decía mientras me daba vuelta- ¿foto? ¡¡No!!...- dije mientras me cubría el rostro con mis brazos.

    - ¡hay!, vamos, solo será una, para la portada de la revista.

    Intentaba convencerme, creo que eso era totalmente en vano, ya que los únicos que me pueden hacer cambiar de parecer son mi madre, Ryoma-niisan, y Eiji-kun.

    - bien, ahora, lo de que tu eres la hermana de Ryoma ya es oficial, todo el mundo lo sabe – interrumpía Ann - ¿Qué vas a hacer?

    - “¿Qué voy a hacer?”...supongo que no puedo hacer nada, además, no puedo hacer nada, lo iban a saber de todos modos al verme.

    - creo que tienes razón, tu parecido con el de Ryoma-kun es sorprendente, no habrían durado mucho – comentaba Sakuno.

    - Sakuno tiene razón, hmmh... ahí llega Nanu-buchou - mirando un poco seria fuera de las instalaciones.

    Una joven de mirada simpática, bastante alta y su figura le favorecían, traía puesto el mismo uniforme que Ann y Sakuno, solo que esta llevaba una campera, demasiado similar a las de los equipos masculinos. Su cabello era de color rubio, largo hasta los codos y tenía una terminación en V, sus ojos eran totalmente verdes, irradiando felicidad y diversión.

    - buenas tardes, Furaku-san – saludaba Sumire-sensei – llegas justo a tiempo, como siempre.

    - Buenas tardes, Ryusaki-sensei.

    Echó una mirada a toda la pista, como buscando algo, finalmente paró su búsqueda cuando me miró, o eso pareció. Entro a la cancha con pasos medio indecisos pero no me sacaba la mirada, la tenia puesta en mí, en los últimos cinco pasos se decidió y una sonrisa fingida pero intentando parecer lo mas amable posible, al poco tiempo quedó completamente frente a mí, Sakuno y Ann estaban atentas a las expresiones de la joven.

    - así que tu eres Echizen, la hermana de Ryoma, ¿verdad? – pregunto con cierto nerviosismo en sus palabras

    Me pareció agradable a primera vista, y ya su forma de tratarme me gustó bastante, no se plasmada y quedó murmurando con las demás personas como todo el instituto lo hizo a lo largo del día. Tomé aire y me prepare para responderle a aquel interrogatorio que me dirigió.

    - si, ¿tu eres la buchou del equipo femenino? – una simple afirmación bastó como respuesta.

    -bienvenida al equipo, Echizen-san – dándome una cariñosa sonrisa.

    Empecé con el pie derecho, para mi gusto ya me llevaba bien con la capitán del equipo, parecía una persona tan agradable y confiable, que seguramente fuer ese el motivo por el cual la pusieron en ese lugar, para que el equipo se basara en alguien en quien pudiera confiar, pero, no creo que solamente por eso fue que la pusieron como capitán, debe de tener... como dicen... un as bajo la manga. Luego de eso, solo se marcho hacia donde estaba Ryusaki-sensei y se quedo charlando con ella, mientras que nosotras, Ann, Sakuno, Tomoka y yo nos quedamos charlando... de cosas sin sentido, o por lo menos para mí, hasta que Tomoka tuvo que tocar el tema familiar.

    - vamos, sácale una foto a Ryoma-sama en sus ratos libres, ¿si? – me rogaba. Se hubiera puesto de rodillas, pero por la pequeña reja no la hubiera visto.

    - tendré que ver.

    - Tomo-chan – interrumpía Sakuno, con mirada asustada.

    La miré para saber el motivo por el que salio esa voz tan asustada, lo único que vi fue a Ann y a Sakuno mirando terroríficas hacia atrás mío, me di vuelta, y por atrás del enrejado pude ver, lastimosamente, a un sujeto un poco mayor que yo, con gafas rectangulares tan gruesas que no se podían ver sus ojos, y su cabello medio revuelto de color azabache, le daba un aspecto terrorífico, pero no fue eso lo que me provocó un escalofrío, si no fue ver lo que tenia en su mano, una jarra transparente dejando ver el contenido de esta, lo cual era un liquido de color negro con toques marrones, realmente horrible, ¡y hasta tiraba burbujitas!

    - Inui-sempai – dijeron mis tres acompañantes.

    - Osakada-san, tu que eres la manager del equipo, deberías probar un poco de esto para ver si realmente al equipo le podrá gustar – le comento a mi amiga del lunar.

    - saben, creo que me olvide de traer las toallas para las chicas – decía como excusa para salir corriendo de ahí.

    - bien el resto empiecen a dar las 15 vueltas a la cancha – una queja se dejo salir de la boca de todas las chicas - ....mmmh... creo que lo recapacite, en un minuto y medio tendrán que haberlas hecho o si no... –dejando ver una mesa llena de vasos y unas cuantas jarras con el mismo liquido de hace un rato – tendrán que beber tres vasos de mi nuevo y mejorado Shibaku no Kazuko.

    Salimos corriendo sin pensarlo dos veces, y en un abrir y cerrar de ojos la mayoría ya estaba mas o menos en su décima vuelta, las chicas de menor edad y la mayoría de las que tenia remera azul ya habían sido afectadas por la maligna enfermedad del cansancio, haciendo que cayeran inconscientes a unos pasos de la línea de llegada, gracias a esto, Inui-sempai desperdicio bastante de ese asqueroso liquido en ellas, dejándolas en peor estado. Sin darme cuenta ya estaba a una vuelta, faltaban treinta segundos, y corría a todo lo que mis piernas me permitían, según lo que escuche de las titulares, a ellas solo le quedaban tres vueltas mas, y por lo que vi estaban extremadamente cansadas. Llegue a la meta, y todos los sensei y hasta Inui-sempai se me quedaron mirando, faltaban 25 segundos, en menos de 5 segundos había echo una vuelta completa a la cancha, y ni siquiera estaba cansada ni agitada.

    - así... que tu eres Echizen, la hermana de Ryoma – me dijo.

    Yo todavía me había quedado viendo como las titulares me enviaban miradas de odio, por haberlas dejado en ridículo y hacer que, en parte perdieran. Dirigí mi mirada hacia el sempai que hace segundos me había hablado, en realidad no lo había prestado mucha atención a él y a la carrera, me había ido a las nubes en el momento en el que empecé a correr. Lo miré y me di cuenta de que tenía un cuaderno de color verde musgo y una birome en manos... ¿que estará anotando?

    - había escuchado hablar todo el día de una chica que causó un gran trauma en todo el colegio, en especial de los chicos.

    ¿Chicos? No me digan, seguramente él será aquel “oído” que escucha todo los chismes de todo el mundo. En parte detesto a esa clase de personas, y solo pensarlo, se me viene a la mente la imagen de Ryoga-niisan, lo detesto, pasan información que aveces es confidencial a otras personas que no paran de hablar.

    - eres increíblemente parecida a tu hermano, Hitomi-san – Si, en definitiva era esa clase de personas – Pero tienes un detalle que sobresale en tu estado físico.

    - nuevo record – murmuré lo bastante audible para sus oídos.

    Sin darme cuenta, me había convertido en lo fría y sin emociones que a veces mi hermano solía ser, además me fijé que tenia la mirada tan seria, que yo misma me daba miedo, yo no era así.

    - debo admitirlo que a lo largo de estos dos años, nadie había podido completar las quince vueltas a la cancha en tan poco tiempo – confesó.

    - esto de tener un nuevo record ya es común en mi, es... aburrido – lo ultimo apenas y lo pude oír

    Pasó por segunda vez el grupo de chicas intentando llegar a tiempo, quedaban, si no me andaba mal mi reloj, 5 segundos, los cuales pasaron rápidamente, vi como llegaban todo el resto del equipo juntas, y a casi dos segundos de que terminara el tiempo.

    - ¡hay, me canse! – decía una chica de pelo azabache entre jadeos.

    - yo también, pero es buen momento para ver la resistencia de cada una – comentaba la capitanía, cayendo al suelo – Hitomi, tu terminaste antes que nosotras y parece ser que no te cansaste en lo mas mínimo – asentí como respuesta – en ese caso, ¿quieres empezar con el primer partido?

    - ¡esperaba que alguien digiera eso! – dije completamente emocionada.

    - en ese caso, - dijo levantándose – jugaras contra, Kiyoshi – decía con una gran sonrisa

    - ¡¿Que?! ¿Por que yo? – interrogo una alarmada voz entre la multitud.

    Me di vuelta hacia el lugar en donde provino esa voz, me encontré con una chica, un poco distanciada de mi, tenia la remera azul, por lo que deduje que seguramente seria un nivel inferior al de los titulares. Llevaba el cabello recogido en una media coleta, de un color marrón bastante sedoso, lo cual, debo admitir, me daba envidia, en cambio sus ojos eran casi del mismo color que su cabello, un poco mas oscuro. Suspiró y se fue acercando lentamente, hasta quedar entre la capitán y yo.

    - Si realmente eres la hermana de Echizen – me miro fijamente, ya había controlado su respiración, o por lo menos eso parecía – tienes que demostrarlo.

    Asentí, esto iba a ser divertido, o por lo menos eso quiero, entramos a de las tantas canchas, yo había dejado mis raquetas cerca, agarre una, de color blanco con toques azules. Le dejé el saque a ella, tenía mis estrategias para jugar, y esa era una de ellas, siempre dejaba que se quedaran con el saque, o por lo menos por el primer juego.

    - te arrepentirás de haberme dejado sacar a mi – expresaba con cara de superioridad.

    Se posiciono en su lado de la cancha, y comenzó con el saque, nada fuera de lo común, era un saque medio normal, un poco desviado, creo que ella es una de las tantas personas principiantes, a las que les falta practica, creo que podré con ella

    - 15 – 0 – anunciaron

    - te dije que no podrás contra mi – dijo – no te mereces llevar el apellido Echizen.

    - di lo que quieras, creo que perdí el ritmo, eres demasiado lenta y aburrida, creo que terminaré con esto rápido.

    - ¿acaso te retiraras?

    - no, pero si tu quieres hacerlo, no tengo problemas.

    - para nada – dijo agarrando una de las pelotas - ríndete niñita.

    - abuuurriiiido... – exprese mientras veía como sacaba.

    El mismo saque de antes, me adelanté lo mas cerca de la pelota y la devolví hacia ella.

    - ¿Qué demonios?...

    Cuando la pelota toco el suelo del lado de esa chica, paró al instante, ni siquiera picó, se quedó con la boca abierta, ¿acaso nunca vio una devolución con efecto?

    - ¿sorprendida? – Expresé estirando mi raqueta hacia ella – esto va a terminar muy rápido si sigues así.

    - q-quince iguales

    Puso una cara de molesta, queriendo gritarme a los cuatro vientos, pero se contuvo, después de todo casi todo el equipo femenino estaba mirándonos. Volvió a su posición y agarro otra pelota, la tiro y sacó. El mismo saque de antes, esa chica era un disco rallado, esta vez me contuve, y solo hice un globo, claro... con efecto. Llegó a la línea de fondo sin problemas, ella ya estaba como esperando que girara, pero nuevamente paró, se quedo quieta como si fuera que no la habían tocado hace diez días, pero al momento de darse cuenta, empezó a moverse, y continuo con el pique que había parado. No me di cuenta de lo sucedido, pero al parecer la pelota había pasado tan cerca del rostro de Kiyoshi-san que por el susto se había caído al suelo.

    - lo lamento, no pensé que continuaría justo en el lugar en el que estabas – exprese con cierto sarcasmo.

    - ¿Cómo te atreves? – Acercándose a la reja- Esa pelota casi me pega en la cara y tu... ¡tu! – señalándome acusadoramente

    - 30 – 15

    - sigamos... quiero terminar con esto ahora - expresó


    Clero que me sobrepasé, pero bueno, si se enoja puede que le de un poco mas de impulso a las devoluciones y con suerte al saque, y por lo menos llegaría a ser entretenido. Mismo saque, solo que estaba vez yendo a la derecha... ¿ahora quiere hacerme correr? La devolví complacida, se podría decir que esperaba algo que me hiciera mover por lo menos unos centímetros, nuevamente le mandé una con efecto. Este efecto fue el primero que me enseño Ryoga, su efecto era de que al picar, empezara a dar vueltas por toda la cancha, pero siempre en el piso, al picar no se separa del suelo hasta que pare. Kiyoshi-san se quedo como piedra, mirando el movimiento de la pelota.

    - 40 – 15 – murmuré.

    Había hecho el mismo efecto el juego siguiente, por lo que gracias a ello ya tenía un juego en mi poder... faltaban cinco más. Me había ganado el saque, por lo menos ahora esto pasara más rápido. Me dirigí a la canasta de pelotas que había un poco más alejada de mi posición, agarré dos pelotas de esta y volví a mi lugar, al darme vuelta y mirar entre la gente que estaba detrás del enrejado mirando el partido, que por cierto eran muchas personas, encontré los ojos de Ryoma-niisan, de Momoshiro-san, de un joven de cabellos castaños y una... ¿adorable? Sonrisa, al lado de este estaba totalmente emocionado Eiji. ¿Desde cuando habían estado ahí?, ni siquiera los sentí. Me dirigí a mi puesto, y vi que mi contrincante estaba preparada... para sufrir... Muajajajajaja... no mentira.

    - haber que tanto aguantas con esto – pensé cambiando de lado mi raqueta.

    Ryoma-niisan y yo somos totalmente opuestos, esta era una de las tantas pruebas, Ryoma es ambidiestro, juega en cancha con la izquierda, y en saques con la derecha, para hacer su Twist Server, y por ser lo opuesto, yo juego en cancha con la derecha y saco con la izquierda por mi Feng Shui (Corrientes del Dragón). ¡Ah!.. No les había dicho de qué se trataba ese saque, es un efecto que hace que la pelota al picar haga como una volea, salga afuera de la cancha y vuelva hacia mi, ese... ese saque lo había aprendido con Eiji-kun hace bastante tiempo.

    - Feng... – emito con una pequeña sonrisa al tirar la pelota hacia arriba.

    - ¡¿Feng Shui?! – una voz un tanto alarmada sonó detrás de mi

    - ¿sucede algo, Eiji?

    - ese saque... es demasiado peligroso

    - ¿acaso conoces ese saque? – pregunto Ryoma-niisan

    - Echizen, ¿tu no?

    - no – respondió secante.

    - ...Shui – Terminé de decir al golpear la pelota contra la raqueta.

    Le introduje el efecto que esperaba, al dar vuelta la raqueta, con la pelota todavía en esta, haciendo que girara en direcciones que ni yo misma podía decidir, luego solamente le dí un pequeño empujoncito para que llegara a la cancha contraria. El efecto que quería llego, no sé el motivo pero me encanta ver todas esas personas atentas fijamente a la pelota, pero, tengo que admitirlo, era aburrido, cerré los ojos, esperando escuchar la señal que me digiera que me moviera,

    - ¿Qué fue eso? – escuché la voz de Kiyoshi, pero esa no era la señal.

    Al fin escuche la señal, una fuerte ráfaga se acercaba, hacia mi rostro, me di cuenta que estaba un poco desviada hacia la izquierda, así que dí un paso a la derecha, luego de hacer eso, abrí los ojos, y sin querer largue un bostezo, mire hacia atrás y vi la pelota incrustada en el enrejado, y a Momoshiro y a Eiji temblando juntos, se podría decir que estaban abrazados.

    Mi aburrimiento era uno de los pocos que me sorprende, pero seguí así el juego, con los mismos saques, y nunca podía pegarle, y cuando por fin descubrió como pegarle a la pelota, esta hizo el mismo efecto como si estuviera en el piso, salio de la raqueta y fue directamente al suelo y siguió su trayectoria, hacia mí. Ya íbamos cinco juegos a cero, en menos de 5 minutos ya estábamos llegando al final de aquel juego. Tire un ultimo saque, y... ¡termino!

    - juego y partido para Echizen, seis juegos a cero.

    - por fin, que aburrimiento – dije con expresión dramática.

    - Per... di – expresó con tristeza, derramando unas lagrimas. Se acerco a la red, y se seco las lágrimas antes derramadas para poner una gran sonrisa – gracias por jugar conmigo – haciendo una pequeña reverencia en forma de agradecimiento.

    -etto... si, yo también te agradezco que me hallas soportado todo este tiempo – comente desviando un poco la mirada – las chicas japonesas cambian bastante rápido de emoción, al principio del partido estaba enojada, a la mitad de este estaba totalmente quieta, como estatua, al final se quiso poner a llorar, y ahora esta alegre. ¿Qué demonios pasa aquí?

    Salí de la cancha encontrándome con el rostro de Momoshiro expresando muchisimo asombro, el otro chico que los acompañaba seguía con aquella sonrisa que vi al principio, este es uno de aquellas personas que solo tienen una cara que poner, al igual que mi hermano, por ultimo vi a Eiji, (si lo veía primero me iba a olvidar del resto de las personas) estaba alegre hasta su punto máximo, sin que yo me diera cuenta ya estaba arriba mío, abrazándome, me sonroje tanto que mis mejillas me ardían un montón, parecía que me estuviera quemando el rostro con la estufa.

    - ¡Hitomi-chan, has mejorado tu saque desde la ultima vez que nos vimos! ¡Que alegría! – Expresaba con emoción, mientras me estrangulaba.

    - Eiji, me... asfixias.

    - gomen – soltándome

    - veo que se conocen – habló el acompañante de los chicos. Tomo mi mano y deposito un beso en esta – soy Syusuke Fuji, capitán del equipo masculino, mucho gusto conocerte – mostrando sus ojos azules

    El grupo de chicas que había alrededor nuestro, del equipo Femenino dio un gran grito, intentando saber que estaba pasando en realidad.

    - etto... – nuevamente me sonroje -... mucho... gusto... soy...

    - Hitomi Echizen – termino mi frase mientras se paraba – he estado escuchando hablar de ti toda la mañana.

    - ¡Hitomi! – un grito realmente conocido nos saco de la charla – he estado sacándote fotos de todo el partido – decía con tono un tanto arrogante.

    - ¿¡eh!? Imposible – exclamé,

    ¿En que demonios había estado pensado para estar tan distraída? Vi a Ann acercarse hacia nosotras, me di cuenta de que faltaba Sakuno y mi hermano Ryoma, mire para todos lados, intentando encontrarlos, pero nada, solamente encontré los mismos rostros desconocidos y uno que otro de las personas que ya había visto, todo menos el rostro de una de mis amigas y de mi hermano.

    <- eres demasiado obvia, Sakuno-san – expresé.

    - ¿demasiado... obvia? –repita >


    - ¿no será que...?
     
  14.  
    ~Gris Ootori Fuji~

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    Re: Gemelos en las canchas

    Nee!! me faltaba un capítulo ToT
    bueno, bueno... seguiré leyendo
    ...
    Bueno, bueno,Nos vemos!!!!!!
    Pórtese mallllll;)
    Gambatte ne!!!!
    y obviamente espero el siguiente capítulo^^

    *¡Sayonara minna ~~!*
     
  15.  
    Hikaruu Love

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    Re: Gemelos en las canchas

    Un pequeñoo regalooo.. x3... lo acabo de escaneear, tambiien hay mas en miis albunes, espero que les guste... a mii no me gusttoo tanto.. pero ya que!?... beshoos ii dejeen comentariios xD


    [​IMG]
     
  16.  
    ~Gris Ootori Fuji~

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    Re: Gemelos en las canchas

    Precioso dibujo OMG!!!!!
    A mi si me gusta *O*
    hermoso^^ sube otras
    imágenes jejejexD

    *¡Sayonara minna ~~!*
     
  17.  
    Ayumi

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    Re: Gemelos en las canchas

    WUIIIIIII!!!!!!

    Sugoi conti *.*
    Que mala por subir solo la primera parte ¬¬
    Pero esperare con ansias ^^
    Y el final... Me encanto
    Adoro el RyoSaku
    Al fin salio...
    Y tambien me gusta la relacion
    que tienen Hitomi y Eiji
    Y las miradas picaras para Hitomi
    KKKKKYYYAAA!!!!!!

    Quiero conti ToT

    Y el dibujo...
    Esta muy bueno sempai ;)
     
  18.  
    Hikaruu Love

    Hikaruu Love Guest

    Re: Gemelos en las canchas

    jeje, cony-neechan y Gris-san muchas gracias por comentaar
    =)

    acaboo de escanear dos imganes nuevas x3 ii espero que les gusten

    [​IMG]




    [​IMG]


    bueh... la ultima imagen la hize hoy, ii la verdad no teniia muchas ganas de esforsarme para hacerle las manoos ii los pies xD
    beshoos a todoos
    Bye! ~
     
  19.  
    ~Gris Ootori Fuji~

    ~Gris Ootori Fuji~ Usuario popular

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    Re: Gemelos en las canchas

    OMG!!!!!! hermosas imágenes wiiii
    me encantaron jejejexD sigue subiendo
    más dibujos, que etsán geniales..
    Hikaruu- love!!! demo...
    te puedo decir Karuu-chan!!!?¿?¿
     
  20.  
    Hikaruu Love

    Hikaruu Love Guest

    Re: Gemelos en las canchas

    Claroo que sii
    ni siquiera hace falta preguntaar
    ^^
    ;)
     
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  1. Ayumi
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