Proyecto del Adiós

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Miyu SparkS, 11 Marzo 2007.

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  1.  
    Miyu SparkS

    Miyu SparkS Guest

    Título:
    Proyecto del Adiós
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    32
     
    Palabras:
    2960
    Proyecto del Adiós

    [FONT=&quot]Disclaimer: [/FONT][FONT=&quot]Los personajes de InuYasha no me pertenecen, se le ocurrió primero a sensei Rumiko. Pero por lo demás, la historia y trama es de mi propia cosecha.[/FONT]
    Proyecto del Adiós

    By Miyu SparkS
    Sumary: El matrimonio fue una mala broma, las amantes lo fueron aún peor. Pero, ¿Y si después del chiste retorcido hay una franca esperanza?, ¿Si después de todo te quiero, todo eso y mucho más? ¿Existirá un nuevo comienzo en vez del repentino y tan tirano Adiós?





    Prólogo
    Hoy tengo el orgullo de tenerte
    Y mañana
    Sí, sería bueno preguntármelo
    ¿Y mañana?
    ¿Estarás conmigo?
    ¿O como un cliché me dirás adiós, fue lindo,
    y ya?




    [FONT=&quot]—[/FONT][FONT=&quot]¿Y bien?

    [/FONT]
    [FONT=&quot]—[/FONT][FONT=&quot]¿ Y bien qué? — Le repitió cuidadosamente calmo, dando una zancada para sacar un libro del estante y devolverse al escritorio. Respiró despacio intentando mitigar el sonido del aire que se le escapó abruptamente por la nariz al agregar el “qué”, extrañamente ronco y entre dientes.

    [/FONT]
    [FONT=&quot]—[/FONT][FONT=&quot]¿Qué estás haciendo? — Preguntó apoyada en el umbral, con esa vos neutra, casi pusilánime, pero el tono estudiadamente tibio camuflaba cualquier resquicio de algún algo debido ó por haber. Sí, preguntó con voz exquisitamente neutra, mientras vaciaba la cajetilla de cigarrillos sobre una mano y luego buscaba el encendedor en algún lugar del recóndito bolsillo del traje burdeo.[/FONT]

    [FONT=&quot] Él se quedó quieto un momento. Con ese aire de sabedor, conocedor del mundo entero y de un perfecto engendro, se volteó y torció la boca en un intento patético por sonreír. Aunque, bien lo sabía ella, él no tenía ninguna intención de sonreírle, ni siquiera de mostrarle un marfilado diente. Suspiró para no mirarlo y a la vez ocultar el temblor que le recorrió la espina dorsal. Con mano misteriosamente firme, de un clic, prendió el cigarrillo, le dio una fumarada y se obligó a fijar sus ojos en los de él.[/FONT]

    [FONT=&quot]—[/FONT][FONT=&quot]¿A que no adivinas? —. Esta vez sí logró llegar a “la sonrisa mostradora de dientes”. Volvió su atención al escritorio, abrió varios cajones siguiendo una secuencia y sacó un revoltijo de papeles que en un intento de parecer distraído, fue sutilmente agresivo, cuando los vació en una caja que amenazaba con romperse si la seguía cargando. [/FONT]

    [FONT=&quot] Ella tornó a darle otra bocanada al cigarrillo, se le ahuecaron las mejillas de forma exagerada dándole un aspecto casi cadavérico. Lanzó el humo de soslayo, como si lo hubiera retenido años dentro y se encogió de hombros.[/FONT]

    [FONT=&quot]—[/FONT][FONT=&quot]Supongo que no. No — reafirmó al cabo de unos fingidos segundos de meditación —, es algo que va más allá de mi razonamiento, creo — respondió con la lengua afilada en burla.[/FONT]

    [FONT=&quot] De reojo miró el perfil de su mujer. Cómo apoyaba su dedo pulgar en la punta de la nariz, respingándola más de lo que era y con el resto de la mano sostener el cigarro, con esa gracia y arrogancia espontánea, vulnerable a la vez, aunque ella hiciera mil intentos por borrarla.

    [/FONT]
    [FONT=&quot] Tal vez eso era lo que le gustó de ella en un primer momento, tuvo que reconocer. Eso y que tenía las curvas de una diosa. Sin hacer volar mucho la imaginación podía recordar aquellas hebras largas azabaches desparramadas por la almohada de seda blanca, a su cuerpo trigueño retorcerse bajo el bronceado de él pidiéndole más.

    [/FONT]
    [FONT=&quot] Sonrió con nuevo sarcasmo. Claro, en un principio. Como todo principio era bueno…pero luego. Sacudió la cabeza en forma negativa, no tenía intenciones de que las cosas se arreglaran. Estaba harto. Harto de vivir bajo la misma casa, de compartir problemas domésticos estúpidos, que su mujer se volviera fría, distante y profundamente débil. Sí, porque era débil bajo sus puños y la sangre que siempre terminaba brotando de su labio inferior. Siempre era agradable desquitarse con ella, parecía un trapo. Sí, un trapo viejo y sucio después de haber sido un fino cristal. Su valor se reducía a una cuantos centavos y a él se le antojaba un comino saber más de ella.

    [/FONT]
    [FONT=&quot] Pegarle había sido la única forma de hacerla callar. Por instinto se defendía y gritaba todo lo que le parecía mal. Y mal para ella eran las amantes. No fue agradable golpearla la primera vez, pero extrañamente adictivo a la segunda, y sobre todo con algunas gotas de vino en la garganta.

    [/FONT]
    [FONT=&quot] En fin, no tenía intenciones de convertirse en un patán golpeador de esposas — bueno, más de lo que el sentido común le permitía. Se regocijó pensando en las noches que le quedaban por vivir con su última amante adquirida. Claro, las amantes. Habían aparecido después que su esposa sufriera un aborto. Siempre supo podría ser un desalmado, pero tuvo la certeza de serlo cuando su esposa entró en una depresión… es decir, tal vez lo hubiera soportado bien , pero no poder acostarse con ella durante dos meses había sido un calvario y al tercero, fue al primer burdel que ocupaba la esquina de su oficina.

    [/FONT]
    [FONT=&quot] De ahí venían las madrugadas con olor a brandi y de caer como piedra sobre el lecho junto a su esposa bañada en lágrimas, que poco le importaba, la verdad. Cuando ella, con ojos de cervatillos casi desafiante le preguntó qué ocurría, él simplemente se encogió de hombros, y le dijo que se había conseguido a algunas cuantas chicas que lo calentaban algunas horas. He ahí los ataques de histeria, parecía que había superado sus problemas, puesto que toda su atención se centró en hacerle la vida imposible. Hasta ese glorioso día que le había dado el puñetazo de su vida. Súbitamente ella se volvió callada y procuraba no hablarle demasiado, puesto que desde esa vez, las golpizas tenían fundamento en una mirada rencorosa o un suspiro.

    [/FONT]
    [FONT=&quot] Sí, se había vuelto algo quisquilloso, debía admitir. Pero el control se le iba de las manos en las contadas veces que la forzaba a tener sexo. Sexo bruto, según ella sollozaba después de que él se corriera y ella rodara a la esquina de la cama y se hiciera un ovillo. Y él, no pudiendo soportar que ella hiciera esos intentos deplorables para no llorar, la tomaba una y otra vez, de todas las formas que conocía, hasta dejarla dolorida y con cardenales. Sin fuerzas, para que por fin durmiera y él sonriera de que aún en esas condiciones le provocara una erección.

    [/FONT]
    [FONT=&quot] Pero qué va, la situación se le había escapado de las manos, y la mirada inesperadamente desafiante que le había mandado su esposa esa mañana que volvió de donde sus padres y lo había encontrado revolcándose con Kykio, le decía que no aguantaría mucho antes de perder el control y matarla. Ya arreglaría lo del divorcio, por ahora se limitaba a guardar lo básico en cuanto refería a su trabajo y ropa suficiente antes de mandar a buscar el resto.[/FONT]

    [FONT=&quot]—[/FONT][FONT=&quot]Ya veo — dijo ella. Dejó escapar el humo sobre esos ojos ámbares y casi rió cuando con una débil tos, su esposo salió de la cavilación. — Eres sólo un hijo de puta que deja a su esposa —. La naturalidad e indiferencia con que lo dijo logró desconcertarlo, no le había hablado así desde que…— claro — continuó sin dejarlo asimilar —, le haces mérito a la puta que te calienta la cama — él frunció el ceño, y le dio una cachetada con el revés de la mano. ¿Qué se creía para hablar así de su última adquisición? Era su amante, pero estaba lejos de ser una puta. De hecho, había llegado virgen hasta su cuarto y por increíble que pareciera, era inteligente y estudiaba derecho. Por eso mismo la había conservado por tanto tiempo, esa aura de misterio e inocencia que la rodeaba lo hacía hervir, de todos los modos.[/FONT]

    [FONT=&quot] Lentamente fue volviéndose frente a él. El hilillo de sangre que recorría desde el labio inferior y cruzaba el mentón le hicieron proferir una palabrota, pero no le iba a pedir perdón. No después de que su afilada lengua ofendiera a alguien tan valioso para él. Bueno, de todas formas no lo hubiera hecho, ¿para qué perder el tiempo?

    [/FONT]
    [FONT=&quot] Con los dedos temblorosos que aún mantenían el cigarrillo consumiéndose rápidamente y doblado en la mitad de la longitud por la presión que tuvo que ejercer para no gritar por el golpe, se palpó el espeso líquido carmesí, lo limpio con paciencia que impacientó a su esposo. Sin despegar sus ojos caoba de aquellos ámbares, sacó su lengua y lamió la sangre de sus trémulos dedos, dando una sonrisa irónica al terminar su tarea.[/FONT]

    [FONT=&quot]—[/FONT][FONT=&quot]¿Debo tomar esto como un beso de despedida? — lanzó con una risilla que casi rayaba en el llanto. Y a él le pareció que en cualquier rato sucumbía en un mar de lágrimas.

    [/FONT]
    [FONT=&quot]—[/FONT][FONT=&quot]Tómalo como quieras — quiso continuar con su tarea de empacar, pero la carcajada de dimensiones guturales lo hizo quedarse quieto como un animal que precisa cautela, en parte estaba sorprendido, y por otra, molesto. Muy molesto.

    [/FONT]
    [FONT=&quot]—[/FONT][FONT=&quot]Cariño — dijo ella con voz ahogada en el hipo de risa mientras tiraba el cigarrillo sobre la alfombra y lo aplastaba con la punta de su zapato para volver su vista vidriosa por las lágrimas que acusaban con salir debido a la risa ó por el dolor que apenas la dejaba modular —, pensé que te quedaría algo de romanticismo para mí. Pero si es todo lo que me puedes dar, me conformo. De hecho, es más que suficiente con no volver a verte — dio media vuelta y cruzó por el pasillo, pero a mitad de éste, el cuerpo fornido de un metro noventa de su esposo la agarró de un brazo y la detuvo en seco.

    [/FONT]
    [FONT=&quot]—[/FONT][FONT=&quot]¿Qué quieres insinuar? — preguntó confusamente cauto y receloso. Clavó más sus dedos alrededor del menudo brazo de ella, hasta hacerle dar un brinco. Pero el desafío de sus ojos no cambió y él quedó más desconcertado al volverla a ver sonreír.

    [/FONT]
    [FONT=&quot]—[/FONT][FONT=&quot]Que tu puño me dio la despedida que esperaba — gozó con el mar de confusión que veía en su rostro. Debía apresurarse antes que el efecto del vodka la abandonara y no tuviera fuerzas para desafiarlo. —Que esto es el adiós, cariño, así que ya puedes soltarme — no la soltó pero ella se quito la mano de encima y se resistió a sobarse la sensible piel sobre el traje burdeo tan impecable que había elegido para aquella ocasión.

    [/FONT]
    [FONT=&quot]—[/FONT][FONT=&quot]¿Me dejas? — su entrecejo fruncido y las arrugas de su frente le decían que estaba más incrédulo que furioso. Agradeció en silencio y se limitó a asentir a la vez que él dejaba escapar el aire como un toro.

    [/FONT]
    [FONT=&quot]—[/FONT][FONT=&quot]Adiós, InuYasha — dijo sin ninguna emoción visible.

    [/FONT]
    [FONT=&quot]—[/FONT][FONT=&quot]Zorra — musitó estático cuando la vio abrir la puerta y tomar dos pulcras maletas negras.

    [/FONT]
    [FONT=&quot]—[/FONT][FONT=&quot]Mi abogado se hará cargo del divorcio, tú limítate a divertirte con tu amante que yo no me cruzaré en frente tuyo — y con eso prosiguió a cruzar el umbral.

    [/FONT]
    [FONT=&quot]—[/FONT][FONT=&quot]¡¿Me dejas por otro?! — rugió. Eso hizo más que gritar. Ella torció un poco el cuello para dedicarle una mirada más bien de reojo, y sonreír apenas. Luego, se fue.

    [/FONT]
    [FONT=&quot] Totalmente incrédulo estuvo de pié a metros de la puerta por varios minutos. Como pinchado por una aguja saltó y fue corriendo hasta el porche, pero ni siquiera un pedazo de piel de su esposa se cruzó por sus ojos. Lo había dejado. ¡lo había dejado! ¿Cómo se atrevía?

    [/FONT]
    [FONT=&quot]—[/FONT][FONT=&quot]¡Golfa de mierda! ¡Espero que tu amante te folle tan bien como yo! — gritó cegado por la rabia a la oscura noche y cerró de un portazo. No daba crédito. No se lo podía creer, así de simple. Enterró un puño en la madera de nogal que constituía la puerta, maldiciéndose por que topó con un nervio que casi le resquebrajó el brazo.

    [/FONT]
    [FONT=&quot] Kagome lo había dejado, frente a sus narices.

    [/FONT]
    [FONT=&quot] Y por otro hombre, ¡por otro hombre!

    Él sabía a la perfección que ella lo amaba, sí, siempre lo supo, pero con esto se daba cuenta de que su esposa era una puta cara de burdel. Lo peor era que no se lo podía tragar, era como un sabor amargo en la garganta que le producía un escozor y una intensa sensación de …[/FONT]

    [FONT=&quot] Pero después de un eterno minuto, recapacitó. Después de todo, le había hecho un favor. Se había ido de su casa, de su vida y él no tuvo que mover un pelo para alejarse de ella. Sonrió como un muerto.

    [/FONT]
    [FONT=&quot] Subió a las escaleras y entró al dormitorio. Se acostó desnudo sobre las sábanas de esa cálida noche de verano. Dio vueltas un rato increíblemente silencioso, luego lanzó una maldición y se obligó a quedarse quieto. Sin quererlo estaba buscando algo, cuando se dio cuenta que ese algo era el cuerpo de su mujer, maldijo otra vez.

    [/FONT]
    [FONT=&quot] Mañana tendría que llamar a Kykio para que se viniera a recostarse en su lecho. Mientras lo pensaba, rió con satisfacción, imaginando cómo la penetraría y lo gemidos que la haría sollozar y gritar su nombre.

    [/FONT]
    [FONT=&quot] Sin embargo, cuando el sueño estaba a punto de cobijarlo, un pensamiento fugaz cruzó por su mente, el cual no tuvo tiempo de analizar, puesto que al segundo siguiente ya estaba dormido: La casa se tornaría demasiado vacía sin Kagome en ella. Pensamiento que cuando despertara, por supuesto, ignoraría.

    [/FONT]
    [FONT=&quot] Se acurrucó entre sueños hundiendo su cara en la almohada que ocupaba Kagome, entre dichos ininteligibles la llamó, y enseguida, tuvo pesadillas de soledad y tristeza eterna.[/FONT]

    Continuará


    ________________________________________________________



    N/A: Hola! En mis vacaciones se me ocurrió esta idea y no pude evitar escribirla a penas llegué. Tendrá bastante contenido hentai, es decir, con bastante regularidad, que los publicaré en el blog para no tener problemas xD. Lo que sí me gustaría saber es si a alguien le gustó para continuar la historia. Me conformaría con cinco rewiews para empezar, pues voy a dedicar mi tiempo racionado por las clases a este fic, y otro, pero si no cuenta con el suficiente apoyo, no lo podré seguir.

    Deseando de todo corazón que les haya gustado – porque tengo ganas de continuarlo XD – me despido.
    ¡Adieu!
    Miyu SparkS
    :)
     
  2.  
    Gelena5101

    Gelena5101 Guest

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    Palabras:
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    Re: Proyecto del Adiós

    Se me hizo muy interesante, tienes todo mi apoyo
    cundo pones la conti
     
  3.  
    Jessy

    Jessy Fanático

    Tauro
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    Re: Proyecto del Adiós

    me parecio bastante interesante
    cuentas con todo mi apoyo incondicional
    esperare ansiosa el primer capi
    me despido que estes bien nos vemos pronto

    Jessy
     
  4.  
    Algome

    Algome Usuario común

    Tauro
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    Re: Proyecto del Adiós

    Hola!!!!!!!!!

    me acabo de leer tu nuevo ff

    esta muy bueno , me encanta

    pero espero ke la pareja sea de inuxkag si no me da algo

    siguelo pronto

    c
    o
    n
    t
    i

    Besos
     
  5.  
    Milmel

    Milmel Guest

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    Re: Proyecto del Adiós

    inu de maton??
    ahora sabra lo que es querer y perder
    esta muuy bueno continualo, te esta quedando genial!!!

     
  6.  
    Jessy

    Jessy Fanático

    Tauro
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    Re: Proyecto del Adiós

    please pon el primer capi
    se nota que va a estar bueno
    tu fic esperare ansiosa me despido
    que estes bien nos vemos pronto

    Jessy
     
  7.  
    Miyu SparkS

    Miyu SparkS Guest

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    Re: Proyecto del Adiós

    Siento haber demorado tanto en actualizar T-T intentaré no dejar pasar muchos dias si me dejan sus comentarios para ver si sigo publicando el fic aquí.
    Bueno, el primer capi tiene lemon - o un poco, por lo menos - , así que preferí subirlo completo a mi blog (pues no tengo tiempo de editarlo para ponerlo aquí)

    Gracias Gelena 5101, jessy, Algome y Milmel, espero seguir contando con su apoyo y a ver si alguien mas se anima a unirse por acá.

    saludos!

    [Capi 1 up!]

    http://foro.cemzoo.com/blog.php?do=showjournal&j=67669

    Miyu SparkS
     
  8.  
    Jessy

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    Tauro
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    Re: Proyecto del Adiós

    te quedo muy bueno me gusto muchisimo
    esperare ansiosa el siguiente capi
    sabes que cuentas conmigo para lo que sea
    me despido que estes bien nos vemos pronto

    Jessy
     
  9.  
    Milmel

    Milmel Guest

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    Re: Proyecto del Adiós

    como?????
    Sesh y Kag primos???
    o eso era lo que entendi... mmm12
    pero tengo muchas dudas!!!!
    por que?
    acaso sesh va a hacer lo mismo o parecido a Inu??
    que va a pasar???
    no la dejes asi!!!
    que me va a dar un ataque de paranoia

    continualo pronto y no lo dejes porfa!!

    Milmel
     
  10.  
    Algome

    Algome Usuario común

    Tauro
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    Re: Proyecto del Adiós

    Hola!!!!!!!!!!

    perodn por la tardanza pero es lo mas rapido ke he podido llegar por los examenes

    la conti estuvo muy buena aunke prefiriria ke inuy kag se areeglaran y saliera un lemon de ellos...

    pero bueno eso es cosa tuya... aun asi esta bien

    siguelo pronto

    c
    o
    n
    t
    i

    Besos
     
  11.  
    InYa-kuN

    InYa-kuN Iniciado

    Tauro
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    Mensajes:
    30
    Re: Proyecto del Adiós

    acabo de leer el capitulo
    y está de más decir que se me hizo de lo más interesante
    te felicito está muy bueno
    aqui cuentas con una más para leer
    el próximo que espero con impaciencia
    ^^
     
  12.  
    Miyu SparkS

    Miyu SparkS Guest

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    Re: Proyecto del Adiós

    Capítulo 2
    Algo de nostalgia.

    --Llama en cuanto llegues — le dijo por sobre su cabeza, mirando a la gente que se preparaba para abordar. — Cuídate — con sus amplias manos, atrapó la menuda cara de la mujer y besó su frente. — Adiós — casi susurró, como si estuviera muy lejos de ese lugar, y se fue antes de que Rin pudiera responderle.


    Así pues, lo vio perderse entre muchedumbre que atestaba el aeropuerto. Sus pasos largos, eran distraídos, algo tan extraño en él, que tuvo ganas de salir corriendo para abrazarlo, decirle que lo extrañaría y besarlo como se besan los esposos.


    Pero tuvo que apremiar a toda su poca voluntad, y se puso en la fila de los pasajeros que tomarían el vuelo hacia Marseille. Porque¿quién era ella? Inconsciente, se llevó la palma de la mano hacia el estómago aún plano y cerró los ojos tratando de sentirlo. No, no podía. Sólo eran tres meses de embarazo. Tres burdos meses de cambios crueles. Si ella sólo, si tan sólo no...


    -Disculpe, tiene que pasar — la sacó de sus cavilaciones una anciana diminuta que a Rin se le antojó como una enana. La miraba con sus ojos violetas, caídos por la vejez, tan fijos, que Rin pensó seriamente que le estaba leyendo la mente. Así justificaría la mirada acusatoria, de condenación. Tal vez fuera una bruja y le lanzaría un hechizo de desgracia para toda la vida y…— Hija, ¿va a tomar el avión o se va a quedar mirándome? —. Dio un pequeño brinco y asintió en forma de disculpa, encaminándose para ir a subirse al avión.


    ¿Cómo había llegado a aquel estado de paranoia? Esa anciana no sabía absolutamente nada, por su puesto. Y si de ella dependiera nadie lo sabría. Subió por fin, y sobre el asiento de primera clase al lado de la ventanilla, quiso mirar para ver quién podría estar ahí para despedirse de ella. No, se corrigió, estaba buscando a Sesshomaru. Pero sabía de sobra que él ya se había ido, que probablemente, ya nunca la esperaría, ni en un aeropuerto ni en un hogar feliz.
    El avión comenzó a despegar, y Rin pensó que las segundas oportunidades ya no existían. Que si de maldiciones se trataba, ella fue la primera en lanzarse una.


    Aún así, miró por la ventana una última vez.

    _______*________


    Entró sin tocar. Entonces la vio, se dijo, estaba más hermosa que nunca. Sentada hecha un ovillo, abrazando sus piernas y cargando el mentón sobre sus rodillas. La espalda desnuda se bañaba con tímidos rayos del sol que, obstinados, se escabullían entre las persianas y la hacían brillar tal como una piedra preciosa. Sus hebras, como la noche más oscura, caían al azar por sus hombros y espalda, hasta llegar al comienzo de la columna, haciendo un contraste con aquella piel cremosa. Sus pechos cubiertos por sábanas blancas, generosos, se dejaban ver sólo desde el valle.
    Con figura de una diosa pagana, miraba *— sin ver — el espejo que quedaba justo frente a la cama. Perdida en el reflejo de sus ojos caoba oscurecidos y brillosos por el recién despertar, se quiso ver así misma, algo más de ella. Quiso mirar su interior a través de ellos, pero no pudo. Sólo vio una cara de ángulos definidos, con una boca algo hinchado y amoratada, con cejas finas y espesas pestañas; se vio con ojos tan humanos, que su único pensamiento fue que debía ir con urgencia a un salón de belleza. ¡Qué superficial, señor! No, ella podía ser más que una cara recién salida de la resaca. Ella sabía que era… No — otra vez —, tampoco lo sabía…


    —¿Perdida en tu hermosura? — le susurró al oído Sesshomaru. Estaba sentado detrás de ella y le acariciaba los hombros tensos por la repentina interrupción. Cuando vio por el espejo su figura, se relajó y apoyó su espalda sobre el pecho firme y duro de su primo.
    —No — respondió ella sin desviar la vista del espejo. — Perdida en pensar qué mierda haré ahora.
    —Vaya — murmuró con su voz ronca le besó la coronilla. — Supongo que puedo serte de ayuda — prosiguió con su boca apoyada en su cabeza.
    —Siempre me ayudas — se acurrucó en su cuello y suspiró. — Eso tienes, siempre estás. Siempre para mí — él rió ronco.
    —Me pintas como un ángel — dijo burlón.
    —Tal vez lo seas — Kagome volteó de costado, estirando las piernas junto con las sábanas, dejó al descubierto pechos redondos y firmes.
    —Pero nunca lo seré, y lo sabes bien — su cuerpo se puso rígido ante la visión reflejada en el espejo. Ella de perfil, con su piel sedosa, sus senos agazapados en su torso podría expresarse en distintos pensamientos lujuriosos.
    —Sí, lo sé. Siempre te has querido acostar conmigo aunque nunca me lo hayas dicho. Los ángeles no se acuestan con mujeres — cerrando sus ojos, habló con voz adormecida. — Entre primos no se debe hacer el amor, me dijo una vez el cura del pueblo. Creía que era una perdida por bañarme desnuda contigo¿no crees que estaba algo senil?
    — El padre Cottard nos cuidaba, no seas injusta. Recuerda que tus padres no fueron ejemplo de puro amor y preocupación.
    —Pero los tuyos te dejaron solo. Eso sí es injusto, que murieran cuando tenías diez años, creo que fue un pecado grandísimo.
    —Mírale el lado positivo, si no hubieran muerto no te hubiera visto crecer — Kagome se estremeció levemente cuando Sesshomaru la abrazó y acarició la espalda.
    —Si Rin te viera, de seguro que te deja. Ella te ama, ¿sabías? Lo vi en sus ojos, y en los celos cuando me besaste anoche. Pero no te dirá nada, eso también lo supe cuando la miré.
    —Vaya, qué perspicaz — dijo suave y con el cuerpo tenso por el hecho de tenerla en sus brazos. — Pero aún así no te imagino dejando a la escoria de tu esposo.
    —Oh, me propuse a emborracharme. Así fue más fácil¿por qué crees que hablo tan despacio? Los ruidos fuertes hacen latir mi cabeza como endemoniada — respiró profundo — pero tú siempre cambias el tema de conversación. ¿Amas a Rin? — dijo levantando la vista hacia él.
    —¿Y tú lo amas? — preguntó serio, deteniendo sus caricias.
    —Eso es diferente y lo sabes muy bien.
    —No, no lo sé.
    —Maldición Sessh. Él me aterra. Es muy, muy diferente.
    —Si tú lo dices — Respondió con brusquedad y algo irónico. Molesto se levantó de la cama sin mirar una vez a su prima. El recuerdo de InuYasha lo irritaba hasta el deseo de matar.
    Kagome se quedó viendo el umbral. Otra persona herida había desaparecido por ahí. Se miró otra vez al espejo, molesta, decidió levantarse.

    _________*__________

    —Pues yo creo que tienes suerte — tomó un sorbo de jugo natural. — No muchos hombres consiguen que sus esposas no deseadas abandonen el hogar sin esfuerzo alguno — InuYasha tensó la mandíbula y cruzó los brazos sobre su pecho para no golpear la mesa del restaurant.
    —No hables de temas desagradables, por favor — Kykio dejó el jugo y casi boquiabierta le habló:
    —Pero si querías dejarla, cariño. ¿Para qué te enojas?
    —No estoy enojado.
    —Oh, claro que lo estás. Ni cuando discutimos te pones tan rojo de ira. Dime¿hay algo más?
    —¡No estoy enojado, maldita sea! — el grito hizo voltear varias cabezas de los comensales. Kykio ocultó su asombro detrás de una máscara de indiferencia.
    —Entonces hay algo más — InuYasha volvió a apretar la mandíbula desviando la mirada. Ella observó con escrutinio, entonces alzando ambas cejas volvió a decir: — ¿Te dejó por otro? — dio una carcajada — y eso que tenía cara de una santa inmaculada. Quizás con cuántos amantes se revolcó mientras tú estabas conmigo — rió nuevamente.
    Se paró botando la silla, y sin molestarse por ello dirigió una mirada asesina a su amante.
    —Se me quitó el apetito. Irás a pasar la noche conmigo, bonsoir — y salió del restaurant como alma que lleva el diablo.
    Caminó sin dirección fija intentando despabilarse.


    ¿Conciencia? Y un pepino. Lanzó una palabrota cuando un niño chocó contra sus piernas y él tuvo que apoyarse en una vitrina para no caer. En ese mismo momento se dio cuenta de que estaba en la calle donde vio por primera vez a Kagome, ahí maldijo otra vez. Sin embargo, no tomó la dirección contraria. Con una sonrisa de nostalgia, dibujada a su pesar, caminó por la rue Toibac, cerca de la estación del metro, con esa esperanza absurda y secreta, de verla aparecer con su vestido verde. Pero, por su puesto, no apareció. De súbito, la odió con toda su alma.

    continuará

    ________________________________



    N/A: Lo sé, he demorado demasiado -__- lo peor es que para esto no tengo justificación, tengo listo varios capítulos y aún así no lo he publicado.
    Lo lamento en el alma T_T, de ahora actualizaré con más regularidad.
    Gracias por sus comentarios: Jessy, Milmel, Algome e Inya-Kun, los valoro mucho!



    besos!



    Adieu.

     
  13.  
    lunans

    lunans Entusiasta

    Virgo
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    Re: Proyecto del Adiós

    hola que bien que pusiste esta historia en el cemzoo la verdad estamuy buena ya lei las otras contis en la otra pagina de fanfiction espero que no demores en ponerla aki bueno nos veremos luego adios
     
  14.  
    Jessy

    Jessy Fanático

    Tauro
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    Re: Proyecto del Adiós

    te quedo muy buena la conti
    me gusto muchisimo aunque van
    dos capitulos tu fic me encanta
    espero que no te tardes muchioo
    en continuarla esperare ansiosa
    me despido que estes bien nos
    vemos

    Jessy
     
  15.  
    Algome

    Algome Usuario común

    Tauro
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    Re: Proyecto del Adiós

    Hola!!!!!!

    por fin hay conti... menos mal

    ha estado buenisima... me ha encantado de verdad

    me da un poco de pena rin porke su amrido no la ame y prefiera a kagome... o por lo menos da impresion de no amarla

    y lo de inuyasha e spa matarlo...

    ojala se arrelgue todo ese lio

    siguelo pronto

    c
    o
    n
    t
    i

    Besos
     
  16.  
    Milmel

    Milmel Guest

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    Re: Proyecto del Adiós

    pobre de Rin...
    que le pasa a Sesshomaru?
    e Inuyasha... por soquete!! bien merecido que te lo tenias!
    que hara ahora Kagome??
    Rin se fue para siempre?? llorar1
    espero con ansias la conti!!
    no te pierdas tanto!!!
    cuidate!!

    Milmel
     
  17.  
    Miyu SparkS

    Miyu SparkS Guest

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    Re: Proyecto del Adiós


    Nota: La última parte del capítulo está cortado pues contine lemon. Si quieren leerlo completo denle clic en el link de mi blog. Sino, pues no importa pues no es sumamente relevante (pero por desgracia, el capítulo ya lo tenía hecho hacía tiempo, y explica, básicamente , la relación con el título y algunos mínimos detalles)
    http://blogs.cemzoo.com/Miyu+SparkS




    Capítulo 3
    Inside The Hell
    Ayer pasó el pasado lentamente
    Con su vacilación definitiva
    Sabiéndose infeliz y a la deriva
    Con tus dudas selladas en la frente

    Pasear por la rue Toibac a las once de la mañana, significaba que, como no tenías nada mejor que hacer – que quiere decir “trabajar” – eras un completo idiota entre una masa escuálida de gente que está apurada por llevar algo, por llegar a algo ó escapar de algo. En cambio yo... Bueno, yo no tengo ningún algo. Ni un algo para llevar ni para llegar, ni para buscar, ni siquiera del cual escapar (aunque esto último debo admitir que tiene excepciones, por ejemplo, hoy).
    Resulta que hoy es de esas podridas mañanas en las cuales apenas abres los ojos y tu mente te dice: “hoy amaneciste existencialista, qué adorable” (sin omitir el tono irónico de “qué adorable”). Y no es sólo eso, el reflejo del espejo del baño te dice lo mismo, las tostadas quemadas y una leche agria te lo restriegan en la cara como un trapo sucio.
    Ahí mandé el día por el desagüe. No me afeito, no desayuno. Y para espantar el aire turbio que te anuncia el larguísimo pensamiento de que no tienes ni un sentimiento básico por el cual luchar, será mejor que salgas de ahí y te pierdas por un rato.
    Y eso hice. Pero ahora dudo de que haya sido lo mejor decisión. Hoy, además es de esos días cuando no quieres encontrarte con ninguna persona, así que vale decir, fielmente a Murphy, justamente hoy doblando a la esquina de mi casa me topé justo con Richard. El Gran Richard. La conversación fue, básicamente de muchos yo, yo, yo, yo…y por ahí, por el final se hace la pregunta que menos se quisiera oír:


    ¿y tú?



    Y por la jodida y putrefacta suerte le empiezas a responder que quizás, posiblemente, surja algo y…bien, el te queda mirando diciendo “qué perdedor” pero lo disimula muy bien con una sonrisa retorcida y la excusa de que tiene una cita de trabajo. Que es un gerente de…


    Sí, en estos días uno no debería salir, ni siquiera asomar la nariz por la una rendija de la ciudad. La ciudad que te consume, que te atrapa y que te grita con miradas fruncidas y zancadillas accidentales que no sirves para nada que no sea estar atrapado en un burdel ó para escapar de leches agrias y tostadas quemadas producto de un día irrazonablemente existencialista.


    Bueno, podría dejar lo de estar atrapado en un burdel. No puedo negar que la idea me agrada. De hecho, unas cuadras más allá…


    Por el rabillo del ojo vio una figura que vestía de color verde. La vio salir del metro Toibac, su paso distraído, tan despreocupado del mundo, le llamó la atención de inmediato. Su cabellera llegaba hasta la cintura, las delicadas hebras azabaches terminaban con suaves ondas que volaban en dirección del viento, que en esa ocasión, soplaba contra su cara de finos ángulos, que contenía formadas cejas sobre un tono caoba prodigio de grandes ojos envueltos en larguísimas pestañas. Su nariz respingada, sus labios gruesos y rosáceos semiabiertos. Como si esperaran ser besados. Su cuello delgado y fino. Sus pechos generosos ocultos bajo el vestido verde de escote no tan generoso. Su cintura de avispa, su trasero bien formado, su… carne molida si no se quitaba del paso de ese auto, paradójicamente, verde.


    Le gritó que tuviera cuidado. Pero al parecer su exclamación murió entre el barullo de toda la gente que no estaba preocupado del mundo en el exterior más que de sus yo.


    Corrió hasta la mitad de la calle, la tomó por la cintura elevándola unos centímetros del asfalto y la movió hasta la acera del frente segundos antes de que el auto pasara a toda velocidad dando bocinazos de conductor indignado.


    La mantuvo abrazada a su torso. De seguro la muchacha tendría mucho miedo. Después de todo, habría muerto si él no la hubiera salvado. Sonrió irónico. Debía admitir que esto era lo más parecido a bondad que había practicado en casi toda su vida.


    —¿Me puede soltar?, Casi no respiro — La joven habló en un susurro de aire contenido. Sólo en ese momento InuYasha se percato de que la tenía fuertemente apretado contra su torso. Aflojó su brazo y ella levantó la mirada profunda y enigmática hacia el suyo.
    Estaba preparado para lágrimas, para histeria, para agradecimiento, pero no para lo que ella le dijo apenas chocaron sus ojos.
    — Tiene un aspecto terrible. ¿Ha dormido bien? — preguntó con el ceño fruncido y le tocó la frente. Por un momento sus ojos miraron al cielo dando la impresión de que meditaban si realmente tenía fiebre o no. Cuando su expresión dijo que no, apartó su mano y se plantó unos dos pasos lejos de él y se cruzó de brazos, observándolo como si lo examinara por completo.
    — ¿Se siente bien? — balbuceó confundido. Y de inmediato se arrepintió, ¿acaso ella no demostraba que estaba mucho mejor que él?
    — Oh, sí, por supuesto. ¿Por qué debería sentirme mal? — volvió a fruncir el ceño y a fruncir igualmente los labios. A leguas se notaba que lo veía como si hubiera perdido el juicio. — Creo que usted debería ir a su casa, parece no haber descansado en años.
    Por un momento nadie pronunció ninguna sílaba. El murmullo del viento y el mecer de los árboles era lo único que rompía el silencio. Ni autos, ni gente, ni animales, cosa extraña, sin duda.

    De pronto alzó ambas cejas, medio abrió la boca y el tono de su voz, le indicó que estaba sorprendida.
    —¿Usted no es el señor Rieux, el de la columna sobre política del Courrier de Mantes? — él iba a decir que no. Que ya no, porque era un desempleado. Pero ella no lo dejó hacer ninguna de las dos cosas. — ¿Por qué no vamos a comer algo? Me podría contar de su trabajo. Mi sueño es ser escritora, bueno, pero también me gustaría ser diseñadora de moda — dijo con un ademán de restarle importancia.
    Quedó algo pasmado. Intentando hacer memoria, no pudo recordar a ninguna mujer que tuviera gustos totalmente diferentes uno del otro. Se obligó a no demostrar desconcierto y a asentir por el mero hecho de que la chica lo impresionaba.
    Comieron helado en un café barato. Conversaron de su trabajo, le explicó — para ahorrar futuros malos entendido — que había renunciado una semana atrás. Y ella había dicho que eso daba igual, que personas como él siempre terminaban triunfando en la vida.
    No fueron sus palabras la que lo convencieron, sino la forma de hablar, tan segura, que no daba lugar a dudas.
    Después de mucho tiempo volvió a sonreír de verdad. Esa niña era refrescante, como un bálsamo para su mierda de vida. Se encontró desando que el día no acabase para tenerla más tiempo con él. Para escuchar todas sus preguntas, a veces tan insólitas que le costaba hallar una respuesta. Pero siempre lograba responder contando con la aprobación de ella, como si se lo hubiera esperado. Como si hubiera esperado que él, un completo idiota, le respondiera de la forma correcta, y ella lo sabía.
    No supo con mucha claridad cómo, pero tal vez recorrieron toda la ciudad sin medir tiempo ni distancia.
    Habían llegado gusto frente la torre Eiffel y él la iba a invitar a que subieran. Pero un temor indescriptible le recorrió como partículas eléctricas que atrincheraban todo su cuerpo impidiéndole hacer la propuesta. Tomó conciencia de que en todo el día — porque ya rayaba el crepúsculo — ella no había dicho nada sobre sí misma, de hecho, ni siquiera sabía su nombre.
    Ella lo observó preocupada.
    —¿Qué pasa? — ladeó un poco la cabeza y sonrió como una niña.
    —¿Cómo te llamas? — preguntó preocupado. Ella lo miró tal cual como la primera vez que se cruzaran sus miradas. Lo creía loco.
    —Kagome Devereaux — respondió encogiendo los hombros, dando obviedad al asunto. — ¿Por qué? — él pestañeó varias veces antes de contestar.
    —Bueno, pues porque le contado la mitad de mi vida a una niña que la moví de en medio de la calle justo antes de que un auto la atropellara. Que creo, es una completa desconocida para mí.
    —Lo soy porque no te has tomado la molestia de preguntarme algo — agregó ella. Dio media vuelta, se apoyó sobre el barandal que rodeaba el pequeño parque antes de llegar a la torre. Observó el paisaje con ojos perdidos.
    La observó detenidamente. Su perfil le recordaba a una imagen de las pinturas hechas en el Renacimiento ó en el Impresionismo sobre las diosas de la antigüedad. La firmeza de sus ángulos, se le podía comparar con Atenea. Pero su encanto, lo que germinaba por sus poros, era igualable a Afrodita ó Venus. Recordó la pintura El nacimiento de Venus de Botticelli y el de Bouguereau. Ambos cuadros la representarían a la perfección aunque no poseyera esos cabellos color fuego que tenían las diosas.
    —Quizás sea porque no mes lo has permitido — dijo en tono suave, apoyando sus codos igualmente en la baranda perdiendo la vista como ella. — Sólo me has hecho caer en una telaraña de preguntas sobre mí sin dejarme pensar en algún momento sobre ti — Volteó la cabeza y se encontró con que ella tenía sus ojos caoba mirando con escrutinio su rostro. El suspiró pesadamente y luego sonrió. — Kgome — saboreó el nombre unos momentos antes de continuar —¿cuántos años tienes?
    —Diecisiete — respondió sin despegar la vista de él.
    —Oh — dijo él. Por un impulso meramente instintivo delineó con su dedo índice la mandíbula de ella. Cuando con la yema del dedo tocó la comisura de sus labios, sintió el tremendo deseo de besarla. Eran gruesos, llenos, y estaban listos para ser saboreados. Se inclinó hasta quedar apoyado frente con frente. La miró y apreció el brillo de sus ojos reflejando el atardecer. Aquellas luces cálidas rojizas parecían acariciarla y mostrarla como una visión.
    —¿Por qué lo hiciste? — frunció el ceño y se apartó de ella para ver en su expresión: total desconcierto.
    —Pues porque no podía dejar que muriera alguien enfrente de mis narices —. Ahora él se encogió de hombros y aparentó como si el asunto fuera obvio.
    Ella pareció meditarlo seriamente, desviando otra vez la vista hacia la torre que en esos momentos brillaba como anunciando que la noche le caía sobre los hombros.
    —Gracias — dijo finalmente. Y a InuYasha le pareció que en realidad no estaba agradecida. De hecho, parecía molesta.
    No se había cuestionado de que ella…de que ella en verdad no tenía intenciones de moverse en medio de la calle. Y otro pensamiento surgió. Lo había escuchado cuando le advirtió que tuviera cuidado. Pero no lo hizo. La pregunta era¿Por qué¿Realmente ella tenía intenciones de…?
    —Kagome — murmuró. Pero ella no le prestó atención, miraba la acera del frente con semblante serio. Vio cómo una figura se acercaba hasta ellos desde ahí a paso decidido, dando grandes zancadas. Como la noche ya los había abrazado, observó con más nitidez la cara del hombre cuando una tímida luz alumbró su rostro. Y estaba furioso.
    Se paró frente a ella, la agarró por los hombros obligándola a mirarlo.
    —¿Dónde estuviste en todo el día? — gritó. La tenue luz contorneaba a un hombre de más o menos su misma estatura, pensó InuYasha. Tenía cabellos grises y ojos ambarinos…como los de él. Pero estos echaban chispas. Su cuerpo siseaba. A leguas se notaba que el hombre intentaba controlar su rabia, cosa que le estaba costando bastante. — ¿Tienes idea de que medio París te está buscando y tú aquí muy tranquila? ¿No podrías haber llamado, no te importa en absoluto que esté todo el maldito día rezando para que no te haya pasado nada malo? — Soltó todas las palabras como si las hubiera retenido en su garganta una eternidad completa.
    Kagome lo miraba fijamente. Incluso sonrió cuando él terminó de gritarle. Luego, en un segundo, lo había rodeado por el cuello, se puso de puntillas, lo acercó a ella y lo besó suavemente en los labios. Un beso fugaz, pero suficiente como para que el hombre se relajara levemente-
    —No te enojes, por favor — susurró ella cuando se separaron. — No volveré a perderme de ese modo — prometió y el sonrió.
    —Mi pequeña — murmuró él y la abrazó con fuerza, enterrando su rostro en la coronilla de Kagome. — Perdóname, no quise gritarte de ese modo.
    —No pudiste evitarlo — dijo de forma condescendiente. Rompió el abrazo y miró a InuYasha, quien se sorprendió de que no lo hubiera olvidado. — Sesshomaru, él es InuYasha. InuYasha, él es mi primo, casi como mi hermano — señaló ella yendo a su lado.
    Ninguno de los dos se movió, pero desde ese instante, el ambiente indicó que en el resto de su vida no se llevarían bien.
    Sesshomaru asintió levemente y extendió su mano a InuYasha de forma mecánica, quien la recibió del mismo modo.
    —Gracias por cuidar de ella, es tan descuidada — terminó por susurrar.
    —No hay de qué — dijo tenso — fue un placer — observó los dientes blancos de ella cuando le sonrió. — Un verdadero placer — dejó escapar sin meditar lo que había dicho. Sesshomaru enfrió sus facciones y volvió a asentir.
    —Es hora de irnos a casa, Kagome. Adiós, señor InuYasha — masculló cada sílaba de su nombre y se volvió para cruzar por donde había aparecido sin esperar respuesta.
    —Fue un gusto conocerte — dijo ella y lo besó en la mejilla. — ¿Crees que nos podamos volver a ver? Sería grandioso.
    Grandioso. Había dicho que sería grandioso conocerlo. Él le había dicho que por supuesto. Pero se preguntaba cuánta verdad había en aquella promesa.
    El día había partido pésimo, pero…pero ahora parecía que los días existencialistas estaban haciendo alguna rara excepción con él.
    Estaba extrañamente feliz, que hasta comenzó a canturrear una mala canción mientras se encaminaba devuelta hacia el departamento.
    Y había otra cosa. Algo que le decía que sí la vería otra vez, que ella estaría en su vida de una manera que jamás podrías olvidar.
    Pero esto no trajo precisamente felicidad, más bien, un sentimiento de desconcierto y un miedo repentino. Un escalofrío que hablaba de cambios, de grandes cambios para él. Susurros evocando su parte más despiadada. Decidió ignorar aquella advertencia de que debía dejar en paz a Kagome, de que le haría daño. Porque estaba convencido de una sola cosa: Ella era su salvación.
    ¿Y tú, InuYasha, tú eres su perdición?
    Pero él siguió cantando esa mala canción.

    ----.-----


    Ayer pasó el pasado con su historia

    Y su deshilachada incertidumbre/

    Con su huella de espanto y de reproche

    Fue haciendo del dolor una costumbre

    Sembrando de fracasos tu memoria

    Y dejándote a solas en la noche.

    (Benedetti –Ayer)

    _______________________________________________________

    Continuará.
    ______________________________________________________




    Bueno, demoré menos XD
    Saludos y gracias mil a Lunans (no tenía idea que leyeras mi fic XD), Jessy, Algome y Milmel!
    espero que os haya gustado.

    Saludos!

    Adieu.
    Miyu SparkS


     
  18.  
    Jessy

    Jessy Fanático

    Tauro
    Miembro desde:
    1 Junio 2005
    Mensajes:
    1,331
    Re: Proyecto del Adiós

    me encanto la conti te quedo muy buena
    me fasino espero que no te tardes mucho
    con la siguiente me muero de ganas de leer
    otra esperare ansiosa me despido que estes
    bien nos vemos pronto

    Jessy
     
  19.  
    Algome

    Algome Usuario común

    Tauro
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    17 Febrero 2006
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Proyecto del Adiós

    Hola!!!!!!!!

    ya me he leido la conti... la del blog mas bien... ejem...

    bueno ha estado muy buena

    me ha encantado komo se han conocido ha sido estupendo

    pero no me ha gustado la parte de kikio... no solo porke sea ella sino que ademas por como la ha tratado

    kikio no es la persona ke mejor me cae pero tampoco creo ke se merezca eso...

    ojala lo sigas pronto ke esta muy bueno

    c
    o
    n
    t
    i

    Besos
     
  20.  
    InYa-kuN

    InYa-kuN Iniciado

    Tauro
    Miembro desde:
    12 Abril 2006
    Mensajes:
    30
    Re: Proyecto del Adiós

    sorry sorry por no haber pasado pero es ke no tuve tiempecito
    pero sha! ya me puse al corriente
    jo jo jo akabo de leer la conti
    me encantó lo del existencialismo!!
    lo describes con ganas
    y lo de las pinturas wooo!
    >.<
    conti quiero contiiiiii pliiiissss!!
    ^^
     
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