Destinos Embrujados

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Carmen Mayte, 9 Mayo 2012.

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    Carmen Mayte

    Carmen Mayte Guest

    Título:
    Destinos Embrujados
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    1560
    Capitulo 1​
    - Ah!​
    Grite despertándome de mi sueño, la luz se colaba por las cortinas, lo cual indicaba el comienzo de un nuevo día y aunque me hubiese gustado de una mejor manera: todo indicaba que no lo fue, nuevamente aquel sueño que me tortura día tras día desde que me mude hace tres meses. Me gire para ver qué hora era y me sorprendió totalmente lo que vi.
    -Diablos, voy tarde
    El reloj marcaba las 7:30, o sea que solo tenía media hora para cambiarme, desayunar y llegar al cole. Realice todo lo que debía en el menor tiempo posible pero por lo visto no fue suficiente porque cuando me subí a mi hermoso Audi A6 solo faltaba 5 minutos para entrar a clases; tal vez si acelero con todo y me paso algunos semáforos llegue a tiempo. Amaba mi carro; todavía recuerdo el día que mis papas me lo dieron, hice una pequeña cena por mis 16 y a las 12 de la noche se encontraba afuera de mi casa este hermoso carro, estuve feliz por semanas, el carro era una belleza y conducirlo es mejor.
    Me monte en mi hermoso bebe y Salí a toda velocidad de mi casa; por suerte mis papas salen a trabajar desde las 6 de la mañana, así que no estaban para verme poner mi vida en riesgo, ya iba por mi tercer semáforo y solo quedaban 1 minuto para entrar a clases, yo seguía pensando que si llegaría pero lo más seguro es que no.
    Logre encontrar un lugar para parquear a mi bebe, lamentablemente era uno de las más lejanos a la entrada de la escuela. “justo hoy me toca Historia de Europa a la primera”, corrí, corrí como nunca corrí; aunque era obvio que todavía no había tocado el timbre, ya que todavía había personas en los pasillos pero a los que le tocaba clases lo mas lejos de la escuela como a mí ya habían comenzado a ir a sus clases; el pavimento se encontraba húmedo lo cual indicaba que pronto sería la primera nevada; lo corrí todo lo posible intentando no caerme con los tacones que llevaba, admito no son buenos para correr pero se ven hermosos con el conjunto que llevaba. Cuando cruce las puertas del edificio toco el timbré.
    -¡diablos!
    Ya era definitivo no entraría a mi clase, mandarían un reporte a mis papas por haber llegado tarde y tal vez me haya perdido una grandiosa clase. Sorprendente no, todos los chicos de 17 años odian venir a la escuela pero yo soy la excepción a la regla, me gusta la escuela, admito que a veces puede ser tediosa y molesta pero adoraba aprender cosas nuevas, siempre sacaba notas buenas pero no era antisocial como lo son a veces las personas que se dedican en lleno a los estudios, a pesar de que solo llevo 3 meses en este pueblo, me he vuelto muy popular, obvio a ver comprado una de las casas más grandes del pueblo y que mi papá sea un famosos arquitecto y mi mamá una diseñadora reconocida: a porto mucho a mi popularidad.
    Ni tan siquiera intente ir a la clase, prefería ir al parque a tener que ir a la clase y que el profesor Smith me deje en ridículo frente a la clase.
    Encontré un buen lugar para sentarme en lo más lejano del parque donde nadie me iba a llegar a ver, saque mi Ipod y puse reproducir a una canción de Katy Perry, no es mi cantante favorita pero debo admitir que tiene buenas canciones. Antes vivía en Los Ángeles, si lo sé la ciudad de las celebridades y ahora vivimos en este lugar, un pueblo que casi nadie conoce pero que tiene todo lo que yo necesito.
    Me recosté sobre la banca, de manera que observaba como se movían las nubes y como sé colocaba el sol sobre las nubes en Lake Blue. Cerré los ojos y me puse a pensar en todas las cosas que han pasado en los últimos meses. Lake Blue es un pueblo en Idaho, no tan grande como los Ángeles pero tampoco era un pueblo chico donde todo mundo se conoce, tiene todo lo esencial para mí; un centro comercial, un cine, un Starbucks y una gran biblioteca; todo lo que necesito para ser feliz. Mis papas y yo nos mudamos ya que a mí papá se le presento una grandiosa oferta de trabajo, a la cual por lo visto no le pudo decir que no; decidió abrir un nuevo despacho aquí y hasta donde se ya tiene 3 ofertas más. Mi mamá es la personas más dulce y amable que existe, ella decidió crear su propia línea de ropa, a diferencia de aquellos diseñadores que solo diseñan porque quieren ser famosos, mi mamá no, ella lo hace porque es su pasión y ama diseñar. En los Ángeles ella tenía una tienda, que al poco tiempo sus diseños se hicieron famosos y unos que otros diseños fueron usados por algunas celebridades; obvio famosos no tan famosos. Ella tuvo que dejar su preciada tienda y abrir una acá en Idaho, pero decidió no cerrar la de los Ángeles, ella se encargaría de ella desde Lake Blue.
    Para cualquier persona que toda su vida ha vivido en una gran ciudad como lo es los Ángeles, pensaría que mudarse a un pueblo en Idaho sería lo más horrible que le puede pasar, pero yo siempre debo ser la excepción en todo. Para mí lo único bueno de vivir en una gran ciudad son las tiendas, de ahí en adelante todo lo demás puede ser remplazado; siempre me negué a que mi papa me metieran en un colegio donde solo asistían niños de mami y papi, nunca me falto nada, tuve todo lo que desee en la vida, pero jamás fui creída como la mayoría de las personas que asistían a esos colegios, fui a un buen colegio promedio donde hice muchos amigos pero nunca supe si les caía bien o si solo veían la cartera de mi papá; solo hay una amiga a la cual si extraño, ella se llamaba Cristal. Ella siempre fue el típico prototipo de chica americana; alta, rubia y de ojos azules, pero lo que definitivamente no encajaba con el prototipo era su personalidad, ella era dulce e imperativa y siempre decía que solo debía mirarte para saber cómo eras y que serias. Aun recuerdo el día que le pregunte que veía en mí.
    -haber, si tanto sabes cómo es una persona con tan solo verla, dime que ves en mi
    -bueno, tienes una personalidad rebelde y difícil de tratar, pero que detrás de todo eso se encuentra una persona amable y compasiva; hay algo oculto en ti, que no saldrá hasta que haya un cambio en tu vida y cuando este cambio se dé, vas a descubrir quién eres en verdad.
    Luego que me dijo eso me eche a reír y a bromear sobre las cosas que me dijo, hasta recuerdo haberle dicho que tal vez cuando estuviera grande abriera un local para leer las cartas. Ahora que lo pienso bien, acabo de hacer un gran cambio de vida. Quizás mi amiga no estaba tan loca.
    Salí de mis pensamientos cuando sentí que alguien me tocaba el hombro, logre quitarme los audífonos que en estos momentos reproducía una muy buena canción de Coldplay; justo cuando me quite los audífonos, logre escuchar.
    -Saltándote las clases, eh
    Abrí mis ojos y vi a un chico alto, de un cabello castaño que no era ni oscuro, ni claro, era algo mas intermedio y sus ojos desde mi posición se veían oscuros pero tal vez eran cafés; era obvio que asistía al gimnasio, semejante cuerpo no se consigue sentándote frente al televisor, no era musculosos como esos programas de hacer ejercicios que salen en la televisión, sino que era moderado, su altura hacia que no se viera tan musculoso y definitivamente ese cuerpo encaja perfectamente con su rostro; tiene aquella mandíbula cuadrada, pómulos marcados y nariz recta que se ven en la mayoría de los Europeos. Me pregunto si será Europeo.
    -Mmm, ¿ves algo que te gusta?- dijo levantando una ceja, de manera engreída
    Me sonroje por el hecho de que encontrara viéndolo como si quisiera comerlo, pero inmediatamente fruncí el ceño y puse mi cara más desinteresada que encontré.
    -A decir verdad no, he conocido mejores- le dije como si estuviera hablando del clima y sin moverme de mi lugar
    -Auch, Eso duele- dijo fingiendo sentirse ofendido
    -Como sea, además, ¿Quién eres?- le dije con un deje de curiosidad
    El sonrió mostrando su perfecta dentadura
    -Mi nombre dulce señorita es Carlos Blinshed- dijo él, tendiéndome su mano
    ¿Blinshed?, jamás había conocido un apellido como aquel, tal vez si sea europeo. Decidí levantarme de la cómoda posición en la que me encontraba, guarde mi Ipod en la parte delantera de mi bolsa; cuando estuve frente a Carlos note que era más alto de lo que creía, quizás si estuviera cerca de los dos metros, y eso que pensé que yo era alta, media 1,70 y con tacones quizás unos 1,75; pero incluso así me sentía chica al frente de él. Tome el valor y estrechándole su mano, le dije.
    -Sofía Thompson, un placer en conocerte Carlos Bles… Como se diga
     
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