Amor por computadora

​

AMOR POR COMPUTADORA​

​

​

​

Le daba una y otra vez vueltas a la situación en mi cabeza. ¿Como yo había caído en eso?. Más bien….¿cuándo?. Es decir, está bien enamorarse ¿no? Al fin y al cabo es algo normal…….pero se supone que es natural y correcto, cuando conoces a la persona, le tratas, conviven y por todo ello se gustan, entonces sí, está bien enamorarse. Me pongo a pensar en que pudo haber sido si lo hubiera conocido personalmente, si no hubiera existido solo una red social entre nosotros. Cuan feliz hubiera yo sido. Pero lamentablemente no era así, solo podía…..no, tenía que conformarme con sus lindos mensajes, con sus publicaciones, con sus actualizaciones.
Todavía recuerdo las veces en que me hizo reír hasta casi morir con sus chistes, en las que me hizo sonrojarme porque decía que le encantaba mi nombre y que lo pronunciaba una y otra vez, en las que me hacia ilusionarme terriblemente con ciertas propuestas inocentes que hacia sin reflexionar mucho sobre el efecto que tendrían en mi.
Sin duda esas cosas, esas frases, esos poemas, eran lo mejor de lo mejor. En ese tiempo, a mi edad de 14 años estaba bien el no verse y aun así quererse. Pero con el paso del tiempo las necesidades cambian.
Habían pasado seis meses desde que iniciamos con nuestras conversaciones, muy interesantes por supuesto, las primeras eran sobre las caricaturas que nos gustaban, música, cosplays y mas y mas loqueras de nuestro mundo paralelo al humano. Después cambiaron y se concentraron en nuestra vida fuera del ordenador, la primera pregunta y la más coherente fue: -¿Cuál es tu nombre completo?- ambos contestamos al mismo tiempo, no queríamos crear desconfianza en el contrario. Lo siguiente fueron relatos sobre experiencias, ideas, realizaciones, etc. Se continúo a las de emociones, tristezas, preocupaciones, errores, penurias, estas nos llevaron a sacar la conclusión de que nos necesitábamos y mucho.
Entonces vino la etapa final. Cada día nos sentábamos enfrente de la computadora, teníamos una hora acordada para ello, y si uno se retrasaba escasos 10 segundos el otro tenía todo el derecho de enfadarse. Lo único que se podía poner como castigo, eran insultos a través de mensajes a los cuales el culpable no podía responder, solo hasta que el juez se hubiera descargado todo el enojo contra el teclado.
Era muy entretenido sí, pero a la vez muy triste, no nos podíamos abrazar después de cada pelea, no podíamos recibir un cálido beso que nos tranquilizara cuando estábamos llorando por tristeza, poco después caímos en que no éramos nada.
Sin embargo continuaron las pláticas, y sobre todo las promesas. La última frase maravillosa, la mejor y la que siempre recordare es la siguiente:
-Si viviera solo, te invitaría a vivir conmigo jaja iba a ser muy divertido. Íbamos a ir a eventos anime y a ver películas, solos tu y yo……..juntos.
El aun vivía con sus padres al igual que yo, obvio éramos menores de edad, el que viviéramos con nuestros padres era lo mas lógico. Aun después de pensar en el impedimento, me di el lujo de alegrarme mucho de que pensara así, lo tengo que reconocer. Un simple:
-Algún día podremos hacer eso, claro si el destino lo quiere- cerro la conversación del día.

Pero entonces, vinieron ciertas situaciones. El comenzó a mandar mensajes, insistiendo en que escapáramos, que dejáramos todo, yo me negué. Anticipando que seguiría insistiendo, deje de contestarle algunos mensajes, y después la mayoría de ellos, de conectarme a la hora acordada. Solo entraba al sitio para leer los muchos mensajes con ofensas que dejaba a los cuales tenía derecho. Y así por mucho tiempo, me dolía, después de todo el juego que llevábamos nos satisfacía a ambos.
Un día simplemente se canso y ya no volví a recibir más notas. Paso una semana, decidí conectarme a nuestra hora, vi algo que me hizo llorar mucho. En la foto del perfil, había una imagen con una frase impresa en ella, decía:
“Yo solo quería hacerte feliz.”
Lo sabia pero……..simplemente, su idea no me parecía la forma correcta de hacer las cosas. En esta ocasión el no estaba conectado, y ya jamás volvió a hacerlo, lo sé porque esta vez era yo quien lo buscaba, no importaba en donde estuviera ni la situación, a todas horas revisaba su estado. Nada cambiaba. La tristeza me carcomía, no sabía qué hacer, quise mandarle mensajes desquitándome, diciéndole que regresara…….pero no tuve el valor. Él lo sabía porque………después de un mes cancelo todas sus cuentas. Lo busque pero desapareció por completo del mapa.
Ya no sabía qué hacer, seguramente el estaba sufriendo lo mismo. Empezamos jugando como niños y terminamos peleando como adultos. Que error cometimos al acostumbrarnos el uno al otro. Pero ya para que pensar en eso, todo había terminado.
Decidí continuar con mi vida, ya no darle importancia a esa joven ilusión que tanto me había hecho sufrir. Al igual que él me aparte de todo por una temporada.
Solo pasó mes y medio, yo ya me sentí mejor, llego una propuesta. Ahora me doy cuenta de que fue la mejor que me han hecho en toda mi vida.
-Vamos a una convención- me dijo un familiar.
Al principio me negué, pero después caí, y acepte. Viaje al centro del país a dicho evento. Ahí me dispuse a competir por un lugar en un concurso de disfraces, me colocaron una etiqueta muy grande en la espalda con mi nombre completo, eso casi no me gusto así que lo cubrí con un encaje de mi disfraz.
Quise recorrer todo el lugar, ver en acción a otros concursantes, tenía poco tiempo para ello porque mi evento empezaría dentro de poco, camine presurosa observando cada una de las peculiaridades que encontraba. Iba tan entretenida que ni siquiera me fije por donde iba. Después de un rato, vi en una de las grandes pantallas colocadas por toda la instalación, un anuncio que decía que mi evento estaba por comenzar. Fue entonces que note que me había perdido, quería llorar, como se suponía que regresaría a tiempo?, buscar un camino me tomaría mucho tiempo, realmente me había esforzado en crear mi disfraz, triste me senté en una banca al lado de un muchacho. El noto mi preocupación.
-Disculpa……..te pasa algo?- pregunto con toda confianza, yo ni siquiera voltee a verlo.
Al parecer también se dio cuenta de que mi atuendo correspondía a la categoría que estaba por iniciar, sin mi permiso me tomo del brazo y me llevo casi a rastras por todo el lugar, yo tenía miedo, no lo conocía, que se supone que pensaría sobre sus acciones.
Trate de zafarme, pero fue inútil. Era más fuerte que yo, y mucho más alto. Aun sabiendo eso seguí tratando, justo cuando estaba por conseguirlo, me di cuenta de que había llegado a donde empecé. Me sentí avergonzada, quería disculparme por mi actitud, había arañado sus manos sin darme cuenta.
-Lo sien……-
-Está por comenzar apresúrate, luego te disculpas no hay problema-
Me tomo por los hombros y me giro hacia el lado contrario. Eso me enfado bastante, era la segunda vez que me tocaba sin permiso, aun así no dije nada y camine hacia donde me indico, mientras quitaba el encaje que cubría la insignia de mi participación. El concurso se desarrollo muy bien, algunos cantaron, otros solo modelaron. Yo dramatice una escena de un anime. Los resultados no me agradaron mucho, quede en 15° lugar, sin embargo debía reconocer que otros tuvieron mejor participación que yo. Recogí mi premio por participación, se supone que después de eso me reuniría con mi familiar en la entrada del foro. Camine……..vaya suerte la mía, de nuevo me extravié. Llegue cerca de unos stands de mangas, me acerque para ver, después de todo era lo único que podía hacer hasta que mi familiar me encontrara. Una voz se escucho detrás de mí, la reconocí al instante
-Aun me duelen las manos……….-
Era la vos del mismo sujeto que me había llevado a mi evento. Olvide por completo ese hecho. Me di la vuelta para mirarlo.
-Es hora de que te disculpes-
Sonreí. ¿Por qué todos los hombres tienen que ser así?
-Si claro…..- conteste
-Bien, te escucho-
-Hmm, siento verdaderamente haberte lastimado, de haber sabido que querías ayudarme, no hubiera hecho eso-
-Lo pudiste haber sabido, pero como tú no quisiste hablarme supuse que no querrías escucharme-
-Si tan solo lo hubieras intentado-
-Cierto……entonces, eso quiere decir que no quise explicarte-
Tenía poco de conocerlo y ya me caía mal, pobre la mujer que se fuera a casar con ese manojo de descaro. No quería, pero tenía que hacerlo, tenía que preguntarle cómo llegar a la salida del foro, al fin y al cabo el era el único mapa con el que contaba, bien podía preguntar a los demás visitantes, pero si de por si este hombre me daba miedo, mas los desconocidos que deambulaban por ahí. Y no es que no le considerara un desconocido también, pero desde el principio aunque no lo aceptara, yo sentía un tanto de seguridad a su lado.
-Yo se que puede ser una molestia pero…………..podrías mostrarme el camino a la salida-
-Hmmm, con que necesitas mi ayuda-
Esas palabras me sonaron raras, seguramente iba a pedirme algo a cambio.
-Sí, necesito tu ayuda-
-Ahmm, está bien-
Tomo mi brazo como la primera vez y me jalo. Iba a protestar, pero supuse que llevarme así era el pago por el servicio. Calle, dimos varias vueltas por el lugar, me parecía que estábamos caminando en círculos, de pronto uno de mis encajes se atoro en un tubo de luces que adornaba un stand. El paro al darse cuenta, regreso a ayudarme a desatorarlo. Cuando me encontré libre sacudí, todo mi vestuario, la tela que cubría mi etiqueta se cayó, él la recogió y me la iba a poner de nuevo.
Hizo un gesto de sorpresa al ver mi etiqueta, se alejo. Ahora fui yo quien pregunto:
-Pasa algo?-
No contesto, parecía como si se hubiese quedado paralizado, “idiota” pensé.
Segundos después note que su mirada se había tornado triste, y pequeñas gotas de agua recorrían sus mejillas. ¿Qué hice, para que se sintiera así?.
-Tu……-
Solo pronuncio eso.
-Yo qué?-
Cerró los ojos como tratando de tranquilizarse. Cuando sus ojos dejaron de llorar. Los abrió de nuevo. Me miro fijamente. Llevo una de sus manos hasta su bolsillo trasero. Saco una pequeña tarjeta. La envolvió en la tela que se me había caído. Tomo de nuevo mi brazo, y me llevo hasta la salida. El recorrido fue breve, después de todo si estábamos dando vueltas en círculo por capricho de él. Ya en la entrada me soltó, me dio mi pedazo de tela, se acerco a mi oído y me dijo en un susurro:
-Aun te amo-
Rápidamente oculto su mirada, y se aparto de mí a toda prisa, perdiéndose entre las multitudes que llegaban a ese punto del foro. Se me hizo extraño, apreté mi pañuelo, sentí como una tableta se enterraba en la palma de mi mano. Recordé lo que había puesto ahí, y lo desenvolví.
Mis lágrimas comenzaron a brotar descontroladamente. Todos esos recuerdos volvían a mi mente, en mis manos, sobre el encaje de mi vestido, había una impresión plastificada, adornada de bonitos colores, en un lado tenía su nombre escrito. En el otro:
-Si viviera solo, te invitaría a vivir conmigo, iba a ser muy divertido. Íbamos a ir a eventos anime y a ver películas, solos tu y yo……..juntos.-
-Algún día podremos hacer eso, claro si el destino lo quiere-
El mismo día que, habíamos dicho esto. El prometió que me haría recordar esa promesa el resto de mi vida.