NOTAS DE AUTOR: Este es el priemero que escribo, no se si estara muy bueno je, espero sus comentarios a ver que opinan y si desean hacerme sugerencias ¡bienvenido sea! Voy a hacer todo lo posible por continuarlo pronto. Historia de Reyes En las lejanas tierras del oriente, hace cientos de años atrás; cuando las civilizaciones veían sus comienzos, cuando las ciudades eran escasas y había una gran cantidad de pequeñas y medianas aldeas dispersas por todo el territorio, que por aquel entonces se encontraba separado en feudos de diferentes dimensiones y jerarquía. Justo allí y no en otro lugar se erguían dos poderoso feudos, el de Este y el de Oeste; los dos más importantes de todo el oriente. El Sur estaba dividido en 5 feudos y por otro lado en Norte en 3. Estos dos grandes feudos habían estado en guerra durante muchos años por problemas limítrofes, y aunque ahora se hallaran en paz, esta era muy frágil y podía desaparecer en cualquier momento, por eso todo mundo vivía con cierto recelo. Cada movimiento de un reino era cuidadosamente estudiado por el otro, nadie sabía que o cuando se quebrantaría la paz. En esta situación la reina de las tierras del Oeste quedo embarazada de su primogénito; la noticia corrió rápidamente, en todo el reino sentían cierto alivio ya que esto aseguraba un heredero y consolidaba al feudo. Las noticias no tardaron mucho en llegar a las tierras del Este, donde hacía poco un rey joven, junto a su bella esposa, había tomado las riendas del feudo, como eran jóvenes aun no se preocupaban demasiado, así que tomaron la noticia con cierta tranquilidad. Pasaron los meses y llego el momento en que la reina de las tierras del Oeste dio a luz, era una noche cerrada de luna nueva, soplaba el viento enfurecido en los alrededores, mientras tanto en los aposentos reales ella se preparaba para dar a luz a su primogénito, pasaban las horas y aun no había noticias, en eso salió una de las criadas para informar de la situación al ansioso padre y a los demás pariente que esperaba en la sala. — Señor— llamo suavemente la jovencita. — ¿Qué sucede?— con un tono suave, pero con cierta ansiedad en su voz el rey. — Por favor necesito hablar con usted en privado usía... — hablo suplicante la doncella. Esto sin duda alarmo un poco al rey ¿Acaso algo andaba mal con su mujer? Eso tendría que averiguarlo. Por lo tanto se dirigió diligentemente hacia donde le indicaba la joven. Una vez a solas la muchacha le conto a su señor lo que estaba sucediendo. Su esposa había dado a luz a gemelos. Por aquella época existía la creencia que si una mujer; y peor si era de la realeza, daba a luz a gemelos significaba una gran desgracia ya que el alma del heredero se encontraba dividida en dos. Las reglas eran claras, si algo así sucedía el menor debía ser sacrificado, para unificar el alma en un solo cuerpo, así el mayor seria fuerte y saludable. Pero aun así la pareja se negó rotundamente a ello, eran momentos buenos para el reino y no creían que algo así sucediera, por lo tanto ambos niños vivieron. Al principio todo era normal y los niños crecían sanos y ninguna desgracia había caído sobre el reino. Así que todo marchaba con cierta tranquilidad en las tierras del Oeste. Pero no era tan bella la situación en las tierras del Este, el nuevo rey había fallado en algunas decisiones importantes que había tomado y el pueblo no se hallaba conforme, además abundaban los bandidos y parecía que nada de lo que se hacía funcionaba como debería. Ya habían pasado dos años desde que la reina de las tierras del este había dado a luz a los gemelos y ninguna calamidad había acontecido en su reino, mas sin embargo en las tierras del este se habían multiplicado los problemas y para completarla, la familia real no daba señales de tener futuros herederos, pero en esta situación tan desventajosa una noticia cambio todo en el reino, ¡La reina estaba en cinta! Oh que gran noticia. Y como arte de magia a partir de este momento todo empezó a mejorar en el reino, los plebeyos eran más subordinados, rindieron mas las cosechas, las relaciones exteriores mejoraban, el reino se había librado de muchas de las deudas que había contraído durante los últimos dos años, parecía un regalo divino. Casi sin darse cuenta pasaron los meses de embarazo y en una soleada y tranquila tarde de primavera la reina del Este dio a luz, todos esperaban que fuese un niño, pero no fue así, era una preciosa niña de brillantes ojos verdes como su padre y cabellos castaño igual al de su madre. Al principio hubo una pequeña decepción por parte de todos por ello pero esa niña le daba una nueva vida al reino y para muchos ella había traído buena suerte a todo el reino así que la aceptaron con mucha alegría. Todos estaban felices por su nacimiento, Azmaria la princesa de las tierras del Este el de lo único que se hablaba en el reino. Pero pronto se hablaría de ella por otro motivo, mucho más desagradable. Ya cuando la pequeña Azmaria había cumplido su tercer mes, en una tranquila y cerrada noche de verano, el llanto ahogado de un infante corrompió en el silencio reinante, rápidamente la reina Enriqueta, madre de la pequeña, se dirigió con prisa a ver qué le sucedía a su angelito. Pero es encontró con una sorpresa terriblemente desagradable, en la cunita donde debería estar la niña se hallaba una daga clavada con un mensaje horroroso para una desesperada madre: "Olvídense de volver a ver a su preciada princesa". A partir de ese momento todos en el castillo y luego en todas y cada unas de las aldeas que componían este importante feudo se la busco minusiosamen, pero sin tener resultados positivos. El tiempo pasaba, y cada vez se hacía más desgarrador el dolor de haber perdido así a la pequeña princesa y también se agotaban las esperanzas de hallarla. En una situación como esta la relación con el reino vecino del Oeste se tanza al máximo porque aunque nadie lo dijera abiertamente todos los habitantes le echaban a éste la culpa por la desaparición de la pequeñas Azmaria. Sin embargo, en el Oeste la situación tampoco parecía de lo más favorable, no bastaba con que sean los sospechosos de raptar a una inocente sino que las cosas por el feudo no andaba muy bien que digamos, los dos primeros años después del nacimiento de los gemelos nada aconteció, pero poco a poco las cosas desmejoraban. Y la familia real debía lidiar con toda responsabilidad. Y así siguieron pasando los días, las semanas, los meses, e incluso los años...