Capitulo 1: Esclavitud por un anillo Londres, Inglaterra Una Joven es saludada por algunos empleados mientras caminaba por los pasillos de su empresa que la miraban con miedo, al llegar a su oficina y sentarse en su escritorio para comenzar a trabajar, su teléfono comienza a sonar. -¿Diga?-dijo en un tono de voz que intimidaría a cualquiera. -¡Nathalie!- ese era el grito de su loca prima, intuía que necesitaba ayuda con alguna de sus inauguraciones, pero esta vez no seria intimidada para aceptar –Sofía, si es para alguna de tus tan “pocas” inauguraciones mi respuesta es un NO- dijo remarcando la ultima palabra; Se escucho un chillido agudo de parte de Sofía, al mismo tiempo se escucharon unos leves toques a la puerta y después de decir un leve “adelante” de su parte, entró un joven muy apuesto de cabello negro y ojos del mismo color, a el cual hizo una seña para que esperara. -¡Pero Nathalie, no puedes hacerme esto!- dios, ahora hacia berrinche incluso por teléfono; Escucho incoherentes palabras seguidas de una risa. Si, ya era seguro, su prima había perdido la cordura –Querida prima- podría ser indiferente y fría con toda la raza humana, pero escuchar ese tono misterioso de su prima siempre le había producido un escalofrió que derribaba su seria actitud hacia el mundo; debía ser fuerte y no caer ante cualquier soborno o chantaje por parte de su prima. El joven que permanecía esperado en el sofá de su oficina alzo una ceja al ver su cara de terror. -hagamos un trato, si tu me apoyas en la inauguración de mi hotel tocando el piano, yo dejare que bebas TODO el licor que desees en el bar que hay ahí - ¡Maldición! Su prima era una desgraciada arpía manipuladora, conocía muy bien su punto débil, su kriptonita. ¨No lo dudes, tu sabes que necesitas descansar y el alcohol ayudara a que te relajes un poco¨ estúpida conciencia, se suponía que una conciencia debía ayudarle, pero en cambio la suya se vendía al diablo por unas cuantas botellas de licor. Después de una eternidad de meditación ¨ ¿5 segundos es una eternidad?¨Si su conciencia no se callaba cambiaria de opinión ¨……. ¨ -Así esta mejor, Nathalie 01/Conciencia 00 - pensó, mientras el Joven la miraba divertido por las diferentes muecas que mostraba; Cualquiera que la viera creería que ella no es Nathalie Hudcrofht, dueña de la empresa Textil mas famosa de Inglaterra, que a su corta edad de 22 años se muestra indiferente y cortante ante toda la sociedad; Pero ahora hacia muecas infantiles y extrañas. -De acuerdo- dijo ella, alejo el teléfono para no quedar sorda ante los gritos de Sofía que después de darle la dirección del lugar y la hora de la inauguración colgó la llamada. Camino hacia el sofá para quedar frente al joven y sonrió-Que bueno que estas aquí Elliot- Acto después lo abrazó, al poco tiempo se separo un poco hasta quedar frente a el – Puede que lo que te diga no te agrade- Dijo y lo miro preocupada, el guardo silencio en una invitación a que continuara – Iré a Las Vegas – Dijo de golpe, sabia que Elliot se pondría furioso por que desde que se conocieron jamás se habían separado y de eso yacía 13 años, pero necesitaba que se quedara en la empresa, pues ya no contaba con nadie mas que supiera manejar la empresa; La ultima persona que dejo encargada había resultado ser un estafador que le había robado 10 millones de libras esterlinas, pero que ahora se encontraba en la cárcel. -¡¿Tu sola?!-Exploto Elliot a lo que ella solo asintió con la cabeza, el suspiro para apaciguar su ira -¿Cuán…Cuando te iras?- Dijo ya un poco mas calmado pues ni por tan molesto que estuviera le exigiría que se quedara; sabia que Nathalie era demasiado testaruda como para echar para atrás cualquier decisión que ya haya tomado, ella se levanto para sentarse en su gran sillón ejecutivo y comenzar a jugar con el pequeño oso que traían las llaves de su auto – Mañana – dijo intentando que sonara de forma inocente. -¡Que!-oh… no de nuevo, pensó que la fiera se había calmado, que equivocada estaba pero le faltaba algo ¿Dónde estaba su escudo y su espada? ¿Cómo se defendería de la gran bestia? Okay tal vez había visto demasiada televisión pero realmente creía que eso no se alejaba de su realidad- Me niego, no te vas y punto- con el ceño fruncido se cruzo de brazos y sentó de golpe en el piso, haciendo un mohín. Nathalie lo miro sorprendida – Así que este es el Señor Elliot Maxwell a quien todos ven como mi Sargento mal pagado- El la miro sin comprender – Ese mismo que ahora parece un niño berrinchudo al que le acaban de quitar su juguete de navidad – el la miro con lo que parecía una demasiado infantil manera, pues inflaba las mejillas y hacia pucheros –Ella soltó una sonora carcajada, se acerco a el y le jalo una de sus mejillas – Que te parece si en lugar de hacer berrinche como niña mueves tu gordo trasero y nos vamos para pasar un poco de tiempo juntos antes de que me vaya- Alzo ambas cejas esperando su respuesta, a lo que el se sobo la mejilla, se levanto y antes de quitarle sus llaves dijo – Mi trasero no esta gordo, esta pachoncito- Seguido de eso salió haciendo que ella volviera a reír entre dientes antes de seguirlo. Las Vegas, Nevada Se encontraba en la puerta del gran edificio que con letras luminosas y grandes decía “Hudcrofht” a su familia le era una tradición poner a todos los lugares de los cuales eran dueños su apellido como nombre, incluso los suyos lo tenían, definitivamente no tenían imaginación… -¡Nathalie!-Era su prima, pero al voltear, vio a un apuesto joven que venia con ella, Tenia el cabello castaño claro y ojos de un tono dorado y una encantadora sonrisa- que bueno que ya estas aquí, quiero presentarte al anfitrión de esta noche; Su nombre es Daishi Kohaku, Kohaku ella es mi prima Nathalie Hudcrofht – a lo que Nathalie hizo una reverencia. -Mucho gusto- Dijo, pero el joven inconscientemente se encontraba repasándola con la mirada; ella era muy hermosa, con un largo cabello castaño oscuro y ojos de un penetrante color gris pero de una mirada fría, movió la cabeza hacia los lados para reaccionar – Igualmente- dijo y paso su mirada a Sofía, pero al ver la mirada divertida que tenia, se sonrojo a mas no poder – Bu… bue… bueno me te…tengo q… que ir ¡adiós! – Salió corriendo muy avergonzado, ¡que pena! Lo único que le había faltado, era un vaso para la baba que se le había escurrido, para colmo del asunto Sofía no era para nada despistada y se había dado cuenta lo lelo que había quedado. -Raro… de donde diablos sacas a tus anfitriones- dijo Nathalie alzando una ceja, Sofía comenzó a reír, si su prima podría andar con muchos hombres y todo, pero nunca se le quitaba lo inocente – Ah, ya veo, del mismo lugar de donde saliste tu; De un manicomio – Sofía sonrió misteriosamente, cosa que hizo que Nathalie sintiera un escalofrió – Mejor muéstrame el Hotel- Decía para apaciguar miedo, pues esa sonrisa significaba algo malo, pero solo para ella… Horas Después… Su móvil comenzó a timbrar, con movimientos torpes pero sin abrir los ojos tomo el teléfono, sintió un peso en su cintura pero lo ignoro - ¿Diga?- Su voz era soñolienta. -¡Kohaku, donde diablos estas!-¡Por que gritaba! Su cabeza le dolía horrores y para colmo una lunática le gritaba – Número equivocado- colgó, de nuevo volvió a sonar, pero ella no contaba con paciencia -No me interesa quien sea pero deje de estar fastidiando, no conozco a ningún Kohaku, su numero debe ser equivocado- Tiro el teléfono por la ventana ¡ah! pero que odiosa era la gente y para colmo ella con una cruda horrible, volvió a recostar la cabeza en la almohada -Mmm…- escucho a su izquierda y encontró a un hombre que se le hacia muy familiar. No recordaba como había llegado así, recordaba la aburrida inauguración, después de eso se había dirigido a la barra y comenzado a beber… ya no recordaba más – ¡Nathalie! – ¡Oh dioses! Al parecer hoy era día de “molesten a Nathalie” Se cubrió su cara con sus manos - ¡Prima que bien te ves! – Sofía alzo el pulgar y Nathalie gruño como respuesta – Vaya no pensé que Kohaku tuviera el sueño tan pesado- dijo mirándolo divertida, pues ella había echo un gran escándalo y aun así el no se levantaba. -Y a mi que carajos me importa Kohaku –pensó, oh! No tomaría en un largo tiempo ¨ Na-tha-lie¨ genial, ahora su conciencia también fastidiaba ¨ El nombre Kohaku te suena¨ ¿Qué si le sonaba? Se puso a pensar… ah! era el tipo que su prima le había presentado ayer, el tímido rarito ¨ ¿Y por que tu prima sabia que estaba contigo?¨ ¡Era cierto! Vaya al menos para algo servía su conciencia. Alzo la vista hacia su prima que intentaba levantar a “la roca humana”. -Sofía, quiero una explicación- dijo y se levanto de la cama, grave error ¡estaba desnuda! Rápidamente se cubrió con parte del edredón, pero al jalar de el, hizo que Kohaku cayera al piso; Las dos voltearon a verlo ¡aun dormía! Lo miraron resignadas – Me cambiare y después quiero una explicación – Dijo con reproche, alzo su ropa y a paso torpe se dirigió al baño pero antes de entrar escucho a su prima – No pensé que la gran Nathalie Hudcrofht que parece estar las 24 horas del día en celo fuera pudorosa - la risa de su prima la hizo gruñir. Al salir su prima se encontraba alzando a “la roca humana” del suelo – Dime ahora –exigió en susurro. -¿Por qué hablas en voz baja?-Dijo en el mismo tono, Nathalie la miro con reproche, Sofía bufo –De acuerdo pero ayúdame, pesa demasiado, su buen cuerpo es un fraude- dijo con una sonrisa ladina, Nathalie frunció el ceño – Ah! Lamento haber insultado a tu marido – Su prima debía estar ebria, de seguro pasar tanto tiempo con Azura y Cecile le había atrofiado el cerebro o tal vez tantas cirugías en el rostro se lo habrían desconectado - Deja de decir estupi- No pudo terminar por que su prima comenzó a reír sonoramente, de seguro era por las cirugías, ni sus hermanas estaban tan zafadas como ella – No son estupideces querida prima, anoche TU le propusiste matrimonio a Kohaku y nos arrastraste a mi y a mi marido a una capilla para que fuéramos tus testigos – ¡OH DIOS! La cara de su prima era de fotografía, mostraba sorpresa, terror, cólera, ira y muchas más cosas que, si hiciera una lista, jamás terminaría -¡¡¡QUE!!!- Con ese grito Kohaku se despertó asustado, haciendo que se soltara de ambas primas y cayera al piso por inercia y gracias a dios traía un bóxer, al levantarse vio que Nathalie tenia el ceño fruncido- ¡Tu! Explícame esto ahora- se acerco hasta quedar a pocos centímetros de el, Kohaku no entendía que diablos le sucedía a esa mujer ¿Por qué estaba tan molesta?