Una tarde oscura y sombría nació la pequeña Kagome, la cual tenía dos profundos orbes cafés y el cabello color azabache. Era una niña especial, muy especial. Pero por motivos misteriosos fue abandonada en la puerta de un orfanato y nunca nadie conoció a su familia. Cuando la pequeña tenía diez años, tenía la costumbre de jugar en el gran jardín que había cerca del orfanato. Un día, se acercó a un gran manzano e intentó coger una de sus manzanas sin éxito. Una niña que lo vio todo, elevó sus pies del suelo y alcanzó la manzana, ofreciéndosela a la pequeña de su misma edad. -¿Cómo has volado?-preguntó la azabache sorprendida. La otra sonrió. -Verás, soy bruja. Mi familia es bruja y yo, por lo tanto, lo soy. Y todas las brujas pueden volar. -Vaya, suena genial. Me gustaría ser así.-se entusiasmó Kagome. -Si no lo eres de nacimiento, no lo serás nunca. Así son las cosas. Por cierto, soy Sango. -Encantada. Soy Kagome.-se presentó sonriendo.-Pero yo no sé si soy bruja. Mi familia me dejó aquí, ¿sabes? -Pues prueba a volar...Es muy sencillo. Piensa que eres una mariposa y te elevarás. Kagome lo hizo así, cerrando los ojos para concentrarse. Pero por más que lo intentaba, no se movía del suelo. Un poco enfadada, liberó una extraña aura que la hizo volar bastante alto. -¡Vaya! No me lo esperaba...-admitió Sango muy sorprendida. -Ven, vuela conmigo.-contestó alegre. Sango se elevó, pero no podía volar tan alto. -No puedo...Nadie de mi familia vuela así. Ni siquiera mi papá. -Entiendo...-suspiró parándose junto a ella y poniendo los pies en el suelo. -Vuelas mejor que yo, pero no sabías que eras bruja. Qué irónico.-rió Sango. -Es muy fácil.-admitió la azabache e intentó tomar vuelo de nuevo.-Qué extraño, no puedo. -¿Qué? -No puedo volar, no puedo...A lo mejor alguien me elevó para contentarme. -A lo mejor...Pues vaya. Yo quería ir contigo a la escuela para seres mágicos de mayor. -Al menos somos amigas, ¿no? -Por supuesto. Tras ese encuentro, las muchachas fueron creciendo juntas hasta cumplir los quince años. Kagome recibió una misteriosa carta. Para: Kagome Higurashi De: Escuela Sengoku Asunto: Debe ingresar usted en nuestra escuela 15-09-2000 Por el presente usted debe ingresar en la escuela Sengoku para el día 30-09-2000. Si no es asi nos veremos obligados a traerla a la fuerza. SALUDOS Firmado: LA JUNTA DIRECTIVA Tras recibir esa carta y leerla con su nana Kaede se quedó muy extrañada. -Hija mía yo se que no soy tu madre pero me preocupo por ti. Así que tu madre dejo esta carta para ti cuando te abandonó. Estaba en la cesta, ninguno de nosotros podía abrirla, pero en el sobre pone que tú lo conseguirás. Ten.-Kagome la abrió y la leyó. Carta: Hola, pequeña. Sé que te preguntarás porque te deje en un orfanato y mi respuesta es que estabas en grave peligro .En nuestro mundo la gente tan especial como tú, corre peligro y cuando ingreses en la escuela Sengoku lo comprenderás. No confíes en nadie, puede que ese sea tu peor error. Te quiere, mamá. -Solamente quería protegerme-dijo con lágrimas en los ojos.-Pero, ¿de qué? -No lo sé, eso es lo que debes descubrir. Ve a esa escuela, allí encontrarás respuestas. No te preocupes por mí, sé que vendrás a verme. -Gracias, Kaede. Iré, pero volveré, te lo juro. -Lo sé. Kagome preparó sus cosas, tenía una gran aventura por delante, muchas cosas por descubrir. Cuando llegó allí, lo primero que le sorprendió fueron las grandes instalaciones del centro. Lo segundo, la cantidad de gente que había. Pero lo que no se esperaba es que de la multitud saliera Sango. -¿Qué haces aquí? -Eso vengo a descubrir, recibí una misteriosa carta. -Vaya, eso quiere decir que sí eres una bruja... -¿En serio?-se sorprendió. -Sí. Ven, vamos a ver a la directora, ella nos ayudará. La directora esperaba con una sonrisa. -Sango, ¿puedes macharte? -Claro.-afirmó.-Luego me cuentas, Kagome.-dijo mientras se marchaba. -Kagome, tú eres una persona muy especial. -¿Lo dice en serio? -Por supuesto. Mira, lee esto.-dijo ofreciéndole un papel en el que ponía: TIPOS DE BRUJAS: Brujas/os de la Luz: -Agua. -Tierra. -Fuego. -Aire. Brujos/as de la Oscuridad: -Tinieblas. -Muerte. -Peligro. -Pensamientos. NOTA: Por la presente todas las brujas y brujos tendrán solamente un poder. Si tienen todos los poderes de la luz, serán brujas/os Celestiales. Si por el contrario tienen todos los de la Oscuridad serán brujos/as Tenebrosos/as. Aquellos/as que tengan ambos, los de la Luz y la Oscuridad, serán Astrales. Y aquellas/os que sean Astrales pero que, además, posean un poder espiritual misterioso, serán llamados/as Espirituales. -Cuantos tipos, ¿yo cuál soy? -La más extraña, una bruja Espiritual. -Entonces eso quiere decir... -Eres muy poderosa, de las que sólo quedan dos en este mundo. Si alguien te controlara podría dominar el Universo entero. -Eso es muy peligroso... ¿Yo soy peligrosa? -No. Eres una joven muy pura. Ahora, basta de preguntas. Ve a tu clase. Es la 306. Estudiarás con todo tipo de brujas y brujos. Kagome subió nueve pisos hasta dar con la clase. Cuando pegó a la puerta, le abrió un viejo que supuso que era el profesor. -OH, la nueva. Siéntate al lado de Taisho y Kinomoto. –dijo, al ver que no se sentaba añadió: Que tonto soy, Kinomoto Sango es aquella muchacha de pelo castaño, controla el agua. Taisho Inuyasha es aquel rebelde de melena plateada y ojos dorados. Maneja el fuego, a mi pesar, se le da bien. -Gracias-dijo sentándose. -Bueno cuéntame, ¿qué tipo de bruja eres? -Esto...No se si contarlo...-admitió Kagome, pero luego pensó que podía fiarse de Sango.- Soy Espiritual. -¿¡Qué!?-gritó y todos se quedaron mirándola. -Shhh, calla. -Lo siento, estoy sorprendida...Eres la única del colegio, del país y del continente. Sólo hay una en el mundo, bueno dos. -Lo sé.-suspiró Kagome y se centró en las clases. Cuando estuvo el descanso apareció un chico moreno de ojos celestes cielo. -Hola, nueva. Soy Koga. Controlo la tierra y estoy encantado de conocerte. -Soy Kagome, igualmente. -¿Qué controlas? -En realidad, yo... -El agua.-intervino Sango. -Vaya, espero que te vaya bien. Nos vemos. -Gracias, Sango. No sabía que decir.-admitió. -Lo sé, es muy peligroso que te descubran. -Entiendo... Después de charlar un poco más, vino otro maestro. Éste parecía más serio. -Hola, ya me conocen.-dijo escribiendo su nombre en la pizarra.-Veo que tenemos una nueva alumna, por eso escribo mi nombre. Bueno, intenta volar. -¿Yo? -Claro, ¿cómo te llamas? -Kagome, profesor. -Bien, Kagome. Vuela. Kagome intentó volar siguiendo los consejos que alguna vez le dio Sango, pero no pudo. Sintiéndose impotente, una luz salió de ella y elevó sus pies del suelo. -Entiendo. Eres especial. ¿Qué bruja eres? -Bueno yo...-dándose cuenta de que no podía mentirle a un maestro dijo: Espiritual. -...-toda la clase quedó sorprendida. -Demuéstralo. Haz todo tipo de poderes. -¿Cómo? -Sólo hazlo. Kagome se concentró y, uno a uno, fue haciendo los poderes de la Luz. Cuando llegó a los de la Oscuridad, poco a poco se fue descontrolando y al llegar el último, que era la Muerte, empezó a matar a gente. -Para-suplicó el maestro. -Nunca. -Te has descontrolado. -Simplemente quiero sangre...-dicho esto, se acercó a Totosai, el maestro, y se dispuso a matarlo... Continuará...
Tienes una que otra falta de ortografía, espero y las revises mejor ;), en fin, muy buen capitulo muy largo, pero preferiría un poco más de trama *-*, se que puede ser difícil, pero así son las historias, debes atrapar al lector *-*