Título: El Llanto de Bean Sídhe Tipo: Poesía Advertencias: Está basado en la leyenda irlandesa de la Banshee Género: Romance No. de palabras: 194 Por el amplio bosque caminaba una hermosa y bella doncella, bajo la luz de la luna clara siguiendo una senda de estrellas, empuñando brava su espada. Ella no vivía, simplemente era, compadeciendo su existencia tras su triste mirada vacía y su aparente indiferencia, la sed de venganza escondía. En silencio buscaba su destino, alto y claro detrás de un roble creyó haber oído un quejido, llanto doloroso, desgarrador sonido lamento que marca el sino. Buscó al emisor de tal gemido: esbelta, alta y desgarbada se encontraba una mujer agachada, junto a la orilla de un río mientras con fuerza lavaba. Lava y llora, llora y lava, la mujer en la orilla del río, sus propias prendas ensangrentadas. La doncella sintió un escalofrío, sin darle importancia, siguió su senda. Pasado un día de estos hechos, una vez llegada a su destino, asió su espada sin miedo a nada y cercenó el cuello del asesino, que cortó la vida de su amada. Dulce y efímera esta venganza, con una mano en el cuello, la otra alza con desnudo puñal que clava en su pecho. La doncella llora y susurra, herida: "Al fin juntas, espérame, mi vida". Por el amplio bosque caminaba una hermosa y bella doncella, bajo la luz de la luna clara siguiendo una senda de estrellas, empuñando brava su espada. Ella no vivía, simplemente era, compadeciendo su existencia tras su triste mirada vacía y su aparente indiferencia, la sed de venganza escondía. En silencio buscaba su destino, alto y claro detrás de un roble creyó haber oído un quejido, llanto doloroso, desgarrador sonido lamento que marca el sino. Buscó al emisor de tal gemido: esbelta, alta y desgarbada se encontraba una mujer agachada, junto a la orilla de un río mientras con fuerza lavaba. Lava y llora, llora y lava, la mujer en la orilla del río, sus propias prendas ensangrentadas. La doncella sintió un escalofrío, sin darle importancia, siguió su senda. Pasado un día de estos hechos, una vez llegada a su destino, asió su espada sin miedo a nada y cercenó el cuello del asesino, que cortó la vida de su amada. Dulce y efímera esta venganza, con una mano en el cuello, la otra alza con desnudo puñal que clava en su pecho. La doncella llora y susurra, herida: "Al fin juntas, espérame, mi vida".
Me sentí muy aludido en este poema, me identifico mucho con el contexto en sí; sin dudas es un argumento subjetivo el mío pero me gustó mucho, yo recuerdo haber tenido este estilo alguna vez... la verdad ¡toda la empatía de mi parte! Si tu fuente es como dices, de la Banshee, no sé pero, me impresionó. ¡Saludos!