Se cierra el telón del orgullo

Título: Se cierra el telón del orgullo.
Resumen: La vida de unos cuantos adolescentes que están conectadas entre sí.
Tipo: Long-fic.
Pareja: (No están muy claras por ahora) Shikatema, Saino/Kibaino, Gaamatsu, Nejiten/Kankuten (lo más seguro esque esta última no aparezca), estoy considerando algunas parejas más.
Clasificación: T
Advertencias: UA, puede llegar a haber algo de Ooc en algún personaje o parecerlo pero lo he hecho sin querer, si hubiera en algún futuro lime avisaría antes del capítulo.

Naruto no me pertenece, sólo hice la historia por diversión.

Capítulo uno

Estaba despierta, pudo notarlo aunque no tenía los ojos abiertos. Se tumbó apoyando su lado derecho de la cara en la almohada y buscó a oscuras su móvil en la cabecera de la cama. La luz resplandeció en sus ojos y tuvo que entrecerrarlos. Las seis y cuarto de la mañana, aún le quedaban dos horas para que sonara la primera alarma, con lo que apagó el móvil y volvió a cerrar con normalidad los ojos.
Dentro de un rato estaría en el parque de al lado de su casa, junto a dos amigas suyas más que habían decidido apuntarse a unas clases de Ballet. De repente, como si estuviera hablando con ella misma, se preguntó que ropa llevaría y, en el sueño que en ese mismo momento tenía sobre una experiencia que todavía no había vivido, apareció una vestimenta adecuada. Sus amigas hablaban con ella enérgicamente mientras caminaban y, al poco tiempo, llegaron a un gran auditorio que nunca había sido visto en ese lugar. Las tres amigas se sentaron en segunda fila, pero de repente, sin poder controlar su cuerpo, estaba subida a un gran escenario con un tutú que le llegaba hasta las rodillas, como los utilizados en el primer acto de "Giselle". Todas las luces del auditorio se apagaron y un foco se encendió en frente de Temari. Sus ojos verdes se abrieron poco a poco despertando del sueño. Pudo notar que no había mucho ruido en el exterior, pero no solía haberlo. La puerta abierta dejaba pasar la luz.

— Maldita sea, pero qué hora será... — pensó, pero realmente no miró la hora, ni tampoco se levantó. Simplemente se quedó como estaba, pensando — Cómo se me ocurriría ayer subirme a un escenario, ni siquiera sé bailar...— bufó mientras decidía que era hora de ponerse manos a la obra con el desayuno. Al llegar a la cocina y verificar que no quedaban más galletas en el bote, gritó —¡Gaara! Te he dicho mil veces que si te comes todas las galletas del bote, habrás otra caja y las pongas dentro— estaba segura que había sido su hermano menor, pero le pareció raro no tener un chillido como respuesta—. ¿Gaara? — de repente, en la puerta del frigorífico pudo ver una gran nota, lo que más destacó en ella fue una gran "K" escrita en la esquina inferior derecha.

Bicho rubio de casa, he ido al parque con unos amigos y Gaara salió antes sin dar muchas explicaciones. No sé si llegaré cuando te hayas ido, pero he intentado despertarte y no ha habido manera a pesar de la hora. K.
PD: Suerte con tu primera charla sobre tutús y florecillas en el pelo.

La mente de Temari se nubló por unas palabras: a pesar de la hora, primera charla de tutús. Ella tenía un recuerdo del cual no se acordaba el final, pero sabía que había estado en un auditorio con dos de sus amigas. Cogió una galleta y salió corriendo hacia su cuarto, encendió el móvil y vio que tenía siete llamadas perdidas, lo segundo que buscó fue la hora y casi se le cayó el móvil de las manos cuando la vio: las once menos veinte. Llegaba tarde a su primera clase informativa.

Mordiéndose las uñas, volvió a colocarse el teléfono en la oreja, esperando la respuesta. Una chica rubia, en frente de ella, miraba su reloj de pulsera sorprendida de que el tiempo pasara tan despacio.

— Llegamos tarde — dijo por tercera vez Ino —. Si nos vamos ahora puede que lleguemos a tiempo nosotras.
— Espera — la interrumpió Tenten. Después de un rato de silencio, saltó el contestador—. Sigue sin cogérmelo...
— Pues yo no espero más, me voy— decidió y comenzó a andar, pero la castaña le cogió el brazo, hasta causarle dolor—. ¿Cómo vas a ser bailarina de un baile tan delicado como el ballet si eres una bruta?— Tenten se disculpó y miró a su alrededor esperando, por mano del cielo, que su amiga apareciera, pero no fue así. En cambio a quien vio fue a uno de sus hermanos menores. Cuando la chica lo llamó, éste tardó un rato en reaccionar de dónde venía la voz, pero cuando las vio no dudó en ir hacia ellas.— ¿Qué haces? ¿Estás loca? ¡Nos entretendremos más! ¿O es que te gusta?
— No es eso. Es simplemente que él puede saber donde está su hermana, ¿o no? — unos segundos después se encontraba a su lado un chico moreno y bastante alto, por lo que tuvo que levantar algo la cabeza para poder mirarle a la cara mientras hablaba.— ¡Hola Kankuro! — le saludó animadamente mientras éste le chocaba la mano— ¿Por casualidad sabes dónde está tu hermana?
— La verdad es que no, la dejé dormida en su cama hará una hora.— Las esperanzas de las dos muchachas se desvanecieron al instante y Kankuro debió notarlo ya que intentó arreglarlo.— Es por lo del ballet ese, ¿no? — Ellas simplemente asintieron, esperando que él tuviera una idea.— ¿Qué les parece si voy a buscarla a casa y vosotras de mientras vais hacia allá y cogéis sitio?
— Bien, genial, ¡perfecto! — chilló Ino mientras cogía de la mano a Tenten y la arrastraba hacia la parada del autobús.— ¡Gracias!
— Maldito bicho rubio, ¿dónde se habrá metido?- dijo mientras marcaba en su teléfono móvil el número de su hermana y, a la vez, salía del parque para dirigirse a su casa.— Cógemelo, Temari, cógelo. — metió las llaves en la puerta del portal de su case y llamó al ascensor cuando saltó el contestador. Soltó una palabrota sin querer. El ascensor no llegaban y ellos vivían en el cuarto piso, a si que decidió ir por las escaleras. Al llegar por fin a la puerta de su casa, abrió con algo de ansiedad ya que, en el recorrido, se había imaginado las miles de cosas que podrían estar ocurriéndole a su hermana en ese mismo momento.— ¿Bicho rubio? — preguntó nada más entrar en la casa. — ¡Temari! — cerró la puerta de la entrada y salió corriendo al cuarto de la rubia, verificando por cada puerta que pasaba, pero en ninguna estaba. — ¡Temari! — volvió a llamarla, esta vez con algo de más intensidad.

Cuando abrió la puerta del cuarto de su hermana, la luz tenue de color azul marino le sorprendió y pensó en la posibilidad de que siguiese dormida, con lo que se acercó a la cama lentamente intentando no hacer ningún ruido. Pero, al encender la luz de la lámpara pequeña, se dio cuenta de que no había nadie. De repente se encendió la luz, haciendo que girara las aspas del ventilador de techo, ya que estaba programado de esa manera. Kankuro se pegó un susto, a pesar de esperar ver a su hermana en el marco de la puerta.

— Necesito que me lleves en tu coche, ¡ya! — ordenó lanzándoles las llaves que cogió instintivamente Kankuro con la mano derecha. — ¡Vamos! — volvió a gritarle al notar que no se movía.

— ¿Dónde te habías metido en casa? — preguntó por fin Kankuro desde el asiento del conductor cuando ya estaban en la carretera. Hacia tan sólo unos meses que se había conseguido sacar el carnet de conducir, por eso casi siempre evitaba las conversaciones cuando era él quien conducía. Pero, esta vez, tenía la curiosidad.
— Estaba en el baño y tenía los auriculares puestos por eso no te escuché entrar — contestó sin rodeos Temari. Habló un poco deprisa ya que llegaba unos diez minutos tarde por culpa de unos problemas que había tenido Kankuro al arrancar el coche. Al notar que Kankuro no la creía, argumentó algo— .Sabes que voy más deprisa si escucho música y los vecinos se molestaron la última vez, por eso utilicé los auriculares...
— Estás rara —acusó Kankuro sin mirarla—.
— ¿Qué? — Temari no entendió bien a qué se refería.
— Que estás rara. Verás esque casi nunca te había visto con el pelo suelto. — De su muñeca izquierda, Temari sacó una gomilla y se hizo una coleta alta en la nuca. Sus labios crearon la palabra "Arreglado", pero no produjo voz.— Que estés rara no significa que estés mal — Kankuro intentó decirle un cumplido a su hermana, pero ésta parecía no escucharlo—. Quiero decir, que estabas bien.— Temari tenía un rostro preocupado, miró un par de veces el móvil, la calle y el reloj del coche.— Vamos, que estabas muy guapa — decidió decirlo claro Kankuro aunque no sabía si su hermana le estaba prestando atención—.
— Gracias, Kankuro — respondió casi inconciéntemente. Pero le dio más importancia a otro factor que para ella era en ese momento más importante—. Kankuro, creo que nos hemos equivocado de dirección. ¡Hemos ido en dirección contraria casi todo el camino! —gritó histérica la rubia a su hermano con bastante autoridad, aunque solamente los diferenciaban un año de edad.— ¡Da la vuelta!

 

Capítulo dos

— El ballet es una forma de contar una historia utilizando el movimiento del cuerpo — Hablaba una mujer con el pelo rubio que parecía casi artificial recogido en dos largas coletas —. El ballet es uno de los bailes que requiere entrenamiento desde una temprana edad, sobretodo si se quiere llegar a ejecutar un tour en l'air triple, un entrechat-six, o 12 fouettés en tournant.— Dijo pronunciando perfectamente, como si lo hubiera dicho todos los días unas treinta veces para practicarlo.— Pero, si decidís apuntaros ahora puede que aún estéis a tiempo.— La mujer siguió hablando pero Ino le comentó algo a su amiga Tenten.
— Debe de tener casi treinta años.— Tenten bufó ante la costumbre de su amiga de intentar adivinar la edad de las personas.— ¡Oye! —Hubo unas personas que mandaron a callar a la chica.— Temari no llega y me estoy preocupando... — Dijo susurrando más de lo normal, Tenten no la escuchó al principio y tuvo que asentir con la cabeza aunque no la hubiese entendido. Al intentar descifrar la frase por segunda vez en su cabeza, la entendió, pero ya era demasiado tarde por contestarle a la niña que estaba sentada al lado suya, ya que se había puesto a escuchar a la señora que no había dejado de hablar.
— Además el ballet es útil como preparación para cualquier otro estilo de baile. Aunque, dentro de este estilo, existen unos cuantos más: el romántico, el clásico y el moderno y el de Diághilev, pero de eso hablaremos más tarde, ahora os hablaré de la forma en que vamos a daros clase en estas semanas...

Ya habían pasado cuarenta y tres minuto desde que habían entrado y éste era su segundo cigarro. Odiaba esperar para no saber realmente qué hacer después. Estaba dentro de un gran vestíbulo, cerca de la puerta de salida pudiendo ver desde ese lugar el exterior y la puerta por donde había entrado su novia hace tiempo. No pudo evitar recordar lo que le dijo cuando le entraron ganas de largarse por tercera vez.

— Espera ahí. Volveré en un momento.— Dijo dándole un beso en los labios a Shikamaru con sabor a tabaco recién fumado. Ella tiró el cigarro antes de entrar por la puerta, pero no se paró para apagarlo del todo, en cambio, después de la multitud, alguien lo había pisado.
Pero el momento se había prolongado más de lo previsto puesto que, dentro de quince minutos, ya haría una hora que estaría esperando esperando. De repente un coche de color negro paró en frente del gran edificio. La puerta del copiloto se abrió y salió el cuerpo de una joven y, aunque la cabeza la seguía teniendo dentro, se pudo escuchar la conversación que mantenía con alguien que estaba dentro del coche.

— Kankuro, hazme un favor y no me vuelvas a llamar así, ¿entendido? — El chico que estaba dentro también dijo algo, pero no llegó a escucharlo Shikamaru.— ¡Pues lo has conseguido! — Gritó a voz de pulmón cerrando la puerta y, al subir las escaleras de la entrada principal, se encontró, dentro del edificio, frente a frente con Shikamaru que se acababa de meter el cigarro en la boca Temari no solía impresionarse con nada, pero el muchacho que se encontraba delante de era le resultaba bastante atractivo, incluyendo una coleta que tenía en la coronilla recogiendo todos los pelos de color oscuro sin dejar escapar ninguno. El coche arrancó y se fue, no sin antes pitar a la rubia que acababa de bajarse, simplemente para llamarle la atención. Ella comenzó a andar hacia el muchacho y, al pasar por su lado, él soltó todo el humo del cigarro en su cuello. Temari intentó no inmutarse, pero un escalofrío le recorrió la columna vertebral poniéndole todos los pelos de los brazos de gallina y tuvo que pararse.— No deberías fumar aquí, es un sitio...

— ¿Público? Ya, claro, — Temari se dio la vuelta para hacerle frente, pero se encontró con unos ojos marrones oscuros demasiado cerca a ella. — ¿y tú me lo vas a impedir?

No sabía que decir, ella siempre solía tener el control. En menos de un segundo el chico que estaba delante de ella le acababa de recordar a su hermano menor Gaara. Aunque no tuviera el pelo rojo, fuera incluso más alto que ella y sus ojos fueran de distinto color, podía simplemente imaginarse, por un instante, que con quien estaba hablando era su hermano, el que desaparecía un día sí y el otro también y que no aparecía para las comidas y las cenas aunque ella siempre le dejara el plato encima de la mesa, aunque ella se quedara, la mayoría de las veces esperándolo despierta, apoyada en el marco de la ventana. Por un momento sintió que algo se encendía dentro de ella y que la persona que estaba delante de ella no saldría viva de esta situación, pero se controló. Cogió el cigarro que mantenía el chico en su mano sin ninguna resistencia por su parte, lo tiró al suelo mirándolo a los ojos y lo pisó retorciendo el pie.

— Si, yo.— estaba tan cabreada que se le había olvidado por completo que hacia allí, incluso no le hizo falta mover la boca para expulsar los sonidos con la mayor repulsión que pudo. Él miraba los ojos verdes de ella y se vio reflejados en ellos.

— Esto es todo por hoy, nos vemos la semana que viene.— concluyó la mujer que estaba encima del estrado. Hubo algunos aplausos por parte del público y algunos gritos de júbilo procedentes de alumnas ya inscritas desde hace muchos años. Sonrió a su pesar, sabía que muchas de ellas serían el futuro de la danza y quizá alguna fuera la próxima directora de la academia. Shizune, una profesora del lugar y amiga confidencial, se acercó a ella mientras la muchedumbre intentaba abrirse paso entre ella para salir de la gran habitación.
— Tsunade, se le olvida lo de las alumnas nuevas...— dijo en un susurro por si el micro seguía encendido. Le entregó tres fichas que tenía en la mano a la directora.
— Si, si, lo tenía pendiente.— replicó porque ella era una de las personas que nunca reconocían haberse equivocado en nada. Ojeó las fichas con rapidez mirando las fotos de carnet que había pegado en la esquina superior derecha mientras Shizune echaba un vistazo a la sala ya casi vacía.
— Tsunade, acaban de salir...— comentó señalando inconcientemente la puerta con su mano izquierda.
— Mierda...—Bajó por las escaleras corriendo mientras gritaba a la vez que miraba los nombres en las fichas.

— Al final Temari no ha llegado a tiempo.— comentó Tenten mientras salía por la puerta.
— Ya te dije que lo mejor era no esperarla.— dijo con un tonito de superioridad no disimulado. De repente alguien pisó los nuevos zapatos color negros de la rubia, ésta puso una cara de dolor, puesto que su pie estaba dentro. Fue a llamar la atención de la muchacha que le había pisado, pero sólo llego a ver una melena pelirroja en la multitud y entendió algo que decía la muchacha con el pelo negro que iba delante de ésta. En realidad, sólo entendió "niña", "pelea" y "novio". Pero fue suficiente para que Ino agarrara fuertemente la mano a Tenten y saliera corriendo detrás de ellas.

Cuando llegaron al centro del circulo, las bocas de las dos amigas hicieron la forma de una perfecta "o" con sus labios. Temari se encontraba encima de Shikamaru, inmovilizado por las piernas de la mujer encima suya y su propio brazo a través de su cuello. La tensión se parpaba en el ambiente, pero fue rota por la misma mujer del pelo rojo de antes:

— ¡Suelta a Shikamaru asquerosa puta!— gritó por encima de los demás que alentaban a más pelea. Temari se volvió a verla con una expresión de desconcierto en su rostro. ¿Cuándo había llegado tanta gente? A su lado estaban sus dos amigas que la miraban como si fuera la primera vez que la veía en una pelea.
— Problemática...— intentó decir mientras se ahogaba a sí mismo.
— Perdona, ¿dijiste algo?— dijo flexionándose sobre el para acercar su oreja a su boca hablando con un tono irónico.
— Era a Karin.— Temari no supo por qué, pero al sentir el susurro en su oreja y el aire que desprendió al hablar, hizo que aflojara un poco la presión de su brazo—Le dije que era problemática.— la rubia iba a contestar a la tal Karin, pero Shikamaru le volvió a hablar cuando ella ya había abierto la boca.— Es mi novia — al entender el significado de esas palabras Temari apretó aún más fuerte que antes el brazo, haciéndole muy difícil volver a hablar a continuación.— y me haría un gran favor si me soltaras.— lo último lo dijo con un hilo de voz dolorosa.
— Aún no te has disculpado, — le habló en un todo sensual mientras quitaba el brazo de su cuello, pudiendo así mirar a los ojos de nuevo a Shikamaru.— Shikamaru...— De repente un portazo hizo que saliera de su estado de desconexión, puesto que había vuelto a olvidar que estaban siendo observados por muchísima gente.

— ¡Dejadme paso! ¡Sabaku No Temari! ¡Ama Tenten! ¡Yamanaka Ino!— Con cada nombre, las muchachas se pusieron rectas. Temari pegó un saltó y se colocó rápidamente al lado de sus amigas, Shikamaru se levantó poco después, sin prisas.— ¿Que hacéis todavía aquí todos vosotros?— dijo dirigiéndose a la multitud, colocándose en el centro del círculo que creía ella que lo habían hecho para sí misma. La gente comenzó a salir por la puerta.— Shizune, ve a por ellos tú mientras yo le cuento a las muchachas el panorama.— El pelo negro de la mujer no se movió casi nada cuando asintió con esmero.— Perdonad los gritos, pero es que tengo mucho papeleo para dedicarme a llamar a vuestras casas una por una.— Ino fue a decir algo pero Tsunade la interrumpió.— Como ya sabéis, porque habéis estado en la reunión, —unas miradas de complicidad se dirigieron a Temari.— soy vuestra directora y estoy al tanto de vuestros curriculums. Por lo tanto sé que no habéis dado ballet en vuestra vida.— señaló duramente.— Por lo que para el examen del mes que viene he decidido adjudicaros unos compañeros que llevan unos cuantos años con nosotros para que os enseñen las cosas básicas y no tengáis que empezar de cero.— Temari estaba algo perdida ya que sus amigas sabían que iba a haber un examen general a todos los alumnos dentro de un mes para colocarlos en el nivel adecuado. Aún así ella no dejó de escuchar porque, incluso para sus compañeras, lo del profesor particular de ballet era nuevo.— Bueno, ¿qué os parece?

Antes de que pudieran aceptar o replicar, Shizune llegó corriendo.

— Se me ha escapado uno...— Cogió una gran bocanada de aire.

Tsunade abrió mucho los ojos. Eso no lo esperaba. Deslizó la vista por los dos jóvenes que había traído Shizune y que se encontraban detrás de las chicas. Ninguna de ellas se habían dado la vuelta, se dedicaban a poner a su amiga al día, en cuestión de exámenes y horarios. Tsunade miró a su alrededor buscando a cualquier otra persona que le pudiera servir para tal trabajo, pero ya no había casi nadie y las personas que quedaban eran madres con sus hijas pequeñas, que se acababan de apuntar por primera vez. Una luz brilló ante sus ojos, fuera aún había una chica que llevaba unos años en la academia y, aunque no se comparara con ninguno de los mejores bailarines, era mejor que hacer papeleo.

— Tráela a ella.

¿Quién será ella?
Puede parecer que hay algo de Ooc en Shikamaru, pero dentro de unos capítulos se verá que realmente no es así. Gracias por todos vuestros comentarios ^^