Yo te puedo amar

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Fio Chan, 24 Julio 2007.

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  1.  
    Fio Chan

    Fio Chan Guest

    Título:
    Yo te puedo amar
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    4826
    Yo te puedo amar

    Yo te puedo Amar


    Tomó mi mano con ternura, rozando levemente sus labios con los míos, fijando sus ojos en ellos, como si jamás hubiera estado tan cerca de una mujer… resbaló su mano por mi cintura y la dejó descansando justo ahí, con una confianza que estaba segura, jamás había pensado que tendría, recosté mi cabeza al lado de su mejilla, sintiendo como temblaba por la cercanía. Suspiró al tiempo que empezaba la música, suave y dulce… miles de parejas empezaron a moverse a nuestro alrededor, pero el momento entre los dos parecía demasiado perfecto para ser roto… no fue hasta que sentí algunas miradas sobre nosotros, que descubrí que él odiaba esa clase de presiones, me soltó bruscamente y se abrió paso entre las personas que nos rodeaban, perdiéndose entre la multitud de gente y dejándome sola en medio de la pista.

    Di algunos pasos en el sentido contrario a él, luego voltee nuevamente y corrí por el mismo camino que el había tomado, la música seguía, pero ya nadie bailaba, todos tenían sus miradas sobre mi… no me incomodaba, ya estaba acostumbrada, pero era decepcionante que mi propio pueblo no tuviera mejor cosa que hacer, que interrumpir en la vida de los demás… en este caso, en la vida de su princesa…



    ¡Espera Inuyasha! –La brisa de la noche me dio de lleno en el rostro, sentí pasos detrás mio, indicando que tenia compañía, no me moleste en voltear, era obvio que eran los soldados de mi padre, hice caso omiso, no tenía ganas de lidiar con leyes y ordenes. Inuyasha corría delante mio, su cabello negro estaba cubierto con algo de nieve y cojeaba un poco debido a la herida que tenia, aun así me era imposible alcanzarle, el traje que tenia me impedía correr más rápido, solo existían dos opciones, que me atraparan los soldados y me llevaran de vuelta al palacio o… que alcanzara a Inuyasha, lo besara y fuera atrapada por los soldados y castigada nuevamente. Ambas me tenían sin cuidado, ya había tenido lo que quería por esa noche... pero por un poco más...



    -No me sigas Aome… es inútil… esto… no da para más… -Miró hacia atrás, sus ojos miel se posaron en los míos y sonrió, dejó de correr, volteó y abrió los brazos, levanté mi falda un poco más y corrí con fuerza, cayendo sobre su pecho, llenándome de su aroma, levanté la vista, él seguía sonriendo, pero esta ves sus ojos llevaban lagrimas- No lo entiendes ¿verdad? Nunca va a acabar… por lo menos no para ti… no quiero hacerte más daño, ya he echo demasiado, no te merezco Aome…



    -Nunca va a acabar, para ninguno de los dos, por que el amor es eterno…No digas que me haces daño, por que el amor no es un golpe, es una caricia… y no me mereces, pero te pertenezco… Tú eres el que no quiere entender, Inuyasha, no quieres entender que el amor esta compuesto por dos, no por tres ni por cuatro ni por uno… Por dos, tú y yo…-Me acerque a su rostro y limpie lentamente sus lagrimas con mis labios- Llévame contigo…



    -No lo haré…

    -¿Entonces me dirás que no me amas?

    -Te amo como a nadie…

    -Como a nadie dices, pero amas más a tu orgullo.

    -El orgullo no se puede amar.

    -Te equivocas y lo sabes…

    -Me equivoco y lo sé… Por eso quiero que te alejes de mí.

    -¿Acaso no nacimos para estar juntos?

    -Nacimos, si… Pero todo esto es un error.

    -¿Un error? ¿Acaso que me ames esta mal?

    -No… lo que esta mal es que me correspondas.



    -Señorita, por ordenes del rey, usted debe volver al palacio –Inuyasha me soltó y miró a los soldados con desdén, se dió la vuelta y se fué, poco a poco la nieve lo iba consumiendo, ya ni siquiera veía su sombra- Las ordenes del rey indican que-



    -Las ordenes del Rey indican que me destruyan la vida… -les lancé una mirada de odio, me giré y camine hacia el palacio de nuevo, escuche sus pasos detrás mio, caminé más rápido, el frió de la nieve se filtraba por todo mi cuerpo, pero era innecesario, las palabras de mi amado ya me habían congelado, crucé la puerta del palacio y me dirigí al salón de baile, donde las parejas habían decidido que era más interesante bailar a mirar una puerta abierta. Le dirigí una mirada furiosa a mi padre y di la vuelta, subí por las escaleras que daban a mi alcoba, ni siquiera podía llorar, mis ojos aun tenían reflejados el tono miel de los de Inuyasha, giré en algunos pasillos, no tenia prisa… Ya no… Llegue a una de las torres del palacio y me asomé por el balcón, ahí… entre toda la nieve, había dejado la razón de que aun siguiera viva, de que pudiera aguantar los mandatos de mi padre, de que pudiera soñar con algo hermoso todas las noches… de que hubiera aprendido a amar…



    -Sabía que vendrías aquí… -no volteé, podría reconocer esa voz aunque la escuchara debajo del agua, sus manos rodearon mi cintura con seguridad, apoyó su cabeza en la mía y se quedo ahí, respirando lentamente.



    -¿Por qué Inuyasha? ¿Por qué fingir más? –Me giré quedando presa entre el balcón y su pecho, sus labios se abrieron para decir algo, pero nunca lo hizo, levanto su mano y acarició mi mejilla con delicadeza, se acercó a mi y rozo su nariz con la mía, dejando sus ojos fijos en los míos, diciéndome más de lo que podría decir con palabras, me acerco más a él y volvió a rozar sus labios con los míos, cerré los ojos, disfrutando de esa generosa caricia, su lengua se abrió paso entre mi labios y penetró en mi boca, explorándola, lo tomé por detrás de la cabeza, para que se quedara ahí, me beso… como si de eso dependiera su vida, subió sus manos por mi espalda, acariciándola detrás de la ropa.



    -Si me amas Inuyasha…Hazme solo tuya… -Se apartó un poco de mi, bajo la mirada hasta su rodilla, luego volvió a mirarme.



    -No puedo…Quiero, Oh claro que quiero… Pero no puedo… -Me soltó y se sentó contra la pared, fijando sus ojos miel en el piso, me acerqué y me puse delante de él, yo sabia la razón de su miedo, no era necesario que me lo dijera, si había algo que se difundía rápido, eran los secretos. Fije mi mirada en su rodilla, hace 1 mes él había viajado a Inglaterra, había sido mordido por una serpiente y el veneno lo estaba consumiendo por dentro… no tardaría en morir, según los especialistas en estos casos, solo duraría 5 semanas… La noticia no me choco tanto como su aptitud después de que él se enterara. Intentaba evadirme, pero el amor no se puede evadir.



    -No me importa… y tú lo sabes, tienes que aprender Inuyasha que el amor nace y no muere…Yo te puedo amar…



    Ves que aun te puedo tocar con un dedo de amor
    Puedo hacerte temblar cuando escuchas mi voz
    No esta todo perdido si quema mi fuego en tu piel
    Cuando digo tu nombre




    -¿Piensas que dejaré que el veneno también corra por tu sangre?

    -Es más poderoso el veneno de tu indiferencia, eso me matara antes…

    -No quiero verte sufrir ¡Entiende Mujer!

    -Lo único que entiendo ahora, es que prefiero sufrir dolores físicos, que son menos dolorosos que los del corazón…

    -No Aome, solo duraré una semana más…

    -Entonces quiero que esa semana estés conmigo

    -Estaré contigo, pero contigo sana…

    -¿De que me vale vivir si no vas a estar a mi lado?

    Se que no todo acabo el amor sigue aquí
    Esto no termino tu me miras así como ayer
    Tiene tanto poder lo que siento
    Ves que lo nuestro es eterno.




    -Vale para mí, no me atrevo a privar al mundo de tus sonrisas…

    -Lo privaras, muera o no… por que si tú no estas, mi vida no es vida…

    -Vive y deja morir Aome…

    -Todo es culpa de esa estúpida serpiente.

    -Todo es culpa mía Aome, jamás debí prometerte nada.



    Yo te puedo amar
    Déjate llevar




    -¿En verdad crees que importa vivir más tiempo? ¿Qué no entiendes que solo puede llamar vida a esto, por que tú estabas a mi lado? –Dejo de mirar el piso y me miro a mi, su mirada llena de preocupación, contrastaba perfectamente con la mía, me arrodille frente a él y subí de a pocos la basta del pantalón que tenia, el seguía todo lo que hacia, pero no se permitía impedirlo. Llegue a su rodilla, ahí estaba la herida… nadie se atrevía tocarla, era venenosa…pero por ser parte de él, a mi me parecía perfecta, pose mis labios en ella, lamiéndola despacio, sentí estremecer su cuerpo, levanto mi rostro con ambas manos y lo coloco lejos de su rodilla.



    Ves que mi amor es tu amor
    Que tu ausencia es dolor
    Que es amargo el sabor si no estas, si te vas
    Y no regresas nunca más…



    -¿Qué has hecho? …¡Aome esto es veneno! –le sonreí, como solía hacer cada ves que nos encontrábamos en los pasillos, una sonrisa vale mas que mil palabras, pero un beso… vale más que mil sonrisas, me acerque a él, soltándome del agarre de sus manos y deposite un beso en sus labios, un beso que se daba más con el alma que con el cuerpo.



    Que aun te puedo llenar
    Con mi piel en tu piel de pasión
    Que aun se puede salvar la ilusión
    Para volver a respirar
    en tu corazón




    -No me importa… -Su mirada se relajo, paso sus manos por mi espalda, hasta llegar a las tiras que mantenían cerrado mi vestido, soltó una a una despacio, como dándome tiempo para pensar en lo que iba a hacer, pero era demasiado tarde, mi mente estaba demasiado ocupada con sus ojos miel, para tomarse la molestia de pensar. Cuando soltó la última tira, me pare frente a él, el vestido cayo a mis pies, dejándome completamente desnuda ante él, ahora en cuerpo y alma, él también se paro, coloco su mano en la parte baja de mi espalda y empujo mi cuerpo contra el suyo, lo sentí temblar al sentir mi piel desnuda bajo sus manos.

    Ves que me acuerdo de cada detalle de ti
    Que es mi único sueño el hacerte feliz
    Que no importa lo que haya pasado
    No importa el dolor si hoy estas a mi lado



    -Eres perfecta… -Abrase su cuello, ese cuello que había resistido mis lagrimas y mis besos furtivos, me apodere de sus labios, dejándome llevar por su compás. Sentí sus manos acariciar mi espalda, su blusa blanca era ahora un estorbo para mi, resbale mis manos por su espalda hasta el borde de su pantalón, saque de ellos la blusa y la jale hacia arriba, liberándolo, la tire lejos de ahí, me apreté más contra él, oyéndole gemir levemente por el delicioso contacto de piel contra piel.

    Yo te puedo amar
    Déjate llevar




    -¿Ahora me dirás que no quieres? –Sonrió con esa timidez que me había enamorado, baje junto a mis manos y junto a su pantalón, quitando una prenda más, se tropezó con el pantalón y cayo hacia atrás, conmigo encima, sentí un bulto entre mis piernas y me sonroje, el rió al verme en una situación tan comprometedora.

    Ves que mi amor es tu amor
    Que tu ausencia es dolor
    Que es amargo el sabor si no estas, si te vas
    Y no regresas nunca más




    -Nunca la había visto sonrojarse princesa… -con mis pies saque lo quedaba de su pantalón y me coloque sobre él, poniendo mis piernas a ambos lados de su cuerpo, me miro afligido, esto le estaba gustando demasiado… Nos estaba gustando demasiado, recorrí con mi mano su pecho desnudo, sintiéndolo temblar bajo el roce de mi piel, me recosté sobre él, me beso con ternura en el cabello, luego se dio la vuelta, dejándome debajo de él y sonriendo picaramente.

    Que aun te puedo llenar
    Con mi piel en tu piel de pasión
    Que aun se puede salvar la ilusión
    Para volver a respirar en tu corazón...en tu corazón.




    -¿Debería sorprenderme? –Negó lentamente, ahora era él, el que llevaba el control y esto era sumamente excitante, con su pulgar presiono sobre mis senos, cerré lo ojos, era exquisito, siguió con la caricia un rato más, luego se acerco y mordió levemente mis pezones, enviando choques eléctricos a cada rincón de mi cuerpo, coloco su mano debajo de mi, levantándome un poco y siguiendo su camino, lamió mis senos como si hubiera encontrado un manjar exquisito en ellos. No entendía como podía haber pensando siquiera un segundo que podría vivir sin él…levanto la mirada y sonrió, todo en el era exacto… tan perfecto… tan… mágico, sentí como recorría con su lengua mi estomago, bajando de a pocos, me deje llevar por el momento, el cuarto ya se había llenado de suspiros y ni siquiera el aire frió de afuera podía apagar el fuego que estaba encendido alrededor de nosotros.



    -Te amo, te amo, te amo, te amo… -Llego a mi entrepierna y beso mis muslos, siguió bajando hasta mis rodillas, sin dejar de saborear cada centímetro de mi piel, me estaba ahogando en un mar de éxtasis y sabia que él sentía lo mismo, paro en seco y volvió a mirarme, se levanto, dejándome en el suelo.



    -¿Qué estas haciendo? –Por un momento temí que me dejara ahí, con todas las emociones sobre mi, pero no lo hizo, se inclino y me levanto en brazos, se acerco al bacón y me sentó en la baranda. Salte hacia delante, le tenia miedo a las alturas y él lo sabia- Tú… tú sabes que le tengo miedo a las alturas… -El no contesto, me tomo de los brazos he hizo que girara, dándole la espalda, cada cosa que hacia me parecía sumamente fuera de lo común, tratándose de él, hasta un beso era algo extraño… empezó a aplicarme suaves y delicados besos en el cuello y en el hombro, haciendo que la piel se me tensara. Una de sus manos empezó a bajar hacia la parte inferior de mi, metió con la misma mano dos de sus dedos en mi interior. La otra mano la subió hacia uno de mis pechos, mientras que acercaba más su cuerpo a mí. Con su miembro ya excitado, rozaba de manera seductora desde atrás, yo empezaba a respirar un poco más fuerte ante la maravillosa sensación de ser besada y acariciada de manera amorosa y excitante.



    Ves que aun te puedo tocar con un dedo de amor
    Puedo hacerte temblar cuando escuchas mi voz
    No esta todo perdido si quema mi fuego en tu piel
    Cuando digo tu nombre


    Me apoyé sobre la baranda, tratando de controlarme, mientras gemía y respiraba agitadamente. Por su parte, Inuyasha sacó ambas manos de donde las tenía ubicada anteriormente, y las colocó sobre mi cintura, para voltearme y tenerme frente a él. Volvió a abrazarme, colocando ambas manos en mi espalda, y al mismo tiempo me acercaba nuevamente hacia él, de manera que su miembro erecto hiciera contacto con mi parte inferior. Rodee con mis brazos su cuello.

    -Ahora no hay vuelta atrás…

    -Nunca planee que la hubiera…

    -Siempre te he amado Aome

    -Lo sé…

    Inuyasha empezó a besarme apasionadamente, pasando su lengua y sus labios sobre mi rostro, haciendo que gimiera y respirara entrecortadamente. Acto seguido, empezó a recorrer con su lengua y sus labios sobre mi cuerpo. Comenzó a descender, primeramente por mi cuello, bajó hasta mis pechos y se deslizó hacia mi pecho izquierdo. Yo estaba ocupada gimiendo de placer y mi respiración era cada vez más fuerte. Mientras él lamía y succionaba mi pecho izquierdo, con su mano derecha acariciaba mi pecho derecho y su mano izquierda permanecía en mi espalda. Sujeté su cabeza con ambas manos, disfrutando más que nunca de esas caricias y esos increíbles besos. En unos segundos Inuyasha descendió por mi estómago, mientras seguía lamiendo y besando, y estando de rodillas, con sus manos abrió mis piernas e introdujo dos de sus dedos dentro de mi parte íntima. En cuanto sentí sus dedos entrar dentro de mí, gemí con más fuerza y arqueé mi espalda, llevando mis manos hacia el borde del balcón. Esa sensación tan placentera me hacía temblar de pies a cabeza, y como no podía sostenerme más, se sujeté de una de uno de los pilares. Mientras él introducía sus dedos en mi interior, se levantó para abrazarme con su brazo libre por la cintura y besarme una vez más.


    Entre jadeos y gemidos, el ambiente se tornaba bastante placentero, y eso que nos encontrábamos con la nieve cayéndonos encima. Pero qué más da, cualquier lugar es bueno para dos amantes. Ahora tenía algo en mente y decidí continuar con ese juego. Inuyasha tenia pequeños copos de nieve por todo su cuerpo, que se iban derritiendo, formando pequeños caminos de agua por su bien formado cuerpo, empecé a seguir el camino que marcaba, deslizando mis labios por su pecho, siguiendo el mismo camino que el había tomado. Ahora era él quien gemía y respiraba agitadamente por los besos y las caricias tan delicadas que le daba. Mientras yo bajaba con mis labios y lengua por su piel. Una vez quedé arrodillada, Tomó algo de nieve que tenia sobre mi cabello, y la desparrame por el delicado miembro ya erecto. Sin pensarlo dos veces lo introduje mi boca y empecé a lamerlo y succionarlo de manera suave y delicada. Inuyasha moría de placer. Ahora él había arqueado su espalda llevando su cabeza hacia atrás, mientras que sujetaba con sus manos mi cabeza y jadeaba fuertemente. En pocos minutos, Inuyasha ya no podía más y estalló de placer con un grito.

    Mientras seguía jadeando, pero esta vez menos fuerte, sujetó mis muñecas para indicarme que me levantara. Entendí el mensaje y así lo hice. Una vez más me abrazó y me besó profundamente. Rodee nuevamente con mis brazos su cuello y correspondí al beso.

    Sin romper el beso, volvió a subirme a la baranda. Lo miré sin comprender, intente bajarme, pero el se colocó más adelante, haciéndome imposible bajar.




    -Quédate ahí Aome… quiero que lo sientas…

    -Tú sabes que… tengo miedo…

    -Ese mismo miedo siento yo… no quiero que mueras, pero quiero seguir amándote…quiero que seas solo mía…

    -Entonces prosigue…



    -Eso haré… -Me sonrió con una ternura infinita, sus ojos miel bajaron lentamente por todo mi cuerpo, con sus manos abrió mis piernas, e introdujo su miembro dentro de mi, empezó a moverse suave y lentamente, arrancando varios gemidos de mis labios. Mientras yo permanecía sentada sobre la baranda, rodeando su cintura con mis piernas y con mis manos apoyada sobre los hombros de Inuyasha, él permanecía reclinado, con los brazos a los lados de mí. Me perdí en su mirada, miel y perfecta… El miedo se había ido, parecía haber subido mucho más lejos… Así continuó la danza del placer, los movimientos eran cada vez más fuertes y rápidos. Los gemidos de ambos se convirtieron en gritos y las respiraciones agitadas eran cada vez más aceleradas. Finalmente estallamos de placer con un grito, derramando él su líquido dentro de mí. Permanecimos así por unos minutos, mientras se calmaban los latidos de nuestros corazones y regresaban nuestras respiraciones a la normalidad. Me levanto en sus brazos, sacando su miembro de dentro mio, me miro directamente a los ojos, su timidez había vuelto… pero eso no importaba, yo lo amaba así, me abrase a él, abrigándome del frió de alrededor- Aome… Discúlpame…



    -¿Qué te voy a disculpar?

    -Ahora tú también tienes el veneno…

    -Moriría mil veces por otra noche como esta…

    -Eres única…



    -Te amo… Por eso soy única… -entramos nuevamente en la torre, y nos echamos recostados a la pared, lo bese nuevamente, concentrándome en trasmitirle la mayor cantidad de amor, sentí un dolor en el pecho, pero no se lo dije… El veneno iba a hacer efecto más rápido en mi, me apoye en su pecho, sintiendo los latidos de su corazon, cerré los ojos, me sentía cansada, sentí su latidos aun más débiles, me abrazó con fuerza, yo me pegue aun más a él… sentí pasos afuera, ya no sentía mi cuerpo…y sus latidos eran ya casi inexistentes, al igual que los míos…



    -Aome… se acabo…

    -No… recién empieza amor…

    -Te amo…
     
  2.  
    _KanaË

    _KanaË Fanático

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    Escritora
    Re: Yo te puedo amar

    holas!!!!acabo de leer este ff esta muy bello valla forma de redactar que tienes!!!!!eres muy buena!!!al fin inu y kag estan juntos!!!!!me encanta!!!espero que no deban morir!!!:llorar:
    nos vemos
    naty
     
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