"G" de "Gatos"

Publicado por Chaos Lady en el blog ♫♪. Vistas: 359

"G" de "Gatos"
Mayo 20, 2016

Como una más de la lista de todas las cosas que las personas hemos hecho mal está el maltrato animal. Y es que pareciera que a los humanos se nos paga por echar las cosas a perder (ojo, a unos más que otros); desde siempre me han gustado los animalitos, pero teniendo una abuela que odia las mascotas fue difícil tener animalitos, muy apesar de que yo quería el Zoo entero en mi casa x"D. Fue hasta los 13 que tuve mi primer animalito.

Un lorito bebé que fue mi amor por dos años; tan así que el animal dormía encima de mí (sí, no es broma). Ese lorito se salió de la casa gracias a un descuido de la muchacha que limpiaba. Y después, en el 2010 llegó un gatito flaco que maullaba por comida a mi vecina. La pobre mujer se estaba volviendo loca por que sus perritos chihuahuas tenían un escándalo con sus ladridos en contra del gatito... así que me dijo si le podía dar comida en mi cochera. Yo misma saqué una lata de atún para darle de comer y me enamoré de la bola de pelos. Se quedó y meses después supe que era una gatita. Kiara llegó y sigue conmigo a la fecha, es una gata malcriada, consentida que cree que soy su reposet personal.

La amo.
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Desde la Kiara me enfoqué mucho en los animales, así que convenci a mis papas que me dejaran darle comida a los animales callejeros xD desde ese entonces a la fecha he rescatado como 12 gatos que les busco casas seguras donde los quieran y vivan bien.


¿Hasta ahora bonita la historia, no?
Pero esta entrada de blog no es para hablar de eso. Esta entrada es para hablar de Momo.

Momo es un gatito gris con nariz rosita y patitas blancas que llegó a mi vida la noche del 27 de Noviembre del 2013. ¿Cómo me acuerdo?

Estaba haciendo muchísimo viento, feísimo. Y debajo de mi carro escuchaba llorar una gata. Creí que ese estaba peleando así que sali a querer espantarla pero entre lo oscuro y que estaba debajo del carro no veia bien. Cuando moví el carro me encontré con una bolita de pelos diminuta que se arrastraba buscando refugio. Tomé al gatito y me lo llevé adentro. Estaba en una condición pésima, de hecho puedo decir que es el gato más feo que he visto.

Sus ojos estaban cubiertos de un moco-verde-lagañoso espantoso, no podía abrirlos. Su nariz estaba inflamada y roja, con sanguaza por la irritación y mocos tipo flema pegosteados alrededor. Sus orejas estaban llenas de puntos negros y el pelaje de la zona estaba descarapelado. Estaba cubierto de lodo, hierbas y cosas que no supe que eran, finalmente aquel gatito tenía ambas patas frontales quebradas, dobladas hacia adentro.

Esa noche lo alimenté pero vomitó absolutamente todo. A primera hora en la mañana lo llevé con el veterinario... El gatito tenía infecciones, estaba severamente desnutrido y deshidratado. Los huesos de sus patitas ya habían comenzado a soldarse y tratar de arreglarlo solamente le provocaría dolor que lo mataría. El doctor también me contó sobre los daños que yo no veía. Golpes.

Me explicó que a ese gatito lo habían pateado, golpeado, o bien dado con una escoba hasta que había quedado así.

¿Su recomendación? Dejarlo morir por que en la clínica no había alguien que le diera los cuidados que necesitaba. Estaba por irme, pero me quedé pensando... ¿Por qué se tenía que morir si eso lo había ocasionado un humano? No es que fuera un gatito que viniera mal genéticamente o que la madre naturaleza no lo había favorecido. Un Humano, un vecino mío había golpeado a una bolita de pelos de no más de 20 centímetros hasta que seguramente lo creyó muerto, por que el gato apenas si se movía.

Le dije al doctor que no. Que me dijera qué y cómo se hacía para que el gato viviera. Estuvo cuatro días demasiado delicado, las medicinas eran casi cada hora para que se mantuviera. En cuatro días mi mundo se encerró al gatito y yo. A las tres de la tarde del quinto día le dieron su última inyección de antibioticos, y tras revisarlo el doctor le cambió la medicación y me dijo que iba a vivir.

Entonces "el gatito" se volvió Momo.

Momo no salta, no caza ni puede correr. Sus patitas, su columna vertebral y su colita quedaron dañadas permanentemente a pesar de que no le provocan dolor (me aseguré de eso), también, debido a los golpes en la cabeza, sus sensores felinos quedaron dañados, así que no tiene los instintos tan desarrollados como un gato normal. También uno de sus ojitos está dañado por las infecciones que sufrió y no ve bien con el, por eso a veces choca con las cosas.

Momo tiene accidentes, a veces se llena de comida o se moja con su agua. A veces no llega a la caja de arena y tengo que limpiar cosas algo desagradables; le tiene terror a la escoba y cuando llegan visitas corre a esconderse en un rinconsito debajo de la cama.

Momo es un gatito discapacitado por que un humano tuvo las agallas de golpearlo y hacerle daño cuando era bebé.

Pero a pesar de tooooodo eso, Momo vive bien y es feliz. Come mucho, muuucho y duerme aun más. Jamás ha vuelto a sufrir frío ni calor por que tiene un par de humanas que lo atienden siempre y lo acosan, tanto que a veces se va a la puerta y se acuesta a ver hacia afuera.

Momo me hizo pensar muchísimo. ¿Cuántos animales no mueren o viven aterrados de nosotros? ¿Cuántos perros y gatos viven como si estuvieran en una guerra con una especie que es desalmada?

Mi gato es uno de ¿cuántos?

Debemos pensar más. MUCHO más en el impacto que dejamos en este mundo. No solamente para los animales sino para otras personas. ¿Qué estamos haciendo aquí y qué estamos dejando? ¿Realmente estamos dejando lo mejor de nosotros?

Y, siempre me dicen que cambiar el mundo es imposible y que estoy siendo demasiado optimista... pero yo creo que si bien no podemos cambiar el mundo entero solos, podemos cambiarle el mundo a alguien. Puede ser un amigo, una persona desconocida, o como yo: a bolas de pelo.

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