Dos caminos y "el atajo."
Publicado por Aglicht en el blog El blog de Aglicht. Vistas: 349
Desde que tuve consciencia me di cuenta y entendí que en la vida habría dos caminos a elegir, y que en ocasiones, dependiendo la situación, serían incómodos o emocionantes.
Esos dos caminos eran "Sí" o "No", se llamaban decisiones, y en verdad era difícil ir por uno, por lo que, conocí el "No sé, te digo después, deja lo pienso, etc."
Era el camino de la inactividad, de dejar las cosas para después en lo que me preparaba mejor, en lo que me daba más valor, o en lo que esperaba que lo olvidaran, o se solucionaran con el tiempo, sin que tuviera que hacer algo al respecto de preferencia.
Pero entonces, y aunque decidir irme por la vía de la inactividad, parecía lo más cómodo, está bien si era incómodo cuando alguien esperaba que diera respuesta a algo que no era tan fácil para mí, como lo sería elegir algo banal. Tanto si era por que esa persona esperara un Sí o un No, además de tener que dar las razones de mi decisión, que era más sencillo que prefiriera que me tragase la tierra.
Y tengo grabadas cada una de las miradas de decepción, que recibí por hacerme loca, por dejarlo para otra ocasión, o por decir lo que esperaban escuchar pero con mi acción hacer lo contrario.
Entonces quedé catalogada entre las personas que son indecisas, que no son confiables, y otros tanto títulos poco honorables. Y al comprender que sería una de los tantos cobardes, me enojaba y quería hacer algo para dejar de serlo ¿pero qué? ¿estaré a tiempo para encaminarme de nuevo? ¿necesitaré prepararme más?
¡Al carajo! Recordé las ocasiones en que por no decidirme, otros eligieron por mí y por supuesto, no me gustó que decidieran por mí. Porque no era lo que yo quería. ¿Cuántas veces dije que sí, cuando quise decir no? Esas fueron las peores que decir no, cuando quise decir sí. Aunque ambas me habían dejado frustrada, impotente, enojada conmigo, con los demás, con el mundo, pero volvía a enojarme conmigo, porque era mi culpa, al no hacer nada.
Y un día, después de varios años y algunos libros que hablan sobre tomar acción, claro yo sólo deseaba conseguir las riquezas que decían conseguiría aplicando sus secretos y su forma de pensar; y lamentablemente una de las "recetas" era TOMAR DECISIONES y actuar sobre ello.
Quien no toma decisiones sobre su situación económica, corre el riesgo de que otros decidan por él.
Y yo me dije, "Si no tomas decisiones sobre tu vida laboral, profesional, económica, social, personal, alguien más lo hará por ti, y no te va a gustar."
Empezaba a hacerme ruido mi conclusión cuando, mi costumbre de inacción volvió a aparecer. Verme encerrada con un compañero del trabajo, al que conocía desde que había entrado a la empresa hace cinco años, y me caía bien. Pero al momento de saludarle, terminé por acompañarlo a un área restringida, en la que quería que decidiera darme una oportunidad con él, o no me dejaría salir.
¿Qué? Fue lo que pensé, dije que no, pero caí en error de no mantener firme el no por temor a molestarle. Me dejó salir y respiré aliviada porque ya intuía algo peor, y lo peor sería que yo no tuviera la fuerza de mantener mi decisión de negarme. Claro que me obligué a darle aparte de un sí a regañadientes, un beso y la promesa de quedarme un poco de tiempo con él a la salida y cambiar mi hora de comida al horario de él.
Yo ya sabía que era de esas veces que decía sí, pero actuaría en no.
Y me dio coraje conmigo, me repetí las frases que había leído y a las que había concluido, y entonces me dije que sin importar el miedo, no volvería a dejar que alguien decidiera por mí. ¿Qué sería lo peor que podía pasarme? No debía compararse a lo que ya había pagado por no actuar.
Y eso hice... Mi compañero se fue de vacaciones antes de que le dijera que no quería nada con él y no haría nada de lo que me pidió, por lo que decidí dejarlo para cuando regresara y dedicarme a mis asuntos "dejados para cuando se presente la ocasión" desde hace años.
Primero fue, aclarar mi relación intermitente con el ex que llevaba esperando que se decidiera por mí, desde hace 5 años. Me pregunté ¿porqué lo hacía? Y sabía que era porque extrañaba lo que éramos cuando empezamos, y que duró sólo 4 meses. Pero desde entonces, nuestra historia estaba llena de confusiones. Las pocas veces que decidía alejarme por que sus actitudes me dolían, él me pedía perdón, y me pedía que no lo dejara que todo se arreglaría, pero nunca decía cómo. Me decía que yo era importante para él, pero no sentí que me lo demostrara, no sentí que valiera más que para darle espacio en mi cama cuando él quisiera.
¿Porqué me decía que le seguía queriendo, si le había dejado humillarme más de lo que ningún otro ex novio hizo?
Y aunque sabía lo que resultaría, y con algo de ayuda al estar bajo efectos de la marihuana, ya que nos vimos ese día porque le dije que sí probaría fumar por esa vez. Y bueno la experiencia fue relajante, tanto que dije aquí y ahora, lo que salga. Le dije lo que sentía, le dije lo que quería de él, lo que había esperado... Me dijo que ya éramos diferentes, que necesitaba a alguien con más paciencia, y a cada solución que le daba, el me ponía un pero y entonces le dije: Está bien, no es a huevo que me digas que sí, ya entendí tu no y así será. Claro que me dijo que en un futuro quizás podría ser...
¡En un futuro madres! me gritó mi mente. Porque sólo asentí, pero no estaba dispuesta a perder otros cinco años y a seguir siendo su "desestrés". Y aún así, me dolió al otro día, y anduve deprimida por unos días, poniendo música para dolidos y el drama que solía hacer cuando mis relaciones terminaban, con excepción de volverlo a buscar.
Lo segundo que me obligué a decidir, fue si continuaría estudiando o no. Sabía que quería estudiar la universidad, en verdad quería, pero no elegía carrera y si la elegía, la postergaba. Y me dije, muy bien, ya elegimos Administración y Finanzas, ahora hagamos lo que nos corresponde para empezar. Y ahora comienzo mis materias hasta el 3 de abril, cuando pude haber empezado desde el 9 de enero, y todo por no actuar, pero mejor tarde que nunca.
Lo tercero, fue lo de mi compañero. Regresó ayer, y ayer mismo lo enfrenté. Ésta vez no dejé que me encerrara, y aunque anduvo rogando por que lo intentara una semana, mantuve mi no. Fue todo un reto, pero sé que hice lo correcto.
Me faltan más cosas, pero estoy decidida a no perder más mi tiempo, a no volver a dejarme ser marioneta de los demás, y a conseguir la riqueza que quiero, claro está. Fracase lo que fracase, seguiré yendo por mis sueños, hasta que lo logre o muera en el intento, pero no moriré como una cobarde.
a niña Elric le gusta esto.
Necesitas tener sesión iniciada para dejar un comentario