Ángel de alas rotas

«A cada intento de vuelo te fueron quebrando las alas. Una a una clavaron las estacas y sangraste callado tus ganas de emprender el vuelo. Lo intentaste en silencio una y mil veces, y la sangre tiñiendo de carmín tus plumas. Ángel de alas rotas, no pudimos salvarte y cuánto nos duele, porque nos dejaste atrás. Arrancaste tus alas de cuajo y te forjaste otras de lágrimas y angustia para por fin emprender el vuelo que tanto anhelabas, lejos del dolor de estos días de sol interminable. Volaste más allá del firmamento, donde solo el pensamiento puede alcanzarte. ¡Ay, ángel de alas rotas, te debemos tanto! Que tu partida nos permita forjar el camino para que los ángeles que aún viven entre nosotros puedan revolotear libres, sin que los espantemos, sin que nos teman... sin que nos dejen. Permíteme alzar hasta ti una plegaria por tu largo viaje, para que puedas encontrar la paz que no pudimos brindarte.»

Dedicado a la memoria de Franco Álvarez