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  1. Todo estaba tranquilo en la abandonada y remota aldea de Espinho do Lago.
    Todo seguía en una imperturbable quietud ante el reflejo de las luminosas aguas.
    Todo continuaba olvidado más allá de la frondosa colina.
    Así de tranquilo, imperturbable y abandonado... hasta que llegó Sofiriena.

    Las sombras del lago - Novela completa en Wattpad
    Preludio - Ese día
    Capítulo 1: Miércoles
    Capítulo 2: Jueves
    Capítulo 3: Viernes
    Capítulo 4: Sábado
    Capítulo 5: Lunes
    Epílogo: Año nuevo
    Novela escrita, principalmente, para participar en un concurso. Desde esa ocasión, he empleado un adagio que deja claro el trabajo de todo escritor: "Escribe tres días, corrige siete". Al fin y al cabo, fue escrita en diez días...
  2. A muchos nos ha ocurrido que no nos tomen en serio, ya sea en un bando o en otro. Por alguna razón, nunca estamos a la altura de nadie, a pesar de que siempre nos solicitan que estemos en el bando que tanto nos critica.
    Cuando somos débiles, no servimos; cuando somos torpes, no somos útiles; cuando somos ignorantes, nos mandan de vuelta a estudiar lo que a los demás les conviene.
    Pero hay veces que, aún a sabiendas que somos competentes en mucho de lo que hacemos, seguimos siendo criticados por no poseer ese conocimiento, fortaleza o habilidad en concreto.
    Eso puede ser cosa de lo que yo llamo "el incómodo punto medio" (IPM).
    ¿No os ha pasado que vuestros padres han criticado la falta de un conocimiento concreto porque atendías al abuelo y que el abuelo ha criticado la educación de sus nietos a sus padres? Eso es un caso de IPM.
    ¿Ha ocurrido que vuestros amigos urbanitas os consideran paletos de campo y que los nombrados paletos de campo os denominan urbanitas? Otro caso de IPM.
    ¿Y aquellos que os consideran brutos? ¿No desean que seáis más delicados cuando aquellos brutos que os rodean os señalan que sois demasiado detallistas? IPM, IPM y más IPM.
    Y uno se parará a preguntar qué pasa y qué podríamos hacer para solucionarlo.
    Lo que pasa es que el mundo es exigente y el mundo está lleno de gente criticona que sólo admite solucionar los problemas a su manera. Así que, si surge una persona de pensamiento flexible o, al menos, de conocimientos más extensos y menos dogmáticos, siempre se cebarán en ellas, siempre señalando lo negativo y rara vez lo positivo, incluso si aquella persona incursa en ese incómodo punto medio ha solucionado el problema de una forma tan competente como el que critica.
    Si existiera una escala de opuestos de diez a menos diez, el punto incómodo siempre se movería entre cinco y menos cinco. Ergo, si eres un urbanita que se mueve habitualmente por regiones rurales para hacer trabajos en el campo, siempre serás criticado como urbanita por los rurales y los rurales te acusarán de lo contrario.

    Así que, desde mi punto de vista, sólo existen tres soluciones:
    1- Elige bando y atente sólo a lo que ese bando te recomienda, sugiere y, cómo no, exige.
    2- Soportar y capear críticas, a pesar de todo. No tienes que pedir disculpas por comportarte tal como eres.
    3- ¿Ellos critican? Nadie ha dicho que no puedas devolverles el golpe con críticas propias.

    Como sea, con este mundo en el que todos tenemos que hacer "un poco de todo", hay cada vez más IPMs. Puestos de trabajo, proyectos personales, exigencias familiares... siempre sabremos un poco de todo, pero nunca lo suficiente ni en la medida exigida por aquellos que observan.

    Sólo "somos". Vivir una vida por uno mismo es algo a lo que deberíamos aspirar.

    Hasta más leer,
    Jeshua Morbus
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  3. Soy una persona cansada. No encuentro palabra mejor para definir lo que siento ahora mismo que no sea "cansancio". He visto reyes derrotar ejércitos, grandes príncipes de brillante espada dirigir a héroes hacia una victoria segura; elegidos capaces de darle la vuelta a grandes crisis y brillantes alumnos encontrando la solución a debacles imposibles.
    He visto a los grandes cumplir con sus grandezas.
    He visto a los carismáticos genios ir más allá del común de los mortales.
    He visto cómo la palabra de ánimo de un sabio puede convertir a alguien que se suponía normal en el líder del futuro.
    Y, entonces, ¿qué pasa con el resto de la gente? ¿Para qué existen los mediocres? ¿Qué historia tienen que contar los soldados de tres al cuarto?
    ¿Qué pasa con nosotros?
    Comprendo el punto de crear héroes a los que mirar según crecemos; ideales imposibles a los que podemos aspirar pero, a medida que crecemos, encontramos el desencanto. "Desencanto" es una palabra horrible en más de un sentido: lo que antes encontrábamos maravilloso, con la perspectiva del tiempo hallamos las arrugas y flecos de tales héroes.
    El príncipe violó a la Bella Durmiente. La bestia era sólo un niño asustado. Han Solo disparó primero. Y los orcos eran las víctimas de un genocidio.
    No podemos evitar verlo y, por ello, ahora yo rompo una lanza por aquellos mediocres.

    Menos historias de elegidos.
    No tantos reyes y príncipes.
    Menos títulos rimbombantes.

    Bienvenidos sean los héroes que no apreciamos.
    Aquellos que, como Momo, se limitaban a escuchar a la gente.
    Aquellos que, como Rincewind, preferían huir a enfrentarse a nadie.
    Aquellos que, como Question, sólo hacían lo que podían con lo poco que tenían a mano.
    Aquellos que, en su humildad, dieron lugar a heroicidades inspiradoras, incluso si nadie se detenía a apreciar la grandeza de sus pequeñas gestas.

    Hasta más leer,
    Jeshua Morbus
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