El baúl de los secretos de Ichiinou

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Seamos sinceros, hay muchas cosas que me han dejado una huella así en el corazón, no obstante, hablaré de una que no es nada positiva y que me acuerdo, porque la verdad, me dolió en el alma.
Cuando estuve estudiando Producción Audiovisual, en mi segundo año, tenía una profesora que digamos, no era de mi máximo agrado. Una vez tuvimos que hacer un trabajo en grupo y justamente a mí me tocó con las más listas de la clase. Yo siempre me he considerado alguien normal en cuanto a eso y me sigo considerando.
Yo soy una persona tímida y aunque tenga mucha información en la cabeza, el expresarlo oralmente en una exposición delante de la clase, pues se me hace una tarea bastante ardua.
Bueno, como en las demás exposiciones, me mostré como esa persona que aunque sepa un poco, no es capaz de expresarlo con soltura, pero ella lo interpretó de otra manera. Simplemente, interpretó que yo no había estudiado. Y ahora, sin enrollarme más, iré al tema del que supuestamente trata esta entrada.
En la calificación que hizo delante de clase, se dirigió a mí con exactamente estas palabras: "Tú eres como una rémora, te vas alimentando de los peces grandes y así es como sobrevives en el instituto".
Cuando escuché eso, ya os podéis imaginar, mi alma se me fue al suelo y bueno, realmente, le guardé rencor a esa profesora durante mucho tiempo. Ese día fue uno de los más embarazosos en mi vida de estudiante y seguramente, uno de los que más mal me sentí.
Y creo, que nunca me olvidaré de esas palabras, se quedaron en mi corazón y aún ahora, me siguen doliendo. Supongo que soy rara, no lo sé. Y bueno, eso era lo que quería compartir con vosotros. Ahora ya sabéis algo más sobre mí.
Gracias por leer esta entrada tan... rara.

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1. Una sonrisa sincera de la persona adecuada.
2. Mirarme al espejo y reconocerme.
3. Sentir que he hecho un buen trabajo.
4. La felicidad de las personas que quiero.
5. Notarme capacitada para hacer algo que me gusta.
6. La dulzura, tanto en la cocina, como fuera de ella.
7. Pasar desapercibida.
8. Tener el control.
9. Saber que estoy haciendo lo correcto.
10. Sonreír, todo lo que pueda.

¿Qué es un héroe para ti? Muchos dirán que quizá su ídolo o puede que algunos hablen de alguna profesión que se arriesgue a salvar vidas todos los días, ¿verdad? Pero os diré qué es para mí un héroe. Para mí es esa persona, que pese a que su obligación no es ayudar a los demás, lo hace, asumiendo el riesgo de que puede lastimarse en el proceso.

Un héroe no necesita salir de casa para serlo, incluso puede que hasta no necesite moverse, ya que es algo que se lleva en el corazón y puedes ejercerlo desde cualquier lado.

Por eso, estoy segura, de que si algún héroe está leyendo esto, sabrá que se habla de él, de esa persona, que aunque anónima, hace que el mundo marche un poquito mejor, porque él es quien contrarresta las acciones de los villanos. Porque al igual que los héroes, estos también existen. Nunca hay una cara de la moneda, sin la otra.

Hay muchos héroes en el mundo, encontrarlo es tu reto. ¿Quién formula ese reto? Pues yo. Te reto a que conozcas tantos héroes como puedas y quizás, solamente quizás, incluso puedas convertirte en uno, si es que no lo eres ya.

¡Suerte en la búsqueda!

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Un aporte más para la actividad de @Shani "Días de abecedario". Se la dedico a @Chaos Lady que seguro sabrá por qué cuando lo lea.

Ahí estaba, frente a la pantalla, tratando de descifrar aquello que se encontraba ante sus ojos, no sabía exactamente qué quería decir todo aquel texto, quería pegarse bofetadas con el diccionario de la real academia española hasta la muerte. Sentía cómo sus retinas ardían y como poco a poco perdía las ganas de vivir. No podía ser que aquello que tenía delante quisiese llamarse literatura, porque realmente, era un insulto para la misma.

Respiró hondo, se tranquilizó y continuó con aquella corrección, porque por encima de todo, estaba su corazón noble dispuesto a ayudar a las personas y darle una oportunidad, ya que por algo se empieza y las grandes cosas podían empezar así, como experimentos fallidos.

Rumió todas aquellas palabras mal puestas y tragó aquel galimatías encontrándole algo de sentido al fin.

Chiquitín, así era aquel ratoncito que correteaba por el jardín de su casa. No lo había visto nunca o al menos no lo recordaba, pero era tan simpático, tan adorable, que a la niña no le costó mucho encariñarse con él.

También, para la sorpresa de la niña, a aquel ratoncito parecía agradarle el contacto con ella y muchas veces se posaba en su mano y con sus leves chillidos y sus movimientos de hocico, ambos hablaban sobre la dominación mundial. El ratoncito y la niña, la niña y el ratoncito. Ambos juntos, siempre. Aunque siempre, era una palabra tan delicada como el significado mismo de esta. Pero aquel ratoncito sería eterno, mientras la niña pudiese estar ahí, ese ratoncito existiría, porque había ocupado un bello lugar en su corazón.

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Este relato está dedicado e inspirado en @Rider , yo y nuestra bonita amistad. ¡Espero que te guste!

¿Cómo empezar esta bonita carta para mi preciada orientadora? Sí, para esa dulce hadita que con su magia me ayudó a integrarme en este foro al cual quiero con todo mi corazón y en el cual he aprendido a sentirme como si estuviese en casa. Y gran parte de eso, te lo debo a ti. Con tus palabras cálidas, tu ayuda y demás, me ayudaste a hacer mi estancia más permanente, me enseñaste las cosas buenas de FFL y me orientaste hacia el camino correcto.

Eres una personita especial, dulce, siempre con una sonrisa y que creo que no he conocido lo suficiente y que debería conocer más, para poder así sentirme satisfecha en algún aspecto. Sé que no hablamos mucho, pero te agradezco el tiempo que me dedicaste y que aún me dedicas a veces, para alegrarme un poquito más el día.

Espero que tengas un bonito día de los enamorados, y sobretodo, que el amor, en cualquiera de sus múltiples formas, te guíe en tu camino de hada, así como tú me guiaste a mí con el tuyo.

Firmado: Tu pequeña orientada.

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Por si no ha quedado claro, esta cartita va dirigida a @Mary Dragneel , a quien le agradezco su dedicación como orientadora. <3

Duele cada vez que llegas, mucho, tanto que quisiera que no volvieses más, pero no puedo evitar sentirme aliviada y feliz cada vez que estás aquí. Te necesito, tú, mi compañera desde la adolescencia, mi fiel acompañante hasta la senectud, tú, que aún después estarás siempre en mis pensamientos, tú, a la que añoraré en cuanto se vaya, tú.
Tú, que haces llorar a tantas féminas con tu ausencia, tú, que nos maltratas con tu presencia tú, que tanto tu presencia como tu ausencia pueden ser símbolo de alegría, tú, ¿quién eres tú? Quizás solamente seas yo misma o quizás estés en todas las mujeres del mundo, porque eres ahí estás, dentro de nosotras, tú.

Dueles, eres engorrosa y me gustaría muchas veces no haberte ni conocido, pero no te vayas, no, porque si te vas, yo me estaré yendo también y no quiero eso, porque no quiero tener que olvidarte, no quiero que me olvides, no quiero que el mundo se acabe y simplemente ya no estés tú. Tú. Embarazosa en mi juventud, pero ahora tan importante, tú.

Baja una vez más las escaleras de mi interior y cumple con los designios de la naturaleza, pues eres y serás, mi mayor alegría y mi mayor tristeza. Tú.

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A ver si alguien cae en la cuenta de quién es esa chica de rojo. Pista: No es Caperucita Roja.

Quisiera dedicarte mis más bellos deseos en esta carta, querido, porque por lo poco que te conozco he notado que eres una persona inteligente, sensible y con mucho talento. Un gran escritor, un gran poeta y una gran persona. Y no va enumerado por orden de importancia.

Me gusta tu humor, me gusta que siempre estés disponible para ayudarme y que incluso toleres que abra mi saco de banners en cualquier momento y hagas todo lo que te encomiendo con la mayor celeridad posible, me alegra que entre todos los del staff me hayáis elegido para formar parte de vosotros, porque poco a poco os voy conociendo a todos y cogiéndoos más cariño. Raro es el día que no me paso por tu perfil a echar un vistazo o simplemente a saludar, raro es el día en el que un post tuyo no me parece fabuloso.

Eres una persona admirable, un gran líder y tienes una personalidad muy definida, me gusta. Espero que poco a poco, en mi travesía por estas aguas me dejes conocer más de ese bello Cisne que eres. ¿Sí?

Ten un feliz día de los enamorados y no te olvides de que el amor puede estar en cualquier lado, incluso en la cosa más pequeña. Así que con amor, te termino de escribir esta carta, gracias por ser como eres y espero, que sigamos conociéndonos. :3

Firmado: Esa chica de ahí que siempre te trae trabajo.

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Por si no ha quedado suficientemente claro, esta cartita va dirigida a @Cygnus . Espero que te guste. <3

II​

La voz que Marie escuchó al otro lado del teléfono no le transmitió nada, simplemente era un desconocido, alguien que llamaba a altas horas de la noche con algún fin que averiguaría en instantes.

—Buenas noches, ¿la señorita Marie?

Aquella pregunta le transmitió suficiente información a la chica, que supo al instante que era alguien del trabajo. Siempre le llamaban así, por su segundo nombre, el que ella había decidido empezar a usar a su llegada a París, el que sentía realmente como suyo. No le gustaba que le llamasen Angélique.

—¿Sí? Soy yo. ¿Quién habla?

—Oh, señorita, mi nombre es lo de menos, ya que solamente represento a Teodore Maximillian, estoy seguro de que ha escuchado hablar de él —escuchó Marie de aquel desconocido mientras se acubillaba debajo de una mantita que tenía en el sofá, a sabiendas de que empaparía tanto el mueble como esta.

Por supuesto que tenía constancia de quién era aquel hombre. Era uno de los más grandes productores de la industria pornográfica en París, mucha gente en su gremio soñaba con trabajar para él. Ella sin embargo, prefería la discreta productora para la que trabajaba, era suficiente lo que ganaba y nunca había aspirado a más fama, no, no necesitaba ese tipo de fama, no más de la necesaria.

—Claro que sé quién es, ¿y qué quiere el señor Maximillian de mí?

—Quiere ofrecerte un contrato laboral —las palabras dichas por aquel hombre al otro lado del teléfono, le sentaron un poco mal a Marie, que no sabía exactamente qué responder—, bueno, en realidad, ya trabaja usted para él. Le ha comprado los derechos sobre usted a su actual jefe y mañana mismo empezará a trabajar en su productora. La queremos en el plató 3 a las nueve de la mañana. Sea puntual y venga con disposición, al señor Maximillian no le gusta que le hagan esperar.

Y dicho eso, colgó. El pitido que sonó después de colgar el teléfono aquel hombre se le clavó en el tímpano a Marie y sintió como si le estuviese sesgando el alma. ¿Había sido vendida? ¿A caso solamente era una simple esclava? No había sido nunca nada para Micaelo, eso estaba claro. Hasta su horrible caniche parecía tener más valor para él que la vida de su empleada.

Suspiró pesadamente y pensó en la situación. Muchas la envidiarían, pero ella estaba ahí, sintiéndose la mujer más desdichada del mundo, por haber sido traicionada por un productor de poca monta y que seguramente la cambiaría por otra más joven y más guapa y con menos experiencia a la que pudiese domar mejor. Si tampoco era tan malo visto desde esa perspectiva. Solamente era una falta total de respeto.

Se hizo un ovillo en el sofá y cubriéndose con la manta parcialmente empapada, dejó que el calor de la calefacción y el cansancio le guiasen hacia un dulce sueño. Mañana iba a ser un día muy largo.

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Notó el calentito aliento del sol en la nuca y se levantó rápidamente. No quería llegar tarde, sabía que hacer enfadar a su nuevo jefe solamente la llevaría a la calle y ahora mismo estaba con un pie fuera ya y no quería echar el otro.

No tardó mucho en arreglarse, siempre se daba prisa. Tuvo que alisarse el pelo porque debido a que no se lo había arreglado como siempre la noche anterior después de ducharse, pues lo tenía bastante encrespado. Cuando se miró al espejo justo antes de marcharse, pudo verse. Allí estaba, largo cabello liso enmarcaba su cara redondeada, donde unos labios pintados con un color rojo intenso destacaban y sus ojos color esmeralda parecían querer atravesar paredes, aquella mirada fija, serena, asustaba siempre más que calmaba. Iba vestida con un traje con pantalón, los colores clásicos, negro y blanco, pero se había encargado de asegurar que su camisa y la americana que usaba resaltasen su esbelto busto. Quería resaltar sus cualidades, aunque seguramente su nuevo dueño ya las conocería de muy buena tinta, como algunos otros hombres seguramente e incluso quizás hasta mujeres.

—Tú puedes, Marie —se dijo en voz alta echándose un último vistazo al espejo.

El viaje transcurrió rápido, estaba nerviosa y no paraba de mecer su pierna derecha sentada en la parte trasera del taxi que había cogido para ir hasta el estudio. No conocía muy bien aquella zona, por lo que no iba a arriesgarse a ir andando y perderse, no, hoy no podía permitirse eso.

—Su cara me suena, ¿es usted famosa? —le dijo el taxista cuando Marie le puso el dinero en la mano al final del trayecto.

La chica no pudo evitar reírse discretamente por aquella pregunta, quizás aquel hombre fuese uno de sus clientes y en aquel caso habían invertido los roles.

Sin decir nada más, salió del coche y se despidió del taxista con un ademán. No quería perder tiempo en conversaciones banales.

Al encontrarse delante del gran edificio marmóreo de aquella gran productora, Marie sintió una sensación inevitable de pánico, no fue realmente fuerte, pero sí lo suficiente para que sintiese un leve mareo. Respiró hondo, sabía que lo haría bien, siempre había hecho bien su trabajo. Aquella vez no iba a ser distinta, triunfaría.

Dio un paso al frente y se encaminó a la puerta giratoria del gran edificio. Marie pensó que la elección de aquella puerta quizás era para hacer una metáfora sobre las vueltas que puede dar la vida y que te llevan por ejemplo, a sitios como ese en el que quizás no imaginaste nunca estar. Quizás.

Al ver el gran recibidor espléndidamente iluminado buscó con la mirada algún sitio parecido a “información” y a pocos metros a la derecha, allí lo vio. Había un chico ataviado con una camisa blanca y que tenía un peinado un tanto desaliñado que estaba apoyado en el mostrador y anotaba cosas en una libreta, al parecer con desgana.

Se acercó con paso decidido haciendo que sus tacones resonasen, pero eso no pareció alertar al chico que no levantó la mirada de la libreta en la que anotaba cosas. Solamente le hizo caso cuando carraspeó. Este levantó la mirada y una sonrisa atravesó su rostro.

—La señorita Marie, la estaba esperando —dijo reconociéndola y erguiéndose al instante.

—Vaya, veo que me ha reconocido. ¿Y usted es?

—Mi nombre sigue sin interesarle señorita Marie, solamente importa el señor Maximillian en este caso, el cual le está esperando en el plató 3 para explicarle la nueva obra en la que participará. ¿Está preparada?

—Claro.

¿Qué otra cosa podía responder? ¿Tenía alguna opción? Si ya había quedado claro que quisiese o no iba a trabajar para aquel hombre, solamente esperaba que no fuese tan baboso como su anterior jefe y la respetase, tenía fama de ser muy refinado, igual tenía suerte y era más discreto que Micaelo.

Aquel chico de cabello oscuro desaliñado la dirigió hacia donde se suponía que debía ir. Lo cual agradeció bastante, ya que le costaría orientarse en un sitio tan grande.

Al llegar al plató correspondiente el joven que la estaba guiando se asomó sin dejarla entrar ni vislumbrar lo que había dentro.

—Maestro, Marie está aquí. ¿Puede pasar?

—Por supuesto —una voz grave sonó al otro lado de la puerta y por alguna razón, hizo emerger una mala sensación en Marie, pero decidió desecharla para concentrarse en lo que debía hacer—, haz pasar a la señorita.

Entonces su guía abrió la puerta y dejó ver aquel plató, era notablemente más grande que en el que solía trabajar Marie, lo cual le hacía sentir una ligera fascinación y allí mirándola fijamente estaban dos personas, una mujer y un hombre.

Nunca le había puesto un rostro a Maximillian, pero la verdad, Marie le había imaginado más alto y desgarbado, se había imaginado al típico francés refinado. En cambio, allí estaba, un hombre bajito y regordete, con un pelo rubio que bien podría ser un peluquín por el aspecto que tenía que parecía ligeramente grasoso, además de que vestía un traje que parecía de siglos atrás, quizás no era como imaginaba, pero era un hombre muy peculiar.

—Querida Marie, lamento que todo hubiese sido tan apresurado, pero ayer a la noche me confirmó Micaelo que aceptaba mi oferta y tuve que hacer que te llamasen aunque fuese tan tarde. Espero que me disculpes.

Marie asintió dándole a entender que no pasaba nada y sonrió levemente. Se mantenía recta y en una postura sobria, para que se notase que era una verdadera profesional.

—Conocerás el sitio sobre la marcha, así que simplemente te hablaré de tu nuevo trabajo. Esta es Louise, trabajará contigo en una serie de videos que vamos a sacar.

Entonces reparó en ella. Louise no tendría más de veinte años, era una chica joven y por su actitud, parecía nerviosa, no le mantuvo la mirada cuando la miró a los ojos.

—Louise es alemana y no habla mucho nuestro idioma, por lo que os comunicaréis con lo básico, pero no os preocupéis, los vídeos serán doblados si es necesario. Ella tiene dieciocho años, es su primer trabajo, es uno de mis nuevos fichajes, quiero que una experta como tú le enseñe, porque de eso va esta serie de vídeos, tú serás la profesora que le da clases extra a la nueva alumna. Enseñándole cosas realmente nuevas.

—Comprendo —dijo casi sin pensar, veía a Louise y la notaba tan tensa que pensó si en realidad estaba allí por su propia voluntad.

—Ella nunca se ha estrenado en ninguno de los aspectos, ni actuando ni en el resto. Tú le enseñarás todo.

¿Qué demonios significaba aquello? ¿Tenía que desvirgar a aquella chiquilla que parecía temblar como un corderito? Desde luego, aquello no le gustaba.

—¿Así sin conocernos ni nada? Si es su primera vez ella tendrá miedo —dijo Marie casi sin pensar.

—No, no tengo miedo —Louise le clavó la mirada, parecía estar segura de lo que estaba haciendo.

Entonces, de forma totalmente inevitable, los recuerdos de su primera vez en el mundo del espectáculo vinieron a la mente de Marie, quién también había pasado por aquello, su primera vez también había sido con alguien experimentado, quizás Louise también pudiese superarlo, con el tiempo.

Evadió todos esos recuerdos rápidamente y asintió, dándole a entender a la chica que estaba de acuerdo, notaba su decisión por hacer aquello.

—Bien, una vez hechas las debidas presentaciones, poneros vuestro atuendo, que está en las perchas de la parte derecha detrás del escenario —dijo aquel ridículo hombrecillo sonriéndoles.

Algo le decía a Marie que aquel hombre le iba a caer realmente mucho más mal que Micaelo.

Ya poniéndose el despampanante traje que le habían asignado, junto a Louise, Marie no pudo evitar cruzar su mirada con la que iba a ser su compañera de aventuras en aquella primera travesía, lo que notó lo identificó al momento, le invadió y le sacudió todo el cuerpo. Aquella mirada la penetraba tan fuerte que la hizo sentir tan inexperta o más que la propia Louise. Lo sintió, era diferente a muchas otras veces.

Atracción.

¡Hola! Quizás no te esperabas esta carta, seguramente, pero he querido dedicarte unas palabras por esta actividad, porque siempre eres cálido y divertido conmigo y siempre tienes una sonrisa para mí y supongo que para todos. ¡Y porque me enseñaste la definición de moe! Ahora cada vez que escucho esa palabra pienso en ti. :3

Espero que este San Valentín, así como todos los demás días del año, disfrutes del amor, romántico, fraternal o como sea, porque es importante disfrutar de las pequeñas gotas de amor que nos va brindando la vida. Y sobretodo disfruta del amor moe. <3

Gracias por hablarme siempre y alegrarme con tu actitud tan dicharachera y simpática. Eres un buen amigo y un buen usuario, alguien agradable y que te encanta leer. :3

Firmado: Tu líder moe.

Contenido oculto: Un regalito moe

Contenido oculto

Por si no ha quedado claro, esta cartita va para @George Asai , espero que te guste. <3

¿Cómo empezar esta carta dirigida a la reina de los ratings? Sí, esa pequeña comadrejilla que anda por todo el foro, leyendo y dejando ratings adorables a todo el mundo y fangirleando, esa chiquilla que sigilosamente se instala en nuestros post y que aunque no comente, valoras que esté ahí. Porque así es ella, un tanto discreta, pero adorable, así es Amane. <3

Quiero desearte un muy feliz San Valentín, querida, porque siempre tienes una palabra agradable para mí y no sé, me haces sentir famosa con tus valoraciones y tus fangirleos, a veces viene bien sentirse así. ¿Verdad? Además, escribes bien, ya te lo he dicho y transmites buen rollo por cada poro de los dedos que usas para escribir tus palabras de amor y dejar tus ratings. <3 Eres una bella persona, se nota. <3

Gracias por ser adorable, y por favor, disfruta de San Valentín, sea del amor romántico, del amor fraternal, del amor perruno o del amor que siente tu hamster cuando le das pipas, porque eso es lo importante, disfrutarlo, aunque como siempre digo, hay que disfrutar del amor cada día, en todas sus formas y colores. <3

Firmado: Ichiinou, tu fuente de fangirleo más fiable.

Contenido oculto

Por si no queda suficientemente claro, esta carta va dedicada a @Amane , con todo mi amor. ¡Espero que te guste! :3

¡Ay! Adoro ser tu hada madrina, digo... orientadora. La verdad, cuando te acepté estaba nerviosa, claro eres mi primera orientada y ay, en serio que temblaba de miedo. Pero eres agradable, chiquitina y agradable y eso me gusta mucho.

Hay sitio en este foro para gente como tú, gente que es adorable y que siempre tiene una sonrisa para dirigirse a las personas, ese es el tipo de gente que necesitamos y que necesita mi vida, sobretodo. :3

Espero que te quedes mucho por aquí y que cuando te instales definitivamente en mi corazón, sea para bien, para las dos. <3

¡Feliz San Valentín! Pero recuerda disfrutar todos los otros días, como si estuvieses enamorada, aunque sea de la propia vida. <3

Firmado: Tu hada madrina.

Contenido oculto

Esta carta, por si no ha quedado claro, va para mi pequeña @SunksWen , mi primera orientada y a la que recién acabo de conocer, pero que tengo muchas esperanzas puestas en nuestra amistad. <3 Espero que te guste pequeña. :3

¿Alguien dijo que no se le pudiese escribir una carta a la organizadora de la actividad? ¿Nadie? ¡Perfecto! Porque esta carta va dirigida a mi Sweety, que seguramente ahora estará enterrada entre un montón de libros de biología, pero yo sé que saldrá viva de esta y con un buen resultado. <3

Como ya sabes, hoy no es San Valentín, pero eso no me impide desearte con todo mi corazón, un genial día de San Valentín y también, que el día de hoy sea perfecto y te depare todo lo que necesites y desees. Y de hecho, esto puede extrapolarse a todos los días del año.

¿Quién es para mí Sweety? Igual se está preguntando ese lector cotilla que está leyendo esta bonita carta, pues es esa persona con la que hablo prácticamente día y noche, esa tierna niña que alberga la suficiente inocencia como para que la imagine chiquitita y con sus mofletes rosas hinchados. Es adorable, buena y sobretodo, siempre está ahí cuando la necesitas. Al otro lado del telegram, quizás, pero está ahí. <3

Lo nuestro no es amor romántico, pero es bonito y de una u otra forma, es amor. Porque al fin y al cabo, el amor es un sentimiento intenso y cálido hacia otra persona que no se puede explicar, por eso yo no sé explicarlo nada bien.

En fin, Sweety, espero que tengas un buen día, que esta carta te guste y sobretodo, que sonrías, porque eso es lo verdaderamente importante. Que ningún exámen te deprima, porque puedes con ello y con más, porque eres fuerte aunque chiquitita. <3

Aburiño miña preciosa. ~

Firmado: Tu NouNou <3

Contenido oculto

Por si no ha quedado claro, esta carta va dedicada a la dulce @SweetSorrow a la que espero que le guste y que al menos, le haga sonreír. <3

Quisiera escribirte los versos más tristes esta noche, oh, mi dulce Chocolate, yo quisiera. Pero quizás un plagio de Neruda no sea adecuado para empezar mi carta para ti. ¿Verdad? Además de que... ¡Fuera tristeza! Si nuestra relación es felicidad, amor y sobretodo, amistad pura. <3

Te conocí un poco por casualidad, pero tu tenacidad, tu originalidad, tu siempre bondadosa y gratificante actitud, hizo que poco a poco me enganchase a ti. Eres una gran amiga en este foro y bueno, tienes un sitio reservado en mi corazón, justo al lado de la regaliz roja. Ella también merece un sitio ahí. <3 Eres dulce como el chocolate, pero al mismo tiempo eres sorprendente como un chocolate relleno de... ¡Lacasitos! ¡O almendra! ¡O...! No, que si sigo me desharé en babas y no podré seguir escribiéndote la carta.

Aunque no es San Valentín todavía, quiero desearte un muy feliz día y un muy feliz día de los no-enamorados, como es hoy, porque todos los días del año son para todos nosotros, además, ¡Quién son los enamorados románticamente para acaparar ese día! Yo te declaro mi amor fraternal incondicional, un amor que va más allá del romanticismo, es de esos amores que nadan por los mares de la amistad y ahí se quedan para siempre.

Espero tenerte mucho tiempo en mi vida, mi querida Chocolate. Eres dulce y eso hace bien a mi alma. <3

¡Feliz día bonita! *-*

Firmado: Ichii, la glotona.

Contenido oculto

Para el que no se haya enterado, esta carta va dirigida a @GA L A X X X Y . Espero que te guste. <3

No, no puede ser, otra vez está aquí. Tengo que huir, correr hasta donde me lleven mis piernas, me da igual el rumbo, solo quiero escapar de él.
—Nunca podrás huir de mí.
—¡Ja! ¡Eso es lo que tú te crees! —digo sin perder aliento.
Corro, no miro atrás, no quiero hacerlo. Si lo hiciese, lo vería y si lo viese, entraría en pánico, porque es horrible, es horrible lo que me persigue. ¿Por qué está aquí todavía? No lo entiendo.
Casi sin darme cuenta, me alcanza y me asesta una brutal bofetada. Dolor, siento dolor. Un dolor más intenso que el físico, un dolor interno, en el alma.
—¡Nunca podrás huir de mí! ¡Te lo dije y te lo diré siempre! Porque siempre, aunque intentes deshacerte de mí desesperadamente, siempre estaré ahí. Me adueñaré de tus pesadillas y poco a poco de tu vida. Nunca me iré.
Lloro amargamente, pienso en el dolor, pienso en que no me puedo deshacer de él. Y ya no tengo ganas de correr, no tengo ganas de huir. Quizás sea hora de aceptarlo.
—Nunca podrás huir de tu pasado. Nunca.
Tenía razón. Nunca.

"—¡Para!"
A veces tu cuerpo, tu mente y demás te dicen que debes detenerte, que te estás precipitando, que te estás haciendo falsas ilusiones y que estás creando un montón de cosas para luego tener que tirarlas a la basura. Te lo dicen, pero aún así, con tu cuerpo sin casi responder y tu mente totalmente adormecida, luchas. ¿Por qué lo haces? Porque así debe ser, porque aunque te destruya al final, el camino es lo que verdaderamente importa, porque no cambiarías nada por esa ilusión y ese sentimiento de estar realmente vivo.
"—¡Sigue!"
Eso rezan todos los post-it que tienes en tu nevera y a los cuales sí debes hacerle caso. Nunca, nunca jamás te pares.

Había sido un día genial, había estado con mi familia y ahora estaba con mi mejor amiga, esa pequeña persona que con sus mofletes sonrosados y su adorable hermana, que aunque tenía un carácter más fuerte, no dejaba de ser aquel tierno bebé con ojos saltones y aquella marca rosa de nacimiento en la frente, que ahora ya no tenía, pero que yo nunca olvidaría. Era genial estar con ellas, daba igual el tiempo que pasase sin verlas, siempre, cuando las volvía a ver, me sentía como en casa.

Hablamos de cosas mundanas, del tiempo, de tonterías, de series, de gustos, de cualquier cosa, pero esas conversaciones son las mejores. Aquellas que aun no llevando a nada, están llenas de sentimientos. Pero sobretodo, sobre aquella conversación, se podía notar la alegría y la paz por volver a estar juntas. Porque bien es cierto, cuando estás lejos de una persona que quieres, en mayor o en menor medida sientes que te falta algo, aunque esté al otro lado del hilo telefónico, sientes que no puedes protegerle y eso, es aunque ténuemente doloroso, notable.

Ya me iba a ir. Mi madre me había avisado para que la acompañase a hacer unos recados y tocaba la despedida. Que siempre era larga, muy larga. No sé cómo, me entretuve hablando con la más pequeña y de repente, veo un ramo de flores invadiendo mi campo visual.

No sé cómo describir lo que sentí en ese momento. Incomprensión, ternura, agradecimiento, no sé, eran bonitas, lo eran, pero era la primera vez que me regalaban flores y realmente, no sabía cómo sentirme. Bueno, nunca sabía cómo sentirme cuando me regalaban algo, pero esta vez era otro tipo de desasosiego. Se lo agradecí. Claro que se lo agradecí. Era un regalo adelantado de cumpleaños que además venía acompañado con una tableta de chocolate, me conocía, ¡por supuesto que me conocía! Y yo a ella. Era tierna, dulce y nunca dejaría de serlo. Por mucho que la intentase cambiar la vida.

Tuve ese regalo en agua durante un par de semanas, hasta que se hizo imposible el tenerlo conmigo más tiempo. Pero guardé el lazo que envolvía las flores, lo guardé, para acodarme siempre de aquel momento. Aunque seguramente nunca me olvidaría, no me haría falta ese lazo, pero lo quería, era algo que significaba mucho, algo que significaba algo tan verdadero e inesperado, como la verdadera amistad.

Llega un momento, en el que te rindes, en el cual dejas que el frío entre en tu alma, que penetre sin piedad. Pero ese momento no es aterrador, porque en el momento en el que recibas la cálida sonrisa de un ser querido, ese calor lo notarás más en el alma, más intenso que nunca.

A veces solo quieres correr, correr hasta que tus piernas no puedan más, alejarte de ese pasado terrorífico que te persigue, se te aparece en pesadillas, se evoca en tus recuerdos en ese momento en el que creías que eras feliz, que merecías ser feliz. Y es que ese pasado ya tan lejano como para ser denominado pasado, todavía está muy presente, porque las heridas no han cicatrizado del todo y aunque lo hagan, siempre quedarán cicatrices.

El pasado es eso, pasado. Pero nuestro pasado nos ha hecho como somos y eso es algo que no podemos negar, porque eso sería negarnos a nosotros mismos, a una parte de nuestro ser. Aunque lo más sentato es aprender de lo vivido, mirar para adelante, sonreír y dejar que la vida siga y si el pasado vuelve a atormentarnos, la mejor cura es la risa, reír hasta que duela o deje de doler.

Todos buscamos nuestro lugar en el mundo, el que más o el que menos sueña con poder encontrar un sitio, un rinconcito que sienta que ese es su verdadero hogar.

Aunque resulte irónico yo he encontrado ese lugar, ese sitio donde siempre quiero estar, donde me siento cómoda, donde puedo ser feliz sin importarme nada más que mi propia felicidad. Antaño, cuando era pequeña tenía fobia ese lugar y ahí radica la ironía, porque con el paso de los años he ido cambiando hasta llegar al punto en el que ahí me siento realmente cómoda.

Puede ser irónico, puede que sea algo extraño o distorsionado de mi antigua realidad, pero el único lugar en el que me siento cómoda, es en la más negra oscuridad.

Oteé el horizonte, a través del doble cristal de mi ventana y pensé en lo bonito que era sentir aquello de nuevo. Tomé un largo sorbo del vaso de agua, mientras todavía mantenía la mirada perdida, lejos, en un mundo maravilloso. Estaba empezando a sentirlo, de forma arrolladora, de nuevo venía a mí aquel sueño que siempre me había rondado, de nuevo tenía ganas de plasmar todo lo que pensaba, estaba sintiéndolo y no me lo creía.

— Me alegra tenerte de vuelta, vieja amiga —le dije para mis adentros.

Sin ella no era nada, la necesitaba para llegar a donde siempre había soñado. La necesitaba para hacer cosas que le pareciesen realmente buenas. Estaba de vuelta, no pensaba dejarla escapar. No, hay que aprovechar al máximo la inspiración, hay que mantenerla a tu lado todo el tiempo que haga falta, sin comer, sin dormir, sin lo que sea, pero manteniéndola ahí, para que no se vaya, velando por ella, día y noche, era importante si quería ser escritora. No podía dejarla ir, no tenía otra alternativa.

— Te necesito —dije casi en un un susurro— ahora más que nunca te necesito.

Y ella me abrazó, me abrazó como antaño, como si nada hubiese pasado, calmando mis heridas aún latientes, me abrazó con la misma ternura con lo que lo hace una madre, porque era una madre para mí.