Actualmente en mi país estamos viviendo la más difícil navidad que -al menos desde que tengo uso de razón- hemos vivido. Y las negatividades, desánimos, y sarcasmos son tan comunes de ver en las calles como la ausencia de Harina Pan. Miraba con tristeza los comentarios de las personas porque tal vez no puedan comprar los regalos, o la cena navideña no será tan abundante como otros años, o porque sus familiares se fueron por necesidad a otros países y se sienten solos. Entonces decidí sobre analizar la situación -como lo estoy haciendo ahora- y la tristeza me invadió también por un momento y lágrimas comenzaron a salir de mis ojos. Por mi país, por esas familias. Por la mía. Fue ahí cuando sentí la voz de Dios hablándome y diciéndome que el motivo de la navidad - al menos en nuestra cultura- tiene que ver con el nacimiento de Jesús. Inclusive quien "trae los regalos" es "El niño Jesús", y en algunas regiones del país lo tapan al hacer el nacimiento (una simulación con estatuillas del pesebre) y lo destapan el 24. Entonces comenzó a llevarme hacia ese momento, y mostrándome qué sucedió. Su nacimiento. Lo que anualmente celebramos el 24 de Diciembre. Como llegó de forma tan imprevista que ni José, ni María sabían donde quedarse porque los dolores de parto vinieron cuando ellos iban en camino a una aldea para ser censados, y como luego no conseguían alojamiento -e imagino- que José estaba que le explotaba la cabeza por saber en donde carriso iba a meter a su mujer embarazada para que el niño naciera (y hago un paréntesis aquí para decir que los dolores de parto ya de por si son HORRIBLES, no quiero imaginarme siquiera como se sentirá tenerlo sumado a la preocupación de no saber en donde vas a parir) Pegando gritos esa pobre mujer, mientras que José tocaba de puerta en puerta para que lo dejaran pasar, Y TODO ESTABA FULL debido al censo que se hacía en la ciudad. Consiguieron al fin acomodarse ahí mas o menos en un pesebre, que traduciéndolo sería algo así como "un poco de grama seca con animales y olor a pupú", porque me imagino que los animalitos lo hacían ahí mismo todo. Y ahí fue que parió María. Ah, se me olvidaba, NO TENÍAN QUIEN LA ASISTIERA EN EL PARTO, NI MEDICINAS!!! O un brebaje que mitigara el dolor, o qué se yo lo que tomaban las embarazadas antes de parir. Ni me imagino como habrá hecho esa pobre pareja para cortar cordones y el sangrerío por todos lados... en fin, ya nació Jesús, y la alegría de tenerlo y la emoción hace que se les olvide por un momento donde están y lo que pasaron para llegar ahí. Por un momento. Luego el viaje y las incomodidades del parto le pasan factura a María y se cansa. Quisiera estar en un lugar cómodo para dormir. Pero está en el pesebre, ¿Qué más? Pero José también está cansado. Pero el no puede descansar, porque ahora no es sólo una mujer la que depende de él sino un niño recién nacido, también. Pero al menos están juntos, y luego llegan pastores y reyes a adorar a su hijo y eso es reconfortante para ellos, pero resulta que no ha terminado aun, tienen que huir, así, recién paridos, a otro lado porque quieren matar a su bebé. Y yo no sé cómo hizo María para montarse en ese burro -dicho sea de paso- con un bebé recién nacido y con la incomodidad de estar recién parida, pero se montaron y se fueron a otro lugar a criar a su bebito y mucho después de que había muerto el rey que los amenazaba, regresar. Entonces me di cuenta de que ese nacimiento de Jesús que todos celebramos en navidad fue bastante atropellado y sucedido. Como el que ahora estamos pasando en mi país. Pero existía la promesa de que aunque fuese complicado ese nacimiento, se logró! NACIÓ EL NIÑO DIOS! Y esa es la esperanza de que aunque en el momento se vea mal, vendrán días mejores porque JESÚS NACIÓ, MURIÓ Y RESUCITÓ para ahora auxiliarnos y ayudarnos, no solamente a nosotros como nación, sino a todo aquel que se lo pida. Por eso. Feliz Navidad a todos.
Existen momentos en los que "lo que quieres hacer" no concuerda para nada con "lo que debes hacer". Y es que particularmente "lo que quieres hacer" está sujeto a miedos y a prejuicios que en muchas ocasiones limitan la respuesta natural de "lo que debes hacer". Y comienzo a pensar: ¿Es posible que si fuese un ser autómata, sin sentimientos ni emociones "lo que debo hacer" sería más sencillo de hacer. y pienso: ¿y si "lo que debo hacer" al no hacerlo es incorrecto? o Tal vez "lo que debo hacer" no lo hago porque realmente "lo que quiero hacer" es "lo que debo hacer". Y comienzan un sin fin de preguntas en mi cabeza que no tendrán respuesta hasta que haga lo que al final decida hacer.
Nos ocupamos el tiempo tratando de ser "quién debemos ser" porque se supone que es más fácil encajar así, porque caemos en el error de pensar que las personas reaccionan de acuerdo a como tú reaccionas, pero no es así. Cada quién tiene un proceso de respuesta diferente, creado y basado en sus experiencias y en los ejemplos de vida que vivió, lo que lo marcó, lo que en un momento aceptó como correcto porque le funcionó a otro y creyó que funcionaría con el, también. Y a su vez, tú eres el mismo producto de procesos que ocurrieron en tu vida, y esperas a cambio lo que según tú es adecuado, pero según el otro es algo extraño. Y cambias tu verdadera naturaleza por apariencia y normas que van de acuerdo a los requisitos de donde estás. Pero es incorrecto. O según mi opinión basada en procesos lo es. Porque al final los fracasos no son culpas de los demás sino tuyas. Porque no pudiste ver lo que era, en realidad, sino que viste lo que querías ver.
Para mi hoy es uno de esos días donde descubres que lo que es no tiene que ver con lo que parecía. Y duele, puesto que es un recordatorio más del mundo de mentiras donde vivimos. Es triste mirar como hemos decidido acostumbrarnos a un estilo de vida donde es natural ver crueldad y despotismo, mientras que unos "buenos días" y un "disculpe" suenan como salidos de otro planeta. Donde los niños van perdiendo su inocencia y delicadeza más temprano cada vez, y los ancianos son estorbos inservibles en vez de una fuente gratuita de sabiduría y experiencia. Donde las sonrisas falsas abundan más que el pestañeo de los parpados y las conveniencias se convirtieron en una herramienta eficaz para el subsistir. Que triste es tener que declinar a vivir así. Igual que ellos. Igual que todos. Son ciegos, guías de ciegos encaminados a un abismo que ellos desconocen. Me niego a ser un discípulo más de este circo barato. Renuncio a tener que ceder mi ser en pos de su rutina. No seré contada con los cobardes que prefieren lo que ellos piensan que es su victoria inmediata por encima de montañas de destrucción y pudrición. Seguiré con mi verdad contra la corriente desquiciada.
Esperando. Esperando que lleguen las 3:00 pm para salir del trabajo. Esperando a llegar a casa para colocarte ropa cómoda. Esperando a que llegue Santiago para darle un beso y sentirte amada. Esperando a sentirte asi siempre. Esperando a que él no cambie. Esperando a que tu relación tenga futuro. Esperando a que se hagan las 6:00 pm para comenzar mi programa favorito. Esperando a el capítulo valga la pena. Esperando a que te de sueño para dormir. Esperando a que amanezca para despertar. Esperando a que llegue el viernes para volver a Valencia y descansar. Esperando el Sábado para salir. Esperando el domingo para viajar a Yaracuy nuevamente. Esperando el 15 de mes para cobrar. Esperando Diciembre para celebrar. Esperando se fue lo que queda del año condicionando mi vida a ser feliz hasta que llegue... eso. Cualquier cosa. Porque cuando creo que sólo me hace falta algo para estar satisfecha completamente, sale otra cosa y otra y otra por hacer. Esperando se me irá la vida si no comienzo a vivir los dias como si fuesen el último. Como si cada segundo contara, porque realmente es así. Cuentan. Valen mucho. Y no se repiten.
Busco razones para creer que existe la solución a tantos problemas diversos. Y sí, existen, ¡pero somos tan incapaces aveces de tomar el valor de arriesgarnos a cambiar! Porque esa es una solución inmediata, la acción. Tomar la seria decisión de ver un futuro mejor y ser la pieza de cambio de esa situación. No ser una víctima más de la indulgencia, y el desapego de todo lo que nos rodea a diario como si eso no causara el menor daño en nosotros, porque la realidad es que sí lo hace. Lo que vez es un reflejo de lo que quieres. Y si lo que vez no es lo que quieres, es porque no te has decidido aun a cambiar.
La mente es autónomo del resto de ser que poseemos como personas. Es un mundo aparte, con estantes y archiveros que guarda gran parte de la personalidad de un individuo. Tan complejo y simple como un niño que prefiere obviar lo que le hace daño y retener lo que él cree que guardara como un tesoro para siempre. Vive el presente y disfruta de los recuerdos pasados. Juzga sin ser juzgado nunca, porque nunca nadie escucha cuando habla. Temeroso de ser reconocido tal cual es, ya que el mundo en que vivimos es un mundo de apariencias donde se finge jugando a ser alguien que ni tu mismo reconoces. Pero ella aguarda, paciente, alborotada, viendo como todos creen a los labios y sus lacayos "palabras" que salen a decir mentiras que la mayoría cree debido a que les gusta ser engañados. Y sólo quien se atreve a conectar su mente con su boca y usar las palabras como reflejo de su verdadero ser es aplastado por aquellos que no son tan valientes, que temen la verdad y disfrutan los disfraces. Sólo queda callar y esperar a ver la incongruencia de sus acciones. Sólo queda ver quien al final soporta llevar la careta por mas tiempo.
Una mirada hacia al pasado me hizo darme cuenta de momentos, anécdotas que viví siendo el mismo cuerpo y las mismas emociones que hoy hacen eco en mi memoria. Sin embargo, existe un abismo de carácter y madurez de la que fui a la que soy ahora. Me pregunto el por qué de estos acontecimientos, si vale la pena vivirlos, si el proceso es sano, o si la contrariedad de esos recuerdos y tu yo presente es algo de lo que muchas personas son capaces de experimentar. Mi mente se desahoga en estas lineas, mientras que mi corazón se aferra a cada sensación que insiste en irse corriendo junto con todo lo demás. Son anécdotas que han pasado, que han dejado huella, que han marcado. Son situaciones benditas que hicieron parte fundamental en la vida de es entonces, es un mover de sensaciones que traen consigo ideas y ganas de renovar lo que se hizo de antaño. ¿Vale la pena? Esa es una pregunta recurrente y desperdiciada por muchos. Lo intentaré. Es la respuesta a esa pregunta que no todos nos atrevemos a usar. AbyLuchini 2017