Imagen impresa en aquel pedazo de papel devuelveme el tacto de mi amada, suprime sus ojos acusadores, regresame a la joven que era cuando la conocí, aquella que modifique ya no me agrada.
Voy a llorar el dolor sórdido de mis ojos, el peso sobre mi pecho y la angustia de mi garganta. Pero no puedo hacerlo ahora, no hoy, hoy solo debo fingir que esto no me afecto. Ya cuando este sola, cuando nadie me mire podre sentirme como realmente me siento.
El silencio de la habitación se corta por el ruido que se filtra de la habitación de al lado.
Todos escriben sobre ti, tus logros, tu belleza, tu amabilidad, tu paciencia y la delicadeza de tus actos. Sobre la vida perfecta que tuviste, estereotipada y rígida. La hermosa familia que formaste con el amor de tu vida y lo felices que fueron juntos. Ajajaja ¡Que equivocados están! Pero no puedo decirles la verdad, están tan creídos de su historia que prefiero dejarlos creerla un tiempo más. En algún momento la claridad llegara, pero yo no voy a ser el portador de la noticia.
Tu cuerpo delicado y brusco a la ves descansa plácidamente en el costoso sillón de terciopelo negro que tanto atesoras. La luz que cae directamente sobre ti y las sombras que se crean en tu cuerpo te hacen ver...apetecible a la vista. Tu pelo revuelto y salvaje cae estratégicamente sobre tus pechos, ocultandolos lo mejor posible. Tus piernas cortas y rollizas estiradas juegan entre ellas y me llevan a un amanecer somnoliento.
Ella reflexiona para hacerse la intelectual sobre cosas que no entendió o enteandera, ahora la pobre desafortunada sólo incómoda y desagrada.
Se mueve la tierra húmeda, que intenta sostener las bases de la poca estabilidad que posees.
Si tan solo pudiera dormir de noche, o escribir en papel. Si me pudiera tender a llorar por lo que me quede de vida o simplemente terminar con ella. Si pudiera demostrar como me siento sin temor de afectar a otros. Si pudiera irme a otro lugar y ser lo que quiera ser, sin tener que contestar por nada ni nadie. Si me permitiera olvidarme de mi. Pero creo que esta mano ya estaba jugada.
Ese dolor pesado que me perturba cuando me doy cuenta de que si me enamore de vos. Mientras yo solo era un ente sin sentimientos, puro placer carnal en un cuerpo virgen desgastado.
La tristeza sólo se va cuando no pienso en ella, me dijo, pero jamás me explico si no debo pensar en la causa o en el sentimiento.
Siempre de forma discreta el joven, aquel que vive cruzando las tierras bañas de niebla, cruza las calles que los separan, se para rígido contra la pared y te observa tiernamente hasta que la luna lo devuelve a la vida.
Rotunda respuesta he conseguido, escueta y por demás inservible. ¡Oh! Acude a mi misteriosa maravilla que a todos has de ayudar, inclina tus perdones al pasto tierno y suave en el cual descansa su alma, y permite ser parte del proceso. Solo quiero ver su sombra desde lejos y no perturbar sus ojos, aquellos que siempre porta cargados de lamentos y dolores. Ayudala y toma mi alma a cambio, esta humilde pertenencia que es lo único que conmigo he de llevar.
Suciedad áspera y sincera instalada en el recóndito lugar en el cual albergas tus pasiones y mis esperanzas, vuelve a nuestro lecho esta noche o estaré vencido ante la primer e inminente bocanada.
El nudo en mi pecho, mis ojos cargados de lágrimas, mi terrible mal humor, el desinterés por las personas o conversaciones, son inexplicables. No paso nada fuera de lo normal, pero no puedo sacar esta sensación de malestar instalada en mi. Tal vez sólo me canse de respirar. Ella antes de irse de mi me dijo que yo no estaba echa para vivir.
Una de las cosas más extrañas y tontas del mundo, es esperar a que una persona ya no esté para sentir que de verdad se conectaron, pero a veces cuando estas mucho tiempo con una persona y la ves tan bien, tan viva, no te paras a pensar en lo importante e influyente que esta es en tu vida, tu persona, tu existencia. Ella solo fue un suspiro, fue tan poco el tiempo que estuvo a mi lado que es imposible que alguien tome la magnitud con la que afecto en mí existencia, pero lo hiso y no sabe lo agradecida que estoy por eso. Es increíble que una persona cambie tanto a otra, pero ella tenía esa extraña habilidad que tienen pocos de cambiar a los demás solo con verlos, que con una mirada o una sonrisa cambian todo y más, eso era ella en mí, eso es ella en mí y espero que lo siga siendo.
El mar, esa gran masa de agua que ocupa tanta cantidad de lugar en nuestro mundo. Suelo pensar seguido en él, es como un universo aparte, ajeno al nuestro. Seguro hay ocultos miles de misterios en él, o no ¿Quién lo sabe? Es algo tan inverosímil, el que exista en nuestro planeta un medio en el cual habitan tanta cantidad de especies, y muchas de estas más antiguas que todo nuestro linaje. Seres vivos que tienen tantos años como la existencia del suelo en el que pisamos y nosotros aquí arriba sin saber, sin informarnos, viviendo en la más burda ignorancia. Que feo vivir en la ignorancia. El mar es un conjunto de conocimientos vivos, que se mueven, que conviven, que existen, que a veces se relacionan con los humanos, pero que indudablemente siempre perecen, o eso espero.
Muchacha extraviada en los sinfines de la literatura, la compañía humana, de los que van y vienen, de los lugares que antes eran unos y ahora son otros, y de los pocos que continúan siendo lo que eran; de la política, de los que fingen no ser parte de ello, de los diferentes discursos y modos de darlos. Extraviada en los sinfines de todo, y a la vez, en la más pura soledad, compleja y pesada. En este nuevo lugar, en la posibilidad de ser otra, de no tener que cargar con tu pasado, esa vida desconocida por la mayoría aquí. De la idea de ser una nueva persona, tan limpia y vacía como tu cuaderno, que ansiosa usaste el primer día. Pero esa sensación desaparece con la molesta primera impresión; tal vez tendrías que haber dicho otra cosa. El sentimiento de complicidad que tenés al caminar por los pasillos de la vasta facultad, que ahora también son tuyos; esa idea tan lejana ya está aquí. El terror pesado y visceral que recorría tu cuerpo el primer día al llegar y subir corriendo las escaleras, por ir tarde como siempre, fue desapareciendo con los días. ¡Qué ilusa fuiste al pensar que duraría todo el primer mes! Será difícil acostumbrarte al nuevo recorrido diario, a tomar nuevos micros, a caminar miles de nuevas calles, de subir y bajar las interminables escaleras. ¡Qué alegoría extraña son las escaleras en la facultad! todos juntos bajando y subiendo, depende el caso, los que quieren bajar primero e irse rápido -y no les importa empujar a los demás-, los que van con el montón, los que esperan que todos se hayan ido. Y después estás vos que usás las escaleras secundarias que siempre están vacías y te dan la libertad de cantar y e ir al ritmo que quieras.
¿Qué debe hacerse cuando tienes nada en común con los más raros de todos?¿Donde encontraré gente que se parezca minimamente a mi? O acaso ni siquiera existe. Siento que me asfixio en el día a día, mis piernas pesan y mis ojos igual. Tal vez solo deba rendirme y tratar de ser parte del montón, por lo menos eso aconseja el dicho.
Ella es solo un bello rostro, pero debajo el vacío es tan denso que le es imposible respirar.
Me siento rara desde hace un tiempo, esta loca y molesta idea en mi cabeza ya no me deja dormir. Tal vez sólo deba hacerle caso, dejarme llevar por mi propia locura. Solo estoy cansada, quiero que todo esto termine y se alejen todos. Esta mal dudar de si lo que me rodea es cierto, pero no puedo evitarlo. Sinceramente espero que algunas cosas no lo sean.
Era temprano, todavía el sol no habia comenzado a brillar cuando a una velocidad desconocida el ruidoso aparato perdió la tan maravillosa y necesaria estabilidad. En él iban montados dos amantes furtivos. Unos jóvenes de cabellos al viento e ideas locas, con ese vértigo de vivir cumpliendo normas y la sangre pesada en reveldia. Inentendibles pensamientos precoces, malditos actores intervinientes si es que los hubo, que permiten que dos almas inexpertas sean tan ingenuas como son. Dos jóvenes que despegaron su cuerpo de la tierra que tanto nos encapsula, para volar y sentir el aire correr a su alrededor. Libres y alborotados llegaron al suelo nuevamente que quebro sus almas por culpa de sus intrépidas actos. Quienes irrumpen las normas preestablecidas de una gravedad inalterable siempre son tratados con mano de hierro.
La muerte instala un aire pesado que inevitablemente nos hace pensar en nosotros y en nuestras vidas. Creo que la gente va a los funerales sólo para llorar la que en un futuro será su muerte, para llorar a los muertos anteriores y las muertes próximas. Creo que pocos lloran por el muerto del momento. Pero eso no importa ¿Quien sabe porque lloramos? Que egoísta puede ser el ser humano, dice mucha gente Pero esta bien hacerlo, todos sentimos la soledad y la tristeza de admirar la muerte de cerca, a todos nos duele pensar cuando vamos a morir, aunque pocos lo admitan.
Un dolor agrio y sórdido cierra mi garganta y arde en mi pecho, magullando mi interior y arrastrando el ser, que algunos aseguran que fui. En las sucias lágrimas que resbalan de mis ojos se amontonan aquellos recuerdos que ya estoy comenzado a olvidar. Dolorosos y culpables aguardan a la espera de cualquier pretexto para escapar, de esta prisión que se convirtió mi silencio. La soledad, mi antigua amante por las noches de calma y placer, se ha convertido en una pesada tortura que me asfixia en personas, nombres, rostros y lugares que prefiero dejar atrás. Desesperantes despertares que me entregan al recordatorio diario de tu ausencia y mí cobardía.
Es la última noche, y a diferencia de mi estado de humor afuera la luna brilla en un manto de estrellas
La fria oscuridad recorre tu lecho y no te encuentra en él. Muchacha desfachatada y despreocupada, vuelve a tu hogar y arrepientete de tus actos. Pesada y viscosa lujuria que ocupa tus entrañas, recorre tu interior, llena tu cuerpo y te conduce al pecado. Que vulgarmente te conduce a camas ajenas, todas las noches a una distinta. Vuelve al camino del bien, regresa al lado que te brinda provecho. Deja de moverte guíada por tu inconciente. Deten el ritmo frenético de tus caderas que al son de la música envenenan a los pobres e ignorantes hombres, engatusados por la pasión que brota de tus poros. Piensa en tu futuro, en tu madre y abuela, en los vecinos y en el que dirán. Detente y deten tus actos inapropiados para una muchacha joven y libre como tú. La libertad enemiga de las mujeres de bien, del buen porvenir, pervertidora de mentes. Regresa a los hijos de Dios al camino del bien y quitale esas estúpidas ideas de la igualdad y felicidad humana.