La cortina se mueve por el deseo del aire cuando pasa y levanta su falda. Tu cuerpo como seda con pulso, se inflama con mi mano de aire. Yo, aire. Me detengo en la seda, puerta de tu casa, me detengo en tu cuerpo, puerta de la mía. Aire que indiscreto eres... Revelando pasiones que solo le hemos dicho... Gritando. Exhalando. Al viento.
Si te digo la verdad, yo no escribo poesía, aunque me encanta porque sé que no sería capaz de emov¡cionar a la gente con mis escritos. No eso, si no que no sería capaz de que todos hicieran la misma interpretación que yo deseo. Por eso no escribo poesía, y la tuya nop me ha dicho nada. Ya lo siento...