Vashti

Tema en 'Relatos' iniciado por Chocolatita, 7 Abril 2013.

  1.  
    Chocolatita

    Chocolatita Inmutable

    Cáncer
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    3 Marzo 2012
    Mensajes:
    83
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Vashti
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1548
    Bueno, les dejo esta historia. La verdad no lo revisé, así que me disculpo de ante mano por cualquier error de dedo. Sin más, les dejo esta historia llamada: Vashti. <3​
    Vashti

    En medio de la noche sombría se podía alcanzar a ver una silueta, un cabello largo y de un color tan rojo que sería imposible no verlo, pese a la oscuridad. Era una mujer quien se veía a lo lejos, pues al voltearse su piel blanca destelló como un trozo de porcelana y sus ojos celestes brillaron como dos zafiros.

    —Vashti, regresa a tu habitación ahora mismo —ordenó una voz masculina, se trataba de Ciro, el mejor amigo de la chica.

    —¡No quiero, Ciro! —reclamó ella mientras corría hacia él y lo abrazaba con fuerza, como si hubiesen pasado una eternidad sin verse.

    —Sólo me fui dos días y puedo venir en la mañana a hacerte una visita como es debido.

    —Es mucho más lindo cuando invades mi habitación por las noches —expresó Vashti con una sonrisa un poco traviesa, quizá porque le agradaba sentir ese ambiente de cuento de hadas donde él se había enamorado de ella, pese a saber que no era así.

    —Sabes bien que llegará el momento en que no pueda hacer eso…

    —“Y tendrás que conformarte con que venga a visitarte como cualquier otra persona” —repitió ella, textualmente, lo que Ciro le había dicho muchas otras veces.

    —Sí, eso mismo —dijo el joven, al tiempo que apartaba un poco a Vashti, después de pasó levemente la mano por su cabello castaño.

    —¿Sucede algo? —preguntó la pelirroja, pues conocía ese tipo de actitud nerviosa de su mejor amigo.

    —Me gusta una chica —el corazón le latía con rapidez insuperable y sus manos se colocaron sobre su pecho, estaba temblando y se relamía los labios.

    —¿Quién es ella? —consultó con gran inocencia, pero deseando en sus adentros ser la dueña de ese corazón que tanto anhelaba.

    Un largo silencio invadió el lugar, Ciro no encontraba la manera de decirle a Vashti que estaba enamorado de quien era su mejor amiga: Nahid. Sabía bien que la relación entre las dos chicas no era algo ameno, pero no imaginaba que la razón era él.

    —¿Ciro, me estás escuchando? —inquirió la muchacha con el ceño fruncido y las manos puestas sobre sus caderas.

    —Nahid… —respondió con una voz suave, tan suave como una brisa, sin embargo para Vashti había sido un avasallador huracán.

    —Quizá si debas irte ya —mencionó con la mirada baja, Ciro creyó que estaba enojada y decidió hacerle caso, pero sólo me encontraba ahogando sollozos y ocultando sus lágrimas.
    Esa noche la pelirroja no había podido dormir, estuvo llorando con la cara escondida en su almohada y repitiendo con desesperación: “¿qué hice mal?”, pero no tenía forma de dar con esa respuesta que tanto deseaba…

    —Vashti, el señor Ciro la ha venido a buscar y está acompañado de su prometida, lo mejor es no hacerle esperar —cada palabra de la sirvienta era como un cuchillo clavado en su pecho, aunque no sabía qué le dolía más: que le ocultase la verdad o que se hubiese enamorado de Nahid.

    —No tardo en ir —mintió, no soportaría ver esa escena.

    Vashti se colocó una capucha negra sobre su vestido azul, esperó hasta que la sirvienta se fuese y escapó por la parte trasera del castillo. Admiró con melancolía la puesta del sol, retiró algunos de sus rizos rojizos que le adornaban el rostro y soltó un suspiro.

    Estaba dolida, enojada y la envidia la consumía. Ella no quería que él estuviese a su lado, quizá la dulce y noble Vashti estuviese siendo consumida por un amor no correspondido. Ella quería a Ciro a su lado, deseaba tenerlo sin importar lo que esto conllevase y cegada por la envidia, sería capaz hasta de matar.

    —¿Vashti, eres tú? —preguntó uno de los chicos encargados de mantener arreglado el jardín.

    —¿Sabes dónde está la iglesia? —consultó ella, sin siquiera responder al pobre muchacho.

    —Si gusta puedo llevarla.

    Y así lo hizo. Dirigió a Vashti a la iglesia, la pelirroja entró sin vacilar, siempre cubierta por su capucha, se armó de valor y entró en el confesionario.

    —Padre, conozco una bruja que se viste de mujer… —comenzó.

    —Hija, dios santo, eso es una gran acusación —dijo el padre mientras se persignaba.

    —La he visto hacer sus brujerías —soltó un sollozo fingido.

    —¿Qué brujerías?

    —Habla con el demonio, hechiza a los hombres…

    —¿Quién es esa mujer?

    —Nahid, padre.

    El sacerdote casi la hizo echada de su templo, eso tenía a Vashti indignada y aún seguía cegada por la envidia. Así que se dirigió a una de las cantinas del pueblo y comenzó a inventar rumores sobre ella, después regresó a su casa y recibió su merecido castigo por escapar: dos azotes en su espalda.

    —Espero que hayas entendido bien —afirmó con una voz ronca y llena de ira su padre.

    —Sí, señor.

    Ya estaba acostumbrada a eso, Ciro lo había descubierto la primera vez que habían ido juntos al mar y estaba indignado, pero qué podría hacer él.

    Pasaron varios días, en los cuales siempre llegaba Ciro a tocar su ventana, pero Vashti estaba dormida después de tanto llorar o prefería hacer caso omiso de su llamado, por el día el chico volvía a insistir pero la verdad es que la pelirroja se había cansado de tanto rezar para Dios perdonase lo que iba a hacer.

    Estaba siempre cegada por esa vil envidia que ahora recorría su sangre, que se filtraba en su cuerpo y la comía desde adentro. Ya no quedaban rastros de la niña buena que siempre había sido, sólo había una mujer llena celos y desesperada por conseguir una venganza.

    La cordura de muchacha había llegado a sus límites, así comenzó un último plan para acabar con aquella mujer que le había robado lo único que ella quería… sin embargo, no todo sería tan fácil. Le tomó cerca de medio día conseguir papel de carta, una pluma, una botella de vino y veneno. Sin mencionar la daga que consiguió después, por si su plan fallaba.

    Buscó a Nahid durante varias horas, cuando la logró encontrar la llevó hasta un lugar apartado de la civilización y le invitó a una copa de vino, alegando que quería disculparse y arreglar sus diferencias. Nahid la aceptó, muy desconfiada, pues de tonta no tenía ni uno de sus cabellos negros.

    —Es muy rico, pero es extraño de tu parte querer aceptar tu derrota —palabras cargadas de burla, al igual que sus ojos verdes y Vashti sólo sonrió.

    —Nunca acepté mi derrota —afirmó, luego comenzó a ver como Nahid convulsionaba un rato hasta que su corazón detuvo.

    —¿Qué es lo que has hecho Vashti? —mencionó a sus espalda Ciro, sus ojos cafés se veían cegados por el odio y la decepción.

    —Ella te arrebató de mis brazos… —tartamudeó la pelirroja, sin sentir ni un gramo de culpa por la mujer pelinegra que permanecía cerca de sus pies.

    —¡Yo la amaba! —sus palabras le partieron el corazón, estaba sedienta de sangre y consumida por la envidia, pero Ciro también lo estaba— ¡Tú no eres la Vashti que yo conocí, tú no eres más que un ser despreciable!

    Vashti lloraba, en silencio, la noble pelirroja que alguna vez fue ahora estaba rodeada de dolor y celosa aún de esa mujer muerta.

    —Ciro, lo siento… —hipó mientras la daga que llevaba oculta entre sus ropas caía al suelo, luego ella dejó su cuerpo caer de rodillas, en ese momento el castaño se acercó a ella y le abrazó con fuerza.

    —No tienes nada que sentir, Vashti —mencionó mientras le clavaba en la espalda su propia daga, sus cabellos rojos se humedecieron por la sangre que emanaba de su cuerpo y sus labios temblorosos trataban de recitar algunas palabras.

    —Ciro… t-te… a-amo… —logró decir mientras sus ojos se le cerraban.

    Su venganza no había resultado como esperaba y esa envidia que la cegó… no le permitió ver que ella misma había dañado a quien más amaba.

    Fin

    Vashti: nombre persa, significa querida.
    Ciro: nombre persa, significa trono.
    Nahid: es el nombre de la Diosa de la belleza de la mitología persa.
     
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    Scherezada

    Scherezada Iniciado

    Escorpión
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    Pluma de
    Escritora
    me gusto mucho la verdad es que si fuera un cortometraje se veria un mas interesante
    aunque pienso que podrias hacer mas descriptivas las acciones y lo que sucede alrededo como que a mi me dejas con mucho baches en el camino
    de no entender como saltamos de un lugar a otro.
    bueno pero en realidad me gusto mucho te deseo mucha suerte en el concurso ^-^
     
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