Tú eres mi rayito de felicidad.

Tema en 'One Piece' iniciado por Yumilight-Chan, 7 Abril 2012.

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    Yumilight-Chan

    Yumilight-Chan Entusiasta

    Tauro
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    Título:
    Tú eres mi rayito de felicidad.
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
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    1
     
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    Bueno vengo a darle la cara a mi preciado Fandom de One Piece, hace rato que no escribía nada por estos lares pero aquí vengo a dejarles este Two-shot (originalmente One-shot), para la actividad "nuestra imperfección", solo mi primer capítulo participara.

    Pairing: LawNa (Law Trafalgar x Nami)

    Número verdadero de palabras: 2.803 (espero que me lo valgas Fer-chan T-T, intenté hacerlo lo más corto posible o que se acercara más a 2.000 pero incluso después de tres leídas no pude hacerlo más corto y eso que tuve que convertirlo en un Two-shot, otra cosa que espero que me valgas, jeje *risita nerviosa*)

    Dedicado a: Darky-chawn (por pegarme otra pareja loca :D), Monii-chawn (por ser fan de la pareja ;D) y a todos el que les guste la pareja y nunca ha podido encontrar fanfics en español de ellos que no sean escritos por "Polaris"

    Sin más preámbulos les dejo leer :3!!... [Buaja, esta vez creo que sin errores >:)]

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    Capitulo 1: Al mal tiempo, nuevas esperanzas.







    Relámpagos caían y tras de ellos un ruido ensordecedor le seguía, el mar estaba implacable y traicionera golpeaba con fuertes olas a un pequeño barco. La tripulación, sumergida en el pánico corría de un lado a otro buscando la manera de luchar contra el viento y las olas, no era la primera vez que se enfrentaban a la furia del mar y siempre habían corrido con la suficiente suerte como para sobrevivir, pero… Nunca antes mientras eran perseguidos.

    …Moriremos, esta vez estoy segura de ello… —Pensaba una joven de cabello largo anaranjado y ojos color avellana, era hermosa como cual bella flor pero más peligrosa de lo que aparentaba.

    Ella miraba con asombro el barco que se les acercaba, no podía evitar temblar un poco mientras se agarraba con fuerzas al barandal de madera de la entrada a la parte interna del barco. Un escalofrío recorría todo su cuerpo agolpándose en sus dedos de las manos y pies, estaba congelada y no era para menos, el miedo que calaba su piel no era exactamente por el barco que se acercaba, no… Realmente se trataba de lo que venía detrás de el, una ola… Más bien una gigantesca ola de dimensiones jamás vistas. Estaba en shock, ni siquiera podía gritar, literalmente su mundo se venía abajo, ¿Cómo saldrían de esta?, miró a sus amigos que aún corrían de un lado a otro, tontos… No había manera en este mundo que ellos lograran sobrevivir al impacto. Ella lo sabía y por tanto ignoró los gritos de su iluso capitán y cierto hombre flojo de cabellos verdes para que reaccionara e hiciera algo, sonrió, era lo único a lo que había atinado a hacer bajo la presión de saber que iba a morir y que no podía hacer nada al respecto… Su vida no había sido mala, habían llegado muy lejos en aquel viaje que prometió ser peligroso desde el mismo momento en que zarpó por primera vez junto a ellos y pudo saborear la felicidad después de tanto tiempo de amargura, fue libre y feliz.

    Cerró sus ojos, se imaginó en su infancia junto a una mujer alta de cabellos rojizos y de sonrisa amplia y una niña de cabellos azules un poco mayor que su persona que abrazaba junto con ella a la mujer… Sonrió aún más amplio, no tenía más miedo, ya no…

    …Adiós Luffy… Chopper… Zoro… Robin… —Lágrimas comenzaron a resbalar por sus blancas mejillas, confundiéndose con la lluvia que caía sobre ella mientras dedicaba sus últimos pensamientos a sus amigos—… Usopp… Franky… Brook… —Bajó su mirada mientras recordaba cada momento feliz junto a sus amigos—… Sanji… Gracias por todo… —Dedicó su último pensamiento en memoria a aquel cocinero rubio.

    Alcanzó a recordar de las tantas cosas ridículas que ese rubio hizo por ella, aquella vez que fue hipnotizada por Absalom obligada a casarse sin siquiera saber qué sucedía. Él se creía su príncipe azul y de cierta forma, lo era. Apretó con fuerzas sus manos en la madera… Los interminables ajetreos del barco se detuvieron, el sonido de la fuerte lluvia caer cesó y los recuerdos dejaron de correr… Nada más que la nada era lo que quedaba ahora…
    . . .​


    —Patético, ¿es de esta forma que los Mugiwuara morirán?…—dijo un hombre, su voz era gruesa y expresaba muy bien sentimientos contrarios, así como la agresividad y el despreció eran palpables en aquella oración, también lo era la calma y la seriedad.

    El hombre estuvo a punto de entrar nuevamente a su submarino, entonces vio la delgada y bella figura de una mujer, una mujer esbelta de cabellera larga y empapada con la lluvia, flotaba sobre un pedazo de madera de lo que fue su barco, la otra mitad de su cuerpo yacía en el agua que poco a poco parecía apaciguar su furia, la lluvia caía con menos entusiasmo sobre su cuerpo. El hombre le observó, siguiéndola con la mirada, ella estaba inconsciente y sería tal vez la única sobreviviente, claro si estaba viva.

    —Tras ella —ordenó y el submarino se acercó hacía la muchacha a la deriva sin retornar a las profundidades.

    Se tiró sin miedo hacía el pedazo de madera que casi se volcó, alcanzó a la mujer antes de que esta pudiera terminar de resbalarse, la revisó, estaba sufriendo de hipotermia severa, además de las heridas en todo su cuerpo y algunas fracturas… Respiraba débilmente y su ritmo cardíaco no era estable. Estaba milagrosamente viva, pero no por mucho mientras no recibiera la ayuda necesaria. Contempló su rostro, era tan hermosa y delicada, como un ángel… La cargó en sus brazos y saltó al submarino que se había sumergido un poco para facilitar su entrada. Lo bueno era que de tantas cosas que él era, también era doctor.
    . . .​


    —Ah —Soltó un leve chillido al sentarse de golpe en la cama y sentir un horrible dolor recorrer su cuerpo.

    Miró aturdida y sin entender a su alrededor, para nada se acercaba a reconocer algo de la oscura habitación en la cual se encontraba, intentó pero fue incapaz de bajar un pie de la cómoda camilla en la que yacía, observó con cuidado lo único que iluminaba de una manera tenue la habitación, aquella se movía de una forma que ella reconocía como el agua, dedujo sin problema que se trataba de la luz viajando entre las aguas, instintivamente miró la pequeña ventana y entrecerrando sus ojos incomoda confirmó al ver a un largo y extraño pez pasar justo en la mitad de la ventana, que estaba sumergida bajo el mar.

    Prosiguió su búsqueda de una explicación, mirando sus manos vendadas y como un delgado tubo trasparente se enterraba en su muñeca derecha, era suero medico. Poco a poco tomó el valor para seguir observándose y alzó la suave y delgada sábana blanca de sus piernas, observó más vendas y en su piel desnuda moretones y raspones, se aterró… Quería respuestas, pero estaba demasiado cansada como para preocuparse mucho por ello, también le dolía demasiado la cabeza como para intentar recordar algo del pasado, estaba aturdida.

    —Despertaste al fin, mujer Mugiwuara —dijo un hombre recostado en la pared frente a ella, estaba muy cerca de la puerta de la habitación. Le miraba fijamente muy serio e intimidante.

    La mujer dio un pequeño salto por el susto, tal vez no recordaba mucho o más bien nada de lo que la llevó a estar en esa habitación y aunque no pensaba en nadie más que ella, identificaba casi que a la perfección de quien se trataba, pero no le vio con el miedo que realmente sentía, ni mucho menos con respeto a su persona… El hombre notaba bien su confusión y le molestaba que no se dignara a decir nada. La bella mujer bajó su mirada triste y miró sus manos vendadas, podía sentir el ardor en las palmas de sus manos, sobretodo en sus delgados dedos, intentó apretarlas pero no sentía las fuerzas para llegar a cerrarlas por completo. Su mirada entristeció más.

    —Estoy viva —dijo para sí misma.

    —Sin duda alguna, señorita —dijo detallándola bien.

    —¿Qué sucedió exactamente? —preguntó sin dedicarle una mirada a su salvador.

    —Una tormenta… Parece que los perseguía la Marina pero una ola gigantesca los hundió a todos —explicó brevemente.

    La mujer guardó silencio y recordó el horror, aquella inclemente ola y los gritos… Lágrimas resbalaron impotentes por sus enrojecidas mejillas, no quería llorar, no enfrente de aquel temible hombre. El joven seguía observando en silencio como las pequeñas gotas salinas caían de sus ojos color avellana mientras mordía su labio inferior, los hipos comenzaron a hacerse notar y pronto se desató el caos en ella, llevando sus manos a sus ojos dejando que la humedad traspasara las vendas y quizás le causara ardor por sus heridas.

    No le importaba en lo absoluto su dolor, ni siquiera se explicaba porque la recogió de aquel pequeño pedazo de madera por el cual la mitad de su cuerpo flotaba seguro sobre el. Sabía cuál era la razón por la cual lloraba, sus Nakamas, y aún así no influía en él ninguna clase de sentimiento, lo único en lo que le afectaba aquel accidente era el haber adquirido un sentimiento de vacío al ya no tener un reto que le divirtiera.

    —Recuéstate, no hagas tu vida más corta ahora que milagrosamente sobreviviste —dijo el hombre más que nada como una orden.

    Se dispuso a salir pero justo cuando había girado el pomo de la puerta, la hermosa mujer le detuvo con su dulce voz algo quebrada.

    —¿Por qué me salvaste? —preguntó la navegante sin pasar por alto aquel detalle.

    —Eso ni yo lo sé… No hagas que me arrepienta y te entregué a la Marina —dijo el hombre con serenidad cerrando la puerta tras de sí con poca delicadeza.

    Nami miró la puerta pensativa, aquel hombre al que todos temen, conocido por ser cruel y despiadado, el Shichibukai con mayor valor en recompensa, además su enemigo y de por sí solo despreciable como ningún otro, le había salvado la vida, una vida que de seguro para él en lo personal no valía tanto como su cartel de “se busca”, bien podía matarla, los Marines no le dirían nada, meterse con él era cosa brava por no mencionar de que los Marines no la buscaban precisamente viva.

    —Trafalgar Law, el cirujano de la muerte —dijo perdiendo el aliento al terminar de decir su alias, ¿por qué lo haría?, ¿para qué mantener la vida de una mujer insignificante?, le dolía la cabeza, así que dejó de liarse con tantas preguntas y se recostó, cerró sus ojos y al no poder dormirse imaginó a sus amigos mientras almorzaban, las risas que acostumbraban, las peleas por la comida y las bromas de Brook y Franky. Se quedó dormida.

    Al otro lado de la puerta estaba Law, quieto casi paralizado, la escuchó, la escuchó perfectamente… Su nombre no pudo sonar más angelical a pesar de que lo dijera con un leve tono de miedo y tristeza. Sus labios formaron una mueca de disgusto, lazó un casi inaudible gruñido y caminó lejos de la habitación.

    Los días pasaron, meses en los que no veía nada más que lo que estaba en esa habitación y nadie entraba, solo Law… Aquel hombre tan simpático y fuerte, lo admitía, él era muy apuesto… Se regañaba mentalmente, no podía estar pensando esa clase de cosas del aterrador cirujano de la muerte, él no era para ella sin mencionar que jamás se fijaría en ella, además era ridículo, ella no creía en el amor a primeras, él no hacía nada más que cambiar sus vendas y gasas, traerle de comer y vigilarla. ¿Por qué detenerse a pensar que es lindo si es cínico y no lo conoce?... Todo tenía que ser gracias a sus heridas, quizás le había entrado demasiada agua al cerebro o debía ser un mecanismo en su cabeza para sustituir el dolor de no saber nada de sus amigos, sí algo de las dos podría ser. Aún así, ella no tenía dudas de que Law influía en ella, haciéndola querer saber algo acerca de ese misterioso personaje, pero al mismo tiempo manteniéndose al margen y creyendo que las apariencias engañaban. Quiso darle la fortuna de la duda y mantenerse fielmente creyente de que él no era tan malo, pero a veces su actitud maleducada y a la defensiva, la sacaba de las casillas, si no fuera porque podría desmembrarla con solo mover un dedo, le insultaría… Tal vez alguna vez tuvo el valor para hacerlo pero ahora mismo, valor era lo que no tenía.

    —Has estado haciendo movimientos bruscos —dijo mientras revisaba sus heridas en el abdomen. Odiaba cuando venía a revisarla, odiaba su mirada intimidante y sobretodo odiaba sonrojarse con su contacto.

    Al no inmutarse el hombre del gorro le miró, no pudo evitar sonreír socarronamente al verla sonrojada y tapándose la cara con la delgada sabana dejando ver solo sus ojos color avellana asomándose para verle. Bien otra cosa que podía agregar a la corta lista de las cosas que odiaba de él, era su sonrisa socarrona y su risa burlona.

    —Deja de sonreír así —dijo molesta suprimiendo algunos insultos para decirlos en su mente.

    —No me des órdenes, yo me rió como quiero y sonrió cuando quiero —dijo Law con el entrecejo levemente fruncido—… Además, nunca pensé ver a la gata ladrona sonrojada por mí —dijo burlonamente y riéndose al verla aún más sonrojada.

    —A-a ti quien te dijo que es por ti… Ni que fueras un modelo o alguien importante—dijo satisfecha al ver como su sonrisa desaparecía, bueno… Tampoco era que le tuviera tanto miedo, eso solo cuando le miraba.

    —¡Ja!, pues para tu información, Nami, no eres el único bombón sobre la faz de la tierra —dijo Law hiriendo sus sentimientos.

    —Hmp, apostar a que te mueres por besarme —dijo la navegante sin medir sus palabras pero feliz de tener algo de vuelta, su actitud.

    —Pues quebrarás si sigues pensando eso —dijo Law retándola y dejando de lado los vendajes que recién estaba removiendo de su abdomen para dedicar toda su atención a la muchacha.

    Nami quedó muda, no podía formular una respuesta ante su mirada… Su mirada y su sonrisa, aquella mirada tan diferente a las que había estado temiendo tanto, tan picarona y llena de… Deseo. Recordó con quien estaba tratando y pensó que tal vez no había sido una muy buena idea retarle de esa manera. Por otra parte, el silencio era incomodo, sus miradas permanecían cruzadas en una guerra que no había llegado a su final y donde se decían muchas cosas… Law sonreía victorioso con una mirada picarona y orgullosa, pero más allá de su pequeño conflicto, estaba perdido, perdido en aquellos ojos brillantes de color avellana, en su rostro perfecto y sus labios ligeramente entreabiertos, Nami tenía razón, hace semanas que se moría por probar sus labios, la razón por la que nadie entraba a su habitación era porque él se lo había prohibido a sus nakamas, no quería que ella viera otra persona además de él… Maldecía su belleza y la razón estúpida por la cual la había salvado, maldecía dedicarle tanto a sus heridas e internamente preocuparse tanto por ella.

    —Eres un… —Quiso terminar la oración pero nuevamente se quedo muda, no tenía el valor para decirle algo ahora que su rostro estaba tan cerca del suyo.

    —¿Soy un que?… —Le incitó a terminar la oración susurrando suavemente cada palabra, pero Nami no se atrevió en cambio posó su mirada en sus labios, la tentación.

    Sus respiraciones se chocaban suavemente, por un segundo Law atinó a pensar antes de actuar, podía obtener lo que quería pero podía no ser el momento correcto, por no ponerse a imaginar lo tonto que se debía ver deseando a una mujer fuera de su alcance, solo con un mes conociéndola a profundidad. La mujer había calado su ser, lo hacía desearla con todo su corazón, corazón que se había reservado solo para él, la gata ladrona le había robado su posesión más preciada e inalcanzable, su corazón… Y Lo odiaba, odiaba haber caído en el amor tan rápido.

    —Un…

    La mujer no pudo continuar, fue interrumpida por los suaves labios de Law, fue demasiado como para soportarlo… La besaba con pasión reclamando que se le devolviera algo por el robó de su corazón, lentamente se reincorporaba para besarle con mayor plenitud, Nami acariciaba sus cabellos, que eran increíblemente suaves, más de lo que había imaginado… Abrazaba su espalda con su mano libre, mientras intentaba responderle tan ardientemente como él.

    Se separaron por la falta de aire y Law no despegaba la mirada de sus ojos con el deseo de probar nuevamente sus labios, la mujer estaba evidentemente confundida e impactada, tal vez no debió dejarse llevar por el deseo…

    —Law…

    —Descansa, luego vendré a terminar —dijo buscando un escape para pensar bien qué demonios había hecho.

    —Pero Law… —Quiso detenerlo pero el muchacho ya había abierto la puerta y realmente no tenía fundamentos para excusarse por su error.

    —Buenas noches —dijo y cerró la puerta tras de sí.

    Nami se sentía estúpida y algo en ella le hacía creer que lo era… Ese imbécil, la había besado y se fue como si ella no valiera tres pesos, se sentía usada y estaba molesta. Law caminó tan rápido como pudo sin parecer que algo andaba mal con él, se encerró en su habitación y se sentó en su cama mirando el piso de madera, ¡Qué tonto había sido!, ni siquiera fue capaz de darse cuenta del deje de deseo en los ojos de Nami, porque si algo podían tener en común ahora era ese sentimiento confuso que se negaban a aceptar por completo.

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    To be continued :0
     
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    Eternatus

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    OMG! ¡Que tierno! ¡Conti!, ¡conti!

    --------------

    Naaa, que no soy tan mala~~

    ¿Sabes que me ha encantado la forma en que describes a Law? Así tan cerrado pero a la vez deseoso de abrirse ante Nami... Fiuuu *intento de silbido*
    Algo que sí que no me gustó fue esto:



    ¿Simpático y Law en una misma frase? ¿WTF? Que yo sepa Law es únicamente agradable con sus nakamas y, a veces, ni eso. Con Nami se ve indiferente, como si ella fuera una mosquita muerta. (Por lo menos es lo que se dio a entender en Punk Hazard)

    Me tienes en vilo con lo que les pudo pasar a Luffy y a los demás, ¿estarán vivos? ¿Luffy, Brook, Chopper y Robin habrán salido de aquella? Sería muy interesante que luego apareciera Zoro o Luffy e intente apartar a Nami del lado de Law y ambos se nieguen a separarse, sería tan cute.

    Pero me imagino que Law no será cute con ella, tal vez incluso la "tome" sin su permiso una noche que estuviera extremadamente enfadado o borracho... no sé. Pero veo a Law con naturaleza agresiva en el amor, ¿tal vez algo de sadomasoquismo asomando por ahí?

    Lulz, aquí te faltó una coma:



    Entre fin y mujer va una coma, pues se está dirigiendo hacia ella.

    Y aquí también:



    Por la misma razón explicada anteriormente aquí va coma e.e

    Luego, "Nakama" lo escribes comenzando por mayúscula, pero no es necesario, no es un nombre propio, sino común.

    Aquí te faltaron signos de interrogación y una tilde:




    Sería así:

    Me encanta que Law se niegue a sí mismo que no ama a Nami, veamos, ¿qué hombre no ama a Nami? ¡Jum!

    Esto me confundió un poco:


    ¿No sería apuesta?

    Lulz, aquí te faltó una tilde; recuerda, futuros la mayoría de las veces (por no decir todas) llevan tilde:

    Por lo demás me gustó mucho la narración fluida y el como nos dejaste con el corazón en un puño, ¡quiero saber qué hará Nami! Por su carácter yo diría que una vez recuperada saldría a escondidas del camarote y deambularía por el submarino y, si se encontrase con un tripulante, lo seduciría para luego darle una patada en sus joyas familiares, robarle, y luego ser arrastrada por Law nuevamente hacia su camarote.

    ¡Sigue así y espero conti!
     
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    Monii-chan

    Monii-chan Entusiasta

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    Me has dejado totalmente impactada!! *-* Es increible como has descrito a Law, indiferente y cerrado, pero a la vez abierto a los sentimientos por Nami.
    Bueno... ya no sé que decirte, pues Polly-chwan ya lo ha dicho todo por mí... ¬3¬
    Ya te ha dicho todas las faltas ortográficas que yo te iba a decir e incluso más! LOL

    No he podido quitar ojo a la lectura en ningún momento! Ha sido tan kawaii! Insisto (se me ha pegado eso de "insisto" de mi profesora de sociales x'D) en que me has dejado muy impactada, sobre todo por el momento del principio.
    ¿Nami tenía aunque fuera un mínimo de sentimientos por Sanji? Que suerte que tuvo Nami... Pobre tripulación... :(
    Pero apoyo la idea de Polly-chwan, que Luffy o Zoro aparecieran e intentaran separarla de Law y ellos se negaran! Sería tan cute... Por supuesto es tu historia xD

    Quiero una continuación lo más pronto posible! >.< Pero sin presiones x'D
    Saludos~~
     
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  1. Monii-chan
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