Soul Rippers

Empezando a escribir en serio, estoy un poco nervioso, agradesco mucho a Fenix Castle, por ser mi tutor y enseñarme tanto, ahora puedo ya empezar mi primera historia. Espero les guste no sean tan severos.

Desde el principio de los tiempos criaturas de la oscuridad han buscado apoderarse del mundo, pero desde el inicio de este también se han alzado entre las sombras los Soul Ripers, humanos elegidos para combatir a lo largo de su vida con todo aquello que amenace la vida, la luz y la justicia. En cada continente, desde cada rincón del mundo, pelean con su vida y todas sus fuerzas, así lo harán hasta el final de los tiempos.

Riot Ville, E.U.A. 7:45 AM.

En un complejo de edificios departamentales, en los suburbios de la ciudad, se encuentra uno color azul celeste, algo viejo pues fue edificado en los años 50, es popular entre los inmigrantes llegados de Mexico, Guatemala y otros países de Sudamérica, pues la cuota de alquiler es baja y el barrio tranquilo, para muchos este lugar es como un trozo de Latinoamérica llevado a Norteamérica.
Entre los últimos dos pisos, en departamento 34-C, vive Angeles Perira, esposa de Albert West, bajo la promesa de pronto ella como su hijo podrán permanecer de manera licita en el país en cuanto él realice unos cuantos tediosos tramites en la Aduana, claro que de eso hacen ya varios años, puesto que su hijo Max, llamado así por su padre de Albert, tenía tres años la llegar aquí y ahora tiene catorce, aún guardan esperanza.
La hora de entrada a su colegio Saint Gabriel es a las ocho de la mañana y Max aún, no ha salido de su cuarto, está retrasado, su madre insiste una y otra vez a la puerta, Saint Gabriel es una prestigiosa escuela católica que no tolera ninguna falta, Angeles es una mujer devota y busca que su hijo además de educarse este cerca de Dios, a lo que resulta demasiado irónico lo que está por ocurrir.

— ¡Maximus West!, te levantas en este momento o si no…—la mujer enmudece, su mirada se levanta lentamente temerosa— …¿M-max?.

Adherido a la pared como una especie de animal salvaje, con gestos retorcidos y una posición forzada, la observa desde esos ojos rojos y dilatados, murmurando algo en una lengua desconocida con una voz dual, entre la voz del muchacho y otra sombría y abismal.

Un helado y sobrenatural escalofrío recorre la columna de una mujer, mientras su cuerpo se petrifica, obligadamente desde su garganta completamente cerrada alcanza a emitir un agudo grito ahogado, se precipita por el pasillo sollozando totalmente aterrada. El poseído con una agilidad sobrehumana pega un salto desde donde se encuentra hasta la pared del pasillo y va tras ella avanzando por la pared, el techo de su habitación se comenzó dibujar como resultante de una especie de fuego maligno una especie símbolo con un monstruoso rostro en él.

Varias horas después.

En el estacionamiento de un autoservicio, dos muchacho más o menos de la misma de edad, se encuentran sobre un viejo Camaro de 1999, algo maltratado pero funcionan, uno tiene el de pelo negro y ojos color carmesí viste con una chaqueta de nylon café y una playera roja, como jeas color gris, esta recostado en el asiento de atrás, su nombre es Caín, el otro devora su tercera hamburguesa doble cuidando de no llenar su playera color con un estampado de AC/DC en el frente, viste además una cazadora de cuero negro así como jeas azul marino, tiene el pelo blanco y los ojos de un color translucido que varía, entre gamas de verde, azul y amarillo, tiene una manopla en su mano derecha, su nombre es Aten, en el radio del auto se reproduce “Bulevard broken dreams”.

— Demasiado en que pensar, escuela, trabajo, las obligaciones, ha sido bueno vivir sobre el camino y estar fuera de eso desde siempre—dice el Cain.

— Lo único malo es que me la pasó escuchando tu voz todo el día en lugar de poder estar saliendo con una universitaria— responde el otro muchacho.

Caín se levanta y le da un zape riendo.

— Claro y cuando diga “vendo ropa en el centro comercial para sacar algo de dinero ¿Qué haces tu?”, ¿Qué le digas amigo?

Un pequeño ruido como un zumbido tintinea en el bolsillo de Aten, abre una especie de brújula que proyecta una imagen del mapa de la ciudad de una forma mística, en un extremo de ella aparecen varias luces color rojo.

— Le diría, yo apaleo monstruos y es lo más genial del mundo— contesta sonriendo.

El joven de pelo negro se pasa al asiento del copiloto y arrancan a toda velocidad.

Varios minutos después.

De un salto descienden del vehículo y se dirigen a la cajuela, cada uno de ellos toma una especie de valija y se dirigen hacia el interior del edificio.

— Creo que te gustara el lugar, tiene una excelente vista donde puedes ver a un hombre obeso como asolearse, amigo—dice Cain.

—O eso suena genial, me encanta la decoración es algo así como estilo Silent hill y lugar en ruinas— agrega Aten.

En el recibidor espera un señor cabizbajo, ellos se acercan sonriendo gentilmente.

— Buenas tarde, buen hombre, venimos a rentar una habitación, ¿tiene alguna con jacuzzi?— pregunta el chico de la camisa azul mientras se recarga en el recibidor.

El hombre mueve su cuello lentamente sin hablar, con cada leve inclinación se escucha un tétrico chasquido.

— Me gusta el ambiente, poco más y se pone como cortejo fúnebre, amigo ¿dirás algo o nos ponemos serios?—sentencia Cain.

El hombre levanta su rostro con una cara de furia, sus ojos venosos segregan una sustancia oscura.

— Nota la calidez amigo…—Aten toma del hombro a su compañero y le muestra al poseído como una maravilla.

El hombre les salta encima con un rugido, pero un movimiento rápido, Caín suelta su maleta y esta se abre, toma una especie arma similar a una escopeta y le propina un par de disparos que lo obligan a retroceder arrojándolo contra la pared, los proyectiles no son comunes, al llegar a su cuerpo parecen a travesarlo como si se trataran de fantasmas dejando un rastro de niebla lumínica y un resplandor en él, en su pecho surge el signo del equilibrio.

— Son demonios de bajo nivel, ¿quién destruya más de ellos, paga la siguiente comida?—reta Cain.

—Es un trato amigo —responde y ríe.

A causa del estruendo como era de imaginarse ya se encuentran por completo rodeados, hombres mujeres, niños y hasta un inocente perro chihuahua los rodean poco a poco entre gruñidos. Aten toma una katana de su maletín además de unos pequeños objetos como capsulas.

— Mira ese tiene una pijama de dinosaurio— Cain se burla, Aten lo observa con un semblante serio—entiendo, concentración.

El sable samurái de Aten tiene también un efecto similar a los cartuchos de la escopeta, cuando él arremete contra una mujer con tubos en la cabeza, el arma cruza de lado a lado su cuerpo sin causarle un daño físico, pero provocando que emita un breve resplandor de sus ojos y boca, para caer al piso luego.

El pequeño perrillo diabólico, salta sobre Cain como una especie de alimaña fuera de control gruñendo, el cazador logra tirarlo y se dispone a dispararle.

— No, esto sería demasiado para ti—dice mientras le dispara a uno atrás.
Toma una de las balas y con ella en su mano lo toca apenas en la cabeza con ella, el perrillo chilla y cae de lado.

—Listo —sonríe Cain.

—La energía oscura se concentra en el piso de arriba, tenemos que ir haya— indica Aten mientras se abre paso entre tajados.

Minutos más tarde.

Un poseído recorre los pasillos del edificio, huele otro tipo de energía, una presa más. Araña y golpea la puerta de una de las habitaciones para conseguirla con desesperación, la madera por fin cede y entra por uno de los huecos, es un hombre mediana estatura y bigote, actualmente feo y antes también. Se arrastra sigiloso hasta el baño, allí es donde se esconde, la puerta está abierta, está por la tina detrás de la cortina está seguro, por lo que la tira rápidamente.

— ¡Aaaaaaaa! ¡Que atrevido!—dice Aten mientras le da una bofetada mientras finge cubrirse con una toalla—que uno no puede darse un baño tranquilamente sin que un caído entre y lo vea así—dramatiza y se pone serio— aprende modales— le da el tajazo con la espada y sale de allí con una sonrisa burlona.

En el pasillo se encuentra con Caín, con una chica de unos 16 sobre él, atacándolo en el cuello.

— Ten novia decían, te tratara bien decían—se repite a sí mismo, logra disparar y cae al piso la chica— las traigo locas a veces.

Aten menea la cabeza.

— Ya solo queda el cero, ¿verdad? El primer poseído—explica el peliblanco.

— Si solo él, espero que no se nos ponga tan difícil—responde Caín.

Ambos chicos suben las escaleras.

— I'm on the highway to Hell! Pam pam, On the highway to Hell! Pam pam, Highway to Hell! Pam pam, I'm on the highway to Hell! —canta el chico de ojos carmesí fingiendo tocar guitarra mientras arriban al último piso.

— Canción de fondo, muy apropiada— responde el otro.

En ese lugar, el aire pesa más, en los huesos se siente esa desagradable sensación de desasosiego como cuando vas a caer de un lugar alto, en el final del pasillo a media luz una figura sombría de mediana estatura, en sus pies dos personas. Sigilosos se acercan a él.

— No sé qué le pasa, tienen que ayudarlo, él es un buen muchacho, ¡sálvenlo!—solloza la mujer.

El chico los observa de manera sombría, la posesión comienza a realizar cambios en su apariencia provocando que su piel se oscurezca y unas protuberancias surjan de su frente.

— Creíamos que ya te habíamos mandado de regreso, ¿Cómo te las arreglaste para volver Aamon?— dice Cain apuntándole con el arma.

— Sabes cómo terminara por mejor no te rindes— dice Aten.

El demonio ruge y levantando su mano derecha levanta a este último por los aires y lo expulsa hacía una de las ventanas al vacío, antes de que puedan hacer algo.

—¡¡Aten!!

Continuara.

 

Caín respira agitadamente, corre hacía ha el agujero en que da al vacío para ver si su amigo esta con vida pero antes que lo haga el demonio lo eleva en el aire y lo estrella contra el techo.

— ¿Oyes y si lo hablamos?, sé que comenzamos con el pie izquierdo con eso de los disparos y eso pero pues vamos somos amigos— Caín dice con el objeto de distraerlo mientras busca hacer descender su escopeta hacía él.

— ¡Maldito exorcista! cierra el pico tu voz es como uñas en el pizarrón.
Finge sonreír nervioso.

— Mira me has comenzado a lanzar cumplidos, se me hace que quieres conmigo, aunque como que pues no a mí me gustan las chicas y tú eres feo, pero una canción para ti.

El chico hace un extraño grito como de un pollo agonizante y el caído se tapa los oídos y lo suelta, cayendo le lanza dos disparos que alcanza a esquivar. En ese momento suena su celular.

— Hola, Soul Rippers y asociados, terminamos con todo tipo de amenaza sobrenatural contamos con servicio a domicilio…—contesta mientras el demonio se lanza a él.

— Caín…— es la voz de Aten, está vivo.

—Hola Aten, ¿Qué tal todo?— dice Caín bonachonamente como quien está en un día de campo.

El demonio se le lanza encima pero él lo esquiva y le asesta un disparo en la espalda.

— A genial, genial, gracias por preguntar, se puede sentir el viento, buen clima, ideal para relajarse, jugar o ¡colgar de la ventana con una mano de un edificio, frente a un vórtice que va al infierno intentando succionarte!— exclamó gritando.

Efectivamente eso era lo que ocurría, como un remolino negro y rojo intenso sobresalía del piso de manera mística y fantasmal, de este se miraban surgir cientos de garras retorcidas como demonios.

— Espera un poco... ¿Un portal? Desde cuando son tan poderosos demonio, algo no está bien. — dice Caín mientras esquiva de nuevo al chico poseído,

Existía una ley desde el principio de los tiempos, entre el todopoderoso y el rey de los infiernos, no existiría trato directo con los humanos, solo influencias, una voz que te indicara hacer él mal o el bien, a lo mucho marionetas en las que se pudieran transportar así se ganarían almas el averno o él paraíso hasta el fin de los tiempos. Por lo que esto estaba a otro nivel, el equilibrio se rompía.

— ¡Ya no resisto!— advierte Aten apunto de soltarse cuando ver que una de las criaturas logra atravesar.

Es como una especie de ser esquelético con cara de cerdo unas alas de murciélago desgarradas va hacia él, debería de esta asustado pero en realidad sonríe. La criatura busca embestirlo per antes de que llegue a él lo toma de las patas inferiores, la criatura busca soltarse elevándose pero es justo lo que espera, ya estando justo a la ventana salta sobre ella sin soltarlo.

— Volví, admítelo Caín me extrañaste— agrega riendo.

El otro chico aún forcejea con el poseído y Aten logra pegarlo con él mismo monstruo que trae en las manos. Caín al ver esto no puede evitar lanzar un a risilla y aprovecha para lanzar un disparo en la cabeza, el poseído lanza un chillido cae de rodillas y luego al piso.

Aten lanza un suspiro de alivio.

— Sin nadie que orqueste el ritual, el portal terminara cerrando, acabamos aquí— sonríe.

— Señores su hijo se pondrá bien, solo despertara con una fuerte resaca— les indica.

Los padres del muchacho los observan atónitos y sin decir una palabra, para ellos es normal esta reacción desafortunadamente no tienen folletos de “ahora que tu hijo ha sufrido una posesión”, ya saben falta de fondos. Están por descender a las escaleras cuando escuchan un crujido, la señora señala hacía el cuerpo de su hijo, este se levanta de nuevo poco a poco.

— ¿Pero cómo?...eso no debería de estar pasando— dice Aten sorprendido.

— Vamos exorcistas el juego apenas comienza—dice con una voz dual y demoniaca riendo.

— Bueno hoy acabamos temprano…—susurra Caín.

El poseído hace emerger de su boca una especie de nube negra hacía ellos.

— ¡Oh no! Eso no, ¡muévanse!— prorrumpe a Aten jalando a los dos señores— corran y no miren atrás…

—Pero nuestro hijo él…

— Prometemos salvarlo— responde Caín— ¡ahora váyanse!

Los dos señores desciende y se pierden entre las viejas escaleras, el demonio para pavonearse en su poder, extiende las manos y rugiendo destroza todo el piso, en una de las habitaciones yace un hombre justo en el momento privado del sanitario aun con los pantalones abajo que al ver eso se sube apresuradamente el pantalón y sale corriendo gritando, Caín muere de risa.

— Que loco estas… a si pues ¡jhdkjflsdladjlaaaaasasfs!— dice Aten como gruñendo mientras bate su espada en el viento. — yo también puedo.

La nube negra que ha surgido de la boca del demonio arremete contra ellos, son cientos de miles de insectos, que al contacto buscan enterrase en la piel y implosionar.

— Porque no traje un maldito insecticida—dice Caín mientras le disparara a esa cosa con su arma mística.
Del demonio surgen más y más, Aten los esquiva con gran maestría y logra llegar hasta él, saca su espada samurái y a pesar de que intenta esquivarlo le arremete un tajazo en el brazo a la criatura.
— Aten tendremos que usar artillería pesada—indica el muchacho mientras de su bolsillo saca una especie de cartucho especial.

— De acuerdo, usare uno de mis explosivos solo necesito el momento correcto — apenas dice esto ve al poseído volver a rugir— debo estar loco para hacer esto— corre hacía él.

—Sí, si estas ¿para qué te haces?— le apunta acercándose más.

Los pequeños insectos invaden sus cuerpos y penetras su piel, pero saben que solo tiene un tiro y es la única opción. Aten acciona la pequeña esfera explosiva y la mete en la boca del demonio y la saca enseguida antes de que puede cerrar sus fauces y atraparlo así.

— ¡Ahora!— indica Aten.

La bomba de acciona provocando una enorme luminiscencia, Caín dispara y lo impacta de lleno en la cabeza, el ruido producido por este proyectil es mucho más grande pues su poder también lo es. El poseído emite un fuerte grito retorciéndose cae al piso, los insectos que producía se desintegran y en su cuerpo se producen pequeñas explosiones, hasta que deja de moverse y vuelve a la normalidad.

Los dos chicos se observan, sonríen y chocan los puños, han vencido de nuevo.
Pasan unos minutos y apenas descienden del edificio encuentran sobre su auto a una chica, es un poco menor que ellos, tiene el pelo algo largo y rizado, viste una blusa negra y jeans.

— ¿Te conocemos?— pregunta Caín sonriéndole.

Ella sonríe nerviosa también y niega con la cabeza.

— Sé a lo que se dedican y requiero sus servicios, algo extraño pasa en el pueblo donde vivo, deben ayudarnos. — se muestra ansiosa.

— ¿En serio?, fuuu parece será una semana agitada, tu solo guíanos— contestó Aten.

— ¿En serio me ayudaran solo así?—la chica preguntó sorprendida.

— Claro, siempre ayudamos a damiselas en peligro, eso es lo nuestro, seguro es importante para venir hasta nosotros, no somos fáciles de encontrar— Caín le abrió la puerta del auto.

—Gracias, gracias en serio, por cierto mi nombre es Mónica.

Continuara.