Con calma, una a una fui acomodando las revistas de brillantes y llamativos colores, no tenía prisa era muy temprano y apenas el primer vagón naranja del día salía de la estación. La gente se comprimía para poder entrar a él. Nadie se fijaba en las revistas y periódicos que vendía. No es que me importara, me conformaba con tener lo suficiente para poder comer. El sonido de las puertas del vagón cerrándose se fundía con la insípida voz que daba anuncios a los pasajeros. Dirigí mi mirada a las personas, estaban apretadas algunas incluso contra los cristales. Sonreí un poco, mientras mis ojos jugueteaban con el entorno hasta que llegaron al techo de la estación, el gris y nada estético techo me deprimió, no por la sensación de que debería ser más agradable. No, lo que ocurría es que el concreto representaba algo que jamás debí haber visto: El cielo. Me obligué a ver otra cosa, busqué algo en que distraerme, agarré la primera revista que tocó mi mano, le quité el transparente e inservible plástico que la recubría, y con desesperación la abrí arrugando las hojas, bajé los ojos para leer aunque sólo fueran chismes sin sentido, pero no tuve suerte. En lugar de letras vacías que llamaban al público, me encontré con una imagen, una hermosa imagen se podría decir cualquiera, El Popocatépetl exhalando fumarolas, mas mi mente no lo notó. Estaba concentrado en el color azul de la imagen, estaba concentrado en el cielo. ¿Qué acaso el maldito no me dejaría en paz ni siquiera si me escondía de él y me mantenía por debajo de la tierra para no verlo?, ¿era un amante cruel que no me soltaría después de haber tenido la primera experiencia con él? Maldije el avión que me ayudó a cumplir mi sueño, aquel sueño que convirtiera mi vida en un infierno. ¿Por qué no tuve el sueño de cualquiera? Ser un millonario sin intereses en la vida sería mejor que ser un piloto adicto a la envolvente estela azul. Cerré la revista y la tire dentro de mi pequeño y cuadrado puesto de metal. Los pasajeros volvían a llenar la estación. Me alegré el bullicio me impediría pensar, sería más bello que cualquier sinfonía de Beethoven. Miraba los colores de las camisas y blusas. «Rojo, amarillo, blanco, otro blanco…» Repetía mentalmente, la catalogaba una a una, hubiera podido seguir así por la eternidad si el color celeste de una muy bien planchada camisa no hubiera aparecido, parecía un pedazo del cielo. Recordé el éxtasis cuando me encontraba en el avión estando tan cerca de lo que siempre había querido, no sospeché que en lugar de sentirme realizado me sentiría más impotente que nunca, comprendí que estar en el avión era igual a tener enfrente por el último vaso de agua de la tierra y estuvieras muriendo de sed sin poder probarlo. Sacudí mi cabeza regresando a la realidad, cubrí el pequeño espacio que me comunicaba con el resto de la estación, me acosté en el frío suelo y me dispuse a dormir. «Hoy será uno de esos días en que todo me recuerda a él…»
Hola Atl, bueno... me gusta la manera en que desenvuelves tu historia, es meticulosa en cuanto a los detalles y refleja claramente el vaivén de emociones que atraviesa el personaje principal; me agrada eso porque pude comprender su lucha interna por reprimir las consecuencias del pasado. Ahora bien, se me hizo un poco confusa pues omitiste detallar el porqué de todo el conflicto del protagonista. A mi entender sugeriste que había tenido una experiencia en el avión que le hizo detestar su anteriormente adorado cielo. Lo que te quiero decir es que, en vez de dar tu historia por terminada... la continues, tienes mucho potencial y quedan muchos cabos sueltos (me refiero a ahondar más en esa experiencia, lo que le ocasionó el sentir que narras, entre otras cosas). Considero que en esa frase hay más comas de las necesarias; darle tantas pausas entorpece un poco la lectura. Para no cambiar mucho la continuidad de los movimientos, puedes hacerlo así. "Me obligué a ver otra cosa, buscando algo en que distraerme agarré la primera revista que tocó mi mano y le quité el transparente e inservible plástico que la recubría, con desesperación la abrí arrugando las hojas, bajé los ojos para leer aunque sólo fueran chismes sin sentido, pero no tuve suerte." Y acá un pequeño error de dedo, o dos (?). ¿Es hombre o mujer? :S Finalizó exponiendo mis deseos de que continúes esta historia (por favorcito *-*), me mata la curiosidad de saber qué le paso al hombre. No es justo que me dejes así xD
¡Wow! Muy buen escrito, querido. Errores, no muchos, ortografia y una que otra palabra mal escrita. ¡Talento! Mucho talento en la narrativa, lo que me encanta. ¡Qué maravilla de parrafo!, me lo guardare en la mente :3 Att: Muñeca HaNeko