Secretos escondidos y sentimientos retenidos.

Prólogo

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Muchos de los secretos que tenemos los escondimos bajo nuestro corazón, al igual que los sentimientos, sentimientos de amor y desesperación, de rabia y sorpresa, los dos los queremos y acostumbramos a a retener y esconder, pero muchas veces se descubren o salen disparados por necesidad de explotar, de gritarlo a los cielos o a un amigo, de gritarlo a esa persona que te hace la vida imposible o a esa persona en la que no paras de pensar. Se descubren porque la gente es curiosa, porque tienes que decirlo para al fin sentirte aliviado.​

En Londres siempre han habido muchos secretos escondidos y emociones que salen sin tener la suficiente fuerza para seguir siendo retenidas.​

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Y aún hay muchos secretos para ser decubiertos, buscando el momento ideal para salir a la luz.​

Secretos y emociones de un grupo de amigos y enemigos al que se recordará para toda la vida.​

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Dicen que en todos los grupos hay seis personas: El líder, el guapo, el inteligente, el segundo líder, el indispensable y la chica.​

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La historia que os voy a contar es del mejor grupo de todos los tiempos, aunque por una parte estaba bien unida y por la otra, bien separada. Con odio y con amor, con secretos y sentimientos, juntos y separados para siempre.​

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En este grupo habia:​

La chica:​

Aunque fuera hija de muggles, Lily Evans era incluso mejor que muchos magos de sangre limpia, pues ella era una chica inteligente, estudiosa (sobretodo estudiosa, trabajadora, y gran leedora de libros) hermosa, amable, cariñosa, leal, comprensiva y amistosa. ​

Aunque fuese hija de muggles, Lily Evans tenía unos relucientes ojos verdes que caracterizarían incluso a su hijo, unas pestañas negras y largas, una naricita mediana, y unos rosados labios. Tenía un pelo brillante, ondulado, largo y rubio, una piel blanquecina que hacía resaltar sus ojos. Era de estatura mediana, un poco delgada. ​

Y eso hacía que muchas personas quisieran ser como ella o como mínimo ser su amiga. Pero solo había una persona que fuese realmente su amiga, esa persona era Severus Snape.​

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El indispensable:​

Él era un sangre sucia o un muggle y no conocía existencia alguna de la magia aunque había tenido contacto visual con ella en muchas veces al espiar a Lily Evans al hacer magia sin ser del todo consciente de lo que hacía, y él al tener magia en su sangre, también experimento con ella pero eso fue poco después de verlo hacer a Lily.​

Severus Snape tenía mala reputación por ser un fisgón insufrible, también tenía mala reputación por vivir en el barrio donde vivía, tenía mala reputación por tener una madre muerta y un padre medio-loco, tenía mala reputación por ser reservado, solitario y rencoroso. Tenía mala reputación por dominar muy bien los líquidos y hacer miedo. También era un gran fisgón, le encantaba espiar a las personas.​

Aunque él fuera hijo de padres con sangre limpia, Severus Snape tenía mala reputación por tener un pelo grasoso, tenía mala reputación por tener granos un poco vistosos en su cara albina, tenía mala reputación por llevar ropa de cuando era más pequeño aunque ya hubiera crecido, pues no era rico precisamente aunque tampoco era pobre. ​

Tenía mala reputación por todo su aspecto y su carácter. ​

La persona que le tendría más tirria era Sirius Black que a diferencia de Snape este ya conocía la existencia de la magia, pues era de sangre pura.​

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El guapo:​

Él era de sangre limpia al igual que sus padres, Sirius Black era orgulloso, altivo, un poco pasota, era el rompedor de reglas Nº1, era divertido, elegante, quizá pícaro de vez en cuando, bromista (aunque algunas veces sus bromas fuesen de mal gusto), no le temía ni al peligro ni a la muerte, con una lealtad inquebrantable que en el paso de los años aún sería más leal aunque parecía imposible, siempre salía inmune de todos los problemas y eso lo hacía atractivo para algunas chicas.​

Él era de sangre limpia al igual que sus padres, Sirius Black tenía unos ojos grises con el brillo de la juventud y las risas, tenía una piel tostada, un pelo negro medio rizado le enmarcaba el rostro, unas pequeñas ojeras bajo sus ojos grises significaban que hacía algo todas las noches, leía. Él decía que no para que su faceta de rompedor de reglas no se desmontase, pero así era porque aunque él lo negara, leía y eso se le notaba en el lenguaje que usaba, porque aunque él viviera en un barrio de mala–muerte, no usaba el lenguaje que tendría que usar. Él era mediano y delgado, de poste elegante y nunca bajaba la cabeza, no se rendía y no se menospreciaba.​

Su mejor amigo era James Potter, también un niño de sangre pura metido ya en el mundo de los mágicos.​

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El líder :​

James Potter tenía el carácter de un niño mimado demasiado por sus padres sin llegar a ser repelente, eso era comprensible, pues la pareja de ancianos querían un hijo y no lo habían tenido hasta ya mayorcitos como era su único hijo por lo tanto lo mimaban mucho y le enseñaron a comportarse bien y no fardar de su riqueza. Él tenía más alegría y energía en los ojos incluso que Sirius (que era casi imposible), él era leal, respetuoso (pero con Severus no lo sería tanto aunque lo era un poco más que Sirius). También era divertido, con Sirius hacían el dueto Nº1 de rompedores de reglas, aunque tuviera un don para atraer a los problemas siempre conseguía salir de ellos inmune. Era valiente, un pelín arrogante, inteligente y diestro.​

James Potter tenía un lustroso pelo negro, unos ojos marrones como los de un cervatillo, tenía una estatura perfecta para ser un buscador y un cazador de quiddich, aunque claro está, él aún no sabía ese detalle. Era mediano, delgado aunque un poco menos que Sirius, con una atracción hacia las chicas igualada a la de Sirius.​

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El inteligente:​

Existía otra “persona” en el grupo de cuatro que solo ella (aunque también algunos profesores muy exigentes) conseguiría pararlos, los profesores lo harían cuando la pequeñísima travesura se hiciera en los pasadizos y en las clases, pero es “persona”, lo haría cuando se metieran en problemas graves, aunque claro con el poder de convicción de sus compañeros él también se uniría en los problemas.​

Esa “persona” es Remus Llopin, él ya vivía en el mundo mágico pero como todo el mundo sabe, a Hogwarts se admiten tanto hijos de muggles como niños de sangre pura.​

Digo “persona” porque él ya había tenido una colección de momentos en el mundo mágico, aunque esos momentos no son del todo buenos: Cuando era un niño pequeño, un licántropo lo mordió y él se convirtió a partir de ese día en un hombre-lobo, aunque prefería el termino licántropo. Cada noche de luna llena se transformaba en un lobo y abandonaba la consciencia humana, por eso debía tener educación en Hogwarts, porque mientras Dumbledore fuese el director, él sería admitido.​

Dejando de lado su personalidad lobuna, Remus era amistoso, igual de leal que Sirius y James, no era tan escandaloso como ellos, era más tranquilo y mucho más estudioso. Era enigmático a causa de que no quería que descubriesen su secreto peludo, porque si lo descubrían no tendría amigos y no podría ir en su colegio. Era muy callado pero cuando hacía amigos era para toda la vida y siempre se mostraba muy amistoso con aquellos que sabían el secreto.​

Dejando de lado su personalidad lobuna, Remus era más alto de lo que serían sus amigos del alma y muy delgado. Tenía unos ojos marrones y un pelo del mismo color. Aunque tenía la piel un poco torrada, parecía más pálido que la gente “normal” (muggle o mágica).​

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El sublíder :​

Y allí estaba el último componente del grupo, Ben Babbaw, un chico con una lealtad de lo más quebrantable que seguía solo a personas más fuertes y menos estúpidas que él.​

Un chico que temía a todo. Un chico que preferiría sacrificar a sus amigos antes de que él muriese. Un chico capaz de culpar a sus amigos por los daños que él mismo cometía. Un chico que sería el cuarto componente del mejor grupo de amigos que podían causar los desastres más irritantes a la mejor escuela de Magia y Hechicería y hacer perder la paciencia al mejor profesorado. Un chico que junto a otros tres haría “El Mapa de los Merodeadores”.​

Ben Babbaw, era muy bajo y bastante regordete. Su cabello, hubiera sido del todo sexy si no lo tuviera aún más grasoso si eso era posible, que Severus Snape. Incluso tenía más granos en la cara que él. ​

Parecía que tuviera una piel más blanquecina de lo que aparentaba Remus, pero su piel no era como una ilusión que viene y que va, su piel era una realidad. ​

Ben, no tenía en absoluto el porte de un jugador de quidditch, ni tampoco una mente para ser un buen estudiante o un buen mago. Como ya he dicho, tampoco era leal, en absoluto era leal. Sería el hazme-reír de la escuela junto con Snape, aunque no lo sería tanto. No era ni elegante, ni inteligente, ni gracioso, ni responsable, no era serio, ni formal, se creía gracioso, se creía necesario, se creía el rey del mundo, aunque no lo fuese, también se creía sexy y atractivo, aunque tampoco lo era, solo era un poco simpático y arrogante. ​

Todos ellos y muchos niños subieron puntualmente en el tren. ​

Había muchos niños que se habían inscrito en la Escuela de Magia y Hechiceria Hogwarts y por lo tanto iban todos en el reconocible tren rojo que se dirigía hacia Hogwarts. ​

Como siempre todos los compartimientos del vagón estaban ocupados y quizá fue una combinación del destino y la casualidad que Lily Potter y Severus Snape subieran en aquél vagón y en aquél compartimiento.​

Como siempre todos los compartimientos del vagón estaban ocupados y quizá fue una combinación del destino y la casualidad que James Potter y otros tres niños subieran en aquél vagón y en aquél compartimiento.​

En aquél reconocible tren rojo se encontraron, en aquél vagón se conocieron y en aquellos dos compartimientos el uno delante del otro se hicieron amigos y enemigos. ​