de Inuyasha - Romance en la playa (InuxKag)

Capitulo #4 “Listos para abordar (parte 1)”​

Después de un día bastante agitado el hanyou y la chica azabache llegaron a la cálida y acogedora casa de los Higurashi.

Mientras Kagome abre la puerta para que el chico de ojos dorados entrara sin problemas con todo lo que traía cargando, con dificultad entra y la azabache cierra la puerta para luego dirigirse a la sala.

― ¡Hola a todos, ya estamos aquí!―Gritó la chica azabache para que su familia se diera cuenta de su presencia, mientras el hanyou pone en el piso todas las cosas que habían comprado.

―Que bien Kagome llegaron justo para la cena―Dijo la amable señora Higurashi quien se encontraba en la cocina, ya terminando de prepara la cena.

―Amigo con orejas de perro ¿te divertiste con mi hermana?―Cuestionó el pequeño Souta mientras jaloneaba el traje rojo del hanyou, pero tal pregunta hiso que ambos se sonrojaran cómo tomates.

― ¡Souta!―Gritó la azabache apuñando las manos en señal de enojo.

―Souta te aconsejo que corras a tu habitación, te llamaré cuando ya esté servida la cena―Sugirió el abuelo del pequeño azabache, el niño miró al hanyou el cual asintió con la cabeza queriéndole decir que era lo correcto, así que el pequeño se fue corriendo.

―Kagome linda, ven un momento―Musitó desde la cocina la señora Higurashi, al escuchar la chica de ojos chocolates va rápidamente atendiendo el llamado de su madre.

― ¿Deseas algo mamá?―Preguntó Kagome al llegar a la cocina.

―Kagome me llegaron por correo unos trajes de baños hermoso que ordene por catalogo, los que te compre a ti están en tu habitación así que después de cenar quiero que subas y te los pruebes―La madre de la chica azabache estaba tan feliz por el viaje que su alegría era muy evidente, Kagome abrazó a su mamá ya que le había ahorrado la molestia de tener que regresar al centro comercial, después de lo que había pasado no quería volver ahí en un buen tiempo.

―Muchas gracias mamá…déjame ayudarte con la mesa―Expresó Kagome tomando algunos platos y preparando todo para que la familia cenara, ya estando todo listo el abuelo, Souta, Inuyasha y Kagome tomaron sus respectivos asientos y pasaron un momento muy ameno en familia.

Ya encontrándose todos reunidos en la mesa disfrutaron una deliciosa cena y un cálido momento en familia, Inuyasha por alguna razón se sentía a gusto con la familia Higurashi.

Terminado la cena Kagome recoge los platos y su abuelo y Souta se encargan de lavarlos, la señora Higurashi reunía todos los desperdicios y basura que había en la casa, le pidió de favor a Inuyasha sacar la basura así que el también colaboró un poco.

Kagome subió a su habitación tal y cómo su madre le había dicho, al entrar cerró la puerta y vio en su cama unas cajas de color blanco, al abrirlas pudo ver unos hermosos bikinis sin duda su mamá tenía un buen gusto, además ella conocía muy bien los gustos de la azabache.

―Que hermosos bikinis… ¡oh! uno de color rosa, otro de color blanco…este es de color azul marino, combina muy bien con los trajes de baño que llevara Inuyasha―Kagome luego de decir eso se quedo muy pensativa.

―En realidad ¿usare esto frente a Inuyasha? ―Pensaba la chica de ojos chocolate mientras sujetaba las diminutas prendas.

―Bueno luego lo consideraré ahora mejor me los probare―Así que en la privacidad de su habitación se puso el bikini de color rosa, cuando ya había terminado de ponérselo la puerta se abrió de un solo golpe.

―Kagome tu mamá manda a decir que si ya…―El hanyou entró de manera tan brusca y rápida que no le dio tiempo de cubrirse a Kagome, él quedo completamente idiotizado a lo que sus ojos dorados observaban.

La azabache y el hanyou se sonrojaron completamente, Inuyasha miraba la escultural y esbelta figura de Kagome y gracias al bello bikini rosa sus piernas, abdomen y pechos se miraban hasta no quedar mucho a la imaginación.

―Inuyasha ¡ABAJO!―Gritó la azabache mientras se cubría con la ropa que se acababa de quitar.

―Kagome… ¿Por qué me haces esto?―Exclamó el hanyou con su rostro en el piso.

― ¡Sal de mi habitación!―Volvió a gritar la chica ojos chocolate sacando al chico de ojos ámbar casi a patadas, luego que lo sacó dio un fuerte suspiro y se quito el bikini para luego ponerse su pijama favorita, abrió de nuevo la puerta de su habitación y observó al hanyou sentado y al parecer estaba molestó.

―Kagome yo…lo lamentó por haber entrado a tu habitación sin avisar―Inuyasha se mostraba un poco apenado ya que había comprendido la molestia y la reacción de Kagome al verlo frente a ella, sin embargo Kagome al ver su sincera disculpa y la vergüenza que se reflejaba en el rostro del peli plateado sólo sonríe.

―No te preocupes por eso Inuyasha de todas maneras será eso lo que use en la playa, supongo que será normal que me veas así…este lo digo porque eso utilizare ―Musitó Kagome sonriendo y a la vez un poco avergonzada.

Aunque al hanyou le molestó un poco las palabras de Kagome no quiso discutir más, así que ella lo llevo hasta la habitación que su mamá le había preparado al hanyou y los dos se fueron a descansar.

Al día siguiente toda la familia se levantó muy temprano ya estaba a un día del viaje así que necesitaban dejar muchas cosas listas, la señora Higurashi limpiaba la casa ya que ella no deseaba dejar ningún tipo de desastre para que todo estuviera en orden para el viaje, el abuelo cerraba el templo y reviso las instalaciones eléctricas para que nada provocará incendio, el pequeño Souta empacaba todo lo que llevaría en su maleta de color azul y Kagome llamaba a sus amiga para despedirse de ellas y también continuaba empacando todo.

―Kagome ¿Por qué todo el mundo esta tan atareado aquí?―Preguntó el hanyou bastante confundido de ver a todos en esa casa ir de un lado a otro, Kagome lo ignoro por un momento pero luego contestó la duda.

―Lo que ocurre Inuyasha es que mañana es el viaje y debemos dejar todo listo, además hoy por la tarde debemos ir a arreglar ciertas cosas sobre tus documentos para viajar y vendremos muy tarde ―Musitó la chica azabache mientras corría de un lugar a otro, dejando aún más confundido al chico peli plateado.

Terminando de hacer sus actividades todos se alistaron para salir tal y cómo la azabache había dicho.

―Kagome en lo que tú y tu familia hacen sus pendientes yo iré a mi época…debo ir a traer algo―Así fue cómo Inuyasha se despidió de Kagome ya que al parecer el se iría pero regresaría por la noche, al menos eso fue lo que le prometió a la azabache antes de saltar al pozo.

Kagome y su familia fueron a arreglar todos los documentos para el viaje, pasaportes, los boletos del avión sin mencionar las reservaciones del hotel, encontraron la manera de conseguir los documentos para que el hanyou viajara y por fin todos estaban tranquilos.

Pasaron a cenar a un bello y muy acogedor restaurante que servía unos deliciosos platillos americanos, todos se mostraban muy emocionados menos la chica azabache ella parecía estar un poco preocupada.

―Kagome ¿Te ocurre algo?―Preguntó la señora Higurashi con un rostro bastante preocupado.

―Mamá, mañana tomaremos un vuelo rumbo a Hawái y eso me hace pensar…―Corto por un momento su frase la chica azabache dejando un suspenso a todos los presentes.

―A Inuyasha no le gustan los lugares concurridos, la última vez que salí con el casi lastima a unas personas, es posible que en el aeropuerto muchas cosas lo asusten y actué de forma violenta creo que será mejor que vayan ustedes sin nosotros dos―Dijo la chica azabache e con tristeza en sus ojos, pero ella sabía que no podría ir y dejar al hanyou después de todo lo que le había hecho pasar a él.

De pronto la señora Higurashi, el abuelo y Souta sonrieron cómo si iban hacer una maldad o algo parecido, Kagome no comprendía a que se debía esas sonrisas ella no estaba contando ningún chiste o haciendo alguna broma.

―Kagome querida ya habías pensado en eso y por eso compramos esto observa―La madre de la azabache le entrega en sus manos un frasco que decía “tranquilizante para perros” que la dejo con una cara de ¿y esta cosa?

―No creo que sea buena idea―Musitó la azabache mirando aquel frasquito que tenía en la etiqueta a un dulce cachorro dormido, eso decía mucho de los efectos del medicamento.

―Kagome si no lo recuerdas le damos unos muy parecidos al gato cuando salimos ―Mencionó el abuelo, mientras se llevaba un bocado de pastel a la boca.

Kagome pudo recordar que si era cierta suelen darle de esos tranquilizantes al gato y no habido problema alguno, así que sonrió y siguió comiendo pudo tranquilizarse y así poder estar más tranquila.

Al llegar a la casa pudo ver que Inuyasha se encontraba fuera de la casa, y corrió hacia a él y le dio un abrazo.

―Kagome ¿Qué haces?―Preguntó sonrojado el hanyou observando que todos los miraban y se reían un poco, a Kagome no le importo ella estaba feliz ya que creyó que el escaparía y no los acompañaría al viaje.

Le dio comida que ellos había comprado especialmente para él y eso lo hiso muy feliz, después de comer Inuyasha jugaba un poco con el gato de color blanco y café, Souta estaba con su madre ya que estaba arreglando los pantaloncillos que llevaría y el abuelo guardaba las posiciones más valiosas de la familia.

Después de un día agitado todos se fueron a dormir y Kagome antes de dormir observaba el oscuro cielo lleno de estrellas, cuando de pronto vio pasar una estrella fugaz.

―Una estrella fugaz…haber ¿qué puedo pedir?―Pensó la azabache ella acostumbraba a pedirle deseos a las estrellas, sin duda era algo creyente a esas cosas.

―Deseo que en este viaje mis más grande sueño se haga realidad―Kagome pidió el deseo dejando sin especificar su sueño así que todo puede pasar, pero ella no piensa en esas cosas bostezando un poco se va a dormir.

Se escucharón todos los despertadores de la casa, marcaban las cuatro de la mañana todos se levantaron se vistieron y comieron unos panecillos y algo de té antes de irse a aeropuerto, sin embargo Kagome sentía que algo estaba mal.

―Kagome cielo ve a despertar a Inuyasha―Cuando su madre dijo eso la azabache soltó el té no podía creer que el no estuviera despierto, muy furiosa sube las escaleras y de las orejas lo baja de la cama.

―Oye tu perro durmiente ¿acaso no escuchaste las alarmas?―Gritó la azabache con todas sus fuerzas.

― ¡Maldición! Kagome si así me despiertas a mí pobre del que sea tu esposo―Respondió Inuyasha pero rápido pudo carita de cachorro, al ver que Kagome tomaba aire para decir su típico “abajo” pero lo salvó la suegra.

―Kagome, Inuyasha bajen ya vinieron los taxis para llevarnos al aeropuerto.―Gritó la señora Higurashi, Inuyasha no dudo más y bajo rápidamente tratando de alejarse de Kagome, la azabache ayudó a sacar todas las maletas y cómo iba muy molesta hiso que

Inuyasha se fuera en el taxi con el abuelo y Souta dándolas instrucciones de ponerle su ropa de chico normal.

Cómo si una batalla se diera en ese taxi Souta y el abuelo le ponen un pantalón negro, una camiseta blanca con las letras “L.A” y una gorra roja a Inuyasha incluso, le pusieron unos zapatos deportivos para que anduviera descalzo.

Al llegar y bajarse todos de los taxis bajaron las maletas, y al entrar por las puertas del enorme aeropuerto las personas de seguridad detienen al hibrido.

―Señor no puede portar armas aquí…aunque sea una antigüedad debe ponerla junto con su equipaje―Los agentes estaban a punto de detenerlo por posesión de armas pero al ver lo vieja de la katana pensaron que era sólo una posesión del joven, sin embargo se la quisieron quitar de la cintura.

― ¡Gusanos jamás les entregaré mi colmillo!―Gritó Inuyasha eso llamó la atención de todas las personas, sin duda los Higurashi querían que los tragara la tierra, Kagome regaño al abuelo y a Souta por no quitarle la espada antes.

Continuara…………………………………………..

Hola amigas dejare el cap. hasta aquí pues por cuestiones de fuerza mayor así que el próximo cap. será la continuación después de ese cap. ya estarán en la playa y pasara pues lo que tengo preparado una sorpresa para todas, bueno me despido tal vez sintieron el cap. aburrido pero no puedo apresurar tanto la historia cuídense y gracias por el apoyo a esta pequeñisisisismo fic que ya pronto tendrá final ok bye.

 

Capitulo # 5 “Todos a bordo (parte final)”​

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Advertencia: Leve Ooc aunque espero que les guste.


Después de haber pasado tantos problemas con el hanyou, la familia Higurashi aún no podía librarse de más problemas al ver el comportamiento de Inuyasha, todos decidieron que llevarían a cabo su plan.

―Señor no queremos que cause más problemas, denos la katana y al bajar de su vuelo la encontrara en su equipaje―El jefe de seguridad intentó calmar al peli plateado pero eso no fue suficiente, un verdadero alboroto se había creado en ese lugar, pero en ese momento Kagome intervino para poder acabar con el problema.

―Señor Takaneda permítanos unos segundos que ya entregara mi amigo su katana―Kagome se dirigió muy formal hacia el jefe de seguridad, su apellido lo supo por el gafete que él llevaba en el traje, el señor asiente con la cabeza indicándole que le daría el tiempo que pedía.

Kagome se acerca hacia Inuyasha quien gruñía al que intentaba acercarse, la chica de ojos chocolate le jala una de sus orejas y lo mira muy furiosa.

―¿Qué crees que estás haciendo tonto?―le grita muy furiosa la joven azabache eso hiso que hasta los guardias de seguridad del lugar tuvieran miedo, el hanyou sólo se estremeció del escalofrió que siente al escuchar los gritos de la chica peli negra, ambos se observaban de manera desafiante ya que ninguno quería ceder.

―¡Entregaras a colmillo!―Exclamó la bella joven con mucha firmeza.

―¡Ja! Eso nunca tu sabes que no puedo Kagome―Dijo el hanyou de cabellos plateados.

―Bien no tengo otra alternativa…―Musitó Kagome con una sonrisa picara en su rostro.

Da la vuelta y va hasta donde su mamá quien rápidamente le entregó una especie de galletas con un relleno dulce, el olor de dichos bocadillos era tan deliciosa que el hanyou no podía resistir el deseo de probarlos.
Con una mirada oscura Kagome extiende su mano y en ella iba una de esas galleta, Inuyasha la toma, la olfatea un poco y luego se la come, de pronto algo cambio el hanyou comenzó a sentirse más relajado y su mirada desafiante se volvió dócil y tierna.

La familia había preparado esas galletas especiales que llevaban en su interior unos potentes tranquilizantes, que poco a poco irían haciendo efecto en el joven de ojos ámbar, la chica azabache toma ventaja en ese momento le quita a Inuyasha “colmillo de acero” y envuelta en una tela negras se la dan a los sujetos para que se fuera junto al equipaje.

―Vamos Inuyasha o perderemos el avión―Musitó la joven con una gran sonrisa en su rostro, pero seguía avergonzada todavía por el terrible bochorno que habían pasado.

―Claro Kagome, iré donde tu me lleves―Respondió el peli plateado no cavia la menor duda, los tranquilizantes estaban tomando efecto.

―No puedo creerlo…enserio han funcionado los tranquilizantes―Pensaba Kagome mientras sujetaba a Inuyasha quien ya le faltaba poco para caer dormido, los demás miembros de la familia Higurashi sonreían de ver la hermosa pareja que hacían el peli plateado y la bella joven azabache.

“Ultima llamada para los pasajeros de vuelo 893 con rumbo a Hawái, por favor abordar es la ultima llamada”

Escuchando eso los Higurashi se apresuraron y al llegar a las puertas principales de su vuelo, entregaron los boletos y entraron muy feliz, ahora sólo debía buscar sus asientos.

―Bueno Kagome hija parece que esta es la fila 23, así que estos son nuestros asientos―Dijo la dulce madre de la azabache, pero al decir nuestros asientos se refería a el abuelo, Souta y por supuesto ella ya que cada fila contaba con tres asientos.

―Está bien mamá…mi asiento y el de Inuyasha están en la fila 19―Contestó Kagome con una sonrisa, ella seguía tomando el brazo del hanyou y él ya estaba bastante confundido gracias a los tranquilizantes así que sus constantes quejas habían cesado.

Caminando por el pasillo del avión Kagome junto con Inuyasha encontraron la fila en donde se sentarían, la chica azabache toma el asiento junto a la ventana mientras con mucho cuidado coloca al hanyou en el asiento de en medio de la fila, dejando libre uno de los asientos.

―Kagome estoy muy feliz de que podamos estar los dos aquí juntos―Estas hermosas palabras fueron dichas por el bello ojo dorado, quien ya estaba casi dormido pero aún podía hablar un poco.

Las mejillas de la chica azabache se pusieron completamente rojas y calientes, ella se había quedado sin habla por esas palabras tan bellas, no pudo contestarle y por eso sólo guardo silencio.

Pero eso no basto para que Inuyasha se quedara callado.

―Kagome ¿tu no estás feliz de estar conmigo ahora?―Cuestionó el hanyou abriendo sus ojos y mirándola fijamente, esos hermosos ojos dorados brillaban tal si fueran de oro, toma la mano de la chica azabache y le da un dulce beso mirándola de una manera bastante extraña, eso puso aún más incomoda a Kagome pero esta vez tuvo que contestarle.

―Si…Inuyasha estoy feliz―Dijo con una voz suave la bella joven mientras observa al hanyou, el joven de cabellos plateados sujeta la mano de la joven con más fuerza y comienza a acercarse lentamente al rostro de la chica azabache, y justo en el momento en que sus labios se rozarían una voz femenina se escucha hablar.

― ¡Oh! así que este es mi asiento…hola espero no molestarlos ―Musitó una joven de cabello castaño y ojos color gris, quien se sentó en el asiento libre que quedada justo al lado del hanyou.

Kagome se sintió un poco molesta porque esa chica interrumpió el posible beso, pero a la vez sintió un poco de alivio, ella no deseaba un beso o esas hermosas palabras del hayou de ojos dorados pues estaba consciente que todo era producto de esos calmantes que el chico ambarino había ingerido sin saber.

Suspirando un poco Kagome decide prestar atención a la hermosa vista que tenía desde la ventanilla, el pobre de Inuyasha iba más dormido que un tronco y la joven de ojos grises observaba disimuladamente al bello peli plateado.

Gracias a algunas turbulencias que sufría el avión las personas se movían de un lado a otro, el casi inmóvil cuerpo de Inuyasha se movía igual de un lado a otro, pero en un fuerte movimiento la cabeza del hanyou quedo sobre las piernas de la joven chica de ojos grises que tenía a un lado.

―Oye ¿no te importaría que él se quedara ahí cierto?―Preguntó la joven un poco sonrojada, pero la forma en que hiso la pregunta fue un poco picara.

―Que…pero… ¿cómo llego él ahí?―Le dijo la chica azabache a la otra joven mientras observaba que el hanyou permanecía recostado en las suaves y blancas piernas de la joven de cabello castaño, provocando unos fuertes celos en Kagome.

―Soy Chizura Kurimisawa y tu ¿cómo te llamas?―Habló muy amistosamente la joven de ojos grises sonriendo pero a la vez acariciaba el cabello plateado de Inuyasha, él parecía no percatarse y dormía tranquilamente.

―Me llamo Kagome Higurashi y ese que tienes ahí es…―Respondió muy furiosa la miko, y muy fijamente miraba a Inuyasha pensando en lo tonto que era al no despertar.

― ¿Tu novio?―Cuestionó Chizuru mientras reía un poco.

―De ser así adelante levántalo tú―Musitó la malvada chica pero en ese momento el hanyou despierta y algo despistado habla.

―Ella no es mi novia…ella será mi mujer, porque cuando logremos estar completamente solos…seremos uno solo―Eso fue lo que casi a
gritos dijo Inuyasha, Kagome al escuchar eso se sonroja y con sus manos tapa la boca del joven ambarino para evitar que siguiera diciendo incoherencias, de pronto volvió a quedarse dormido esta vez apoyándose en el hombro de la azabache.

―Eres una suertuda―Exclamó la joven Chizuru mientras se colocaba en las orejas unos audífonos y comenzó a leer una revista, luego de eso no volvió a fastidiar más.

―Inuyasha pedazo de tonto… ¿Qué habrá querido decir con “estar solos”?―Pensaba la joven de ojos chocolates, y sus mejillas aún continuaban calientes y rojas de sólo pensar en lo que había dicho el hanyou.

Estando ya todo en calma Inuyasha y Kagome ambos duermen lo que resta del vuelo, cada uno soñaba con el otro sin imaginar que soñaban lo mismo.

“Pasajeros en 10 minutos aterrizaremos en el aeropuerto de la isla de Kauai así que vayan preparándose para salir”

El aviso hizo que ambos despertaran y vieran que estaba apoyado uno sobre el otro, Inuyasha ya se le había pasado un poco el efecto de los fuertes medicamentos que se comió y por fin se le estaba pasando.

― ¿Eh? pero… ¿en dónde estoy?―Musitó Inuyasha mientras estiraba sus brazos y miraba a su alrededor que había mucha gente, y al tocar su cintura se percató que ya no tenía su katana.

―Kagome……¿pero que demon…? ―El hanyou no pudo terminar de hablar pues al ver el bello rostro un soñoliento de la azabache se quedo mudo, ese rostro que resplandecía de alegría al saludarlo.

―Que alegría que ya despertaras Inuyasha…ya casi llegamos―Dijo la bella chica mientras sonreía, esa sonrisa tan pura y angelical dejaría pasmado a cualquier hombre.

Cómo ya les habían avisado el avión aterrizo a las 9: AM en el aeropuerto de la paradisiaca isla de Kuai al norte de Hawaii, la familia Higurashi y el hanyou bajan del avión junto a todas las personas, ya fuera van por sus maletas que están en una banda transportadora y al encontrar todo el equipaje muy felices se van del lugar, el hanyou ya iba feliz pues ya tenía de nuevo junto a él a su “colmillo de acero”.

Toman dos taxis en el primero se van el abuelo, Souta y la madre de Kagome, mientras que en el segundo solamente iban Inuyasha y la chica de ojos chocolates, al parecer por razones distintas se sentían un poco incómodos y guardaban un profundo silencio.

―Kagome…gracias por traerme ―Dijo en voz baja el hanyou, la joven se sorprendió pues jamás pensó escuchar esas palabras estando Inuyasha en sus cávales, pero sólo sonrió y muy tiernamente tocó el hombro del peli plateado.

―No me lo agradezcas para mi es estupendo que este conmigo―Exclamó Kagome sonriendo un poco sonrojada, pero dichas palabras sonrojaron al hanyou y no pudo decir más cosa que lo único que se le vino a la mente.

― ¡Ya ni que fuera tanto…Kagome no exageres!―Gritó el hanyou de ojos dorados, mientras desvía su mirada hacia otro lado y cruzando los brazos quiso calmar un poco su vergüenza.

Los taxis los llevaron La encantadora Bahía de Hanelei se encuentra en la orilla norte de Kauai y por muchos es considerada la más hermosa playa de todo Hawái.

Al llegar van directamente al “Hotel Roinalu” uno de los más lujosos de la bahía y ya que el viaje era todo pagado podrían disfrutar de todo en ese lugar, al registrarse suben hasta las habitaciones, Inuyasha compartiría la habitación con Souta mientras que el abuelo tendría una habitación para él solo, Kagome y su madre compartirían la habitación y esos las hiso muy feliz.

―Bueno Souta tenemos que ir a vestirnos si queremos divertirnos un poco en la playa―Decía la señora Higurashi mientras tomaba al pequeño niño del brazo, y llevándolo a su habitación para ayudarlo a desempacar y a vestirse.

―Yo iré a comer algo, Kagome diviértete mucho―Habló el abuelo mientras frotaba sus manos pensando en toda la comida que se le antojaba, y así dejaron solos a Inuyasha y a la chica azabache en la habitación de la joven.

―Me vestiré en el baño, Inuyasha vístete aquí si quieres pero avísame cuando estés listo para que yo salga―Expresó la joven mientras tomaba una de sus maletas y en ellas llevaba los trajes de baño que usaría.

―Kagome estás loca si crees que me pondré esas diminutas prendas, no soy tan indecente―Alegaba el hanyou cruzando los brazos, y a la vez sudaba mucho debido al enorme cambio de temperatura que se percibía en la isla tropical.

―Date prisa Inuyasha y no discutas más, ya no estás usando tu traje qué más da otro atuendo―Musito la joven mientras entraba en el baño, Inuyasha no tuvo de otra y con mucha rapidez se cambio de ropa, se puso las bermudas de color azul marino que Kagome le había comprado que marcaban muy bien su parte trasera, y se puso también un camiseta de color blanco que dejaba ver los músculos de sus brazos además de colocarse una pañoleta en la cabeza y hacerse una coleta en el cabello justo cómo le sugirió la señora Higurashi mucho antes de llegar.

Kagome había escogido para su primer día en la playa el traje de baño de color rosa, muy delicadamente se lo puso, también usaría una linda tela de seda de color blanco para cubrirse la parte de debajo de su bikini, pero dejaría la parte de arriba descubierta para broncearse un poco, al igual que el hanyou se hiso una coleta y para complementar el atuendo en su cabeza colocó un bello sombrero con una hermoso lirio rosa que le quedaba estupendo.

―¡Kagome estoy listo ya puedes salir!―Gritó el chico de ojos ámbar un poco apenado de que la azabache lo viera vestido con las ropas que se había puesto, Kagome lentamente abre la puerta del baño y completamente sonrojada sale, ella sentía un poco de vergüenza pero debía acostumbrarse pensaba ella o no se divertiría junto a Inuyasha.

Verla frente a él era cómo un sueño sus delicadas curvas estaban descubiertas, su piel blanca y sus increíbles atributos dejaron sin habla a Inuyasha quien observaba detenidamente a la chica, mientras tanto la joven también observaba al chico ambarino que se miraba completamente deseable y eso era genial para ella.

―Kagome te traje esto―Dijo el joven mientras extendía su mano.

―Gracias… ¿pero qué es?―Cuestionó la joven chica mientras recibía lo que el hanyou le daba, al extenderlo se da cuenta que es una prenda parecida a un chaleco pero esta hecho de una tela un poco transparente y brillante, era sumamente hermoso y combinaba muy bien con su atuendo.

―Le perteneció a mi madre y eso además te cubrirá para que nadie te vea así―Dijo Inuyasha un poco molesto pues le daba un poco de celos pensar en chicos observando a su querida Kagome, y eso no lo permitiría.

Kagome estaba muy conmovida por el bello gesto que había tenido el hibrido hacia ella, se puso la delicada prenda y se le miraba estupenda, muy sonrientemente toma la mano del joven de ojos dorados y salen de la habitación para empezar a divertirse.

Continuara…………………………………………………………………………………….

Hola amigas lectoras bueno primeramente les pido disculpas por la tardanza pero bueno a veces no se puede actualizar como una quisiera, y por esa razón este no será el final aun y la sorpresa llegara hasta el otro cap. será el final, espero que lo pueda publicar en esta semana espero les haya gustado la conti cuídense mucho bye.