Nota de la Autora: Este es mi primer Fanfic en toda mi vida (De veras que lo es, nunca se me había cruzado por la mente escribir tal cosa y de tanto tiempo que tengo aquí no he subido ninguna ya que he inventado varios pero mi imaginación y creatividad casi siempre están por los suelos xDDDD) Pues…Trataba de subirlo en navidad ya que me llego la inspiración como por obra y gracia del Espíritu Santo X) pero por algunas cuestiones de vacaciones no pude |: Ya que fui a la Capital (Caracas) y yo vivo en Margarita, Se me paso por alto guardar esta historia en un PenDrive, Seguirla y subirla allá…Eso si es triste, muy triste…Otra cosa que se me olvido decirles, tal vez no sea muy puntual con los capítulos, pero tratare de serlo y si tiene un poco de éxito la seguiré hasta el final…Este no es un capitulo como tal, solo es un Prólogo y luego si les traeré el Capitulo en sí…Muchas Gracias por leer y espero sea de su agrado… Prólogo En la ciudad de Tokio, en Japón, Había un pequeño pueblito de gente humilde. Ahí vivían la Humilde y Tranquila Familia Higurashi, la cual estaba conformada por, La Sra. Higurashi, el Abuelo Higurashi, Souta Higurashi (el hermano menor) y Kagome Higurashi (La hermana Mayor), ellos también tenían un Hermoso Gatito Gordo de nombre Buyo, este también pertenece a la pequeña pero muy unida Familia Higurashi. Ellos estaban preparando todo para Navidad, ya que esta ya se estaba haciendo presente en la ciudad. Kagome se notaba muy distraída y esto hacía que su madre se notara muy preocupada. —¡Kagome!… ¡Kagome!—Le decía su madre Chasqueando sus dedos para así hacer que volviera en sí—¡¡Kagome reacciona!!—Seguía diciendo su madre pero con un tono de voz más alto. —¿Q-Que pasa?—Respondió ella Incrédula volviendo en sí un tanto distraída—¿Qué paso Mamá?—Preguntaba ella rascándose su cabeza Con sus ojos cerrados —Hija… ¿Qué tienes?...Te he notado muy extraña últimamente y eso me preocupa—Le respondió su madre con ojos como platos y tomándole la temperatura en la frente con su mano. —Jejejejeje —Respondió ella con su risita viendo la reacción de su madre preocupada— ¡No es nada!...Solo que he estado pensando mucho en mi viejo amigo de la infancia Inuyasha—Agrego ella un poco Seria—Recuerda que hace tiempo que se fue de Japón son su familia…Lo extraño mucho… —¡Ayyyy Kagome!—Suspiro su madre— Yo también extraño mucho a ese chico, pero, tenía que irse con su familia para el extranjero por cuestiones del trabajo de su padre—Agregó ella abrazando a Kagome— Tranquila, se que el volverá a verte…¿No es eso lo que él te dice cada vez que hablan?...—Le recordó a Kagome para que no perdiera las esperanzas de volver a verlo. —Si mamá, tienes razón, Pero ya han pasado once años desde que se fue…Me gustaría poder hablar con él Frente a frente, no por el Teléfono o por el Internet. La madre dio por finalizada la conversación y solo la acompaño a su habitación para que descansara ya que Kagome se veía muy cansada. Kagome entro a su habitación y se lanzo a su cama en un brinco quedando ella boca abajo. Le echo una mirada a su teléfono ya que lo había dejado ahí y quería saber si tenía alguna llamada perdida. Cuando lo desbloqueo vio que este tenía un mensaje de un número desconocido. —¿Un mensaje?...— Se pregunto a sí misma muy asombrada— ¿Quién se acordaría de mi existencia?...—Expreso muy Graciosamente con una gotita en su cabeza y sus ojos cerrados. Decidió leer aquel mensaje de Texto que había llegado en su teléfono. Aquel mensaje decía: —¡Hola Kagome!... ¿Cómo estás?...Espero no olvides que hoy primero de Diciembre, cumplimos once años de habernos conocidos…Me encantaría estar contigo en este instante Kagome y así celebrar decentemente, no por mensaje de texto…Feliz Navidad te desea tú noble amigo Inuyasha… Pego un brinco cuando vio de quien se trataba. —¡¡¿Inuyasha?!!—Grito Kagome muy Sorprendida. Kagome se entusiasmo al ver que Inuyasha no olvido lo que sucedió en esa fecha hace once años. —Ayy Inuyasha—Suspiro ella—Me alegra que no olvidaras lo que paso ese día…—Sonrió ella diciéndose para sí misma en sus pensamientos—¡Responderé a el mensaje!—Grito con entusiasmo saliendo de su mente. —¡Hola Inuyasha!...Estoy muy bien, gracias, ¿Y tú cómo estás?…Me alegra que no lo olvides, yo tampoco lo olvide…Pero, una pregunta, ¿Cómo es que tienes mi número de teléfono Inuyasha?... ¿Eres Psíquico o algo parecido?...O_O” Inuyasha no tardo en dar una respuesta. —¡Baka!... Lo tengo porque tú me lo dictaste una vez que llame a tu casa… ¿O es que ya no recuerdas?...Pues, yo estoy muy bien de salud, pero…¡¡Ya quiero volver a Japón!!...Estoy aburrido aquí en Paris. Además, mi hermano mayor, Sesshomaru, tiene una molesta novia de Nombre Rin y siempre me fastidia por no tener una… ¿Cuál es el problema de que yo ande solo y disfrute estándolo?...Digo, no es que me la quiera pasar toda mi vida solo, pero, quiero estarlo por ahora… Kagome no aguanto su risa al leer el mensaje de Inuyasha. Sus carcajadas la hicieron llorar. —Ese Inuyasha, nunca cambia—Exclamo ella tomando un poco de aire ya que sus Carcajadas no la dejaron respirar debidamente. —Jajajajajajaja…Me hiciste mojar mi cama Inuyasha. ¡Oyeee!..Pero, ¿Cómo es no tienes tu media naranja y no la quieres tener por ahora?...No me digas que….¡¡¿Estás en el Bando de Jakotsu?!!...¡Qué tétrico Inuyasha!...Jajajajajajajaja…No sabía eso de ti querido amigo. Tranquilo, tengo algunas minifaldas y vestidos que no uso y que de seguro te quedaran muy bien ;p Jajajajajajajajajajajajaja….¡Ayyy que me muero de la risa!... Kagome no podía respirar de su risa, tanto así que llego a caerse de su cama y en posición fetal dio vueltas en el suelo con lágrimas en sus ojos riendo a carcajadas como una loca en un manicomio. Pasaron unos minutos e Inuyasha no le contestaba a su amiga. Se fueron los minutos y llegaron las horas. Kagome había parado de reír y estaba en su cama mirando su teléfono muy seriamente. —¡Creo que se me paso la mano!—Pensó ella—¡Sera mejor que me disculpe antes de que no me responda nunca más!... —Inuyasha…¡Baka Disculpa!...Oye no te molestes, fue una simple broma, no tienes porque ponerte así. Me refiero a llegar al punto de no contestarme…¡¡Por favor, No te enojes, Contéstame!!... Para Kagome fue un milagro ver que Inuyasha no tardo en responder. Pensó que tal vez fue por eso que no había contestado a su mensaje anterior, pero se equivoco. —¡¡No te conteste por eso niña tonta!!...Fue porque estaba dándome un baño muy relajante por cierto…Otra cosa, ¡¡¿Cómo se te ocurre decirme que estoy en el bando de Jakotsu?!!...Estás peor que mi hermano Kagome…Veras, yo he recibido muchas propuestas de chicas de mi Universidad, pero ninguna me ha llamado la atención como para que sea mi novia, eso es todo… Kagome se preguntaba ¿Por qué ninguna chica le llamaba la atención? Pero prefirió guardarse esa pregunta para más tarde y sacar sus propias conclusiones. Lo que si le era importante saber es su regreso, por eso, inmediatamente tomo su teléfono y le respondió con la pregunta del millón de Dolares. —Oye… ¿Cuándo tienes pensado volver a Japón?... Por el tiempo que tardo él en responder, Kagome se imagino que medito su respuesta a lo que ella decidió ir a buscar algo en su cocina para pellizcar dándole tiempo a Inuyasha en responder. Cuando regreso a su habitación encontró la respuesta en su teléfono que esperaba. —Aún no tengo un día exacto Kagome…Pero te Prometo que en menos de lo que te imaginas estaré devuelta a Japón ;p… Kagome no quedo muy clara con la respuesta de su amigo, pero le dio algo de tranquilidad y entusiasmo saber que ese día estaría muy cerca. —Pues me da algo de calma saber que vendrás muy pronto…Se que te suena repetido pero te he extrañado mucho amigo, me has hecho mucha falta. Mis amigos de ahora no se comparan contigo…Eres como mi hermano… ¿Sabes? Si no fuera por mi situación económica fuera a Paris a verte y así poder pasarla como antes… ¡Uy…Creo que me puse muy Filosófica!... Kagome estaba un poco Somnolienta; cabeceaba y sus ojos amenazaban con cerrarse y dormirse. Era ya muy de noche, las 2:15 de la mañana. Su familia ya había terminado de decorar muchas horas antes y ya todos estaban en sus camas. Ella trataba de vencer el Sueño y así esperar la respuesta de su amigo Inuyasha. Finalmente la respuesta de su amigo llego. —Jajajajaja… ¡Baka!..Tranquila, no eres la única que piensa que te has puesto algo Filosófica, yo también te echo de menos, pero sabes que no hace falta decirlo para que se sepa…Oye Kagome creo que ya es muy tarde, me voy a dormir…¡¡Sayonara y Cuídate, hablamos mañana!!... Ella no aguanto más, solo alcanzo a leer el mensaje venciendo el sueño pero cuando termino resulto lo contrario, el sueño la venció a ella y cayo rendida. Dormía plácidamente y recordaba en sus sueños aquel día en el que ella y su mejor amigo Inuyasha se conocieron hace once años. Era una tarde, comenzaba el mes de diciembre y hacia un poco de frio. Una niña jugaba en el vecindario con una pelota de colores muy curiosa y graciosa; ella era una niña como de unos siete años con tez blanca, un poco regordeta, una cara muy dulce, tierna y risueña, sus mejillas Rosadas como el helado de fresa, una boca un poco carnosa y un tanto rojiza, Ojos color Chocolate y su Cabello hasta su cintura de color Negro Azabache como la noche que ondeaba con el viento haciéndola lucir más linda y Amistosa. Su nombre era Kagome Higurashi Jugaba con su pelota Rebotándola de calle en calle, Corriendo en su búsqueda cuando esta se iba lejos. Mientras Corría en la búsqueda de aquella Pelota, se tropezó con un niño que iba saliendo de un Jardín al lado del Parque que estaba cerca. El era como dos años mayor que aquella Niña, su cabello era Plateado, largo y se veía lacio, su tez era Blanca, su boca era un tanto pequeña, tenía unos colmillos un poco grandes y sobresalientes junto con unas perlas Blancas como Dentadura, Era algo musculoso y por ultimo tenía unos Ojos de color Ámbar, esos ojos hipnotizaban a quien los miraba tan fijamente. Él tenía en manos la pequeña Pelota colorida de Kagome; ella al ver la Pelota en sus manos inmediatamente se la quito y lo interrogo. —¡¡Oye niño!!...¿Que hacías con mi pelota?—Le pregunto a gritos ella mirando a aquel niño muy cruel y fríamente. —¡Bah!...¡¡Yo solo la vi rebotando por la acera y la agarre!!—Respondió él, arrogante y cruzándose de brazos—Además, no sabía que tú eras la dueña de esa pelota—Agrego aquel ambarino mirando fijamente a aquella niña. —Pues debes aprender a no quedarte con lo que no es tuyo—Le reprendió ella Moviendo su dedo índice negativamente. —¡¡¿Quién dijo que yo me quería quedar con esa mugrosa pelota?!!—Le grito aquel ambarino a la niña que al escuchar eso sus ojos se aguaron—Yo de todos modos la iba a lanzar a la calle para que así se terminara de perder o de Ponchar—Aquel ambarino cerro sus ojos pero al escuchar los sollozos de aquella pequeña los abrió rápidamente. —¿C-como…t-t-te… Atreves?—Preguntaba la pequeña entrecortadamente mientras Lloraba aún más. —O-Oye no fue mi intención hacerte llorar—Tartamudeaba el Ambarino tratando de calmar a la pequeña—Algunas veces sí que se me pasa la mano—Pensó para sí mismo aquel chico rascándose la cabeza—D-Discúlpame, por favor, Discúlpame, No llores más ¿sí?—Aquel niño le seco las lagrimas que tenia la niña en sus mejillas rosadas—Se que no tenía que decirte eso…¿Me disculpas?—Le pregunto aquel Ambarino dándole una tierna sonrisa. —S-si, supongo—Le respondió aquella pequeña frotando con su mano sus ojos achocolatados que estaban invadidos de lagrimas—De todos modos yo fui la que te grito desde un principio en vez de darte las gracias por encontrar mi pelota de colores—Le decía aquella pequeña avergonzada. —¡Bah…Tranquila, a mi también se me paso la mano al gritarte y hacerte llorar!...De todas formas, de nada…—Le dijo él niño Cruzándose de brazos y cerrando levemente sus ojos nuevamente. —Mi nombre es Kagome—Se presento aquella niña extendiendo su mano hacia aquel chico con una leve sonrisa. —El mío es Inuyasha—Estrecho su mano muy curiosamente. —Inuyasha…Que nombre tan raro, pero a la vez es lindo—Cuestiono ella haciendo que el chico se Sonrojara—¡Oye Inuyasha!...¿Quieres ir a mi casa?...No esta tan lejos de aquí, solo a unas cuadras, y así te doy las gracias correctamente. —Pues… ¡Esta bien!...Mi madre sabe que voy a llegar tarde a casa de todos modos, no hay problemas por eso—Dijo afirmándole y aceptando su invitación. —Bien sígueme—Le indico la pequeña con una seña caminando dirección contraria a la que iba corriendo en su búsqueda de aquella pelota. Toda la tarde se la pasaron jugando, su madre conoció a aquel Ambarino y le alegro que por fin su hija que era tan tímida encontrara un amigo con quien jugar, Hacerle perder la paciencia y reír todo el día con sus bromas pesadas. Kagome paso una tarde muy divertida, la mejor en toda su vida, pero como todo lo bueno comienza también termina. La noche se hizo presente e Inuyasha tenía que devolverse a su casa. —Inuyasha, ¿Te tienes que ir ya?—Pregunto la pequeña haciendo un Puchero con su cara triste. —Si Kagome, ya es un poco tarde y si llego muy de noche mi mamá me va a regañar—Le respondió él—Pero tranquila, mañana nos vamos a ver en el Parque ¿no?... ¡Te voy a estar esperando mañana!—Le dijo él entusiasmando a aquella pequeña regalándole una sonrisa como despedida—¡Muchas gracias Señora Higurashi!...¡Hasta Pronto!—Se despidió Inuyasha que abría camino a su casa. —¡Adiós Inuyasha…Nos vemos mañana!...—Le grito la pequeña Kagome desde la entrada de su casa. —¡Adiós Kagome…Nos vemos!—Grito a lo lejos Inuyasha Agitando su mano de espaldas. —Adios—Se dijo a sí misma Kagome sonriendo levemente. Desde ese día se vieron todas las tardes en el Parque; Pasaron los años e Inuyasha y Kagome seguían siendo amigos, algunas veces salían a ver una película, a comer helado, comprar algunas cosas, iban a el parque que era su lugar preferido o otras veces Inuyasha despertaba a Kagome escalando hasta su ventana tocándola cuando estaba cerrada o la abría y esperaba sentado a que ella despertara de su sueño. Llegaron los quince años de Kagome e Inuyasha estuvo presente. Se graduaron de la secundaria, claro por la diferencia de edades entre él y ella, Inuyasha salió primero de Secundaria. Cuando Kagome cumplió sus diecisiete años, Inuyasha se ausento pero al día siguiente llamo a Kagome por su ventana y entro por la misma a su habitación, ese día fue el más triste de Kagome. —Inuyasha… ¿Por cuánto tiempo te vas a ir?—Pregunto muy tristemente ella observando muy fijamente el suelo. —No lo sé Kagome, pero, Mírame a los ojos—Él tomo su Barbilla—Te Prometo que pronto volveré, por hora tengo que irme con mi Familia a Paris y estudiare allá, te llamare, te escribiré…Estaré comunicándome contigo para así no perder esta amistad que tenemos desde pequeños—Cuando finalizo de hablar la abrazo my fuertemente. —Inuyasha…Te extrañare mucho—Le dijo Kagome abrazándole muy fuertemente y de sus ojos comenzaron a brotar muchas lágrimas, de un pronto a otro estaba llorando, luego comenzó a sollozar y lo abrazo más fuertemente. —Kagome…N-no Llores, solo van a ser unas vacaciones largas, yo no me iré para siempre—Él acaricio su cabello y la separo de él, seco las lagrimas que tenía ella en sus mejillas rosadas y le hizo una caricia—Recuerdo que así te vi el día en que te conocí—Y le sonrió muy dulcemente—Yo no llegare pronto, pero tampoco llegare tarde…Sabes que yo no rompo mis Promesas y la que te hice de que volveré es irrompible, no te diré con exactitud cuándo llegare, pero te mantendré al tanto…¡Hasta luego Kagome!...—Se despidió y se lanzó de la ventana de la habitación de Kagome. —¡Adiós Inuyasha…Cuídate, espero que te vaya bien y no olvides tu Promesa!—Grito desde la ventana sacudiendo su mano. —¡Tranquila Kagome no la olvidare!—Grito él a lo lejos sacudiendo su mano al igual que ella. —Espero que así sea…—Se dijo para sí misma Kagome, llevo sus manos juntas hacia su pecho, dio una leve sonrisa y sus ojos achocolatados se cerraron de par en par. —Desde ese día no veo a Inuyasha y siempre me asomo a mi ventana recordando su manera de despedirse a lo lejos…Fue tan preciso el día en el que nos conocimos, justamente un primero de Diciembre…Solo espero que pronto llegue ese magnífico día y verlo nuevamente…Espero que llegue ese día…Espero…—Kagome se repetía esa frase cada vez en su mente haciéndola parte de sus sueños, imaginándose la imagen de Inuyasha una y otra vez. Nota final de la Autora: Pues...Se que está un poco largo para ser un Prólogo pero no quiero ser mala y dejarlo cortico...xDDDDD Espero que les haya gustado, pronto traere la conti y si tengo cualquier error, desperfecto o alguna otra cosita sus comentarios seran recibidos...Bueno, me despido de ustedes =)
Nota de la Autora: ¡¡Oyasumii!!.. Gomen de verdad por toda la espera… Ya sé que después de esto deberían ¡¡CORTARME LA CABEZA =|!!.. Pero, no quiero dejar hasta ahí mi pequeño proyecto que avanza como tortuga... Cualquier comentario para mejorar mi escritura será bien recibido.. Y quiero incluir el Fútbol aquí ¡¡QUE VIVA EL BARÇA!!... xDDD Shaaa sin más nada que decir Espero y disfruten del Cap. 1 Capítulo uno: “Lluvia” Inuyasha Pov’s Estaba temblando, no podía conciliar el sueño nuevamente; todo gracias al maldito frio que hacía, de veras que odio estas fechas. Mi familia insistía en hacer un estúpido baile de Navidad “¡¡Oigan solo es navidad, una fecha igual a todas!!”. Dije, pero como es de costumbre, nadie en esta maldita familia me hace caso. Ahí estaba en mi cama, cubierto con más de dos edredones y aun así tenía frio, no tuve más opción que despertarme y ponerme de pie. Me quede pensativo sentado en mi cama, algunas cosas sí que pueden con mi cabeza, muchos recuerdos vinieron a mi mente, entre ellos uno muy lindo que siempre me gusta recordarlo, Kagome. Esa chica fue mi única amiga de verdad en todo Japón, mi infancia, pre-adolescencia y adolescencia; estuvo conmigo en los casos más terribles de mi vida y en los más emotivos de esta. Yo siempre he sido testarudo, egoísta, engreído, terco…En un sinfín de cosas malas que van en mi contra, que ella conoce perfectamente, soporta y por lo visto adora de mi. Ella es muy delicada, inocente, sensible, Humilde, graciosa, juguetona, y por más difícil que me sea decirlo pero es la pura verdad, es que es demasiado, pero demasiado bella. Ella es única e incomparable, no hay otra como ella, y si las hay pues muy pocas. Sonreía cada vez que me acordaba de su sonrisa, como un estúpido mortal enamorado de una Diosa Inmortal. ¡¡Estaba locamente enamorado de ella desde hace mucho, desde que entendí que era el amor!!...Pero nunca me atreví a decírselo mientras pude. ¡¡Maldita sea…Maldito sentimiento endemoniado!!... ¡¡Keh, solo provoca dolor y más dolor al estar enamorado y no tener a esa persona al lado contigo!!...Me mantenía cabizbajo con mis manos en mi rostro y aun sentado en mi cama. Mi habitación estaba en penumbras, eran las cinco de la mañana según marcaba el reloj que tenía en mi Buro. Decidí ponerme en pie y asomarme al Balcón que tenía una hermosa vista hacia la torre Eiffel. Salí y encendí un cigarrillo que tome de unos de mis abrigos que me había puesto para no morir de frio en el Balcón. Me asome a este y pose mis manos en el barandal, el cual estaba muy frio. Encendí mi cigarrillo al mismo tiempo en el que Inhalaba un poco y luego dejaba salir aquel humo. Quede un tiempo pensativo al ver las calles que podía contemplar desde mi Balcón, veía los carros pasando, mujeres y hombres apresurados para ir a sus trabajos, niños que les correspondía ir en el turno de la mañana, entre muchas cosas… Mire hacia el cielo que tenía un tono morado nazareno gracias a que ya se acercaba el amanecer, quede embobado viendo el cielo cuando de repente se acercan nubes grises, y pude olfatear Tierra mojada junto con más agua; “Lluvia”, dije en mi mente. Acerté, mi olfato y mis instintos nuca me fallan, son siempre fieles a mí. Supe que tenía un Oído y un olfato muy desarrollados cuando tenía diez años. Siempre me han acompañado y no me arrepiento de tenerlos. Con la velocidad de un rayo llegaron gotas a mi Balcón…”¡¡Maldición, aparte de que hace un frio infernal también tengo que calarme la maldita lluvia!!”...Grite dentro de mí, empapándome en mi balcón con aquella lluvia entrometida. Cerré las puertas de vidrio que estaban en la entrada de aquel balcón y con ellas las largas cortinas de un color crema que impedían que se vieran aquellas violentas gotas que chocaban con el vidrio de aquella puerta. —¡¡Perfecto!! Frio y lluvia… ¡¡Que buena idea Kami!!—Bufé para mi mismo con un tono de voz alto de espaldas a aquel par de puertas con mis brazos cruzados—Menos mal que pronto estaré de vuelta a Japón y este maldito clima de Paris no me seguirá volviendo loco. Solo espero poder estar ahí para el 24 de Diciembre—Seguí hablando conmigo mismo pero esta vez estaba más tranquilo. —¡Veo que te despertaste Inuyasha!—Oí a mi hermano mayor decir mientras abría la puerta de mi Habitación y encendía la luz de esta—¡Creo que te diste un buen baño Hermanito!—Dijo esto último en sentido de burla al verme todo mojado y desaliñado gracias a la lluvia. —¡Keh!...Salí a fumar y a tomar un poco de aire fresco, pero la maldita lluvia se entrometió y me dejo empapado—Grite molesto. —¡Si claro!...Veo que el no ver a Kagome te afecta…¿Por qué no admites que lo que sientes por ella no es solo amistad Inuyasha?...Recuerda que te he escuchado hablar dormido y solo dices “¡Kagome! ¡Kagome!” y te pones a hacer muecas raras con la boca—Dijo de manera arrogante dejándome muy apenado, tenía razón en cierta forma—¡Hombre! Algunas veces no te entiendo, dices querer a esa mujer como una hermana pero, la verdad es que la extrañas y amas demasiado—Agrego aquel chico de mirada fría; nuevamente tenía toda la razón. —¡¿Y que Si es amor y no amistad?!—Estalle con puños en mis manos, se notaba a leguas que sentía Ira—Yo…¡¡Yo la Amo!!¡¡La amo como a nadie nunca antes había amado!!...El no tenerla conmigo, no tenerla cerca, no saludara, no ver su hermosa sonrisa…Me afecta…¡¡Me afecta como no tienes idea Sesshomaru!!—. Ahora sí que ya estalle, no lo podía contener más; Necesitaba desahogarme con alguien, decirle todo lo que estaba sucediendo conmigo—¡¡Este maldito sentimiento me está matando por dentro!! Y lo peor del caso es que no puedo combatirlo— Le grite viéndolo a los ojos con furia. —Inuyasha… No haces nada con decírmelo a mí— Dijo mi hermano muy relajado y cruzándose de brazos— Llámala y dile lo mismo que me dijiste a mí hace un rato— Dijo tajantemente, como que si lo que le acabara de decir fuera un tema sin importancia. —Keh… Sesshomaru, tu sabes perfectamente que yo no soy del tipo de persona que le gusta decir lo que siente; Sabes muy bien que no soy bueno con temas como este— Dije calmándome un poco y sonrojándome por tan solo pensar en aquel sentimiento— Y además… Ella… No sé si ella sienta lo mismo que yo..—Dije con un tono triste y aun más rojo, al igual que un tomate. —Que necio eres ¿Cómo que no sabes si ella siente lo mismo que tú?— Dijo un poco molesto aquel hermano mío— Como detesto tener un hermano tan Idiota, Gafo, Estúpido y Bruto como tú— Me grito asqueado mirándome de arriba abajo— Hazme un favor y a nuestros padres y baja a despedirlos, se van a Roma por unos días y no se sabe cuándo volverán…—Se dio media vuelta y salió de mi habitación dejándome con las palabras en la boca. Decidí bajar a despedir a mis padres; ya estaba acostumbrado a ese tipo de cosas desde que tengo unos 12 años cuando papá pudo llegar lejos con su empresa de Cosas deportivas, llego muy lejos por eso; y en cuento mi mamá también tiene un gran trabajo, pero ella es una gran músico, está estudiando dirección de Orquestas y en su tiempo libre se dedica a tocar el Piano; Crecí escuchando sus variados conchertos y tocos de Solistas, también de vez en cuando toca el Órgano con sus diferentes Fugas maquiavélicas. Baje a la sala de estar y vi a mi padre hablando con mi odioso hermano y vi a mi madre que hablaba de algunas cosas con el chofer. Mi padre estaba tan concentrado en la charla que tenía con mi hermano que no noto mi existencia, Típico. —Mamá, papá… Me entere gracias a mi hermano que se van a Roma— Dije terminando de bajar las dichosas escaleras de Mármol al estilo antiguo, para llamar la atención de mi Padre y mi madre. —Sí, hijo mío, pero creo que esta vez va a ser muy largo nuestro viaje, aún no sé cuando volvamos, pero no va a ser un corto viaje— Dijo mirándome a mis ojos con sus orbes Doradas muy decidido en lo que decía. —Pero Inu, te tenemos una buena noticia…—Se integro mi madre a la conversación con destellos brillantes en sus ojos. —¿Qué pasa?— Pregunte curioso. —Pues… Te irás a vivir a Tokio—Dijo mi mamá con una gran sonrisa. —Pero, si yo aún no he terminado con la universidad, aun me faltan tres semestres para graduarme— Dije con emoción pero con preocupación. ¿Qué se supone que haría con mis estudios que tantas canas verdes me han sacado? ¿Echarlos a la borda? —Tú padre también pensó en eso y por eso, decidió mover contactos e inscribirte en la Universidad en la que va a estudiar Kagome, en la Universidad “Midori no Oka” es una Universidad privada un poco accesible para los que no tienen los recursos necesarios para pagarlas y me he enterado de que Kagome ha sido una de las afortunadas jovencitas que ganara una beca para estudiar ahí, claro cuando termine la Preparatoria le darán la gran noticia— Dijo mi madre aun con su sonrisa; y ¡¡Que gran noticia!!...¡¡Me iré a Tokio y estudiare en la misma Universidad que Kagome!! —¡¡Es una gran noticia mamá!!— Estalle emocionado lanzando hacia mi mamá para darle un gran abrazo.— He esperado esta noticia por una gran temporada, hasta me parece que fue por una eternidad— le susurre con una gran sonrisa y escuche que se rio de mi comentario. —Bien, Inuyasha, pero hay una condición— Dijo mi padre muy seriamente— Sesshomaru te va a acompañar junto con Rin— Se cruzo de brazos y le dio palmadas en el hombro a Sesshomaru— Cada uno tendrá un apartamento distinto pero vivirán en un mismo edificio en Tokio City. —Está bien, mientras más lejos de mí, mejor— Dije sin borrar mi sonrisa de mi boca. —No te creas que no estoy feliz, el tan solo saber que no te voy a tener cerca de mi me da un gran alivio, además, así aprenderás a cuidar por ti mismo tu “Hábitat”— Dijo muy orgullosamente como que si fuera Don Perfecto. —De seguro lo dices porque así cuando llegue muy tarde a la casa no te veré de morboso con Rin, haciendo Dios sabe que— Ja!... Me vengue por todas las cosas que me ha hecho pasar cuando estaba solo con Kagome estudiando para exámenes cuando estábamos empezando la secundaria. —Cállate imbécil…No veo la hora de alejarme de ti de una vez por todas y no tener que calarme tus gritos a media noche diciendo “¡Kagome, Kagome, Kagome!”— Contraataco con la misma moneda con la que le cobre. —¿Y tú crees que eso me daña?...Ja! Por lo menos yo no le digo a papá que llegue tarde porque estaba con unos asuntos importantes sabiendo que estabas haciendo “Cositas” con Rin y ni te preocupas por los nervios de mi madre cuando no apareces en toda la noche— Ahora soy yo quien tiene las riendas en el asunto. —¿Con que quieres jugar sucio?— Dijo invitándome a una pelea. —Eso no es jugar sucio, es saber todas tus mañas— Dije poniendo en posición de pelea. —Vamos a ver quien ríe en Japón cuando estés solo con Kagome en tu departamento y tus instintos te dominen— Dijo sádicamente dándome un derechazo. —Oh, perdóneme usted… Debe saber mucho del tema porque ya lo ha vivido ¿No es verdad?— Le respondí al golpe dándole una patada en la mejilla derecha y luego empezó la pelea. En medio de nuestros golpes violentos mi mamá y mi papá comenzaron a gritar nuestros nombres, pues ya se iban y estaban obstinados de nuestras estúpidas peleas. —¡¡Inuyasha, Sesshomaru!!... ¡¡Quédense quietos ya!!—Grito mi padre enfadado. Nos detuvimos y note que sangrábamos en la nariz, boca y teníamos varios Moretones. —Este tema del que están discutiendo me parece muy mañoso por parte de ambos— Dijo mi padre aun molesto—Lo que hagan con quien sea eso solo lo saben ustedes, parecen unos niños de diez años paliándose por una paleta; pensaba que ya habían madurado, pero veo que aun no, ya es tiempo de que hagan su vida, se casen, ganen su propio dinero, que tengan una familia; Ser independientes por decirlo más claramente— Se calmo un poco y cerro sus ojos— Inuyasha, se nota que estas enamorado de Kagome, pero eso no quiere decir que vayas a hacer morbosidades con ella en Tokio cuando se reúnan en tu departamento— Dijo con un poco de broma en su tono y seriamente. —Pero papá, yo no soy como Sesshomaru, el solo dijo algo que no tien…—Me interrumpió mi padre —No son inventos de nadie, yo sé como son las cosas cuando ya tienes tu propia vida alejado de tu familia— Dijo mirándome fijamente— En cuanto a ti Sesshomaru— Desvió su mirada de mis ojos y se centro en los de mi hermano— No puedes ser tan irresponsable cuando estés con Rin a solas, aunque sea avísame a mi o a tu madre para que no estemos tan preocupados y no aguantarnos siempre las ganas de matarte por cortesía de tu madre. Puedes estar con Rin, pero tampoco es que vas a tenernos siempre con los pelos de punta, avisa y cuidado con lo que haces. —Está bien padre— Respondió muy avergonzado Sesshomaru. —Bien, en dos semanas se irán a Japón, y nosotros ya nos tenemos que ir—Nos dirigió una corta sonrisa antes de irse, lo cual no era muy común en él y antes de irse nos advirtió algo— Si por alguna razón ya no quieren estar más en Tokio y quieren volver, las puertas de esta casa estarán abiertas para cuando quieran venir y se les agradece informarnos antes…¡¡Adiós y buen viaje!!— Nos dijo saliendo de la gran casa y cerraba la gran puerta de vidrio y madera corrediza que daba la entrada y salida del Inmueble. Cuando se fueron Sesshomaru y yo seguimos con la pelea que quedo pendiente y terminamos de rompernos la cara el uno al otro. Luego yo me fui a mi habitación y Sesshomaru se fue a la cocina a comer algo. Eran las nueve de la mañana y ya hacia dos horas que Sesshomaru había ido a comer algo. No subió y decidí bajar a ver si lo encontraba pero el muy imbécil no estaba, supuse que se iba a ver con Rin por lo cual no me preocupe. Comí algo y luego de una gran batalla conmigo mismo para decidir si llamaba a Kagome o si no, termine llamándola. —¡Moshi, Moshi!— Contesto una dulce voz femenina en la línea. —¡Hola Kagome!...Soy Inuyasha— Dije lo que ya era obvio. —¡Hola Inuyasha que gusto que me hables!— Respondió muy amablemente y con alegría —Y que gusto que me atiendas— Hice una pequeña Broma para escuchar su linda risa lo cual salió a la perfección. —¡Ay Inu eres un Caso perdido!... —Sí, ya lo sé…Oye y ¿Cómo estás? ¿Cómo la pasaste ayer en nuestro aniversario de Mejores Amigos?... —Estoy bien, con un poco de gripe y dolor de cabeza porque como se la pasa nevando por aquí, Salí sin cubrirme mucho y me agarro una gripe fea, y por eso no fui a la Preparatoria. Ayer la pase muy divertido, recordando cuando celebrábamos ese día en el parque. —Que mal que estés enferma, yo me moje con lluvia esta mañana— Hice otra broma con el mismo fin que el anterior y con el mismo resultado— Y…Que raro que no fuiste a el Parque ayer… ¿Por qué no fuiste? —Inuyasha… Es que no es lo mismo… Cada vez que voy me dan ganas de llorar, siempre que te recuerdo desbordo en llanto; desde que te fuiste, no es lo mismo… Sé que es absurdo y ridículo, pero recuerda que somos como hermanos y el no tenerte aquí para celebrar en grande hace que me ponga más nostálgica— Su voz sonó cortada y luego vino un gimoteo, y supe que lloraba. —Tranquila Kagome, no te pongas así, pronto pasaremos un rato de calidad como antes… Te tengo una sorpresa guardada… y te aseguro que es algo que tú has querido mucho… —¿Una sorpresa?... ¡Kawaii!...Pero, ¿Cómo me lo vas a dar si no estás aquí?... —Es que mi hermano ira para allá en dos semanas y con él te lo enviare. —Y si viene tu hermano ¿Por qué no vienes tú? —Porque tengo que estudiar… Además, te va a gustar y va a ser que te alegres mucho, siempre me vas a tener cerca cada vez que lo recuerdes. —Algunas veces me asustas… Inu, me gustaría aquedarme hablando toda la noche, pero tengo que colgar, es muy de noche y tengo que ir a cenar y luego a dormir, además, Hoyo me trajo una medicina rara y tengo que tomármela. —Está bien Kagome, estamos en contacto y no olvides lo que te dije… ¿Está bien? —Está bien… Oyasumi — Oyasumi…Cuídate y mejórate… Sayonara —Gracias… Sayonara Luego colgó el teléfono y yo hice lo mismo, no quería hacerlo pero tenía que hacerlo. Ésta lluvia sí que es fuerte, no saldré hoy, me iré a tumbar al mueble y veré una película. Me quede dormido en la mitad de la película y solo pude pensar en una cosa, en la dos semanas que faltaban para que viera a Kagome y le diera su sorpresa. Claro, esa sorpresa Soy yo… Y mientras pensaba en su cara, escuchaba la lluvia caer y chocar al suelo. Continuara…
