Primer amor

Tema en 'Relatos' iniciado por Kirino Sora, 7 Enero 2012.

  1.  
    Kirino Sora

    Kirino Sora Entusiasta

    Aries
    Miembro desde:
    4 Octubre 2011
    Mensajes:
    189
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Primer amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1859
    ¡Bueno, aquí llegamos con otra historia! Esta vez me he esforzado para que sea de vuestro agrado; por favor decidme vuestra opinión. ¡Espero que os guste!
    Primer amor

    ¡Leo! ¡Vuelve aquí, todavía tenemos que hablar! ¡LEO! —Él no hacía caso a las palabras de su padre y se fue furioso de la casa dando un fuerte portazo.
    No lo aguantaba más, le daba igual que las personas hablaran a sus espaldas, que ellos chismearan sobre lo que acaba de pasar, solo quería irse lejos de ese hombre al que llamaba “padre”; para él era escoria, no lo iba a perdonar. Con esto, él ya no volvería jamás a casa, nunca vivirá bajo el mismo techo que él.
    Sin un lugar al que ir, decidió ir a su sitio favorito, cerca del río. Hace tiempo descubrió ese lugar mientras paseaba por la noche, ese hermoso cielo estrellado le daba tranquilidad cada vez que se enfadaba o le preocupaba algo; solo estaban él y las estrellas que tanto amaba.
    Sin embargo, cuando llegó vio que allí había una chica sentada sobre el césped. Tanto el color de su pelo como el de sus ojos eran similares, no obstante ella era bastante hermosa; su larga melena rubia se movía al compás del viento, sus ojos azules como zafiros, su piel nívea resaltaba bajo la luz de la luna y el vestido blanco de verano la hacía ver delicada como una débil flor; se podría decir que era la mujer perfecta.
    No parecía percatarse de la presencia de Leo, no antes de que éste le llamara la atención.
    Oye —Ella se giró, haciendo que ellos cruzaran las miradas. Sus ojos verdes no podían soportar la mirada fija de la muchacha, por lo que desvió la mirada y se aclaró la garganta—, ¿qué haces aquí? Este es mi lugar favorito —Sin darse cuenta voz sonaba de forma severa, como si la estuviera echando cruelmente.
    Yo... lo siento mucho —Se disculpó tan dulcemente mientras se levantaba que le daba pena que se fuera—, no lo sabía. Será mejor que me vaya.
    ¡Espera! —Se sentía algo avergonzado por su comportamiento; no tenía motivos para echarla y menos hablarle de esa manera—. ¿Quién... quién te ha dicho que te vayas? Puedes quedarte, no me molesta.
    ¿En serio? ¡Muchas gracias! —Brillante, su sonrisa era demasiado brillante, no como él que está hundido en el abismo más profundo sin salvación alguna.
    No... no tienes que agradecerme.
    Ninguno de los dos hablaban, solo se escuchaba el fluir del río y el sonido de las cigarras. Aunque era verano una agradable brisa chocaba contra su cara, desordenando por completo la melena del chico; ya se había calmado un poco. Todo era pura tranquilidad hasta que la chica lo rompió con su suave voz.
    Esto... ¿Cómo te llamas? —preguntó la chica alzando poco la voz pero Leo lo escuchó. Por un momento pensó en ignorarla mas él contestó.
    Leo. Me llamo Leo.
    Qué bonito nombre —Leo volvió a desviar la mirada sonrojado, ¿Cómo hacía que se ruborizara tanto? Aunque se sentía feliz por su comentario; era la primera vez que le decían que su nombre es “lindo”—. Mi nombre es Elaine, encantada de conocerte.
    Igualmente.
    A partir de ese momento la conversación se hizo más y más extensa hasta tal punto que inmediatamente se hicieron amigos; tenían los mismos gustos, los mismos pensamientos sobre el mundo... todo, como si fueran almas gemelas. Su sonrisa era tan pura que su frío corazón se abría poco a poco, mostrándole todo lo que él cree por primera vez después de tanto tiempo. ¿Quién era exactamente esa chica?
    ¿Te gustan las estrellas Leo?
    ¡Sí, un montón! —afirmó tumbándose sobre el verde pasto, observando las estrellas detenidamente; hoy brillaban más que nunca—. Verlas mucho me tranquiliza.
    Leo, ¿te puedo hacer una pregunta?
    ¡Claro, pregunta lo que quieras!
    ¿Por qué estás tan triste?
    Se sorprendió por la pregunta de la rubia, ¿a qué venía eso? Entonces recordó el motivo que le había conducido allí; se había peleado con su padre. Un incómodo silencio reinaba entre ellos dos, Elaine esperaba su respuesta pero ésta simplemente no llegaba, él solo agachaba la cabeza.
    Pero... Pero, ¿qué dices Elaine? ¡No me pasa nada! —Lo único que podía hacer ahora era mentir, era imposible que esa chica que acababa de conocer entendiera sus sentimientos; era imposible—. Buf, por un momento pensé que era algo se...
    No me mientas —replicó ella tristemente, el saber que estaba mintiendo le dolía pero no tanto como a él—. Cuéntamelo.
    No quiero...
    ¡Pero...!
    ¡Te he dicho que no! —Al final explotó, se levantó furioso y le gritó otra vez, ¿por qué se sentía tan confundido por su presencia? Era tan inocente y pura que se culpaba de haberla gritado; era un imbécil como su padre, no obstante no podía parar gracias a su estúpido orgullo—. ¿Cómo vas a entender como me siento? ¿Acaso sabes lo que es ser traicionado, molestado, insultado y abandonado por todo el mundo? ¿ACASO LO SABES?
    Cuando por fin se dio cuenta de lo que pasaba, Elaine ya lo estaba abrazando. Él no se lo merecía, no merecía ser abrazado cariñosamente por parte de esa chica con sonrisa de ángel.
    No te preocupes, yo también lo he sentido —Ella hizo una leve pausa para proseguir con lo que estaba diciendo—. ¿Sabes? Mis padres me abandonaron. Cuando tenía 5 años, ellos me llevaron a un orfanato y me echaron; me dijeron “No vuelvas nunca más”, sus voces sonaban frías. Mi madre trabajaba como prostituta por las calles y conoció a mi padre, al parecer mi madre quedó embarazada aún cuando no lo deseaba pero no quería abortar, sin embargo las constantes peleas entre ellos causó mi abandono; se peleaban por intentar mantenerme. Desde ese día, siempre recibía insultos y burlas por parte de mis compañeros de clase como “Tus padres te han abandonado” o “Tu madre es una zorra como tú”; fue realmente duro. Todo el mundo me rechazaba, y encima una familia adinerada me adoptó e hicieron todo lo posible para que fuera perfecta; no pude soportar esa presión y me escapé —Ella se alejó de él y se puso enfrente del chico, estaba llorando—. Oye Leo... ¿Está bien que alguien como yo siga viviendo?
    ¿Por qué una persona tan inocente y tan pura como ella tiene que sufrir tanto? No lo podía aceptar, era doloroso verla llorar y reír al mismo tiempo, ¿quién estaba a su lado en esos momentos de dolor y agonía? No pudo aguantarlo más y la abrazó mucho más fuerte que nunca, gritando a pleno pulmón:
    ¡Pues claro que está bien! ¡Tú no tienes la culpa, no has hecho nada! La culpa la tienen esos desgraciados que te hicieron daño. Si te vuelven a hacer daño, ¡yo mismo me encargaré de ellos!
    Esas palabras para ella fueron como un bote salvavidas; la había salvado de esa agonía que inundaba su interior haciendo que ella diera su mejor sonrisa. En ese momento deslumbraba más que nunca, como si una estrella se tratase.
    ¿Sabes? Eres la primera persona que me dice eso, muchas gracias, de verdad.
    No hay de qué —Al ver lo mucho que ella había sufrido, lo mejor era contárselo; al fin y al cabo eran iguales—. Elaine, perdóname por ser tan borde; me equivocaba. Puede que mi historia no sea tan trágica como la tuya pero... ¿me escucharás?
    ¡Pues claro! —Asintió ella.
    Bueno, todo empezó cuando tenía 7 años. En ese momento mi madre estaba gravemente enferma, yo iba todos los días a visitarla. Siempre decía “Parece que tu padre no ha venido hoy contigo, ¿eh?” con una sonrisa. Ella siempre lo esperó, lo amaba con todo su corazón, sin embargo él nunca vino a visitarla. Incluso en sus últimos minutos de vida me preguntaba dónde estaba, lo necesitaba. Al final murió sin haberlo visto, él ni siquiera derramó una lágrima en su funeral. ¡Ese cabrón huyó y desapareció durante 10 años, y va él y vuelve con una mujer diciendo que será mi nueva madre! ¡No lo puedo aceptar! No lo puedo perdonar.
    ¿Por qué los humanos pensamos que estamos siempre solos? ¿Por qué nos traicionamos entre sí? Sin embargo, estas situaciones han hecho que mejoremos más y más, avanzando paso a paso; da igual cuánto tiempo tardes en reconciliarte con tu padre, sólo dedícale tiempo. Sé que tarde o temprano se resolverá, estoy segura.
    Muchas gracias, Elaine, realmente necesitaba hablar con alguien.
    Bueno, yo me voy a disculparme con mis padres, ¿qué harás tú?
    Yo... me esforzaré por hacer las paces con él. Al fin y al cabo... es mi padre.
    Me alegro por ti. ¡Ah... Antes de que te vayas!
    ¿Qué pasa Elai...?
    En un movimiento fugaz, ella le cogió por las mejillas y se acercó poco a poco a él, acortando la distancia que había entre sus labios y los de él. Leo abría los ojos sorprendido por el comportamiento de la rubia aunque no le disgustaba del todo y lo aceptó. Era un beso largo y torpe mas los dos disfrutaban de ello.
    ¿Elaine? —preguntó Leo bastante confundido al mismo tiempo que se tocaba los labios con la punta de su dedo; era su primer beso.
    Adiós, Leo.
    La chica se alejaba hasta tal punto que no se podía apreciar su silueta, dejando solo a un confuso Leo. Estaba confundido pero a la vez feliz, se había enamorado locamente de ella .
    Desde ese día nunca la volvió a ver pero jamás la olvidaría ,ni a ella ni a ese especial día de verano. Al fin y al cabo era su primer amor.
    Fin
     
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  2.  
    MochiLeena

    MochiLeena Usuario popular

    Libra
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    Pluma de
    Escritora
    Espectacular, no he leído algo tan hermoso y moe últimamente.
    Bueno, al punto técnico debo decir que careces de puntos y en algunas partes sobran comas.
    Deberías leerlo porque vi que lo escribiste en tercera persona y algunos verbos están en presente.

    Saliendo de eso está muy bonito tu escrito ¡Felicidades querida! Me ha encantado.
     

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