Colección de Inuyasha - Para Pasar el Rato: Drabbles de Inuyasha.

¡Hola a todos! Hoy traigo algo nuevo, algo que espero poder seguir casi todos los días, si la escuela me deja el tiempo, claro. Me di cuenta de que escribiendo drabbles por separado al final se iban perdiendo, por lo que decidí ponerlos todos juntos. Son cortos, con algo de humor y perfectos para poder pasar un momento de aburrimiento sin nada que leer. Sin más, el primero:

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Por el Amor de la Princesa. [InuxKagxSess]

Y ahí debía llegar cada caballero. A la torre más alta de un castillo rodeado de numerosos peligros para obtener el amor de la hermosa princesa atrapada.

En un mundo ideal —o quizás de fantasía, la traía sin cuidado—, aquél afortunado la salvaría de su miseria y, con mil palabras de amor, se la llevaría a su reino en su blanco corcel para vivir felices por siempre.

¿Qué niña no había soñado con eso? Claro que luego caían en la vida real y vivían el resto de sus vidas cómo abogadas, médicos, psicólogas o, en casos más artísticos, actrices, donde —si tenían suerte— al menos podían interpretar a una que otra princesa.

Ahora, eso era lo que tenían las demás, lo normal, y ¿qué tenía ella? Tenía a un hanyou y a un daiyoukai luchando a muerte por su amor quinientos años atrás de su época. ¿Lo más lindo del caso? No había forma de que ella pudiese dejar aquél mundo de fantasía como las demás. ¿Por qué? Pues porque su mundo tampoco podía ser muy realista si acababa de mencionar las palabras hanyou, daiyoukai y quinientos años atrás en una misma oración.

—Bastardo —escuchó mascullar entre dientes a Inuyasha en medio de la lucha— ¡Kagome nunca se iría contigo!

—Eres un imbécil, Inuyasha —exclamó Sesshomaru al derribarlo por unos segundos—. Esa humana no merece tener que soportarte.

Bueno, ya que, literalmente estaba viviendo un mundo de fantasía, ¿por qué no llevarlo un poco más al límite? Cerró sus ojos y, por un momento, reemplazó aquellas palabras tan rudas que los hermanos se decían por unas algo más refinadas y con acento europeo, los imaginó a ambos con brillantes armaduras y a ella misma mirando todo de manera soñadora.

—¡Mierda! —uno de ellos exclamó, sacándola de su fantasía y haciéndola poner cara de reproche.

Mejor dejaba de soñar tan alto… Al final sólo se estrellaba contra el primitivo y duro suelo de la época feudal.

 

Hola a todos denuevo. Primero que nada, muchas gracias por sus comentarios, siempre me alegran el día. Esta vez traigo algo un poco distinto. Resulta que he estado viendo The Vampire Diaries y curiosamente vi ciertas similitudes con la base de mi drabble anterior en las tramas. Me pareció que sería divertido hacer un drabble del tema, así que luego ustedes me dan su opinión. Que lo disfruten.

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The Youkai Diaries [InuxKagxSess]

—Damon, amo a Stefan —reclamaba una confundida Elena—. Siempre será Stefan.

Sí, otra vez Kagome había elegido mal el día para volver a su época a recuperar clases. Había llegado a su escuela y se había encontrado con que era feriado. Luego de eso, a falta de algo productivo que hacer, se puso a ver sus DVDs de su serie favorita: The Vampire Diaries.

Por alguna razón, a pesar de convivir con demonios día a día, le seguían llamando la atención las series de ciencia ficción como ésta, claro que existía una razón más allá del simple gusto. Sentía cierta empatía por Elena, quién se ve en medio del amor de dos hermanos, el apuesto y serio Stefan contra el sanguinario y sexy Damon.

Realmente todo se debía a que se sentía identificada por ella, porque ella misma se veía en la misma situación. Si reemplazaban los nombres, era como si contaran la historia amorosa entre ella, Inuyasha y Sesshomaru. Ella estaba con Inuyasha, lo que la hacía inmensamente feliz, pero al mismo tiempo no podía negar que su corazón daba un brinco cada vez que veía a su hermano mayor.

Cansada del tema, apagó la televisión y tomó su mochila para volver al Sengoku.

Al llegar, su novio ya la esperaba allí. La ayudó a subir por el pozo y, de la mano, se encaminaron a la aldea, mientras Inuyasha le preguntaba porqué había vuelto tan pronto y ella le contaba la historia.

Cuando llegaron se toparon con una sorpresa, era Sesshomaru, que se erguía orgulloso frente a ellos.

—Sesshomaru —le habló Inuyasha despectivamente—, ¿viniste a ver a Rin?

Mas el no contestó. Sus ojos ambarinos se habían clavado en los de la azabache. Ninguno podía apartar su mirada del otro.

Kagome se preguntaba si ella tendría, como Elena, el valor de decirle al Lord que sólo amaba y siempre amaría a Inuyasha. Sin embargo, al verlo a los ojos, toda su voluntad se vio reducida a polvo.

Acababa de descubrir la diferencia entre Elena y ella.

 

¡Hola a todos! Perdón por lo abandonado que he dejado el foro, pero ya me estoy poniendo al día con todo. Gracias por sus comentarios, son los mejores. Hoy traigo un nuevo drabble. Ojalá les guste, ¡Saludos!

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Soy Tuya. [InuxKag]


—¡Ya estoy harta de tus celos, InuYasha! —gritó la muchacha con cabellos negros como el azabache. Le costaba contener las lágrimas por la frustración que sentía. Ya estaba harta.

—¡Tú eres mía, Kagome! No soportaré que ningún otro hombre se te acerque con quién sabe qué intenciones.

—¡¿De qué intenciones hablas?! —vociferó ella— ¡Me caí y aquel pobre aldeano lo único que hizo fue ayudarme!

Siempre había sido lo mismo. Siempre. Desde que lo conocía, InuYasha siempre había tenido sus ataques de celos, los cuales a ella le gustaban hasta cierto punto. Pero desde hacía más o menos un año, desde que se había quedado a vivir definitivamente en el Sengoku y convertido en su mujer, los celos habían incrementado hasta el punto de ser absurdos.

Kagome lo entendía. El anciano Myoga le había explicado que eso pasaría, que era un instinto proveniente de la sangre de demonio de su hanyou y que él no podía controlar. Mucho menos hacía unos meses. Sin embargo, ella era humana y, por alguna razón, sentía que esos celos hacia cualquier hombre reflejaban que él no le tenía la suficiente confianza. Después de todo lo que habían pasado juntos, ¿creía él que ella lo abandonaría?

De pronto, unos fuertes brazos la rodearon. La miko soltó sus lágrimas contra el pecho de su amado. Sí, quizás exageraba, quizás estaba demasiado sensible, pero todo eso le importaba un comino.

—¿Es que no confías en mí, InuYasha? —sollozó hipando levemente.

Inmediatamente él la separó un poco de su pecho para que lo mirara a la cara. La miró sorprendido y esos ojos chocolate llenos de lágrimas le devolvieron una mirada de dolor.

—¿Cómo puedes pensar tal estupidez? —le dijo con cierta dulzura poco delicada— Yo no desconfío te ti, Kagome. Jamás lo haría. Sólo tengo… miedo.

Nunca pensó escuchar esas palabras del hanyou. Pero, ¿a santo de qué tenía miedo? Él continuó hablando.

—Tengo miedo de perderte. De que te alejen a ti —le tocó el estómago— y a nuestro cachorro.

Ante eso, ella se limpió las lágrimas y lo vio con ternura.

—Ni tu cachorro ni yo nos iremos a ningún lado en que no estés tú. Somos tuyos… Soy tuya.

Y la ternura de un beso acompañó ese momento.

 

Lo importante es el futuro. [MirxSan]


Y ahí iba de nuevo. Ya sabía que le había dicho que su pasado no importaba, que ellos armarían un futuro juntos sin tomar aquello en cuenta, pero no parecía que él quisiera que su futuro fuese muy distinto a su pasado.

—¡Su excelencia! —exclamaban las mujeres de la aldea, lanzándose sobre él, halagadas por las palabras del monje.

La exterminadora tan sólo miraba la escena. Ya ni sentía enojo, sólo era inseguridad y tristeza, ya que comenzaba a creer que su futuro esposo sólo la veía como un trasero más que podía tocar. Si de verdad la amara, ¿para qué andaría buscando cortejar a otras mujeres? ¿No debería ser ella la única en su vida?

A paso vacilante se marchó de ahí, no queriendo martirizarse más. Tal vez ese matrimonio fuese un error. Ella quería estar con alguien que estuviese dispuesto a dar la misma entrega que ella daba.

—Sango. —La llamaron a su espalda— ¿A dónde vas?

Era Miroku, su futuro esposo, que había dejado atrás a todas esas aldeanas y se había acercado a ella.

—Por favor, su excelencia, usted siga en lo suyo, yo iré con la señora Kaede. —A ella misma le sorprendió la frialdad de sus palabras.

—Quiero ir contigo, además, ¿por qué no mejor vamos a nuestra cabaña?

—No creo que deba haber un «nosotros» de ahora en adelante. Supongo que ya no es nuestra cabaña. Creo que lo mejor será que me vaya con la anciana Kae…

Interrumpió sus palabras abruptamente al sentir como dos fuertes brazos la abrazaban por detrás.

—¿Por qué quieres dejarme?

—No puedo estar con alguien que me ve sólo como un juguete. —Se le formó un nudo en la garganta.

Él, repentinamente molesto, la dio vuelta y la abrazó contra su pecho.

—Nunca más digas eso. Eres la mujer más importante para mí.

—Pero ellas…

—Exacto, ellas no yo. —La interrumpió—. Sé que antes era un mujeriego, pero desde estoy contigo no pienso en nadie más.

Sango lo abrazó y se sintió una tonta. Miroku parecía realmente sincero.

—No puedo decir que las mujeres no sean seres realmente hermosos y delicados…

Otra vez lo mismo. Con una cachetada, Sango lo dejó allí parado con cara de «¿qué hice ahora?».

—Te espero en nuestra cabaña —gritó a lo lejos la exterminadora.

Miroku sonrió, al parecer lo había perdonado.

 

Chicas, muchas gracias por sus comentarios. Tengan cuidado con el spam, ya que todos los últimos fueron borrados por esa razón. Igualmente, sepan que aprecio esos comentarios. Les dejo un drabble nuevo! Espero que les guste.


Extraña Proposisión. [SessKag]


—¿Y bien? —exigió él, aún esperando una respuesta de su parte.

—Ya te he dicho que no estoy haciendo nada —repitió ella nerviosa, con sus manos en la espalda.

Sesshomaru la miró con una ceja alzada. Había decidido llegar temprano del trabajo aquel día y se sorprendió al ver a Kagome en un rincón de su habitación muy interesada en algo que había en sus manos. Apenas lo vio, la joven escondió aquello en su espalda.

—¿Qué tienes ahí? —insistió él, comenzando a exasperarse.

—No es nada.

Él no había querido llegar a eso, pero ella lo había obligado. Usando su velocidad sobrenatural, se acercó a ella y le arrebató lo que le escondía.

—¡Devuélvemelo! —exclamó ella dando saltitos, pero era inútil, ya que él era muy alto y se lo impedía.

—¿Era esto lo que no querías que viera? —Se sorprendió él, aunque seguía con una mirada y tono bastante serios.

Ella se dio por vencida frustrada y se cruzó de brazos. Las lágrimas amenazaban por salir ante lo que él pudiera pensar. Desvió la mirada del demonio y se mantuvo en silencio.

A los pocos segundos, escuchó que Sesshomaru se movía y, acto seguido, el sonido de los botones del teléfono siendo presionados. La curiosidad la venció y miró hacia donde él se encontraba con el teléfono apretado contra su oído derecho.

—¿Qué haces?

—Llamo para hacer una reservación del salón del mejor hotel de la ciudad —informó él con voz barítona—. ¿Cómo en cuánto tendrán uno de esos listos? —Señaló lo que ella había estado viendo a su llegada.

El rostro de la chica se iluminó con la más pura alegría. Se abalanzó sobre él en un abrazo tan efusivo, que el mismo demonio se sorprendió.

Sin decir nada, la chica recuperó el catálogo de vestidos de novia que había estado viendo y se dispuso a elegir su favorito, esta vez, para su boda de verdad.