No lo sabes (NejiTen)

No lo sabes(NejiTen)

La ves de nuevo junto a el, un sentimiento raro te invade. Tu corazón esta debatiendo de nuevo entre el cariño y el odio, obvio, no quieres sentir hacia ella el ultimo sentimiento que nombraste, pues ella es tu amiga, y también es amiga y familia de el…¿o tal vez no?

No, no, no, no, no, ¡no!

Le repites a tu cerebro una y otra vez que no la detestas, ella no esta haciendo nada malo, solo están hablando. ¿Sobre que? No tienes idea, pero quieres saber. Te volteas y ves una imagen que te aterra: ellos dos se están besando, el cabello azul violáceo se mezcla con el castaño oscuro de Neji.

Quieres gritar, pero tienes un nudo en la garganta que te lo impide, quieres acercarte y separarlos pero tu cuerpo no se mueve. Deseas correr hacia el y gritarle con todas tus ganas cuanto lo odias, deseas odiarlo pero muy dentro tuyo, tu corazón te lo prohíbe.

¿Oyes eso? Si, es el ruido de tu corazón haciéndose trizas, siendo mutilado y masacrado por el dolor que sientes. Una estaca se entierra sobre los restos vacíos de tu alma. Ella te sonríe y tú te das cuenta que también la odias a ella, odias su cabello bonito, sus ojos hermosos y su carácter angelical.

El te mira frió e inexpresivo, y tu mundo se cae.

Despiertas aterrada y agitada, tienes miedo, ese sueño otra vez. Te levantas y te lavas el rostro agradeciendo de que solo haya sido una pesadilla. Sigues triste, pues aunque no haya sido real, otra vez tu día basara en esa monótona rutina que te lastima tanto. Y piensas ¿Cómo una persona puede destrozar tu corazón y sigues amándolo con cada pedacito? No lo sabes.

 

Hello FFL! Decidi transformar este solitario drabble en una serie de drabbles, no van a estar relacionados pero bueh, creo que les van a gustar. Aqui les dejo otro mas, espero que les caiga :D

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Su maldita adicción (NxT)

Refunfuñó molesta una vez mas, odiaba con toda su alma que su esposo llevara trabajo a casa, pues se mantenía ocupado y no le prestaba atención. Frunció el ceño y se removió inquieta en la cama buscando los ojos lavandas del chico, cosa imposible porque mantenía la vista fija en el papeleo de la empresa. Casi echando humo, tomo su celular, se metió bajo las sabanas y llamó a su amiga y madrina de bodas, Temari.
—Tema-chan, Neji no me presta atención, parece que es un… maldito adicto al trabajo.

La rubia al otro lado del teléfono se rió un poco.

—Tenten, tranquila. Solo muéstrale cual es su verdadera adicción—contestó con tranquilidad para colgar el teléfono.

Se levantó rápidamente al comprender lo que su amiga decía, se paró al frente del escritorio en el que su esposo realizaba papeleo.

—Neji te dije que no me gusta que traigas trabajo a casa—su voz sonaba neutra—así que te pido que guardes eso.
—Estoy ocupado—respondió sin elevar la vista.
— ¿Por qué? ¿Amas a tu trabajo más que a mí?
—No, pero supongo que soy un adicto al trabajo.

Cansada, de un solo golpe tiró las hojas al piso. Su esposo la miró levantando una ceja, confundido.

— ¿Qué haces Tenten?—No se ocupó en contestar, dio la vuelta al escritorio y en un ágil movimiento se sentó en el regazo de Hyuuga. Acercó sus labios peligrosamente.

— ¿Quién es tu adicción Neji-kun? ¿Tu trabajo o yo?

El hombre sonrió de lado, tenía razón: Tenten era su maldita adicción.

 

Sus brazos en mi cintura
Por el horizonte va…
Caminó lentamente esquivando los bultos de tierra donde se encontraban los fallecidos, se acercó a uno en especial. Miró su lápida, acarició la fría roca y a su pie colocó un ramo de flores. Su esposo había muerto en esa cruel guerra…
A lo lejos veo el sol…
Una, dos tres gotas cayeron sobre su rostro. Elevó la vista hacia el cielo gris y sonrió, estaba lloviendo, cosa que le recordaba a él.
Brilla en todo su esplendor…
Le recordaba a él en todo sentido: el olor a tierra mojada mezclado con
madera húmeda que poseía.
Casi nunca sonreía, y cuando lo hacía se denotaba un deje de tristeza, tristeza, como el que embarga los corazones una tarde de lluvia.
Por el ancho mar…
Ya era tarde, se levantó y el viento revoloteó sus castaños cabellos. Mordió su labio y una traicionera lágrima bajó por su mejilla seguida por otra, y otra.
Acarició su abultado vientre, se sentía orgullosa pero triste a la vez; no más besos en la mañana, no más caricias a su barriga, no más noches ardientes, no más manos pasionales recorriendo su figura. Neji ya no estaba, pero de él le quedaba el más hermoso recuerdo: el niño que llevaba en su interior.
Sollozó levemente, ya no sentía sus brazos en su cintura, solo le quedaba un triste recuerdo. La brisa volvió y le susurró un Te amo al oído, y un cálido abrazo protector que se desvaneció en el medio de la nada…

 

Dientes

Maldición, ¿Por qué a ella? Ya tenía dieciséis años, esto no podía suceder. Tapó su boca con una mano, asqueada, escupió sangre sobre un pañuelo que tenía.

Ella era la única chica de dieciséis que aún tenía dientes de leche, y ese día a sus colmillos superiores se les había ocurrido caerse, y si, al mismo tiempo. Le pagó a la señora mayor que la atendió en el puesto de dulces y salió.

Abrió otra caja de la culpable de que sus dientes flojos se cayeran, chicle.

— ¿Tu siempre comiendo chicle no?—la voz suave que provenía de atrás la estremeció. Maldijo por lo bajo con el trapo lleno de sangre aún cubriéndole la boca, se volteó despacio.

—Claro que si, Neji. Es mi golosina favorita.

El chico arqueó una ceja, ¿Cómo podría ser que a su novia le gustara masticar día y noche un polímetro gomoso obtenido de la savia de un árbol con sabor a frutas? A él le repugnaba.
Pasó su brazo por la cintura femenina en un abrazo protector y comenzaron a caminar. Notó como Tenten se removía incomoda de su agarre.

— ¿Qué sucede?
—Nada—balbuceó la chica.
— ¿Y por qué tienes un pañuelo lleno de sangre cubriéndote la boca?
—Etto…
—Se te cayó un diente, Tenten.
—Mientes—bajó un poco la voz—fueron dos.

Sonrió, cosa que a ella le pareció encantador.

— Que bueno, sigues siendo una niña—apretó mas a la ojichocolate hacia él—sigues siendo mi niña.
—Te besaría pero quedarías como si un vampiro te hubiese mordido, ¿te das cuenta? Creerán que soy un vampiro.
—Eso es imposible, nadie creería eso.
— ¿Por qué no?
—Porque los vampiros tienen colmillos.

 

Agachas la cabeza.

Estás encerrado en una prisión invisible, creada por ti mismo. Un ave con las alas dañadas, incapaz de salir por si solo ¿ese eres tu?

Porque tienes miedo a sufrir, porque no te atreves a hacer lo contrario, tu voluntad. Sabes que intentaras huir y te atraparán golpeándote con una piedra, prefieres hundirte en la miseria que intentar ser libre ¿eso es lo que quieres?

No tienes ni la menor idea de que hacer, crees que si te tapas los ojos todo será mejor que antes, que esa carga que llevas en tu espalda se alejará ¿eso es lo que piensas?

Te cubres la cara con una mascara de seriedad, ¿y el corazón? Te lo olvidaste dentro del congelador.

No te atreves a ser libre, prefieres vivir envenenado pero a salvo, que ser libre afrontando riesgos. Ves a esa ave alejarse de ti, se cansó de tratar de enseñarte a volar, porque dabas un paso adelante y dos atrás.

Porque Hyuuga Hiashi te obliga a casarte con alguien que ni siquiera conoces sin importarle tus sentimientos, atropellando a todas las personas que te importan, sobre todo a ella, a Tenten. Ves sus ojos llenos de lagrimas, ella tampoco quiere eso, pero ya esta cansada, harta de tu inseguridad.

¿Y tú que haces al respecto?

Solo agachas la cabeza…