"Mundo Apocaliptico"

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por yurilu, 23 Julio 2011.

?

La sigo???

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  1.  
    yurilu

    yurilu Guest

    Título:
    "Mundo Apocaliptico"
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    388
    Hola! =D
    A ver... soy nueva por aquí, así que no sé muy bien como van estas cosas de publicar los caps, pero más o menos guiándome por algunos ejemplos que he leído me guiaré =)

    Mi historia tratara de un Mundo Apocalíptico (tal y como lo dice el título xD!), tiene terror, suspenso y amor...

    Aquí les va un intro, por si se animan a leer:

    El mundo ha cambiado desde hace años, donde durante el día, los humanos son sus propios enemigos y durante la noche reina la oscuridad y la misma amenaza que acabó con el mundo al que conocíamos:Criaturas nocturnas devoradoras y bebedoras de sangre humana.
    Jodie es una joven que por el momento esta sola tratando de sobrevivir por su cuenta. Tiene un hermano (Alex) al que decidirá buscar haciendo un largo viaje por la Zona prohibida, tras solicitar ayuda extra de un MERCENARIO (Russel) a cambio de dar lo unico que posee y lo unico que es más valioso que el dinero en estos tiempos: Su propia sangre.
    El unico problema de Jodie, aparte de los peligros que le esperan ahí fuera, es que su ayudante y acompañante viajero es un mercenario... Una definición más amplia y más fácil de entender para esta simple palabra es: Traicioneras ratas viajeras e insensatas que retan a su suerte y a su habilidad contra la muerte. Son capaces de cualquier cosa a cambio de lo que desean y con eso incluye robar, estafar y matar sin piedad si se trata de su beneficio.

    --------------------------​
    Es la primera vez que escribo sobre una historia de terror, así que supongo que no lo haré muy bien al comienzo :S (paciencia please =P)

    Debo anunciar que desgraciadamente mi teclado no posee la tecla "ñ", así que si por ahí ven algo como: "ninio", en ves de "niño", disculpad la falta xD!:oops:
    Otro de los inconvenientes es que tampoco tengo los signos de apertura del "?" ni tampoco del "!" (solo los cierres:confused:)
    Siento mucho todo esto... y mi única excusa es que mi laptop es japonés y que aquí no se usan esas letras :(
     
  2.  
    yurilu

    yurilu Guest

    Título:
    "Mundo Apocaliptico"
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    8466


    Capitulo I
    La Tormenta

    Por un momento había llegado a creer que esta noche dormiría placenteramente en mi nuevo "refugio" temporal. Lamentablemente esa esperanza duró tan poco cuando una tormenta comenzó a descargar litros y litros de agua sobre el pueblo. La insistente lluvia, con cada gota azotando la tapa metálica del basurero donde me refugiaba, creaba un ruido irritante impidiéndome conciliar el sueño. Fuera de mi refugio, podía asegurar que no estaría mejor que dentro, pues los zumbidos furiosos del viento y los ensordecedores relámpagos que descargaban las negras nubes en el cielo me decían que, a estas horas, nadie ―Incluso el más insensato del planeta― rondaban las empapadas calles de la noche oscura. Ni un poste de luz, ni un foco, ni una linterna y ni un mechero encendido, más que los relámpagos en el cielo, alumbraban la penumbra del pueblo. Y si alguien quería vivir para ver el sol al día siguiente, debía permanecer escondido lo mejor posible... A menos de que sea de las personas que les tocaba buscar alimento o provisiones, que es de las que debíamos tener cuidado.


    El mundo había cambiado desde hace ya más de trece años. Cuando yo apenas era una cría de ocho años de edad, mi hermano cuidó de mí desde que nuestros padres no sobrevivieron la misma noche en la que comenzó todo.


    Aun recuerdo todo como si solo fuera cuento del verano pasado...


    Recuerdo que ese mismo día por la tarde, como cualquier otro, esperaba en la puerta del colegio a que mi madre me recogiera como lo hacia a diario. En aquel entonces, comenzaba a llover pequeñas gotitas que me obligaron a permanecer bajo el techo del propio colegio, justo al lado del portón con ambas hojas abiertas de par en par. Al cabo de unos minutos, el cielo que trasladaba nubes de un color hermoso anaranjado se tiñó de pronto en un color azulado para luego volverse completamente negro, llevándose la luz del día consigo.


    Siendo una cría, recuerdo que lloré en brazos de mi maestra al recibir noticias de que la tormenta era demaciado fuerte como para que mi madre condujera por las calles. Estaba oscuro, tenia miedo y mi madre no vendría hasta dios sabe cuando la lluvia dejara de azotar las carreteras. Un niño en particular, al que todos le decían Eugin ―El burlón de la clase.―, se burló de mí descaradamente y mencionó más de cien veces que yo era la niña más cobarde de toda la historia. Lo recuerdo exacta y detalladamente pues fue el quien rompió a llorar después de mí, al cabo de unas horas.


    Nos trasladaron a todos los niños restantes al gimnasio donde se llevaban acabo los deportes y nos refugiaron allí durante cuatro largas horas; La mayoría de los llantos, se habían convertido en débiles sollozos y algunos ya se habían quedado dormidos de tanto llorar.


    Era la segunda vez que yo me despertaba, cuando los treinta y cinco fluorescentes del gimnasio parpadearon un par de veces y, con una nota macabra, finalmente, se apagaron dejándonos en la completa oscuridad. Aquellos llantos que una vez habían cesado y que ahora solo eran sollozos, estallaron nuevamente en coro pero ahora se le habían unido aquellos niños que se despertaron sobresaltados por la bulla de los otros. Yo estaba demasiado asustada para poder llorar.


    Gracias a las momentáneas luces que se colaban por los ventanales cuando estallaba un relámpago,pude observar la penumbra con ojos dilatados por el miedo y, notar de vez en cuando las siluetas de los maestros revoloteando de aquí para allá, tratando de calmar el coro de llantos. Si me concentraba bien, podía oír una voz gruesa y notoria alzándose sobre todas las voces, la voz del profesor McKenzie repetía una y otra vez la palabra "Silencio" con un tono de voz fatigado y sin ninguna pizca de amabilidad como siempre solía hablarnos en clase. Lo unico que se me ocurrió hacer fue lo que haría cualquier crío preso del panico en mi lugar: Gatee topándome innumerables veces con otros niños hasta estrellar mi cabeza contra una pared y avanzar a ciegas apoyada en esta misma para hallar una esquina. Me acurruqué rodeando mis piernas con los brazos y enterré mi cabeza entre mis rodillas tratando de sofocar la bulla ensordecedora. No me di cuenta, hasta que una punzada dolió en mi garganta, diciéndome que era yo la que gritaba hasta quedarme sin aliento. Nadie se molestó en averiguar por qué gritaba, puesto que no era la única chillando en medio de la oscuridad.


    No sabia con exactitud cuantas horas habían transcurrido desde que los niños se quedaron sin fuerzas para seguir gritando, pero muy en fondo me imaginaba que ya era muy entrada la noche. Mis parpados me pesaban y los sentía secos, bostecé muchas veces cuando me sentí muy cansada, pero no quería dormir.


    Ahora me doy cuenta de que en ese momento, quizá y mi madre había tenido razón todo el tiempo cuando me decía que yo tenia un Ángel guardián que cuidaba de mí, pues esa noche, algo evitó que corriera la misma suerte que la mayoría en aquel tenebroso gimnasio.


    En el nuevo silencio que se hizo cuando la mayoría de los niños se quedaron dormidos, oí una breve conversación de los profesores, hablar entre susurros con voz grave:


    ―No creo que la tormenta pare hasta dentro de un buen rato.―Observó la voz familiar de la maestra Kiny.―Sera mejor que traigamos mantas para protegerlos del frio. Esta noche está helando.


    Hasta que oí eso, no había notado lo frías que estaban mis manos rodeando mis piernas. Pero yo solo me acurruque aun más en mi posición ante la noche más horrible de toda mi corta vida hasta eso entonces.


    ―La electricidad se ha ido en toda la ciudad, no tenemos como comunicarnos con los padres.―Habló otro maestro.


    ―Por lo pronto solo nos queda esperar.―Convino una tercera voz.― Ninguno de nosotros tampoco puede salir de aquí, no mientras la tormenta continúe.


    De pronto, a lo lejos y medio ahogado entre la lluvia, se oyó un estruendoso golpeteo en el portón de la entrada principal de la escuela haciendo que sobresaltara.


    ≪Un monstruo!≫ Chillé en mi cabeza.


    Varios de los demas comenzaron a removerse inquietos al sobresaltarse. El golpeteo insistente hizo eco en los pasillos vacíos y oscuros de la escuela. Se oyeron pasos precipitados dentro del gimnasio y luego, una pequeña y larga luz apareció en manos de un maestro al que no logre identificar. Por una fracción de segundos, mientras la luz avanzaba por en medio del espacio, logre ver los cuerpos tumbados de los niños durmiendo o quizás solo tan asustados como para dar señal de estar consientes como yo.


    ≪No!≫ Grité mentalmente cuando el mismo profesor abrió la salida del gimnasio, adivinando que se proponía averiguar la procedencia del golpeteo. ≪Hará que el monstruo entre!≫ Pensé rompiendo a llorar una vez más. Pero esta vez secretamente y en silencio.


    Observé con panico lo poco del pasillo oscuro que alumbró la linterna y vi marchar al hombre con pasos precipitados dejando la entrada del gimnasio abierta a sus espaldas. Agudicé el oído esperando enterarme de lo que ocurría fuera de aquí, hasta que los golpes cesarón y un chirrido espeluznante anuncio la apertura de la entrada al colegio. Mi mente prematura ya había empezado a oír los gritos del hombre, pero era solo porque estaba aterrada. Es increíble lo que la mente hace en momentos como esos.


    Al cabo de unos minutos, se oyeron los primeros pasos en el pasillo, pero ahora eran varios, y todos ellos acompañados de susurros. Vi la misma luz aparecer entre la oscuridad y cobardemente volví a enterrar mi rostro.


    ―Que ocurre?―Inquirió la profesora Kiny, caminando rápidamente hacia la entrada del gimnasio.


    ―Lo sentimos...―Se disculpó una voz nueva, aguda, la de una mujer.―No sabíamos a donde ir. Las carreteras están bloqueadas y calle abajo está inundado.―Habló con la respiración agitada.


    Yo desenterré mi cara bizqueando hacia las nuevas siluetas que se habían unido con los adultos, sintiéndome aliviada de no encontrarme con la grande silueta del monstruo que se había formado en mi cabeza. Eran tres personas las que respiraban trabajosamente.


    ―Lo que faltaba!―Masculló una voz masculina.―Ahora estamos atrapados en una escuela rodeados de malolientes críos...


    ―Cierra tu estúpida boca, Frank.―Se unió una voz más, pero esta, sí que la conocía.


    ―Bryan?―Mi voz, que pretendía ser débil, se oyó perfectamente en medio de todo el silencio, donde solo se oían las gotas de lluvia caer sobre el techo del gimnasio.


    ―Joh?―Dijo la voz de Bryan alejándose del grupo.―Jodie, eres tú?


    Saber que había alguien a quien conocía y cercano a la familia en ese horrible lugar, hizo que rompiera a llorar como solo lo hace una cría. Me alejé de las paredes para correr pisoteando y pateando a los demas alumnos regados por el suelo con el fin de reunirme con Bryan, el mejor amigo de mi hermano mayor. Cuando salí de mi escondite, el profesor que llevaba la linterna me apuntó directamente con su luz cegadora a la cara, aun así, eso no impidió que siguiera pisoteando a los demas con tal de llegar a mi punto seguro. Me aferré a Bryan chillando, esperanzada de que por fin pudiera volver a casa.


    ≪Bryan me llevará de vuelta a casa.≫ Pensé ingenuamente.


    Desde luego, siendo tan cría, no había reparado en que hace apenas unos segundos antes, la chica que vino con él, había dicho prácticamente que estaban atrapados en el mismo lugar junto con todos nosotros. Después de todo, Que iba a hacer un adolescente de tan solo dieciséis años? Pero en eso entonces, para mí era tan grande como un adulto.


    ―Jodie, Que haces aquí? Se supone que tu hermano ya ha de haber llegado.


    ―Alex?―Pregunté entre sollozos.―Alex no ha venido. Ni mi mamá tampoco... Quiero irme a casa Bryan.


    ―Lo sé, lo sé. Pero me temo que tendremos que quedarnos aquí un poco más.


    ―Hasta cuando?―Insistí.


    ―Solo un poco más.―Prometio guiñándome un ojo.


    Alguien a nuestro lado, detrás de Bryan resoplo con impaciencia. Reconocí la misma voz irritada de hace un momento.


    Mientras pasaban las horas, y la tormenta no daba su brazo a torcer, con la ayuda de Bryan logre dormir un poco en su regazo. Cuando desperté oí una parte de la conversación que tenia Bryan y sus amigos que le acompañaban.


    ―No debimos salir del instituto.―Murmuró la voz femenina.


    ―Por primera vez opino lo mismo que Marii.―De nuevo la voz molesta.―A estas horas, podríamos estar aprovechando el tiempo dando una gran fiesta con los demas en el instituto.


    ―Nadie te obligó a que salieras, Frank.―Replicó Bryan.―Si quieres podrías largarte de vuelta. Por lo menos lo intentamos...


    ―Has visto como esta calle abajo, sabes muy bien que con lo mínimo no podremos cruzar hasta que hagan algo con la inundación.


    Todos guardaron silencio, más al fondo se oían muchas más conversaciones en susurros.


    ―Donde creen que se habrá metido Alex?―Pregunto la voz femenina, Marii.


    Mi corazón dio un respingo al oír el nombre de mi hermano.


    ―No lo sé.―Contestó Bryan.―Se supone que salio del instituto para recoger a Jodie desde hace horas. Quizá deberíamos avisar a su familia, Alex no mentía cuando dijo que su madre le llamó diciendo que recogiera a Jodie...


    ―A quien cojones le importa los Evans?!―Dijo Frank con voz amarga.―Por mí, que el y su estúpida hermana chillona que llevas ahí se vallan al...


    ―Cierra el pico, Frank.―Le amenazó Bryan.


    ―O que? Vas a pegarme hermanito?―Le retó poniéndose en pie.―Si quieres quedarte, allá tú. Yo me largo de vuelta al instituto. Marii, vámonos.


    ―Pero es que te has vuelto loco? No pienso salir allí fuera y mojarme de nuevo.―Se reuso Marii.―Está diluviando y ni que hablar de lo oscuro que esta...


    De pronto, un fuerte sonido fuera del gimnasio, en los pasillos lejanos, interrumpió a Marii en mitad de la frase.


    Todos, menos los que estaban durmiendo ya que había sonado lo suficientemente lejos, se sobresaltaron y las conversaciones cesarón de golpe.


    ―Que ha sido eso?―Preguntó una profesora en algún lugar del gimnasio.―Ha sonado como si un cristal se haya roto.


    ―Una ventana, quizás?―Convino alguien más.


    En mi mente, volvía la misma imagen del monstruo. Me apreté más a Bryan volviendo a sollozar de miedo y este me acurrucó contra su pecho.


    ―Es el monstruo.―Gemí enterrando mi cara en su camiseta mojada.


    ―Tranquila Jodie, no pasa nada. Los monstruos no existen...


    Justo en ese momento un alboroto se oyó tras varios chasquidos de vidrio quebrantándose.


    ―Que ocurre ahí fuera?―Se oyó la voz de la profesora Kiny.―Proviene de la sala de profesores.


    ―Están todos los maestros aquí?―Alguien alzó la voz por encima de nuestras cabezas.


    ―Sí, director Collin. Aquí tengo la lista.―Respondió la voz de una maestra.


    Esperaron en silencio, y se volvieron a escuchar ruidos en la otra sala.


    ―Podría ser un ladrón?―Opinó alguien en voz baja.


    ―Me temo que sí.―Aseguró el director.―Sera mejor que le echemos un vistazo.


    La luz de la linterna, se movió en otra dirección pasando a la mano del director cuando este alargó su mano para cogerla. En seguida, se dirigió hacia la entrada abriéndola y saliendo de aquí, flaqueado por un profesor más. Tiré de Bryan hacia mi sitio seguro: La misma esquina de la pared, mientras observábamos marchar las espaldas de aquellos hombres.


    Ahora que lo recuerdo bien, me pregunto como es que aquellos adultos, no se fijaron en la escena como yo la había visto. Aquellos acontecimientos y sucesos, solo me decían que por muy estúpido que sonara, toda tenia la misma pinta de una película de terror: Atrapados en un solo sitio, rodeados de oscuridad; Ruidos y sonido extraños entre las sombras y los ingenuos hombres y su curiosidad por averiguar la procedencia. Vamos!. Es qué acaso los adultos en eso entonces eran tan incrédulos como para no creerse por una noche que en este universo no estábamos solos?


    Encontré nuevamente mi esquina, y tiré a Bryan para que se sentara a mi lado. Pero este estaba ocupado atendiendo los llamados de Marii y su hermano Frank.


    ―Jodie, necesito que hagas algo por mí. Vale?―Pidió soltando mi mano.―Tranquilízate y quédate aquí. Todo ira bien, no pasa nada. Volveré en seguida. De acuerdo?


    Negué varias veces con la cabeza, pero Bryan no fue consiente de esto por la densa oscuridad. Entre varios murmullos alzados de repente, oí con panico como los pasos vacilantes de Bryan se alejaban de mi espacio seguro. Abrí los ojos desmesuradamente tratando de no perder de vista la silueta de Bryan avanzando hacia lo lejos y llamando a su hermano, pero al final no supe ni siquiera donde se posaba mi vista.


    Pronto, paso lo inevitable. El comienzo de nuestra pesadilla.


    El desgarrado grito del director Collin, junto con otro de su acompañante, desgarro el velo del silencio de la noche en plena oscuridad.


    Varios de los que aun estaban despiertos y los que se acababan de levantar por aquel primer aviso, alteraron el ambiente silencioso revoloteando de aquí para allá, alejándose de la entrada que aun permanecía abierta. No estoy segura de que si Bryan logró regresar con su hermano o no, pero cuando le llame agritos, presa del terror, se reunió nuevamente junto a mí. Intento calmarme mientras yo lloraba a cantaros. Sin duda, ese había sido el peor trauma de toda mi vida hasta ese momento. Porque lo que se desatoo a continuación, no tiene competencia al llevarse el premio de la peor pesadilla que un niño de ocho años pueda tener.

    Gracias a la tenue luz azulada que se colaba por los ventanales atreves de las cortinas negras, se notó a varias siluetas salir por la entrada al gimnasio en auxilio del grito desaparecido del director. Unas cuantas en pie ―adultas―, se rociaron hacia el suelo tratando de calmar los llantos de los niños sin tener éxito alguno.

    ―Bryan llévame a casa! No quiero estar aquí, quiero volver a casa!―Chillé aferrándome a él.

    ―Marii! Frank! Por aquí!―Gritaba el tratando de alzar su voz sobre los llantos ensordecedores.

    Cuando de repente, un gañido gutural y más gritos en el pasillo fueron lo unico que captaron mis oídos. A mi lado, Bryan también se tensó y, a partir de ese momento, dejo de repetir que los monstruos no existen.

    ―Oh, Dios mío! Que coño ha sido eso?!―Exclamó Marii cerca de nosotros.

    Mas gañidos se le unieron al primero, y supimos que no era uno solo. Sea lo que fuese que estuviera ahí, estaba cerca... Y los gritos desesperados de los profesores se iban apagando uno a uno, hasta que al final, solo se oyeron extraños chasquidos entremezclados con gruñidos y unos cuantos gemidos.

    No había que ser adulto para saber que la situación se había desmoronado y que los mismos profesores no verían por los niños que aullaban llamando a sus mamas. Nadie en ese gimnasio, absolutamente nadie, estaba cerca de la entrada de la puerta salvo una persona: Un profesor al que no reconocí y que tampoco hubo que reconocer luego. Este se precipitó en bloquear la puerta de la entrada, y por unos pocos segundos todo el mundo, a excepción de los llantos, quedó en silencio observando con panico la puerta sellada.

    ―Pero que hace?!―Exclamó una voz femenina.―Los demas maestros...

    ―Al diablo con los demas maestros!―Bramó este.

    Entonces nadie más se atrevió a decir nada. La bulla era desesperante allí dentro, ni los mismos adultos mantenían la calma y esto solo hacia la situación más exasperante.

    ―Quiero irme a casa! Quiero irme a casa!―Chillaba yo mientras Bryan, Marii y su hermano hacían lo mismo que los profesores.―Bryan, por favor llévame a casa!

    ―Cállate de una puta vez...!―Explotó Frank cogiéndome bruscamente por el brazo y alzando una de sus manos lista para abofetearme.

    En ese momento, sucedían tantas cosas a la vez, que ni siquiera noté como Bryan me había apartado de un jalón, y había asestado un puñetazo contra la nariz de su hermano. Entre la escasa y entrecortada luz que nos brindaban los relámpagos fuera, observé a Frank aferrar su nariz mientras fulminaba a su hermano con una mirada sombría y le goteaba un chorro negruzco sobre su boca. Dio un paso hacia nosotros con obvias intenciones y Bryan, quien me ocultaba detrás de él, acortó más esa distancia dispuesto a hacer lo mismo.

    ―Basta!―Intervino Marii empujando a Frank hacia atrás―No es momento para pelearse. por una vez en tu vida madura, Frank!―Giró para enfrentarse a Bryan quien ya no adoptaba una expresión amenazante.―Algo está pasando aquí, y creo que seria sensato que empezáramos a ingeniárnosla para salir de aquí.―Dijo con voz severa y grave.

    De cierto modo, ahora estoy agradecida de que en aquel momento Frank me hiciera callar la boca, porque a partir de ese momento, fui capas de darme cuenta de que era algo imposible que Bryan pudiera llevarme a casa, ya que si hubiera un modo de salir de allí, Frank ya habría salido pitando para no tener que liderar con los llantos ni conmigo. A partir de ese momento, deje de pedir lo imposible.

    ―Mas te vale mantenerte lejos de mí, Bryan.―Amenazó Frank, arrojando un escupitajo al suelo.

    Bryan hizo caso omiso a su advertencia y se giró hacia mí.

    ―Te prometo que intentaremos salir de aquí, Vale?―Dijo poniéndose a mi altura.―Pero debes prometerme mantener la calma y ser buena.

    Yo asentí con la cabeza y luego el se encaró con su hermano.

    ―Es obvio que esas personas no estarán dispuestas a abrir esa puerta.―Replicó señalando a mis maestros aterrados.―Y creo que todos estamos de acuerdo en que ni de coña saldremos por ahí.

    Se oyeron más de esos extraños gañidos detrás de la puerta, como si afirmaran lo que Bryan acababa de decir.

    ―Y por qué no simplemente esperamos a que venga la ayuda?―Sugirió Marii en voz baja. Finalmente, mostrando el miedo que la invadía por dentro.

    Nadie tuvo que responder a su pregunta, un estruendoso golpe en el portón del gimnasio hizo que todos volvieran sus ojos hacia el y, antes de que nadie pudiera decir nada, otro golpeteo estremeció el portón, seguido por más golpes constantes que sacudían la puerta insistentemente. Muchas voces se alzaron en tono agonizante mientras trataban de alejarse desesperadamente, entretanto los niños asustados permanecían en el mismo lugar, sentados y llorando por sus madres mientras nadie acudía a sus llamados. A su vez, como si fuera una réplica ante el bullicio que se armó aquí dentro, una oleada de gañidos se alzó detrás del portón y los golpeteos se intensificaron aun más. Recuerdo que yo ya estaba demasiado asustada como para poder chillar o decir alguna palabra, observando con terror la puerta sacudiéndose e imaginándome como esta cedía dando paso a un montón de monstruos que venían a por todos nosotros. Paralizada como estaba, sentí de pronto unas manos agarrarme ambos lados de la cara y atraer mi atención hacia el rostro de alguien frente al mío.

    ―Jodie, Jodie, escúchame pequeña.―La voz de Bryan era urgente, con una nota desesperada aunque sus palabras eran amables.―Necesito que me digas si sabes donde hay otra salida.

    No respondí y era obvio que me encontraba en estado de shock. Podía oír su voz y ver vagamente su rostro, pero todo ello era segundo plano, el sonido de la puerta agitándose y aquellos gruñidos ocupaban toda mi atención haciendo que mis músculos no reaccionaran.

    ―Jodie! escúchame.―Bramó Bryan sacudiéndome e intentándolo una vez más, esta vez preso del panico como los otros.―Dime donde hay otra salida.―Exigió.

    Sobresaltada por el repentino cambio de actitud de Bryan, solo me limité a tirar de su mano dirigiéndole a ciegas y siguiendo el rumbo de las paredes hacia lo que vagamente recordaba que era un depósito. Cuando finalmente logre ubicar la dichosa puerta, Bryan me apartó hacia un lado y observé como sus apresuradas manos intentaban encontrar la chapa de la puerta para después girarla y abrirla abruptamente, me cargó en brazos y me deposito dentro de la pequeña estancia seguido por Marii y Frank detrás de él. Antes de cerrar la puerta, vimos con horror como el portón del gimnasio se estremeció por ultima vez y cedió paso a lo que desde hace minutos intentaba colarse dentro.

    Con un rugido victorioso, la silueta de una criatura delgaducha se lanzó torpemente hacia el interior, se incorporó de inmediato con ayuda de sus largas extremidades lanzando rugidos a su alrededor y clavó su mirada en alguien cercano para después agazaparse y dar un gran salto abalanzándose sobre este, a pesar de que se encontraba a una distancia muy apartada. El desgarrado alarido del profesor entre los muchos llantos quedó sofocado a medias cuando Frank cerró la puerta bloqueando la escena de nuestros ojos. Aun así, pudimos oír como otros gruñidos furiosos se le unieron al primero creando a su paso innumerables gritos humanos de desesperación.

    Asustados como estábamos, solo pudimos escuchar el infierno que se había desatado ahí fuera, donde hace apenas unos segundos habíamos estado nosotros.
    ―Tenemos que salir de aquí.―Dijo Frank con voz entrecortada, al cabo de unos minutos.
    La claridad aquí era escasa, sí, pero era mucho más clara que en el gimnasio. En la parte alta de la pequeña habitación, una diminuta ventana daba paso a la luz nocturna de afuera a comparación de las enormes ventanas del gimnasio cubiertas por espesas cortinas negras. Ahora se podía distinguir las caras asustadas de los tres adolescentes mirándose entre ellos.
    Frank halló la fuente de luz ―La ventanilla en lo alto―, cogió una mesa y la arrastro hacia la pared debajo de la ventana para subirse sobre ella.
    ―Y sí hay más de esas cosas allí fuera?―Preguntó Marii entre sollozos.―No pienso moverme de aquí.
    ―Yo no querría quedarme aquí con esas cosas a tan solo una puerta de distancia, sí fuera tú.―Replicó Bryan avanzando hacia su hermano para ayudarle.―Sera mejor que te plantees bien las cosas, Marii. Fuera es mejor que aquí dentro.
    ―Mejor que tener una puerta entre esas cosas y nosotros?―Insistió ella.―A lo mejor, sí permanecemos escondidos, vendrán a ayudarnos...
    ―Haz visto lo que ha ocurrido con esa puerta enorme.―Señaló con la mano.―De verdad crees que esta puerta de madera va evitar que esas cosas lleguen a ti? Hasta cuando esperaras?
    Ella calló por un momento cavilando en ello.
    ―Que son esas cosas?―Preguntó Marii estremeciéndose ante los gruñidos.
    ―En serio quieres saberlo?―Interpeló Frank forcejeando con la perilla de la ventana.
    En ese momento, un ligero "click" se oyó cuando Frank logró abrir el seguro de la ventanilla, la empujo con fuerza pues esta llevaba tiempo sin abrir, y la ventana cedió verticalmente hacia arriba.
    Bryan se acercó a mí y se puso a mi altura llamando nuevamente mi atención, ya que mi vista se encontraba nuevamente presa en la puerta de madera, imaginando por los terroríficos sonidos que es lo que estaba ocurriendo fuera de esta habitación. Sus azules ojos brillaban tenues ante la luz escasa y una gota de sudor recorría su mejilla izquierda.
    ―Jodie, pequeña.―Habló en voz baja.―Lo has hecho muy bien, Joh. Tu hermano estará orgulloso de ti cuando se lo contemos. Ahora vamos a intentar salir de aquí, pero no hagas ningún ruido, Vale?
    Asentí con la cabeza intentando reprimir los sollozos, ya que las lagrimas habían estado derramándose por mi rostro desde hace ya mucho rato.
    ―Ya esta, vámonos―Susurro Frank haciéndonos señas con las manos.
    Bryan asintió llevándome consigo hacia nuestra vía de escape, nuestra salvación, según lo creíamos. Cuando llegamos donde su hermano se impulsaba hacia la ventanilla, alcé la vista y le vi sacar la cabeza y girarla hacia ambos lados, asegurándose de que no nos esperaran más de esas cosas con la boca abierta para que entrásemos gustosos en ella. Pasó un largo e interminable momento de silencio entremezclado con suspenso antes de que este apoyara nuevamente sus pies en la mesa y nos diera la señal. Con un suspiro, Bryan asintió una sola vez a su hermano para que este se impulsara y reclinara hacia el pequeño tragaluz y pasara trabajosamente su cuerpo hacia el exterior. Cuando su cuerpo estuvo fuera del alcance de nuestras vistas, esperamos ansiosos el sigiloso sonido de sus pies contra el suelo.
    ―Vale. Muy bien, Joh. Recuerdas lo que te pedí?―Preguntó apoyando sus manos en mis hombros.
    Yo asentí con nerviosismo.
    ―Que no haga ruido...―Respondí conteniéndome.
    ―Bien, muy bien, Joh―Revolvió mis cabellos con una sonrisa en su rostro la cual no le llegaba a los ojos. Él estaba tan asustado como yo, excepto que él lo sabía disimular mejor―Ahora sigues tú. De acuerdo?
    ―Vale.
    Subió a la mesa y extendió su brazo para que yo lo tomara, luego me alzó sobre su cabeza y trepé por la ventana asomando mi cabeza y pasando todo mi cuerpo con facilidad debido a mi tamaño. Cuando giré mi rostro buscando el suelo, me percaté no solo del gran tramo que habría que saltar, sí no que también no había rastro de Frank.
    ―Bryan, Bryan, Frank no esta!―sollocé sin contener las nuevas lagrimas de panico. Sentía que en cualquier momento, el monstruo que se llevó a Frank, vendría por su siguiente presa que era yo, colgando con los pies al aire como un anzuelo. La expresión de Bryan cambio adoptando probablemente la misma cara que la mía, quedándose inmóvil y conteniendo la respiración.
    No le culpo sí perdió la serenidad por completo, se trataba de su propio hermano y yo le había informado de que no había rastro de él por ninguna parte. Observé entre lagrimones acumulados como Bryan tragó aire para probablemente gritar el nombre de su hermano, pero se contuvo. Parpadeo un par de veces sacudiendo la cabeza para no dejarse llevar y se impulsó sobre la mesa para dar un vistazo el mismo y asegurarse con sus propios ojos. Yo aun seguía colgando de la ventana conteniendo el miedo e intentando no llorar sin éxito, así que vi como Marii, quien aun permanecía dentro de la habitación, rompía a llorar retrocediendo inconscientemente hacia una de las esquinas más apartadas.
    ―Frank!―Llamó Bryan entre susurros. Puesto que yo estaba a su lado, note como uno de sus brazos apoyados en el marco de la ventana, me rozaba con leves temblores recorriendo su cuerpo.―Frank!―Volvió a llamar, esta vez con un poco más de volumen. La desesperación y la impotencia de no ver rastro de su hermano empezaban a dominarle.
    ―Bryan... tengo miedo...―Susurré con voz ahogada. Él contenerme para no llorar a cantaros me había quitado la voz. Algo que agradezco ahora, pues de haber sido lo contrario, habría gritado y entonces sí habría sido mi final en aquel lugar.
    Él hizo caso omiso a lo que yo decía concentrado en buscar exasperadamente algún indicio de su hermano. Finalmente, cuando no hubo respuestas tragó aire y me observo con el rostro contraído, cerro los ojos y pude ver que dentro de su cabeza empezaba a tomar muchas decisiones. Él dolor de la perdida, el temor, la adrenalina y el tiempo, no jugaban a su favor.
    Un ruido sordo proviniente a mis espaldas, hizo que Bryan abriera los ojos de pronto. Yo comencé a llorar, pues había llegado lo que más me temía. Colgaba en una ventana como anzuelo y una de esas cosas ansiaba por cogerme. Cuando observé a Bryan, su rostro era la viva imagen del terror; Presionó un dedo sobre sus labios apretados en una sola linea, advirtiéndome que guardara silencio. Se movió lento y sigiloso tratando de agarrarme nuevamente para meterme de nuevo hacia el interior del depósito, mientras yo fui demasiado cobarde para mirar detrás de mí. Cuando oí el próximo ruido detrás, cerca, apreté aun más mis ojos esperando lo peor y soltando lagrimas. Entonces Bryan jadeó.
    ―Frank! Pedazo de idiota! Que cojones estás haciendo?!―Reclamó Bryan relajando sus manos entorno a mi cintura.
    ―Tenia que asegurarme de que teníamos libre el paso.―La voz de Frank era baja e indiferente a lo que su hermano había pasado por unos pocos segundos.―Que coño hacéis? Dense prisa.―Instó irritado nuevamente, con señal de estar nervioso.
    Bryan se limitó a soltarme e instar a que continuase bajando.
    ―Eh! Bryan!―Llamó Frank con voz grave.
    ―Que?―Inquirió este aun a mi lado, ayudándome a bajar.
    ―Escucha...―Bisbiseó concentrándose en algo.―No lo notas?
    Bryan agudizó el oído tratando de escuchar algo, yo también lo hice... Aun así, no escuchamos nada. Exactamente nada, lo cual resultaba ser escalofriante... La nada era lo extraño que había notado Frank, y nosotros entendimos el mensaje.
    ―Los gruñidos.―Afirmó Bryan.
    ≪Y los gritos...≫Agregue en mi cabeza.
    ―Han terminado de... Comérselos.―Apuntó Frank.
    En ese instante, nos quedamos quietos y a la espera de oír algún ruido que nos indique "Algo". Agudizando más el oído, pudimos escuchar una larga respiración y un borboteo casi como un gruñido largo cerca de nosotros. Sabíamos de que se trataba... Lo unico que no sabíamos era "de donde".
    Unos sollozos se intensificaron creando el sonido más audible en todo el radio, Marii rompió a llorar corriendo hacia la mesa donde Bryan aun seguía apoyado.
    ―No me dejen!―Aulló Marii con voz aguda y presa de la agonía, peligrosa y delatadoramente audible en todo el radio del colegio.
    Entonces con un chasquido horrendo, la puerta de madera que se hallaba al fondo de la habitación, cayó al suelo ante una fuerte embestida de una de las criaturas. Nuevos rugidos y gruñidos se alzaron rompiendo el silencio, junto con el grito desesperado de nosotros.
    ―Bryan, baja ya!―Ordenó Frank, al adivinar lo que estaba apunto de ocurrir.
    ―Sujétala!―Bramó este soltando y despojándome del marco de la ventanilla.
    En medio del aire, fui atrapada por las manos de Frank, quien me soltó―Lanzó, diría yo...―bruscamente hacia el suelo. Caí de espalda observando la escena desde mi ángulo: Vi al hermano mayor de Bryan agazapado haciéndole señas a su hermano menor, quien aun permanecía trepado en la ventanilla, tratando de colar su cuerpo con desesperación hacia el exterior. Cuando su cuerpo colgó hacia nosotros, Frank se lanzó contra el cuerpo de su hermano, abrazando sus piernas y jalándole con todas sus fuerzas.
    ―No! Espera. Marii! Marii aun se encuentra dentro!―Chillaba Bryan pataleando y extendiendo su mano hacia el interior del depósito.
    ―Déjalo ya! Ya es demasiado tarde!―Insistía Frank tirando de él.
    ―Por favor, no me dejen! Ayuda!―Gritaba Marii al mismo tiempo.
    Él panico se había concretado en ese momento y los tres adolescentes gritaban a su vez, entremezclando sus voces: uno tratando de pedir auxilio sobre los gañidos que se oían en el interior; otro intentando ayudar y pelear a su vez contra el otro que insistía en que dejara de hacerlo jaloneandole.
    De repente, en mi cabeza, deje de oír todo. Solo observé traumatizada como el rostro de Marii se asomó por una fracción de segundos por aquel tragaluz; Un enorme rasguño le cruzaba la cara y un chorro de sangre le cubría la mejilla derecha. Quedé paralizada al observar la agonía en su rostro justo antes de que desapareciera nuevamente por aquel tragaluz y se oyera por ultima vez sus gritos desesperados al ser arrastrada hacia el interior del infierno.
    Bryan cayó sobre su hermano finalmente segundos antes de que el cristal de la ventanilla se cerrara una vez más, sofocando los graznidos de aquellas criaturas que celebraban al tener a Marii junto a ellos.
    ―Tene... tenemos que irnos...―Repuso Frank sin aliento, incorporándose nuevamente y quitándose de encima a Bryan, quien aun miraba horrorizado hacia la ventana.―Esas cosas saben que estamos aquí... Tenemos que irnos YA!―Exclamó cogiendo a su hermano desde su camiseta y alzándolo a la fuerza.
    Cuando Bryan logró incorporarse a duras penas, se dirigió hacia mi tambaleándose aun con la misma expresión de horror.
    ―Vamos, Joh. Es hora de volver a casa...―Su voz era desprovista de emoción, y en sus mejillas enormes lagrimones recorrían su camino hasta su barbilla, entremezclándose con la lluvia que le golpeaba la cara.
    Aquella noche, en ese mismo momento y en el preciso instante cuando soltó la mano de Marii, toda la adolescencia que le quedaba se había perdido para siempre, como sí con un simple botón o un interruptor, su inocencia hubiera desaparecido para siempre. No quiero decir que solo él sufrió aquel cambio, pues absolutamente todo cambio a partir de esa noche. Es solo que Bryan tuvo que ver con sus propios ojos, que tanto y como habían cambiado las cosas, justo enfrente de él, en sus propias manos, y con su propia amiga...
    Mi hermano Alex había comprendido que el mundo ya no era el mismo justo esa noche al igual que Bryan, pero en su caso, lo descubrió al ver los restos demacrados de nuestros padres antes de que Bryan me reuniera con él. Alex fue comprensivo al ocultarme eso hasta que yo hubiera cumplido los quince años de edad. Por supuesto, yo ya sabia que mis padres no habían pasado la primera prueba aquella noche, pero saber la verdad con palabras concretas, era una cosa totalmente diferente.
    Yo no tarde mucho en perder aquella inocencia al igual que Bryan y mi hermano, solo que a diferencia de ellos, yo tuve que gozarla de una manera más drástica y en una situación completamente diferente. En mi caso, logre comprender la nueva corriente de esta nueva era un poco después de cumplir los diez años. Estaba completamente definido que sí no luchabas, te convertías en presa fácil... Y sí luchabas, aun seguías siendo una presa esperando a ser devorada, solo que difícil de coger. Eso lo llegue a aprender desde que tuve que comprobarlo por mí misma: Matando a una de esas cosas con mis propias manos... No de una manera exacta, claro esta, yo diría que mi madre nuevamente había tenido razón respecto al Ángel guardián. De hecho, fue algo simple: Una noche como todas, oscura y fuera de la civilización; terror, suspenso, confrontación con esas cosas, huida, atascada, confrontación sin salida, y una muerte indignante para una de esas criaturas... Para su mala suerte, y para mi fortuna, a esa criatura se le ocurrió caer sobre un diminuto cuchillo que levante justo en el momento y en el lugar preciso cerrando los ojos y esperando que la bestia cayera sobre mí de una vez por todas. Dándome la gran sorpresa de tener a una de esas criaturas sobre mí, incrustada en mi nabaja y muerta frente a mis ojos, me hizo ver que los humanos no éramos del todo inofensivos como creía. Desde eso entonces, decidí ser parte de las presas difíciles y no de las fáciles.
    Como ya había mencionado antes un montón de veces, ahora este mundo giraba hacia otra dirección. Ya no hay civilización, solo células agrupadas de humanos sobrevivientes concentradas y repartidas en diferentes desiertos. Son innumerables, pero pocos al final, pues los humanos escasean. Por las noches ya no se suele admirar las estrellas o descansar esperando al siguiente día, sino que se suele pegar un ojo a tus espaldas y esconderte bien donde esas cosas no te puedan coger, porque de encontrarte, te encuentran fácilmente, la sangre es un perfume para esas cosas. De día, de quien hay que cuidarse, es de los propios humanos. Después de todo,Cuando el ser humano ha vivido en paz y del mismo bando con su propia especie? A pesar de ser pocos, el instinto del más fuerte sobre el más débil, prevalece en nuestra sangre.
    La única persona que había conocido con diferentes características, había desaparecido de mi vista en cuanto cumplió con su promesa al devolverme junto a mi hermano. Bryan mantuvo su palabra al pie de la letra hasta reunirse con su mejor amigo y luego desaparecer para no volver a verle nunca más. Cuando desperté la mañana siguiente, no vi rastro de las negras nubes espesas; En su lugar, habían sido reemplazadas por un deslumbrante sol de medio día y nubes esponjosas avanzando su rumbo, indiferentes de lo que había ocurrido la noche pasada. Para mí fue como sí la tormenta se hubiera llevado consigo a esas criaturas y que después de todo, habíamos superado la noche del infierno sobre la tierra... Tan solo para enterarme por la noche de que no se había superado nada. Quizá y ya no hubo tormenta, pero aquellas criaturas devoradoras de humanos y bebedoras de sangre, regresaron cuando el sol decidió que era tiempo de ocultarse de ellas abandonándonos a nuestra suerte una vez más.
    Con forme ha transcurrido el tiempo, nosotros los humanos hemos nombrado a esas criaturas con innumerables definiciones:
    Algunas células les denominan VAMPIROS, pues solo salen por la noche y beben sangre humana; Otros les llaman BESTIAS, DEMONIOS, DEVORADORES, y un montón de infinidades. Yo, simplemente los llamo CRIATURAS NOCTURNAS, o así es como decidimos llamarles mi hermano y yo, o algo más simple como: "ESAS COSAS", en un momento donde no hay tiempo de formular palabras y en momentos desesperados.
    ...Para lo que sí hay una definición exacta y solo un nombre. Es para aquellos que se osan llamar "MERCENARIOS". Nadie duda de que esas personas sean diferentes de nosotros los humanos. En sí, ellos también vendrían a ser parte de nuestra especie como humanos, pero aquellas personas perdieron el privilegio de llamarse a sí mismos como HUMANOS, puesto que no tienen ni una pizca de humanidad dentro de ellas. Se alimentan de la necesidad de las células, roban, atacan, matan sin piedad y sin pertenecer a ningún bando para su beneficio, son traicioneras ratas viajeras e insensatas que retan a su suerte y a su habilidad contra la muerte y contra esas criaturas. Son capaces de cualquier cosa a cambio de lo que desean, y lo que es más vergonzoso, es que siempre lo obtienen gracias a nosotros.
    Un ejemplo de ello es lo que me acaba de ocurrir a mí hace unos días:
    Mi hermano ha cuidado de mí, y yo de él cuando tuve suficiente destreza y edad para hacerlo. Llevo casi seis meses sin saber nada de Alex, por primera vez, desde hace ya más de trece años sufrimos un percance que nos obligó a separarnos. Hace unos días, cuando un viajero mercenario llegó a este pueblo, trajo consigo una nota dirigida especialmente hacia mí. Las letras y las palabras eran de Alex, sin duda. Había encontrado su paradero entregándole al mercenario casi toda mi ración de alimentos a cambio de que me dijera de donde venía y quien se la había entregado. Él unico percance, era el no poder reunirme con él. Hacer un viaje largo fuera del desierto, era como dirigirse a la guarida de esas criaturas, ya que gran parte de nuestro planeta, que alguna vez fue nuestro, ahora pertenecía a esas criaturas. Para ello, necesitaría servicios extra, servicios de un Mercenario.
    Había planeado salir en busca de alguno que anduviera de paso por aquí, de no haber sido porque la tormenta que llegó me obligó a permanecer oculta en este mugriento basurero. También debía conseguir antes las provisiones necesarias para poder hacer un viaje largo de tal calibre, no seria una de las excursiones que solía hacer con mi hermano, pues esta vez lo haría sola y tendría que cruzar territorio enemigo. Y además, había que conseguir lo más importante para llevar acabo mi cometido: algo con que pagar los servicios de un Mercenario...


    Justo en ese momento, mientras pensaba y recordaba en todo aquello, algo no encajó del todo. Desde luego, mis oídos se habían acostumbrado al ritmo y a los mismos sonidos del chapoteo de las gotas estrellarse contra el suelo y el metal de los cubos de basura que habían encajado hasta este momento. Por eso pude percatarme de un sonido distinto proviniente de afuera que me indicaba que no estaba sola en aquel callejón. Tenia compañía y yo debía asegurarme de que no me equivocaba antes de bajar la guardia.



    Continuara...


    -----------------------------------------


    Bueno :), hasta aqui llega el primer cap. Espero y les haya gustado...:oops:
    Lo se, no soy muy buena haciendome entender, pero si hay alguna falla o algo que deseen que cambie, decidmelo sin dudar :) Asi me ayudaran a mejorar mi escritura.

     
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  3.  
    Hope Van Blonsky

    Hope Van Blonsky Usuario común

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    ¡Hola! Pues vi la conversación, y pasé.
    Me parece increíble, no es nada de lo que tu dices, puedo imaginarme exactamente lo que pasa, de lo único que no me puedo dar la idea exacta es del lugar, se que están es un "refugio" y que llueve, pero no se que tipo de lugar sea, es sólo una recomendación ^^
    Pues me encanto como narras, siento que estoy viendo una película (Muy buena por cierto) solo que con mas detalles, claro.
    Y la verdad no sé que más decirte, ya que casi no tubiste fallas, ni en narración, ni gramática, ni redacción, nada. Enserio disfrute mucho de este escrito.
    Avisame cuando subas el próximo capítulo, por favor.
    ¡Felicidades, muy bueno! Cuidate
    Sayoo
     
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  4.  
    yurilu

    yurilu Guest

    Ohhhhh!! gracias =')
    Pido disculpas por la falta de detalles en el escenario, para el proximo cap. tratare de detallarlo mejor.
    Y nuevamente gracias por darme tu critica, de verdad empiezo a quedarme en esta web =D todos aqui comparten el mismo sentimiento por la escritura y son tan respetuosos en la manera de dar sus criticas... Estoy segura de que asi, cualquiera mejora al enterarse de sus errores a buena manera.
     
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  5.  
    The Makoto

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    Aries
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    Pluma de

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    Escritor
    Vaya es cierto... es una obra genial, explicas lo que hay que explicar y de un modo que incluso dejas sentir el miedo al lector
    En loq ue a mi me consta llevas bastante bien el ritmo del trabajo y espero poder leer lo que sigue pronto
     
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