One-shot de Naruto - Manual de instrucciones: cómo quitarle un pedazo de piña a ino yamanaka

Todo por una simple apuesta, un reto impuesto por parte de sus amigos, con un pequeño libro de pocas páginas en su mano, tirado en el piso sin capacidad alguna de levantarse, yacía Shikamaru, sí así es, Shikamaru Nara tumbado en el piso agotado con un montón de cosas rotas, adornos destrozados al rededor y su amigo Kiba a un lado de él. ¿Por qué? Se preguntarán, bueno, todo por una simple apuesta, un reto impuesto por parte de sus amigos, por eso nuestro querido estratega de Konoha, se encontraba así, en la sala de la casa de su amiga Ino.

—¡Amigo! ¡Compadre! ¿Qué te pasó? Parece que por aquí hubiera pasado un huracán y se hubiera llevado por delante todo esto incluyéndote— le bromeó su amigo castaño de rasgos salvajes.

—Tsk… déjame en paz Kiba… esto es muy problemático— le respondió con un poco de dificultad el Nara.

—¡Ja! Que risa, ¿Tan difícil era el reto que te pusimos? No, no puede serlo, ¡Si hasta te dimos un manual para que te fuera más fácil!— le dijo con ignorancia Kiba.

—Bueno, no se si ese manual estaba malo o algo, porque como verás no sirvió… intenta tú quitarle a Ino un pedazo de piña— intentó hacer comprender a su amigo.

—Ay amigo, no puede ser que sea tan difícil, si tú no pudiste, supongo que me toca a mi hacerlo, yo sé que a Ino le encantan las piñas, pero no es para tanto, no puedo creer que por tratar de quitársela, ella te haya dejado así— le contestó el Inuzuka.

—No te lo recomiendo, no te confíes, esa niña puede llegar a ser un verdadero problema— le advirtió Shikamaru.

—Ya veremos, ¡nadie le gana a Inuzuka Kiba!— se hechó humos, y tomando el librecillo de título: Manual de Instrucciones: Cómo quitarle un pedazo de piña a Ino Yamanaka, le habló a Shikamaru— Pero, antes de comenzar el reto quisiera saber, ¿Cómo te hicieron esto? ¿Tanto así las ama como para lograr dejarte fuera de combate?— preguntó el castaño.

—Si… Ino es una verdadera fanática de las piñas, nada fácil te será completar ese reto— le dijo su amigo.

Y efectivamente lo era, Ino Yamanaka amaba las piñas, y cuando digo amaba es que AMABA las piñas, el día que alguien intentara quitarle un pedazo, se las vería con ella y Shikamaru era prueba de eso.



FLASH BACK


Bajando las escaleras de su casa de 2 pisos, se encontraba nuestra rubia preferida, dirigiéndose hacia la cocina para tomar un pedazo de su fruta favorita: la piña, ella amaba la piña con locura, siempre le decía a sus amigos que no se podía imaginar un mundo sin piñas, a cada misión por lo menos se llevaba una ración de piña y se la terminaba comiendo toda en el camino… justo en eso iba pensando cuando se dio cuenta que ya había llegado a su destino, el refrigerador. Lo abrió y comenzó a revisar en todos los lugares posibles, abrió las gavetas, revisó los tramos y no encontraba nada, se comenzó a desesperar, ¿Cómo era posible que su fruta preferida, que tanto amaba no se hallara en su casa?, ya le iba a decir unas cuantas verdades a su mamá por no haber comprado piña. Cuando ya casi iba a cerrar la puerta del refrigerador, como un rayo de luz de la esperanza, por su mente cruzó la idea de que se podía encontrar en el último tramo, donde nunca revisaba, lo vio y una sonrisa triunfante surcó sus labios. Sintiéndose vencedora levantó el recipiente que contenía su fruta, y lo colocó sobre el mesón, le quitó la tapa cuidadosamente y se quedó observando por unos segundos esas rodajas amarillas, que a sus ojos parecían oro. Percibió por otros segundos el aroma que desprendía que tanto le encantaba, luego tomó una y se la llevó a la boca lentamente, hincando sus dientes en el pedazo, sintiendo el líquido recorrer su cavidad bucal, con sumo placer comenzó a masticarla suavemente hasta que no pudo más y la tragó, no sin antes haber agotado cada molécula de ese jugoso líquido tan preciando para ella.

Después del primer bocado la magia acabó, pero no sería todo, decidió antes guardar el recipiente que contenía la fruta que tanto apreciaba, abrió el refrigerador y no se dio cuenta que en ese justo momento apareció su compañero y amigo Shikamaru, que no venía con las mejores intenciones, justo cuando terminó de cerrar la puerta del objeto encargado de preservar su tan preciada piña, el Nara aprovechó para hacer su jugada y quitarle el pedazo de piña de la mano de su mejor amiga y pararse a unos cuantos pasos de distancia frente a ella, sin darse cuenta del gran error que había cometido.

—¿Shikamaru? ¿Qué crees que haces? Dame mi pedazo de piña— le dijo la Yamanaka apretando sus puños fuertemente perdiendo la paciencia.

—Hmm… ¿Qué tal si te digo que no?— le respondió no sabiendo qué eso sería el primer paso para lo que sellaría su lamentable destino. Acto seguido fue a llevarse el pedazo que se estaba comiendo Ino a la boca con el propósito de molestarla un poco más, lo que terminó de sellarlo.

De lo que no se dio cuenta fue se que la rubia temblaba de la rabia y de un momento a otro le lanzó un kunai directo a la cara que esquivó por un pelo, se sorprendió de tal acción y casi ni tuvo tiempo de detener una patada que su amiga le lanzó con suma fuerza que no sabía que poseía, luego continuó con una serie de golpes y patadas, mostrándole así un gran nivel de taijutsu que desconocía de su compañera de equipo. Cuando se dio cuenta de que no podría seguir así por mucho tiempo, salió disparado hacia la sala, menos mal que su mamá se encontraba atendiendo la floristería y su padre estaba con Shikaku, así empezó Ino a corretearlo por toda la parte baja de la casa, pasaban de la sala al comedor en un segundo de los rápidos que eran, y del comedor a la cocina en otro segundo, pero por suerte el Nara era un poco más rápido que ella o sino estaría perdido, esos eran sus pensamientos. Como 15 minutos se pasaron en esa corredera, hasta que Ino decidió pararse en seco para analizar la situación, como normalmente lo haría Shikamaru, pero no lo hacía por la presión del momento, lo único que logró atinar, fue esconderse detrás del sofá para descansar un poco y rogar porque tuviera suficiente tiempo como para escapar sin que ella se diera cuenta.

—A ver… tengo que calmarme y pensar en una estrategia para poder lograr el Shintenshin No Jutsu con éxito y lograr que me devuelva la piña, ¿Pero cómo? Ah ya sé, menos mal que Naruto accedió a enseñarme el Kage Bunshin No Jutsu hace una semana, espero tener la técnica completada, bueno, no sabré si no lo intento, si funciona podría camuflar un Kage Bunshin con la pared del comedor, lo llevo allí y hago el Shintenshin lo Jutsu, lo más probable es que el lo esquive y luego… si, si, si eso es lo que voy a hacer, es la única opción que tengo por ahora, recuperaré mi pedazo de piña a como dé lugar, pero primero tengo que encontrar a Shikamaru— pensaba Ino ya más calmada.

De un momento a otra Ino apareció detrás de Shikamaru espantándolo y logrando que echara a correr hacia el comedor.

—Bien hacia allí va, mi plan está funcionando— se decía la Yamanaka en su mente.

—Si no hago algo, esta problemática me va a terminar matando— pensaba preocupado el estratega.

En ese momento el Nara llegó al comedor y se dirigía a dar la vuelta para llegar a la cocina pensando que Ino lo perseguiría dando la vuelta alrededor de la mesa del comedor detrás de él, pero no contaba con que cuando casi iba llegar a la puerta, la experta en flores se detendría justo al lado de él a unos cuantos pasos de distancia. Segundos después el clon camuflado de Ino salió de la pared sin que Shikamaru lo notara y se colocó detrás de él.

—¡Shintenshin No Jutsu!— gritó la rubia real antes de caer al piso inconsciente por haber realizado su técnica.
Por suerte para él, Shikamaru logró esquivar la técnica agachándose rápidamente. —Eso estuvo cerca, menos mal que logré esquivar la técnica— pensó mientras se agachaba y veía al cuerpo de su amiga caer al piso después de realizar su Jutsu. Lo que no vió fue que instantes después de que la primera Ino gritara el nombre de su técnica, la copia de ésta realizó la misma acción ahora sí logrando la técnica con éxito.

—Diablos, que problema— fue lo único que atinó a decir el Nara antes de que fuera poseído por el alma de Ino.

—¡Perfecto! ¡La técnica funcionó bien, además ayuda que Shikamaru esté tan agotado, pero tengo que hacer esto rápido porque yo también lo estoy— dijo ya dentro de Shikamaru. Acto seguido miró el pedazo de piña que reposaba en su mano y milagrosamente seguía intacto, caminó hasta llegar al cuerpo inconsciente de su compañera (o en este caso, su cuerpo), le colocó el pedazo de piña en una mano y se alejó para deshacer la técnica.

Una vez deshecha la técnica Shikamaru cayó al suelo duramente por el cansancio entendiendo el peligro que corrió y deseando nunca haber aceptado ese reto. Ino se levantó triunfante con la piña en la mano y le dedicó una mirada asesina a Shikamaru.

—Nunca más te metas con mi pedazo de piña o vas a terminar peor, ¿¡Me entendiste!?— le amenazó lo que ya no parecía su compañera, si no un animal asechando a su presa.

Shikamaru logró a duras penas asentir mientras veía a la Yamanaka irse contoneando sus caderas de manera cansada, pero elegante, así dedujo que ella también estaba agotada, pero su orgullo no le dejaría demostrarlo. Así era Ino Yamanaka, una orgullosa kunoichi con la cual uno no debería meterse, no a menos que quiera salir lastimado.

FIN DEL FLASH BACK

Luego de haber recordado su proeza le respondió a su amigo tratando de hacerlo ver lo peligroso que era lo que quería hacer.

—El punto es que no vayas Kiba, no vayas, te lo digo por tu bien— le advirtió el estratega a su amigo.

—Si claro, iré a ver si lo que dices es cierto— le ignoró Kiba y se fue a quitarle el pedazo de piña a Ino, lo que su amigo no pudo hacer.

Dos minutos después el Nara comenzó a escuchar fuertes gritos femeninos de reclamo, y gritos masculinos pidiendo piedad, Shikamaru sonrió para sí mismo y vió que diez minutos después los ruidos se dejaron de escuchar dejando ver a un Kiba muy golpeado y con las ropas rasgadas, hasta algunas cortadas tenía, su estado era muy similar al de él.

—¿Y bien? ¿Lograste quitarle el pedazo a Ino?— le preguntó el Nara a su amigo ya conociendo la respuesta.

—La próxima vez…— dijo derrotado el Inuzuka— dile a Naruto que haga un manual con este título: Manual de Instrucciones: Cómo sobrevivir a Ino Yamanaka.

De pronto apareció Naruto en frente de ellos y se asombró un poco por el estado de los dos.

—¡Amigos! ¡Compadres! ¿Qué les pasó? Parece que hubiera pasado un huracán por aquí y se hubiera llevado todo incluyéndolos… pero, ¿Tan difícil era el reto que les pusimos? No, no puede serlo, ¡Si hasta les dimos un manual para que les fuera más fácil!— dicho esto el chico-perro sacó con dificultad el pequeño libro de su bolsillo y se lo entregó a Naruto— Bueno si no pudieron supongo que me toca a mi hacerlo— dijo completamente ignorante nuestro rubio preferido.

—No te lo recomiendo, no te confíes, esa niña puede llegar a ser un verdadero problema— dijeron los dos al mismo tiempo antes de caer inconscientes al frío suelo por el cansancio dejando a un confundido rubio.