Máscara sangrienta: "La impudicia"

Tema en 'Relatos' iniciado por Fernandha, 3 Marzo 2012.

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    Fernandha

    Fernandha Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

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    Título:
    Máscara sangrienta: "La impudicia"
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1129
    Máscara sangrienta: “La impudicia
    Para la actividad de Kai Stavros en "Enmascarados"​
    ¿Quieren escuchar una historia jóvenes?, ¿sí? Deben de tener en cuenta que todo se desarrolla en un baile, uno en el cual debías ir con máscara; aquella que representaba tu verdadero ser, ¿la han escuchado alguna vez?, ¿no? Que extraño, es la más conocida en aquel acantilado del reino. Se llama “El baile sangriento” O bien, más exótico: “Máscara sangrienta: “La impudicia”

    Antes de comenzar deben ser advertidos: Todo parecía ser un cuento de hadas hasta que una joven desaparece y lastimosamente ésa joven era la prometida de un joven príncipe, lo más extraño es que hay sangre y pétalos de rosa regados por toda la habitación continúa. Y lo más interesante es que nadie haya oído ningún alarido de dolor, ¿por qué? Nadie lo sabe, solamente comprenden que aquella fiesta tan hermosa se había convertido en una catástrofe: ¡Alguien había matado a la novia y el cuerpo no estaba ahí!


    —Yo sé quién lo hizo, pero no fui yo. ¡Puedo jurarlo! —Sollozó la mujer.

    —¡Mentira! —Recriminó el hombre.
    —¡Qué yo no hice nada, es mi hermana!, ¿por qué debería de haber sido por mi mano?
    —¡Tú me amabas y no lo niegues! —Escupió Guillermo—. Sin embargo, jamás aceptaste que escogiera a tu hermana en vez de a ti, ¡Esmeralda!



    A la izquierda se abría la enorme boca de la cueva, por la cual no se distinguían más que sombras. Al acostumbrarse la pupila, se iba viendo en el suelo, como una sábana negra que corría a todo lo largo de la gruta, el arroyo del infierno, que palpitaba con un temblor misterioso. En la oscuridad de la caverna brillaba, muy en el fondo, la luz de una antorcha que agitaba alguien al ir y venir.

    Aquella persona caminó por aquel lúgubre sendero con una sonrisa traviesa en sus labios, de entre sus manos resbalaba un líquido rojizo, algo parecido al tono rojo escarlata de los pétalos de flores que caían de su cabellera al andar, se detuvo frente a una puerta de madera y se recostó en la esquina más obscura que estaba cerca de ésta, pero alguien ya estaba ahí, era solamente cuestión de tiempo para que viniesen a buscarle, a buscarles.

    —Lo que ha sucedido por tu rechazo —suspiró mientras dejaba caer la máscara que tenía en su rostro y dejaba ver sus azulados ojos, tan hermosamente perfectos para la cual era su cara—, talvez es algo que jamás quise que pasara pero simplemente sucedió. —Y burló.


    —¡Mira Esmeralda! —susurró su madre anonada por semejante tarjeta que estaba en sus manos—. La invitación para aquel baile de máscaras ha llegado.
    La joven mujer solamente sonrió ilusionada, hace tanto que esperaba ése baile.
    —¿Lista para escoger tu disfraz?
    —¡Por supuesto!
    Tomó la máscara entre sus manos y la acarició; que máscara más perfecta le tocó para la ocasión: “La impudicia” Dividida en negro y blanco de forma equitativa, con ésa característica dibujada en ella, ésa que hacía sobresalir la desfachatez.


    —¡Anna!, ¡Anna! —gritó la muchacha llegando al cuarto de dónde se encontraba con su madre—. La invitación ha llegado, ¿estás lista?
    —¿Pero qué preguntas son ésas mujer? ¡Disfraz seleccionado, es mi fiesta!
    Y ambas rieron como si fuera la última vez…
    Escuchó pasos, ¿cómo no hacerlo si hacían eco en la cueva?
    Rompió la máscara y abrazó al cuerpo que se encontraba a su costado, lo admitía, sentía un verdadero y profundo miedo recorrerle todo su cuerpo pero a la vez una hermosa satisfacción. Acunó el pálido rostro entre sus manos y le besó la frente; de entre su cabellera sacó pequeños pétalos de rosa que antes habían sido parte de su corona, lo recostó y esparció los pétalos en su contorno.

    —Lo siento tanto Anna, pero era por el bien de Esmeralda. Tu destino estaba escrito cariño, jamás quise que esto pasara pero prefería ser yo quién acabara con tu vida que la misma Esmeralda por celos insensatos —se paró—. Al menos yo tenía una razón… —y caminó reiteradamente a lo más profundo de la cueva.

    Y antes de haber llegado a la tercera antorcha escuchó con total claridad cómo era perseguida.

    —¡Maldición!

    Rasgó un poco su vestido y corrió a todo lo que sus piernas le permitían hasta que llegó a un acantilado, la brisa atacó su rostro.

    —¡Está usted detenida por el homicidio en primer grado de la joven Anna María Montés de Oca! —gritó un oficial que salía del túnel.

    —Primero muerta —masculló.

    Y Esmeralda salió del túnel seguida de Guillermo y una muchedumbre enfurecida de policías.

    —¡Era tu hija! —lloró Esmeralda mientras caía de rodillas.

    —¡Oh, por favor! —Escupió su madre—. ¡Tú amabas a Guillermo, todas amábamos a Guillermo y ése bastardo se enamoró de tu hermana, de Anna, Esmeralda!, ¡deberías agradecerme porque de no haber sido asesinada por mí tú lo hubieras hecho!

    —¡Eso jamás!, ella era feliz mamá. Ni tú ni yo tenemos derecho a negárselo. ¡No tenías derecho de matarla!

    —¡Pero está hecho y ya nada se puede hacer! —gritó entre risas cínicas.

    —¡Arréstenla! —gritó Guillermo, pero antes de haber reaccionado cualquiera, Carmen se había lanzado al precipicio…, la máscara de la impudicia había muerto a voluntad propia.

    Y hasta la actualidad se sigue desconociendo el paradero de su cuerpo: ¿Será que la impudicia jamás morirá y ronda aún por los alrededores del reino con su máscara puesta? Realmente, esto es algo que nadie podrá saber a no ser que desee comprobarlo al ir al final del acantilado y descubrir qué es en realidad ése conjunto de rocas mal hechas en el agua.
     
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  2.  
    cuki

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    Me ha gustado la idea de tu historia y en general esta bien narrada.
    Como única pega te diría que al principio los momentos que son el pasado me descolocaban un poco. Tenía la impresión de que me había perdido algo.
    Por lo demás una gran historia.
     
  3.  
    Kai

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    ¡SobrinO!
    Tuve que leerla dos veces por que de algo me había perdido -y por que lo leí cuando lo publicaste y vengo a comentar es ahora e.e-, aún tienes problemas con los guiones, varios, y la puntuación en los mismos ;_; La verdad, fue lo único que vi ¿mal? Si es que se puede decir así.

    ¡Mira que hacerme pensar que hasta el perro era el culpable (?! Y salirme con que su propia madre fue la asesina, horrible ciertamente. ¿Tenía un motivo? No me lo creo, lo que sí, ¿todas enamoradas del mismo hombre? Eso ya era una patología grave, asco. Pobre hombre, le compadezco con semejante 'familia' cerca.

    Gran trauma que ha de tener. Bueno, hasta aquí mi comentario, tenía tiempo sin hacerlo x'D
    Un maní os saluda
     
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