Lágrimas del corazón.

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por GianmarcoPerú, 5 Octubre 2011.

  1.  
    GianmarcoPerú

    GianmarcoPerú Entusiasta

    Piscis
    Miembro desde:
    27 Julio 2011
    Mensajes:
    89
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Lágrimas del corazón.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    184
    Prólogo

    No tenía otra alternativa, debía dejar el pasado atrás, olvidar cada recuerdo formado por él y centrarme en el presente, mas el solo intento me provocaba aflicción y sabía muy en el fondo de mi interior que verdaderamente no deseaba hacerlo. Pero la realidad era diferente, no siempre existían los finales felices, eso hoy lo aprendí.

    Y aunque por el momento la situación era difícil de sobrellevar una parte de mí me decía que no siempre seria así, que el tiempo ayudaría y borraría las heridas de mi corazón. Sin embargo, ¿hasta cuando podría persistir ese pretexto, aquel autoengaño creado por mi propia mente?

    Desconocía la duración de mi sufrimiento; ya empezaba a creer que se volvería eterno y al respecto yo me sentía conforme y sin remordimiento.

    Lágrimas del corazón

    “Cuando la traición de un amigo vale más que mil rupturas con un novio”
     
  2.  
    GianmarcoPerú

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    Lágrimas del corazón.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    1343
    I

    La puerta a tu destino

    Pasó su mochila a su hombro y bajando presurosamente por las escaleras se despidió agitando la mano a su madre, que desde la cocina exclamaba su nombre para que se quedara a desayunar, petición que la muchacha omitió puesto que el tiempo estaba en su contra. Realizó una carrera mientras se dirigía al paradero de cuadras abajo, al llegar maldijo el retraso del autobús. El día anterior se había prometido que cambiaría su mal hábito de levantarse tarde pero al parecer sería más complicado de lo que pensaba, se pasó un mechón rebelde que caía por detrás de la oreja y echó un vistazo a su nuevo uniforme. En realidad no estaba del asco, debía admitirlo, era una falda escocesa que descendía hasta por arriba de sus rodillas y sus medias oscuras contrastaban con el color opaco de su chompa, la cual tenía bordada al lado izquierdo una insignia que figuraba una nota musical sobre un cuaderno abierto. En cierta forma no era extraño ya que ella iría a una preparatoria de música contemporánea, y la idea pintaba grandes expectativas. Se convertiría en una experta guitarrista y...

    -¡Demonios, mi guitarra!-recordó al borde de un ataque de consternación, ¿cómo podía olvidar su vida en el abastecido cuarto del segundo piso de su casa y traer en cambio una gastada mochila con libros?

    El autobús se detuvo justo a su frente, abriendo sus puertas. Ella observó al conductor con una mezcla de confusión para después subir al autobús con pasos incrédulos. Ya nada podía animar su día, nada podría cambiar su expresión desilusionada.

    -¡Espere, señor!

    Ella giró la cabeza al oír aquella voz, creciendo en su interior una alegría.

    -Gracias... ¡Valerie! Malagradecida, te olvidaste de nosotros.-bromeó recuperando su respiración.

    -¡Anthony, te pasaste!- casi le arrebató del hombro el largo estuche de su instrumento y abrazándolo se sentó en el asiento más cercano-. Te debo una, no sé qué sería de mi vida sin ella, especialmente en esa institución.

    -¿Por?-él se acomodó en su lugar escrutándole con la mirada.

    -Habrá gente creída, ya sabes, gente irritable. Creo que pasaré cada receso sola porque yo no pienso hablarme con personas de ese tipo.

    -Ah, para eso tengo una solución, ¿sabes?-Valerie centró su atención en él y cayó en la cuenta de que se trataba.

    Anthony llevaba puesto su uniforme con la única diferencia del pantalón azabache. Valerie lo examinó detenidamente, su cabello desaliñado, sus anteojos, todo su aspecto en general.

    -Estudiarás conmigo.-susurró para sí misma intentando en vano que su voz no sonará decepcionada.-Pero, ¿cómo?, yo creí que fui la única a quién le ofrecieron la beca, además tú no posees ningún instrumento. Es imposible.

    Anthony frunció los labios, no esperaba esa reacción por parte de su más cercana amiga. Imaginaba una ancha sonrisa o por lo menos, una palabra más amistosa. Sin duda, no esperaba eso...

    -Bueno, yo tomé clases adicionales en la escuela, por las noches con el profesor Roberts. Mi meta era aprender a tocar la guitarra por... alguien.

    -¿Y se puede saber dónde está ahora tu dichosa guitarra?-una parte de ella odiaba comportarse de esa forma con él pero sentía una incontenible envidia que la consumía terriblemente.

    -Supongo que la olvidé mientras fui a tu casa a traerte la tuya. Como sea, iré por ella. Disfruta tu viaje.

    Anthony se levantó y presionando sus manos se fue, bajando en el primer paradero. Al pisar el pavimento bajó la cabeza, evitando ver el rostro de Valerie por la ventaba del autobús.

    No tenía por qué sentirse mal, no en el primer día de clases en una escuela a la que tanto anheló ir, más tarde arreglaría las cosas con Anthony, él sabría entenderlo, ¿verdad? después de todo era su mejor amigo, comprendería los celos que sintió al enterarse de su ingreso, sí, lo más probable era que ya lo tendría en cuenta y ahora estuviese esperándola en la entrada, dispuesto a acompañarle a su salón y ofrecerle una entretenida charla. No sería necesario aclarar su comportamiento inmaduro o disculparse, él lo olvidaría y empezaría desde cero como si nunca hubiesen tenido ese cruce de palabras antagónicas. Ahora que lo reflexionaba, jamás había discutido con Anthony, desde que fueron vecinos y luego compañeros en inicial ella, se podría decir, siempre fue la molesta, la que le gastaba bromas y él parecía conforme con ello.

    Suspiró y al limpiar la ventana empañada por su vaho advirtió que se acercaba a la preparatoria. Un muro de piedras ornamentales iniciaba la esquina siguiente, separando el establecimiento con la calle. Valerie se percató de la ausencia de alumnos ansiosos por la vereda, y se preguntó a qué clase de preparatoria iría y si sería capaz de encajar. El autobús se detuvo indicando el fin de su trayecto, pagó su pasaje y bajó con mochila en mano y guitarra en el hombro.

    No, no había ningún delgado Anthony esperándola.

    Caminó decaídamente por la vereda hasta llegar a una entrada en forma de arco, en el centro una abertura dejaba al descubierto dos ojos grises de alguien, quien solicitó su carnet, esta lo depositó algo azorada y segundos posteriores una puerta tamaño natural se abrió al lado. El hombre de ojos grises, supuso, sería el vigilante. Al entrar quedó ensimismada por la extraordinaria belleza, una pradera se abría a sus anchas, el aroma de rosas inundaba el aire, embriagándola, en el centro una pileta de un violinista se vislumbraba arrojando chorros de agua, escaños refulgían a cada medido intervalo, al igual que los farolas antiquísimas de hierro... siguió el bordeado camino que conducía al inmueble; conforme se acercaba más complacida se sentía, la vasta y majestuosa institución era el referente de un mundo distinto al suyo. Las puertas contenían gráficos de músicos clásicos que Valerie vagamente conocía, y los trazos eran tan perfectos como la textura de un cristal. Súbitamente la puerta se deslizó hacia atrás, sobresaltándola y poniéndola aún más nerviosa.

    Un amplio y blanco vestíbulo estaba rodeado de cinco puertas con vocales de la “A” hasta “U”, la primera impresión que le causó fue de misterio; más allá yacía un enorme florero con un mensaje enigmático, a su lado un escritorio donde una señorita de tez morena permanecía sentada firmando unos papeles. Los labios de ella aparentaron moverse hacia arriba antes que alzase la vista.

    -Bienvenida, dime al salón que perteneces y me encargaré personalmente de llevarte hacia el.-inclinó su cabeza uniendo sus dedos en gesto de formalidad.

    -Eh, bien.-incómoda Valerie dejó su mochila al suelo y hurgó en su bolsillo trasero su carnet.-Aquí está.-estiró el brazo para entregárselo pero la secretaria no se inmutó.

    -Dígame el número de su aula.

    -50. Aquí dice 50.-leyó, preguntándose mentalmente si habría cincuenta aulas en aquel lugar.

    -Pues abre la puerta “E”, sigue el pasillo que te muestre y gira a la mano derecha, ahí encontrarás el único umbral visible, ése es tu salón.-la mujer volvió a sentarse y a escribir en sus papeles.

    -Pero usted dijo...

    -Falta un minuto para que la clase empiece, si llegas tarde te arrepentirás.

    Con esa previa advertencia Valerie reanudó su caminata, queriendo lo más pronto posible escapar de aquel vestíbulo.

    Fue casi corriendo a la sección que le señalaron y girando la manija empujó la puerta, ligeramente asustada a lo que vería próximamente.
     
  3.  
    TheVictimSoul

    TheVictimSoul Entusiasta

    Aries
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    OMG!!!!! I'm in love! I really in love!. Este fic es awsome!!!!Me encanta Sasha!!! realmente que tienes un talento !!!!!!! :D Me encantó absolutamente todo, y, 0.0 yo quiero ir a una prepa como esa, lástima :( solo toco la puerta y además mal T.T. Y ese Anthony! está coladíto por ellaaaaaaa lo seeee veooo ellll futurroooooooooooooo. Bueno ya me calmo xD espero con ansias la conti!....sigo esperando....cuando quieras...........xD
    Besooootes y sigue así
    TheVictimSoul
     
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