Itsubun no Ibun

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Argumento:
Esta historia gira en torno a una chica de nombre Karen, quien es la supuesta reencarnación de una deidad budista y un chico cuya identidad... Bueno, no es de gran importancia. Amigos desde hace tiempo, ambos emprenderán un largo camino plagado de sucesos increíbles en su busca de una vida interesante y la divina razón de ser.

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Acto Cero: Preamble to a Strange Tale (Prologo)

Lo que estoy a punto de contar es algo que hubiera preferido callar, pero no crean que me lo quiero guardar porque recordar me pone triste, no. Preferiría no contarlo pues es una historia muy larga y normalmente cuando narro historias largas termino de alguna u otra forma, con extremo detalle, divagando sobre distintos aspectos de la misma y agregando comentarios para aderezar la historia un poco… Ustedes saben, si uno va tomarse el rol de narrador tiene que tomárselo enserio. Sin importar que tanto esfuerzo requiera esto, tendre que llevar la historia a un tal punto de divagación que logre que uno pueda llegar a pensar;

¿Y la historia?

Pero en fin, supongo que no tengo de otra más que contarles esta inusual historia...

Por aquellos que lucharon, aquellos que murieron sin defenderse, aquellos que ganaron, aquellos que vieron morir sus sueños, aquellos que murieron por otros, aquellos que lo lograron, aquellos que se quedaron en el camino, aquellos que simplemente estuvieron ahí por una u otra razón, incluso por aquellos que ni siquiera tuvieron que ver con esta historia.

Supongo que por todos ellos es que contare esto, y ya sea que lo consideren una historia llena de enseñanza o una simple historia trágica sobre la vida de alguien más, la verdad, a esta instancia, eso ya no tiene mucha relevancia.

Así pues, lentamente abro a ustedes el telón de mis memorias.

 

Primer Acto: ¡Zebras!… Wait, ¿zebras?


Como persona siempre he sido bastante simple.

No intentaba estar en reflectores pero tampoco en el olvido, simplemente intentaba vivir, no mas, no menos. Supongo que muchos lo consideraran algo patético… El no tener ninguna aspiración.

Sea como fuera, un día, todo cambio.

Por azares del destino me vi envuelto en todo esto, en el centro de todo, en pleno escenario de toda esta discordia, siendo yo quien tuviera que cargar con el papel principal de tanto caos. Aun así, a pesar de ser el estelar, muchos de los aspectos de lo que paso siguen siendo un misterio para mí… Supongo que eso les debería de dar una idea sobre cuan extraña esta historia llegara a ser.

Para mí, el perderme en mis memorias es algo que no me sorprende pues nunca fui el chico más centrado. Tan simple como que soy un completo vago que no tiene el suficiente interés en lo que lo rodea, vamos, no vayan ustedes a pensar que están tratando con alguien mentalmente inferior.
Aunque bueno, para ustedes quien sabe, puede que consideren que sea algo idiota confundirse tanto.

En casa quemaba la comida, en la escuela olvidaba la tarea, mientras caminaba terminaba topándome con algo--- Debo decir, nunca antes me había topado con algo como esto.

El hecho de que Jamás presto atención a lo que me rodea, había quedado por fin atrás. Por esta y única vez en toda mi existencia material en la tierra, centre mi atención al lugar correcto, en el momento más adecuado… O al menos quiero creer que así lo fue.

Recuerdo muy bien ese día, el día en el que el destino empujo el columpio de la desgracia… Conmigo arriba y, debo agregar, en una muy mala posición.

Ese día venia de la tienda, la semana había terminado y yo planeaba descansar todo el fin de semana en casa, relajado, sin preocupación alguna. Sin embargo y para mi mala fortuna, ahí estaba…

¿Una chica en peligro?---

Umm… Inmediatamente pensé que no era asunto mío.

Pues bien, aunque no lo parezca a primera instancia… y a la larga tampoco, soy de los que usualmente ayudan a otras personas si lo necesitan, suelo ser muy…“servicial”. Mi interés en lo demás es tan poco, que no me cuesta nada de trabajo dedicar algo de tiempo al resto, pero vamos, nadie quiere arriesgar su vida por una completa desconocida un viernes por la tarde.

Quiero decir; Si te pasara algo, eso arruinaría tu fin de semana y eso era mucho hasta para mí---

Aunque viéndolo desde la otra orilla del cause, no es como si la gente se la pasara molestando todo el tiempo en busca de ayuda. Lo que intento decir es que no se pierde nada al ayudar a otros, sin embargo, algunas veces se gana mucho al hacerlo… Algunos le dicen Karma, otros bendición divina, suerte del irlandés y bueno, de muchas otras formas mas.

Yo simplemente creo; Es como la vida te trata por no ser un completo hijo de ******

Como sea, no importa cuanto lo explique, este asunto… Además, si extendiera más todo esto, la relación narración-acción-tiempo real, se volvería algo digno de Captain Tsubasa y creo que nadie quiere eso.

Me refiero a extender la historia, porque vamos, Captain Tsubasa es simplemente genial.

Como venia diciendo, para mi era ya demasiado tarde en ese momento.

Actuando bajo la premisa del karma, lo que mi padre hace llamar “Instinto de caballerosidad”, salió a flote y desafortunadamente para mí, cuando reaccione, ya iba en camino a ser lo que en el folklor popular se conoce como un “héroe”… O algo por el estilo.

Y bueno, la realidad era que no podía ignorar tal hecho; Una chica en peligro.

“¡¡¡Kyaaaaaa!!! “

Grito la chica en cuestión, parecía no tener más 13 años, su cabeza estaba mirando al suelo y sin más, parecía que solo estaba esperando que el momento de que su muerte llegara…

Y ahora que lo pienso detenidamente, “Kyaaa” es un grito muy genérico… Aunque la verdad es que no se me ocurre ningún otro para remplazarlo así que dejémoslo así, por ello, y para mantener la historia lo más apegada a la realidad, eso, si es que tal cosa existe en este relato.

Como un rápido haz de luz cruce la escena tomando a la chica en mis brazos. Un segundo mas pensando el asunto del “Kyaaa” y posiblemente no estaría contando todo esto. En serio, agradezco haber dejado el tema en paz.

Fue una escena algo extraña, saben.

Al principio no lo note y solo me concentre en ir al rescate, saben. Pero diablos… una estampida de cebras en el centro de una ciudad no es algo que se vea todos los días, ¿no lo creen?

Las cebras habían levantado una cortina de humo que bloqueo la escena hacia el exterior, lo cual me brindo la oportunidad de hacer un escape limpio de ahí… Como dije, no me gusta estar al centro de todo.

“Maldición niña.”

Fue lo primero que le dije a la chica mientras la cargaba en mis brazos. Y ahora que la veía de cerca, efectivamente no tenía más de 13 años.

Si me lo preguntan, era una chica promedio, incluso se podría decir que algo “moe”. Su cabello era corto y del color de la miel… No de esa miel que venden en el súper, no, era como de esa súper miel que solo pocas abejas pueden probar, la miel más pura del panal, la llamada Jalea Real. Sus ojos eran grandes y expresivos, con pupilas rellenas de un color avellana; su piel era suave y de tez clara; su pecho era plan… Ehem…

Como verán, era una chica promedio.

“Deberías ver por donde caminas, por poco y arruinas mi fin de semana, ¿lo sabes?”

Fue lo segundo que le dije.

La chica simplemente se quedó mirándome, asombrada de lo que había pasado. Aunque bueno, era comprensible… No todos los días se es salvado por un sujeto tan atractivo y varonil.

En la calle, las personas se reunían preguntándose que era lo que había pasado con nosotros… Bueno, era eso, o estaban igualmente sorprendidos por las cebras. Aunque da igual, cualquiera de las dos posibilidades funcionan bien para la historia, y como nosotros ya no estábamos ahí, pongamos pues que las personas estaban consternadas por ambas situaciones, las cebras y nosotros.

Baje a la chica de mis brazos, la deje en el lugar y me dispuse a marcharme de ahí.

“Gr…Gracias”

Me dijo la chica mientras me alejaba.

“Lo que sea, solo ten más cuidado la próxima vez. Puede que no esté ahí para ayudarte y termines siendo puré de niñita… Aunque honestamente, dudo que las cebras vuelvan a aparecer, ¿no lo crees?”

Respondí mientras me alejaba de ahí.

Y bueno, no voy a mentir… Sobre el escape limpio.

Al paso del tiempo uno llega a acostumbrarse a estar metido en todo tipo de situaciones. Mi huida no fue tanto por escapar de las miradas de todos los presentes… Fue en si, para escapar de la mirada de una persona en especial.

Aquella persona que miro todo sin sorprenderse, aquella que de entre todos los presentes era quien cuya mirada era la más penetrante y hostil, aquella persona que me sonrió y creo, inclusive me guiño el ojo.

La dueña de esa mirada y picardía; Una mujer hermosa de aspecto extravagante.

No quiero consagrar mis habilidades sensoriales, el hecho de que me haya dado cuenta de todo lo anterior, fue en parte gracias al aspecto extravagante de la mujer en cuestión. Su cabello era de un verde vivo y su atuendo, digno de cualquier espectáculo.

Si la mujer quería destacar, cumplió su misión a toda regla--- Aunque me pregunto;

¿Que hará una mujer como ella en lugar como este?

En fin, mis problemas no terminarían ahí y eso lo sabía perfectamente. Al girar la esquina me habría de encontrar con mi peor pesadilla, e irónicamente, mi mejor contacto social.

Su nombre es Karen Shukka, y somos amigos desde hace tiempo.

[Itsubun no Ibun 01/ FIN]

 

Segundo Acto: She Is… Nevermind

Ahí me tienen, huyendo de una mirada y encontrándome con otra aun peor.

Uff--- este tipo de cosas.

Muchos lo considerarían, en cierta forma, un encuentro predestinado por una fuerza mayor e incomprensible. La verdad, esa dama llamada fortuna, creo, no me tiene en muy buena gracia cuando hablamos sobre este tipo de ocasiones fortuitas donde un simple suceso cualquiera no es si no, la primer flecha de muchas tantas que caen del cielo en mi dirección.

La mirada de plata del demonio con cabello color escarlata.

No me malentiendan.

Que me ponga nervioso cuando hable de ella, que gire la mirada cuando me pregunten sobre ella, que actué extraño cuando este con ella. No es por sentir algún tipo de “fobia” hacia ella, es de hecho todo lo contrario.

Umm… Se podría decir que sufro de “Karenfilia” o algo así.

Ella; Karen Shukka, ha sido, a pesar de todo, mi más grande amiga desde el inicio.

“¡Karen!, Que gran coincidencia, estaba a punto de ir a visitarte”

Exclame en un intento desesperado de mi parte para evitar un posible choque con ella…

“… Hahaha, que poco sentido de la orientación tienes--- Se mejor que nadie, que vivo hacia el otro lado de la ciudad”

Sobra decir que mi pequeño intento desesperado para evitar un posible choque con ella fracaso y término convirtiéndome en no más que el tonto de la rutina, sin embargo, no pasaría más allá de esa simple línea.

Lo cierto, exagere un poco al inicio.

Eso de que ella es un demonio con ojos plata y cabello color escarlata, es una simple forma de referirme a ella en un modo muy especial que compartimos al hablar, o para que lo entiendan mas fácil; Una manera de simplemente molestar.

Su carácter no es el de un demonio ni nada parecido, de hecho es todo lo contrario; Una persona bastante agradable aunque un poco directa en ocasiones… Parte de su idiotez natural que la hace tan, pero tan… Como decirlo;

Encantadora.

Es algo que aprecio y muy pocos hacen; El ser siempre honesto.

“Ven, vámonos”

Me dijo ella mientras jalaba de mi collar.

“Se puede saber; ¿A donde?”

“A casa genio, ¿a donde mas podría ser?

“Bueno, se me ocurren muchos lugares a donde podríamos ir… Por ejemplo;”

“Ni siquiera lo pienses”

Ella me interrumpió mientras soltaba una pequeña risa un tanto perturbadora.

Al igual que la mayoría de las mujeres, siempre ha contado con una gran intuición… Juro que estaba a punto de decir “un motel”, así que, vaya que me interrumpió en el momento exacto para asegurar el bien de todos.

Es simplemente escalofriante.

Algunas veces incluso creo que puede ver a través de mí… Lo cual me hace pensar que es inútil el que lleve ropa frente a ella, lo que me lleva de vuelta al motel y a volver a iniciar todo. Es un ciclo infinito que se reduce a una respuesta de mi propio ser, resonante con la advertencia que ella me dio desde un inicio; “Ni lo pienses”

“……”

Ni hablar.

Me quede parado, simplemente observando como ella caminaba.

“Hey, te quedaras ahí viendo como muevo mis encantos, ¿O vendrás conmigo?”

Ella siempre ha tenido un gusto muy acido al hablar y, con el paso de los tiempos, se ha ido afinando en técnica y ejecución. Cuando la conocí era una típica chica “Tsundere”, pero ahora se ha convertido en algo sublime, con una actitud que no hace mas que aturdir tus sentidos.

Creo que seguir clasificándola como tal seria un error muy grande.

“Umm… Ambos”

Respondí y me puse a caminar detrás de ella.

“Y bien, ¿me dirás que pasa?”

Dentro de todo lo que en mi cabeza había en ese momento, rondaba la inquietud de saber que estaba pasando. Nosotros, desde el momento que nacimos, fuimos destinados a ser pareja. Esa, básicamente es la razón del por que somos tan unidos, sin embargo, es rara la ocasión cuando ella me invita a su hogar, la mayoría del tiempo nos reunimos en mi casa o en el restaurante que esta a las afueras de la ciudad.

“Umm…”

Ella se detuvo de manera repentina al llegar al primer cruce.

“¿Que ocurre?”

“Mira… Algo paso ahí”

Su casa estaba en dirección contraria a donde me dirigía y sin notarlo había vuelto a donde inicie.

El cumulo de gente que había presenciando el incidente ya no estaba ahí, pero aun había en el lugar algunas patrullas resguardando la zona. No sé que tan sistemáticos puedan llegar a ser los animales, mucho menos las cebras, pero supongo que la posibilidad de que regresaran por donde se fueron era algo factible.

“En verdad me pregunto…”

Intentaba evitar contar lo que había pasado.

No era algo de importancia, simplemente me daba pereza explicar el asunto.

Además, si simplemente decía; “hubo una estampida de cebras”, lo más probable es que no me lo creyera… O que simplemente dijera que es algo lógico en esta época del año.

Si, eso seria algo que Karen Shukka diría.

Como sea.

“De seguro no fue algo de importancia, sigamos caminando”

El cruce estaba en rojo así que nos quedamos unos segundos ahí parados.

Ella no dejaba de mirar hacia aquel lugar.

No sabía la razón exacta… Pero, tal vez, tanto estar con Karen de alguna manera logro transmitirme un poco de su “intuición femenina”. Tenia el serio presentimiento de que algo aquí estaba conectado, de alguna u otra forma, todo lo que paso y lo que estaba a punto de pasar desembocaban a un mismo cause.

“Karen…”

El cruce cambio a verde y seguimos nuestro camino.

“Ciertamente”

Repentinamente Karen rompió el silencio y comenzó a caminar tras la señal verde.

[Itsubun no Ibun 02/ FIN]

 

Tercer Acto: Karen Over All

Desconocía que estaba pasando y lo que estaba a punto de pasar…

El asunto aquí era ciertamente desconcertante, pero aun así, no podía huir, no podía simplemente decir “paso”. El destino me había atado a esta chica y todo lo que ella quisiera ser o hacer debía cumplirse sin importar que.

No importa lo ridículo que esto fuese, o lo difícil que fuera el lograrlo. Lo inimaginable debe de hacerse realidad, ese es mi único deber a su lado.

Supongo que se deben estarse preguntando el porqué de tanta dedicación.

Verán, en este mundo hay personas que nacen con ciertas habilidades especiales… Bendiciones divinas es como se les nombra. Estas brindan un sinfín de poderes a los bendecidos, desde algo tan simple como aumentar su velocidad, hasta habilidades más complejas como manipulación de la materia.

Como supondrán, en la vida no hay nada gratis.

Todos aquellos bendecidos deben de pagar una “ofrenda” para poder utilizar su don.

Nadie elije ser bendecido, así que todos aquellos que nacen con alguna habilidad llaman desdichados a su “ofrenda” de una manera distinta;

“Maldición”

Para los que nacemos bendecidos, nuestra “bendición”, más que un regalo de dios, es una maldición con la que tenemos que cargar hasta el día de nuestra muerte.

¿Recuerdan aquel collar del que Karen tiro para hacerme seguirla?

Pues bien, se podría decir, que en parte, esa es mi maldición.

Un antiguo collar hecho de grandes cuencas de cristal que una a una, me mantiene unido de por vida a esta chica. Como su alma protectora, como su fiel sirviente, como su perro guardián, como su amigo.

Claro esta, dios no debe de parecer tan malicioso ante los ojos de los mortales…

Existe la posibilidad de rechazar la “bendición” simplemente no pagando la “ofrenda” a los dioses, aunque existen rumores que el costo es mas alto que eso. Yo únicamente conozco a una persona que ha rechazado su don, pero eso es todo lo que se sobre el asunto.

…

Me he extendido un tanto hablando de esto, aunque la verdad es que no disfruto mucho hablando de ello.

Volvamos con Karen.

Ella vive al extremo opuesto, en las afueras de la ciudad, en el viejo templo que estaba adentrado al bosque justo por el sendero de bambús. Es un viejo templo Budista dedicado a Kurukula, la diosa tibetana nombrada Tara Roja…. Una especie de deidad de aspecto violento pero que usualmente es relacionada con la atracción de todo lo que es bueno.

Desde pequeña, Karen fue dejada a manos del templo pues creen que es la nueva Kurukula que ha sido enviada para ayudar a la humanidad. Yo no creo mucho en esas cosas, pero viviendo en este mundo, no me ha quedado otra opción más que creer en ello.

Un día, por curiosidad me puse a leer un poco sobre ello y efectivamente, Karen y Kurukula no tienen ni un pelo de parecidas, en serio.

Aunque quien sabe, pudiera ser que no sea un simple cuento después de todo.

Karen y yo llegamos al templo al atardecer y de manera inmediata ella me llevo a la parte trasera del templo, al viejo dojo del templo que ya se encuentra en desuso desde hace mucho tiempo debido a la implementación de uno nuevo.

“¿En realidad esta bien que este aquí?”

He estado varias veces de visita en el templo, mas nunca me había adentrado tanto. Siendo esto “tierra sagrada” no estaba seguro de que estuviese permitido que yo estuviera ahí.

“Tranquilo, vienes conmigo así que esta bien. Además, este es un lugar donde ayudamos a las personas, todo visita siempre es bien recibida”

Estando en el templo, ella cambia un poco su manera de ser.

Transmite un aura que te hace sentir que todo esta bien… Cosa que es extraña en un templo, pues con tanta contaminación mental uno espera ser atacado por una criatura con tentáculos o algo por el estilo. Vamos, no es que este familiarizado con esas cosas, simplemente es algo que es muy conocido en la cultura popular.

“Pues bien, ¿me dirás porque me has traído?”

Pregunte nuevamente a que iba todo esto.

“¿Alguna vez has sentido que debes abandonar todo e iniciar de nuevo?”

Supuse que seria alguna forma de evadir el verdadero asunto, pero igual decidí seguir la corriente de lo que sea que tramara para ver hasta donde lo podía llevar.

“Umm… No… Creo que nunca”

Su reacción fue peculiar, un tanto así como su respuesta.

“Hehe--- Tienes razón, abandonar no es algo que va contigo. Fue muy tonto de mi parte preguntártelo, pero veras… Cuando era pequeña, antes de que me trajeran a este templo uno de los monjes del templo de la ciudad donde nací nos llevo a mi y a varios niños mas a un circo que había llegado a la ciudad”

“Vaya, debió de haber sido algo inesperado para ustedes”

No quería, posiblemente, herirla de algún modo, así que simplemente dije eso.

“Si, así fue--- Sabes, el jefe de aquel circo resulto ser un viejo amigo del monje. Cuando eran jóvenes ambos eran residentes del templo, sin embargo, uno decidió abandonar el templo y seguir su sueño y el otro simplemente decidió quedarse donde estaba”

Una historia inspiradora con la que te puedes identificar y proyectar, algo que te brinde ánimos y la fuerza suficiente para dar ese paso necesario, además un antecedente que demuestra que puede ser posible.

Estoy comenzando a figurar a que va todo esto.

“Lo he estado pensando…”

Continúo ella con su historia.

“…Huiré de aquí y seguiré mi sueño…”

A pesar de que en mi mente entro una posibilidad parecida a esta que acaba de ocurrir, no pude omitir la sorpresa que me impusieron esas palabras. Ella normalmente llega con ideas muy raras, pero esto era algo verdaderamente serio.

“Estas… ¿Segura de ello?”

Como su protector debo de manera totalitaria ver por su bien.

No quiero que tome decisiones precipitadas y se haga daño de alguna forma, aunque sin importar lo que yo quiero para ella, deberé seguirla a donde sea sin objeción alguna.

“… Sé que mi destino es otro, pero…”

Ella suspiro y me miro fijamente

“No quiero quedarme aquí y vivir mi vida únicamente como la nueva Tara Roja. Esto de estar aquí atada al templo y ayudar a los demás fue el camino de Kurukula en la otra vida, mas no será el mio. Yo podre haber nacido con todo los atributos de Tara Roja, pero no soy Kurukula… Quiero crear mi propio camino lejos de este templo y si es posible, ayudar a los demás de esa manera”

Yo la mire, ella mi miro… Nuestras miradas se encontraron--- No había nada más que hacer aquí, Karen estaba verdaderamente decidida y no habría como cambiar tal hecho.

“Ni hablar”

Suspire mientras levantaba mis brazos y los ponía detrás de mi cabeza.

Solo hay una forma de garantizar su bien… Y este es; Hacerla verdaderamente feliz.

“Sea cual sea tu sueño, estoy seguro que se hará realidad aunque… No me estas contando esto para obtener mi aprobación, ¿cierto?”

“Ciertamente… ¿Me harías el favor de venir conmigo?”

Todo se resumió a esa simple pregunta.

“Hahaha”

Me eche a reír para soltar un poco de la tensión que se había acumulado en el transcurso de la conversación.

“Preguntas como si de verdad tuviera otra opción”

“No quiero forzarte…”

“No digas tonterías--- Desde el día en que nací, hasta el día en que me largue de este mundo, mi vida será toda tuya gran tara roja. Quiero caminar el camino que haz de crear junto a ti, sin importar a donde este lleve… ¡Te seguiré hasta el fin del mundo!”

Dije en tanto tomaba la postura clásica del Mayordomo negro en muestra de mi compromiso.

“Entonces esta decidido… ¡Partiremos en la madrugada!”

El pacto era un hecho, el motivo exacto de todo esto, no tanto.

Ustedes pudieran pensar que todo esto fue precipitado, que tal vez debimos de haberlo pensado un poco más antes de tomar una decisión--- Pues bien, si lo pensaron así, es porque no conocen a Karen.

En toda la vida nunca he visto que cambie de opinión.

No quiero decir que jamás se ha equivocado, el hecho es que lo ha hecho, pero lo que hay que destacar aquí es que nunca se ha arrepentido de algo en toda su vida. El entablar una conversación con ella para discutir el asunto y tomar la decisión mas adecuada hubiera sido una perdida de tiempo porque sin importar cuanto insistiese, ella terminaría diciendo lo mismo.

Además somos jóvenes.

No pensamos las cosas pues creemos que pensar es de frutas.

“Una ultima pregunta…”

Que más tendría planeado para mí esta chica… Me hubiera gustado saberlo en ese momento, aunque hubiera dado igual, soy tan idiota que el resultado seria el mismo.

“¿Que opinas de los circos?”

“¿Circos?… Hmm… Supongo que no me agradan, pero tampoco quiero decir que los odio”

Ella me miro nuevamente con una sonrisa

“Hehe… Yo los amo”

No me agradan los circos, ella los ama…

Lo normal seria rehusarse a hacer cualquiera cosa que tuviera que ver algo que te desagrada, pero cuando al hacer algo que te desagrada obtienes algo que te agrada mucho… Emm, como decirlo… Uno empieza a dudar si en realidad eso que nos desagrada es tan malo como pensamos que es.

“Por cierto…”

Ella menciono.

“¿Viste las cebras que se pasearon por la ciudad esta tarde?”

Al parecer ella también se había encontrado con las cebras… Claramente eso prueba que no estoy loco. Lo que paso esa tarde fue tan extraño que aun resonaba en mí el pensamiento de que todo fue algún tipo de sueño raro o alguna alucinación cortesía de algún enervante con el que pude haber tenido contacto.

“Si, me las encontré en la tarde poco antes de toparme contigo. ¿Que hay con ellas?”

Simplemente lo dije así, no conté la historia completa porque lo veía innecesario.

“Hace poco uno de esos lugar llego a la ciudad y debemos ir a visitarlos mañana mismo”

Ya lo mencione, no me agradan mucho esos lugares, pero he de arrojar todo lo que odio y sobrescribirlo por ella para que esto funcione… Ese es mi trabajo, después de todo.

No fue nada fácil para mí, pero es lo que deseaba hacer de mi vida. No tengo nada más por lo cual luchar, nada más que me haga desear seguir viviendo, nada más que me detenga de cometer suicidio un día cualquiera…

Hahaha--- Debe parecer una carta suicida o algo así.

Por favor no lo tomen como tal.

Aunque admito que ya me estaba cansando de todo eso.

Lo que tenia era una vida tranquila, llena de lujos y comodidades… Me agradaba, pero siendo sinceros, mi vida apestaba hasta este instante.

“Fue algo hermoso, ¿no es así?”

Otro “Karentario” que parece ser no mas que un simple balbuceo.

“¿Huh?--- ¿A que te refieres?”

“A las cebras por supuesto”

“Ehh… No quieres decir que fue algo raro”

“¿Raro?--- Umm… No, supongo que es algo normal en esta época del año, ¿No lo crees así?”

Ahí lo tienen, ella es Karen Shukka y por sobre todas las cosas, es simplemente encantadora.

[Itsubun no Ibun 03/ FIN]

 

Cuarto Acto: Mañana

El día siguiente me encontraba en mi hogar.

La plática con Karen había terminado algo tarde a pesar de que el verdadero asunto lo había hecho un tanto antes. Con nosotros charlando, no hizo falta más que un comentario al azar para continuar con otra conversación totalmente distinta y carente de sentido alguno.

La mañana apenas llegaba anunciada con los primeros rayos del recién salido sol.

Era otoño y por tanto amanecía un poco mas tarde, además la ciudad estaba rodeada de montañas lo que causaba que el amanecer ahí fuera un poco más tardío. Aun con todo eso a mi favor, la noche me pareció relativamente corta sin duda alguna, supongo que toda la agitación del día anterior me tenia un poco exhausto.

En ese momento sonó el despertador, a las 8:30 como era su costumbre. Lo escuche sonar, me levante y lo apague… Seguí dormido como era mi costumbre.

Fue una de esas noches que parecen tan relativamente cortas como ninguna otra que desearías vivir en algún polo para que tu noche, irónicamente, dure 179 días. Sabia que tenia que despertarme porque Karen llegaría en cualquier momento a mi casa, pero yo, con gran confianza apelaba a su pereza creyendo que llegaría una o dos horas mas tarde.

Bien, al parecer no fue así.

“Ding Dong”

Sonó el timbre de mi casa…. Debo agregar, un timbre con bastante estilo pero con un toque clásico que te transporta al siglo XIX y el llamado que el Gran Ben hace a Londres para anunciar el fin de una hora y el inicio de la siguiente.

“Ding Dong”

Volvió el timbre a sonar.

Yo solo quería dormir y pensé que si me quedaba ahí y no salía, Karen se iría sin más y regresaría en un par de horas.

“Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong…”

Pues bien, ese timbre fue mi campana de Westminster que con sus dos sonidos anunciaba el fin de mi vida y el inicio de una nueva. Debo agregar, un timbre que jamás volvió a sonar.

“Aaaaaaahhh… ¡Maldición!--- “

Baje las escaleras gritando arto de tanto ruido.

“¡¡Que no ves que finjo no estar en casa!!”

Grite en tanto abría la puerta y arrancaba el maldito timbre de ahí.

“Oh… Umm, lo siento”

Me sentía tan mal en ese momento.

“Si, siga derecho y de vuelta a la izquierda… Si, no hay de que”

Entre de nuevo a la casa y tras de mi cerré la puerta.

“Ha... Haha… hahahahahahaha”

Aun me sentía mal por lo que acababa de pasar, pero aun así no podía hacer nada más que reír en mi propia desgracia. Juro de verdad que pensé que quien toco la puerta era Karen, no se como no me paso por la cabeza la posibilidad de que fuera alguien mas.

Bueno, aunque hubiera sido alguien mas; ¿Por qué tenia que ser una pobre anciana?

Ni hablar, fue en parte su culpa por tocar tantas veces el timbre… Los ancianos hacen gran fama a su terquedad, que mas puedo hacer yo por ello.

Después de semejante arrumaco mi sueño se había ido volando a otra parte, por lo que simplemente me recosté en el sofá de la sala esperando la llegada de Karen y así poder comenzar todo esto.

Cuando uno esta esperando sin aparentemente nada mas que hacer, es increíble las miles de formas que uno encuentra para perder el tiempo, y lo digo en serio. Fácilmente perdí cerca de una hora y media realizando actividades tan ridículas que solo alguien con mucho tiempo libre, o que tenga un gato mágico azul en la casa, puede hacer.

La espera se volvió algo eterno.

Me paseaba por la casa como alma en pena, subiendo y bajando las escaleras una y otra vez. Me recostaba, me sentaba, me quedaba ahí parado sin más, adoptaba la pose del loto y meditaba sobre los enigmas de la vida, incluso llego el momento en que me pare de manos.

Obviamente todo llega a un limite, y yo desafortunadamente llegue al mio a la hora con veintitrés minutos.

“Disculpen la intromisión”

Dijo una voz mientras la puerta de entrada se abría a su paso.

“Ahh… Karen”

Después de tanto esperar por fin había llegado.

“Perdona por entrar sin tocar, pero el timbre no estaba… ¿Lo habías notado?”

“Emm… Si, el timbre estaba fallando y lo tuve que quitar. Como sea, es una larga historia”

“Ya veo…”

Dijo Karen mientras se quedaba observándome fijamente… ¿Se habrá dado cuenta que estaba ocultando algo?

No, seguro debe ser algo más.

“¿Que pasa?”

Le pregunte para saber también.

“Por qué estas… ¿Parado de manos?”

Ahh, era eso por lo que me miraba raro.

“Oh, eso es porque intento verte la ropa interpfgahh”

Nadie hizo sonar la campana, pero eso no evito que Karen comenzara la pelea con una fuerte patada.

“No pudes, estoy usando short”

“¿¡Si estas consiente de ello por que me golpeas!?”

Ella es de las personas que no piensan las cosas o que necesitan una razón para actuar--- Un paradigma total, algo bueno en ocasiones y devastador en otras tantas.

“Lamento haber llegado tarde”

Menciono Karen mientras tomaba asiento en el sofá de la sala.

“No deberías decir que lamentas haberme golpeado”

“…”

Ella giro su mirada y me miro fijamente un par de segundos, solo para volver su mirada al frente y repetir nuevamente su línea con una sonrisa despreocupada.

“Lamento haber llegado tarde”

[Itsubun no Ibun 04/ FIN]