Long-fic Conquista N° 45

Contenido oculto

Antes de publicar me gustaría aclarar algo. Tanto el personaje Chopper como su pasado no me pertenece, es del videojuego Clock Tower 3. Me inspiré en su triste historia para dejar una moraleja, espero que la descubran y por favor, esta historia se basa solo en eso, las escenas fuertes solo son de acuerdo al contexto de producción.

Durante el siglo XVII la época de conflicto en Inglaterra hubo múltiples asesinatos en los pueblos a lo largo del país. La guerra anglo-española era el principal problema y en lo único que pensaban los ingleses, dejando en segundo plano cualquier asunto fuera del principal.

Durante los años 1678 y 1679 muchas jóvenes entre los dieciséis y veintidós años fueron brutalmente asesinadas. Aparentemente ninguna de las víctimas estaba vinculada entre sí, excepto tal vez por el asesino.

Esta es la historia de Mikayla Brooks, una joven campesina de dieciocho años de edad que vivía con sus tíos en una granja en Netherfield. De negra cabellera y ojos verdes como esmeraldas, de una extraña tex amarillenta, que la hacía ver ojerosa. No poseía una belleza extraordinaria, sin embargo, lo más especial de esta chica era su intachable lealtad.

Una fría mañana de Abril, Ronald Brooks, el mayor de los tres tíos de la muchacha, llegó con expresión irritada.

-Hola, tío Ronald–saludó Mikayla, quien leía un libro sentada en los peldaños de la escalera principal.
-La gente inculta no sabe hablar de otro tema: guerra, desapariciones y un asesino fantasma-reclamó.
-¿Qué pasó ahora? –preguntó la mujercita.
-Lo de siempre. El lunes pasado encontraron degollada a una fulana y de nuevo no hay testigos –respondió su tío.

En ese momento, entró Marcus, el tercer tío de la muchacha, con su escopeta en la mano, acompañado de Raquel, su prometida.

-Buenas –saludó él- ¿Qué hay de nuevo?
-Otro asesinato-contestó Mikayla.
-¡Ah! Cuenten algo nuevo –exclamó dejando su sombrero en la mesa.
-Pero Marcus, ¿te has dado cuenta que los asesinatos son cada vez en pueblos más cercanos? –Observó Raquel- Hay que tener cuidado.
-¡Qué cuidado! –se burló el cazador apuntando hacia la cocina con su escopeta- Con un solo balazo…

Mikayla se rió de la ironía de su tío y salió del comedor. Mientras se dirigía al patio se quedó pensando en las palabras de Raquel: “Los asesinatos son cada vez en pueblos más cercanos”. Sintió un escalofrío recorrer su espalda pero luego pensó algo que la hizo olvidar toda preocupación <<Casi nunca salgo de casa, nada podría pasarme>>.

Pasaron algunas semanas desde el último asesinato y como era costumbre en casa en los Brooks pronto se olvidó el tema. Era fin de semana y todos se sentaban a desayunar. Aníbal, el segundo tío de Mikayla fue a la puerta principal y encontró un sobre blanco en el piso. Entró y colocó el sobre entreabierto frente al plato de la joven.
-Es para ti-dijo.
-¿En serio? ¡Pero está abierta! –exclamó ella con el ceño fruncido.
-Léela rápido- replicó el hombre y se sentó a la mesa al lado de su esposa, Lidia.
Mikayla sacó el papel doblado del sobre y leyó algo que la desconcertó, una amiga de Hertfordshire suplicaba verla esa misma tarde.
-Debo salir, es urgente –dijo levantando la vista.
-No hay permiso –dijo Aníbal tomando té.
-¡Aníbal! No eres su papá –exclamó Lidia.
-¿Y a donde se supone? –preguntó Marcus arqueando una ceja.
- A Hertfordshire, a ver a Ingrid –contestó la adolecente.
-¿Sola? –preguntó Ronald.
-A menos que alguien quiera acompañarme –sonrió dulcemente la chica.

Después de muchas represalias cedieron a dejarla ir. Al ser la única sobrina que vivía aún con ellos, eran todos muy sobreprotectores con ella.

Demoró una hora a caballo. Al llegar, se detuvo frente a una casa blanca de segundo piso al ver a su amiga, una muchacha rubia de ojos color miel.

-¡Mikayla! –saltó al verla para luego abrazarla fuertemente apenas la campesina bajó del caballo.
-Hola, Ingrid. ¿Qué pasó? Me preocupé mucho.
-Mi prima fue asesinada hace cinco días.
-¡Oh! –Se cubrió la boca la morena- Eso es terrible… De verdad, lo siento mucho.
-Ella vivía en el pueblo anterior a este, al norte y era la más bonita de todo el lugar –dijo la rubia con sus ojos llenos de lágrimas.
-¿Y eso qué tiene que ver?
-Aquí yo soy la más conocida y la que ha tenido más novios. No es por ser ególatra, pero también gané el premio a la más bonita del año, hace un mes.
-Disculpa, pero no estoy entendiendo.
-Todas las víctimas del asesino fantasma han sido las más bonitas de los pueblos. Y ahora con lo de mi prima… ¡Tengo miedo, Mikayla! –exclamó secándose una lágrima.
- Ay, Ingrid… -la abrazó- No te preocupes. Trata de no hablar con extraños y no salgas mucho de la casa –dijo sonriendo.
-Uy, será aburrido pero en serio voy a tratar –respondió la joven esbozando una sonrisa.

Luego de hablar con su amiga y de almorzar con ella y su familia, una idea cruzó la mente de Mikayla y era que el asesino solamente se fijaba en chicas bonitas -<<Otro motivo para no ser un blanco>>- , así que todo debió empezar con el primer asesinato.

-Amiga, debo irme.
-¿Tan pronto? –preguntó triste la rubia.
-Sí. Debo hacer algo urgente –respondió la joven de ojos verdes.
-Ay, está bien. Cuídate mucho, Micky –respondió abrazándola.
-Tú también. Recuerda no salir de casa y dile a tu hermana que tampoco salga –dijo pasando la rienda del caballo por delante de éste.
-¿Quién podría fijarse en Jane? Ni para matarla jajajaja.
-No digas eso…

Ingrid se quedó mirando como su amiga avanzaba a pie sosteniendo la rienda del caballo. Mikayla caminó cuatro largas calles al este, en busca de la casa de un Posadero, el señor Dickins.

El lugar era elegante, por lo que sería difícil que dejaran entrar a la humilde joven, pero bastó con que sacara el tema de los asesinatos para que le permitieran el acceso.

Una señora aristócrata, de roja cabellera y ojos azules la invitó a una salita para tomar té.

-Bien, jovencita, dime qué es lo que sabes. Sé breve –dijo la señora cordial, pero secamente.
-Hace cinco días encontraron el cuerpo de otra mujer, en el pueblo vecino. Y tenía…
-Muchos cortes profundos –interrumpió la señora.
-S...sí –respondió la chiquilla, tímidamente.
-Lamento que jóvenes inocentes caigan en la trampa del prejuicio –se lamentó la elegante señora. Hubo un momento de silencio antes que volviera a tomar la palabra- Bueno, puedes retirarte, gracias por la información –dijo levantándose.
-Espere, por favor –exclamó fugazmente, lo que bastó para que la distinguida señora detuviera su escape- ¿Podría decirme qué ocurrió con su hija?
-Mi pequeña Emily… Era muy talentosa y más hermosa que cualquier otra de su edad –este comentario hizo opacar el implícito ego de la campesina-Todos los jóvenes y adultos también, hubieran matado por una oportunidad con ella. Hubo un herrero que se obsesionó con mi hija, al punto de pedir su mano. Lamentablemente lo hizo en una fiesta de la posada, frente a todos; mi hija merecía un hombre mejor, así que lo rechazó a diestra y siniestra. Sentí pena por el chico, pero su insignificancia no justifica lo que hizo… -dijo con los ojos brillosos de rabia- Nunca olvidaré esos feos ojos blancos.
-¿Ojos blancos?, ¿Cómo se llamaba ese joven?
-A estar alturas de la vida ya no lo recuerdo… Pero todos lo conocían como Chopper.
-Chopper… -repitió la adolecente.
- Hasta ahora, si mis cálculos son correctos, este engendro ha matado a cuarentaitrés chicas en dos años. Hay que atraparlo.

Después de la conversación, Mikayla volvería a Netherfield a caballo. Eran las siete y media de la tarde, cuando ya estaba oscuro y la neblina hacía presencia. Había un silencio abrumador, el cual sería roto por un grito, seguido de unas risotadas burlonas.

-¿Cómo te atreviste a rechazarme, niña bonita? –Preguntó una voz masculina- ¡Ahora morirás por mi hacha!
-¡Espera! Si quieres te presento a mi hermana mayor –dijo una voz familiar para la campesina.
- ¿Jane? –exclamó y rápidamente ordenó correr al caballo en dirección al alboroto. A pesar que se apresuró, no fue suficiente para ayudar a la joven de dieciséis años. Al llegar al oscuro callejón, solo escuchó una risotada enfermiza y el cuerpo inerte de Jane.
-¡Oh! –exclamó cubriéndose el rostro.
Y luego la risotada se hizo más fuerte- Ahora tú serás la siguiente –amenazó una voz desde el techo.

Mikayla no pudo dormir. Al otro día estaba completamente inmóvil, no comía, no hablaba, se movía como un zombi. Ella se cuestionaba lo ocurrido la noche anterior: << ¿Por qué quiere matarme?, Yo no soy la más hermosa, ¿por qué yo?>>. Tenía preocupados a todos.

Dieron las ocho de la noche y Mikayla no mostraba mejoría. Por lo que la mandaron a alimentar los caballos para que “despertara”.

-Una está sin hablar un día y la mandan al establo –reclamó dándole la porción correspondiente a cada uno de los cuatro caballos.
-¿Qué tal, Mikayla? –saludó una voz familiar.

La joven se volteó y vio una hacha dirigirse hacia ella, la que rápidamente evadió inclinándose y se dio cuenta que había alguien en la puerta del establo. Era un hombre alto, muy pálido, con la cabeza rasurada al cero y con muchos tatuajes rojos en todo el cuerpo. Solo vestía unos pantalones cafés, con botas bajas grises, el abdomen descubierto y una larga capa negra en “v” colgando de su espalda, armado con dos hachas plateadas (una había quedado incrustada en la pared del establo).

Mikayla se irguió para contemplar mejor a su emisor e inconscientemente bajo el hacha en la pared. El extraño se acercó veloz como un rayo y apunto el cuello de la joven, y fue en ese momento cuando ella miró los blancos ojos de su agresor.

-Tú… ¡Tú eres Chopper! –exclamó con un hilo de voz intentando no rozar el filo del hacha.
-Así es, chiquilla –confirmó alzando el hacha con intención de atacarla. Mikayla se escabulló entre el espacio que había entre el brazo alzado del extraño y fue al lado de los caballos que relinchaban furiosos.- ¡Atrápala! –indicó el albino lanzando el hacha que había en la pared.
Mikayla se lanzó gritando al suelo -¿Qué quieres de mí? –preguntó desde el suelo.
-¡Solo quiero solo tu silencio! –respondió Chopper lanzándose a atacar a la chica en el suelo, acto que instintivamente ella evadió rodando por el suelo, mientras el arma esta vez quedó incrustada en el piso, para erguirse rápidamente y comenzar a retroceder.
-Te aseguro que no contaré a nadie que has venido –prometió la campesina.
-No confío en promesas femeninas. Lo único que hacen ustedes es ilusionar a los pobres hombres –dijo sacando el hacha del suelo y lanzándola violentamente hacia la muchacha, la que ésta evadió agachándose, gritando cubriendo su cabeza con ambas manos.
-¿Ilusionarte? Yo… no lo haría –le aseguró levantando la vista.
-¿Y esperas que te crea, ojos de color? –cuestionó e hombre apuntándola con el arma.
-Sí- respondió Mikayla poniéndose de pie - No es necesaria tanta maldad, el amor existe, Chopper.

El villano quedó estático por un momento, pero luego frunció el ceño y subió la guardia otra vez.
-¡Mentirosa! –gruñó alzando su brazo para atacarla.

Mikayla debía pensar algo rápido y pensó en el motivo por que había matado a Emily Dickins: ella lo rechazó sin consideraciones y eso fue lo que lo hirió, así que por eso desconfiaba de todas las muchachas que lo negaban.

-Disculpe, señor… Soy una campesina y puede que usted no confíe en mí, pero no soy una mentirosa –dijo acercándose lentamente hacia él.

Chopper la observó atentamente y avanzó hacia ella a paso lento.
-¡No podrás escapar! –exclamó solo a centímetros de cumplir su cometido.

Fue en ese momento cuando Mikayla supo qué hacer, se empuñó en la capa del hombre y se impulsó a presionar sus labios en los fríos labios de él, con la intención de mostrarle que no era necesario forzar una caricia para obtenerla-y para distraerlo un momento-. Chopper bajó su arma y correspondió nerviosamente a la chica. Ella se colgó de su cuello para así sellar finalmente un beso. Ella se separó de él y lo miró dedicándole una cálida sonrisa, convenciendo finalmente a Chopper que ella no lo engañaba.
Éste la observó un poco confuso y saltó hacia atrás.

-No… No puedo matarte –murmuró y sin voltear a ver a la joven, avanzó hacia la puerta.
De pronto, una extraña luz amarilla apareció de la nada. Mikayla retrocedió rápidamente y fue cuando escuchó voces afuera.

-Harold Powell, acabaste con la vida de cuarenta y cuatro inocentes, bajo el nombre de Chopper.
Chopper no pudo articular palabra alguna ya que el acompañante de su emisor continuó acusándolo.
-Serás condenado en la corte Imperial por tus actos. Acompáñanos –dijo un tipo con voz suave pero autoritaria.
Mikayla quiso ver qué pasaba pero solo vio a Chopper desaparecer dentro de un portal, a lado de dos hombres con armaduras plateadas. Quedó paralizada y con el corazón latiendo precipitadamente, y en ese momento fue cuando los tíos corrieron a verla.

-¡Micky! ¿Qué está pasando? –preguntó Ronald sosteniéndola de un brazo.
- ¿Quién estaba contigo?
-Estás muy pálida.
-¿Era el asesino?
-¡Micky, reacciona!
Muchas preguntas asaetaban la mente de la joven, quien terminó por desmayarse en medio de todos.

Lo que ocurrió aquella noche Mikayla Brooks no lo olvidaría jamás, y tampoco olvidaría la promesa que hizo y guardaría en secreto que fue la única mujer en la lista que marcó la diferencia. En cuanto a Chopper, éste jamás olvidaría a la única chica que no lo miró con desprecio y que supo entender su dolor.

 

Bueno, gracias a todos los que comentaron, todos los comentarios me han servido :)

Quiero pedir disculpas y aclarar que la historia no está bien contada... Bueno, sobre todo la historia de Chopper, quien era un leñador y no un herrero y solo había matado a 10 mujeres antes de que lo mataran "los aldeanos" y a las demás víctimas las mató como subordinado cuando lo revivieron :( Debí haberme informado mejor.

Por esto he querido aclarar los hechos, y pensé en hacer esta historia, pero mejor... aunque en el fondo sería lo mismo, pero más significativo. Y como estoy pensando en hacer la segunda parte, necesito saber qué piensan ustedes. ¿Hago la mejorada para que la segunda parte se entienda mejor?